FILOSOFÍA DE LA SUSTENTABILIDAD DE LA VIVIENDA TRADICIONAL: TRANSFORMANDO COMUNIDADES HACIA EL DESARROLLO LOCAL

FILOSOFÍA DE LA SUSTENTABILIDAD DE LA VIVIENDA TRADICIONAL: TRANSFORMANDO COMUNIDADES HACIA EL DESARROLLO LOCAL

Rigoberto Larraga Lara y Ramón Rivera Espinosa. Coordinadores
Universidad Autonoma de San Luis Potosí
Universidad Autónoma Chapingo
Universidad de Antioquia

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UNA ALTERNATIVA PARA EL DESARROLLO DE ESTUFAS DE LEÑA: DISEÑO, CONSTRUCCIÓN Y EVALUACIÓN, MEDIANTE LA INVESTIGACIÓN ACCIÓN PARTICIPATIVA, EN UNA COMUNIDAD MAYA DE YUACATÁN.

*Octavio López Martínez 1,

**Heriberto E. Cuanalo De la Cerda,

Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional

RESUMEN
A nivel mundial, diferentes iniciativas han promovido la utilización de estufas de leña (EDL) con el fin de erradicar la utilización del fuego abierto al interior de las viviendas, vinculado a problemas de salud, un uso ineficiente de recursos naturales y emisiones de gases de efecto invernadero. Generalmente, las aproximaciones empleadas para la generación de EDL han consistido en soluciones de expertos externos, que consideran a los usuarios como meros receptores. Las iniciativas han resultado poco exitosas de acuerdo a la poca adopción de los dispositivos. Diversos estudios han encontrado que el éxito y fracaso de los programas de EDL se asocia a un gran número de variables, evidenciando la complejidad del problema. Esta situación mundial, es reflejada en la comunidad de estudio, Yaxcabá, Yucatán, en donde el fogón de tres piedras es usado ampliamente. Como alternativa al esquema convencional, nos planteamos generar una EDL que surgiera del diálogo con la comunidad. Iniciamos la investigación con un análisis desde el enfoque de sistemas, para entender las múltiples relaciones e interacciones, entre el grupo doméstico y la EDL. Continuamos el trabajo con dos grupos de pobladores locales. Tras atender varias etapas: auto-diagnóstico, diseño, construcción y evaluación; resultaron dos modelos locales de EDL. De la voz de los participantes, las estufas resultantes ofrecen múltiples ventajas sobre sus opciones previas. Concluimos que la metodología empleada permite responder de manera prospectiva, más allá de un análisis de variables individuales, a un problema complejo. Dado la existencia de múltiples tecnologías alrededor del mundo con potencial de ser adaptadas a un contexto local, proponemos que la metodología empleada puede ser utilizada en otras regiones y para diferentes tecnologías.

