LOS MONUMENTOS COMO PRODUCTORES DE CAPITAL PARA LA CIUDAD

 

La presencia de monumentos en las ciudades, es un motor de desarrollo. Esta afirmación no pretende ser tendenciosa, sino por el contrario busca mostrar como una pieza urbanística es una importante fuente de capital[1].

 

En torno a un monumento se desarrollan una gran cantidad de actividades económicas que aumentan el dinamismo de la economía, y en muchos casos la soportan[2]. Los casos de la Torre Eiffel o de la "Monalisa", son un ejemplo excepcional del uso y descuido de la explotación de los bienes tangibles colectivos[3]. Camisetas, calcomanías, reproducciones y estatuillas, forman parte de los inventarios generados en torno de estas obras, que fueron producidos por empresarios que comprendieron que la explotación masiva de estos productos, es un negocio importante.

 

El descuido de las autoridades francesas, se debe a la falta de normatividad sobre estas producciones. Actualmente, Francia podría percibir un gran cantidad de ingresos fiscales si hubiese normatizado a tiempo estas líneas de producción.

 

Los monumentos nacionales son generadores directos de capital económico[4]. La explotación de los monumentos como parte de un sistema integrado de turismo, permite que las regiones que los poseen aprovechen un flujo de ingresos provenientes, en su gran mayoría, de otras regiones. Estos dineros no son obtenidos directamente por la institución que gerencie el monumento, sino por sus industrias conexas. El sector hotelero, los transportadores, los comerciantes e inclusive los guías turísticos son beneficiados por la presencia de este inmueble en la ciudad. De igual modo, aquellos empresarios que comienzan a producir "souvenirs" sobre el tema, aportan una gran cantidad de capital en las industrias productivas integradas a ellas.

 

Tomemos como ejemplo la fabricación de una camiseta alusiva al monumento: Cuando el empresario decide producir una camiseta sobre el monumento, debe realizar un estudio sobre que imagen sería más atractiva para el turista extranjero y conseguir una copia de la misma[5]. Con la copia, comienza a producir en línea las camisetas, utilizando en su producción algodón, energía, tintas y empleados, hasta obtener el volumen calculado. Con el producto final, acuerda con los comerciantes cercanos al monumento su venta y distribución.

 

En conclusión, el empresario consumió productos básicos de diversos sectores, que generaron ingresos para otros empresarios, y tanto como los productores de bienes básicos e intermedios, como el productor de la camisera, como los comerciantes generaron empleo, o por lo menos lo sostuvieron el que tenían.

 

Lo único que necesita el empresario del gobierno local es que el monumento fuera declarado como tal y que el suceso que lo definió sea lo suficientemente importante para sentirse orgullo de él.

 

También, el monumento es generado de capital humano[6]. En los procesos de formación básica de todas las Naciones, la historia juega un papel fundamental. El conocimiento de los procesos de formación de Nación y Nacionalidad, se convierten en un agente de apropiación de Nación y de Identidad Nacional, como antes señalábamos, entonces su conocimiento es fundamental para la educación formal de un nuevo ciudadano.

 

El capital humano apunta a ser potencialmente productivo ante las situaciones que lo fomenten, por lo tanto si existe un acervo de conocimiento correcto, este será productivo en el momento indicado. Para el caso de estudios de mercado y de la misma creación de Leyes, el ciudadano debe comprender la naturaleza y origen de su comunidad con detenimiento, para establecer el estudio correcto y la norma debida para obtener resultados. De igual manera, como se señalaba anteriormente, la identidad nacional parte de una serie de necesidades iniciales, que si son olvidadas permitirán que la Nación vuelva a generarlas y su construcción se verá en peligro.

