HERRAMIENTAS PARA LA COMPETITIVIDAD DE LA PEQUEÑA EMPRESA EN AMÉRICA LATINA

HERRAMIENTAS PARA LA COMPETITIVIDAD DE LA PEQUEÑA EMPRESA EN AMÉRICA LATINA

Alejandra López Salazar (CV)
Maritza Blanco (CV)
Graciela Blanco Vidal (CV)
Adolfo Rafael Rodríguez Santoyo (CV)
Eduardo Barrera Arias (CV)
Cuauhtémoc González Vázquez (CV)
Erico Wulf Betamcurt (CV)

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La realidad de la micro, pequeña y mediana empresa en América Latina

Dra. Alejandra López Salazar
Universidad de Guanajuato
México


La contribución de la Micro, Pequeña y Mediana empresa (Mipyme) al crecimiento económico y a la generación de empleo es de gran valor para el desarrollo de un país. Se estima que en promedio las Mipymes aportan el 65.9% de los empleos de un país (Tueros, 2009) y el 75% del PIB. Estos datos muestran, además, que las Mipymes en Latinoamérica son “un instrumento de cohesión y estabilidad social al brindar oportunidades de empleo a colectivos, semi o escasamente cualificados” (Saavedra y Hernández, 2008: 133).
            Las Mipymes ayudan a producir bienes que para la gran empresa no es costeable fabricar o que se requieren en pequeñas cantidades y deben adaptarse a determinadas especificaciones; así mismo, crean y fortalecen la formación empresarial al adquirir experiencia en diversas funciones de la organización, además de su impacto en la generación de empleos y aportación a los ingresos públicos.
El continuo desarrollo de políticas que fomentan la creación y facilitan la supervivencia de las PYMES, se debe a las creencias generales que se tienen sobre las ventajas de éstas respecto a las grandes empresas, entre las que resaltan: a) mayor eficiencia en la creación de empleos, b) mayor potencial de innovación, c) mayor flexibilidad y capacidad de adaptación estructural, d) mayor capacidad de adaptar sus productos y servicios a las necesidades de los consumidores, e) representa el contrapeso respecto a los monopolios, y f) constituyen un amortiguador para las fuertes variaciones del empleo (Rothwell, 1989 y Wadley, 1988, citado en Estudios COTEC No.7)
Los estudios sobre Mipyme son necesarios para la generación de estrategias nacionales, empresariales y la definición de políticas públicas. Para ello es preciso comprender profundamente sus necesidades, problemas, características, lógicas de emprendimiento y su funcionamiento para formular estrategias que impacten directamente en su desempeño. Y aunque existen espacios como el Observatorio Latinoamericano Pyme, Observatorio Europeo de la Pyme y el Observatorio Pyme México, que buscan generar información sobre el desempeño e impacto de las Mipymes, de manera sistematizada, confiable, útil y comparable entre regiones o países, ha sido difícil debido a sus distintas formas de clasificación, dinamismo de apertura y mortandad.
El objetivo de este capítulo es ofrecer un panorama sobre la realidad que viven las Mipymes en los países de América Latina que sirva como base para el desarrollo de estrategias empresariales y de política pública. Para ello, se inicia comparando las distintas definiciones que existen sobre la Mipyme en base a organismos internacionales. Posteriormente se examina su importancia en el ámbito económico, así como las características que describen su forma de operar. Finaliza con la presentación de las ventajas y desventajas de la Mipyme.
Definición de Mipyme
A nivel mundial existen diversas formas de definir a la Mipyme en función de las necesidades de cada país, a la conformación específica de las empresas y a la facilidad de clasificación y obtención de información. Entre las variables más utilizadas se encuentra el número de empleados, el nivel de ventas y la inversión en activos. Sin embargo, el tamaño del mercado, valor agregado, volumen de ventas o producción, separación de funciones básicas y el valor del capital invertido también son variables que determinados países utilizan para caracterizar a las Mipymes (Saavedra y Hernández, 2008).
La tabla 1 muestra la clasificación de las empresas de acuerdo a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), la Comunidad Europea (CE), la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) y el Instituto Nacional de Estadística y Estudios Económicos de Francia (INSEE). El criterio principal de clasificación es el número de trabajadores.

