LA FORMACIÓN ESTÉTICO – PEDAGÓGICA DE LOS ESTUDIANTES DE LA CARRERA DE EDUCACIÓN BÁSICA

LA FORMACIÓN ESTÉTICO – PEDAGÓGICA DE LOS ESTUDIANTES DE LA CARRERA DE EDUCACIÓN BÁSICA

Marcelo Remigio Castillo Bustos
Universidad de Oriente, Cuba

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CAPÍTULO II. CONSTRUCCIÓN EPISTEMOLÓGICA Y PRAXIOLÓGICA DE LA DINÁMICA IDEO-ESPIRITUAL DE LA FORMACIÓN ESTÉTICO-PEDAGÓGICA DE LOS ESTUDIANTES DE LA CARRERA DE EDUCACIÓN BÁSICA
Introducción
En el presente capítulo se expone el modelo de la dinámica ideo-espiritual de la formación estético-pedagógica de los estudiantes de la Carrera de Educación Básica, lo cual se logra mediante la explicación de relaciones entre configuraciones y dimensiones, como expresión de movimientos esenciales que promueven las transformaciones en el objeto de investigación. El modelo, desde la esencialidad que permite revelar, sirve de sustento a la estrategia de formación estético-pedagógica de los estudiantes en la Carrera de Educación Básica, como novedad de orden científico en las Ciencias Pedagógicas.
2.1.- Modelo de la dinámica ideo-espiritual de la formación estético-pedagógica de los estudiantes de la Carrera de Educación Básica.
En la actualidad, la formación integral del ser humano se constituye en un serio desafío para los sistemas educativos en todos sus niveles y modalidades de concreción, ya que los cambios y transformaciones que experimenta la sociedad se presentan de forma vertiginosa y constante. De ahí, que la Pedagogía como ciencia social y humanística, dedicada al estudio del fenómeno educativo a través de la aplicación de sus constructos epistemológicos y metodológicos, posibilita el desarrollo de procesos formativos acordes a las nuevas exigencias, haciendo emerger a los docentes como responsables directos de su aplicación.
En tal sentido, las instituciones de Educación Superior dedicadas a la formación de docentes deben garantizar la concreción de procesos formativos de alto nivel de calidad profesional y humana, ya que, estos profesionales al liderar la formación de las nuevas generaciones devienen gestores de la trasformación socio-cultural, cuyo desempeño depende del nivel de autodeterminación, autonomía, desarrollo intelectual, libertad y compromiso como cualidades docentes esenciales.
Desde el posicionamiento que se sustenta en la presente investigación, lo ideo-espiritual connota la significación y el sentido del ideal del ser humano el cual tiene una naturaleza social, por tanto, tiene una directa relación con su profesión y lo espiritual humano que se significa en la potenciación de los valores espirituales trascendentes capaces de propiciarle un verdadero desempeño profesional.
Por consiguiente, se parte de identificar y reconocer a la dinámica ideo-espiritual como el sistema de relaciones y nexos, movimiento y desarrollo de la interrelación de lo ideal y lo espiritual en una sucesión cíclica y progresiva de lo estético y lo pedagógico según la concepción del ser humano a formar, encaminado a dotarlo de los más elevados valores que se corresponden con el desarrollo humano.
Como resultado científico de esta investigación, se elabora un modelo de la dinámica ideo-espiritual de la formación estético-pedagógica de los estudiantes de la Carrera de Educación Básica, entendido como una construcción teórica formal fundamentada científicamente para explicar, delinear y convenir la realidad pedagógica a la necesidad histórica de la Educación Superior en Ecuador, cuya complejidad y diversidad de información, necesita buscar en primera instancia su simplificación y con posterioridad servir como instrumento de predicción de acontecimientos no observados en el proceso pedagógico.
Se asume este modelo por dirigirse al proceso formativo desde el contexto pedagógico institucional; tiene como soporte un enfoque holístico-dialéctico que accede a abordar la formación estético-pedagógica y revelar su carácter histórico-lógico e inductivo-deductivo a partir de la relación entre aquellas, la cual permite transmitir la experiencia social sustentada en el hombre como ente activo y transformador en su desempeño formativo de manera crítica y creadora.
El modelo expresa el carácter de proceso, resumido, práctico, referencial y anticipatorio respecto a la realidad educativa, características que se evidencian en la presente investigación.
Su especificidad está en concebirse desde una concepción científica y responder a los presupuestos teóricos que lo fundamentan desde posturas epistémicas que permiten reconocer la formación estético-pedagógica, promover transformaciones cualitativas en la formación de los futuros profesionales de la educación, toda vez que favorece una apropiación, comprensión y aplicación consciente que potencia la sensibilidad estético-pedagógica como expresión de la relación dialéctica entre la sensibilidad estética y la sensibilidad pedagógica desarrolladas en el proceso formativo de los citados docentes, revelando la esencialidad humana como condición orientadora para el desempeño de su futuro rol socio-profesional.
La concreción práctica del modelo expuesto, deviene instrumento de enriquecimiento humanístico y profesional que conduce al desempeño coherente en el quehacer educativo. Así, se toma como base la práctica estética como aspecto vinculado con la práctica pedagógica, cuya aplicación relacional facilita la reflexión y valoración de las manifestaciones humanas y direcciona la actuación docente a niveles de satisfacción. Por tanto, el planteamiento del Modelo se direcciona desde la arista de la formación estética en unidad dialéctica con la formación pedagógica como esencia formativa en la citada carrera profesional.
Para el desarrollo del Modelo ideo-espiritual de la formación estético-pedagógica de los estudiantes de la Carrera de Educación Básica, se asumen los siguientes fundamentos teóricos:
.- Los destacados aportes de la Concepción Científica de lo Holístico Configuracional, desde su carácter socio-antropológico de la Condición Humana (Fuentes, H. 2009), al considerar las categorías, configuraciones y dimensiones como la expresión de la dinámica del modelo propuesto, precisándose la importancia del carácter dinamizador del citado proceso formativo en todos sus aspectos.
.- Se reconoce el carácter dialéctico de las relaciones determinadas en el contenido esencial del proceso investigativo, puesto que se considera una totalidad compleja que transita en la relación dialéctica de lo general a lo singular y viceversa, desde cuyo fundamento se construye el modelo.
.- Desde la reflexión dialéctica se produce el análisis interno del proceso para revelar los opuestos devenidos en contrarios de la contradicción que se resuelve, desde el vínculo de lo objetivo y subjetivo, a través de la síntesis de cualidades superiores.