INTRODUCCIÓN

Desde hace varias décadas, a nivel mundial, diversas organizaciones se han dedicado al desarrollo y diseminación de ecotecnias2 con el propósito de mejorar la calidad de vida de los más necesitados y reducir su impacto en el medio ambiente. Una de las ecotecnias más promovidas ha sido la estufa de leña (EDL), con los fines de mejorar la salud de los usuarios, conservar los recursos y reducir emisiones de gases de efecto invernadero (Lewis y Pattanayak, 2012). En general, estas iniciativas han sido consideradas poco exitosas por las bajas tasas de adopción. Diversos estudios concluyen que el éxito y fracaso de los programas de EDL se asocia a un gran número de variables, como son los niveles económicos y educativos, satisfacción de las necesidades del hogar, ahorro de combustible, capacitación de usuarios y financiación (Eshetu, 2014; Rehfuess et al., 2014). Asimismo se recomienda la integración de ámbitos sociales, culturales y funcionales (Bielecki y Wingenbach, 2014; Urmee y Gyamfi, 2014); no obstante, son contados los casos que integran un enfoque incluyente para los futuros usuarios.
Partimos de la premisa que el diseño y construcción de tecnologías locales que integran un dialogo entre las concepciones teóricas del investigador profesional y las necesidades, preferencias, recursos y expectativas de los usuarios; resulta en una mayor apropiación y adopción de la tecnología. Se planteó como objetivo principal el diseñar, construir y evaluar un modelo de EDL con la participación de familias de una comunidad rural de Yucatán, que fuera capaz de dar respuesta a aspectos ambientales, culturales y de confort de los participantes. Para alcanzar el objetivo, realizamos un análisis desde el enfoque de sistemas, para entender las múltiples relaciones e interacciones, entre el grupo doméstico y la EDL, y generamos una guía del proceso participativo, compuesta por etapas, fases y un cronograma.
El resultado concreto del trabajo es la documentación de un proceso participativo para la generación de una tecnología local. El conjunto de los resultados de las diferentes etapas pueden ser resumidos en: 1) la descripción del contexto de estudio definida por un proceso de auto-diagnóstico, 2) la documentación del proceso diseño y construcción de dos modelos de EDL que integran el conocimiento local y 3) una evaluación por parte los participantes que describe las ventajas de las nuevas EDL en comparación a sus opciones previas. Concluimos que la metodología participativa nos permitió responder de manera prospectiva, más allá de un análisis de variables, a un problema complejo. A través de la participación, pudimos diseñar una estufa de leña que responde a diferentes aspectos de las necesidades de los participantes, integrando etapas descriptivas y exploratorias. Asimismo, la metodología empleada puede ser reinterpretada para otras regiones y para la generación de otras tecnologías.

LAS EDL EN MÉXICO Y YUCATÁN

Uno de cada cinco hogares en México realiza sus tareas domésticas utilizando leña o algún otro tipo de biomasa, generalmente empleando fogones de tres piedras, los cuales son considerados ineficientes y contaminantes (Blanco et al., 2009). La utilización de este tipo de tecnología, contribuye a la incidencia de enfermedades respiratorias, consideradas la principal causa de atención a la salud del medio rural mexicano (Alatorre, 2008 en Cordero, 2009). Esta situación, concentrada en las zonas rurales del centro y sur del país, ha impulsado la generación y difusión de EDL.
Las iniciativas de organizaciones civiles han sido en su mayoría a pequeña escala y sus esfuerzos poco documentados, a excepción de un par de casos. El proyecto PATSARI, desarrollado en colaboración con la Universidad Nacional Autónoma de México, ha sido el mejor documentado y el trabajo de HELPS International, A.C., ha logrado el mayor impacto numérico a nivel nacional, con 26,000 dispositivos al 2010 (Díaz et al., 2011). Por parte del estado, durante el sexenio anterior del Gobierno Federal (2006-2012), a través del Programa para el Desarrollo de Zonas Prioritarias, se dotaron 600 mil EDL a las viviendas de las localidades de mayor marginación (SEDESOL, 2012). Este ambicioso programa no consideró las tradiciones locales ni contempló un seguimiento (Quiroz-Carranza y Cantú-Gutiérrez, 2012). Asimismo, sólo cubrió el 10% de la necesidad total del país, considerando que existen cerca de cinco millones hogares que cocinan con fuego abierto (Díaz et al., 2011). En Yucatán, durante los años 2009 y 2010, la delegación estatal de la Secretaría de desarrollo social (SEDESOL) entregó 5,000 EDL prefabricadas por empresas privadas (Quiroz-Carranza y Cantú-Gutiérrez, 2012), superando fuertemente la cantidad de dispositivos construidos por las organizaciones locales con mayor presencia en el estado: U’yo’olché A.C., Red Verde A.C., Centro de Estudios y Desarrollo Social A.C.; cada una había instalado menos de 500 dispositivos al 2011 (Díaz et al., 2011). El gobierno federal actual (2012-2018) presenta las EDL como una de los rubros de apoyo, para el desarrollo social en las zonas prioritarias del país (SEDESOL, 2015a).

