Yamilé Puentes Silva (CV)
Filial Pedagógica Mayarí
Profesora. Instructor
Máster en Ciencias de la Educación
zoraimad@ucp.rimed.cu
Elisabeth Menéndez Quiala (CV)
Filial Pedagógica Mayarí
Profesora. Instructor
Licenciada en  de la Educación en la especialidad Informática
zoraimad@ucp.rimed.cu
Zoraima Concepción Domínguez (CV)
Filial Pedagógica Mayarí
Profesora. Instructor
Licenciada en Educación 
zoraimad@ucp.rimed.cu
RESUMEN
La educación para la  sexualidad es uno de los objetivos del trabajo educacional y se encuentra  dirigida a la preparación estudiantil relacionada con el encuentro feliz, pleno  y responsable con su sexualidad, en correspondencia con sus necesidades y las  de su contexto.
  Con el fin de resolver las carencias que  poseen los docentes y la familia en su preparación para orientar a los  adolescentes en el desarrollo de su educación para la sexualidad y de forma  particular en la asunción de los cambios psicosexuales que se operan en su  personalidad con una visión integral, las autoras de este trabajo proponen un  sistema de acciones para la educación de la sexualidad en los adolescentes. 
  Este trabajo tiene extraordinaria importancia  en la actualidad para la prevención de conductas llamativas, y otros aspectos  de interés como los referidos a la disminución de las relaciones sexuales  precoces, la maternidad temprana, etcétera, que suelen ser la causa en la  mayoría de los casos de la deserción escolar.
Palabras claves: educación sexual, sexualidad, salud sexual
SUMMARY
Education for sexuality is one of the objectives of  the educational work and its directed to the student preparation related with  the happy, full and responsible meeting its sexuality, in correspondence of  with its necessities and those of its context.
  With the purpose of solving the lack of preparation,  families and professors have to orient adolescents towards sexuality and  particularly, in the assumption of psychosexual change that opperate in their  personalities with an integral vision. Therefore, the authors of this work  propose a system of actions to favor sexual education in the adolescent.
  The topic has an extraordinary importance at presents,  since it prevents flashy behaviors together with, some of other aspects of  interest regarding teenagers such as: the decrease of early sexual relations as  well as, early maternity, which all of them, and usually the main cause of  school desertion.
INTRODUCCIÓN
En el mundo contemporáneo está ocurriendo, producto del desarrollo  histórico y de las fuerzas productivas, el inevitable proceso  de globalización como un cambio acelerado del desarrollo de la ciencia y la tecnología y  su impacto decisivo, directo y casi inmediato en la vida del hombre y en todas  las esferas de la sociedad.
                La Revolución Científico Técnica ha permitido que los avances de  la ciencia y la técnica transformen las sociedades, sus formas de actuar y de  pensar, y por consiguiente, se han generados cambios en los sistemas  educativos. 
                La escuela cubana actual  en su misión de formar la personalidad de los  educandos con una concepción amplia, debe incluir la formación de una cultura como  uno de los soportes en la preparación de los adolescentes, para la regulación  de su conducta y modos de actuación ante la vida desde esta etapa y para su  futuro quehacer laboral, como garantía de una vida más larga, activa y  productiva con repercusiones positivas en el ámbito laboral como productores y  en la prestación de los servicios. 
   Las mencionadas  transformaciones cada vez más deben corresponderse con las necesidades y  exigencias políticas, económicas y socioculturales para conseguir una educación  que se caracterice por la equidad de géneros, la justicia plena, la elevación  de la autoestima, y la atención de las necesidades que tienen los adolescentes. 
                A  través de la educación, en cualquier ámbito de la vida, las nuevas generaciones  asimilan y aprenden los conocimientos, normas de conducta, modos de ser y  formas de ver el mundo. 
                La educación representa un complejo fenómeno  social que garantiza la apropiación por parte del ser humano de los frutos de  la vida espiritual y cultural, donde se le capacita para vivir en una  determinada época y se desarrolla la personalidad de modo consecuente con tales  fines.