.- Al analizarse el movimiento de lo estético y lo pedagógico desde la ideo-espiritualidad de la formación del profesional, como un aspecto de desarrollo consciente, se expresan las particularidades formativas que se orienta a la formación integral y consciente de los estudiantes donde es necesaria la apropiación de sentimientos estéticos con respecto a las peculiaridades del entorno laboral.
Desde este referente, se puede sintetizar que la totalidad compleja de la formación estético-pedagógica procede, en primer término, por aspiración de promover la transformación de los seres humanos en su diversidad a partir de la autonomía pedagógica en la práctica pre-profesional, mediadora entre la capacidad estético-profesional y su comportamiento estético-pedagógico.
Las dos últimas categorías mencionadas, constituyen bases referenciales de significación en la sustentación de la sensibilidad estético-pedagógica, que se erige como categoría dinamizadora de la formación estético-pedagógica de los estudiantes de la citada carrera docente, cuya esencialidad se centra en el fortalecimiento del análisis, la reflexión, la valoración, el gusto y el placer por ser parte del proceso de formación de los seres humanos a partir de la praxis, a la vez que se convierte, irrefutablemente, en compromiso y empoderamiento estéticos frente a la labor educativa y otros aspectos que la integran.
Por la especificidad de la investigación, se reconoce también a la Pedagogía como la ciencia de la educación, que de forma integradora en el sistema de las Ciencias Pedagógicas y en sus diferentes momentos de concreción, propicia el desarrollo holístico del ser humano ya que el proceso educativo y la dinámica de sus eslabones integradores son la expresión del acto pedagógico, como un proceso formativo por esencia con una amplia orientación estética para alcanzar el nivel de impacto en el proceso de transformación socio-cultural y humano.
De esta forma, se relaciona lo estético y lo pedagógico como lógica que propicia evidenciar una actitud estético-pedagógica durante la labor profesional docente, lo que es corroborado por Flores, R. y Vivas, M. (2009); Romero, G. (2010); Cardona, F. (2011); Pizzul, M. (2013), entre otros autores, al afirmarse que el hombre se desarrolla, se forma y se humaniza no por el moldeamiento exterior, sino, como un enriquecimiento producido desde el interior del sujeto, todo lo cual marca la impronta de la dinámica ideo-espiritual de esta formación.
Según Barnechea, M. y Morgan, M. (2010), la sistematización se concibe como una manera de extraer y hacer comunicables los conocimientos producidos en los proyectos de intervención con la intención de transformar la realidad. Se asume la sistematización como proceso, producto y método teórico de carácter generalizador, que conduce hacia la organización y estructuración de saberes y experiencias que dan lugar al intercambio y construcción conscientes de conocimientos; en consecuencia, los fundamentos teóricos que sustentan el modelo, revelan la lógica de la formación estético-pedagógica sujeta al condicionamiento sintetizado de las siguientes características:
1. Flexible a las diferentes circunstancias y necesidades de cambios en función del contexto en el cual se aplica, además, el modelo es adaptable al proceso formativo de otros profesionales de la educación, puesto que la sensibilidad estética es una particularidad del ser humano en cuanto a su carácter espiritual.
2. Sistemático, ya que argumenta el sistema de categorías planteadas para desarrollar la formación estético-pedagógica, generando impactos progresivos y significativos en el desarrollo integral consciente del ser humano, que en el presente caso, a la vez se forma como profesional de la educación.
3. Progresivo y perfectible, ya que se perfeccionará constantemente en función de las exigencias contextuales, lo que incide en la práctica pre-profesional y se particulariza en la citada práctica, favoreciendo un avance continuo en el desarrollo y apropiación de la sensibilidad estético-pedagógica, como cualidad humana de los futuros docentes, con relación a sí mismo, los demás y su entorno.
Desde los presupuestos teóricos del presente trabajo, en sus diferentes estadios, se connotan entonces los postulados epistemológicos que permiten el desarrollo de un proceso formativo transformador de los estudiantes en la práctica pre-profesional para que actúen adecuadamente en el contexto escolar desde el carácter socio-antropológico de la condición humana planteada por Fuentes, H. (2009), en consideración a las especificidades relativas a la formación de pedagogos y a las particularidades del contexto educativo a satisfacer.
En la carrera investigada, el estudiante, sobre la base de reconocer su naturaleza humana, a través de la actividad ha de partir de valorar en correspondencia con el contenido de las diferentes asignaturas, el estado de la armonía, el equilibrio, la coherencia y el ritmo en los procesos biológicos de sí y demás entes vivientes como condición indispensable para reconocer la necesaria interrelación entre los ecosistemas que conforman todo el espectro ecológico local, nacional e internacional en estrecha relación con la sistematización de la sensibilidad estético-pedagógica en la revelación de lo sublime, lo dramático, lo ridículo, lo trágico y lo grotesco que caracteriza el sistema de relaciones sociales que se significan como limitaciones espirituales de individuos, grupos y la sociedad en su conjunto.
La actividad cognitiva a través de todas las asignaturas de la carrera como elementos de la cultura, permite comprender las esencias de los procesos de la naturaleza humana en que se han manifestado potencialidades y necesidades como recurso necesario, junto a la apropiación de sentimientos pedagógicos, para el desarrollo de una proyección ideo-estética que conlleve a una actividad transformadora sustentada en el vínculo entre el saber, el ser, hacer y el convivir como expresión de la capacidad trasformadora que se concreta a través de la práctica formativa de la subjetividad estético-pedagógica mediada por la orientación del ideal pedagógico y la generalización de cualidades estético-pedagógicas que conlleva a niveles superiores de compromiso, amor y trascendencia en la cultura estético-pedagógica como cualidad humana.  
2.1.1 Construcción del modelo ideo-espiritual de la formación estético-pedagógica de los estudiantes de la Carrera de Educación Básica.
El modelo de referencia revela en su construcción dos dimensiones que son expresión de sus movimientos internos y propician la existencia objetiva de las relaciones entre las configuraciones. Las dimensiones que se revelan son: dimensión de construcción de la cultura estético-pedagógica, y dimensión de formación del comportamiento estético-pedagógico.
A continuación se argumenta cada una de las dimensiones.
.- Dimensión de construcción de la cultura estético-pedagógica.