SITIO DE ESTUDIO

El presente proyecto se llevó a cabo con la colaboración de un grupo de pobladores de la localidad de Yaxcabá, Yucatán; un pueblo de un poco más 3 mil habitantes distribuidos en 722 hogares (INEGI, 2010). Como muchos de los pueblos de la región, la población de Yaxcabá comparte una fuerte cultura ancestral maya, reflejada en una amplia utilización del idioma Maya Yucateco (50 por ciento de la población al 2010), así como en sus prácticas agrícolas, gastronómicas, rituales, medicina, arquitectura y otros. Su localización es en el centro del estado de Yucatán, aproximadamente a 90 km al sur-oriente de la capital del estado, Mérida, y a tan solo 47 km de la internacionalmente famosa zona arqueológica Chichen Itzá. La actividad económica principal en la localidad es la apicultura, aunque gran parte de su población depende de empleos en los centros urbanos más cercanos (Pérez, 2013). El clima en la región es tropical sub-húmedo con una temperatura promedio de 26°C, precipitación anual de 1200 mm en promedio, una marcada temporada seca de seis meses y una topografía conformada por plataformas de piedra caliza.
Yaxcabá es uno de los municipios yucatecos con más bajo índice de desarrollo. Al 2010, el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL) reportaba que el 83.2% de la población de Yaxcabá se encontraba en situación de pobreza, y el 43.6% en pobreza extrema. Asimismo, el 93% de los hogares carecía de servicios básico en la vivienda (SEDESOL, 2015b) y la desnutrición infantil se presenta como un mal común de la localidad (Cuanalo y Siniarska, 2006). Estos y otros factores, hacen que en la localidad se ejerzan muchos programas de asistencia social por parte de diferentes estancias gubernamentales.
En el ámbito académico, Yaxcabá ha albergado una serie de estudios. De estos destacan los realizados por Hernández Xolocotzi sobre etnobiología y Cuanalo de la Cerda en producción agrícola; así como los de Pérez Ruiz sobre temas antropológicos. También, el departamento de Ecología Humana del Cinvestav-Mérida ha tenido una presencia constante, iniciada en 1995 con el proyecto “Desarrollo de las unidades de producción campesina en el Estado de Yucatán” y mantenida también a través proyectos de tesis de estudiantes de maestría. Asimismo, por parte de esta institución, se ha dado un asesoramiento continuo a la cooperativa Maa’lob Cuxtal, desde sus inicios. Este vínculo fue el punto decisivo para seleccionar la comunidad de Yaxcabá como el sitio de estudio, previendo que los lazos de confianza con nuestra institución acelerarían la primera etapa del proyecto e incrementaría la posibilidad de éxito.

METODOLOGÍA

Previo al trabajo en la comunidad y retomando nuestras concepciones teóricas, nos fue de utilidad entender el grupo doméstico y la estufa de leña como sistemas; entre ellos pudimos identificamos flujos de energía, productos y subproductos (Figura 1). El grupo doméstico emplea la EDL para transformar alimentos crudos y leña en alimentos cocinados, satisfaciendo sus necesidades de alimentación; sin embargo, también se generan subproductos, como son el humo y el calor. Aunque en algunos casos los subproductos pueden utilizarse para otra actividad, en general, estos afectan el confort, la seguridad y la salud del grupo doméstico.
Bajo el mismo enfoque, analizamos los estudios sobre el éxito y fracaso de los programas de EDL (Eshetu, 2014; Lewis y Pattanayak, 2012; Rehfuess et al., 2014; Rhodes et al., 2014), y encontramos que la decisión del grupo doméstico sobre la adopción, rechazo o selección de determinado dispositivo de cocción, es definida por cuatro aspectos: necesidades, preferencias, recursos y expectativas. Las necesidades integran aspectos culturales y específicos de cada hogar, como son las prácticas culinarias o cantidad de alimentos suficientes para un grupo doméstico, respectivamente. Las preferencias surgen a razón de los dispositivos conocidos, lo que se ha escuchado de estos y las experiencias tenidas. Los recursos integran capacidad adquisitiva, conocimientos sobre construcción y combustibles disponibles. Las expectativas dan perspectiva a las preferencias y los recursos, de acuerdo a los planes de cambio o permanencia de un dispositivo.
Elaboramos un instrumento metodológico participativo, conformado de etapas, fases y un cronograma (Tabla 1); el cual nos aportó un esquema sistemático para conformar un equipo con integrantes de la localidad, realizar los trabajos de diseño, construcción y evaluación de EDL. Siguiendo la lógica flexible de la IAP el esquema fue modificado de acuerdo a los tiempos de los participantes y las tareas no previstas. Tanto el proceso como la generación de resultados se presentaron de manera reflexiva, de acuerdo al planteamiento clásico de Kurt Lewin (1946) con una lógica de planeación-acción-análisis. Entendemos los ciclos como bucles diferenciados, en los cuales los resultados de cada etapa sirvieron de insumos para el resto del trabajo (Figura 2).

