DISTRIBUCIÓN DEL INGRESO Y POBREZA EN AMÉRICA LATINA

DISTRIBUCIÓN DEL INGRESO Y POBREZA EN AMÉRICA LATINA

Juan Francisco González Bermúdez (CV)
Universidad Nacional Autónoma de México

Volver al índice

III.2. –Producción y  desigualdad en el mundo y en América Latina.

Una vez que hemos analizado la población mundial, dejamos por concluido  que ha  habido una disminución porcentual y un aumento en términos netos; lo que ha traído en parte una mayor carga de pobreza. Por ende, hemos de decir que dicha pobreza se explica por múltiples aspectos y no necesariamente por el aumento poblacional. 
Con esta base, se hace necesario entrar a un espacio  más amplio en donde se analice el crecimiento y la distribución de la riqueza, con el fin de tener un cuadro más completo sobre nuestra investigación y tratar de explicar esos elementos responsables de la pobreza. El primero de ellos es el PIB y el PIB por habitante. Este último significa el reparto de los bienes y servicios generados en un país en un tiempo determinado. Esta operación, que no es más que la división del producto entre el número de habitantes,  es lo que nos permite aproximarnos a la distribución de la renta total.
Uno de los cuestionamientos que nos hacemos  es saber cuál ha sido su comportamiento en los últimos 25 años a escala mundial y su comparación con años anteriores en donde se aplicaba el esquema de Welfare State. También,  nos interrogamos sobre el caso de América Latina y su relación con otras regiones del mundo. Por ende, deseamos saber qué ha pasado con la proporción que guardan  los salarios en la renta y por último, es importante resaltar la diferencia salarial existente en el área latinoamericana y observar las distancias entre los que más ganan y los que menos obtienen del producto social global; lo que necesariamente impacta sobre los niveles de pobreza. 

Fuente: FMI.
A partir de la pos guerra, y como consecuencia de una política expansionista cimentada en el modelo keynesiano- fordista, las bajas tasas de interés,  el aumento del gasto público y la inversión, se tuvo un incremento en la producción que se puede ver en la gráfica anterior, misma que alcanzó promedios muy elevados en comparación con los años anteriores y posteriores;  la era del consumo en masa y producción en masa había llegado.1
En ésta época, los Estados Unidos, a partir de Brettón Woods, lideraron al mundo con la emisión de dólares  que les permitía tener el llamado señoreaje, mismo que utilizaron para financiar la guerra de Vietnam. Desde ese momento y en adelante, la producción mundial tendió a decrecer como consecuencia de la introducción del modelo de libre mercado que ha estado dejando una estela de baja producción, alto desempleo y bajos salarios. Dicho modelo, basado en la oferta, trajo la racionalización en la producción y su optimización. El stock bajo y con ello los beneficios aumentaron. Se introdujo el proceso justo a tiempo y los proveedores se encargaron de racionalizar la producción.  Así mismo se innovaron procesos que tenían que ver con la calidad como ISO-9000 y manufactura esbelta.
tasa de crecimiento del producto interno bruto mundialFuente: International Monetary Fund, World Economic Outlook Database, September 2006.
Al hacer un análisis más cercano en los últimos 25 años podemos ver el comportamiento cíclico de la producción mundial debido a diferentes variables: básicamente una de ellas tiene que ver el llamado ciclo de liquidez, los otros se explican por la crisis del sistema financiero en 1987, en donde el crack bursátil del 19 de octubre impactó a la economía mundial; dado que el índice S&P  cayó un 20.5 por ciento. Otro aspecto fue que en 1992  el mundo vio otra guerra protagonizada por los Estados Unidos en contra de Irak por la invasión de este país a Kuwait. La tercera variable  es la que tiene  que ver con la crisis asiática que llevó a los países del área a tener que modificar su relación con el dólar. Y por último, un cuarto factor en 2002 fue el problema de bajo crecimiento económico de los Estados Unidos, mismo que trató de remediar con la invasión en  Irak en 2003. Ello le permitió entrar a un ciclo económico al alza, sin embargo, para el 2006 empieza a declinar,  y en 2007 la situación es más difícil por el problema de los créditos subprime que pronostica una baja en el PIB mundial a partir de este  año y que ha estado impactando la economía de América Latina hasta este momento en 2011, en donde no se ven visos de que llegue el auge esperado (En el último capítulo y como parte de las conclusiones hablaremos un poco más de esta crisis del capitalismo)
Lógicamente para América Latina la evolución del PIB es muy semejante al comportamiento internacional y se debe a factores diversos. Por una parte,  le afecta en la medida en que el ciclo económico es parecido al que sufren todas las economías del mundo. El principal aspecto que le ha afectado a la región latinoamericana fue y ha sido, el pago de la deuda externa que trajo como consecuencia problemas en los mercados internacionales. Algunos países como Brasil y México representaron un dilema a las economías desarrolladas e hicieron todo lo posible para paliar la deuda a través de formas de financiamiento como los bonos Brady, que consistían en intercambiar  deuda por inversión. Provocando con ello el despojo de los bienes de las naciones menos desarrolladas.  

