LA INFRAVALORACIÓN SOCIO-CULTURAL Y SUS EFECTOS EXCLUYENTES

LA INFRAVALORACIÓN SOCIO-CULTURAL Y SUS EFECTOS EXCLUYENTES

José Pérez Veloz (CV)
Universidad Nacional Experimental Simón Rodriguez

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2.2 Las expectativas de progreso individual y social.   

  Desde la antigüedad, el hombre comienza a romper la cáscara que lo envolvía en la comunidad primitiva, fundamentalmente, los griegos (Atenas), fueron los  que irrumpen con el conocimiento interpretativo de la realidad, dejando de lado la mitología como  orientadora de los pueblos, la cual fue sustituida progresivamente por la conciencia y en consecuencia el pensamiento racional. De allí, que Silvani (2003) agrega:
 
 Los griegos tenían sin embargo una conciencia de pueblo con un origen común y se denominaban a si mismos (bellenoi) Esta conciencia se expresaba en una serie de mitos  que procedían de épocas anteriores y que fueron narrados por poetas como Homero y Hesíodo (p -15). 

De esta manera, comienza a consolidarse el  sentido de pertenencia, el espacio geográfico en el cual se vive y por tanto es necesario defender la cultura de los pueblos y con ello el desarrollo creativo para la convivencia social realmente humana entendida como una acción progresiva en el proceso evolutivo de manera que “Paralelamente se iba desarrollando una conciencia del ser humano, sentida con dignidad, y una idea de justicia en sentido humanista y democrático que se extendía a todos los individuos y a la polis “(Silvani.ob.cit., p-15), este desarrollo de la consciencia, no tocará fin, en consecuencia la búsqueda de la justicia social, seguirá siendo uno de los horizontes de la humanización.

Este cambio de percepción de la realidad, trajo consigo el cuestionamiento a los mitos y la búsqueda de respuesta lógica y racional a los fenómenos del conocimiento, tanto sobre la naturaleza, como de si mismo. Emergiendo así un profundo cambio explicativo del mundo, y el germen de una fragmentación cultural y social, como resultado del desarrollo  intelectual,  producto del conocimiento  humanista y los primeros pasos  a la indagación científico – técnica, lo cual  dejó de lado a sectores importantes de la sociedad antigua, concretamente a los campesinos y  a  todos aquellos que no se incorporaron al conocimiento intelectual – racionalista.  

Así, toma fuerza la necesidad de establecer una regulación ética  y  la valoración-estética, que permitiese armonizar la convivencia social.  Al respecto Silvani, al referirse a Sócrates (ob. cit). Asevera que:

El amor equivale a un deseo de lo que no se tiene y se desea poseer, algo que se anhela como lo más sublime y bello: Eros  siente la necesidad de la belleza. La primera y primitiva fase del amor es el deseo que se siente hacia los cuerpos bellos, pero después se transformará en el amor a las almas bellas y justas, y así hasta alcanzar  a la idea del bien y la belleza, la mas elevada jerarquía... (p.41).

           Es comprensible, que el hombre Homo sapiens comience  a humanizarse, al rechazar el comportamiento meramente animal, cuya visión transformadora parte de los poetas, quienes  establecen diferencias entre la fuerza y poder del lenguaje, frente al  salvajismo y rivalidad primitiva, lo cual al distanciar intelectualmente a la especie ese progreso se fue traduciendo en odio y resentimiento, fluyendo de esta forma el caldo de cultivo para las guerras. Lledo (2002) sostiene:

 Pero en el mundo homérico, es originalmente, la guerra la que orienta y determina  los hechos de los hombres…en el que unos hombres como enemigos de otros ponen al descubierto una situación real, enmarcada... por la cultura. Precisamente el reconocimiento y la aceptación de esta situación esencial en la vida humana, el no enmascaramiento de su existencia, permite otro tipo de lucha que conduce a superarla. Por ello los héroes hablan se comunican. El lenguaje les pone en los labios la esperanza de que, alguna vez no sea la fuerza—reflejo del poder gratuito – la que remedie la miseria, la rivalidad, el odio. Este lenguaje tan singularmente hablado en los poemas va elaborando las posibles respuestas a aquellas tensiones contradictorias, que buscaran, al fin un remanso en la armonía de la polis. (p. 221).
 