                En este contexto integral, corresponde a la  educación sexual la tarea de promover el crecimiento de la personalidad, en  íntima relación sistémica con los demás campos de la labor educativa.
                Derivado del análisis anterior y la aplicación de  varios instrumentos se ha podido constatar que existen insuficiencias que  afectan la educación sexual en los adolescentes.
En consecuencia de lo anterior se impone la necesidad de comprender la esencia de la sexualidad humana y las vías fundamentales para su educación, lo que a su vez exige el establecimiento de los referentes teóricos en torno al papel de los condicionantes internos y externos de esta pluridimensional faceta de la vida del hombre y la mujer
Para cumplir con el objetivo de la investigación se utilizaron diferentes métodos:
Métodos empíricos
DESARROLLO
La educación sexual es el proceso activo que potencia al  individuo para el encuentro libre, pleno y responsable con el otro sexo y con  la propia sexualidad, en correspondencia con sus necesidades y las de su  contexto, garantizando el protagonismo y la capacidad de elegir los límites  personales de la personalidad, así como el respeto a las personas con las  cuales se relaciona.
                La sexualidad constituye una expresión de la  personalidad, es parte orgánica del lenguaje mismo de la vida, del ser y  devenir de los humanos como especie y de cada hombre y mujer. La sexualidad es  potenciadora del florecimiento de una personalidad sana y autorrealizada, y  contribuye a la calidad de la vida de las personas de ambos sexos, de la  familia y de la sociedad. 
                De esta forma, la sexualidad  es una dimensión constitutiva de las personas, que comienza y termina  conjuntamente con la vida. En este proceso, la familia juega un rol  protagónico, constituyéndose los padres como los primeros y principales  educadores sexuales de sus hijos e hijas.
                La formación de la  sexualidad es un proceso de permanente aprendizaje para la vida, unido al  crecimiento y desarrollo del ser humano. Es mucho más que entregar  conocimientos de la biología y acerca de los elementos que intervienen en el  proceso reproductivo de la especie. Consiste en un aprendizaje para vivir en  sociedad, para el desarrollo socio-afectivo, social, cultural, valórico y  espiritual de hombres y mujeres.
                Existen tantas definiciones  de sexualidad como estudios referidos al tema hay en el mundo y en ellas se  reflejan las concepciones filosóficas y el desarrollo científico -técnico de la  época en que han vivido estos .autores de reconocido prestigio a nivenacional e  internacional se destacan Money, J. (1985), Masters, W. y Johnson, VKolodny R.C  (1988), Ruiz, X. (1996), Segú, H. (1992). González, A y Castellanos, B(1996),  MacPherson Sayú (1997), entre otros. 
                En el concepto de sexualidad  dado por estos autores, se observa un consenso en el reconocimiento a su  manifestación en las relaciones humanas y del papel que desempeña en la vida y  en el desarrollo de la personalidad. 
                El autor asume la definición  que aporta un colectivo de autores en el material: Hacia una sexualidad  responsable y feliz (parte I) del año 1997, y expresa: ³la sexualidades una manifestación de la personalidad, se expresa  en todas las esferas de la vida psíquica, está presente de manera peculiar en  diversas edades y se distingue por su singularidad en cada persona concreta,  interviene en la regulación directa o indirecta de todas las manifestaciones  del ser humano, abarca todo el ser, no solo los genitales, se expresa en todo  lo que una persona hace, porque en esta definición se expresa de manera amplia  la importancia del conocimiento de la sexualidad para el desarrollo de la  personalidad como un hecho universal de vida que trasciende y que se manifiesta  en las diferentes etapas del desarrollo del hombre, además de formar parte de  lo más íntimo de nuestra individualidad, pero que no puede verse aislada de las  interrelaciones humanas, la comunicación y el encuentro enriquecedor entre las  personas en todas las facetas de la actividad social. 
