LOS ESTADOS LOCALES Y LA UTILIDAD DE LOS INDICADORES VEMU

 

Ante la innegable dificultad actual de cuantificar los aportes de capital de un monumento a la ciudad, los indicadores VEMU se convierten en un factor de demostración de este aporte, en un lenguaje de fácil comprensión para el universo estatal, que permiten llenar parte de ese vacío.

 

Se da por entendido que estos indicadores[1] cumplen con su función, Indicar. La información que estos arrojan, sirve para comprender la importancia de los monumentos dentro de la productividad de la ciudad.

 

El COC permite comprender el valor mínimo comercial de un monumento[2], más no afirma que este es su valor. También permite demostrar de alguna manera que el acervo histórico de una ciudad, puede ser comprendido a través de la agrupación de los símbolos de la misma, tanto casuales como históricos.

 

Esta herramienta permite al mandatario, demostrar que el hecho de definir, por ejemplo, una edificación como monumento e insertarla en el plan turístico de la ciudad, significa realizar un sacrificio de formación de capital fijo de cierta magnitud. Herramienta que al ser enriquecida con estudios de mercado sobre flujos de turismo, presentarán un interesante escenario de productividad para la ciudad[3].

 

Por otra parte, CPO, bien podría ser el indicador que le informa a las autoridades de la ciudad cual sería el costo de recordar mes a mes a la ciudadanía el origen de su identidad, siendo parte también del costo de sostenimiento de la capacidad productiva de sus habitantes. Por otra parte, el recuerdo físico de los sucesos históricos, de no ser apoyados por el gobierno, sería algo parecido a "recuerdos en vía de extinción"[4], y los maestros se apoyarían en láminas y reproducciones de elementos históricos que se perdieron por negligencia, transfiriendo estas pérdidas a costos reales a las instituciones educativas, quienes deberán invertir en artefactos didácticos para enseñar sobre estos sucesos.

 

En la misma dirección, este indicador se constituye en el ingreso de referencia cuando un monumento se convierte en unidad productiva, informando a su gerente cual es el mínimo que debe producir[5].

 

Finalmente, el CFO, puede ser utilizado como herramienta para calcular parte del valor de capital social, o mejor, como explicación económica de cuanto costaría generar una red social que fomentará la conciencia ciudadana sobre sus orígenes[6].

 

Si los monumentos generan capitales económico, humano y social siendo parte del capital cultural, y los VEMU permiten su explicación y sustentación, es posible que las ciudades, los ciudadanos y sus gobernantes comiencen a comprender la utilidad de la correcta utilización de los bienes culturales tangibles para su desarrollo[7].

 

 



[1] Cabe anotar que la función de "indicación" de un indicador tiene como fin mostrar "síntomas". A manera de ejemplo, es válida la metáfora del proceso que realiza un médico con su paciente: el paciente llega al consultorio, informando una gran cantidad de síntomas, a los cuales el médico da una interpretación inicial. Paso seguido, toma algunos exámenes que le entregan nueva información para llegar a un diagnóstico definitivo, y comenzar un tratamiento contra la causa de los síntomas. Por ejemplo, la fiebre o temperatura, puede ser síntoma de una infección viral, pero la atención médica debe centrarse en eliminar la infección, generando como consecuencia la desaparición de la fiebre. En este caso la fiebre es el indicador. De igual manera deben ser entendidos los indicadores, como consecuencias de procesos y no como procesos mismos.

[2] Se dice que "mínimo" ya que como se mencionaba anteriormente el VE es diferente al VE, que es normalmente volátil.

[3] Ver serie de Estudios Monitor de Productividad y Competitividad.

[4] Según Cuervo (1999), ante la pregunta sobre el sentido de memoria en el Museo Nacional de Colombia, "El olvido es comprensible en una sociedad que necesita mecanismos de protección contra una historia convulsionada y sangrienta.".

[5] Se afirma que "mínimo a producir" para no ayudar a romper con el equilibrio productivo de la ciudad, pero puede ser considera también como un ingreso promedio.

[6] Es claro que valorar en términos monetarios el capital social o el sentido de confianza, según Fukuyama, es casi imposible, pero permite comprender cuanto sería el costo fiscal de equilibrio de hacer esa inversión específica, ya que sería desequilibrante, y a la vez deficitario, que se gastara más de lo que se recibe.

[7] Se podrían estimar otros indicadores más específicos como Costos de Oportunidad de no demandar servicios domiciliarios, pero la indicación que harían no sería diferente a la de CPO y CFO.