ECONOMÍA INTERNACIONAL. APUNTES INTRODUCTORIOS

ECONOMÍA INTERNACIONAL. APUNTES INTRODUCTORIOS

Martín Carlos Ramales Osorio (CV)

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LA BALANZA DE PAGOS Y LOS TIPOS DE CAMBIO

Con esta lección, damos inicio al estudio de la macroeconomía de una economía abierta. Empezamos estableciendo la definición de balanza de pagos, así como las cuentas que la conforman. Tenemos pues, que la balanza de pagos se define de la siguiente manera:

Es un instrumento contable en el que se registran las transacciones comerciales, de servicios y financieras que realizan los agentes económicos domésticos (las familias, las empresas y el gobierno) con sus similares del extranjero o del resto del mundo.

Está conformada por dos grandes cuentas: la cuenta corriente y la cuenta de capital. En la cuenta corriente se registra el comercio de bienes y de servicios, así como las transferencias. Los servicios comprenden los fletes, los pagos de royaltys 1 y los pagos de intereses. Los servicios también comprenden la renta neta de inversiones, que consisten en lo siguiente:

Son los intereses y los beneficios de los activos que el país tiene en el extranjero menos la renta que perciben los extranjeros por los activos que poseen en nuestro país.

Las transferencias están formadas por las remesas, las donaciones y las ayudas. La balanza comercial registra simplemente el comercio de mercancías. Sumando el comercio de servicios y las transferencias netas, obtenemos la balanza por cuenta corriente (El Diagrama 6.1 muestra la estructura de la balanza de pagos).

La cuenta corriente muestra un superávit si las exportaciones son superiores a las importaciones más las transferencias netas a extranjeros, es decir, si los ingresos procedentes del comercio de bienes y servicios y las transferencias son superiores a los pagos por estos mismos conceptos.

La regla elemental de la contabilidad de la balanza de pagos es que cualquier transacción que da lugar a un pago por parte de los residentes de un país es una partida del debe en la balanza de pagos. Algunos ejemplos: las importaciones de computadoras, las donaciones a extranjeros, la compra de tierra en otro país, el pago de intereses de la deuda exterior, etc., son todas ellas partidas del debe.

Por el contrario, son partidas del haber las siguientes: las exportaciones de tequila de nuestro país, las compras extranjeras de nuestros activos, el pago de intereses que reciben los nacionales por parte de extranjeros, etc.

La cuenta de capital registra las compras y ventas de activos, como acciones, bonos y tierra. Se suele hacer una distinción entre las transacciones de capital a largo y corto plazo, dependiendo de que el vencimiento de los activos sea o no superior al año. Una distinción alternativa en la cuenta de capital se realiza entre la inversión de cartera y la inversión directa.

La cuenta de capital muestra un superávit, también llamado entrada neta de capital, cuando nuestros ingresos procedentes de la venta de acciones, obligaciones, tierra, depósitos bancarios y otros activos son superiores a nuestros pagos por nuestras propias compras de activos extranjeros.

Cómo se salda la balanza de pagos (la balanza de pagos de México)

A continuación, en el Cuadro 5.1, se presenta la balanza de pagos de México con datos anuales de 2010, y con datos enero-septiembre de 2010 y 2011. La cuenta corriente se presenta de manera bastante resumida: únicamente aparece el total de ingresos y de egresos, y notamos que es deficitaria porque los ingresos provenientes del comercio de mercancías y servicios y de las transferencias son inferiores a los egresos correspondientes. En 2010, el déficit de la cuenta corriente se ubicó en 5,724 millones de dólares (mdd), en enero-septiembre de ese mismo año fue de 2,223 mdd y en enero-septiembre de 2011 el déficit en cuenta corriente ascendió a 6,475 mdd. Tradicionalmente, la cuenta corriente de México ha sido deficitaria.

Hemos de hacer notar, que cuando un país como México incurre en déficit en cuenta corriente, debe generar un superávit en cuenta de capital. Alternativamente, cuando un país experimenta déficit en cuenta corriente debe financiarlo de alguna manera. ¿Cómo financia un país un déficit en cuenta corriente? Por lógica y por definición, si nuestro país tiene déficit en cuenta corriente, sus socios comerciales y financieros (Estados Unidos y Canadá en el caso de México) incurren en superávit; y parte de ese superávit lo transfieren al país deficitario bajo las modalidades de préstamos e inversiones directas y de cartera. El país deficitario en cuenta corriente, tiene que pedir préstamos a sus socios comerciales y financieros para financiar el mencionado déficit; o bien, tiene que invitar a los inversionistas extranjeros para que inviertan ya sea en el sector productivo (inversión extranjera directa, IED) o financiero (inversión extranjera de cartera, IEC) del país.

Dicho de otra manera, cuando un país como México incurre en déficit en cuenta corriente, debe captar ahorro externo para financiarlo, y ese ahorro externo asume las modalidades de préstamos, inversión extranjera directa (IED) e inversión extranjera de cartera (IEC). Por tanto, el país deficitario incurre en pasivos al contratar deuda externa y al captar inversiones extranjeras directas y de cartera.

Según el Banco de México (www.banxico.org.mx), en 2010 el país contrajo pasivos con el exterior por 72,939 mdd, repartidos de la siguiente manera: endeudamiento, 29,379 mdd (mismos que representan el 40.3 por ciento de los pasivos totales que el país contrajo en 2010); inversión extranjera total, 43,561 mdd (que equivalen al 59.7 por ciento del total de pasivos contratados por el país con el exterior en el mencionado año de 2010) (Ver Cuadro 5.1 y Gráfica 5.1).

¿Quiénes se endeudaron con el exterior en 2010? Según el Banco de México, el sector público no bancario por 13,021 mdd (17.85 por ciento de los pasivos totales), la banca comercial por 9,552 mdd (13.09 por ciento del total de pasivos), el sector privado no bancario por 9,379 mdd (12.86 por ciento de los pasivos totales), la banca de desarrollo por 648 mdd (0.89 por ciento del total de pasivos de 2010) y el Banco de México que se desendeudó por un monto de 3,221 millones de dólares (-4.42 por ciento de los pasivos totales del mencionado año) (Ver Cuadro 5.1 y Gráfica 5.1).

De la inversión extranjera total captada por el país en 2010, que ascendió a 43,561 mdd, 19,792 mdd correspondieron a la inversión extranjera directa (IED) y 23,769 mdd a la inversión extranjera de cartera (IEC). Es decir, la IED representó el 45.43 por ciento de la inversión extranjera total, en tanto que la IEC representó el 54.57 por ciento de la misma. Del total de la IEC, 23,769 mdd, la mayor parte se invirtió en el mercado de dinero, 23,127 mdd, y el resto, 641 mdd, en el mercado accionario.

