CREATIVIDAD EN EL ACCIONAR GERENCIAL PARA LA POTENCIACIÓN DEL DESARROLLO ENDÓGENO EN LA EDUCACIÓN MEDIA. ATISBO TEÓRICO DESDE LA POSTMODERNIDAD

CREATIVIDAD EN EL ACCIONAR GERENCIAL PARA LA POTENCIACIÓN DEL DESARROLLO ENDÓGENO EN LA EDUCACIÓN MEDIA. ATISBO TEÓRICO DESDE LA POSTMODERNIDAD

Edgar José Gómez Rodríguez
Universidad Yacambú

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Accionar Gerencial desde el Ámbito de una Gerencia Postmoderna

En los actuales momentos las organizaciones atraviesan períodos de crisis, lo que afecta no sólo el funcionamiento de éstas, sino también a los clientes o usuarios, pues éstos demandan un buen producto o servicio. Condiciones inestables, niveles de conflicto considerables, son aspectos que generan crisis, lo que implica un severo desajuste para la organización misma y para su entorno.

Ante esas consecuencias, el gerente es garante de buscar alternativas de solución, debe asumir dicha crisis y con acciones estratégicas enfrentar con éxito la incertidumbre que se le presente, implantando cambios en su accionar, y si fuera necesario renovar su papel, implantando cambios en la organización. Ejemplo de ello, puede ser trabajar una filosofía de gestión compartida, donde todo su capital humano se vea identificado, y participe, gestionar una negociación centrada en valores, eficiencia y cooperación, enfocar su quehacer hacia la productividad y competitividad.

Al respecto, Ramírez (2007), afirma que:

La acción gerencial debe estimular la creatividad en la organización, …en la gestión del conocimiento la creatividad es más importante que nunca…Para la búsqueda de la productividad, la eficiencia y el control, los gerentes pueden mirar la creatividad, pero ésta no tiene que ser así. Los imperativos del negocio pueden ser compatibles con la creatividad, pero ello requiere un cambio en el pensamiento gerencial (pp. 47- 48).

En el ámbito organizacional, las actuaciones del gerente deben incluir pensamientos innovadores, esto con el fin de gestionar la creatividad y poder afianzar su liderazgo. En relación a esto, Ramírez (ob.cit.), coincide con Amabile (ob.cit.), en lo que respecta a los componentes de la creatividad en la empresa; conocimiento experto (experiencia) y la motivación.

En función a ello, al hablar de accionar gerencial, se relaciona fácilmente con aquellos conocimientos que posee un individuo y que a través de éstos los puede aplicar en el ámbito de su organización, acá se incluyen las actividades que usa para explorar y resolver problemas.

Con ello, su acción gerencial se enfocará a un pensamiento creativo, ese modo al cual enfrenta los problemas o situaciones de incertidumbre, y a las soluciones que le da a los mismos. Con ello pone a prueba sus destrezas, su perspicacia, generando nuevas formas de pensar y de actuar.

Aunado a esto, existe un elemento muy potente que refiere Ramírez, el cual es la perseverancia, cualidad que debería tener todo gerente, sobretodo ante problemas o situaciones difíciles, la búsqueda de alternativas nuevas y la experimentación de las mismas enfocan hallazgos realmente creativos.

En el mismo orden de ideas, la motivación en la organización es gestionaria de acciones creativas, desde la visión de Amabile (ob.cit.) se puede enfocar la motivación desde el punto de vista extrínseco y el intrínseco. El primero viene de afuera de la persona, de su exterior, para el fomento de éste el gerente se apoya en el ofrecimiento de incentivos de cualquier tipo, pues a través de éstos el empleado se sentirá motivado en la realización de sus funciones, encontrando soluciones a los conflictos que se le presenten.