Fuente: CEPAL.
Es así como, al conjuntar el comportamiento a escala mundial y de América Latina, observamos una tendencia a la disminución del PIB en términos porcentuales a partir de 1980. Se distingue, asimismo,  un deslizamiento que comienza a aumentar a partir del año 2000. Pero que, a partir de 2007, empezamos a bajar debido a múltiples factores; sobre todo al problema de la vivienda en Estados Unidos que anteriormente hemos mencionado; tal y como lo vemos en el cuadro siguiente.

Fuente: FMI.
Si bien es cierto que el comportamiento es similar entre América Latina y el de los países desarrollados, podemos observar que cuando el PIB baja en Estados Unidos, las naciones que componen la región latinoamericana  lo hacen con más fuerza que el resto del mundo. Ello es debido al efecto furgón que hacen las economías desarrolladas (En especial la de Estados Unidos)  sobre las subdesarrolladas.

Tasa anual de crecimiento  en algunos periodos. (Tasa anual media)


                        Economías desarrolladas.  Países en desarrollo.   América Latina 19 países
1980 – 1990                           3.1                                   3.3                                 1.1
1990 – 2006                           2.4                                   4.8                                 2.9
1980 – 2006                           2.6                                   4.3                                 2.4

Fuente: CEPAL.
De manera desagregada y en términos numéricos, podemos observar que de 1980 al año 2006 las economías desarrolladas y de los países en desarrollo aumentan más que la economía Latinoamericana. Según el FMI América Latina cayó en 2.6 billones de dólares desde 1980. Lo que representó dos puntos del PIB mundial.
Por otra parte, al analizar el  PIB per cápita, distinguimos un comportamiento similar al mostrado anteriormente. En términos generales se ven  crecimientos por habitante mayores durante la aplicación del modelo de Keynes; a diferencia del esquema neoliberal-monetarista. En promedio los países desarrollados crecieron, de 1980 al año 2004 en 1.9 por ciento.  Asia oriental sur lo hizo en 6.3. América Latina creció en  0.60. África Subsahariana creció en 0.19.

                   Fuente: CEPAL. Basado en FMI/ datos del BM.
Ello nos lleva a concluir que una de las zonas que menos crecieron en el PIB por habitante en el mundo fue África y América Latina. Destacándose positivamente la zona  asiática por encima de los países desarrollados.
Gráficamente y bajo el método paridad de poder de compra (PPC) se observa también un declive muy pronunciado en el PIB per cápita de América Latina. Con ésta consideración también detectamos que Latinoamérica cae casi igual que África Subsahariana y se ubica de forma contraria  al este Asiático y el Pacifico.

Tratando de hacer una síntesis de todo lo dicho anteriormente, presentamos el siguiente cuadro para comparar las variables de crecimiento del PIB, del PIB por habitante y la población de América Latina, a efecto de hacer una correlación de la forma en que han estado evolucionando los datos tomados a partir de la crisis de 1980 en la región latinoamericana y la situación que prevalecía antes de dicha crisis.  Así mismo, ello nos permitirá acentuar nuestro análisis en el periodo de conducción neoliberal.

Como se puede ver  el período 1980-2005, el PIB cae con respecto a los años 1960-1980. Para los mismos años  la población también disminuye en términos porcentuales  y existe un decrecimiento en el PIB per cápita, que lo hace en un 0.64, con respecto al 2.82 que se tuvo en el período del Welfare State. Estos datos nos indican las desventajas de las políticas del FMI en el sentido de ser un modelo contraccionista en donde el crecimiento por habitante disminuye.
Ahora bien, el problema también lo debemos ver en el sentido de que si el PIB disminuye, la parte que corresponde a los salarios y utilidades también debe disminuir, sin embargo, los salarios han estado bajando con respecto al PIB y las utilidades aumentando. En otras palabras, si analizamos algunas variables que tienen que ver con la pobreza y observamos el peso que tiene el factor trabajo en el PIB, desprendemos ideas que nos indican que cada vez está disminuyendo como producto del uso de las tecnologías. Para tal efecto, tenemos el comportamiento de la Unión Europea (15) y los Estados Unidos, que han modificado la correlación entre el capital y el trabajo. Como vemos, la composición orgánica del capital (Marx) lleva a una comprensión del fenómeno de la globalización y la explotación.