Por último, cabe señalar que la balanza de pagos como instrumento contable debe cuadrar, es decir, debe dar cero. Lo ideal es que si el país tiene un déficit en cuenta corriente de balanza de pagos por 25 mil millones de dólares, debe generar un superávit en cuenta de capital por exactamente el mismo monto: 25 mil millones de dólares; en consecuencia, -25 mil millones de dólares +25 mil millones de dólares es igual a cero. Sin embargo, no sucede así en la realidad. En enero-septiembre de 2011, por ejemplo, el país tuvo un déficit en cuenta corriente de balanza de pagos por 6,475 mdd, pero generó un superávit en cuenta de capital mucho mayor, del orden de 32,790 mdd (= 44,352 mdd de pasivos menos 11,562 mdd de activos). ¿En cuánto excede el superávit en cuenta de capital al déficit en cuenta corriente? Haciendo operaciones, en 26,315 mdd (igual al déficit en cuenta corriente por 6,475 mdd más el superávit en cuenta de capital por 32,790 mdd). Es decir, en enero-septiembre de 2011, el país consiguió 26,315 mdd de más para financiar su déficit en cuenta corriente. La pregunta es, ¿a dónde fueron a parar esos 26,315 mdd? (Ver Cuadro 5.1). De un vistazo rápido al Cuadro 5.1, observamos que las reservas internacionales variaron en 24,366 mdd, y los ajustes por valoración en -744 millones de dólares.

Es decir, que de los 26,315 mdd que el país consiguió de más para financiar su déficit en cuenta corriente, 24,366 mdd se fueron a engrosar las reservas del Banco de México; aún así, siguen sobrando 1,949 mdd. ¿En dónde están? Observamos en el Cuadro 5.1, que los ajustes por valoración variaron en -744 mdd. Entonces hacemos la siguiente operación: a los 26,315 mdd le restamos la variación de reservas internacionales por 24,366 mdd y les sumamos los ajustes por valoración por 744 millone de dólares, el resultado es: 2,693 millones de dólares, a los que le cambiamos el signo y los registramos como errores y omisiones, con los cuales la balanza de pagos da exactamente cero.

Es fácil comprobarlo de la siguiente manera haciendo las siguientes operaciones aritméticas simples: al déficit de la cuenta corriente (-6,475 mdd) le sumamos los errores y omisiones (-2,693 mdd), lo que nos arroja un resultado de -9,168 mdd; por otra parte, al superávit en cuenta de capital (32,790 mdd)  le restamos la variación de reservas internacionales (24,366 mdd) y le sumamos los ajustes por valoración (744 mdd), lo que nos da un resultado de 9,168 mdd. Por tanto, menos 9,168 mdd más 9,168 mdd es igual a cero. ¡La balanza de pagos queda saldada!

Lo anterior lo podemos plantear también de la siguiente manera: cuando un individuo gasta una cantidad mayor a su ingreso, tiene que financiar ese exceso de gasto, ya sea vendiendo activos o pidiendo prestado. En el caso de un país sucede exactamente lo mismo, cuando incurre en un déficit en cuenta corriente, porque le compra al extranjero más de lo que le vende, tiene que financiarlo, y generalmente lo hace vendiendo activos o recurriendo al endeudamiento externo, lo que significa que el país está incurriendo en superávit en cuenta de capital. En consecuencia, un déficit en cuenta corriente se financia mediante entradas compensatorias de capital:

Déficit en cuenta corriente + entrada neta de capital = 0   (1)

La ecuación anterior es muy importante en el siguiente sentido: si un país no tiene activos que vender, sino tiene reservas de divisas, si ningún extranjero quiere invertir en él y si nadie le presta, tiene que equilibrar su cuenta corriente devaluando su moneda. Cuando un país incurre frecuentemente en déficit en cuenta corriente, tarde o temprano agota sus reservas de divisas y tiene que devaluar su moneda para equilibrar el comercio de bienes y de servicios. Es el caso de muchos países latinoamericanos como México

En base a lo anterior, resulta útil dividir la cuenta de capital en dos partes independientes: 1) las transacciones del sector privado del país y 2) las transacciones oficiales de reservas, que corresponden a las actividades del banco central. Un déficit en cuenta corriente puede ser financiado por los residentes privados vendiendo activos en el extranjero, es decir, pidiendo préstamos exteriores, o por el Estado, que reduce sus reservas de divisas, vendiendo divisas en el mercado de cambios.

En cambio, cuando el país incurre en superávit en cuenta corriente, el sector privado puede pagar sus deudas o comprar activos en el extranjero; el banco central puede comprar las divisas que reciben los particulares y aumentar de esa manera sus reservas de divisas.

El aumento de las reservas oficiales también se denomina superávit global de la balanza de pagos, que se puede resumir de la siguiente manera:

Superávit de la balanza de pagos = aumento de las reservas oficiales de divisas
= superávit por cuenta corriente + entrada neta de capital privado

Qué en el caso de un país como México se expresaría mejor de la siguiente manera:

Superávit de la balanza de pagos = aumento de las reservas oficiales de divisas
= déficit en cuenta corriente + superávit en cuenta de capital

Lo anterior quiere decir, que si el déficit de la cuenta corriente es menor al superávit de la cuenta de capital, o lo que es lo mismo, si el superávit de la cuenta de capital es mayor al déficit de la cuenta corriente, la balanza global de pagos será superavitaria, y el banco central estará ganando reservas de divisas, como lo muestra el Cuadro 5.1 y el Esquema 5.1.

Los tipos de cambio fijos y la intervención

Ahora vamos a analizar cómo financian los bancos centrales un déficit o un superávit en balanza de pagos, a un nivel general, o un superávit o un déficit en cuenta corriente, a un nivel más específico y concreto, realizando transacciones oficiales de divisas. Para ello, distinguimos entre los tipos de cambio fijos y los tipos de cambio flexibles. Anteriormente, hemos establecido la definición de tipo de cambio, como el precio de una moneda extranjera (el dólar americano o el euro) en términos de la moneda nacional.

Los tipos de cambio fijos, como su mismo nombre lo sugiere, deben permanecer fijos o constantes, independientemente del saldo de la balanza de pagos o de la cuenta corriente de la misma. Para que el tipo de cambio pueda permanecer fijo o constante, los bancos centrales deben absorber cualquier exceso de demanda o de oferta de divisas; en el caso particular de México, cuyos principales socios comerciales son los Estados Unidos de América, el Banco de México debe absorber cualquier exceso de demanda o de oferta de dólares.

Tanto el exceso de demanda como de oferta de dólares, son determinados por el saldo de la cuenta corriente, que tomaremos como punto de referencia para explicar sobre el funcionamiento de los tipos de cambio fijos. Cuando la cuenta corriente del país es deficitaria, salen más dólares de los que entran, hablando en términos coloquiales; lo anterior, porque el país importa más de lo que exporta. Por tanto, la demanda de dólares es mayor a la oferta de dólares. Los importadores demandan dólares para comprar mercancías en el extranjero: acuden a los bancos comerciales o a las casas de cambio para intercambiar pesos por dólares; los exportadores, por el contrario, ofrecen dólares para proseguir con sus actividades productivas al interior de las fronteras nacionales; por tanto, acuden a los intermediarios financieros (bancos comerciales y casas de cambio) a intercambiar dólares por pesos.

