LA INFRAVALORACIÓN SOCIO-CULTURAL Y SUS EFECTOS EXCLUYENTES

LA INFRAVALORACIÓN SOCIO-CULTURAL Y SUS EFECTOS EXCLUYENTES

José Pérez Veloz (CV)
Universidad Nacional Experimental Simón Rodriguez

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1.2.- Escenarios teóricos y referenciales en el marco de la infravaloración sociocultural.

El homo convivens, tomó como esencia socializadora la demarcación de un territorio como construcción imaginaria de su pertenencia  es así como  el género humano comienza sus acciones en función de representaciones simbólicas de esta forma surgen los mitos y posteriormente los dioses. En este sentido, Kaspuscinski (2007) sostiene que:

La verdad es que nos hallamos ante una doctrina de desigualdad del género humano, pretendida y programática. Los mitos y las leyendas de muchos pueblos y tribus rezuman la convicción de que sólo nosotros –los miembros de nuestro clan, de nuestra comunidad- somos seres humanos; todos los demás son, como muchos, infrahombres o cualquier cosa menos persona (p.16)

Estos rasgos que dan cuenta referencial de la convivencia socio-cultural presenta el rostro de la infravaloración por cuanto se fundamenta en la negación del otro como semejante.

Es por ello que el paso siguiente en la configuración humana, es la fe religiosa establecida como esencia de la consolidación de la unión mediante los vínculos espirituales, se fundamenta en la religión y la creencia en un Dios universal aceptado por todos, con su doctrina reguladora de la convivencia de la especie.

 Sin embargo, el mismo hecho de que la especie humana haya surgido y expandido ha dificultado la aceptación  un solo Dios con una doctrina universal. De allí la conflictividad y la exclusión del otro por el dogma.

En este sentido, en esta investigación se indaga la influencia de la religión judeocristiana en sus eventos más significativos, por estar fuertemente enraizada en la cultura Latinoamericana. Es así como la religión aquí es visualizada en función del dogma excluyente al no tolerar la diversidad humana y desconocer las virtudes a los otros, que no profesen sus principios, sin desconocer los significativos aportes, en cuanto a la consolidación de la moral como elemento importante para la convivencia humana. Igualmente se  puntualizan coincidencias y diferencias en la valoración de la condición espiritual  interpretadas desde la fe, con otras religiones.

Partiendo del Edén como referente interpretativo de la trayectoria del judeocristianismo, se consiguen los primeros rastros de la infravaloración humana.   El creador del universo  (según los registros de la Biblia) sancionó al hombre y a la mujer porque  incurrieron en la tentación de comer del árbol de la ciencia del bien y del mal, lo cual estaba prohibido por el creador, en esta primera  falta fueron condenados de manera desigual en donde la mujer fue relegada a la dominación del hombre, en tal sentido la Biblia refiere que: A la mujer le dijo:

…multiplicaré tus sufrimientos en los embarazos y darás a luz a tus hijos con dolor. Siempre te hará falta un hombre, y él te dominará. Al hombre le dijo” Por haber escuchado a tu mujer y haber comido del árbol del que yo te había prohibido comer, maldita sea la tierra por tu causa. Con fatiga sacarás de ella el alimento por todos los días de tu vida. Espinas y cardones te dará, mientras le pides las hortalizas que comes. Con el sudor de tu frente comerás tu pan hasta que vuelvas a la tierra, pues de ella fuiste sacado (Génesis, Cap. 3, vers. 16-19).

 De esta manera, el ser humano inicia su presencia en el mundo marcado por la desigualdad de condiciones y la mujer viene al mundo con el sello cultural de la infravaloración.