             Estas rivalidades tensiónales aún se mantienen y, la esperanza  también se mantiene con una  nueva concepción de la vida humana  vinculada a la visión de la antigüedad, como lo es el cristianismo, lo cual trastocó la cosmovisión del mundo, no obstante, se mantienen las desigualdades sociales anteriores. En el caso específico de la educación en la antigüedad, respondía sólo los intereses de las élites que la  teorizaron y  sistematizaron. Al respecto Bedoya (2001), refiere:

   .. Platón sistematiza. O más bien precisamente, la teoría de la educación que  elabora Platón se enmarca en su teoría política y ésta, a su vez, en su  sistema filosófico general, el idealismo. La constituye como una reacción frente a la nueva  práctica educativa que habían desarrollado los sofistas, quienes pretendían llenar las necesidades de saber—hacer político del nuevo grupo con poder económico que surge de la casta aristocrática en Atenas. Esta nueva clase (conformada por comerciantes y metecos) que surge en el siglo V a C., necesita un tipo de educación que le permita adquirir las virtudes (cualidades, privilegios) que le exigen para poder competir en la dirección del Estado con la clase o grupo dominante hasta ese momento. (p-29).

Como herederos de esta cultura, la reproducción de la dominación se mantiene con el sistema educativo, lo cual deja en evidencia la exclusión social como consecuencia de la división del trabajo en donde el sector  que lleva la peor parte de la desigualdad, es el campesino que históricamente se ha mantenido en extremas limitaciones económicas, políticas y sociales para competir  en la toma de decisiones del Estado, a través de ese  largo  y accidentado  recorrido histórico ; transformatorio de las condiciones socio-económica-políticas.

Es significativo destacar que, la división del trabajo trajo consigo los cimientos de la injusticia  social, al no establecerse una correlación entre la ética y la valoración del trabajo en cuanto a  funciones especificas de utilidad  para el ser humano Platón, según  Bedoya (ob. cit.)  Asegura que:

       No todos nacemos con el mismo talento; unos tienen más disposición para hacer una cosa y otros la tiene para otra…Es preciso consagrar las naturalezas diferentes a oficios diferentes…Cada ciudadano sólo debe aplicarse a aquello para lo que ha nacido… Señalábamos una tarea determinada a cada uno de los otros artesanos, y esa tarea era la que le imponían sus aptitudes específicas con las que había de desenvolverla durante toda su vida sin preocuparse en absoluto por cualquier  otra labor (p.32).

De  lo anterior, se interpreta que del orden social dependen las aptitudes naturales, en el desempeño de funciones establecidas, mediante el conocimiento  de la naturaleza de cada hombre, lo cual implica  que el sujeto está  comprimido al medio de hábitat natural  al que le  corresponde vivir, sin tener otras opciones existenciales que permitan transformar  sus condiciones sociales, es decir es una posición reduccionista de la función educativa.

 Por tanto, la cultura Griega excluye a los campesinos  por cuanto  ellos  no tendrían virtudes por el hecho y de derecho limitado para  acceder al sistema escolar  aristocrático. Por otra parte, la ética griega es polarizada en dos dimensiones: el bien y el mal; diferenciadas por las virtudes (privilegios),  por tanto, al no pertenecer a las élites políticas- económicas eran insignificantes en la estructura social y, más aún para participar el la conformación del Estado.

En otro sentido, el humanismo se sustenta en una concepción distinta a la filosofía aristocrática griega al comprender que el ser humano no es un objeto, sino una persona entendida como una diversidad y por tanto es capaz de interactuar con sus semejantes en las posibilidades de sus potencialidades individuales como sujeto: social-Psico-cognitivo. Gevaert (1993) señala:

Podría hablarse de un materialismo humanista. Se insistirá en el hecho de que los valores materiales y los bienes materiales tienen que servir a la realización de un ideal de justicia para todos, libertad para todos, abolición de todas las formas de esclavitud y de alienación, para consolidar fraternidad universal, reconocimiento universal del hombre por parte del hombre, humanización del hombre a través del desarrollo de la ciencia y de la verdad, sacrificio de la propia existencia al servicio de la causa común (p.121)

 

Para el desarrollo de la  sociedad fundamentado en la concepción humanista, es necesario  partir de la valoración del trabajo como fuente de civilización por la armonización de la relación  hombre- naturaleza en el proceso de generación de riqueza y bienes materiales que permiten satisfacer las necesidades básicas para la convivencia social. Sobre esta concepción Ramos (Ob cit, p.69), alerta “La verdadera moralidad sólo puede estimarse conociendo el interior de cada hombre para saber qué conciencia tiene de los fines de su actividad”. Significa que la moral tiene su esencia en el actuar de cada sujeto en función de la convivencia social, de cuya valoración que haga el individuo depende la liberación y por ende el desarrollo de los pueblos.