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DE LA IMPORTANCIA DE COMPRENDER EL APORTE ECONÓMICO DE UN MONUMENTO

 

Un monumento[1], una estatua, un obelisco ó un Museo, son piezas fundamentales en la memoria de una Nación, y por lo tanto a lo menos, testigos de su desarrollo[2].

 

Crear una pieza artística, una obra arquitectónica y un elemento urbano, requieren de situaciones sociales que necesiten ser representadas o solucionadas, y su construcción requiere de elementos e insumos físicos. Este es quizá el acercamiento primario entre el mercado y el artista, en donde se requieren ingredientes para llevar a cabo la idea. Estos insumos, como es normal, presentan un costo para el proceso proporcional a las magnitudes del mismo.

 

Podemos hablar de los materiales de construcción, del recurso humano y del espacio de la obra, situación en la que ahondaríamos en las incontables relaciones del arte y el mercado. Y si al final analizamos el modo de consumo de este nuevo elemento urbano, inevitablemente entraríamos en las fronteras del mercantilismo y el mercadeo, situación históricamente rechazada por sectores ortodoxos de la gestión cultural[3]. Afortunadamente también existen sectores dinámicos que comprenden la función de mercado, para la difusión tanto como para la financiación cultural.

 

El valor de construir un monumento es cuantificable desde la suma de los gastos necesarios para su ejecución, entonces este valor es netamente nominal frente al valor real de este icono de nacionalidad. Por otra parte, muchos monumentos no se construyen sino que se adoptan como tales, como el caso de residencias de personas ilustres.

 

La única fuente de evaluación real del aporte económico de este tipo de elementos urbanos, son los costos de oportunidad[4] en los que incurre una ciudad por insertarlos en su estructura urbana en forma de servicio social.

 

La necesidad de insertar elementos constructores de identidad en una ciudad, se debe a la importancia de la sostenibilidad de la memoria de Nación en sus ciudadanos, como anotábamos anteriormente. Afortunada o desafortunadamente, asumir estas memorias tiene un costo para la productividad del asentamiento humano.

 

Dentro de la medición y valoración del Producto Interno Bruto[5] de un país, se considera como parte fundamental la "Formación Bruta de Capital Fijo" - FBKF, que es el aporte a la producción nacional de estructuras nuevas fijas que generan productividad, estructuras como edificios, carreteras y líneas de producción más modernas.

 

Esta FBKF es un activo fijo que se usa para aumentar la productividad de las economías[6], es claro en la innegable importancia de las redes de carreteras y aeropuertos internacionales como agentes de comunicación comercial. De igual modo, las nuevas unidades habitacionales como apartamentos y casas, forman parte de esta unidad de producción.

 

Dentro de la dinámica de crecimiento urbano, la FBKF es fundamental para suplir la demanda por servicios sociales generada por el crecimiento de la población.

 

En conclusión, la dinámica de la FBKF es consistente con las necesidades de los ciudadanos y con la productividad de las ciudades, por lo tanto, asumir que un espacio físico, que podría ser directamente más productivo, se convierta en pieza de conservación, podría ser considerado como un fuerte costo de sacrificio para la ciudad.

 

El costo de asumir un bien inmueble como pieza de conservación, es relativo a las políticas de expansión y densificación[7] de las ciudades y municipios, quienes las definen según las condiciones ambientales y las oportunidades que el terreno les brinde. En la medida que una ciudad tenga posibilidades de expansión, asumir una conservación arquitectónica es menos costoso que si existieran políticas de densificación, ya que el sacrificio a futuro será mayor.

 

Bajo esta perspectiva, es fundamental comprender como se puede valorar este sacrificio, para analizar el aporte económico de la ciudad a la construcción de identidad nacional.

 



[1] De acá en adelante se entenderá monumento como toda pieza conmenorativa de un suceso o hecho particular, bien sea plaza, estatua, escultura o incluso pinturas.

[2] Leyendo a Chaparro (2000) se puede ver que, "... la ciudad se puede mirar como... patrimonio en todos los campos mencionados (cultural, ambiental, físico y social), cuando los bienes urbanos se cargan de significado para los ciudadanos... el carácter simbólico de los bienes urbanos, esto es, cuando estos se constituyen en espejos del alma colectiva y en imágenes que condensen sentimientos y valoraciones compartidas".

[3] Ver, "Teoría y Práctica de la Gestión Cultural", Carvajal, 1994.

[4] Costo de oportunidad puede ser definido como el evaluación del riesgo que se asume. Según Varian (1987) el salario es el costo de oportunidad del ocio y la tasa de interés es el costo de oportunidad de no invertir el dinero o de invertirlo en otra cosa.

[5] PIB como es comúnmente conocido, es un indicador creado por la Naciones Unidas que agrupa los sectores industriales por medio de la Clasificación Industrial Internacional Uniforme - CIIU.

[6] Partiendo del concepto que todo acervo de capital en sí mismo un potencial generador de nuevo capital.

[7] "Expansión" se refiere a  la ampliación del perímetro del área construida de una ciudad, y "densificación" se refiere a la ampliación del área construida aumentado la cantidad de metros cuadrados construidos sobre el mismo perímetro inicial.