Con el nacimiento de Jesús de Nazaret, irrumpe una nueva etapa del judaísmo. El cristianismo se sustenta en principios igualitaristas y  en la valoración de los excluidos: amor al prójimo. Esta doctrina había surgido con la concepción de Juan Bautista, y tuvo continuación con Jesús de Nazaret, a lo que Puente (2008) interpreta de la manera siguiente:

Frente a este estribillo de los biblistas de la iglesia, Goguel capta  sagazmente el carácter revolucionario del Bautista al subrayar  que una simple doctrina moral.  Por mucho que enardezca  a su auditorio, no inquieta como tal a un tirano; pero si una doctrina moral se inserta en el marco de un mesianismo escatológico radical, con su inherente postulado de transformación política y social, entonces se convierte  en un grave peligro para la hegemonía de quienes dominan y gobiernan. Tal  cosa sucedía con Jesús frente a las oligarquías y a los romanos (67)

  Estos principios de transformación política y social, originarios del Cristianismo se derrumban en el proceso de inserción de la iglesia católica con el imperio romano, vale decir con el poder político, es así como se legitima la esclavitud y la servidumbre.

 

Al respecto Sanz (2006) sostiene:

El cristianismo se limitó a dar esas ansias una nueva esperanza; pero sin proponer, cuando pudo hacerlo medidas legislativas que hacia emancipación encaminaran. Aunque algo pudiera influir en los paliativos que se adoptaron, sobre todo, porque la nueva religión se extendió mas rápidamente entre esclavos y oprimidos y predicaba el amor al prójimo y la exaltación de la pobreza, aunque esto sirviera al mismo tiempo para que los pobres aceptaran con mejor talante su postergada condición (p.66).

La irónica afirmación del autor hace interpretar que, la  iglesia católica-romana ha  contribuido con la consolidación de la infravaloración humana  por haberse convertido (salvo algunas excepciones)  en el sostén del poder político y económico de los sectores dominantes, sin promover legislaciones de justicia social, para proteger a los pobres proporcionándoles las oportunidades de obtener los bienes materiales necesarios para mantener la integridad de la dignidad, un tanto lo que demanda la corriente jesuita con la teología de la liberación en América Latina. También, es importante destacar que algunas desviaciones de la iglesia católica reñidas con el respeto a la dignidad humana como  fueron las indulgencias y la inquisición.

 Estas prácticas implementadas por la iglesia católica como mecanismo de control del poder político- social; valiéndose de la fe cristiana, la cual ha dejado sus secuelas culturales, que  se mantienen en el tiempo, a través  de los procedimientos en la relación: dominación- sumisión, fundamentalmente en América Latina.
 
En el punto intermedio entre el dominador (poder) y el dominado (sumiso) se coloca el compasivo, que no tiene  (aparente) poder terrenal. Sin embargo, se mueve en las esferas del poder dominante, cuya función es compadecer (consuelo) a los  dominados. En este sentido Nietzsche (2007) afirma:

Al cristianismo se le llama religión de la compasión.- La compasión es antitética  de los efectos tonificantes, que elevan la energía del sentimiento vital: causa un efecto depresivo. Uno pierde fuerza cuando compadece. Con la compasión aumenta y se multiplica aún más la merma de fuerza que ya el padecer aporta  en sí la vida (p.35).

De allí, que el cristianismo  no debe ser el factor negador de la energía creadora, al limitarse a cumplir la función de anestesia letal de la espiritualidad humana; por el contrario es fuente de energía liberadora desde la redención espiritual configurada a partir de la capacidad intuitiva- emocional-creativa en el contexto de la naturaleza, que dibuja la cosmovisión del mundo subjetivado de la infravaloración (Nietzsche: ob.cit)

No infravaloremos esto: nosotros mismos, nosotros los espíritus libres somos ya una “transvaloración” de todos los valores, una viviente declaración de guerra y de victoria a todos los viejos conceptos de verdadero y no-verdadero. Las intelecciones más valiosas son las que más tarde se encuentran; pero las intelecciones más valiosas son los métodos, todos los presupuestos de nuestra cientificidad de ahora han tenido contra sí, durante milenios, el desprecio más profundo, uno quedaba excluido, por causa de ellos, del trato con los hombres “decentes”, era considerado “enemigo” de Dios (p.42).