Tabla 1. Clasificación de empresas de acuerdo a Organismos Internacionales

OCDE

CEPAL

INSEE

CE

Tamaño / Criterios

Empleados

Empleados

Empleados

Empleados

Ventas

Activo

Microempresa

0-19

1-4

1-49

1-9

Hasta 2 millones de €

Hasta 2 millones de €

Pequeña

20-99

5- 49

50-250

10-49

Hasta 10 millones de €

Hasta 10 millones de €

Mediana

100-499

50-250

250 - 1000

50 -249

Hasta 50 millones de €

Hasta 43 millones de €

Fuente: Saavedra y Hernández (2008).

Al considerar la clasificación de las Mipymes en Latinoamérica resalta que la mayoría de los países utiliza más de un criterio para definirlas (tabla 2). Al respecto, sólo Argentina y Panamá no emplean el número de trabajadores como criterio de clasificación, en su lugar manejan el nivel de ventas, ya que el giro empresarial y el grado de adopción de Tecnologías de Información y Comunicaciones influyen en la capacidad de generar ingresos de la empresa con un menor número de empleados.

Tabla 2.  Criterios para definir la MIPYME


País/ Criterio

Empleo

Ventas

Activos

Otros

Argentina

 

X

 

 

Bolivia

X

X

x

 

Brasil

X

X

 

 

Chile

X

X

 

 

Colombia

X

 

x

 

Costa Rica

X

X

x

x

El Salvador

X

 

x

 

Guatemala

X

 

 

 

México

X

X

 

 

Panamá

 

X

 

 

Perú

X

 

 

 

Uruguay

X

X

x

 

Venezuela

X

X

 

x

Fuente: Saavedra y Hernández (2008).

En el caso de México, a partir de junio de 2009 se incluye el nivel de ventas como un criterio adicional de clasificación por sector empresarial. Países como el Salvador  y Colombia también combinan dos criterios pero utilizan el valor de los activos y empleados. En el caso de Bolivia, Cota Rica, Uruguay y Venezuela consideran al menos tres criterios de clasificación, incluyendo en algunos casos, la inversión en maquinaria, equipo y herramienta.

Importancia económica de la Mipyme

Aunque existen diversas definiciones de Mipyme es necesario resaltar la importancia de estas empresas en los países de Latinoamérica con la información disponible. Al respecto, la Mipyme representa al menos el 97% de las unidades económicas, como lo muestra la gráfica 1. Panamá y Perú son los países con menor y mayor proporción de Mipymes, respectivamente. En el caso de la microempresa, Bolivia y Venezuela tienen el mayor número de microempresas con un 99.69% y 99.58%, respectivamente. Uruguay, Guatemala y Costa Rica resaltan por tener el mayor número de pymes de América Latina con proporciones entre 21 y 19%.
Estos datos muestran que dada la configuración de empresas en América Latina, no se puede hablar de Mipymes y Pymes como si se tratara del mismo conjunto de empresas. Las microempresas son quienes tienen la principal representación de organizaciones con un promedio de 90%, mientras que la pyme representa, en promedio, el 9.5% del universo de empresas en los países estudiados. En este sentido, dado que las características de las microempresas y pymes son distintas, las estrategias de apoyo también deberían serlo; sin embargo, en la mayoría de los países de Latinoamérica se generan programas de apoyo en conjunto.
            En lo referente a la composición sectorial, el 49% de las Mipymes se desempeñan en el sector comercial, el 38% en el sector servicios y sólo el 13% en la industria (ver gráfica 2). Esto datos muestran la dificultan que experimentan las Mipymes para desarrollarse en actividades industriales que requieren conocimientos más específicos, experiencia en el giro, mayor inversión de capital y mano de obra calificada (sobre todo en determinadas ramas económicas).
En un estudio especifico que se realizó en México, en la ciudad de Celaya, sobre las Mipymes manufactureras, se encontró que las principales problemáticas a las que se enfrenta la micro, pequeña y mediana empresa se relacionan con el área de producción, específicamente en:

  • adquisición de maquinaria y equipo y/o modernización del proceso productivo
  • dificultad para adquirir insumos de calidad, a precios accesibles y con las especificaciones necesarias
  • existencia de instalaciones improvisadas, no aptas para hacer eficiente la logística interna de la empresa, tener una mejor imagen y servicio al cliente (Contreras y López, 2009).

