EL CAMBIO CLIMÁTICO EN UNA COMUNIDAD ORIGINARIA<br>
Estudio de caso en Cuilapam de Guerrero, Oaxaca, México

EL CAMBIO CLIMÁTICO EN UNA COMUNIDAD ORIGINARIA
Estudio de caso en Cuilapam de Guerrero, Oaxaca, México

Julita Moreno Avendaño (CV)
Andrés E. Miguel Velasco (CV)
Julio C. Torres Valdez
(CV)
Instituto Tecnológico de Oaxaca

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2.2 La importancia de los recursos hídricos en el desarrollo

2.2.1 Recursos naturales

El ser humano para poder subsistir necesita diversos elementos de la naturaleza, los cuales le proporcionan lo necesario para su desarrollo. Estos son llamados  recursos naturales y son todos aquellos elementos de la naturaleza que en alguna forma real o potencial producen beneficios para los seres humanos: el agua, la tierra, las plantas, los animales, los minerales, los alimentos y hasta los paisajes que alegran nuestra vista (Monge, 2002). De la misma manera son recursos naturales la energía que nos llega del sol en forma de luz y calor, así como la atmósfera que la filtra, la hace utilizable y proporciona el oxígeno necesario para la vida.
De acuerdo a la disponibilidad en el tiempo, tasa de generación (o regeneración) y ritmo de uso o consumo se clasifican en renovables y no renovables.
Los renovables o inagotables son todos aquellos que se pueden regenerarse, es decir, aquellos que pueden volver a su estado natural luego de haber sido usados, siempre que hayan sido utilizados racionalmente como el agua, el suelo, la fauna, la vegetación, aire, clima, luz solar, etc. Son recursos con un ciclo de regeneración mayor que su extracción, el uso excesivo del mismo puede convertirlo en extinto o no limitados.
Los recursos no renovables o agotables son aquellos recursos que desaparecen luego de ser utilizados, dentro de este grupos se pueden citar los minerales sean sólidos, líquidos o gaseosos (petróleo, oro, plata, etc.). Son generalmente depósitos limitados o con ciclos de regeneración muy por debajo de los ritmos de explotación o extracción. Se denomina reservas a los contingentes de recursos que pueden ser extraídos con provecho. El valor económico (monetario) depende de su escasez y demanda y es el tema que preocupa a la economía. Su utilidad como recursos depende de su aplicabilidad, pero también del costo económico y del costo energético de su localización y explotación.
Algunos de los recursos no renovables son: petróleo, los minerales, los metales, el gas natural y los depósitos de agua subterránea, siempre que sean acuíferos confinados sin recarga.
Algunos recursos naturales que se han considerado renovables, por el uso abusivo y sin control han llegado a convertirse en recursos agotados como es el caso de la extinción de las especies. Así mismo existe otro fenómeno, el cual se refiere a que el recurso exista pero no pueda ser utilizado, como por ejemplo la contaminación del agua.
Es importante el adecuado manejo de los recursos naturales, ya que todo desarrollo depende básicamente de ellos, asegurar un desarrollo sustentable y los medios de vida para las generaciones actuales y futura va a depender de una correcta gestión de tales recursos.

2.2.2 El agua como recurso básico del desarrollo

El agua es uno de los principales recursos naturales y vitales para la vida humana, su importancia recae en que se utiliza en todas las actividades primordiales del hombre, agricultura, procesos productivos, en la alimentación, etc. Pero actualmente ay muchos factores que ponen en riesgo su disponibilidad. De acuerdo a muchos estudios realizados el agua será uno de los principales recursos afectados por el CC, y de acuerdo al enfoque que se le ha dado a esta investigación este tema es un elemento esencial por lo que a continuación se describirán aspectos importantes de este vital recurso.
Desde los tiempos más antiguos, los primeros pensadores reconocieron que el agua es un elemento único, por ejemplo Aristóteles lo incluyo en entre los cuatro elementos básicos junto con la tierra, el fuego y el aire; fue tratada así como un elemento hasta el siglo XVIII, posteriormente de reconoció que tales no eran propiamente elementos, sino más bien compuestos de complejas mezclas científicas. A partir de ello cupo el honor, en 1781, al científico británico José Priestley de sintetizar al último de los elementos aristotélicos, demostrando que, al igual que los dos primeros, también era una mezcla de especies químicas. Antonio Lorenzo de Lavoisier en Francia y Enrique Cavendish en Inglaterra lograron descomponer el agua en sus dos componentes: "aire ordinario" (oxígeno) y "aire inflamable" (hidrógeno), estableciendo así los primeros pasos para su estudio científico (Guerrero, 1991).
Con dichos estudios se determinó que el agua es un líquido incoloro, inodoro e insípido, es el disolvente universal, se solidifica por el frio, y se evapora por el calor. Resulta de la combinación de dos átomos de hidrogeno y uno de oxígeno. En ella se desarrolla la vida, y además es el componente mayoritario, más frecuente y esencial de todos los seres vivos.
El agua está presente en una gran proporción en todos los organismos vivos, sus características, composición y propiedades posibilitan la vida en la tierra y contribuyen a la estabilidad de climas y ecosistemas. Está presente en todos los procesos productivos y es un factor de desarrollo en términos Económicos, Biológicos, Físico-Químicos, Ambientales, Sociales, Culturales y Políticos.
El consumo directo, sus aspectos económicos y sociales y su interrelación con el ambiente determinan su enorme importancia.