Esta dimensión emerge como síntesis cualitativa de sus configuraciones: desarrollo de la proyección ideo-estética, la apropiación de sentimientos pedagógicos, la sistematización de la sensibilidad estético-pedagógica y la cultura de la espiritualidad estético-pedagógica a partir de las relaciones esenciales que se producen entre éstas como procesos dialécticos que asocian lo hermenéutico y lo complejo.
Se revela la necesidad objetiva de reconocer el proceso de construcción de la cultura estético-pedagógica a partir de significar, en primer lugar, la existencia de un para dialectico que se establece entre el desarrollo de la proyección ideo-estética y la apropiación de sentimientos pedagógicos.
Estas configuraciones constituyen un eslabón mediador significativo a partir de su interpretación dialéctica y síntesis esencial, del cual emerge otro par dialectico, que deviene relación entre  la sistematización de la sensibilidad estético-pedagógica y la cultura de la espiritualidad estético-pedagógica.
El desarrollo de la proyección ideo-estética en la formación estético-pedagógica de los estudiantes objeto de estudio, es el proceso de planificación y organización de las actividades formativas sustentadas en ideas, intereses y valores conforme a una actuación sensible, armónica, equilibrada, dirigida a la preservación, desarrollo y divulgación de la cultura en el contexto escolar comunitario.
La citada categoría, se sustenta en un conjunto de conocimientos que al ser articulados y organizados sistemáticamente, permiten el despliegue de operaciones mentales sistemáticas que conducen a la interpretación de la realidad; es inherente a la educabilidad humana, que se expresa en el nivel de desarrollo ideológico del estudiante en formación docente y se concreta en la práctica pre-profesional.
Desde los criterios expuestos, la ejecución del proceso formativo de los citados estudiantes, carente de fundamentos sobre proyección estético-social sería insuficiente, ya que la estética al ser un aspecto de esencial importancia para el ser humano conlleva al perfeccionamiento de la interacción de sujetos con los diferentes elementos del entorno, lo cual garantiza la ejecución de procesos formativos efectivos en el desarrollo de habilidades, destrezas, valores y valoraciones como componentes de indiscutible valor en la formación humana.
El desarrollo de la proyección ideo-estética del estudiante promueve la valoración del quehacer educativo en los procesos socio-culturales, es decir, los estudiantes en formación docente, durante la práctica pre-profesional, asumen con responsabilidad cada detalle correspondiente al desempeño de su futuro rol profesional, lo cual eleva las posibilidades en la organización y administración del entorno escolar como un espacio que promueve una comunicación interactiva y multidireccional, en función del progreso de los educandos y del propio docente en formación, partiendo del reconocimiento de su capacidad estético-profesional en el ejercicio de la docencia.
Esta configuración propicia que se adentre en el conocimiento oportuno de las especificidades de la carrera profesional, evitando la improvisación teórica y práctica como consecuencia del desconocimiento, lo cual conduce al entendimiento y autodesarrollo racional de las cualidades profesionales y humanas necesarias en el ejercicio de la labor educativa en función del contexto; por tanto, se valora a la educación del ser humano como una necesidad de crecimiento individual y social que condiciona la transformación de la realidad en lo local, nacional y universal.
En consecuencia, este proceso a desarrollar en la formación estético-pedagógica se expresa como configuración al conducir las vías expeditas que son garantes de la imagen o representación de los factores, características y comportamientos relativos al entorno escolar comunitario, lo que se hará visible en la ejecución de un proceso de enseñanza aprendizaje activo, participativo y ampliamente crítico como condición necesaria para promover el real desarrollo del sujeto en correspondencia con las exigencias contemporáneas.
El aspecto esencial del desarrollo de la proyección ideo-estética en la formación de los estudiantes de la carrera investigada, se vislumbra en la potencialidad de un conocimiento heurístico profundo de lo estético y lo pedagógico, a la vez que en las relaciones que existen entre sí, lo que revela un actuar pertinente en la construcción de una visión estético-pedagógica coherente respecto al contexto escolar y sus proyecciones hacia la transformación socio-cultural. Toma como base las capacidades estético-pedagógicas y las proyecta hacia una intervención efectiva en el quehacer educativo, fortalece los valores y valoraciones sobre sí mismo y el entorno, y procura el mejoramiento permanente que se erige sobre la base de la cultura de la espiritualidad y conduce a la autonomía personal y profesional.
De esta manera, el estudiante en formación docente, durante la práctica pre-profesional, se anticipa en el proceso educativo que lidera, proyecta sus acciones al desarrollo de conocimientos, habilidades, destrezas, valores y valoraciones, sin limitarse al conocimiento tradicional como medio para alcanzar la sabiduría; gestiona la construcción de experiencias nuevas y la incorporación de aportes en la interpretación y solución de problemas reales, lo cual, da lugar a la construcción de un saber verdadero, global y generalizable, que se inicia en el análisis elemental y alcanza su máxima expresión en el saber propiamente dicho.
La proyección ideo-estética fortalece el análisis de las convicciones, creencias y opiniones de todos los actores inmersos en el proceso educativo, gesta la autonomía responsable del ser humano como ente social, posibilita la apropiación de la cultura respetando los principios y valores contenidos en ella, y por tanto, promueve la unidad ideológica que determina el accionar del estudiante en formación docente y por tanto, da sentido y equilibrio a la vida entregada al quehacer docente como obra invaluable que trasciende en su propio desarrollo.
En resumen, la proyección ideo-estética amplía la visión del estudiante en formación docente respecto a la educación; integra a la familia, la escuela y la sociedad en los procesos formativos como agentes mediadores para la formación ideológica de los sujetos, cuestión importante en la apropiación de la cultura.
El desarrollo de la proyección ideo-estética en la formación estético-pedagógica de los estudiantes de la Carrera de Educación Básica, requiere una apropiación de sentimientos pedagógicos, que de manera dialéctica se da como una configuración cuyas relaciones son indispensables en dicho proceso, ya que los sentimientos inciden en todo proceso social y particularmente, en el proceso enseñanza-aprendizaje donde las relaciones maestro-alumno, entre alumnos, entre maestros y de estos con los demás integrantes del contexto escolar comunitario, están mediadas por sentimientos que rigen la materialización de acciones que se constituyen en aspectos que determinan las relaciones interpersonales en el contexto.