De esa manera, el Banco de México, para evitar que el tipo de cambio se incremente, o alternativamente, para evitar que el dólar se encarezca, vende dólares a los importadores. Por el contrario, cuando la cuenta corriente es superavitaria entran al país más dólares de los que salen. Lo anterior, porque el país exporta más de lo que importa; por tanto, la oferta de dólares es mayor a la demanda. En este caso, el Banco de México, para evitar que el tipo de cambio disminuya, o que el precio del dólar en términos de la moneda nacional baje, compra dólares a los exportadores (Ver Esquema 5.2).

De esa manera, la intervención de los bancos centrales en el mercado de divisas, ya sea comprando o vendiendo dólares, ayuda al mantenimiento de la paridad cambiaria, o evita completamente que el tipo de cambio sufra variaciones o modificaciones. El tipo de cambio debe permanecer fijo o constante, eso se logra a través de la intervención de los bancos centrales en los mercados de divisas (Ver Esquema 5.2).

Para que el mantenimiento del tipo de cambio sea posible, los bancos centrales deben estar dispuestos a emitir dinero, cuando la cuenta corriente es superavitaria, o a reducir sus reservas de divisas, cuando la cuenta corriente es deficitaria. En consecuencia, los bancos centrales deben disponer de reservas de divisas y estar dispuestos a emitir dinero con tal de que el tipo de cambio permanezca fijo o constante.

El proceso de ajuste monetario de la balanza de pagos (o mecanismo de ajuste precio)

Las economías abiertas, como lo es hoy en día la economía mexicana, guardan fuertes relaciones de interdependencia unas con otras, lo que dificulta la consecución de ciertos objetivos de política económica, como el pleno empleo y la estabilidad de precios. Todavía más, una economía abierta debe tratar de conciliar el equilibrio interno (un nivel de producción de pleno empleo con estabilidad de precios) con el equilibrio externo (sobre todo el equilibrio de la cuenta corriente de la balanza de pagos). Sin embargo, en la práctica resulta complicado conciliar el equilibrio interno con el equilibrio externo. Generalmente, cuando una economía como la mexicana experimenta un crecimiento económico rápido y elevado tiende a enfrentar dos problemáticas: déficit en balanza comercial y en cuenta corriente de balanza de pagos, así como inflación rápida y elevada; por el contrario, cuando crece poco y lentamente, tiende a experimentar, de un lado, superávit en cuenta corriente de balanza de pagos, pero por el otro experimenta baja inflación, aun cuando pueda estar incurriendo en desempleo. La política macroeconómica se plantea como muy complicada.

Las relaciones de interdependencia de las economías abiertas dependen, a su vez, de los sistemas monetarios y de tipos de cambio adoptados, conjunto de instituciones denominadas sistema monetario internacional. El sistema monetario internacional, que ha influido en las políticas macroeconómicas y en los resultados de las mismas en los diferentes países, ha conocido tres periodos: la época del patrón oro (desde 1870 a 1914), el periodo de entreguerras (de 1918 a 1939) y el periodo tras la Segunda Guerra Mundial en el que se fijaron los tipos de cambio según el sistema de Bretton Woods (de 1946 a 1973).

Bajo el patrón oro, la principal responsabilidad de un banco central era preservar la paridad oficial entre su moneda y el oro; para mantener la paridad cambiaria, el banco central necesitaba unas reservas adecuadas en oro. Por tanto, el equilibrio externo se veía, más que como un determinado objetivo de la cuenta corriente, como una situación en la que el banco central no ganara (en caso de superávit en cuenta corriente) ni perdiera (en situación de déficit de la cuenta corriente) reservas en oro a una tasa demasiado rápida.

Puesto que las reservas internacionales en este periodo tomaban la forma de oro, los superávits o los déficits de la balanza de pagos tenían que ser financiados mediante el envío de oro entre los bancos centrales. Un país con déficit en balanza de pagos, tenía que enviar reservas en oro al país superavitario; alternativamente, el país superavitario recibía reservas en oro del país deficitario. El primero, enfrentaría un incremento de precios, y el segundo una disminución, como lo veremos inmediatamente enseguida. Para evitar grandes movimientos de oro, los bancos centrales adoptaban políticas que aumentaran los componentes del superávit (o del déficit) de la cuenta financiera que no fueran reservas en línea con el déficit (o superávit) de la cuenta corriente. Un país se encuentra en una situación de equilibrio en su balanza de pagos, cuando la suma del saldo de su cuenta corriente, de su cuenta de capital y de su cuenta financiera que no sean reservas es igual a cero, de manera que la balanza por cuenta corriente más la cuenta de capital se financie enteramente mediante préstamos internacionales, sin movimiento de reservas.

Interpretando lo anterior, los países trataban de evitar cualquier aumento o disminución de sus reservas en oro; lo anterior, para evitar el sobrecalentamiento de sus economías y el desbordamiento de la inflación (en caso de superávit en cuenta corriente); o bien, la desaceleración de su crecimiento económico y la deflación de precios (en caso de una cuenta corriente en extremo deficitaria). Más bien, los países financiaban sus déficits (o sus superávits) en cuenta corriente mediante préstamos internacionales. Un país deficitario pedía prestado a sus socios comerciales, que con toda seguridad eran superavitarios, para financiarse, sin recurrir en ningún momento a la venta de oro y, por tanto, a la disminución de sus reservas oficiales en oro.

Sin embargo, y como ya lo adelantamos anteriormente, el patrón oro, que era en esencia un sistema de tipos de cambio fijos, generaba mecanismos automáticos que contribuían a conseguir de manera simultánea el equilibrio de la balanza de pagos de todos los países. La explicación es la siguiente: si el superávit de la cuenta corriente era mucho mayor al déficit de la cuenta de capital, el país estaría incurriendo en un superávit global de balanza de pagos. Por definición, los socios comerciales y financieros del país superavitario incurrían en déficit global de balanza de pagos, de manera tal que tenían que enviar oro al país superavitario.

En consecuencia, el país superavitario recibía oro, y el banco central de dicho país para mantener fija la paridad cambiaria, compraba oro a sus exportadores a cambio de moneda nacional lo que llevaba a un aumento de la oferta monetaria y, por tanto, a un incremento de precios; que sin un incremento en el tipo de cambio nominal, conducía a una revaluación real de la moneda del país superavitario y, por tanto, a una disminución de sus exportaciones y a un aumento de sus importaciones hasta el restablecimiento del equilibrio de su balanza de pagos. Con los socios deficitarios sucedía exactamente lo contrario: los bancos centrales vendían oro a cambio de moneda nacional, lo que provocaba una disminución de la oferta monetaria y, por tanto, una disminución de precios, que sin una disminución en el tipo de cambio nominal provocaba una devaluación real de las monedas de los países deficitarios que impulsaba sus exportaciones pero que inhibía sus importaciones hasta el restablecimiento del equilibrio de sus respectivas balanzas de pagos (Ver Esquema 5.3). Este mecanismo que estamos explicando, y que se denomina como de ajuste precio-flujo de especie, fue descrito por David Hume en 1752.