Dentro de los incentivos que motivan mayormente a los empleados conseguimos el dinero, el cual entra en la categoría de incentivos económicos, no queriendo decir que por el dinero el trabajador aflore más la creatividad. Existen también otros incentivos como los sociales, los cuales deben ser más utilizados con la intención de que esos detalles como son becas, reconocimientos, agasajos, entre otros, influyan en el capital humano con mayor relevancia, y sentirse más importantes para la organización.

Ahora refiriéndose a la motivación intrínseca, se considera de mayor importancia, pues es la pasión, el interés, los deseos que muestra el individuo en hacer algo. Este elemento germina cuando el personal es estimulado, de modo que con ello se autogeneren desafíos y retos en hacer su trabajo. Al respecto, Ramírez (ob.cit.) refriere que, “La gente será más creativa cuando se sienta motivada principalmente por el interés, la satisfacción y el desafío del trabajo en sí mismo, y no por presiones externas” (p.50).

Es increíble entonces el potencial que juegan la creatividad y la motivación, aspectos que el gerente debe incluir en su quehacer como dirigente de una organización. Eso le dará garantía sólida para que sea una organización innovadora y con una imagen corporativa de renombre y competitiva en el mercado.

En ese marco, el gerente podrá influir con mayor facilidad hacia su capital humano, empleando sus destrezas, habilidades y experiencias, generando cambios un tanto sutiles y negociados, se obtiene una motivación intrínseca y un ambiente organizacional ameno y agradable.

Para lograr un potencial establecimiento hacia el estímulo de la creatividad el gerente debe propiciar actividades donde el empleado a través de sus habilidades se adecuen a tal tarea, pero que a su vez también requieran realizar un esfuerzo adicional, a modo de un reto, ante esa situación Ramírez (ob.cit.), refiere que para ello: “el gerente puede asignar el trabajo a la gente de manera tal que puedan poner en juego su conocimiento experto y su pensamiento creativo y que a la vez se encienda su motivación intrínseca”. (p.51).

El autor también refiere que se debe dar cierta autonomía, o libertad a los empleados, así se estimulará su creatividad. De acuerdo a eso, “… La libertad sobre el proceso también le permite a la gente enfocar su trabajo de manera tal que hacen el mejor uso de su conocimiento experto y sus destrezas de pensamiento creativo” (p.53).

En el orden anterior, el gerente debe centrar su accionar en otro factor, el recurso, el cual debe gestionarse muy sabiamente, Según Ramírez (ob.cit.), el tiempo y el dinero son recursos que pueden afectar directamente a la creatividad. Expresa que se debe asignar con sapiencia el tiempo para ejecutar tareas, pues a veces la presión en ese particular puede impulsar a ser creativa a las personas, pero hay que considerar que se debe asignar fechas con urgencia sólo a actividades que sean muy importantes, pues eso incrementa la motivación intrínseca con el incremento de desafío. Pero caso contrario será fijar fechas falsas, sin razón exigir presión de tiempo, ello conlleva a matar la creatividad, generar desconfianza y agotamiento.

Otro elemento que considera este autor, respecto al accionar gerencial, es las características de grupos y equipos de trabajo, la experiencia del gerente en lo referido a su capital humano será importantísima acá, eso ayuda a contribuir a formar equipos eficientes, donde del seno de éstos florecerán ideas creativas, para lo cual se debe considerar que los miembros de los equipos deben compartir entusiasmo, ayuda mutua, valorar y reconocer los conocimientos y perspectivas de cada uno.

Para el postulado anterior, el autor expresa para la conformación de equipos lo siguiente:

La creación de esos equipos requiere que los gerentes tengan un profundo conocimiento de su gente. Deben poder calibrar no sólo su conocimiento, sino también sus actitudes hacia colaborar con los demás, sus estilos de solución de problemas y sus puntos emocionales más vulnerables (p.55).

Para el complemento de la conformación de equipos debe existir el estímulo supervisivo, el autor aborda este tópico refiriéndolo que se debe hacer:

… un seguimiento apropiado. La conexión entre supervisión y motivación se relaciona con la necesidad de las personas de saber que su trabajo es de importancia para la empresa, pues de lo contrario es muy difícil mantener la pasión y el entusiasmo por el trabajo (p.56).

