FILOSOFÍA DE LA SUSTENTABILIDAD DE LA VIVIENDA TRADICIONAL: TRANSFORMANDO COMUNIDADES HACIA EL DESARROLLO LOCAL

FILOSOFÍA DE LA SUSTENTABILIDAD DE LA VIVIENDA TRADICIONAL: TRANSFORMANDO COMUNIDADES HACIA EL DESARROLLO LOCAL

Rigoberto Larraga Lara y Ramón Rivera Espinosa. Coordinadores
Universidad Autonoma de San Luis Potosí
Universidad Autónoma Chapingo
Universidad de Antioquia

Volver al índice

Viviendas vernáculas tradicionales edificadas con material altamente sustentable.

MCH Arq. Rafael González Alejo1
M.P.U.R. Luis Pedro Gutiérrez Cantú

Presentación
Es importante que las viviendas que se construyen en el territorio nacional, tomen de manera razonada en la naturaleza los materiales para llevar a cabo su construcción. Uno de los materiales sustentables es el plancton. Las construcciones que se han realizado históricamente en la zona media y del altiplano del Estado de San Luis Potosí, han sido construidas con el material del plancton de manera tradicional.
Objetivo. Los nuevos arquitectos, ingenieros, edificadores y constructores en general deben realizar sus viviendas con materiales altamente considerados como sustentables, y el terrón de la sedimentación marina (plancton) es excelente. El sedimento se encuentra en una gran zona de lo que una vez fue mar. Se pretende ofrecer la información necesaria para que se considere emplearlo en construcciones de la vivienda contemporánea una vez analizada la vivienda vernácula.
Introducción:
En el municipio de Villa Juárez y Cerritos, del estado de San Luis Potosí, se encuentra un asentamiento arquitectónico de gran valor plástico. Esto debido a sus edificaciones que son dignas, con amplios espacios.
El principal insumo de las edificaciones es el terrón, un noventa por ciento de la construcción del poblado fue construido con este sistema a base de terrones. En la actualidad se encuentra el último terronero de Villa Juárez, es una persona que tiene una edad de ochenta y cinco años, quien continua solitariamente extrayendo del subsuelo el terrón producto de la sedimentación marina, cuando en la región fue cubierta por el mar.
Es necesario rescatar la técnica de extracción por lo que proponemos un taller avalado por CONACULTA,  para registrar esta técnica que está en peligro de desaparecer. Desde el momento de su recuperación consideramos que la sustentabilidad es alta debido a que existe nulo impacto en el suelo, ya que las tierras son excavadas y removidas permitiendo de nueva cuenta la siembra del maíz, a un nivel de piso de tierra inferior.
El procedimiento de sustracción, acomodo y construcción se ha ido perdiendo debido a que los actuales habitantes de la región emigran a los Estados Unidos de Norte América, y no utilizan los terrones; al regresar con ideas plásticas alejadas de la identidad del poblado, por lo que es necesario rescatar  y poner en valor, el uso del terrón debido a sus cualidades térmicas naturales; algunas edificaciones han sido sustituidas por block de concreto.
La extracción artesanal sustentable del terrón, es de suma importancia  preservarla, y difundirla para que se conozcan las técnicas y procesos locales con materiales de la región, que puedan ser utilizados a pesar de la globalización.
1.- Visión de Arquitectura vernácula.
Desde 1954,  el arquitecto Enrique Yáñez como jefe del departamento de arquitectura del Instituto Nacional de Bellas Artes, publica Arquitectura popular de México, en ese documento manifiesta su  preocupación por la pérdida de este tipo de edificaciones.
“La Arquitectura Vernácula aparece en sitios de escaso desarrollo económico, carente de buenas comunicaciones y de recursos profesionales. La edificación espontánea en la cual se sigue el proceso de diseño que supone la elaboración de planos, hecha por personas sin preparación profesional pero con sentido constructivo y sensibilidad innata refleja con propiedad el medio físico y social en que se ubica y por eso se llama vernácula que significa expresión del país.” 2 