Paul Samuelson plantea lo anterior de la siguiente manera en la decimoctava edición de su popular libro de Economía, él lo plantea como Mecanismos de ajuste internacional con cuatro tenazas, de Hume.

Trasladando el análisis anterior, el del mecanismo de ajuste precio-flujo de especie bajo el patrón oro, a los tipos de cambio fijos, mismos que estuvieron vigentes desde 1946 hasta 1973, en el que la moneda de reserva era el dólar americano en vez del oro, tenemos lo siguiente:

Si un país incurría en superávit global en balanza de pagos, el banco central de dicho país tenía que comprar dólares a cambio de moneda nacional, por lo que aumentaba la oferta monetaria nominal que hacía caer la tasa de interés; la disminución del tipo de interés provocaba un disminución del ahorro pero un aumento de la demanda de consumo y de la demanda de inversión, por tanto, aumentaba la demanda agregada, lo que traía consigo un aumento de precios que incidía en una revaluación real de la moneda del país superavitario. La revaluación real de su moneda, disminuía sus exportaciones y aumentaba sus importaciones hasta igualarse, lográndose de esa manera el restablecimiento del equilibrio externo (Ver Esquema 5.4).

Por lógica y sentido común, los socios comerciales y financieros del país superavitario, experimentaban déficit en balanza de pagos, por lo que sus economías seguían un proceso de ajuste totalmente opuesto al del país superavitario. Finalmente, sus monedas se devaluaban en términos reales frente a la moneda del país superavitario por lo que aumentaban sus exportaciones pero disminuían sus importaciones hasta igualarse (Ver Esquema 5.4). Realizando operaciones de cambio (compra-venta de divisas), los bancos centrales mantenían fijos sus tipos de cambio, y las balanzas de pagos de los distintos países tendían al equilibrio de manera más o menos automática y simultánea.

Partiendo de una situación como la de México, que permanentemente incurre en déficit en cuenta corriente, y que por tanto tiene que generar un superávit mucho mayor en cuenta de capital vía préstamos internacionales y atracción de inversión extranjera en sus modalidades de inversión directa y de cartera, tenemos el proceso que se describe en el Esquema 5.4.

Las políticas de esterilización

Cuando una economía opera bajo tipo de cambio fijo, el banco central debe realizar operaciones de cambio (compra-venta de divisas) para evitar cualquier variación del tipo de cambio.

Sin embargo, las economías, a través de sus bancos centrales, disponen de otros tipos de operaciones para influir en la cantidad de dinero en circulación. En concreto, disponen de las operaciones de mercado abierto, mismas que consisten en la compra-venta de valores gubernamentales, CETES en el caso particular de México, así como de operaciones de ventanilla de descuento, las que consisten en préstamos que los bancos centrales otorgan  al sector privado tanto financiero como no financiero.

En consecuencia, si un país como México incurre en superávit en balanza de pagos, porque el superávit de la cuenta de capital es mucho mayor al déficit de la cuenta corriente, su banco central debe absorber el exceso de oferta de dólares precisamente comprando la divisa internacional en cuestión. Compra dólares a cambio de moneda nacional, por lo que aumenta la cantidad de dinero en circulación que provoca un aumento en el nivel absoluto de los precios (inflación).

Si el banco central desea evitar en absoluto un proceso inflacionario rápido y elevado y, por tanto, la revaluación de su moneda doméstica, o lo que es lo mismo, si desea mantener su superávit en balanza de pagos, debe vender CETES en el mercado abierto por el mismo monto en que compró dólares al público exportador, principalmente. Si vende CETES por el mismo monto en que compró dólares, la oferta monetaria permanece sin cambio al igual que los precios, y su moneda doméstica no experimenta ninguna revaluación real frente a las monedas de sus principales socios comerciales y financieros.

Si el tipo de cambio es de 13.50 pesos por un dólar americano y el Banco de México compra al público 500 millones de dólares, entonces la oferta monetaria nominal del país aumentará en 6 750 millones de pesos, por lo que los precios se irán hacia arriba incidiendo en una revaluación real del peso que hará desaparecer el superávit en balanza de pagos como lo hemos visto anteriormente. Si el Banco de México desea mantener el superávit en balanza de pagos consistente con un determinado nivel de actividad económica (generalmente bajo y lento como lo es actualmente), debe vender CETES al público en el mercado abierto por exactamente 6 750 millones de pesos. En este caso decimos, desde el punto de vista técnico, que el banco central practicó política de esterilización total.

Si el Banco de México interviene pero vende CETES al público en el mercado abierto por 4 000 millones de pesos únicamente, por decir algo, estaría practicando política de esterilización parcial. Y si no vende CETES por ningún monto, decimos que aplica política de esterilización nula, en cuyo caso el superávit en balanza de pagos tendería a desaparecer a través de una revaluación real del peso. Con política de esterilización parcial, el superávit en balanza de pagos no desaparece por completo.

Las anteriores, son las opciones de política macroeconómica de que disponían las diferentes economías nacionales bajo la época de los tipos de cambio fijos y el predominio de la economía keynesiana, que inspiró la política económica de muchos países después de la Segunda Guerra Mundial; y la economía keynesiana era consistente con los tipos de cambio fijos prevalecientes. Finalmente, un supuesto crucial de la economía keynesiana era el de precios y salarios rígidos por la presencia de sindicatos en los mercados de trabajo y de monopolios y oligopolios en los mercados de productos.

LOS TIPOS DE CAMBIO FLEXIBLES

Bajo tipos de cambio fijos, los bancos centrales intervenían para mantener fijos los tipos de cambio. Absorbían cualquier exceso de oferta o de demanda de dólares vendiendo o comprando la divisa internacional en cuestión, por lo que la balanza de pagos registraba movimientos en las transacciones oficiales de reservas. Si la balanza de pagos era superavitaria, las reservas internacionales de los bancos centrales aumentaban, si sucedía lo contrario disminuían.

Bajo tipos de cambio flexibles, los bancos centrales no intervienen y el tipo de cambio de determina por las fuerzas del mercado, esto es, por la ley de la oferta y la demanda. Por tanto, y en teoría, bajo tipos de cambio flexibles la balanza de pagos es igual a cero y no hay movimientos en las transacciones oficiales de reservas. Los bancos centrales no acumulan ni desacumulas reservas internacionales.