Es la apropiación de sentimientos pedagógicos el proceso de identificación, valoración, selección e interiorización de los sentimientos que potencian la actividad pedagógica, de ahí, que desde una perspectiva pedagógica se concibe a los sentimientos como disposiciones que realiza la mente del docente al actuar en la práctica pedagógica, al valorar los hechos, condiciones, características y otras especificidades contextuales, en función de las proyecciones de su formación profesional. Por consiguiente, los sentimientos pedagógicos se originan en las cargas emocionales producidas en el desempeño de la actividad docente que, a su vez, motivan a la ejecución de acciones coherentes del contexto, en el desarrollo del proceso de enseñanza aprendizaje.
La apropiación de sentimientos pedagógicos se constituye en proceso y resultado del desarrollo de la inteligencia emocional del docente en formación y se evidencia al aplicar consciente las acciones formativas en la práctica pre-profesional y en el posterior desempeño socio-profesional.
La génesis de la apropiación de sentimientos pedagógicos se encuentra en la sensibilidad humana del estudiante en formación docente en dirección a lo pedagógico y transita por la captación, desarrollo y empoderamiento de sentimientos inherentes a la pedagogía. Tal proceso determina el comportamiento docente como gestor de las interrelaciones en el contexto socio-educativo, es decir, el docente en formación excluye de su praxis la espontaneidad y en cambio estimula el fortalecimiento de sus capacidades humanas hacia el desarrollo de acciones formativas en una práctica pedagógica contextualizada, sobre la base de los sentimientos pedagógicos como principio esencial de su ser social, humano y profesional.
Desde este planteamiento, el proceso de enseñanza aprendizaje estará impregnado de amor, como sentimiento superior expresado en confianza, pasión, ternura, generosidad, solidaridad, equidad, humildad y exigencia, lo cual eleva la sensibilidad espiritual humana del docente en formación sustentado en el reconocimiento de la interacción entre sujetos sociales conscientes en la relación maestro-educando, situación que ratifica a la educación como proceso socio-histórico que gesta el enriquecimiento y transformación de la cultura, desde una perspectiva humana.
Así mismo, el compromiso emerge como sentimiento relativo a la responsabilidad, aceptada en el momento de asumir y cumplir acciones sustentadas en la vivencia reflexiva donde el involucramiento y sentido de pertenencia, surgen como aspectos esenciales en la organización y administración del espacio áulico y extra-áulico al generar las condiciones adecuadas para el desarrollo humano; de tal modo, se eleva, el estado motivacional del estudiante en formación docente, quien potencia su autonomía y capacidad transformadora como condición mediadora en el ejercicio de la práctica pre-profesional.
En este nivel de desarrollo el respeto revela lo humano del docente frente a la realidad contextual, quien con sabiduría promueve la práctica de la igualdad desde la particularidad de su rol, rompe las barreras propias del tradicionalismo que aún persiste entre el docente y el educando, y consolida una relación entre seres humanos conscientes que intervienen en un proceso de enriquecimiento y transformación sociocultural mutuo.
Al ser la sistematización de la sensibilidad estético-pedagógica una configuración de mayor nivel de esencialidad, deviene de la síntesis revelada a partir de la relación dialéctica entre el desarrollo de la proyección ideo-estética y la apropiación de sentimientos pedagógicos, ya que las relaciones e interacciones existentes entre estas categorías proyectan su nivel formativo hacia un estadio superior que posibilita comprender las condiciones esenciales del proceso de enseñanza aprendizaje en el ejercicio del rol socio-profesional, de este modo se produce un salto cualitativo desde la formación individual del futuro docente hacia la transformación social a partir de su accionar consciente como gestor del cambio socio-cultural que es una cuestión permanente en la sociedad moderna.
En correspondencia con lo antes planteado la sistematización de la sensibilidad estético-pedagógica, es un proceso pedagógico enmarcado por la dinámica de objetivos y significados de carácter estético-pedagógico en la vida pre-profesional que conlleva a la concreción práctica de un sistema de sentimientos, emociones y sentidos que expresan el ideal estético-pedagógico a partir de la facultad de apreciar y actuar del sujeto desde las consideraciones de sus gustos y sentimientos pedagógicos, denotando la capacidad y comportamiento desde la interrelación entre la subjetividad y la espiritualidad.
Se concibe como un proceso con carácter intencionado que revela la dirección del modelo en que se encuentra y del que emerge como una configuración central, que se hace visible en el progreso gradual de la sensibilidad del estudiante en formación docente, en relación con las particularidades del contexto escolar y en función de las especificidades de los educandos como sujetos sociales conscientes que evidencian comportamientos diversos de acuerdo con sus necesidades.
Por tanto, el citado estudiante, para comprender esta realidad y actuar apropiadamente en el contexto escolar comunitario, requiere madurez emocional y profesional, por lo que se apoya en el dominio de las capacidades profesionales y humanas que le permiten aplicar las estrategias de mediación pedagógica pertinentes al proceso de enseñanza aprendizaje.
Se trata entonces de un nivel teórico fundado en la sistematización de experiencias de la práctica vivida en el contexto socio-educativo que permite identificar, valorar, organizar y orientar las experiencias más adecuadas hacia un desempeño docente efectivo y pertinente, en función de las condiciones y características de la realidad. Todo lo anterior implica el fortalecimiento de las cualidades profesionales del docente en formación, a partir de la experimentación en la práctica formativa, y por tanto, constituye un recurso pedagógico invaluable en tanto posibilita la identificación y potenciación de fortalezas, y la atención inmediata a necesidades específicas que surgen como expresión de la diversidad.
Por consiguiente, la sistematización de la sensibilidad estético-pedagógica da lugar a la valorización y adecuación permanentes de las acciones educativas, aplicadas por el docente en su ejercicio profesional, en consideración a la coherencia y nivel de eficacia en el desarrollo holístico de los educandos, y de sí mismo, como gestor del cambio sociocultural; por esta razón, el estudiante en formación docente amplía sus posibilidades para identificar y atender a plenitud a la diversidad presente en el contexto escolar promoviendo un proceso de inclusión social como práctica de vida racional en la potenciación de logros en términos de desarrollo humano.
De ahí, que las acciones educativas desarrolladas en el contexto escolar, son conscientes e intencionadas por cuanto persiguen finalidades definidas en función de la creación participativa de nuevas estrategias pedagógicas y didácticas.
El docente aprovecha sus propias experiencias para mejorar progresivamente su intervención en la formación y transformación humana, que coadyuva a su continua formación socio-profesional, a través del descubrimiento de la lógica existente en el proceso educativo como un acto experiencial holísticamente formativo.