Para definir las cinco etapas, así como las fases y técnicas que componen cada una de estas, integramos ideas y pautas definidas en las propuestas de Ander-Egg (2003), Fals-Borda (1981) y Villasante (2014), en la línea de la IAP; así como las propuestas de Enet, 2012 y Romero et al. (2004), en la línea del diseño participativo. Los resultados y detalles de cada etapa se describen a continuación.

INTRODUCCIÓN A LA COMUNIDAD

Durante esta primera etapa, a través de visitas periódicas a Yaxcabá, se localizó la comunidad interesada en participar, así mismo, se empezó a establecer la base de confianza entre los colaboradores locales y los externos. Se asistió a eventos de la comunidad y se hicieron recorridos con personas locales, con quienes se visitaron viviendas de algunos pobladores, verificando así, la pertinencia del estudio y la vigencia de las descripciones bibliográficas. Consecuentemente, se visitó y explicó el proyecto a la presidenta municipal y a la presidenta de la cooperativa Maa’lob Cuxtal, con el fin de convocar a las personas interesadas a una presentación del proyecto. Se contactó al sacerdote pero no se pudo concretar una reunión. Se realizaron dos presentaciones para la comunidad interesada, una en la biblioteca municipal, a donde acudieron tres hombres y otra en una casa particular donde acudieron 16 mujeres, dos hombres y algunos niños. Del conjunto total de los asistentes, 17 personas manifestaron interés en participar, de tal manera, cada una de ellas sería visitada y entrevista.

AUTO-DIAGNÓSTICO

Después de la aplicación de las entrevistas individuales, se auto conformaron dos grupos, los cuales se mantuvieron durante el resto del proyecto. Se realizó una entrevista colectiva, a modo de grupo focal, con cada uno de los grupos. El objetivo de estas reuniones fue verificar y complementar la información obtenida en las entrevistas personales: los participantes hacen una reflexión sobre su situación actual y las posibles acciones para cambiarla. Los ejes temáticos desarrollados en las entrevistas grupales fueron los mismos que conformaron las cuatro partes de la entrevista personal: necesidades, evaluación de dispositivos de cocción existentes, recursos y conocimientos disponibles en la localidad para la construcción de estufas de leña y expectativas sobre sus dispositivos de cocina.
La primera parte de la reunión, consistió en la presentación de la información obtenida en las entrevistas personales. La discusión se intensifico al hablar sobre las ventajas y desventajas de cada uno de los dispositivos de cocina. Este primer conjunto de resultados, nos brindó orientación para el resto del proceso, sobre lo cual decidimos el orden de los talleres de diseño y el tipo de técnicas que se utilizarían. La información obtenida se resume a continuación.

Necesidades

Yaxcabá se encuentra en la zona milpera, donde las cosechas agrícolas principales son el maíz, frijol y calabaza (Cuanalo y Uicab, 2006). Esto es reflejado en las prácticas culinarias del grupo participante. Encontramos que los alimentos mayormente elaborados son la tortilla de maíz nixtamalizado y el frijol, registrado en 16 de los 17 hogares de los participantes. Otros alimentos cocinados también frecuentemente son: pollo, huevo, arroz y carne.