Flotación limpia y sucia

Hablar de tipos flotantes o flexibles equivale a hablar de exactamente lo mismo; es decir, se manejan ambos términos como sinónimos. Los tipos de cambio flexibles pueden adoptar dos modalidades: la flotación limpia, cuando los bancos centrales se mantienen totalmente al margen de lo que sucede en los mercados de divisas, ni compran ni venden; y la flotación sucia o administrada, cuando los bancos centrales intervienen en mayor o en menor grado en los mercados de divisas para influir en los tipos de cambio.

Al respecto, cabe mencionar que en México la política cambiaria se ha utilizado con harta frecuencia como un instrumento de lucha contra la inflación. Durante el sexenio del presidente Miguel de la Madrid (1982-1988), el tipo de cambio se utilizó para fines de balanza de pagos, concretamente, para generar un superávit en balanza comercial que permitiera al país cumplir con sus compromisos de deuda con el exterior, lo que efectivamente se logró; en contrapartida, el gobierno del presidente De la Madrid fracasó en sus intentos por bajar y estabilizar la inflación heredada del gobierno anterior, el de José López Portillo (1976-1982), misma que alcanzó niveles muy altos hacia el final de su sexenio. El presidente Carlos Salinas de Gortari (1988-1994) procedió exactamente de manera inversa: utilizó el tipo de cambio como instrumento de lucha contra la inflación, que efectivamente se desaceleró gradualmente durante su administración, pero se salió de control la balanza comercial y el conjunto de la cuenta corriente que finalizó en el error de diciembre de 1994, toda vez que el déficit de la cuenta corriente se financió principalmente con inversión extranjera de cartera, altamente sensible y volátil.

El presidente Ernesto Zedillo (1994-2000), un tecnócrata neoliberal especialista en economía financiera postgraduado de la Universidad Norteamericana de Yale, adoptó para México un régimen de tipo de cambio flexible (al respecto, en la página del Banco de México es posible leer lo siguiente: La política cambiaria es responsabilidad de la Comisión de Cambios, la cual está integrada por funcionarios de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público y el Banco de México. A finales de 1994, dicha Comisión acordó que el tipo de cambio fuera determinado libremente por las fuerzas del mercado (tipo de cambio flexible o flotante), www.banxico.org.mx, consultado el miércoles 18 de enero de 2012), que en ocasiones ha requerido de la intervención del Banco de México para influir en la paridad peso-dólar; como está sucediendo actualmente, en el que hay una corrida contra el peso que está obligando al banco central a intervenir en el mercado, en este caso vendiendo el billete verde a nacionales y extranjeros que procuran protegerse de una situación nacional e internacional incierta.

Terminología

 Estamos hablando entonces, de dos esquemas de tipos de cambio: tipos de cambio fijos y tipos de cambio flexibles. Con respecto a cada uno de los dos, se emplean términos muy precisos cuando las paridades cambiarias varían.

Si la economía opera bajo tipo de cambio fijo y en un momento determinado el peso pierde valor frente al dólar, el término correcto a emplear es el de devaluación; si sucede lo contrario, es decir, si el peso gana valor frente al dólar, se dice que el peso se revaluó frente al billete verde.

Bajo tipos de cambio flexibles, en el primer caso, cuando el peso pierde valor frente al dólar, se habla de depreciación; cuando sucede lo contrario, cuando el peso gana valor frente al dólar, el término correcto a utilizar es de de apreciación (Ver Cuadro 5.2).

EL TIPO DE CAMBIO REAL

A largo plazo el tipo de cambio entre dos países depende del poder adquisitivo de cada moneda en cada uno de los dos países; y a su vez, el poder adquisitivo de la moneda de cada país depende del nivel de precios prevaleciente en cada uno de ellos. Por ejemplo, si una hamburguesa en México cuesta 28 pesos y en los Estados Unidos esa misma hamburguesa cuesta 2.7 dólares, entonces el tipo de cambio o la paridad peso-dólar es de 10.37 pesos por un dólar americano. Lo anterior, según la teoría de la paridad del poder adquisitivo.  (PPA).

El poder adquisitivo relativo de la moneda de cada país se mide a través del tipo de cambio real, mismo que se define de la siguiente manera:

Donde R es el tipo de cambio real; e, es el tipo de cambio nominal, la cantidad de pesos que hay que dar por un dólar americano; , son los precios externos y P son los precios internos.

Aplicando los dados arrojados más arriba tenemos lo siguiente:

En este caso en particular, tanto el peso como el dólar americano cumplen con la PPA en el siguiente sentido: un peso mexicano compra exactamente la misma cantidad de producto tanto en México como en Estados Unidos; o alternativamente, un dólar norteamericano compra exactamente la misma cantidad de `producto tanto en los Estados Unidos como en México.

Qué ocurre, sin embargo, si dado el nivel de precios prevaleciente tanto en México como en Estados Unidos, el Banco de México determina un tipo de cambio nominal, e, de 14.25 pesos por un dólar americano, ¿a cuánto ascenderá el tipo de cambio real (R)? Haciendo operaciones tenemos lo siguiente:


 
Cuando el tipo de cambio real es mayor a 1, lo bienes nacionales son más baratos que los extranjeros. Dado el tipo de cambio nominal, de 14.25 pesos por un dólar, la hamburguesa en cuestión es más cara en Estados Unidos que en México. Por tanto, aumentando el tipo de cambio nominal, el Banco de México estimula las exportaciones pero inhibe las importaciones; por lo que en teoría, una devaluación del peso corrige un déficit en balanza comercial.

Por el contrario, cuando el tipo de cambio real es menor a 1, los bienes nacionales son más caros que los extranjeros. El tipo de cambio real puede disminuir si suben los precios nacionales en relación con los extranjeros y el banco central no decide ajustar hacia la alza, en línea con el aumento de precios, el tipo de cambio nominal (e). Vamos a suponer que las hamburguesas en México se encarecen, que su precio aumenta de 28 a 32 pesos y que el banco central decide mantener un tipo de cambio nominal de 10.37 pesos por un dólar americano. Haciendo operaciones obtenemos el siguiente tipo de cambio real:

Claramente, las hamburguesas son más caras en México (32 pesos) que en Estados Unidos (28 pesos), por lo que las exportaciones de México disminuirán pero sus importaciones aumentarán conduciendo hacia un déficit en balanza comercial.

Por tanto, si México dese mantener un tipo de cambio que le imprima competitividad a los productos domésticos en el extranjero tiene que aumentar el tipo de cambio nominal en una proporción mayor al  aumentó en el nivel general de precios (inflación).