La sistematización de la sensibilidad estético-pedagógica, en sus niveles teórico y práctico, conlleva a asumir un conjunto de reglas y principios sobre los elementos que intervienen en el proceso educativo, razón por la cual fundamenta las acciones pedagógicas de acuerdo a las funciones e interacciones de la educabilidad humana, ya que considera la arista científica que interrelaciona la Estética con la Pedagogía para promover la formación estético-pedagógica del docente, que en el desempeño de su rol profesional, genera interacciones educativas potenciadoras de todas las posibilidades humanas.
Por tanto, esta configuración se expresa en el inicio de la espiritualidad estético-pedagógica del futuro docente como necesidad de practicar un adecuado ordenamiento y clasificación de criterios, relaciones, categorías y experiencias contextuales, para dar lugar al encuentro del verdadero significado de la educación como acción esperanzadora para la transformación humana, como principio y finalidad de la transformación social.
En tal sentido, desde la sistematización de la sensibilidad estético-pedagógica, a partir de la contradicción que se produce entre el desarrollo de la proyección ideo-estética y la apropiación de sentimientos pedagógicos, se constituye en una condición que posibilita la comprensión de la realidad objeto de estudio, en función de la educabilidad humana como cualidad, máxime cuando la labor docente se realiza con seres humanos en relativa igualdad de derechos y deberes por estar inmersos en una profunda diversidad.
De esta forma, se arriba a la cultura de la espiritualidad estético-pedagógica, como configuración síntesis de la relación dialéctica entre el desarrollo de la proyección ideo-estética y la apropiación de sentimientos pedagógicos, expresa la intencionalidad formativa, para alcanzar la formación de un docente sensible a su labor pedagógica, capaz de orientar su manera de sentir, pensar y actuar, en correspondencia con las diversas y complejas necesidades del entorno socio-educativo, es decir, la práctica pedagógica desarrollada por el citado profesional se sustenta en un adecuado ordenamiento de ideas, experiencias, valores y valoraciones, como esencia de la formación estético-pedagógica alcanzada.
La cultura de la espiritualidad estético-pedagógica se expresa en el conjunto de ideas, saberes, valores, sentimientos y realizaciones que condicionan el desarrollo efectivo de la formación en las instituciones educativas.
Dicho de otro modo, hace visible la concreción de la formación estético-pedagógica en la práctica pre-profesional ya que evidencia el fortalecimiento de la identidad del docente en formación con respecto a la especificidad de su futura profesión, quien sin perder su ideología, promueve el intercambio socio-cultural como un acto de convivencia y desarrollo consciente; en este sentido, el docente en formación recurre a la cultura contenida en las diferentes áreas de la ciencia, el arte y todas las posibilidades que en el contexto escolar comunitario se constituyen en objeto de estudio como medio para desarrollar con solvencia su futuro rol socio-profesional.
El estudiante en formación docente, a partir de la cultura de la espiritualidad estético-pedagógica, orienta sus percepciones, argumentos, lenguajes y otros recursos personales y contextuales, hacia una apropiada interpretación de la realidad, y motiva creativamente el intercambio de experiencias formativas en función de las expectativas de los educandos durante la práctica pre-profesional.
Por tanto, el desarrollo humano consciente surge desde la reflexión sobre las estructuras ideológicas, históricas, políticas, sociales y culturales, entre otras, en lo epistemológico y lo praxiológico como aspectos que guían la dinámica social.
Desde lo antes señalado, el docente en formación afirma su auto-concepto y revela el autoconocimiento y valoración consciente de cualidades personales y profesionales afianzadas en la consideración, respeto y aprecio que tiene hacia sí y hacia el entorno natural y social, lo que se expresa como satisfacción y alegría de vivir al servicio de la preservación y el desarrollo de la realidad.
Siendo la cultura de la espiritualidad estético-pedagógica, la revelación de las cualidades estético-pedagógicos del citado docente en formación, que evidencia en la manera particular de la actuar en el contexto escolar comunitario, se constituye en la fuente de donde emerge la intencionalidad formativa, el interés, el vigor y más capacidades docentes, que desde la base de la reflexión participativa propia del diálogo de saberes, potencia la educabilidad de los educandos como cualidad humana a ser aprovechada para que cada sujeto, se constituya en el gestor de su propia transformación como vía para alcanzar la transformación social.
De ahí, que el estudiante objeto de la presente investigación, asume el rol docente como orientador, guía y facilitador; que ejerciendo funciones mediadoras, posibilita una adecuada relación de los educandos y de sí mismo, con todos los elementos contextuales y temáticos inherentes al proceso de enseñanza-aprendizaje y al contexto escolar comunitario, ya que su rol no se limita a los procesos áulicos, este trasciende a la familia, la comunidad y su entorno local, nacional y universal, aspecto que al ser asumido con la máxima responsabilidad, conlleva al fortalecimiento de la reflexión creadora como sustento de la manera de sentir, pensar y actuar sobre la base de la condición humana.
Por tanto, el estado emocional del futuro docente es altamente positivo, se basa en la percepción objetiva y subjetiva de las experiencias que se producen en el desarrollo de la práctica pre-profesional, donde promueve la construcción de un clima escolar acogedor, agradable y apropiado para la convivencia humana; procurando así, el crecimiento intelectual, afectivo, psicomotriz, social, ético y estético de los educandos, de sí mismo y de todos los que participen en el acto pedagógico.
La valoración de los escolares, como sujetos sociales conscientes, el saludo diferenciado identificándolos por sus nombres, el diálogo permanente con sus familias, la atención a necesidades particulares y generales, la organización significativa del currículo, la interrelación de las áreas del conocimiento, el respeto y el fortalecimiento de los estilos de aprendizaje, el empleo pertinente de recursos, la evaluación para el reconocimiento de logros y limitaciones del proceso educativo y la dedicación de tiempo al compartir con los educandos, surgen como acciones pedagógicas esenciales para el desempeño del docente en formación.
Desde lo antes descrito, la educación trasciende de un proceso de trasmisión de información hacia un acto consciente y constructivo, en el cual se promueve el intercambio de conocimientos, experiencias, valores y valoraciones desde la conciencia reflexiva, que potencia la transformación sociocultural.
Por tanto, la educación emerge como un proceso en y para la vida, que forma seres humanos capaces de forjar su propio desarrollo, al integrar e interrelacionar las esferas cognitiva, psicomotriz y afectiva, en función de la transformación del entorno social y natural. En este estadio de desarrollo, el estudiante en formación docente, despliega sus habilidades intelectuales en la abstracción de los aspectos propios del espacio áulico y extra-áulico; y aplica criterios técnicos, científicos y éticos, desde una perspectiva estético-pedagógica en el desarrollo del rol docente.