En 1980, se publica el resultado del 1 Simposium Interamericano de Conservación del Patrimonio Artístico, el cual fue dirigido a la arquitectura popular. Sobresale la definición de Rosa Ma. Sánchez Lara.
La Arquitectura vernácula:
“Surge como síntoma de la realidad de un pueblo bien definido, representa su devenir histórico, sus circunstancias culturales y la síntesis de sus orígenes e influencias. Aparece en los medios rurales, congruente con la situación geográfica y las particularidades del paisaje. Es el producto de asentamientos humanos establecidos sobre la base de la economía agrícola, por ello los parajes y rancherías se desarrollan en México alrededor de la milpa donde el campesino realiza sus jornadas de trabajo de acuerdo con los ciclos vitales de sus productos, que complementa con otras actividades artesanales y comerciales.” 3
Empieza el interés de los especialistas del norte de país, por analizar la arquitectura rural de su territorio, destaca el caso de Nuevo León con Antonio Tamez Tejeda:
“La Arquitectura vernácula se adapta a circunstancias y medios que permiten solucionar requerimientos específicos y que, partiendo de una genealogía propia, modela su imagen y forma en donde el clima representa una condicionante de primer orden; así mismo, los recursos materiales accesibles también lo son. Finalmente, las tradiciones y modelos de sus artesanos-constructores tendrán carácter de determinantes, conservando relación directa con la escala humana tanto en las estructuras individuales como en su agrupación y organización de conjunto.” 4
La exploración por arquitectos del término de arquitectura vernácula se ve enriquecida por distintas enfoques, ese sería el caso del arq. Javier Senosiain, donde explora a través de conceptos como bio-arquitectura, la arquitectura orgánica, la posibilidad de integrar a los métodos arquitectónicos el uso de la analogía en el desarrollo metodológico de la arquitectura, así, va llevando al lector de su texto por un recorrido que él interpreta sobre la historia de la arquitectura, hasta llegar a su propuesta con una integración que lleva a recuperar su historia, la tradición, el arraigo: edificar viviendas en convivencia con la naturaleza y con la tecnología existente al alcance del fabricante.
La UNESCO por su parte, reúne a sus especialistas a discutir el tema de patrimonio vernáculo, donde amplían la posibilidad del concepto PATRIMONIO y concluyen con la “Carta de Patrimonio Vernáculo” donde se plantean cinco principios de conservación, y se dictan siete líneas de acción y se retoma las conclusiones de las reuniones anteriores del Consejo Internacional de Arquitectura Vernácula (CIAV) en Madrid en enero del 1996, en Jerusalén en marzo de 1996, Mikkeli en febrero 1998, y en Santo Domingo en agosto 1998. De esa carta se desprende el siguiente postulado.
“El Patrimonio Tradicional o Vernáculo construido es la expresión fundamental de la identidad de una comunidad, de sus relaciones con el territorio y al mismo tiempo, la expresión de la diversidad cultural del mundo.” 5
Los investigadores del Politécnico Nacional, buscan nuevos modelos que permitan analizar de manera sustentable el medio ambiente, acercándose al análisis energético de la arquitectura vernácula. Destaca temas como el abrigo y confort a bajo costo. Subraya temas como la perdida vertiginosa de este patrimonio de arquitectura denominada menor y lo divide en tres factores: el primero, sustituirla por edificios de mayor rentabilidad, el segundo por abandono y deterioro funcional en zonas rurales, el tercero es la transferencia de tecnología en los temas de arquitectura y urbanismo hacia nuestro país.
“En general nos referimos a la arquitectura vernácula como aquella destinada a las grandes masas: el pueblo, que se halla integrado por individuos pertenecientes, en una amplio sentido, a un mismo grupo social, que posee un particular y admirable bagaje de saberes y habilidades, contribuyendo a crear y participando en un tipo de cultura que le es propia.” 6
Este recorrido histórico pone de manifiesto las distintas interpretaciones sobre el tema de arquitectura vernácula. Así, conceptos y reflexiones de especialistas durante la segunda mitad del siglo XX y principios del XXI, ayudan a construir el siguiente planteamiento:
La Arquitectura Vernácula, aparece en medios rurales con escaso desarrollo económico principalmente con base agrícola. Su geografía, clima y recursos materiales accesibles representan una condicionante, las tradiciones y modelos de sus artesanos-constructores  amalgaman una respuesta muy particular en su construcción.
2.-Visión de la sustentabilidad.
Con la presentación del informe Brundtland la visión del arquitecto se ha redireccionado a un nuevo apropiamiento de los materiales; cada material es susceptible de aprovechamiento sustentable siempre y cuando sean estudiadas y tomadas en cuenta sus características.
Recordemos que el término de sostenibilidad surge para dar atención a la violencia y al decadente estado de salud de diversos entornos y comunidades a nivel mundial, lo que provocó la reflexión y manifestación de preocupación de un sector de la población por el aprovechamiento de recursos de manera ordenada, con una visión ampliada a un futuro común más alentador.
Los materiales en general y especialmente los empleados para la construcción pueden ser clasificados en dos universos: por un lado los materiales naturales, no transformados, como piedra, madera, tierra; y los materiales artificiales, que han sido procesados o transformados para generar un nuevo material. A partir de este punto es donde inicia la preocupación y necesidad de implementar una visión sostenible.
Cuando un material, tanto natural o artificial se emplea empieza a generar modificaciones o alteraciones a los entornos naturales, desde su simple sustracción genera un deterioro al paisaje. Si este requiere de procesos de transformación, entonces sus traslados e industrialización también repercuten en afectaciones y consumo de energía.
Esta es una inercia que no se puede contener fácilmente. La voracidad de algunas corporaciones y personas es ilimitada, ya que actúan a pesar de saber que están perjudicando al resto. Desde el ámbito de la arquitectura surge el siguiente cuestionamiento: ¿cómo debemos enfocar nuestra participación social en una sociedad de la segunda década del siglo XXI?
El arquitecto Carlos Flores Marini manifestó en una de sus conferencias magistrales que la arquitectura es un hecho público, debido a que no sólo el usuario inmediato tiene que ver con su espacio físico. Cuando una obra se coloca en un predio al menos que esté totalmente aislado de la visión no podrá tener correspondencia con otros observadores. Al ser un hecho social tiene que ver con un grupo social determinado.
Ese grupo social está a la vez determinado por las tradiciones y prácticas, tanto originales como modificadas. Por lo que la arquitectura, al ser un producto cultural, debe de manifestar ambos ámbitos: la original y la modificada. Sabemos que no podemos congelar el pasado, pero si podemos convivir con él.
3.- El reconocimiento de nuestra arquitectura.
El Altiplano Potosino es una extensa región que forma parte de las cuatro regiones que conforman el Estado de San Luis Potosí, las otras tres son las siguientes: zona centro, donde se encuentra la capital del Estado, zona media en el transito de la costa del Golfo de México hacia el interior de la República Mexicana y la zona huasteca, región inmediata al Golfo y colindante al Estado de Tamaulipas.
Cada una de las regiones tienen flora, fauna y climas diferentes entre sí; son sólo coincidentes la zona altiplano y la zona centro, donde proliferan flora y fauna del semidesierto, como son las yucas, mezquites, huizaches, biznagas, nopales y su fauna de coyotes, tortugas, halcones, gavilanes, petirrojos.
Cuando nos interiorizamos a los paisajes y a las distintas comunidades podemos encontrar algunos sitios que son congruentes con su entorno natural. Cuando comienzan a distinguirse mayormente las construcciones realizadas con material de tierra, a través de muros de adobe y techo de sotol o construidos con diversas inflorescencias de algunas plantas del semidesierto donde se identifican y surge el apego de sus materiales tradicionales construidos ancestralmente.