                Se enfatiza además en la  importancia de la compresión del hecho de ser psicológica y físicamente ³sexuado´,  masculino o femenino, y desde la singularidad que aporta el sexo y la asunción  de este en cada persona concreta devienen entonces los componentes psicológicos  de la sexualidad que en el caso de las edades tempranas junto a los cambios psicosexuales  que se producen y el desarrollo de una adecuada educación referida a estos se  contribuye a fomentar una sexualidad responsable. 
                El  concepto de sexualidad comprende tanto el impulso sexual, dirigido al goce  inmediato y a la reproducción, como los diferentes aspectos de la relación psicológica  con el propio cuerpo (sentirse hombre, mujer o ambos a la vez) y de las  expectativas de rol social. En la vida cotidiana, la sexualidad cumple un papel  muy destacado ya que, desde el punto de vista emotivo y de la relación entre  las personas, va mucho más allá de la finalidad reproductiva y de las normas o sanciones  que estipula la sociedad.
                La  sociedad es el más amplio contexto en que el individuo sexuado se desempeña,  interactúa y se comunica como ser masculino o femenino con las personas de  ambos sexos a lo largo de su vida, y a través de una gran diversidad de  actividades. De esta dimensión provienen los modelos, patrones, y valores  culturalmente predominantes, a partir de los cuales la familia y todos los  agentes sociales conforman, educan y evalúan la sexualidad de cada persona.
                Inicialmente es la sociedad la que establece una educación que garantice  su estilo de valores, así como su permanencia en el tiempo, por lo que su  cuestionamiento y transformación sólo serán posibles cuando la sociedad también  se encargue de presionar y proponer aquellos cambios de los que se está  haciendo cargo. Si bien es cierto que la escuela es una institución cultural que  refleja los mismos temores, prejuicios y parcialidades de la sociedad  transmitiendo “el orden del mundo”, no es menos cierto que puede y debe hacerse  cargo de las propuestas inspiradas en el ejercicio de derechos. Y ofrecer información  puesta al servicio de la atención primaria de la salud sexual y reproductiva de  adolescentes y jóvenes, es un derecho social básico del que no puede ni debe  desentenderse.
                A partir de la irrupción del VIH/SIDA en la década de los 80, la  sexualidad cambia radicalmente de registro, y asociada con la enfermedad y la  muerte introduce el imperativo de “hablar” sobre ella de manera explícita y  pública legitimando nuevas alternativas eróticas y demandando al Estado y la  Sociedad, la superación de resistencias conservadoras. 
                Debido al surgimiento, legitimación y defensa de estos derechos por parte  de sectores significativos de la sociedad civil, el Estado se ve obligado a  enfrentar la disyuntiva. Se comienzan a implementar campañas y programas  orientados a la prevención y atención de la salud sexual de la población.  Campañas, muchas veces, bien intencionadas pero poco efectivas en los  resultados, casi siempre atravesadas por el miedo a molestar “la sensibilidad”  de los sectores más conservadores de nuestra sociedad, sin concebir la participación  y los aportes de los directamente afectados en su salud, calidad y continuidad  de vida; relegando sus intereses y derechos. 
                En Cuba en los años previos  a 1959 sólo algunas personas aisladas y espontáneamente se ocuparon de estudiar  e intervenir educativamente en la esfera de la sexualidad y al. triunfo de la  Revolución se producen profundas transformaciones socioeconómicas, y  paulatinamente se presta mayor atención a los aspectos propios de la esfera de  la sexualidad y a su educación, con este fin se creó a principios de 1970 el  grupo de Educación Sexual, que se nutrió de información y experiencias de  especialistas de la antigua República Democrática Alemana.
                En nuestro país se  consideran como antecedentes de la educación para la sexualidad, las tesis del  II Congreso de la FMC y las del I Congreso del PCC. En los años 80 se estimula  la investigación y el intercambio profesional, con lo que se crea el Grupo  Familia en el MINED.