Así, la dimensión construcción de la cultura estético-pedagógica se determina a partir de la sistematización de la sensibilidad estético-pedagógica, que se direcciona al alcance de la cultura de la espiritualidad estético-pedagógica; la cual se erige en la intencionalidad formativa del modelo, sobre la base de la mediación del par dialéctico “desarrollo de la proyección ideo-estética - apropiación de sentimientos pedagógicos”.
En otra dirección, esta dimensión de construcción posibilita revelar la reflexión epistémica de la formación estético-pedagógica, propiciar desde lo holístico-dialéctico las transformaciones cualitativas que posibiliten perfeccionar el modo de actuación profesional, y consolidar el proceso de sistematización como eje de formatividad. (Fig. 2.1)
De igual forma es indispensable significar un nuevo movimiento ascendente en el modelo que se construye, el cual viene condicionado por un nuevo par dialéctico dentro de este proceso formativo que parte de la sistematización de la sensibilidad estético-pedagógica como síntesis, que deviene una nueva relación dialéctica: la orientación del ideal pedagógico y la generalización de cualidades estético-pedagógicas que se erige en continuidad lógica del proceso en cuestión, a la vez que un eslabón mediador de la práctica formativa de la subjetividad estético-pedagógica; ello condiciona la existencia de una nueva dimensión.
.- Dimensión de formación del comportamiento estético-pedagógico.
En esta dimensión, la sistematización de la sensibilidad estético-pedagógica, como configuración central del modelo que se construye, da cuenta de un nuevo movimiento del proceso de formación estético-pedagógica que se desarrolla en un proceso pedagógico condicionado por la orientación del ideal pedagógico y la generalización de cualidades estético-pedagógicas, que se corresponden con el ejercicio de la formación.
Devienen entonces, dos categorías de carácter didáctico: orientación y generalización, coherentes con la contradicción esencial que se produce en los procesos didácticos y pedagógicos, lo cual se desarrolla en la práctica formativa de la subjetividad estético-pedagógica.
En correspondencia con lo antes expresado, las mediaciones en la práctica están condicionadas por la orientación que reciben los estudiantes para sistematizar su ideal pedagógico en la práctica y generalizar las cualidades estético-pedagógicas en la misma, cuestión que desde su concreción en la práctica formativa de la subjetividad estético-pedagógica, conllevan a revelase la dimensión mencionada.
A propósito de la orientación del ideal pedagógico como configuración, al constituirse en procesos de análisis, reflexión y disposición de conocimientos pedagógicos ideales, transita desde las representaciones mentales con respecto a la práctica pedagógica desarrollada por el estudiante en formación docente, hasta el despliegue de acciones formativas intencionalmente ejecutadas en el proceso de enseñanza-aprendizaje. El proceso de orientación hacia la adquisición, consolidación y contextualización de los fundamentos teóricos y prácticos de la acción formativa, se sustenta en la idealización de prácticas pedagógicas alcanzables que concretan una sólida identificación con el rol socio-profesional.
Los ideales presentes en el proceso pedagógico potencian la orientación en el desarrollo de acciones educativas positivas y prospectivas, que contribuyen a elevar la conciencia del estudiante en formación docente sobre la necesidad de una educación afirmada en el respeto a la vida, la paz, los derechos humanos y la democracia, de acuerdo con la sociedad que se pretende alcanzar en función de una vida plena.
En tal sentido, el futuro docente asume el liderazgo pedagógico reconociendo su rol de guía y facilitador; para ello, crea las condiciones idóneas concretadas en: suficiente preparación como evidencia del dominio de conocimientos propios de lo docente y extra-docente, lo escolar y extra-escolar; la aplicación pertinente de procesos pedagógicos y didácticos; el empleo de métodos y técnicas potenciadoras de la relación ideo-estética; y la orientación a partir del conocimiento y compresión de sus educandos en su diversidad en un ambiente escolar comunitario de calidad.
En el proceso de orientación, los profesores de la carrera más que indicadores de acciones y tareas específicas a emprender por los estudiantes en la práctica pre-profesional, se deben convertir en colaboradores del proceso de orientación, que con sus conocimientos y experiencias han de contribuir, a través del diálogo y el debate, a valorar las mejores vías y maneras para los roles ideo-estéticos que el futuro profesional ha de acometer. 
A través de la planificación, la orientación del ideal pedagógico debe partir del reconocimiento de las potencialidades y necesidades del contexto escolar comunitario como elementos que confluyen en el sistema de influencias educativas que reciben los educandos, de modo que se constituye en premisa para que sobre la base de las exigencias de los currículos escolares se valoren las mejores prácticas con vistas a su generalización creativa a través del diseño de actividades dirigidas a la formación de los educandos.
Durante la implementación de las actividades concebidas por los estudiantes, la observación por los profesores de la carrera y los profesores orientadores de las instituciones de educación básica, se han de erigir en un aspecto que debe contribuir al perfeccionamiento sistemático de las actividades proyectadas por los estudiantes sobre la base de interrogantes y sugerencias que se realicen con estos fines.
La orientación del ideal pedagógico no debe limitarse al desarrollo de un pensar y actuar del estudiante a través de una práctica que se sustente en experiencias y conocimientos fragmentados, por el contrario, debe caracterizarse por la potencialización del despliegue de un proceso complejo de valoración y selección de las mejores experiencias en correspondencia con las necesidades del contexto escolar de la práctica pedagógica, a la vez que conlleve al registro y sistematización de las nuevas experiencias resultantes conforme un desarrollo teórico y metodológico que conduzca a niveles superiores en el pensar, sentir y actuar pedagógico como expresión de un proceso de generalización.
La generalización de cualidades estético-pedagógicas, como expresión de un nuevo movimiento dialéctico, se define como un proceso de carácter intencional a través del cual se alcanza la extrapolación de conocimientos y experiencias del quehacer estético profesional, sobre la base de la comparación valorativa de las nuevas situaciones de la práctica pre-profesional con respecto a las condiciones que caracterizan las mejores prácticas en situaciones educativas anteriores.
Como configuración expresa la capacidad del docente de contribuir a la transformación del estado existente hacia un nivel superior al hacer común la experiencia alcanzada a partir de la orientación, la apropiación, los conocimientos y cultura de la espiritualidad adquirida.