            La distribución del empleo por tamaño de empresa y por país, se muestra en la tabla 3, en donde resalta la contribución de las Mipymes en el empleo. Existe un segmento de trabajadores independientes (autoempleo) que representan el 29.6% de la Población Económicamente Activa (PEA) en el cual están considerados los trabajadores profesionales y no profesionales y el autoempleo con trabajadores familiares. Considerando el trabajo independiente, microempresas y micronegocios, en  promedio en América Latina el 50.5% del empleo son generados por empresas con menos de 11 empleados. Sin embargo, existen países cuya proporción es mayor como Bolivia y Paraguay con más del 70%; Colombia, El Salvador, Nicaragua, Honduras y Ecuador con proporciones entre el 60 y 70%.
La pequeña empresa aporta el 11.2% de la PEA en promedio en América Latina y cuenta con mejores niveles de capitalización y recursos sociales que el trabajo independiente, microempresas y micronegocios (Tueros, 2009). La mediana empresa contribuye, en promedio, con el 4.2% de empleos pero tiene una “mayor contribución al crecimiento económico debido a su superior integración con mercados dinámicos, nacionales e internacionales, y su más alta productividad” (Tueros, 2009: 5).
            También es importante resaltar que las Mipymes en el área rural “son un componente importante del tejido empresarial de América Latina, ya que en conjunto absorben el 73.6% de los ocupados en el sector privado” (Tueros, 2009: 6). Al respecto, el trabajo independiente representa la base del empleo con un 57.3% dada la escasez de empresas que demandan mano de obra en esas regiones (Tueros, 2009).
Guaipatín (2003) condensó información que destaca la importancia económica de la Mipyme en Latinoamérica. Entre las variables utilizadas se encuentra el volumen de ventas, el valor de la producción, la participación de las Mipymes en las ventas de un país, en la producción, en el PIB y en el valor agregado, principalmente. De acuerdo a este autor, las Mipymes en Brasil generan una cuarta parte del total de salarios pagados; en Chile generan el 17% del total de ventas registradas las que a su vez representan un 30% del PIB; en Honduras las ventas de Mipymes constituyen el 80% del PIB, y en Panamá las ventas representan el 33% del PIB.
Además, como lo muestran los datos de la tabla 4, en Argentina, más de dos terceras partes de la producción de este país las generan Mipymes, aunque en Nicaragua esta misma proporción la aporta la gran empresa. Y en México, el 62% del valor agregado es creado por las Mipymes.