La  reflexión del autor puede  interpretarse que en la  libertad está la clave de la valoración, en consecuencia tanto los dogmas religiosos, como en cuanto a la rigidez del cientificidad excluyen a las personas de pensamiento libre.

El referente cultural de América Latina está signado por un significativo arraigo de la religión católica y sus otras interpretaciones (testigos de Jehová, Evangélicos, Adventistas, entre otras) fundamentadas en la concepción de pobrecito, el pobre, lo que frena a los hombres de talante liberal-científico, con predominancia de expresiones  como “todo está perdido menos la gracia de Dios”  “la hamaca de Dios no ha pasado” “Dios repara”  son afirmaciones muy ambiguas que se desplazan entre la esperanza y la resignación, acompañado de un profundo desencanto espiritual que evapora la confianza en sí mismo. Mann (2004) lo aborda como:

El deseo cumplido deja pronto su lugar a otro nuevo…….Ningún objeto alcanzado de la volición puede proporcionar un contento duradero: se parece solo la limosna que, arrojada al mendigo, prolonga de hoy para mañana su vida de miseria ¿La felicidad? La felicidad sería el reposo. Pero precisamente éste no es posible para el sujeto de la volición. Ahuyentar, huir, temer desgracias, apetecer goces, todo es igual (p.35).

Se concibe de esta manera que la religión católica, tal como fue implantada en América Latina, coarta la libertad creadora y en consecuencia la libertad ejercida como autonomía individual, por lo tanto, la fuerza espiritual liberadora dista en la praxis de los principios que impulsaron la modernidad, tal como se palpa en la actualidad en los países tecnológicamente desarrollados, y es posible que sean (entre otros) los elementos que propician la exclusión social, por cuanto el eje central gira en torno al interior de cada excluido que se colectiviza sucesiva y progresivamente, hasta convertirse en barrera para el desarrollo social; comprendido en significados de mejores condiciones de vida y así aproximarse a la añorada felicidad de la especie humana, como es alcanzar mitigar los conflictos sociales y trascender hacia la humanización consciente y sostenida.

Al pensar sobre la felicidad humana, desde la perspectiva de la supresión conflictiva de las interacciones  sociales, fermentada desde la comprensión racional acerca del disfrute   de los derechos y deberes que se han venido estableciendo, y que han quedado  registradas en normas, expresadas en tratados: constituciones, leyes suscritas en diversas naciones a lo largo del recorrido histórico.

  Por el cual el homo sapiens  ha transitado, y  apuntan la mirada hacia lugares distintos a las reglas doctrinarias del dogmatismo religioso que se fundamentan en sus únicas verdades, que en consecuencia son negadoras de la auto-comprensión como factor decisivo para la libertad creadora y el pensamiento crítico “….la felicidad es únicamente  la supresión de una tortura” (Mann. Ob. Cit.p.40) En el entendido, de que las torturas son tanto físicas y como psicológicas, que infunden miedo e incertidumbre. Por su parte Chopra (2008) reflexiona:

Cuando sabes más sobre ti mismo, aprendes también a crear cosas nuevas que sustituyen a las antiguas. En cuanto al mal, lo que se ha de crear es ausencia de dualidad. Se acabó la dualidad luz versus oscuridad. Basta de límites prefijados que separen lo seguro de lo inseguro…..el ser del no ser. A medida que esos limites se difuman, solo queda una realidad, un estado infinito conocido como Dios. En la medida en que logras eliminar las barreras del miedo, te acercas a la conciencia de Dios (Pp. 44-45).

En tal sentido, la educación puede servir  para la liberación espiritual al abrirle las ventanas a  la luz de la conciencia, sustentada en la fe que subsane las cicatrices heredadas del proceso de colonización, cuyos principios  fueron impuestos mediante la tortura física y psicológica, que aún se llevan como el rótulo de la inferioridad a manera de sello que indica la marca para la exclusión social, dejan como secuelas a una sociedad sin amor “Cada enemigo es un símbolo de tu falta de amor.”