En estrecha relación con lo hasta aquí expuesto, la sistematización de las mejores experiencias se constituye en un proceso que permite alcanzar el dominio de los elementos esenciales que caracterizan la labor estético-pedagógica, esencias que una vez sistematizadas con los de otros aspectos del proceso educativo, conllevan a una reconstrucción pensada e integral de la realidad escolar.
La generalización referida, emerge como configuración que expresa el estudiante en formación docente la maestría requerida para solventar su futuro rol profesional.
Se realiza en la práctica pedagógica caracterizada por valores esenciales, entre los que se destaca la vocación pedagógica por ser educador, lo cual impone firmeza en la formación profesional y carisma personal, dando lugar a la práctica de una comunicación efectiva en el intercambio de experiencias, conocimientos, emociones, sentimientos y pasiones que promueven el reconocimiento al principio de reciprocidad en la capacidad de impacto social mutuo entre docentes y educandos.
La generalización de cualidades estético-pedagógicas, al sustentarse en procesos de extensión de cualidades estético-pedagógicas de los docentes en formación constituye el proceso que permite desarrollar valoraciones de los elementos culturales en los educandos y en el contexto escolar comunitario, lo cual se constituye en vínculo estético primordial para un ejercicio docente contextualizado.
En este nivel de desarrollo, el empoderamiento estético del estudiante en formación docente da lugar a la apropiación pedagógica que impulsa el perfeccionamiento de sus cualidades y se evidencia en la confianza para influir en el desarrollo de las dimensiones: espiritual, social, psico-afectiva, intelectual e interpersonal.
Las relaciones establecidas en dicho proceso se arraigan y expresan en la interacción con otros docentes a través de la cooperación y el trabajo en equipo, garantes de un comportamiento socio-profesional solvente, sustentado en los resultados favorables de las generalizaciones dadas en la práctica.
Por tanto, las cualidades culturales de los estudiantes investigados adquieren notabilidad, se hacen visibles en el dominio de principios pedagógicos, ideológicos, legales, instrumentales, científicos, tecnológicos, entre otros, que como aristas del conocimiento, permiten comprender el comportamiento del fenómeno educativo desde una visión filosófica y su aporte irrefutable en el desarrollo socio-cultural.
El pensar, sentir y actuar de los sujetos en el marco del reconocimiento y valoración de las cualidades individuales y colectivas, potencian la valoración a los educandos como seres humanos en proceso de desarrollo, en cuyo sentido se orientan las acciones formativas en función de una práctica pedagógica inclusiva y generalizadora. Así, la orientación del ideal pedagógico y la generalización de cualidades estético-pedagógicas, tienen como escenario a la práctica formativa de la subjetividad estético-pedagógica.
Esta, parte de un ordenamiento de criterios, relaciones y experiencias, y encarna a la educación como acción holística y esperanzadora de la transformación socio-cultural. Se constituye en la base a la formación de los futuros docentes quienes asumen las particularidades de un rol profesional que propicia un encuentro con sentimientos de esperanza, alivio y paz interior, que vincula el cuerpo, la mente y el espíritu en la ejecución de acciones positivas generadoras de una formación humana prospectiva.
La práctica formativa de la subjetividad estético-pedagógica es el proceso de objetivación de las ideas, sentimientos, valores y saberes a través de las actividades de educación básica con la mediación de un proceso sistemático de la orientación del ideal pedagógico y la generalización de cualidades estético-pedagógicas.
El análisis demuestra que la educación no forma al ser humano aislado de la sociedad, promueve su desarrollo integral desde y en la sociedad, valorando su formación precedente como expresión del desarrollo cultural ya forjado. Por tanto, la orientación del ideal pedagógico promueve el cultivo intelectual del futuro docente considerando que los cambios sociales se fundan en la mente humana y resultan de la confrontación de los presupuestos teóricos con las situaciones reales de la vida.
La formación de estudiantes de la carrera investigada fragua la voluntad, libertad, solidaridad, empoderamiento, entrega y el respeto a la diversidad, entre otros valores, que desde la crítica reflexiva, permiten descubrir, corregir errores y potenciar las capacidades en un proceso formativo esencialmente humano.
La práctica formativa de cualidades estético-pedagógicas del docente en formación, fomenta la autovaloración, curiosidad y perfeccionamiento profesional permanente como evidencia de su carácter fortalecido integralmente, lo cual conduce a un comportamiento signado por: confianza, entusiasmo y estabilidad emocional hacia la realización personal y profesional, sustentado en el trabajo perseverante.
Si bien, la relación dialéctica entre la orientación del ideal pedagógico y la generalización de cualidades estético-pedagógicas se sintetizan en la práctica formativa de la subjetividad estético-pedagógica, al mismo tiempo, dan lugar a la sistematización de la sensibilidad estético-pedagógica.
La sistematización surge como un proceso teórico metodológico para identificar, describir, interpretar y registrar experiencias educativas. Se sustenta en la reflexión crítica y aporta en la construcción consciente de conocimientos, habilidades, destrezas, valores y valoraciones por parte de los investigados, quienes desarrollarán una práctica profesional, acorde al contexto socio-histórico cultural, por ello, se expresa en la dimensión de formación. (Fig. 2.2)
El tránsito por las configuraciones en que discurre el modelo, se concreta en dos dimensiones: la dimensión construcción de la cultura estético-pedagógica (Fig. 2.1), y la dimensión formación del comportamiento estético-pedagógico (Fig. 2.2)
La primera dimensión representa el estadio que propicia el desarrollo formativo estético-pedagógico de los estudiantes de la Carrera de Educación Básica a partir de la cualidad transformadora que genera este proceso en virtud de las relaciones entre las categorías y configuraciones que revelan la dinámica ideo-espiritual en la citada carrera en la interacción sujeto-sujeto que se produce en el proceso de enseñanza aprendizaje durante la práctica pre-profesional.
Es decir, al significar esta dimensión en el proceso de formación estético-pedagógica de los estudiantes de la carrera investigada, se desarrolla y potencia la resignificación de la actitud estética la cual se convierte en cualidad superior con relevancia contextual formativa desde la sistematización de la sensibilidad estético-pedagógica.
La dimensión en referencia, se sustenta en el desarrollo de la práctica pre-profesional de los estudiantes investigados, dado el necesario alcance axiológico del proceso de formación estético-pedagógica hacia la concreción del ideal estético, sobre la consideración que este proceso ostenta elevados niveles de actualización científica, al constituirse en escenario formativo de excelencia profesional, lo que precisa de este proceso de formación, para la potenciación de las cualidades estético profesionales, a través del desarrollo de diferentes modalidades formativas, con énfasis en la capacidad transformadora, donde se crea la cultura estético-pedagógica de la profesión, por el conjunto de indicadores que marcan la transformación social del estudiante en formación docente.