¿En cuánto aumentó el precio de las hamburguesas al pasar de 28 a 32 pesos? Haciendo operaciones tenemos el siguiente resultado:

 

 

El precio de las hamburguesas aumentó en un 14.3 por ciento; por tanto, el Banco de México tendría que aumentar el tipo de cambio nominal (e) también en 14.3 por ciento para equilibrar las cuentas comerciales con el exterior. Por tanto, el tipo de cambio nominal pasaría de 10.37 pesos por un dólar a 11.85. Haciendo operaciones tenemos:
 

Sin embargo, si el Banco de México desea generar un superávit en balanza comercial debe aumentar el tipo de cambio nominal en una cantidad mayor; digamos que dado el aumento en el nivel de precios, decide incrementarlo de 10.37 a 12.50 pesos por un dólar. Haciendo operaciones obtenemos el siguiente resultado:

 

Si el Banco de México escoge ese tipo de cambio (12 pesos con cincuenta centavos por un dólar) la misma hamburguesa es más cara en Estados Unidos (33.75 pesos) que en México (32 pesos); lo que arroja un tipo de cambio real de 1.05.

El análisis anterior, es útil para explicarse el por qué el Banco de México se plantea como objetivo conseguir una inflación igual a la de Estados Unidos, que es el principal socio comercial y financiero del país. Retomando del análisis anterior, podemos cuestionarnos lo siguiente: si la balanza de pagos de México es actualmente superavitaria, porque el déficit de la cuenta corriente es menor al superávit en cuenta de capital, y adicionalmente, y según el Banco de México, la inflación es baja y estable, ¿estará el peso subvaluado o sobrevaluado con respecto al dólar? (Leer la Lectura Analítica Paridad Peso-Dólar de José Luis Calva que se presenta a continuación y trate usted de sacar sus propias conclusiones).

LECTURA ANALÍTICA UNO

Paridad peso-dólar

José Luis Calva*

26 de marzo de 2009

El Universal Edición Electrónica, disponible en http://www.eluniversal.com.mx/editoriales/43423.html, consultado el jueves 19 de enero de 2012.

La volatilidad del tipo de cambio interbancario, que en sólo 10 días pasó de 14.08 pesos por dólar estadounidense (28/I/09) a 15.49 (9/III/09), para bajar a 13.92 nueve días después (18/III/09) y volver a subir a 14.36 (24/III/09), así como la fuerte devaluación del peso mexicano, que acumuló 45.4% (entre el 4/VIII/08 y 24/III/09), han generado importantes interrogantes: ¿está subvaluado o sobrevaluado el peso mexicano? ¿Habrá una nueva caída brusca del peso en 2010? ¿Es factible reducir la volatilidad?
Para empezar, hay que recordar que en los sistemas cambiarios de libre flotación es la relación entre oferta y demanda de divisas la que cada día determina el tipo de cambio. Pero este libre juego del mercado entraña un grave riesgo sobre todo para los países en desarrollo: que su economía contraiga la “enfermedad holandesa”, porque una sobreoferta de divisas, cualquiera que sea su origen —ingresos petroleros extraordinarios, remesas familiares, inversión extranjera de cartera, etcétera—, puede provocar una significativa apreciación real de la moneda nacional, con efectos negativos sobre la competitividad-precio de los productos nacionales, tanto en el mercado interno (frente a las importaciones) como en los mercados externos, con el consiguiente efecto perverso sobre el crecimiento del PIB y del empleo.
Esta fue precisamente la enfermedad que padeció la economía mexicana durante los años previos a la reciente devaluación.
Pero la crisis desencadenada por el cataclismo de Wall Street modificó la situación: de un mercado sobreofrecido de divisas, México pasó a un mercado en el que la demanda superó sistemáticamente la oferta, debido a la caída de los ingresos petroleros y de las remesas, al retiro de inversiones extranjeras de cartera y a las compras extraordinarias de divisas por empresas con vencimientos de deudas en dólares o con apuestas perdidas en derivados. El resultado fue la depreciación del peso mexicano.
Sin embargo, a diferencia de los factores que determinan el tipo de cambio en los mercados de divisas, la paridad de equilibrio de largo plazo está determinada por la balanza de comercio exterior: existe cuando el valor de las importaciones es igual al valor de las exportaciones (descontando, desde luego, los ingresos extraordinarios derivados, por ejemplo, de la exportación de gas natural que en la década de 1960 provocaron la sobrevaluación del florín y el consiguiente marasmo de la economía de Holanda).
Por el contrario, cuando un país tiene un persistente déficit comercial, su moneda está sobrevaluada; o si logra un persistente superávit comercial (sin ingresos extraordinarios), su moneda está subvaluada. Ejemplos: en el periodo 1997-2008, China acumuló un superávit comercial de un billón 380 mil 117.2 millones de dólares, lo que acusa la tremenda subvaluación de su moneda; mientras que en igual periodo México acumuló un déficit comercial de 238 mil 201.83 mdd descontando los ingresos petroleros extraordinarios, y de 93 mil 631.79 mdd sin descontarlos, evidenciando así la sistemática sobrevaluación de nuestra moneda.
Por eso, desde nuestra primera entrega en este espacio editorial (8/V/95) hemos recomendado una política cambiaria de flotación administrada con piso cambiario. Definiendo como tipo de cambio de equilibrio la paridad peso-dólar estadounidense que se observa cuando la balanza comercial sin ingresos petroleros extraordinarios (y sin maquiladoras) se encuentra en equilibrio —señal inequívoca de que la planta productiva mexicana es globalmente competitiva con ese tipo de cambio—, situación que se observó en 1988 (paridad que a precios actuales sería de 15.70 pesos por dólar) y nuevamente en el primer semestre de 1996 (la paridad sería de 15.50), dicho tipo de cambio de equilibrio debe ser adoptado como piso cambiario. Manteniendo en general el régimen de flotación hacia arriba el Banco de México debe evitar —simplemente comprando dólares— que el precio del dólar baje del piso de equilibrio cambiario, ajustando este piso periódicamente conforme a la diferencia entre las tasas de inflación mexicana y estadounidense. (Ciertamente, la paridad real de equilibrio de largo plazo podría resultar actualmente un poco menor que la observada en 1988 o en el primer semestre de 1996, pero sobre todo en tiempos de recesión es preferible tener una moneda subvaluada que sobrevaluada.)
De esta manera, dispondríamos de una política cambiaria que no sólo apoyaría la competitividad agregada de la planta productiva mexicana y, eo ipso, el crecimiento del PIB y del empleo, sino que reduciría enormemente la volatilidad cambiaria y alejaría el fantasma de una nueva depreciación abrupta del peso mexicano.
* Investigador del Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM


EL COMERCIO DE BIENES, EL EQUILIBRIO DEL MERCADO Y LA BALANZA COMERCIAL

El gasto en bienes interiores

En una economía abierta al comercio y las finanzas internacionales, una parte de la producción interna es comprada por extranjeros. La producción interna no depende únicamente de las condiciones de la demanda interna, sino que depende también de las condiciones de la demanda externa.

Por tanto, tenemos el concepto de gasto en bienes interiores, mismo que comprende el gasto que hacen los agentes económicos domésticos (las empresas, las familias y el gobierno) en bienes domésticos, así como aquella parte de la producción interna que es comprada por extranjeros, es decir, las exportaciones (X). Sin embargo, se restan las importaciones (Q), puesto que es gasto que hacen los nacionales pero no en bienes domésticos sino que en bienes extranjeros. En términos concretos, por tanto, comprende el saldo de la balanza comercial, conocido también como exportaciones netas (XN = X - Q).