  Características de la Mipyme

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) caracteriza a la pequeña empresa como “una entidad en la cual, tanto la producción como la gestión están concentradas en manos de una o dos personas, responsables asimismo de las decisiones que se toman en la empresa” (OIT, 1982, citado en Lemes y Machado, 2007).
            De acuerdo a Jacques, Cisneros y Mejía (2011) y Méndez (1996), las características generales de las Mipymes son: a) sociedad establecida por una o dos personas quienes aportan el capital; b) la administración es empírica en muchos casos, debido al capital cultural del empresario 1; c) el dueño realiza las funciones de “hombre orquesta”; d) generalmente el mercado que atienden es local; e) su crecimiento se basa principalmente en la reinversión de utilidades; y, f) tienen ventajas fiscales al ser causantes menores.
            Si se analiza la Mipyme en base a sus funciones administrativas, apoyos financieros y técnicos, así como a su estructura legal y operativa, resalta que la planeación de las Mipymes está centrada en el dueño de la empresa, es operativa más que estratégica por lo que tiene un horizonte de corto plazo y se basa en la experiencia más que en el análisis. En cuanto a su estructura y organización, la toma de decisiones está centralizada en el dueño quien desarrolla una gran cantidad de funciones en las diversas áreas de la empresa y se apoya principalmente de familiares, y conforme experimenta un crecimiento va contratando personal externo; la distribución de trabajo se basa en la intuición del empresario y no en el diseño analítico de una estructura organizacional ni descripción de puestos. La función de ventas está a cargo del dueño, quien establece una relación directa con el cliente y es quien conoce las necesidades de su mercado, lo que permite adaptarse rápidamente a las exigencias de los clientes. El área de recursos humanos es la que menor atención adquiere por parte del empresario, en donde el reclutamiento de personal se basa en conocidos de empleados, la capacitación es de inducción y básica para desarrollar las funciones y la motivación se basa en el salario. La estructura productiva se caracteriza por el poco uso de tecnología sofisticada, siendo intensiva en mano de obra poco especializada, donde la producción es a pequeña escala, especializada y con una baja diversificación productiva. La función contable está a cargo de un contador externo y en algunos casos se contrata a un auxiliar para apoyar la administración del capital de trabajo (OCDE, 1993; Aláez, 1992; Camisón, 1992; Rucabado, 1992; Martínez, 1990; Salamán, 1989; citados en Estudios COTEC No.7; Jacques, Cisneros y Mejía, 2011). La planeación financiera es una actividad poco común2 a pesar de las grandes problemáticas que enfrentan, como son: alto nivel de endeudamiento, cartera vencida excesiva, continuos incrementos en el costo de la materia prima, bajo nivel de ventas y utilidades, falta de capital para invertir y para capital de trabajo, dificultad para adquirir préstamos, ausencia de personal especializado en la toma de decisiones financieras y ausencia de control financiero en la organización (López, 2008). En el ámbito jurídico, solo el 50% de los empresarios se registran como personas jurídicas evidenciando la predisposición a asociar los asuntos de la empresa como personales. Conforme la empresa crece, se tiene la tendencia a separar la figura del dueño con la del negocio; de hecho un mayor número de medianas empresas están registradas como personas jurídicas y, por ende, administran sus finanzas de manera independiente (Nielsen Company y Visa, 2007).
            Otra característica importante está relacionada con el volumen de ventas que generan las Mipymes en Latinoamérica. Un estudio desarrollado por Nielsen Company y Visa en 20073 , muestra que las ventas anuales de las Mipymes tienen una mediana de 35 mil dólares, pero existen diferencias por tamaño de empresa. En la gráfica 3, se observa que las pequeñas y medianas empresas tienen marcadas diferencias en las ventas que generan en relación a las microempresas; al respecto, sólo el 5% de las microempresas registran ventas entre 200 mil y 1 millón de dólares, cuando el 29% de las pequeñas empresas y el 34% de las medianas logran este rango de ventas.
En cuanto a los gastos anuales de las Mipymes, la mediana es de 31 mil 200 dólares anuales y aunque también existen diferencias por tamaño de empresa, queda claro que no tienen grandes márgenes de utilidades, ya que la mayoría de sus ingresos se destinan a cubrir pagos. La materia prima, los insumos e inventario (56%) y el pago de empleados y servicios (renta, luz, agua, impuestos y telecomunicaciones) (32%) son sus principales gastos (Nielsen Company y Visa, 2007).
 En el mismo estudio, encontraron que el 90% de los dueños de Mipymes utilizan productos bancarios pero sólo el 51% cuenta con productos financieros empresariales. Y aunque el 73% de las Mipymes tienen la intención de separar sus gastos personales de los gastos del negocio, solo el 17% ha logrado implementarlo. El 76% de las Mipymes expresaron que es complicado obtener créditos formales, especialmente las microempresas. Su principal fuente de financiamiento son los proveedores.

Condiciones de trabajo en la Mipyme Latinoamericana

Las mujeres trabajadoras y empresarias tienen menos oportunidades en las Mipymes que en la gran empresa en lo que se refiere al cumplimiento de la legislación laboral y generación de ingresos. En el trabajo independiente existe una brecha ocupacional por género, con un diferencial de diez puntos porcentuales menor al hombre, y en el rubro de trabajo independiente no profesional, en 13 de los 15 países analizados existen diferencias en ingresos que van del 4% al 42.4% (Tueros, et al., 2009).
            La protección social es un aspecto primordial en las condiciones que ofrece la Mipyme. Sólo el 18.1% de los trabajadores independientes cuenta con cobertura en salud y/o pensiones en América Latina, el 33.7% en la microempresa y el 62% en micro negocios, existiendo una tendencia de mayor cobertura social conforme la empresa crece (Tueros, et al., 2009).