El mal llena esa ausencia de amor convirtiéndose en un conflicto y en emociones enfrentadas” (Chopra. ob.cit., p.42) ¿será la falta de amor  un efecto influyente de la violencia en América Latina, y particularmente en Venezuela? Es una interrogante para otra investigación, no obstante si es significativo destacar que la   violencia es un engendro de la exclusión social, y tiene profundas raíces en el desamor.

El amor, no solo es desvirtuado por las religiones, cuyos líderes le han dado sentido y el significado de acuerdo a sus interpretaciones que a veces responden a los intereses de grupos, sino también por los políticos  en un  momento histórico en particular “….el amor únicamente se hace falso y pervertido cuando se emplea para finalidades políticas, tales como el cambio o salvación del mundo” (Arendt 2005. P. 72). En el caso concreto de América Latina, el desamor fue el producto de una combinación de la política y la religión católica, con un propósito común: implantar la dominación hegemónica del  europeo en el territorio descubierto, con el solo fin de apropiarse de la riqueza y poner al indígena a sus servicios desconociéndoles todos los derechos que les correspondían como seres humanos.

 Condición ésta que  fue negada de manera absoluta, lo cual ha sido sostenido en el tiempo por los herederos de la dominación, que se fundamentó en infundir el miedo. En este sentido Freire (1996) asevera:

En primer lugar, cuando hablamos del miedo debemos estar absolutamente seguros de que estamos sobre algo muy concreto. Esto es, el miedo no es una abstracción. En segundo lugar, creo que debemos saber que estamos hablando de una cosa muy normal. Otro punto que  me viene a la mente es que, cuando pensamos en el miedo llegamos a reflexionar sobre la necesidad de ser muy claros respecto a nuestras opciones, lo cual exige ciertos procedimientos y practicas concretas que son las propias experiencias que provocan el miedo (p.63).

En la concepción del miedo descrita es donde se asimila la dominación como un hecho natural- divino, está presente la representación simbólica del Mesías centrada por un lado en la figura de una persona, con la simbología de ser enviada  a la tierra por Dios, el  creador del universo y conductor vigilante para castigar y premiar las conductas de la especie humana, y por  el sentido de controlar y manipular a sus semejante a través del miedo.

Esta concepción ha sido aprovechada por quienes se han auto-atribuido ser sus representantes en la tierra, para ejercer el poder de controlar así como premiar y castigar, según sus conveniencias, que generalmente asumen posiciones excluyentes por la fundamentación dogmática al creerse dueños de la verdad absoluta con la promesa de la salvación de las almas. Ese espacio tensional entre pulsión y prohibición, excluye psicoemocionalmente a las personas.

 Es decir, la fe  centrada en la salvación de las almas”…para Jesús, la fe estaba íntimamente relacionada con la acción; para  San Pablo, la fe estaba conectada de manera primordial con la salvación” (Arendt.ob.cit., p.46) . Esta diferencia indica que la fe cristiana fue sesgada en su esencia a partir de los apóstoles, al dejar de lado la fe creadora sustentada en la acción humana para asumir el rol pasivo de esperar la salvación traída de otro lugar, lo cual explicaría el comportamiento del latinoamericano de transferirle a otros  sus responsabilidades existenciales como la única salvación, en vez de hacerse responsable de sus iniciativas para resolver los problemas que le aquejan. 

 Por otro lado, surge el Mesías político salvador de las patrias, continentes y hasta del planeta. La historia registra  los mesiánicos personajes con sus estelas de muertes en nombre de la “salvación” humanitaria, revistiéndose para ello de una simbología con poderes sobrenaturales, pretendiendo ubicarse fuera del contexto de sus semejantes. Son personajes que se convierten en vengadores de todos los males cometidos en un pasado de lo cual no son culpables los ciudadanos en su temporalidad.

 La influencia religiosa en la infravaloración sociocultural, no solo ha estado presente en el catolicismo sino también  el Islam (los musulmanes) que son otra religión diseminada por el mundo, se estima que  “Alrededor de 1,1 mil millones de personas, dispersas en los cinco continentes, forman actualmente lo que se denomina el mundo musulmán” (Thoraval (2003. p.10).