La construcción de la cultura estético-pedagógica, representa los atributos característicos de la cultura estético-pedagógica en la formación axiológica de los estudiantes como expresión de un proceso de formación estética que facilita y cualifica el aspecto pedagógico del proceso desde una arista integradora como es la práctica pre-profesional, sobre el fundamento que presupone como síntesis de ella, la sistematización de la sensibilidad estético-pedagógica en la expresión del reconocimiento a lo estético-pedagógico como valor supremo para el docente de la Carrera de Educación Básica.
De este modo, la dimensión construcción de la cultura estético-pedagógica, como primer estadio de la dinámica ideo-espiritual de la formación estético-pedagógica sienta los presupuestos para el tránsito hacia nuevas relaciones de mayor nivel de esencialidad, como un proceso que se manifiesta en una fase interna de los estudiantes que acontece en su desempeño práctico pre-profesional a partir de la acción responsable del ejercicio sistematizado en el trabajo formativo.
 En su fase externa, se expresa el carácter multifacético del comportamiento estético-pedagógico del estudiante en formación docente en la práctica pre-profesional.
Se apunta, que la formación estético-pedagógica al desarrollarse en la práctica pre-profesional se encuentra permeada tanto por un ejercicio de racionalidad signado por el conocimiento estético-pedagógico, que orienta el núcleo de inteligibilidad formativa como por la concurrencia de acciones y actitudes inherentes al estudiante asociadas a motivaciones, expectativas, esquemas conceptuales y culturales desde su capacidad transformadora como parte de su condición humana en correspondencia con lo estético.
De las relaciones que se establecen entre la sistematización de la sensibilidad estético-pedagógica y la práctica formativa de la subjetividad estético-pedagógica, mediada por el par dialéctico de la relación entre la orientación del ideal pedagógico y la generalización de las cualidades estético-pedagógicas se erige y constituye un segundo estadio a través de la dimensión formación del comportamiento estético-pedagógico.
Esta dimensión es la expresión de un movimiento en la formación estético-pedagógica como posibilidad de la realización cultural comprometida con la convicción profesional en la formación intencionada del estudiante como sujeto durante el proceso formativo, que se constata en el ejercicio pre-profesional, por tanto, en esta configuración se fomenta el desarrollo estético-pedagógico sistematizado de los estudiantes a través de las experiencias sentidas y compartidas en la práctica.
Se le concede especial valor a esta dimensión al constituir una respuesta a la pertinencia de los estudiantes en su trascendental desempeño pre-profesional, fundamentalmente, en el desarrollo del pensamiento estético, la construcción teórica de lo pedagógico y la práctica estético-pedagógica.
De ahí, que si se precisa que los estudiantes sustentados en el vínculo entre la teoría y la práctica asumen un rol social, ello implica que se desempeñen conforme a una actuación consciente y transformadora en la sistematización de la sensibilidad estético-pedagógica, y en su esencial condición de respeto hacia la dignidad humana.
La citada dimensión, revela la relación entre lo individual, lo social y lo profesional como aporte científico que traza la fundamentación epistemológica de la necesaria cultura estético-pedagógica en cualidad formativa de los estudiantes en el ejercicio pre-profesional.
Por consiguiente, ofrece la capacidad de transformar la autonomía pedagógica en la práctica pre-profesional, mediadora entre la capacidad estético-profesional y su comportamiento estético-pedagógico que transita por el intercambio experiencial entre profesionales ya graduados y la interacción con los educandos con los cuales labora, cuyas deducciones, juicios y reflexiones proponen un marco de orientación hacia una lógica estético-pedagógica que los ha de acompañar durante su práctica pre-profesional, a modo de concretar en él un actuar sensible y humano.
Por las razones aducidas, esta dimensión reconoce en el proceso de formación estético-pedagógica la intencionalidad formativa de la cultura de la espiritualidad estético-pedagógica que se logra a partir de la sistematización de la sensibilidad estético-pedagógica, como eje dinamizador , y que tiene por base a la práctica pre-profesional en su carácter formativo de la subjetividad estético-pedagógica al propiciar el desarrollo dialéctico de la capacidad y comportamiento estético-pedagógico.
A modo de conclusión, se puede predecir que el modelo de la dinámica ideo-espiritual de la formación estético-pedagógica de los estudiantes investigados, (Fig. 2.3) con una mirada ontológica, define la formación de los estudiantes desde la sistematización de la sensibilidad estético-pedagógica como resultado de la cultura estética y la cultura pedagógica, durante la práctica pre-profesional.
Por tanto, ha de estipularse esta formación desde la dinámica ideo-espiritual ya que cualifica a los estudiantes mediante la integración articulada de los procesos sustantivos, que son necesarios e imprescindibles a partir de las configuraciones que representan el movimiento dinámico del proceso de formación estético-pedagógica, en tanto se descubre el componente humano y profesionalizante en la construcción y desarrollo del pensamiento estético profesional.
Desde lo expuesto, es posible afirmar que las relaciones esenciales que dinamizan el modelo propuesto están dadas en:
- La relación de la sistematización de la sensibilidad estético-pedagógica con la cultura de la espiritualidad estético-pedagógica.
- La relación de la práctica formativa de la subjetividad estético-pedagógica con la sistematización de la sensibilidad estético-pedagógica.
Se asume por la presente investigación, como regularidad esencial la del carácter dinámico de la sistematización de la sensibilidad estético-pedagógica, que se erige en la relación esencial del proceso formativo estético-pedagógico de los estudiantes a partir de mediarse por la práctica pre-profesional en el logro de la cultura estético-pedagógica.
Para fundamentar la expresión praxiológica del modelo de la dinámica ideo-espiritual de la formación estético-pedagógica de los estudiantes, se elabora una estrategia de formación estético-pedagógica, como síntesis de las relaciones esenciales del modelo, que parte de la relación dialéctica, entre la dimensión construcción de la cultura estético-pedagógica y la dimensión formación del comportamiento estético-pedagógico, en su reconocimiento del objeto, la orientación y conducción del proceso de formación estético-pedagógica hacia una legitimación del actuar de los estudiantes investigados para alcanzar niveles de superioridad en su condición humana.