Existen algunos muros donde las comunidades para limitar sus solares disponen de algunos troncos de mezquite dispuestos con anchos suficientes para albergar diferentes ramas, que son recuperadas de las podas de los árboles a su alrededor, creando unas cercas extensas y anchas que se renuevan constantemente. El paisaje creado por esta disposición de muros vegetales es gratificante.
Los propios muros de adobe son construidos mezclando excremento de los animales de pastoreo como son los borregos y las chivas; estos toman los colores del suelo de la región, por lo que las edificaciones son acordes a la visual y materialmente a la edafología y fauna de la región.
Podemos inferir que la congruencia como están edificadas mayormente las construcciones son acordes a una sostenibilidad que las comunidades realizaban ancestralmente, a pesar de desconocer términos contemporáneos para anunciar una nueva manera de construcción.
En la zona media prevalecen construcciones acordes a los materiales del sitio, siendo aprovechados por las comunidades, podemos encontrar los terrones que son tomados directamente de la cantera del sitio sin mayor problema, sólo se cortan a dimensiones manejables en prismas rectangulares y están listos para comenzar a edificar sus construcciones, éste material es producto sedimentario del antiguo mar que ocupó la región.
También las construcciones de carrizo u otate son características de esta región, material que proviene de las márgenes de los ríos donde se seleccionan aquellos que son susceptibles de ser utilizados en las edificaciones, para albergar y dar cobijo de manera térmica a los usuarios.
Las diferentes comunidades huastecas conservan sus tradiciones y cultura, principalmente por las distancias que guardan entre si, ya sea por lo la geografía o por el entorno natural. Nuevamente, la misma naturaleza provee los materiales necesarios para creación de espacios, resultando congruentes a las características de necesidades de uso, función y forma.
Desde antes que surgieran los conceptos y teorías de la sustentabilidad, estas necesidades fueron resueltas de tal manera, que otorgaron sabiamente buen resultado en la arquitectura que es característica de cada una de estas regiones. Así mismo, sus danzas, religión, folclor, comida, música son congruentes con los espacios públicos y los espacios internos.
Si escuchamos un son huasteco nos remontamos a la gratificante huasteca potosina con sus grandes extensiones de verdor, suelos, grupos de personas vestidos de ropa ligera, en las comunidades étnicas con sus atuendos ancestrales, mujeres vistiendo falda negra, petop y quesquemetl, con cabello recogido. Mientras las jóvenes con su cabello suelto y falda de color blanca dan a conocer que es una mujer soltera.
El espacio arquitectónico del bohío con su techumbre de hojas de palma real, con muros edificados con otates y cubiertos con bajareque, son altamente confortables para el clima del sitio. Los muebles interiores realizados con maderas de la región, con sus banquetas, mesas sillas y hamacas que soportan el peso de las personas aireando alrededor de la persona que dormita. La cama al estar sin ventilar como la hamaca resulta muy cálido su uso, por lo que su función es deficiente.
La socialización de las personas con otras que están fuera de su entorno, trasladan diferentes objetos y nuevas modas que alteran el ritmo cordial de las comunidades. Los nuevos materiales que desean colocar en las construcciones alteran el confort térmico y cada nuevo material industrializado que se añade es discordante con el entorno físico edificado.
La identidad y cohesión social es agredida y comienza la confusión de que material utilizar para la construcción de las nuevas viviendas o espacios públicos. La participación de las comunidades mediante la aportación de mano de obra para fabricar los espacios en tequio de los miembros del colectivo se ha perdido. Ahora hay que instrumentar nuevas técnicas de socialización que permitan la “participación social”.