Es significativo destacar, que el Islamismo está dividido, en etnias y concepciones políticas diferentes con posiciones encontradas-conflictivas que han desencadenado guerras internas en el mundo árabe, así como también contra los judíos y los cristianos. Basta con observar los acontecimientos entre Israel y Palestina (franja de Gaza), para puntualizar la devastadora incomprensión entre estas fisiones religiosas,  sus estelas de muertes, dolor y sufrimiento, cuyos antecedentes se remontan a los mismos orígenes del Islam, según lo señalado por Lawrence (2007):

Mahoma nació en la meca, en el seno del clan Banu Hashim, hacia el 570. Se trataba de un clan que iba perdiendo importancia, eclipsado por sus rivales del Banu Omeya. Además, estaba desheredado en virtud de su nacimiento: hijo póstumo, no había alcanzado la edad adulta cuando también murió su abuelo, y debido a ello quedó excluido, según las costumbres árabes, de toda herencia paterna. Como muchos de sus parientes más cercanos eran mercaderes, Mahoma acompañó a su tío Abu Tálib, el familiar de sexo masculino más próximo que le quedaba vivo, en viajes comerciales a Siria: (p.35).

Esta descripción del origen de Mahoma, que fue el fundador del Islam, deja clara la interpretación, que el Islam como doctrina religiosa emerge con el sello de la infravaloración sociocultural-excluyente. También se puede interpretar en el contexto histórico que en paralelo  estaba pasando en el cristianismo, que se había fusionado con el poder político del imperio romano, en este sentido Indro (2004), alude que:

El año 528 Justiniano decidió la reforma de la vieja legislación… creó el Codex constitutionum,….una colección de cuatro mil quinientas leyes (sic). En 533 salieron la Pandectas o Digesto, que recogía las opiniones de los mas grandes juristas del imperio romano…Anima la manumisión de los esclavos, pero consiente a los padres necesitados que vendan sus propios hijos y obliga a los que han cultivado una parcela de tierra durante treinta años atados a la propiedad, hasta el fin de sus días (pp.168-169).

Estaba claro que el propósito de dejar en “libertad” a los esclavos, era comprarle los hijos al mantenerlos en extrema pobreza y de esta manera la infravaloración se acentuaba, porque los humanos eran comprados como animales. Así  se establecía una nueva esclavitud, a través de las leyes, sin tener que apelar al sometimiento mediante la fuerza física. En consecuencia, se concentraba el poder en el binomio político –religioso con funciones estrechamente compartidas, en cuanto al control socio-económico. En este sentido  (Indro ob. cit), afirma:

La riqueza estaba concentrada en manos abanes y de arimanes. Los monasterios y los castillos eran los grandes centros económicos. El crecimiento de las ciudades favoreció la formación de un proletariado urbano, parásito y turbulento, cuyas condiciones no eran mejores que la de los campesinos atados a la servidumbre de la gleba. En 652 murió Rotario. Le sucedió su hijo Rodoaldo, que apenas cinco meses después fue apuñalado por un siervo de cuya mujer había abusado (p.200).

Estas son las condiciones que conforman el cuadrilátero  del poder   que servían de pivote al imperio romano: Política- iglesia-economía-exclusión social, que caracterizaron el momento histórico del surgimiento del Islam, lo cual deja en evidencia que el imperio romano con la iglesia católica estaba envuelta en contradicciones y sobre todo muy alejada de los valores esenciales del cristianismo.