Fuente: FMI. Florence Jaumotte e Irina Tytell Departamento de Economía.
Como se puede apreciar en el grafico anterior, en las economías desarrolladas el porcentaje del PIB que se destina a remunerar al factor trabajo ha estado disminuyendo paulatinamente, lo que indica que el nivel de ganancia aumenta en los países desarrollados. Asimismo,  el cierre de empresas en países desarrollados está perjudicando a los trabajadores  y se está modificando el mapa laboral. Con la idea de reducir costos (salarios)   las empresas  aumentan sus utilidades. En los países centrales se quedan los empleos que requieren más trabajo intelectual. Por ende, en los países subdesarrollados se realiza el trabajo manual y mal pagado, mientras que en las metrópolis los salarios aumentan para aquellos que realizan investigación y desarrollo de sistemas. Por lo cual, las diferencias saláriales hacen que los trabajadores de los países más desarrollados vivan en mejores condiciones que los pueblos subdesarrollados.

Fuente: FMI
En suma, y como consecuencia de la caída en la tasa de ganancia, los países centrales han invertido en los pueblos subdesarrollados para aumentar sus utilidades; dado el nivel tan bajo en los salarios en maquiladoras o industrias que se han trasladado a la periferia.   Así mismo, para contrarrestar dicha caída tendencial de la tasa de ganancia,  se ha dado una disminución en la masa salarial.2
Para América Latina la situación es muy similar al resto del mundo3. Los sueldos y salarios representan, de acuerdo a la encuesta de ingresos laborales del 2002, el 81 por ciento de los ingresos de los hogares y se establece un aumento moderado de los salarios reales inferiores al 2% en Bolivia, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, México y Uruguay. Se situaron sobre un 3% en El Salvador y Panamá, retrocediendo Argentina, Honduras y Nicaragua, siendo el más marcado el de Argentina con un 26% entre 1997 y 2004.

De ese 81 por ciento que representan los ingresos familiares, tenemos que los salarios  son de alrededor de dos terceras partes, lo que equivale  al 54 por ciento mostrado en la gráfica anterior. 

Cabe decir que la  desigualdad salarial  se mide por la varianza del logaritmo de los salarios por hora, misma que nos muestra una cantidad de 0.65 en trece países que componen la región. Cantidad muy elevada, ya que las naciones más desarrolladas presentan un 0.22.4 Y si comparamos la desviación estándar entre los años de 1990 a 2002, observamos una pequeña diferencia en torno a ésta, ya que pasa de 0,64 a 0,65. Es decir, ha aumentado dicha desigualdad salarial en promedio para los países en estudio; aunque habría que acotar que los salarios aumentaron levemente en términos absolutos  en el periodo de estudio. 5
Con respecto al PIB, los salarios en la OCDE representan el 69%, en los ex países socialistas el 62.7, en Asia el 52%, en medio Oriente y África el 47%, en América Latina el 42 %, en África el 37% (Orlado Caputo 2007) lo que nos indica la  poca proporción que tiene el área de América Latina en el producto social global, apenas por arriba de África y por debajo de Medio Oriente y el norte de África. Algunos países nórdicos como el caso de Finlandia, Dinamarca y Suecia en 1960 se mostraron con 73,7 por ciento, 71,3 por ciento y 69,4 por ciento, respectivamente, como proporción salarial con respecto al producto. Estas cifras tan elevadas han caído entre  el año 1991 y 2000 a 66.5 por ciento, 68.3 por ciento y 69,9 por ciento. Cantidades que  dejan de ser altas, pero que siguen una trayectoria descendente. 
Esta primera aproximación nos indica que el mundo global no está dando el mejor resultado en lo que compete al ámbito económico y en conclusión sólo está estructurado para los grupos poderosos  que han visto aumentar sus niveles de ganancia. Así mismo, para aquellos que se han enriquecido con formulaciones de optimización de mercados y de productividad que aumentan el producto social global en términos reales; pero que no impactan fuertemente sobre el resto de la sociedad. En suma, ante una población decreciente, en términos porcentuales, el ingreso personal en el  mundo y en el espacio de América Latina también disminuye.6
La anterior disyuntiva nos lleva a aclarar que mientras la población decrece en términos porcentuales y la producción también, los niveles de utilidad aumentan vía la explotación por un aumento en la productividad,  que se puede distinguir a través de la disminución de los salarios reales.
Esto nos empieza a indicar que el nivel de distribución de la riqueza ha sido inequitativo y que la premisa de la imputación salarial de acuerdo a la productividad es sólo una quimera y que el planteamiento reciente de Samuelson, paradójicamente y en contra del pensamiento liberal, en cuanto a que se debe imputar a cada factor productivo de acuerdo a su productividad, según el premio nobel no es cierto. (Ver capítulo I)
Por último,  la CEPAL nos indica que  de manera funcional los niveles saláriales tienen que ver con la educación y con la experiencia. Esta última está siendo determinante de unos salarios que tienden a disminuir y a ser un factor explicativo de la mala distribución de la riqueza. Por ende, un aspecto de mejora en el salario es el aumento educativo a niveles secundarios o terciarios, lo que trasforma este problema en un dilema que se debe tratar a través de políticas públicas.  Además, nos dimos cuenta que la pobreza no sólo tiene que ver con un aumento poblacional, sino con una forma económica de actuar; con un modelo económico racional que ha estado influyendo en la desigualdad.