4.- Lo Natural y lo Vernáculo.
Al estudiar las comunidades rurales de  la región centro y del altiplano potosino, destacan las construcciones realizadas con tierra, con muros de adobe y techo de sotol o construidos con inflorescencias de plantas del semidesierto. La tierra es el material constructivo más difundido a lo largo de la historia 7 (Guerrero, 1994).Los muros de adobe son construidos mezclando arena, limo, arcilla, con excremento de animales de pastoreo de ganado mayor y menor (exceptuando las vacas), los adobes adquieren el color dela tierra de la región, por lo que las edificaciones son acordes visualmente con la edafología y fauna de la región. La tierra para la fabricación de ladrillos de adobe o para utilizarse en muros de tierra apisonada se encuentra disponible en cantidades virtualmente ilimitadas casi en cualquier parte. 8 Existen otros muros donde las comunidades limitan solares con troncos de mezquite, dispuestos en anchos suficientes para contener ramas recuperadas de las podas de los árboles.
En la zona media prevalecen construcciones acordes a los materiales del sitio, siendo aprovechados por las comunidades, de carrizo u otate son características de esta región, material que proviene de las márgenes de los ríos donde se seleccionan aquellos que son susceptibles de ser utilizados en las edificaciones, para albergar y dar cobijo de manera térmica a los usuarios. La comunidad de Villa Juárez, está ubicada geográficamente en el tránsito entre la zona del altiplano y la zona media, es aquí donde existen construcciones habitacionales edificadas con terrones.
5.- Clasificación del uso del terrón de Plancton
En la tradición de la construcción de tierra en el mundo, se puede dividir en 12 métodos para edificar con ella. 9
Los Bloques de Tepetate, son  uno de ellos, se pueden elaborar de dos formas: la primera es construyéndolos con las partes que resultan de los bancos de tepetate mezclados con cementos. La proporción de la mezcla puede ser de una parte de cemento  por once de tepetate, agregando poco a poco agua para hacer la mezcla.
Para darle forma al bloque, se emplean moldes de madera con una tapa para hacer presión y sin fondo. La medida del bloque es variable, pero puede recomendarse la siguiente relación en sus dimensiones: Largo es igual a cuatro alturas, y Ancho es igual a dos alturas.
La segunda forma de elaborar los bloques de tepetate es: obteniéndolos directamente de los bancos que se encuentran de manera natural por medio del rompimiento o labrado, tratando que las dimensiones del bloque correspondan a la relación que se indicó anteriormente.
Esta forma de obtención o elaboración de bloques de tepetate se emplea cuando la estructura del mismo es demasiado compacta y se puede labrar este, sin que haya problemas por desmoronamiento.
Esa clasificación fue planteada por Houben y Guillaud, quienes identificaron los Bloques de corte: como pedazos de tierra, recortados en forma regular directamente de la tierra. Tienen una duración y dureza que permiten hacer bloques de tierra adecuados para la construcción. Este tipo de suelos se caracterizan por alto contenido de carbonatos. En varios países se utilizan los bloques de tierra cortado directo del terreno. Esos bloques son conocidos indistintamente como "tepetate" en México, "caliche" en los Estados Unidos, "mergel" en los Países Bajos, "marga" en Inglaterra y "tuf" en la mayoría de los países mediterráneos.
Desde los años 60s en Libia, se inició la mecanización de bloques, se empezó a utilizar sierras de diamante, adaptadas con carburo de tungsteno, que cortan tanto horizontal como verticalmente las piezas esto permite incrementar enormemente la productividad.
Estos materiales son tan sólidos y duraderos que el interés por ellas ha revivido. Equipo especialmente diseñado para la extracción de ellos aún no se ha desarrollado en México.10
En Villa Juárez, el Ing. Cabrera Ipiña, detectó a fines de los años sesentas, el uso del terrón en la mayoría de las casas de la comunidad.
“Tupidos bosques de mezquites rodean esta villa de cinco mil habitantes. Las calles son largas y bien arregladas, bordeadas por casas de un solo piso, con paredes de cuartón y techos de dos aguas, hechos de zacatón de las ciénagas.” 11
Con estos registros, no solo Cabrera documentó el uso del terrón, sino también la forma de la cubierta. El fotógrafo del municipio de Villa Juárez, el sr. Isidro Balderas Almazán  logro coleccionar un grupo de imágenes de su familia, donde se aprecia construcciones edificadas, como las describió Cabrera Ipiña.12
 Son diversos los materiales de construcción que se encuentran en el altiplano y zona media del estado de San Luis Potosí, se clasifican de acuerdo a sus capacidades térmicas y a través de una matriz de evaluación, se concluye que el material del plancton es un material que permite el confort térmico en espacios interiores con una agradable apariencia estética al exterior del inmueble, con un gasto de energía nulo.
En el año 2000 un grupo de investigadores del COLSAN, SEGE y de TV Azteca visitan todos los municipios del estado con la finalidad de preparar monografías municipales, sobre Villa Juárez describen lo siguiente:
Otras Actividades Productivas:
“La extracción de blocks de terrón de caliche, utilizado en la construcción, es otra fuente de empleo.”13
En Conclusiones y Propuestas:
“Propiciar la extracción del “caliche” (material térmico utilizado en la construcción local) para difundirlo y comercializarlo fuera del municipio.”14
6.- Terrón de Villa Juárez, en el estado de San Luis Potosí.
Como hemos señalado anteriormente se encuentran construcciones en la zona media de nuestro estado. Desde que visitamos el sitio nos podemos percatar del abundante recurso con el que han sido construidos diferentes recintos arquitectónicos.
Las calles de la comunidad son estrechas y en las aceras se levantan los muros sólidos edificados con terrones, con diversas tipologías: 
Casas habitación, Residencias, Oficinas gubernamentales, Tiendas, El jaripeo y demás.
Lamentablemente en los últimos años se han afectado las construcciones realizadas con el recurso natural del terrón, para sustituirlas por blocks de concreto que los transportan  desde la capital potosina, con destino a las tiendas de materiales de construcción.
Estos cambios en el uso de los materiales, se debe principalmente a la migración que tiene la población al trasladarse a los Estrados Unidos de Norteamérica. Cerritos una comunidad a escasos 10 kilómetros de distancia de Villa Juárez, es reconocida como la principal proveedora de mano de obra mexicana (braceros).