El hecho de encontrar que elaborar la tortilla de maíz es la actividad que mayormente realizada en las cocinas de los participantes, muestra la importancia de de este alimento y un uso escaso de las tortillerías, lo que difiere con otras comunidades. Este alimento es preparado al menos dos veces al día en 12 de las viviendas y consiste en las siguientes actividades: 1) hervir el maíz con un poco de cal por dos horas, 2) llevar a moler el maíz hervido y 3) cocinar la masa en forma de tortillas en el comal. Este proceso se realiza paralelamente con otras actividades a lo largo del día y no requiere una dedicación exclusiva; sin embargo, necesita supervisión constante.
A excepción de un caso, la mujer de mayor edad es quien realiza las acitividades de cocina, generalmente acompañada por otra mujer de la familia al momento de elaborar las tortillas a la hora del almuerzo. En 14 de las viviendas quien cocina lo hace sentada, utilizando un banco de madera o una silla. En todas las viviendas se utilizan ollas de aluminio y en 16 de ellas se calienta diariamente el agua para el aseo personal.

Evaluación de los dispositivos de cocción                                                                    

En la mayoría de los casos, las cocinas de los participantes siguen el patrón maya tradicional que consiste en un cuarto independiente localizado en la parte posterior de la vivienda, en cual sirve para preparan alimentos y como comedor (Sánchez, 2006). Identificamos cuatro dispositivos empleados para la coción de alimentos, en los hogares de los participantes. En todos los casos se localizaban dentro de las cocinas y sólo en algunos contaban con una segunda opción en los traspatios. De acuerdo con los participantes, estos cuatro dispositivos son los más comunes en toda la localidad:

  • Fogón de tres piedras (FTP): es el medio tradicional y el más común para cocinar en las zonas rurales de la península de Yucatán (Baños, 2009). El dispositivo consiste en tres piedras irregulares colocadas en forma de triángulo, sobre estas se colocan las ollas, sartenes, comales y otros. El fuego es producido por la leña colocada entre las tres piedras (Figura 3A). En la mayoría de los casos las familias comen alrededor de una mesa pequeña, sentados en bancos, cerca del FTP. Este dispositivo es utilizado diariamente en 15 de los 17 hogares.
  • Estufa de leña metálica (EDL-M): este dispositivo consiste en una caja de lámina galvanizada de 80x60x20 cm, patas metálicas y un pequeño orificio lateral para introducción de leña. En su forma original empleaba una plancha metálica y un ducto de salida, los cuales fueron removidos por todos sus usuarios (Figura 3B).
  • Estufa de leña de concreto (EDL-C): consiste en una construcción monolítica de concreto de 1.0 x 1.5 metros y 70 cm de altura, conformada por una base y un ducto central que funciona como cámara de combustión (Figura 3C).
  • Estufa de gas: es un producto comercial estandarizado en distintos tamaños, generalmente en forma de prisma rectangular. Se alimenta de combustible a través de un contenedor localizado al exterior de las viviendas (Figura 3D). A pesar de ser el dispositivo para la cocción de alimentos mayormente utilizado en las ciudades del país, solamente se encuentra presente en dos de los hogares. Su utilización, se limita a los momentos en que el grupo doméstico necesita cocinar algo rápidamente, lo cual sucede generalmente en las mañanas, por la prisa de salir de casa a tiempo para ir trabajar y/o llevar a los niños a la escuela.