El capital social en el emprendimiento de la Mipyme

Aunque una gran mayoría de estudios sobre Mipymes se centran en analizar las causas de mortandad, pocos investigadores se han centrado en examinar por qué subsisten las Mipymes a pesar de las desventajas que poseen. Se ha encontrado que las dimensiones sociales ayudan a explicar la creación y subsistencia de las Mipymes, es decir, las relaciones sociales que se entretejen en las estructuras, procesos y actividades de la organización.
            El capital social se define como “el conjunto de recursos que están ligados a la posesión de una red sostenible de relaciones más o menos institucionalizadas, de intercomunicaciones; en otras palabras, que estén ligadas a la pertenencia a un grupo, como conjunto de agentes que no están dotados con propiedades comunes, pero están unidos por vínculos permanentes y útiles” (Bourdieu, 1980: 2). Es decir, el capital social es un proceso social que no surge de manera espontanea, sino de las relaciones, confianza y conocimiento de las personas. De acuerdo a Julien (2006), el capital social es un lubricante para acelerar las interrelaciones, basándose en la confianza, reglas y la probidad. El capital social abre las puertas, disminuye los costos de información y de recursos y ofrece diversas formas de seguro. Es una reserva de saberes, tanto para ofrecer oportunidades de crear empresas, como para producir de manera colectiva (Contreras, López y Molina, 2011).
En un estudio realizado por Contreras, et al. (2011), encontraron como formas de capital social en la Mipyme la colaboración familiar en la elaboración de productos, sobre todo en la micro y pequeña empresa, seguida de la herencia familiar como una forma de transferir la propiedad del negocio, así como el apoyo de conocidos y el apoyo económico de la familia (ver tabla 5).
Tabla 5. Capital Social por tamaño de empresa (número de empresas)


Capital social

Micro

Pequeña

Mediana

Grande

Total

Colaboración familiar

88

45

4

0

137

Herencia familiar

37

16

5

0

58

Apoyo de conocidos

13

9

1

0

23

Apoyo económico familiar

12

7

1

0

20

Ganar confianza con sus clientes

8

2

2

0

12

Colaboración de familia política

5

0

1

0

6

Tener articulación con otras empresas

2

1

1

1

5

Fusión entre empresas o varios accionistas

0

1

1

3

5

Inversión de familia migrante

4

1

0

0

5

Apoyo y orientación de gobierno

3

1

0

0

4

Actividades paralelas

3

0

0

0

3

Nc

90

31

16

5

142

Total

265

114

32

9

420

Fuente: Contreras, López y Molina (2011)

La amistad o la familiaridad de los agentes pueden ayudar a tener mejores precios y mercancía, descuentos, rebajas de situación, información privilegiada, tratamiento especial, crédito preferencial, entre otros, que se dan como resultado concreto del capital social.
            Así mismo, el capital social impacta en las formas de aprendizaje de la Mipyme toda vez que el aprendizaje se genera en las relaciones sociales de las personas y cuya calidad depende de los agentes involucrados que pueden ser desde quienes construyen el conocimiento (centros de investigación) hasta conocimiento empírico compartido por un empresario. Por lo tanto, “para establecer una relación de aprendizaje primeramente debe existir una relación social entre agentes que quieren aprender y que pueden enseñar y de ello depende la concreción social de la transferencia del conocimiento o de la información. En este sentido, la transferencia del aprendizaje se da primeramente por medio de las relaciones sociales entre las personas” (Contreras, Arroyo y López, 2012).