Al retornar o al enviar remesas de dólares para que modifiquen los solares, ya no recurren a la adquisición de terrones, los cuales tiene un costo en sitio de extracción de siete pesos.
Realmente cantidad insignificante para la persona que se esfuerza para sacar a los pesados monolitos de terrón (cincuenta y cinco kilogramos) Al día se logran obtener de trece a quince terrones; lo que es bajo, y no se logra vivir decorosamente.
Falta que en la comunidad se realice una cruzada de revalorización del uso de los terrones, que pudiera concientizar a la población para que vuelvan a recurrir a sus materiales originales, ya que las construcciones que edifican están sobre los bancos de tan sustentable material.
El sitio de extracción que pudimos conocer, se encuentra a escasos quinientos metros de distancia de la construcción del Jaripeo. Se trata de una extensión de varias hectáreas, donde cultivan el maíz.
La capa superficial de tierra orgánica es de ochenta centímetros de profundidad misma que se retira para poder acceder al manto blanquecino. Con simples herramientas como un pico, cortado de uno de sus extremos de metal y con una regla y cinta de medir, el terronero traza y da forma al propio terrón.
Otra de las herramientas que utiliza, es su propia mano. Con la palma extendida sobre el terrón marca la medida ideal. De manera similar cuando los pames de la zona tejen el petate, a base de cuartas de la mano. Por ello ningún petate es del mismo tamaño, ya que incluyen su propia antropometría.
7. Síntesis del modelo artesanal de la extracción del terrón.
PASO 1. Una vez identificado el terreno se retira la tierra vegetal que sirve de milpa y se acumula en un lugar aproximadamente de veinte metros de distancia.
PASO 2.  Se fijan dos estacas de madera y se extiende un cordel a sus extremos de quince metros de distancia, se  inicia el trazo con punzón sobre la tierra blancuzca (puede ser la punta de un pico). Se realizan una serie de trazos en escuadra tomando en cuenta las medidas de una regleta de madera que para tal efecto, se le trazaron marcas para regular el largo y ancho del terrón.
PASO 3. Con un pico de los que se utilizan en el ramo de la construcción, previamente cortado de uno de sus extremos, se comienza a dar golpes ligeros al terreno en  la línea de trazo, esto debe ser paulatino, repetitivo y con mucha paciencia. Hasta alcanzar una profundidad máxima que es la propia medida a lo que puede penetrar el pico.
PASO 4. Con el mismo pico se golpea en la parte inferior, para poderlo separar del resto de la tierra blanca y así tener una pieza monolítica, que tiene largo, ancho y profundidad. La extracción es en paralelo y uno a la vez se sacan los bloques de terrón.
PASO 5 .Una vez sustraídos se acomodan a una distancia de tres metros del sitio de extracción sobre el terreno blancuzco, y se acomodan  verticalmente. Cabe hacer mención que esta maniobra requiere un esfuerzo importante debido a los 55 kg. de peso propio por cada terrón.
PASO 6. Durante un día de trabajo extenuante el terronero Claro Martínez con 83 años de edad obtiene de trece a diecisiete piezas.  El polvo producto de la extracción se acumula para ser utilizado posteriormente como argamasa al pegar los terrones, sólo se agrega agua para hacerlo maleable.