Adelantando, en consecuencia, siempre que los principales socios del país están atravesando por un periodo de crecimiento rápido y elevado, las exportaciones del país aumentarán mejorando el saldo de la balanza comercial, y viceversa. Sin embargo, en ocasiones el banco central del país (Banco de México) puede impulsar las exportaciones nacionales incrementando el tipo de cambio nominal (e) mientras todo lo demás permanece constante (Pf y P). Al aumentar el tipo de cambio real (R), aumentan las exportaciones del país y mejora la balanza comercial, como lo hemos visto apenas anteriormente.

Las exportaciones netas

Hemos definido las exportaciones netas del país (XN) como la diferencia aritmética entre el valor de las exportaciones (X) menos el valor de las importaciones (Q). Y hemos adelantado que las exportaciones del país dependen de al menos dos variables: del crecimiento económico externo, al que nos referiremos como la renta externa (Yf), y del tipo de cambio real (R). Siempre que aumenta la renta externa (Yf), que se supone es la renta de los principales socios comerciales del país, aumentan nuestras exportaciones (X) y mejora la balanza comercial, y viceversa. De manera similar, siempre que aumenta el tipo de cambio real (R), aumentan las exportaciones del país y su balanza comercial mejora, y viceversa.

Sin embargo, ese es sólo un lado de la balanza comercial, el otro lado son las importaciones, que es gasto que hacen los residentes nacionales en bienes extranjeros. Por tanto, ahora la pregunta es: ¿de qué dependerán las importaciones que realiza el país en todo momento? Es relativamente fácil contestar: del tipo de cambio real (R) y de la renta nacional (Y). Siempre que aumenta el tipo de cambio real (R) disminuyen las importaciones del país y la balanza comercial mejora, y viceversa; siempre que aumenta la renta nacional (Y) aumentan las importaciones del país y la balanza comercial empeora, y viceversa.  Hechas esas consideraciones, tenemos que las exportaciones netas se pueden especificar de la siguiente manera:

El equilibrio del mercado de bienes

Las consideraciones anteriores, obligan a replantear el modelo IS-LM de economía cerrada. Ya sabemos que la curva LM representa, de manera resumida, el equilibrio del mercado de dinero, y que es afectada por la política monetaria del banco central; y que la curva IS resume el equilibrio del mercado de productos y que es afectada por la autoridad fiscal del país, que en el caso de México lo es la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHyCP).

¿Cuál de las dos curvas se modifica? Básicamente la curva IS, que se desplazará, para un lado o para otro, dependiendo del signo de las variaciones tanto en el tipo de cambio real (R) como en la renta externa (. De esa manera, la ecuación IS de la economía abierta es:

 Ecuación IS

El gasto interior, A, depende directamente del nivel de la renta nacional (Y) e inversamente de la tasa de interés (i); siempre que aumenta la renta nacional aumenta el gasto interior de la economía, pero siempre que aumenta la tasa de interés disminuye el gasto interior, esto, porque disminuyen tanto la demanda de consumo como de inversión. Eso es lo que expresa el primer término del lado derecho de la ecuación IS.

El segundo término del lado derecho de la ecuación IS, es el gasto en bienes interiores, definido como el gasto que hacen los extranjeros en bienes nacionales (o sea, las exportaciones) menos el gasto que realizan los residentes nacionales pero en bienes extranjeros (es decir, las importaciones).

La ecuación IS nos dice algo muy importante: que en una economía abierta, siempre que aumenta la renta externa (Yf) aumentan las exportaciones del país y, por tanto, la renta nacional, y viceversa; asimismo, siempre que aumenta el tipo de cambio real (R) aumentan las exportaciones y, por tanto, la renta nacional del país. Del otro lado, siempre que aumenta la renta nacional, aumentan las importaciones del país y la balanza comercial empeora; asimismo, siempre que aumenta el tipo de cambio real (R) disminuyen las importaciones del país y la balanza comercial mejora.

Efectos de repercusión

Lo que estamos diciendo, es que en la economía abierta hay poderosos efectos de repercusión entre las distintas economías nacionales. Lo que hacen las autoridades monetarias y fiscales de los Estados Unidos, el principal socio comercial de México, en materia de políticas macroeconómicas, sin duda alguna que repercuten en México. Por ejemplo, si la Reserva Federal, que es el banco central de los Estados Unidos, decide comprar valores gubernamentales al público, aumentará el circulante en la economía de los Estados Unidos que llevará, finalmente, a un incremento de la producción y del empleo en ese país. Lo anterior, beneficiará a México porque sus exportaciones hacia los Estados Unidos aumentarán, ya que en ese país la política monetaria expansiva de la Reserva Federal incide en un aumento del nivel de actividad económica, medido por Yf, vía aumento de la demanda agregada. En consecuencia, la economía mexicana también crecerá. En términos del equilibrio IS-LM, representamos lo anteriormente dicho de la siguiente manera:

Como podemos apreciar en la Gráfica 5.2, la curva IS de México se desplaza paralelamente hacia arriba y a la derecha y notamos dos cosas: que aumenta Y (de Y0 a Y1) pero también aumenta la tasa de interés (de i0 a i1). Cuando el nivel de actividad económica de los Estados Unidos (Yf) aumenta por decisiones de sus autoridades monetarias y fiscales, la economía mexicana también verá incrementado su nivel de actividad económica (Y) vía mayores exportaciones (X) hacia los Estados Unidos, y viceversa.

¿Qué ocurre, sin embargo, si la Reserva Federal de los Estados Unidos decide devaluar el dólar frente al peso mexicano, manipulando el tipo de cambio nominal, e? En este caso, los bienes norteamericanos se abaratan para los mexicanos, por lo que los Estados Unidos verán incrementar sus exportaciones hacia México y, por tanto, su nivel de actividad económica (Yf). Para México sucede exactamente lo contrario, su tipo de cambio real (R) disminuye, por lo que disminuyen sus exportaciones hacia los Estados Unidos y, por tanto, su nivel de actividad económica también se verá reducido.

En la Gráfica 5.3, notamos que si aumenta el tipo de cambio real de los Estados Unidos () los bienes mexicanos pierden competitividad en el mercado norteamericano, por lo que disminuyen las exportaciones mexicanas hacia los Estados Unidos y, por tanto, el nivel de actividad económica de México (Y) también disminuirá. Notamos que la renta nacional de México disminuye de Y1 a Y0, y que también baja la tasa de interés de i1 a i0 al desplazarse la curva IS hacia abajo y a la izquierda.