  Ventajas y desventajas de la Mipyme

Dadas las características y el contexto en el que se desenvuelven las Mipymes se pueden definir las ventajas que poseen en relación a la gran empresa:

  • Gran aportación al PIB y al empleo
  • Atienden el mercado local que no interesa a las grandes, apoyando el desarrollo regional.
  • Flexibilidad para expandir o contraer sus actividades en función a estacionalidades.
  • Mayor flexibilidad para amoldarse a los cambios del entorno o de las exigencias de los clientes, debido a su estructura.
  • Mayor agilidad para dar rápida respuesta a los cambios a partir de la delegación de responsabilidades.
  • Facilidad para resolver problemas por su estructura más plana.
  • Mayor capacidad de innovación porque es más fácil adaptarse a las necesidades de las empresas cuando se comprende rápidamente los requerimientos de los usuarios (“cercanía” con el cliente para el desarrollo de nuevos productos o tecnologías).
  • Mayor capacidad para atender segmentos de demanda, mediante la optimización de los recursos para el alcance de los nichos de mercado.
  • Contacto fluido con los clientes, lo que permite una cabal comprensión de sus deseos, necesidades y expectativas.
  • Mayor facilidad para establecer óptimas relaciones en el seno de la organización, a partir de la mayor facilidad para compartir la misión, la visión, los valores y las metas empresariales.
  • Aptitud para desarrollar y utilizar el capital social y simbólico como elementos clave para su sobrevivencia y crecimiento.

De acuerdo a Lemes y Machado (2007), las medianas empresas tienen ventajas distintas como son:

  • Su buena organización le otorga mayor capacidad de adaptarse al entorno lo que incrementa sus posibilidades de crecimiento.
  • Su flexibilidad le permite realizar cambios en los procesos técnicos de acuerdo a las necesidades.
  • Facilidad para asimilar y adaptar nuevas tecnologías.
  • Tienen presencia nacional lo cual contribuye al desarrollo local y regional.
  • Tienen una buena administración aunque todavía la opinión del dueño es la de mayor peso.
  • Son proveedores eficientes de las grandes empresas.

De igual forma, las Mipymes cuentan con una serie de debilidades en comparación con la empresa grande, entre las que sobresalen:

  • Dirección de la empresa con visión de corto plazo, donde la falta de planeación conduce a una gestión de carácter reactivo.
  • Viven al día y es difícil sostenerse por períodos largos de crisis en los cuales disminuyen las ventas.
  • Escasa atención al tema de calidad por el énfasis en producir y vender.
  • Dificultad para adquirir tecnología adecuada para el proceso productivo.
  • Ausencia de sistemas de información que permitan obtener decisiones rápidas y basadas en datos reales.
  • Dificultad para acceder a distintas fuentes de financiamiento formales. Sin embargo, utiliza su capital social para financiarse a través de otros entes como familia, amigos o proveedores.
  • El recurso humano no está capacitado para desempeñar el puesto provocando con esto un incremento en los costos de la entidad por las malas decisiones y por la realización de trabajos por debajo del estándar establecido en las políticas y expectativas organizacionales.
  • Pocas Mipymes logran la internacionalización.

Conclusiones

El éxito de las PYMES tiene un gran impacto en el crecimiento económico, en la generación de empleos y en el bienestar de la población. Sin embargo, en el entorno mexicano las PYMES  no han podido alcanzar un nivel de competitividad adecuado que les permita, en primer instancia, consolidarse en mercados regionales para posteriormente lograr la entrada a mercados nacionales e internacionales. Las crisis económicas y las recuperaciones posteriores tienen efectos muy grandes sobre la creación y destrucción de entidades empresariales, siendo las empresas jóvenes y pequeñas las más vulnerables a los vaivenes de la economía.
A pesar de la gran importancia que tienen las pequeñas y medianas empresa dentro de las economías de los países, es poco lo que se conoce sobre ellas. Existen definiciones que varían entre países e incluso entre sectores económicos, por lo que es difícil realizar comparaciones. Así mismo, la información no se actualiza con frecuencia, lo cual es aún más grave cuando se trata de un sector tan dinámico dentro del cual continuamente muchas empresas nacen y mueren. Este problema se ha planteado también en países de mayor nivel de desarrollo económico y con mejor información estadística.
La Mipyme debe mejorar el conocimiento técnico de los trabajadores porque de la calidad del capital humano depende la productividad de la empresa; debe actualizar sus procesos productivos, mejorar la gestión de su empresa, definir una estructura flexible que le permita atender las necesidades del mercado rápidamente pero de manera más formal; la intuición ya no debe ser la única forma de tomar decisiones debe apoyarse en la información real de su empresa; debe apoyarse de su capital social para impulsar su asociatividad y cooperación interempresarial para tener acceso a mejores fuentes de financiamiento, menores costos en materias primas, abastecimiento a grandes empresas, entre otros. En este sentido, los retos más próximos para las Mipymes latinoamericanas son ampliar su negocio, expandir su operación, incrementar ventas, ampliar la base de clientes, adquirir inventario y comprar equipos y maquinarias.
Por lo tanto, las políticas públicas debe estar orientadas a mejorar la gestión empresarial; establecer canales de información permanentes sobre el entorno, especialmente para obtener y utilizar tecnología de punta; generar plataformas de aprendizaje, apoyo, orientación y capacitación a Mipymes; buscar proveedurías de materias primas y maquinaria para reducir costos de producción; establecer convenios con gobiernos locales en donde éstos tengan el rol de catalizadores para mejorar la calidad de la producción.