 Lo que hace suponer la exclusión de amplios sectores de la sociedad que se sintió resentida, por tanto fue un  caldo de cultivo para el germen de la nueva religión, cuya imagen simbólica tenía en común al Ángel Gabriel, es decir un mesías, que entró en conflicto con el cristianismo, cuya tensión  aún persiste; cubierta en la  infravalorativa expresada en las desigualdades y la exclusión socio-cultural Indro (Ob.cit) Puntualiza:

Arabia es una península desértica que hasta el siglo IV había quedado al margen de toda influencia civilizadora…..por lo inhóspito de su tierra….La mayoría eran genuinos nómadas que se pasaban el día cabalgando camellos y caballos y matándose entre sí por  la posesión de un pozo con la escasa hierba que crecía a su alrededor .Eran susceptibles, orgullosos y anárquicos. El único vínculo social al que obedecían era el de la tribu, mandada por un cadí  (p.295).

 

El referente cultural descrito indica que el Islam surge del seno de la infravaloración- excluyente, en este sentido  exigía la búsqueda de un refugio que llenara el vacio espiritual y una ideología en la cual albergarse para reclamar la justicia que consideraban les había sido negada  para insertarse  las otras civilizaciones (occidente), que no les tendieron la mano como hijos del Dios universal (el cristianismo).

 Pues, la comunicación entre los seres humanos es el pivote para su desarrollo, expresado  en la satisfacción de sus necesidades básicas, así como también  para el disfrute de la vida espiritual; en este sentido la lecto-escritura es fundamental en el proceso de la comunicación  entre la especie humana como semejantes, aún con referentes culturales diferentes, y precisamente, los fundadores del Islam eran ágrafos.

Es por ello, que las sociedades, que se cierran a ultranza  se alejan progresivamente del disfrute de los bienes que produce el conocimiento humano, en el caso concreto de Arabia “Hablaban una lengua muy semejante a la hebraica, pero casi ninguno saía leerla y escribirla. Hasta los poetas era analfabetos” (Indro. Ob,.cit. p.296). Esta es  una muestra  patética  que pone en evidencia el conflicto de los musulmanes con relación a occidente, porque generó un choque civilizatorio. Tal vez porque occidente no los ha valorado, por su condición humana, sino por la riqueza meramente económica.

Por tanto, se interpreta que los hechos de violencia ejecutados por un sector de los musulmanes -fanatizados, que se refugian en la muerte como fuente reivindicadora de su desgracia histórica, lo cual es interpretable como  una manifestación de venganza de una tragedia compleja por sus orígenes y por las miradas encontradas que se simbolizan en la cosmovisión del mundo, que se hace incomprensible e intolerante, por el no reconocimiento valorativo del otro como humano. El mismo Alá. Justifica la muerte de sus enemigos.

 Según Lawrence (ob. cit.), al referirse a una plegaria de Mahoma con Alá, sostiene:

Te preguntan si está permitido combatir en el mes sagrado.  Combatir en ese mes es pecado grave. Pero apartar del camino de Dios –y de la Mezquita Sagrada y expulsar de ella la gente es aún más grave para Dios, así como la opresión es más grave que matar (p, 51).

En este supuesto dialogo entre Mahoma y su ser supremo Alá justifica la muerte de quienes son considerados opresores, desde una concepción religiosa, lo cual es complejo en este mundo de subjetividades, envueltas en resentimientos, odios y venganzas. Ante esta realidad queda la alternativa de la valoración recíproca entre civilizaciones, que seria el reto de los nuevos líderes mundiales y regionales para superar las amenazas del terrorismo contra la convivencia social con rostro humano, la cual es necesaria para disminuir  el flagelo que amenaza a la tranquilidad de la humanidad.

Es por ello que es indispensable aperturar  espacios en donde se reconozcan y valoren positivamente las acciones: el trabajo creador y las diversidades culturales de la especie humana en general, alejándose así de la concepción del pensamiento único absolutista. De allí que Indro (ob. cit.) Refiere:

Sólidamente formado en una visión coránica del mundo, Imán Mohamed está abierto a la acción conjunta con los no musulmanes. Busca aliados en una guerra más contra la pobreza, el racismo y la degradación del medio ambiental. Valora un mundo en paz en el cual la verdadera yihad sea por la justicia y no un conflicto (p.29).