En ese sentido, el seguimiento que debe realizar el gerente es indispensable para el logro y cumplimiento de las tareas, deberá prever desarrollar esos acompañamientos donde se refleje la importancia de la tarea, y fomentar esto no sólo cuando las cosas salgan mal, pues del mismo modo hacerla cuando el trabajador sea eficiente.

Los resultados de los elementos mencionados, serán reflejados a través del apoyo organizacional, acá el accionar gerencial dejará ver su efectividad, para proyectar impulsos creativos significativos se requiere del apoyo de todos los individuos que hacen vida en la organización. Acá la función del gerente se centrará en ofrecer alternativas para afianzar los valores que tal como lo refiere Ramírez (ob.cit.) “…muestran que los esfuerzos creativos tienen alta prioridad en la empresa” (p.58).

Esto es muy notorio en las organizaciones donde se emplean incentivos sociales, como los reconocimientos por buenas acciones, es así como se premia efectivamente la motivación intrínseca y por ende la creatividad.  Entre más colabore la gente entre sí y más compartan la información, se incrementa el pensamiento creativo y la motivación.

Las ideas expuestas dejan en claro que, a la luz de la evolución de las organizaciones, el estímulo de la creatividad es una estrategia potente que los gerentes deben emplear en su accionar cotidiano, pueden diseñar y establecer un clima organizacional lleno de desafíos positivos, que le permitan a los trabajadores desarrollar sus potencialidades en pro de la innovación colectiva de la empresa, de no hacerlo, se podría perder la creatividad, y con ello perder la competitividad en el mercado.

En otro orden de ideas, pero refiriéndome a la misma temática, durante las últimas dos décadas para el mundo la visión gerencial ha ido evolucionando a saltos agigantados, en el transcurrir de esos estos siglos se han originado cambios e innovaciones si se quiere bruscas en el manejo de las organizaciones y en el modo de vivir de la humanidad. El elemento contaminación se ha apoderado de casi todo el planeta, y en torno a esto se dio un rumbo distinto en la perspectiva que se tenia del mundo de los negocios.

A raíz de los avances de las ciencias, la tecnología y la comunicación se ha afianzado una conciencia ambiental, esto hizo posible que la visión de producción y explotación de materias primas, de alimentos, y elementos o factores de consumo variara, las teorías administrativas en América Latina y en los demás continentes renovaran sus posturas.

Adentrándonos más hacia la gerencia, según Luna y Pezo (ob.cit.), expresan que ha habido una variación de tendencia, al respecto: “Es un cambio o secuencia de sucesos sociales, económicos, políticos o tecnológicos que se generan con lentitud, pueden ser predecibles y tienen cierta durabilidad” (p.19). Los párrafos antes descritos reflejan claramente la visión de estos autores, donde los cambios y avances del siglo XXI, la postmodernidad y la evolución del mundo han dado un giro al accionar gerencial en la actualidad.

Ahora bien, los mencionados teóricos refieren una megatendencia, la cual conceptualizan como: “cambio social, económico, político o tecnológico considerable que se genera con lentitud y que una vez que se presenta influye a lo largo de un período de seis a diez años o más” (p.19). Esto tiene mayor incidencia en lo social, y tienen cierta influencia en los procesos de desarrollo de las naciones. Para lograr esos postulados los gerentes debieron asumir la incorporación del mundo empresarial a una sociedad industrial basada en la información y un cambio en la tecnología que venían utilizando en sus procesos productivos.

Esos esfuerzos ejercidos por el quehacer gerencial, propician una organización con una cultura innovadora, basada en la aplicación de programas de capacitación continua, donde a partir de las ideas de Luna y Pezo (ob.cit), “…se establecen políticas de incentivos y promoción de la creatividad y capacidad innovadora, y permanente preocupación por el desarrollo humano y la alta incorporación tecnológica” (p.57).