1 Cf. El Taller y el Cronometro de Benjamín Coriat. Editorial siglo XXI, tercera edición. Existe una conjugación en las formas de producir de Taylor (tiempos y movimientos) y un esquema de  Henry Ford llamado producción en cadena. Ello hace que la producción aumente (producción en Masa) que requiere de un consumo en masa. (Modelo de Keynes).  Basado en el pleno empleo y en la demanda agregada.

2 La central obrera  AFL-CIO de los Estados Unidos, indicó que los ingresos reales para un trabajador típico de tiempo completo fueron más bajos en 2005 que en 1973, y que lo sueldos reales para un trabajador típico sólo se han incrementado 9 por ciento desde 1979, mientras que la productividad se ha elevado 67 por ciento en el mismo periodo. A la vez que se han  producido 5 millones de pobres más en 2005 que en 2006, cifra que incluye un millón de niños.

3 Para mayor información es necesario que se consulte de la CEPAL la parte correspondiente al panorama Social de América Latina 2006: Pobreza Social de América Latina. Pág. 98,99 y 100.

4 Los países tomados como muestra, según nos indica la CEPAL  son: Alemania, Austria, Canadá, Dinamarca, España, Estados Unidos, Finlandia, Francis, Holanda, Noruega, Reino Unido y Suecia.

5 Contrario sensu, si los salarios han aumentado levemente, los ricos materiales lo han hecho de una forma descomunal: “la lista de las personas más ricas del mundo. En esta edición 2007 aparecen las fortunas de los multimillonarios durante 2006, las que suman un total de 3,5 billones de dólares. Entre 2005 y 2006 los acervos de los millonarios globales se incrementaron en 900 mil millones de dólares, un 26% respecto a 2005. El número de integrantes de esta selecta nómina siguió incrementándose, como lo ha venido haciendo en los últimos años, y llegó a la cifra récord de 946. Esto muestra un crecimiento de 17% respecto al año anterior, cuando la lista contaba con 812 personalidades. Estas cifras demuestran que si bien se verificó un incremento tanto en número de personalidades como en fortunas, las últimas aumentaron más que las incorporaciones a la lista. En nuestra región, tres personas ganaron lo suficiente durante 2006 como para alcanzar al menos 1.000 millones de dólares en su haber y se incorporaron a la lista. Es así que mientras en la nómina publicada en 2006 los latinoamericanos llegaban a 33, en la presente edición suman 36”  Paula Visca (2007).

6 En el modelo de Malthus un crecimiento de los salarios tendría efectos positivos sobre el nivel de vida de los trabajadores sólo en el corto plazo, ya que una de sus consecuencias sería que los obreros tendrían un mayor número de hijos; esto implicaría una mayor población y, por tanto, un aumento de la oferta de trabajo, lo que, a su vez, daría origen a una caída de los salarios a niveles de subsistencia.
Lo cierto es que ahora la población tiende a disminuir  y como consecuencia no hay un aumento salarial debido a una baja en la oferta de trabajo. El cumplimiento a las leyes de oferta y demanda parece que sólo se cumplen con los bienes y no con la fuerza de trabajo, misma  que es regulada por el establecimiento de un salario mínimo por parte del Estado.