Esta visión humanista de un sector importante de los musulmanes, es una fuente esperanzadora para llegar a acuerdos futuros con la iglesia católica, tiene como barrera la posición radicalmente opuesta de Osama Bin Laden, quien ha fijado una postura fundamentalista, respecto a la política y la religión. Lo que pudo haber  dejado abierta la puerta para el expansionismo norteamericano. Por otra parte  Lawrence (ob. cit.).Asevera que:

Osama bin Laden tuvo su precursor en jareyíes del siglo VII, musulmanes de los primeros tiempos que rechazaban cualquier intervención humana en la transmisión de la palabra de Dios….todo creyente según su opinión, es que hagan la yihad, una yihad que explican no como una moral sino como una guerra total…. El deber de todo creyente es sacrificarse en defensa de la fe mediante la lucha armada (P.28).

Esa es una posición infravalorada por cuanto, es la negación al otro de una manera intransigente con la pretensión de imponer su verdad absoluta fundamentada en las pasiones desbordadas desviadas de toda racionalidad que define el carácter de la condición humana.

De allí, que la controversia religiosa vinculada a la política causa estragos en la convivencia social, tal como se evidencia con el talibanismo en Afganistán y otras regiones influidas por el radicalismo musulmán; quienes también tienen en sus haber los hechos del 11 de septiembre de 2001, con la destrucción de las torres gemelas de Newt York  de los Estados Unidos, que además de la estela de muertes sembró el pánico en la sociedad norteamericana y   países de occidente, razón por la cual se ha recrudecido la violencia en muchos  lugares influidos por la presencia musulmana con acciones terroristas como prácticas política,

 

que aunado a la posición guerrerista de los norteamericanos han aumentado las tensiones en el mundo, tanto por el miedo a los atentados terroristas, como a la industria armamentista de los Estados Unidos conducente a la implantación de la  conocida  guerra preventiva en su arbitraria función de convertirse en el policía del mundo.

 Esta es una realidad inocultable  e injustificable ante la humanidad civilizada, por cuanto es una manera de infravaloración sociocultural manifiesta en el desconocimiento de los valores de la otredad, tanto por los Musulmanes como por los norteamericanos, que aunado  con otros países y personeros, cuyas soluciones a los problemas sociales o simplemente para mantenerse en el poder apelan a la amenaza de las armas de guerra, son una perturbación para la paz mundial y regional en cualquier lugar del planeta.

Por su parte, Roy (2003) sostiene que:

Un argumento expresado con frecuencia es que la cuestión de Al-Qaeda no es más que un pretexto, y que detrás de la operación militar en Afganistán se  perfila de hecho una estrategia petrolera y gasífera  que apunta controlar Afganistán para evacuar los hidrocarburos de Asia central hacia el Océano Indico (p.50)

Estos señalamientos dan cuenta que detrás de las diferencias religiosas: Judeo-cristianas con los musulmanes, se ocultan inconfesables intereses que desvirtúan la espiritualidad, fundamentada en la fe, como fuente de paz para la humanidad.

No obstante  las deviaciones señaladas en  la esencia de las religiones, han dado aportes significativos para la convivencia social, y siguen siendo un marco referencial para re-orientar el entendimiento humano, a partir de la comprensión del otro como semejante; para ello es necesario incursionar hacia el epicentro de la espiritualidad como lo es la liberación, al respecto Dussel (1973) alude:

Praxis de liberación del pueblo hay cuando éste se pone en marcha, se pone de pie, comienza el proceso contra la estructura del pecado… Es lucha contra la obra satánica de dominación, la injusticia de pecado…. El robo económico, el autoritarismo político, la alienación ideológica, el machismo tradicional, etc. Cuando el pueblo comienza esta lucha, su praxis, sus acciones y reacciones se liberan de las antiguas ataduras institucionales; puede ser la revolución…o su preparación, o sus consecuencias (p.99).

La mejor opción para la liberación del pueblo es el conocimiento adquirido en una educación valoradora de la condición humana, tanto del ser como en el hacer, es decir valorar la persona y lo que ésta produce.