APORTES DE LA CIENCIA REGIONAL AL ESTUDIO DEL CAMBIO CLIMÁTICO

APORTES DE LA CIENCIA REGIONAL AL ESTUDIO DEL CAMBIO CLIMÁTICO

Andrés E. Miguel Velasco (CV)
Pedro Maldonado Cruz (CV)
Julio César Torres Váldez (CV)
Nestor Solís Jiménez(CV)

6.3. El cambio climático en la estructura regional de México

Durante 1950-1982 estuvo vigente el modelo de desarrollo de la “sustitución de importaciones”, el cual tuvo como motor principal del desarrollo regional (ÐЯ) la actividad gubernamental. A partir de los 80s en México inició el periodo del “neoliberalismo”, con el cual el desarrollo ha dependido fundamentalmente de la acción y actividad de los empresarios privados, los organismos internacionales, la banca, así como las industrias transnacionales. Este desarrollo se ha basado en la intención de mejorar la competitividad, la productividad, el ahorro, la inversión y reducir el peso económico de la estructura gubernamental. A mediados de los 90s, la “globalización” adquirió presencia definitiva a través de la justificación y los esfuerzos por integrar a México al contexto internacional en una posición de competitividad.

México ha tenido varias etapas en su ÐЯ. El periodo 1900-1940 fue de lento crecimiento, el único centro urbano que creció en forma considerable fue la ciudad de México. Hasta la época de la Revolución (1900-1910), la característica general fue el aislamiento de la población rural, debido a la nula o escasa comunicación existente en los centros urbanos y las ЯS.

El periodo 1940-1970 fue una etapa de rápido ÐЯ, y se caracterizó por un alto ritmo de urbanización, por un aumento continuo y acelerado de las tasas de crecimiento de la población (2.7% anual en la década de 1940, 3% anual entre 1950-1960, y 3.4% anual en la década de 1960), y por el surgimiento entre 1950-1960 de otras ciudades que crecieron rápidamente. La formación de nuevos centros regionales de desarrollo provocó que se difundiera el proceso de urbanización en casi todo el territorio nacional y permitió la creciente industrialización del país, la formación de una clase media, el mejoramiento y la ampliación de la red de comunicaciones y transportes y, por otra parte, se produjo un deterioro de las condiciones de vida campesinas.

La tercera etapa comprende 1970-1985, y fue el inicio de la desaceleración demográfica e inicio del neoliberalismo. Entre 1970-1976, la tasa de crecimiento de la población se mantuvo en 3.4% anual, pero de ahí en adelante empezó a disminuir y se estimó en 2.4% anual para 1980. En estos últimos años se observó un descenso en la natalidad, principalmente en las zonas urbanas y en los estratos sociales medio y alto. Los programas de planificación familiar empezaron a mostrar resultados y, unidos a un mejoramiento de los niveles de bienestar, determinaron un crecimiento más lento de la población. Durante el periodo 85-90 se aceleró la emigración del campo a la ciudad, así como la emigración internacional, como contraparte a la movilidad de capitales internacionales hacia las regiones y ciudades más productivas, acelerando las desigualdades sociales y regionales.

La cuarta etapa del ÐЯ inició en los 90’s, y ha sido el periodo de la urbanización entre la globalización y la sustentabilidad. De acuerdo con las políticas públicas, para fines de siglo la tasa de crecimiento de la población tendía a ser menos del 2% anual. La importancia de la década de los 90’s del Siglo XX reside en que en ella se produjo el cambio hacia una disminución de las tasas de natalidad, el cual llevará eventualmente a una estabilización del crecimiento poblacional.

En México se registró una población de 100,451,679 personas en el año 2000; de 106,451,679 personas en el año 2005; y de 112,336,538 en el año 2010. Según proyecciones (CONAPO 2012), para el año 2030 la población en México será de 127,205,585 personas. Pero aunados a la problemática del crecimiento demográfico y la emigración, gradualmente se han acentuado los problemas derivados de la contaminación del medio ambiente (manejo de desechos sólidos, tráfico, contaminación del aire, etc.), la escasez de recursos naturales básicos como el suelo, el agua y los hidrocarburos; y la manifestación cada vez más evidente del cambio climático, lo cual exige nuevas soluciones al ÐЯ.

Los cambios económicos, demográficos y urbano-regionales del país han provocado que México se caracterice por la concentración de sus actividades económicas en las ЯS y algunas ciudades de su territorio. En 1998, por ejemplo, el país tenía 115 ciudades con una población de 50,000 y más habitantes que concentraban 46% de la población y el 95% del Valor Bruto de la Producción (VBP) industrial, comercial y de servicios del país, es decir, prácticamente toda la riqueza generada en México (Sobrino 2003: 456-459).