PASO 7. Una vez aprovechado una extensión de cincuenta por cincuenta metros de ancho y largo se vuelve a rellenar con la tierra vegetal que se había desplazado al iniciar los trabajos de extracción. Y con ello la milpa continúa ofreciendo las cosechas de frijol, maíz, cebada y demás productos alimenticios y de forraje.
La extracción artesanal sustentable del terrón, es de suma importancia  preservarla, y difundirla, para que conozcan técnicas y procesos locales con materiales de la región, que puedan ser utilizados a pesar de la globalización. Es necesario rescatar la técnica de extracción por lo que proponemos un taller para registrar esta técnica que está en peligro de desaparecer.
Desde el momento de su recuperación consideramos que la sustentabilidad es alta, debido a que existe nulo impacto en el suelo. La modulación debe ser acorde a las unidades de proporción para que el acomodo de las piezas de terrón responda a un criterio de acomodo versátil. El procedimiento de sustracción, acomodo y construcción se ha ido perdiendo debido a que los actuales habitantes de la región emigran a los Estados Unidos de Norte América, y no utilizan los terrones; al regresar con ideas plásticas alejadas de la identidad del poblado, por lo que es necesario rescatar  y poner en valor, el uso del terrón debido a sus cualidades térmicas naturales.
Las nuevas construcciones contemporáneas de vivienda podrán incorporar en su procedimiento constructivo y en sus especificaciones, las medidas del módulo del terrón de plancton, para que se consideren en su trazado de muros. La valoración de la sustentabilidad se podrá evaluar desde las tres dimensiones: el ámbito natural, el económico y lo social. Los planteamientos presentados en la presente investigación despertará el interés de las autoridades que regulan la construcción, para que se considere al terrón de plancton como un material adecuado para construcción de viviendas contemporáneas con un alto valor plástico, constructivo y arquitectónico.
Conclusión:
El rescate del uso del terrón en Villa Juárez, se puede lograr al concientizar a las familias de la comunidad, al ofrecer información pertinente de los que es la Sustentabilidad de su producto ancestral con que sus abuelos edificaron la pequeña ciudad.
La colaboración de CONACULTA, para que se realicen talleres adecuados para la divulgación de la técnica de extracción y acomodamiento en el proceso constructivo, ayudará para que los jóvenes de la comunidad se vuelvan apropiar de los elementos naturales producidos por la sedimentación del plancton de lo que una vez fue mar.
Construir ejemplos contemporáneos de diversos proyectos susceptibles de ser edificados con terrones, con la colaboración y participación social.
Desde los años sesentas se veía la necesidad de aprovechar de mejor manera la producción de bloques de terrón, se han hecho intentos por mejorar la producción, pero es indudable que se requiere una mejor tecnificación que ayude a mejorar el número de piezas a extraer.
Digno de reconocer es el cuidado que se tiene de movimiento de  tierra, tanto del limo inicial que se reacomoda en el suelo una vez que se han extraído los terrones, y con ello se vuelve a recuperar el sitio de la milpa para continuar con la cosecha del maíz.
Bibliografía.
Cabrera Ipiña, Octaviano, Monografía de San Luis Potosí, talleres lino tipográficos Atlas, San Luis Potosí, México, 1969.