CUESTIONARIO CINCO

Preguntas de repaso y de discusión

  1. ¿Qué es la balanza de pagos?
  1. ¿Qué registran las balanzas internacionales de pago? ¿Cuáles son sus principales grupos de cuentas? ¿Qué clasificación de transacciones se contabilizan en cada una de ellas?
  1. Las balanzas internacionales de pagos resultan en situaciones de déficit o de superávit. Cite por lo menos dos consecuencias en el largo plazo para la economía interna de cada una de esas situaciones.
  1. ¿Qué se entiende por déficit en balanza comercial, qué por superávit? ¿Qué quiere decir balanza en cuenta corriente?
  1. Un país tiene los siguientes datos para 2010: exportaciones de automóviles (100 dólares) y maíz (150 dólares); importaciones de petróleo (150 dólares) y acero (75 dólares); gastos de turismo en el extranjero (25 dólares); préstamos privados a países extranjeros (50 dólares); créditos privados con países extranjeros (50 dólares); cambios en la reserva oficial (30 dólares que compró el banco central nacional). Calcule los errores y omisiones o la discrepancia estadística y muestre la operación aritmética mediante la cual la balanza de pagos como instrumento contable arroja cero. Con los datos proporcionados, elabore una balanza de pagos.
  1. ¿Cuál es la regla elemental de la contabilidad de la balanza de pagos? ¿Cuáles son las partidas del debe y del haber?
  1. ¿Qué registra la cuenta de capital y cuándo muestra un superávit?
  1. ¿Por qué se dice que cuando un país incurre en déficit en cuenta corriente debe generar un superávit en cuenta de capital? ¿De qué manera puede un país generar superávit en cuenta de capital? Explique.
  1. Consiga la balanza de pagos de México de 2012 y haga comentarios al respecto.
  1. ¿Por qué se dice que la siguiente ecuación es muy importante: Déficit en cuenta corriente + entrada neta de capital = 0? ¿Qué debe hacer un país con su moneda cuando incurre frecuentemente en déficit en cuenta corriente?
  1. ¿En qué partes se divide la cuenta de capital y cómo se puede financiar un déficit en cuenta corriente? ¿Qué ocurre, por el contrario, cuando un país incurre en superávit en cuenta corriente?
  1. ¿Cómo se denomina a un aumento de reservas oficiales y de qué manera se resume? En el caso de México, ¿cómo se expresa el aumento de reservas oficiales?
  1. ¿Qué hacen los bancos centrales para mantener fijo el tipo de cambio? ¿Qué hace el banco central para mantener fijo el tipo de cambio si la balanza en cuenta corriente es superavitaria, y qué si es deficitaria? Explique.
  1. ¿A qué deben estar dispuestos los bancos centrales con tal de mantener fijo el tipo de cambio?
  1. ¿Qué problemáticas tiende a enfrentar una economía como la mexicana cuando su economía experimenta un rápido y elevado crecimiento económico? Explique.
  1. ¿De qué dependen las relaciones de interdependencia de las economías abiertas? ¿Qué periodos ha conocido el sistema monetario internacional?
  1. ¿Cuál era la principal responsabilidad de un banco central bajo el patrón oro? ¿Cómo se concebía el equilibrio externo?
  1. Explique cómo se equilibra la balanza de pagos de un país que en un primer momento presenta superávit global en balanza de pagos empleando el mecanismo de ajuste precio-flujo de especie, y cómo si presenta déficit global en balanza de pagos.
  1. Bajo tipo de cambio fijo, ¿cómo logra un país el equilibrio de su balanza de pagos si parte de un déficit global en balanza de pagos? Explique el proceso de ajuste que seguiría la economía ante tal situación.
  1. ¿Qué son las políticas de esterilización y cuándo el banco central puede acudir a ellas? ¿Cuántos tipos de políticas de esterilización existen y en qué consiste cada una de ellas?
  1. ¿Por qué se dice que bajo tipos de cambio flexibles no hay movimientos en las transacciones oficiales de reservas?
  1. ¿Qué modalidades adoptan los tipos de cambio flexibles y en qué consiste cada modalidad adoptada?
  1. ¿Cómo utilizó el presidente Miguel de la Madrid la política cambiaria, y cómo la utilizó el presidente Carlos Salinas de Gortari? ¿Por qué el tipo de cambio puede permitir bajar la inflación pero pierde control sobre la balanza comercial y en cuanta corriente, y viceversa? Explique.
  1. ¿Cuál es el término correcto a emplear bajo tipo de cambio fijo cuando el peso pierde valor frente al dólar, y cuál bajo tipo de cambio flexible?
  1. ¿Cuál es el término correcto a emplear bajo tipo de cambio flexible cuando el peso gana valor frente al dólar, y cuál bajo tipo de cambio fijo?
  1. ¿Cómo se define el tipo de cambio real? Ilustre mediante un ejercicio numérico.
  1. ¿Qué ocurre con el tipo de cambio real cuando la inflación interna aumenta mientras que la inflación externa y el tipo de cambio nominal permanecen constantes? Ante ello, ¿qué debe hacer el banco central para que los bienes nacionales de exportación no pierdan competitividad en los mercados internacionales?
  1. ¿Cuándo se dice que dos monedas, el peso mexicano y el dólar norteamericano, cumplen con la PPA?
  1. En base a la lectura analítica uno, conteste las siguientes interrogantes: a) ¿por qué razón para el autor los tipos de cambio flexibles entrañan un grave riesgo para los países en desarrollo?, b) ¿por qué México pasó de una situación de sobreoferta de divisas a una situación en que la demanda superó sistemáticamente a la oferta?, c) ¿qué es lo que determina la paridad de equilibrio de largo plazo?, d) ¿qué pasa con la moneda de un país cuando tiene un persistente déficit comercial, y qué cuando presenta un persistente superávit?, e) ¿cómo define el autor para México el tipo de cambio de equilibrio?
  1. ¿Qué comprende el gasto en bienes interiores?
  1. ¿De qué manera se definen las exportaciones netas? ¿De qué variables dependen las exportaciones de un país, y de cuáles las importaciones? ¿De qué variables dependen las exportaciones netas?
  1. ¿De qué manera se modifica la ecuación IS de la economía abierta al comercio internacional?
  1. ¿Qué ocurre con las exportaciones netas y, por tanto, con el nivel de la actividad económica de México, si la renta de los Estados Unidos disminuye? Explique planteando el proceso de ajuste que sigue la economía y utilizando el esquema IS-LM modificado.
  1. ¿Qué ocurre con las exportaciones netas y, por tanto, con el nivel de la actividad económica de México, si el tipo de cambio real disminuye? Explique planteando el proceso de ajuste que sigue la economía y utilizando el esquema IS-LM modificado.
  1. ¿Qué ocurre con las exportaciones netas si aumenta la renta nacional de México? Explique.

1 Una regalía o royalty es el pago que se efectúa al titular de derechos de autor, patentes, marcas o know-how a cambio del derecho a usarlos o explotarlos, o que debe realizarse al Estado por el uso o extracción de ciertos recursos naturales, habitualmente no renovables.