LA INFRAVALORACIÓN SOCIO-CULTURAL Y SUS EFECTOS EXCLUYENTES

LA INFRAVALORACIÓN SOCIO-CULTURAL Y SUS EFECTOS EXCLUYENTES

José Pérez Veloz (CV)
Universidad Nacional Experimental Simón Rodriguez

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CAPÍTULO II

REFERENCIAL TEORICO

“De nuevo se comprueba que lo mismo que nos une, nuestros intereses, es también lo que nos separa, nos personaliza y quizás antes o después nos enfrenta”

Fernando Savater: Las  Preguntas de la vida

 

2.1 La Exclusión Social desde La Concepción Antropohistórica.

           La evolución de la especie humana ha sido un proceso heterogéneo y desigual que se ha sostenido en la jerarquización en las diferentes etapas de la civilización, con significados igualmente distintos “la  sociedad primática y la paleosociedad...está menos jerarquizada y más colectivizada, pero… se halla mucho más dominada por su organización masculina y pose un mayor grado de complejidad derivado de la diferenciación masculino-femenino.” (Morin: 2000-p-80), así comienza la primera manifestación excluyente por condiciones de género.

Con el descubrimiento de nuevas formas de vida en sociedad el hombre fue reorganizando sus interrelaciones sociales: Morín (ob.cit) añade:

Por el contrario, las sociedades de homínidos constituyen su economía, organizando y modelando tecnológicamente sus dos praxis: ecológica de la caza y la  recolección hasta transformarlas en prácticas económicas. Aparece, pues, una primera división del trabajo al hacerse efectiva la separación y delimitación socioeconómica entre hombre y mujer (p.83)

Esta forma de organización social siguió avanzando, sin desafarse de las ataduras en la práctica dominante de la especie humana, entre sí misma. En su desarrollo ha venido creando estructuras cada vez más complejas al tiempo que se entabló la rivalidad entre los civilizadores y la barbarie; entre ambiciosos  dominadores  y quienes eran subordinados, por la fuerza y por sus debilidades propias de  las condiciones naturales del ser humano, que han servido de argumento para la diferenciación social y la   infravaloración de su condición humana. Así nace la esclavitud, para reducir a una parte de la sociedad en animal y  objeto comerciable, a lo que Morin (ob.cit) interpreta:

…así pues, hay un  autentico doble juego de la historia entre destrucción y la complejidad donde se despliegan los desordenados estragos de demens junto a las actitudes organizativas y creadoras de sapiens; los primeros aplastan a los segundas, mientras éstas se sirven de las fuerzas de la destrucción para recrear (P.220).

Estas contradicciones le dieron origen  a una de las acciones mas deshumanizante  como lo es la guerra, lo cual complejiza progresivamente la convivencia social, que aún persiste como una regresión a la animalidad originaria, según la concepción evolutiva Antropohistórica de la humanidad.

 Todo ello ubica al hombre en un territorio de tensiones que lo alejan de la felicidad plena,  por tanto alberga en su espiritualidad una inmensa carga de miedos, odios, intolerancia y violencia, no solo  dirigidos hacia la destrucción material, sino también  internalizada  en la profundidad emocional, reflejada en ansiedad, que se interpreta como un veneno que causa la muerte silenciosa. Es así como el ser humano se desarticula de su valoración esencial en la interacción social en los parámetros de la dignidad. Morin (ob. cit.), refiere que:

De allí,  los conflictos degenerativos e involutivos. Los recrudecimientos esclavizadores, el restablecimiento de los despotismos represivos y la reconstrucción de las rígidas jerarquías allí donde ya había desaparecidos, nos muestran la reaparición coactiva de las regresiones organizativas. La guerra da testimonio de la incapacidad para regular de forma compleja los problemas fundamentales. La historia es una sucesión de irremediables desastres, las estatuas, son destruidas, las bibliotecas quemadas, las  ciudades arrasadas, los pueblos aniquilados, las civilizaciones borradas por completa de la faz de la tierra (p-220).

Se interpreta que la trayectoria histórica  de la especie humana ha estado reñida entre quienes  desarrollan la creatividad para construir las condiciones favorables, para conquistar mejores condiciones de vida y quienes no visualizan esas posibilidades. Unos  porque no se valoran sus potencialidades (infravalorados),  otros porque no son reconocidos por  grupos  de sus semejantes  y también   algunos porque se apegan sus valores y costumbres de sus antepasados, cuya herencia cultura: mitos religiones, modos de vida, distorsionan la percepción evolutiva, que genera los cambios persistentes  en quienes se sustentan en el conocimiento y por tanto están innovando constantemente.
 
En consecuencia aparecen patologías sociales  como la angustia y las neurosis, como efectos de las contradicciones tensionales. AL respecto Morín (ob.cit) sostiene:

La neurosis es una noción  que se ha visto exclusivamente circunscrita –exorcizada – al universo cerrado de la psiquiatría, mientras que su definición tiene pleno valor referida a la naturaleza humana en general. La neurosis no es sólo una consecuencia, sino también una respuesta a la incertidumbre, la angustia, la amenaza. O  el conflicto, y tal respuesta de carácter mágico-ritual establece un compromiso entre el cerebro y la realidad exterior (p.166)

Por tanto la exclusión social no sólo afecta desde el punto de vista material, sino que también,  tiene efectos Psico-emocionales que distorsionan la percepción de la realidad, de allí emerge la cultura de la pobreza que conduce a la sumisión de amplios sectores de la especie humana, lo cual conlleva a numerosas personas a refugiarse en lo mágico-religioso y colocarse a espaldas del conocimiento tecno-científico, que también es un elemento para la exclusión social, por el mal uso.