Graham, Paul “Adobe, cómo construir fácilmente”. Trillas, México, 2005.

Guerrero, Luis  “Arquitectura de Tierra.”, Universidad Autónoma Metropolitana, México, 1994. 

Houben, Hugo y Guillaud, Hubert Earth Construction, a comprehensive guide, CRA Terre-EAG, Practical Action, 2009.
INBA, Cuadernos de Arquitectura y Conservación del Patrimonio Artístico, Arquitectura Vernácula,  número 10, Rosa Ma. Sánchez Lara, El significado de la arquitectura vernácula, México, 1980.

Montesinos Campos, José Luis Tipologías de vivienda vernácula como base de creación de nuevos modelos integrados en su medio ambiente, I.P.N., México, 2005.

Tamez Tejeda, Antonio  Arquitectura vernácula mexicana del Noreste, fondo editorial Nuevo León, , Monterrey, México,1993.

UNESCO, Carta de Patrimonio Vernáculo Construido (1999).
Yáñez, Enrique, Arquitectura, Teoría, Diseño y Contexto, Limusa, México, 2005.

1 MCH Arq. Rafael González Alejo,  Arquitecto, con Maestría en Ciencias del Hábitat. Investigador de la Facultad del Hábitat, Universidad Autónoma de San Luis Potosí. rafaelgonzalezalejo@hotmail.com, Catedrático por la UASLP, Ponente y Conferenciante en diversas Universidades del País. Jefe del Laboratorio del Medio Ambiente de la UASLP.
M.P.U.R Arq. Luis Pedro Gutiérrez Cantú, Arquitecto, con Maestría en Historia. Investigador de la Facultad del Hábitat, Universidad Autónoma de San Luis Potosí. luispedrogutierrezcantu@yahoo.com, Catedrático por la UASLP, Ponente y Conferenciante en diversas Universidades del País, Actualmente Director del Museo Regional Potosino, del estado de San Luis Potosí.

2 Enrique Yáñez, Arquitectura, Teoría, Diseño y Contexto, Limusa, México, 2005, pag.218. Acerca de la edificación espontánea son de gran interés las observaciones que expone Cristopher Alexander en la primera parte de su “Ensayo Sobre la Síntesis de la Forma”.

3 INBA, Cuadernos de Arquitectura y Conservación del Patrimonio Artístico, Arquitectura Vernácula,  número 10, Rosa Ma. Sánchez Lara, El significado de la arquitectura vernácula, México, 1980, pag.11.

4 Antonio Tamez Tejeda, Arquitectura vernácula mexicana del Noreste, fondo editorial Nuevo León, , Monterrey, México,1993,  pag. 45.

5 UNESCO, Carta de Patrimonio Vernáculo Construido (1999).

6 José Luis Montesinos Campos, Tipologías de vivienda vernácula como base de creación de nuevos modelos integrados en su medio ambiente, I.P.N., México, 2005, pag.13.

7 Luis Guerrero, “Arquitectura de Tierra.”, Universidad Autónoma Metropolitana, México, 1994.  

8 Paul Graham, “Adobe, cómo construir fácilmente”. Trillas, México, 2005.

9 Véase, Hugo Houben y Hubert Guillaud, Earth Construction, a comprehensive guide, CRA Terre-EAG, Practical Action, 2009,  pag. 164.

10 Ibidem, pag. 173.

11 Cabrera Ipiña, Octaviano, Monografía de San Luis Potosí, talleres lino tipográficos Atlas, San Luis Potosí, México, 1969,  pag. 228.

12 Entrevista con el sr. Isidro Balderas Almazán, fotógrafo de municipio de Villa Juárez, el día 4 de enero de 2013.

13 Proyecto Miradas, Monografías de los Municipios de San Luis Potosí, Villa Juárez, SEGE, COLSAN, TV. Azteca, Vol. III, pag. 7.

14Ibidem,  pag. 15.