2.2.3 Recursos hídricos.

Los recursos hídricos son las aguas superficiales y subterráneas disponibles en una región determinada (Fraume, 2007). Son definidos, por la UNESCO, como:
“Recursos disponibles o potencialmente disponibles en cantidad y calidad suficientes, en un lugar y en un periodo de tiempo apropiados para satisfacer una demanda identificable”.
Abarcan, además del agua subterránea, los caudales que  están disponibles para el consumo de forma habitual o regular, a lo que se denomina científicamente volumen regulado. Por ello, podemos considerar que el volumen de los recursos se corresponde con el caudal que está garantizado en cada época del año, que al menos fluye por el rio en ese mes.

2.2.3. a. Tipos de recursos hídricos.

Los recursos hídricos generalmente se dividen en dos grandes grupos: superficiales y subterráneos. Las aguas superficiales son las que proceden de la lluvia o el deshielo, discurren con rapidez por el suelo alimentando arroyos, charcas, ríos. Las aguas subterráneas la constituye el agua de precipitación infiltrada en el subsuelo que escapa de la evapotranspiración y desciende hasta llegar a una capa impermeable que la retiene, se acumula encima y satura los huecos del terreno formando un acuífero.

Por su parte el Doctor Luis Balarión Pérez (2002)  hace la clasificación de los recursos hídricos tomando en cuenta, las reservas, los recursos hídricos naturales, los recursos hídricos potenciales y los recursos hídricos disponibles; los cuales se mencionan a continuación.

  • Reservas.

Son almacenamientos naturales de aguas presentes en un determinado territorio y en una fecha dada, pudiendo referirse tanto a los superficiales (cursos fluviales, lagos, etc.) como a los subterráneos. Son volúmenes de agua considerados independientes de los flujos que los renuevan, pudiéndose expresar como volumen global referido a un territorio o como volumen por unidad de superficie.
Las reservas son, por tanto, variables en el tiempo en función de los flujos de entrada y de salida del territorio considerado.

  • Recursos hídricos naturales.
  • Recurso hídrico renovable de un territorio. Es la aportación total al territorio (Ar) en el proceso de ciclo hidrológico, entendiendo por dicha aportación el flujo efluente de un territorio, el cual es la suma de:
  • La aportación de la red fluvial (A), esto es, los caudales circulantes por los cursos superficiales de agua y que abandonan el territorio considerado, los cuales comprenden tanto la componente superficial (As), que proviene directamente de la escorrentía, como la subterránea (Ar), consistentes en las salidas de aguas subterráneas a los causes superficiales.
  • Las fugas subterráneas (F), esto es, el flujo subterráneo que sale del territorio a través de los acuíferos existentes.

Los recursos superficiales son, generalmente, los que se utilizan en mayor medida para satisfacer las demandas de agua. Su única fuente de abastecimiento son las precipitaciones atmosféricas y se encuentran en la naturaleza fundamentalmente en los mares, en los ríos, en los lagos naturales y otras, tales como humedad del suelo, masas glaciares, etc.
Los recursos subterráneos, se generan por las infiltraciones de las precipitaciones, de las escorrentías superficiales y de los embalses naturales o artificiales. Normalmente se encuentra agua dulce a profundidades de hasta 150 ó 200 m mientras que por debajo el agua es salada. La recarga y descarga de los acuíferos puede hacerse a través de manantiales, de los contactos rio acuífero o descargas directamente al mar, o de modo artificial, mediante la construcción y posterior explotación de pozo o galerías.