De acuerdo con los participantes, el FTP y la EDL-C presentan más ventajas que el resto de los dispositivos. El primero, es la opción accesible a toda la población, es un dispositivo rápido, ya que se puede hacer fuego con una gran cantidad de madera. Asimismo, es útil para cocinar con ollas grandes, ya que estando tan cerca del piso, las ollas pueden ser elevadas con facilidad; no obstante, se mencionaron como desventajas que consume mucha leña, hace humo y propicia accidentes. Por su parte la EDL-C, representa la opción menos riesgosa, ya que el fuego y las brasas se encuentra contenido dentro de una cámara de combustión: “[…] Pues, es seguro también para los niños (EDL), y para uno mismo también. Por ahí estas cocinando (con el FTP), está la leña en el piso, estas andando, te tropiezas con la madera o la pateas […]” 3.Otras ventajas mencionadas fueron: no se apaga con el viendo, ahorra leña y permite cocinar varias cosas al momento. Las desventajas mencionadas fueron: al romperse no pueden repararse, al ser demasiado grandes ocupan todo el espacio de la cocina y, al contar con tan poco espacio interior, solo se puede introducir poca leña.

Recursos: combustibles, conocimiento y materiales constructivos

El combustible empleado mayormente en la comunidad es la leña. Al 2006 solo el 10% de la población contaba con una estufa de gas es sus viviendas (Bracamonte et al., 2006). La recolección de la leña para su venta se realiza principalmente por personas que conservan sus milpas, quienes organizan esta actividad junto a sus trabajos de roza, tumba y quema. De los 17 hogares de los participantes, encontramos que en ocho de ellos se auto-abastecen de leña; en tres, la leña se compra por triciclo, equivalente a 0.89 metros cúbicos del material; y en seis, se alterna la compra y el auto-abastecimiento, dependiendo de la cantidad de efectivo disponible y la presencia de alguna persona que pueda realizar la actividad. Hasta ahora, no existen problemas de abastecimiento de leña ni conflictos comunitarios relacionados con este recurso.
Al preguntar sobre la etapa de construcción, encontramos que 15 de los hogares contaban con un miembro de la familia disponible para tales actividades, de los cuales 14 contaban con algún tipo de experiencia previa y 4 de ellos tenían experiencia específica en la construcción de EDL-C; no obstante, 12 de estas personas trabajan fuera de la localidad y solamente regresan algunos fines de semana.
Los materiales de construcción más comunes de la localidad, se pueden observar en tres tipos de construcciones: las tradicionales de materiales orgánicos, que utilizan techos de hojas de palma y muros de tierra roja y madera; las tradicionales de mampostería y las nuevas construcciones de bloques de concreto. Al preguntar a los participantes sobre el mejor material para construir una estufa de leña, se mencionaron la mampostería, los tabiques y el concreto como posibles materiales para una EDL. Por nuestra parte, propusimos la construcción con tierra roja, abundante en la localidad, sobre lo cual se inició un debate que continuo en las futuras reuniones.

DISEÑO PARTICIPATIVO

Se realizaron dos reuniones por grupo. La primera reunión consistió de tres actividades: inicialmente se expusieron las características de las EDL, describiendo la función de cada una de sus partes principales, con el fin de confirmar que todos entendíamos los mismo desde un principio y familiarizarnos mutuamente con las diferencias del lenguaje. Consecuentemente, se presentaron imágenes de diferentes estufas de leña empleadas en otras regiones de México y América central, se discutieron las ventajas y desventajas de cada una de ellas y los elementos que podrían ser reutilizados en el contexto de Yaxcabá. Por último, se utilizó una maqueta desmontable de una estufa de leña, con la cual cada uno de los participantes señalaba sus opiniones para mejorarla.

Acuerdos por grupo

Las propuestas de los participantes durante el taller fueron anotadas y discutidas, con el fin de llegar a acuerdos grupales consensados. Durante la discusión, de manera natural, se prestó particular atención a las personas con mayor experiencia en la utilización de EDL. Algunas de los acuerdos alcanzados coincidieron entre ambos grupos y otros fueron particulares para cada uno (
). Los acuerdos comunes fueron: 1) la utilización de una cubierta desmontable, la cual pudiera ser reemplazada al momento de presentar fracturas o deterioro; 2) la utilización de varillas dentro de los quemadores, con el fin de sostener diferentes tamaños de ollas y sartenes; y 3) la utilización de ollas y comales como moldes durante la construcción de la cubierta, con el fin de evitar pérdidas de calor, así como la acumulación de humo al interior de las viviendas.