 

Por lo tanto la presencia de iconos que sostengan estos recuerdos, permite no sólo la creación de capital humano sino su sostenimiento en el imaginario colectivo. Esto logra que cada vez que un profesor requiera mostrar a sus alumnos las pruebas de sus historias, estas estén presentes recordando su importancia y valor para la sociedad, a su vez, transformándose en un continuo recuerdo para aquellos que ya las conocen, ayudándoles a no olvidarlas. Claro ejemplo de esto, es la campana de la libertad que se encuentra de los Estados Unidos de América, que recuerda a cada uno de sus ciudadanos el costo que sufrió el país para ser lo que es hoy.

 

De manera menos clara, los monumentos son generadores de capital social[7]. En muchas ciudades existen "asociaciones de amigos"[8] de los monumentos, estas sirven para ayudar a conseguir recursos para su mantenimiento y difundir su buen nombre. Estas asociaciones, generan sin ser parte fundamental de su misión, una red de apoyo social en torno al monumento de tal importancia, que sus acciones terminan siendo uno de los soportes fundamentales para el fortalecimiento del mismo.

 

En la medida que estas asociaciones actúen en pos del monumento, este se beneficiará. Ocurre, en algunos casos, que esta asociación genera un reconocimiento tal, que termina siendo un "deseo" pertenecer a ella, ante los innegables beneficios de relaciones sociales que genera, convirtiéndose en una institución tan fuerte, que genera capital social inesperado.

 

En conclusión, la presencia de un momento en una ciudad aporta una gran cantidad de capital económico en los sectores productivos interdependientes, genera las bases para la formación y sostenimiento del capital humano, y fomenta la formación de capital social para su defensa y engrandecimiento.

 

Sólo requiere que el Estado lo reconozca como parte fundamental de la ciudad y lo inserte en sus políticas de promoción turística, entregándole la confianza normativa necesaria para su acción autónoma e independiente.

 



[1] Según el Banco Mundial y Monitor International Consulting, Capital es todo activo de una región y este puede ser cultural, de conocimiento, humano, natural, financiero, de infraestructura e institucional, donde su suma es el equivalente a la riqueza regional. Esta definición que fue ampliamente aceptada en los 80 ha sido rebatida por segmentos de su definición.

[2] Como podría ser el caso de la industria turística de Egipto o Grecia.

[3] Bienes Colectivos, son aquellos que no son propiedad privada de un particular, por el contrario, son parte de la riqueza cultural de un pueblo, formando parte de su capital cultural. Pueden existir bienes tangibles como el "Puente de Londres", e intangibles como "la receta de un plato típico". En ambos casos su explotación familiar y económica esta aceptada de manera común.

[4] Según el Banco Mundial, Capital Económico es todo aquel que se produce de la explotación de los recursos naturales, agregándole valor por medio de líneas de producción definidas, de igual modo, también incluye las rentas generadas por la productividades de los bienes y servicios creados. En otras palabras, es la suma del acervo de capital económico, conocido también como propiedad privada, y su renta por utilización.

[5] Dentro de esta decisión, debería existir un impuesto o pago de derechos por el uso de la imagen de manera comercial, lo cual generalmente no ocurre.

[6] "Capital Humano", entendido según el Banco Mundial como el acervo de conocimientos que tiene una persona que son potenciales a su productividad, teniendo en cuenta sus habilidades para manejar los sistemas complejos existentes en una economía globalizada.

[7] "Capital Social" es el capital generado de la capacidad de acción social, comunal y gremial de las comunidades; también puede ser entendido como " un capital que proviene de la capacidad que surge cuando prima la confianza en una sociedad o en algunas partes de la misma... Son estas comunidades las que no requieren contratos y regulaciones legales extensas en sus relaciones, porque hay un consenso moral previo que les da a los miembros del grupo una base de confianza mutua", Fukuyama, "Trust", 1995.

[8] Esta forma de asociación de apoyo, encuentra un barrera en la situación legal de los monumentos. En algunas ciudades los monumentos están a cargo de las autoridades locales, y no se permite que existán ó que el mismo monumento genere recursos propios.