  • Recurso hídrico no renovable de un territorio. En términos físicos, el recurso no renovable es la cantidad de agua obtenida por decremento de las reservas en los sistemas superficial o subterráneo. Debido a la mayor magnitud en nuestro país del agua almacenada en los acuíferos respecto al resto de almacenamientos, se asocia el concepto de recurso hídrico no renovable con la cantidad de agua extraída en los acuíferos que excede de su alimentación natural (recarga) y que, por tanto, se traduce en un decremento de sus reservas. El recurso no renovable se caracteriza por que puede ser utilizado una sola vez a lo largo de la duración considerada.
  • Recurso hídrico natural de un territorio. El recurso hídrico natural se identifica habitualmente con el concepto de recurso hídrico renovable anteriormente definido, no considerando el recurso no renovable debido a su condición de reserva y por tanto a la existencia de un horizonte temporal en su uso.
  • Recursos potenciales

El recurso hídrico potencial de un territorio es la parte del recurso hídrico que constituye la oferta potencial del territorio considerado, teniendo en cuenta las restricciones existentes en ámbitos superiores al del propio territorio, restricciones éstas que suelen ser de carácter ecológico (mantenimiento de caudales mínimos al mar, etc.), social o socioeconómico (servidumbre de conservar las fronteras con otros territorios un flujo mínimo con una calidad adecuada en dichos efluentes). Así concebido, el recurso potencial supone el valor máximo de aprovechamiento hídrico que puede alcanzarse en una cuenca hidrográfica; es la fracción de los recursos naturales realmente disponible para atender demandas de agua.

  • Recursos hídricos disponibles

Los recursos disponibles o también llamados garantizados, movilizables o regulados, de un territorio son la suma de la fracción del recurso potencial realmente aprovechable (teniendo en cuenta las infraestructuras hidráulicas existentes –embalses, equipos de bombeo, canales, tuberías, etc.-, las reglas de gestión del sistema, los usos y retornos que haya aguas arriba, etc.) más los resultantes de los trasvases que afecten al territorio en estudio y los explotados mediante sistemas no convencionales (desalación, reutilización). Estos recursos disponibles o garantizados son de los que realmente se dispone para satisfacer la demanda de agua de la unidad territorial estudiada.

2.2.3. b . Ciclo hidrológico del agua

Como sabemos el agua es un recurso natural renovable, ya que se puede regenerar. Esto es posible gracias al llamado ciclo hidrológico del agua. El ciclo hidrológico, es un término descriptivo aplicable a la circulación general del agua en la tierra, el cual se define como:
“Sucesión de etapas que atraviesa el agua al pasar de la atmósfera a la tierra y volver a la atmósfera: evaporación desde el suelo, mar o aguas continentales,
condensación de nubes, precipitación, acumulación en el suelos o masas de agua y reevaporación (Campos, 1998)”.
Es importante debido a que es por medio de él, que se realiza el abastecimiento de agua para las plantas, los animales y el hombre. Su fundamento es que toda gota de agua, en cualquier momento en que se considere, recorre un circuito cerrado desde el momento que es lluvia, hasta volver a ser lluvia. Este recorrido puede cerrase por distintas vías: el ciclo hidrológico no tiene un camino único, se parte de la nube como elemento de origen (Maderey, 2005).
La idea del ciclo hidrológico va indisolublemente ligada a la del movimiento de las aguas, siendo dos las causas principales de esta transferencia: por una parte el sol y la energía que desprende permite la evaporación; por otra la gravedad por la que el agua se precipita sobre la superficie.

2.2.3. c Etapas del ciclo hidrológico

El ciclo del agua tiene diversas etapas, pero no tiene un camino único, es decir se puede  partirse desde cualquier etapa del ciclo, la mayoría de  autores parten de la evaporación del agua para su explicación; lo cierto es que como se trata de un ciclo se pueden considerar todas sus fases comenzando desde cualquier punto
Para iniciar la explicación de este tema es muy importante tener en cuenta que este ciclo involucra un proceso de transporte recirculatorio e indefinido o permanente, este movimiento permanente del ciclo se debe fundamentalmente a dos causas: la primera, el sol que proporciona para elevar el agua (evaporación) (ver figura 6); la segunda, la gravedad terrestre, que hace que el agua condensada descienda (precipitación).
A partir de lo anterior, podemos decir que el ciclo hidrológico se inicia con la evaporación del agua (casi en su totalidad agua del mar), el vapor resultante de este proceso es transportado por las masa de aire en movimiento (viento) hacia los continentes y bajo las condiciones meteorológicas adecuadas el vapor de agua se condensa para formar nubes y estas serán las que darán origen a la precipitación. Ay que tomar en cuenta que no toda el agua originada por la precipitación llega al suelo, ya que una parte se evapora durante su caída y otra es retenida por la vegetación, o los edificios, carreteras, etc., la cual poco tiempo después es retornada a la atmósfera en forma de vapor. Del agua que cae en el suelo una parte es almacenada en los huecos e irregularidades del terreno (almacenamiento en depresiones) y en su mayoría vuelve a la atmósfera a través de la evaporización.
Otra parte de agua que llega al suelo circula sobre la superficie (lluvia en exceso) la cual se concentra en pequeños surcos que luego se integran a arroyos, los cuales posteriormente desembocan en ríos, a esto se le llama escurrimiento superficial, los ríos a su vez conducen sus aguas desembocándolas en los lagos, embalses o mares, desde donde o bien se evapora o bien se infiltra en el terreno.
Por último, una tercera parte de la precipitación, es la que penetra bajo la superficie del suelo, esta etapa es la de infiltración, la cual va rellenando los poros y fisuras de tal medio poroso. Si el agua infiltrada es abundante, una parte desciende hasta recargar el agua subterránea, en cambio, cuando el volumen infiltrado es escaso el agua queda retenida en la zona no saturada (humedad del suelo), de donde vuelve a la atmósfera por evaporación o principalmente por transpiración de las plantas. Bajo la influencia de la gravedad, tanto en el escurrimiento superficial como en el agua subterránea se mueve a las zonas bajas y con el tiempo integran el escurrimiento total de un rio para influir hacia los océanos.