Los acuerdos diferenciados de cada grupo fueron el número de quemadores, la cantidad de entradas de leña, la altura de la estufa y el material principal de construcción. El grupo 1 optó por dos quemadores, con el fin de poder cocinar dos cosas al mismo tiempo; la implementación de un segundo acceso de leña, que permitiría aumentar la cantidad de combustible; una altura de 50 cms, que permite cocinar sentados en un banco pequeño (30 cms de altura). Referente al material de construcción, la opinión grupal puede resumirse en poca simpatía por la tierra como material constructivo y consideraron la mampostería como el material optimo por su durabilidad. Por su parte el grupo 2 acordó la utilización de tres quemadores, una sola entrada leña, una distancia de 70 cms para la altura de la estufa, para sentarse sobre una silla común. El material principal seleccionado fue la tierra roja, ya que si funcionara podría reducir los precios y ser accesible para todos.
Debido a que se acordó, con los integrantes del grupo 2, el empleo de tierra roja como material de construcción, se visitó la panadería local, para analizar el sistema constructivo empleado en la construcción del horno. Encontramos que fue construido utilizando un tipo de piedra local, unida y cubierta con una mezcla de tierra roja. Localizamos al maestro de obra que lo construyo hace 30 años aproximadamente, quien nos recomendó una mezcla a base de tierra roja, la cual, de acuerdo a su experiencia, es resistente al calor. En base a su recomendación, construimos ocho tabiques con cuatro mezclas diferentes, las cuales utilizaron diferentes cantidades de tierra roja, polvo de piedra (sustituto regional de la arena), cal y cemento (Figura 6). Una vez secos los tabiques, estos fueron expuestos a altas temperaturas, en las cocinas de dos de las participantes. Tras dicha experimentación, se seleccionó una de las mezclas para ser empleada en la etapa de construcción.

Consolidación de las propuestas

Siguiendo los acuerdos de diseño antes descritos, se elaboró una propuesta inicial por grupo, las cuales fueron modificadas de acuerdo a las experiencias de cocinar diariamente con fuego (ej. La distancia entre el fuego y el comal o la utilización de una base sólida para evitar el asentamiento de roedores) hasta alcanzar una propuesta definitiva por grupo. Las propuestas definitivas se presentan a continuación, en la Figura 1. Este parte del trabajo fue la de mayor trabajo individual por parte del colaborador externo; no obstante, involucro un proceso de traducción y retroalimentación.

CONSTRUCCIÓN

En cada grupo se seleccionó una vivienda para construir el modelo resultante de EDL, de acuerdo a la mayor necesidad y disponibilidad de tiempo del integrante de la familia que colaboraría. En ambos casos, la mayor parte de los trabajos de esta etapa se llevaron a cabo por el hombre de la casa y el colaborador externo. No obstante, toda la familia participo en cierta medida. Durante la construcción algunos de los participantes se acercaban a ver los avances. La primera construcción realizada fue la del grupo 2 (Figura 8). Tan pronto fue termina y pasado el tiempo recomendado para que los trabajos secara, se empezó a utilizar. Inmediatamente, encontramos deficiencias técnicas, las cuales fueron resueltas con el consejo de la usuaria.
La construcción de la EDL del grupo 1, se desarrollo con mayor facilidad (figura 9). Sin embargo, al ser terminada se encontró que la chimenea resultaba muy peligrosa porque se calentaba demasiado y se acostumbra colocar objetos de cocina detrás de esta. Igualmente, esta complicación pudo ser resuelta, colocando una malla metálica para evitar un contacto directo. La oportunidad de poder resolver estas complicaciones inmediatamente permitió evitar que los usuarios se decepcionaran del resultado.