Bibliografía

Bourdieu, P. (1980). El capital social. Notas provisorias. Actas de investigaciones en ciencias sociales, vol. 31, París, Centro de sociología europeo.
Contreras, R. Arroyo, B. Y López, A. (2012). Formas de Aprendizaje en las Mipymes. Una perspectiva socio-cultural. México: Ed. Universidad de Guanajuato.
Contreras, R. y López, A. (2009). Diagnóstico de las necesidades de las empresas manufactureras en Celaya, México: Ed. Universidad de Guanajuato.
Contreras, R., López, A. y Molina, R. (2011). Emprendimiento: dimensiones sociales y culturales en las Mipymes. México: Ed. Pearson.
Estudios COTEC Nº 7, Innovación en las PYMES: Factores de éxito y relación con su supervivencia. Estudio bibliográfico 1987-1995. Grupo de Investigación en Análisis y Gestión de la Ciencia y la Tecnología. Universidad Carlos III de Madrid.
Guaipatín, C. (2003). Observatorio MIPYME: Compilación estadística para 12 países de la Región, Informe de Trabajo, Banco Interamericano de Desarrollo- División de Micro, Pequeña y Mediana empresa.
Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática - INEGI. (2009). Encuesta Nacional de Micronegocios. ENAMIN 2008.  México
Jacques, L., Cisneros, L. y Mejía, J. (2011). Administración de Pymes. Emprender, dirigir y desarrollar empresas. México: Ed. Pearson.
Julien, P. A. (2006). “Emprendimiento Regional y Economía del Conocimiento; una metáfora de las novelas policíacas”. Colombia: Ed: Pontificia Universidad Javeriana.
Lemes, A. y Machado, T. (2007). Las Mipymes y su espacio en la economía latinoamericana, Encuentros Académicos Internacionales en http://www.eumed.net/eve/resum/07-enero/alb.htm (vi: 18 de mayo de 2012).
López, A. (2008). Problemas financieros en la micro, pequeña y mediana empresa de la ciudad de Celaya, Ide@s CONCYTEG, año 3, núm. 35, pp. 4-34.
Méndez, J. (1996). Economía y Empresa. México: McGraw-Hill.
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Saavedra, M. y Hernández, Y. (2008). Caracterización e importancia de las MIPYMES en Latinoamérica: Un estudio comparativo. Actualidad Contable FACES, no. 17, julio-diciembre, pp. 122-134.
Tueros, Mario (2009). Relevancia de las Mipymes en América Latina, en Crisis Internacional y Políticas para las Mipymes, EUROsocialAL-Empleo, Organización Internacional

1 En México, de cada diez empresarios, ocho tienen estudios de secundaria como nivel máximo (INEGI, 2009). En Argentina, el 31.2% tienen estudios de secundaria y 55.4% estudios de primaria (Guaipatín, 2003). El 75% de los ocupados en las MIPYMES tiene como máximo la escuela secundaria incompleta (Tueros, 2009)

2 En un estudio realizado por López (2008) sobre los problemas financieros en la Mipyme celayense, el 9.5% utiliza la planeación financiera como estrategia.

3 Se estudiaron 1220 pymes en ocho países (Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, México, Perú y República Dominicana) de los sectores comercial, manufacturero y de servicios