                Se plantea que “el Estado  orienta, fomenta y promueve la educación, la cultura y las ciencias en todas  sus manifestaciones”. En su política educativa y cultural se reconoce que “la  enseñanza es función del Estado y es gratuita” (Constitución de la República de  Cuba 2008, pág. 19 artículo 39); “la niñez y la juventud disfrutan de  particular atención por parte del Estado y la sociedad. La familia, la escuela,  los órganos estatales y las organizaciones de masas y sociales tienen el deber  de prestar especial atención a la formación integral de la niñez y la juventud”  (Constitución de la República de Cuba 2008, pág. 21, artículo 40).
                Puede señalarse, a partir de  los elementos expuestos, que la salud escolar y la educación para la  sexualidad, no son aspectos nuevos; siempre han constituido una necesidad para  garantizar que el hombre se inserte en la sociedad, contribuya a fomentar una  cultura de salud que refleje estilos de vida más sanos en niños, adolescentes,  jóvenes y trabajadores del Sistema Nacional de Educación y en particular en los  adolescentes, en la comprensión de su sexualidad como fuente de placer,  alegría, comunicación y bienestar emocional.
                Sin pretender ofrecer un cuadro crítico de la realidad  cubana y no adoptar una posición alarmista, no se puede negar la existencia  objetiva de los problemas actuales, por lo cual se debe reflexionar acerca de  lo que podemos hacer los educadores para solucionar y evitar los problemas  físicos, psíquicos y sociales en el futuro. En este sentido, es importante  dejar claro el hecho de que la educación de la sexualidad no es responsabilidad  exclusiva de uno o varios factores sociales tomados aisladamente, sino de toda  la sociedad, de un sistema de influencias educativas conformado en lo  fundamental por la familia, las instituciones educacionales, las organizaciones  políticas y de masas, los medios de difusión masiva, y los organismos e  instituciones del Estado cubano.
   En Cuba se han obtenido  datos en los últimos años que motivan a reflexionar sobre la necesidad de una  educación sexual orientada hacia los valores morales y espirituales sobre los  que descansa el comportamiento sexual de los jóvenes cubanos. Al indagar sobre  la vida en pareja en la secundaria básica, se comprobó que cerca de la cuarta  parte de los estudiantes de secundaria ha iniciado su vida sexual activa, más  en 9no. grado que en 7mo., y más los muchachos que las muchachas
                El  estudio realizado les permitió a las autoras reflexionar en torno a cómo se  debe educar a cada individuo para el encuentro con la propia sexualidad, con el  propósito de que la acepte sin prejuicios e inhibiciones, para que la viva  plenamente, se identifique con su sexo, y desarrolle su orientación sexual.
                De  lo anterior surge la necesidad de debatir con los docentes ,familia y otros  factores  los principios de la educación  de la sexualidad:
Principios de la educación de la sexualidad
Las personas nacen biológicamente sexuadas, pero es a través de la vida que devienen psicológica y socialmente sexuados, mediante la educación sexual, como proceso en el cual la sexualidad se socializa. La interacción entre lo social y lo individual, representa el desarrollo de la personalidad., donde toda la riqueza humana con sus modelos, códigos, y valores influyen sobre las personas desde la infancia pero no son asumidas de manera mecánica sino reconstruidas subjetivamente.
La educación sexual debe considerar al ser humano como centro del proceso, conocer y respetar sus necesidades y potencialidades, promover la confianza, el compromiso y la participación activa que son fundamentos esenciales para que los adolescentes se conviertan en sujetos de su propia educación, sin que se les impongan verticalmente ideas y sentimientos, ni se les ocupe el espacio que les corresponde como seres únicos.
La educación de la sexualidad debe tener en cuenta tanto las particularidades de esta esfera en las distintas etapas, como aquellas propias de cada personalidad y características de los grandes grupos humanos en los cuales esta se integra.
El proceso no puede tener un carácter arbitrario, sino que debe partir de un modelo general y flexible del ser humano a formar y de su sexualidad, debe ser un modelo rico en opciones, y posibilidades de formas de comportamiento diversas como punto de referencia.
Como parte de la preparación para la vida debe estar estrechamente vinculada a la vida misma, tanto en sus contenidos y alcance, como en sus métodos mismos.