EVALUACIÓN Y SEGUIMIENTO

Una vez concluido el mejoramiento técnico, los dispositivos fueron utilizados diariamente. Pasado un periodo aproximado de dos meses se convocó a una reunión para compartir experiencias y realizar una evaluación con el resto de los participantes.
De acuerdo a lo expuesto por los participantes, la utilización de la EDL presenta una serie de ventajas en sus actividades diarias. Estas ventajas fueron manifestadas puntualmente en opiniones sobre aspectos culturales, ambientales y de confort (Figura 10):

  • Prácticas culinarias. Los participantes en ambos grupos expresaron que en la EDL puede utilizarse para cocinar todos los alimentos que acostumbran. De tal manera, no hay necesidad de utilizar varios dispositivos dependiendo del tipo de alimento que se desee cocinar.
  • Ahorro de leña. Las opiniones grupales afirmaron el ahorro de leña por dos razones. Primeramente, debido a que la EDL permite cocinar varias cosas a la vez, por contar con dos quemadores, esto representaba un ahorro de leña.
  • Temperatura al interior de las viviendas. A pesar que no se perciben diferencias de la temperatura general del interior de las viviendas, por parte de las dos usuarias, para todos los participantes la ventaja más evidente de la EDL es que evita las quemaduras provocadas por la exposición al fuego abierto.
  • Humo al interior de las viviendas. Las dos usuarias de las EDL expresaron que las molestias de humo se habían reducido con la utilización de la estufa de leña.
  • Seguridad y riesgo ante accidentes. En ambos de los grupos se expresó que la EDL crea en las viviendas un ambiente interior más seguro, ya que reduce el riesgo de accidentes con los niños o de incendio.
  • El proceso participativo. Ambos grupos manifestaron que les gusto ser parte del desarrollo de una EDL y comparaban el proceso participativo con los apoyos de gobierno. Manifestaron intenciones de continuar el proceso a través de actividades para conseguir los materiales de construcción.

CONCLUSIÓN

Este artículo expone el proceso en la generación de una EDL, empleando una metodología que integra el enfoque de sistemas y la IAP. Los resultados mostrados prueban que una alternativa a las aproximaciones convencionales es posible.
El enfoque de sistemas nos permitió hacer un análisis preliminar de la relación entre el grupo doméstico y la EDL, así como integrar los tres grandes sistemas: el psicológico, a través de entrevistas individuales; el social, mediante grupos focales y talleres; y el vivo u orgánico, analizando las implicaciones físicas o de salud que las EDL tienen sobre los participantes. A través de la utilización de la IAP, se integraron los conocimientos locales a lo largo de la investigación. De tal manera, se consideraron las prácticas culturales, preferencias, recursos y expectativas de los participantes durante las etapas de diseño y construcción. Finalmente, los beneficios de los modelos construidos y la metodología empleada fueron validados por los participantes. Es importante mencionar que la viabilidad de extender los modelos en la comunidad no ha sido investigada. Sin embargo, es posible implementar la metodología en otros lugares gracias a la flexibilidad del enfoque de la IAP.
Los dos modelos de EDL construidos han servido de medio para materializar el dialogo de los colaboradores externos con los participantes locales y como muestra del trabajo para otros integrantes de la comunidad no participante.
Como parte de los resultados de este trabajo, se ha elaborado un pequeño manual de construcción de EDL, el cual ha sido repartido a pobladores de Yaxcabá, autoridades locales y ONGs regionales. Después de seis meses de la construcción de los dos modelos, estos siguen siendo utilizados para las actividades diarias de cocinado y calentado de agua, y son mostradas a amigos y vecinos de los usuarios.
El dialogo entre especialistas y los pobladores locales es necesario en la generación de tecnologías apropiadas. El conocimiento local, generalmente ignorado, contiene un valor inmensurable que el conocimiento científico no puede obtener desde sus recintos.

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1 *Octavio López Martínez, ocloma@hotmail.com
**Heriberto E. Cuanalo De la Cerda, cuanalo@mda.cinvestav.mx
Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional

2 De acuerdo con la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas, una ecotecnia es un instrumento desarrollado para aprovechar eficientemente los recursos naturales y materiales y permitir la elaboración de productos y servicios (CDI, 2009)

3 Comentario de una participante del grupo 1 durante la realización del grupo focal.