Por otra parte, es pertinente que se mencione la competitividad, vista como una meta estratégica para las organizaciones, en ese sentido, ningún tipo de empresa debe obviar esto, al respecto, Drucker (ob.cit.), señala que no “…se puede pretender sobrevivir, mucho menos tener éxito, si no está a la altura de los parámetros fijados por los lideres en su campo, en cualquier parte del mundo” (p.76). En atención a ello, la acción gerencial debe promulgar la competitividad en su organización, utilizar estrategias innovadoras para alcanzarla, pues por el contrario, se vería seriamente afectada su actuación y por ende su posicionamiento en el mercado.

Entonces, el desafío radica en el papel de la gerencia en la actualidad, el gerente postmoderno se debe convertir en lo que refiere Drucker (ob.cit.), un líder del cambio, en efecto expresa:

Un líder del cambio ve el camino como una oportunidad. Un líder del cambio busca el cambio, sabe encontrar los cambios acertados y cómo aprovecharlos tanto fuera como dentro de la organización. Esto exige: (1) Políticas para forjar el futuro. (2) Métodos sistemáticos de buscar el cambio y adelantarse a él. (3) La manera correcta de introducir el cambio tanto dentro como fuera de la organización. (4) Políticas para equilibrar el cambio y la continuidad (p.89).

El mismo autor hace mención a la filosofía gerencial que emplean los japoneses, persiguen estándares de calidad bien rígidos, pues con ello se mantienen posicionados en los mercados y, sus procesos productivos son enfocados al mejoramiento continuo y organizado, el Kaizen es prueba de ello. A esas ideas refiere lo siguiente:

Todo lo que la empresa haga interna y externamente debe mejorarse sistemática y continuamente. Productos y servicios, procesos de productividad, marketing, servicios, tecnología, capacitación y desarrollo del personal, uso de la información. Tal mejoramiento debe realizarse a un ritmo anual previamente establecido: en la mayoría de las áreas, según han demostrado los japoneses, un índice de mejoramiento del tres por ciento anual resulta realista y alcanzable (p.98).

Ahora bien, para la acción gerencial ya se ha mencionado la relevancia de la innovación, a esa idea León (2008), expresa que “La innovación es un proceso, por tanto presenta entradas, trasformaciones y salidas. Para describir o estudiar el proceso que tiene lugar hasta llevar una invención al mercado…” (p.1). Ante eso, el gerente debe hacer frente a los cambios del entorno, asumirlos, adoptar la evaluación de la ciencia y la tecnología en donde la incertidumbre marca la pauta dentro de los mercados, la satisfacción al cliente y la demanda que exigen los usuarios hoy en día. 

Así mismo, la misma autora señala que existe “…la necesidad de gestionar la innovación y la tecnología y no dejarlas como procesos espontáneos” (p.3). Ante ese escenario el gerente debe analizar continuamente la optimización y uso de la tecnología en la empresa, con ello emergerá la creación de nuevos conocimientos, y alternativas para mejorar la comercialización y distribución de los bienes y servicios.

De la misma manera, indica Schnarch (2006), que el problema estratégico para los gerentes, es crear una infraestructura que sea conducente a la innovación y aprendizaje organizacional respectivo. En ese caso, el gerente asume la innovación, se anticipa a los cambios, los afronta y creativamente a esos cambios los desafía.

Así se puede inferir que, para las organizaciones los gerentes juegan un papel decisivo para el desarrollo y fomento de la creatividad e innovación, empleando estrategias de motivación, comunicación, capacitación e incluso empoderamiento a su capital humano. Para tal efecto de acuerdo a las ideas de Schnarch, la gerencia postmoderna e innovadora requiere de gerentes que sean líderes creativos, para el siglo XXI el desarrollo de la creatividad es el reto más importante para las empresas.