La educación sexual no debe ser entendida como un proceso donde se transmiten grandes volúmenes de conocimientos, ya que la información cuando no se vincula a lo afectivo y se expresa en el comportamiento representa una carga muerta y formal, ajena a la personalidad y sin participación en la regulación de la actividad.
Las influencias que participan en cada personalidad sexuada comienzan a organizarse desde antes del nacimiento y actúan sistemáticamente durante toda la vida, a partir de la infancia y hasta la tercera edad.
La educación de la sexualidad debe brindar al ser humano la posibilidad de elegir libremente las sendas particulares para transitar y vivir su sexualidad, pero a la vez en correspondencia con las necesidades y valores de la sociedad, con una profunda responsabilidad ciudadana.
Las influencias educativas actúan sobre la psiquis solo cuando se basan en vínculos sólidos de afecto, confianza mutua y respeto, comprensión tacto y delicadeza que propicien los más altos niveles de comunicación.
El conjunto de saberes, representaciones, y valores que se transmiten deben ser siempre objetivos y veraces, ajustándose a la realidad, de manera que rompan mitos, tabúes y falsos conceptos que tradicionalmente han convertido esta hermosa esfera de la vida en algo sucio y pecaminoso.
La sexualidad durante siglos se vio ligada a lo prohibido, hoy esta esfera  existencial comienza a convertirse en lo que realmente es: una vía fundamental  de placer, goce, comunicación y felicidad de enriquecimiento para la persona y  su pareja y por ende, repercute en la calidad de vida individual y social
                Todos  los individuos tienen sentimientos, actitudes y convicciones en materia sexual,  pero cada persona experimenta la sexualidad de distinta forma, porque viene  decantada por una perspectiva individualizada.
Al  debatir estos principios constatamos las carencias que poseen los docentes para  orientar correctamente a sus estudiantes y apoyar a los padres en la educación  de los hijos
                Es atinado esclarecer que la educación sexual no depende de una sola  institución y cuando los padres y madres no saben, no pueden o no quieren entablar  un diálogo franco con sus hijos en materia de sexualidad, éstos se informarán  como sea y especialmente con sus pares, tan desorientados o mal informados como  ellos. 
                No se debe ignorar el carácter impulsivo de la vida sexual,  particularmente en la adolescencia, como tampoco, el alto componente erótico de  lo prohibido y peligroso. 
                Los adolescentes necesitan confrontar con los adultos y cuestionar los modelos  sociales y culturales establecidos. Es precisamente lo que debemos esperar y no  reprimir los educadores. 
                Cuando hablamos de transmisión de conocimientos o educación sexual,  generalmente nos referimos a un adulto que transmite información y los conecta  con el aprendizaje. De acuerdo a cómo sea su actitud será el juicio de los  adolescentes porque el mensaje y los contenidos serán mejor valorados de  acuerdo a cómo se transmiten y quién los transmite, así como la empatía o  confianza que les despierte. 
                Muchas veces la escuela desaprovecha o califica prejuiciosamente la  potencialidad de las y los adolescentes, y en su tendencia a homogeneizar  pierde la oportunidad de incentivar la capacidad creativa de sus alumnos que,  entre otras cuestiones, están elaborando pérdidas, asumiendo cambios de todo  tipo y buscando su destino, debatiéndose entre la angustia y la esperanza. 
                Si se  tiene en cuenta que la educación persigue la formación integral de la  personalidad, el aporte de la educación de la sexualidad al proceso, radica en el  desarrollo pleno y responsable de la esfera psicosexual. Para que este fin se  cumpla es imprescindible considerarla como una dirección más del trabajo  educativo integral, al mismo nivel que la esferas intelectual, moral, estética,  político-ideológica, física, entre otras, sin que se le subvalore o se le  relegue, ni tampoco se le sobrevalore o hiperbolice. 
                La Educación para la  Sexualidad constituye un objetivo de la educación en Cuba, encaminado a  garantizar cada día, altos niveles de salud sexual y reproductiva y la calidad  de vida de la joven generación, en tanto permite prevenir y superar problemas  como: maternidad y paternidad temprana, abortos, embarazos precoces, contagio  de ITS/SIDA, prostitución, entre otros.
