APORTES DE LA CIENCIA REGIONAL AL ESTUDIO DEL CAMBIO CLIMÁTICO

APORTES DE LA CIENCIA REGIONAL AL ESTUDIO DEL CAMBIO CLIMÁTICO

Andrés E. Miguel Velasco (CV)
Pedro Maldonado Cruz (CV)
Julio César Torres Váldez (CV)
Nestor Solís Jiménez(CV)

6.4. El escenario no deseado del impacto del cambio  climático en el desarrollo regional

Durante el periodo 50-2010 en México se generó un sistema regional con una secuencia asimétrica-nolineal, el cual no muestra continuidad, sino el tránsito de un sistema disperso y jerarquizado a un sistema polarizado. La secuencia indica que a partir de los 50s la población creció más rápido que la concentración de infraestructura y servicios, dando origen a un sistema con asentamientos humanos aislados, encabezados por unas cuantas ciudades con una jerarquía urbana concentrada. A inicios del Siglo XXI se ha consolidado un sistema donde predomina la concentración de la infraestructura y los servicios en unos cuantos polos, destacando como tales  las grandes concentraciones urbanas como las zonas metropolitanas.

Lo anterior no significa que no se encuentren en evolución algunos clústeres y sistemas de ciudades derivados de los agrupamientos regionales en formación, entre los que destacan durante 50-2010: a) ZAC-SLP; b) VER-TAB-CAMP-QR; c) PUE-TLAX-HGO-GTO-MICH; d) GRO-OAX; e)DGO-COAH; f) JAL-COL; y CHIH-SON-BC-BCS (ver Mapa No. 1); y como estados con alta jerarquía, pero relativamente aislados: el DF, NL y YUC
La estructura regional obtenida que muestra una gran rigidez, pues en un periodo relativamente amplio de tiempo no muestra una mayor capacidad de difusión del desarrollo en su evolución, permite confirmar que el ÐЯ en México es un proceso asimétrico-nolineal, en el cual la asimetría territorial está acompañada por desordenes territoriales enmarcados en gran medida en las δR.

La reflexión final es que si no se toman las previsiones necesarias para enfrentar la problemática ambiental, económica, político-social y cultural que deriva del C2 la asimetría regional se va a exacerbar, dando prioridad al desarrollo de clústeres, polos, zonas metropolitanas y localidades centrales “fallidas”, incrementando las δR entre estas organizaciones territoriales y sobre todo con respecto a la periferia de las mismas: las regiones de mayor pobreza y marginación.

En resumen, la simetría de los polos, clústeres y redes en las regiones de México, paradójicamente, es asimétrica, y la misma debe ser corregida por los diversos actores sociales que participan en el ÐЯ, para convertir éste en un proceso más armónico, equitativo y con un mayor crecimiento. Un logro así lo puede facilitar una política pública obligatoriamente planificada, participativa, enmarcada en un horizonte de largo plazo, capaz de frenar no solo los efectos desfavorables de las dificultades económicas coyunturales, sino que enfrente las inercias administrativas, y las nuevas dificultades que enfrenta el ÐЯ, como por ejemplo, las que derivan del cambio climático. Las soluciones territoriales no pueden más estar basadas en la improvisación para cubrir las necesidades circunstanciales de cada momento.