                Transformar  los modos de actuación de los adolescentes en el contexto actual no es  imposible, solo deben elaborarse estrategias con la participación del personal pedagógico en colaboración con los  adolescentes, la familia y las organizaciones comunitarias , por cuanto ha de  prepararse y poner en práctica el proyecto educativo de la escuela cubana  atendiendo a las demandas de la sociedad, a las necesidades singulares de la  escuela y su entorno y a los intereses individuales y grupales del alumnado. 
                Educar para una salud sexual  responsable es formar valores en los estudiantes para que se comporten de  manera correcta ante esta situación. 
                El Comandante en Jefe, al  referirse a esta problemática el 24 de febrero de 1998, señaló: “Si hay más  libertad hay que educar a los hombre, a las mujeres y a los niños en el  ejercicio de esa libertad y en el ejercicio de la responsabilidad, hay que decírselo  a los jóvenes desde que están en el 1er grado, y cuando están en 2do, 3ro y  cuarto, cuando son adolescentes y cuando son universitarios, o están en  preuniversitario, esa educación hay que darla: el sentido de la  responsabilidad, es a la que hay que apelar, y no será volver a la Edad Media e  inventar un nuevo cinturón de castidad” 
                Actualmente  se cuenta con niveles elevados de la ciencia educativa en Cuba y en el entorno  mundial que alerta y propone estrategias de solución para los problemas relacionados  con la sexualidad, pero se manifiesta un incremento global y local en las  conductas inadecuadas de los adolescentes dadas por los elevados índices de: 
La Educación sexual se ha ido conformando en el contexto de diferentes  ciencias particulares, pero también se ha ido complejizando, de ahí, que la  problemática se genera con carácter social 
                Las  precisiones de la educación para la sexualidad  establecidas por el Sistema Nacional de Educación entre las que se citan el  Programa Director de Promoción y Educación para la Salud y Los principios de la educación de la  sexualidad desde un enfoque alternativo y participativo, fueron consultados,  además, por las autoras para conformar el marco teórico de la investigación. 
                De lo anterior se llega a la conclusión que si bien es cierto que la  educación es la columna vertebral necesaria de todos los programas de atención  primaria de la salud y que a partir de ésta se garantiza el ejercicio de la  libertad, no es menos cierto que no es condición suficiente para garantizar los  cambios de conducta necesarios, evitando situaciones de riesgo con la práctica  de autocuidado, particularmente en lo que hace al comportamiento sexual 
                A partir de la trascendencia científica y  educativa de este problema es  necesario instrumentar un conjunto de acciones para contribuir a su  perfeccionamiento
Propuesta de acciones para favorecer la educación sexual
Promoción de campañas educativas para evitar el incremento de las ITS, la deserción escolar.
BIBLIOGRAFÍA
Informe  de un Grupo de Estudio de la OMS acerca de los jóvenes y la «Salud para Todos  en el Año 2000»
                Tesis de Maestría:  Alternativa Metodológica para la educación de una sexualidad responsable en los  y las adolescentes de la Secundaria Básica desde la educación familiar. Omar  Serrano Abreu.
                Castro Alegret, Pedro Luís,  Antonia Torres Cueto y otros. Conocer nuestra sexualidad y prevenir el  VIH/SIDA. Editorial Molinos Trade S.A. MINED. 2004. 
                La educación de la  sexualidad en los Adolescentes de noveno grado de la Secundaria Básica “26 de  junio” Moa. . Marbelis Capdesuñer Jiménez
La sexualidad, como dimensión humana, debe ser objeto de un proceso educativo donde la información, la formación y el desarrollo de valores en materia sexual, brinden a los jóvenes elementos necesarios para asumir actitudes positivas y responsables. La decisión de comenzar relaciones sexuales durante la adolescencia no debe ser tomada a la ligera. Es muy importante que padres, maestros y otros profesionales, les aseguren el acceso a información y recursos preventivos que los preparen para poder tomar decisiones acertadas.