2.2.3.d  Disponibilidad del agua

La enorme presión de la actividad humana sobre la disponibilidad de este recurso en los asentamientos humanos, los centros industriales y los turísticos, y en las zonas agrícolas, exige de un gran esfuerzo para proveerla en la cantidad y calidad adecuada. La disponibilidad de agua en cantidad y calidad es esencial para el desarrollo económico y social de los continentes, países y regiones.
El 70 % de la superficie de la tierra es agua, y tan solo el 30 % es tierra firme. La mayor parte del agua es salada: 97.5 % es agua de mares y océanos. El restante 2.5 % es agua dulce, pero casi toda esta congelada en los polos y glaciares. De esta pequeña cantidad de agua 69.7 % es agua congelada, 30 % es agua subterránea y en los ríos y lagos hay solo 0.3 %.
Según datos de CONAGUA (2013), a nivel mundial se estima la disponibilidad de agua promedio anual en 1,386 millones de m3. De ésta, 35 millones de m3 son agua dulce (el 2.5 %). Del agua dulce, el 70 % no son disponibles por encontrarse en glaciares, nieve, hielo; 10.5 millones de kilómetros cúbicos se encuentran en el agua subterránea, y solamente 135 mil kilómetros se encuentran en lagos, ríos, humedad en suelo y aire, humedales, plantas y animales. 
En el caso de México, posee aproximadamente el 0.1% del total de agua dulce disponible a nivel mundial, lo que determina que un porcentaje importante del territorio este catalogado como zona semidesértica. Esto implica, también, la necesidad de considerar el agua no solo como un elemento vital, sino como un factor estratégico para el desarrollo global de un país. Nuestro país está considerado como un país con baja disponibilidad de agua. (Centro virtual de información del agua, 2013)
Durante el paso de los años la disminución per cápita del agua ha aumentado considerablemente de pasar de  17,742 m3 por habitante en los años 50 a 4850 m3 por habitante en el 2010, y calculando que en el 2030  la disponibilidad de este valioso liquido será alrededor de 3815 m3 por persona según datos del Atlas Digital del Agua (2012). La disponibilidad media de agua per cápita a nivel nacional  disminuye con el aumento de la población, además se ha demostrado que el cambio climático se ha convertido en un factor que también tiene una participación en el grado de disponibilidad de dicho recurso al modificar el ciclo hidrológico. Este hecho representa un riesgo para la humanidad, ya que es recurso vital no solo para el uso humano, sino también como un recurso esencial en las actividades productivas, como el caso de la agricultura.

2.2.4. Gestión del agua

Debido a la importancia de tan vital liquido, y el riesgo en cuanto a su disponibilidad a la que está expuesta gracias al cambio climático, el aumento demográfico y su alta presión que sufre debido a su consumo, el tema de la gestión de este vital recurso viene siendo un asunto de suma importancia para las naciones y sus regiones.

El fenómeno del CC es uno de los referentes exógenos de dicha problemática, pero lo son también la contaminación del agua; la desertificación de bosques y selvas que rompen el ecosistema hidráulico; el uso un tanto irracional del líquido en las labores de producción; la concentración urbana y el desorden territorial de la misma que sobreexplota mantos acuíferos y, ante todas las cosas, la falta de cultura transversal entre el diseño normativo y la sociedad (Rodríguez, 2008).

La mayoría de los diagnósticos contenidos en diversos documentos sobre este tema suelen coincidir sin importar su origen institucional,  que la disponibilidad de agua se encuentra amenazada para las futuras generaciones en diversas regiones del mundo y por supuesto, aunque en menor medida en nuestro país, donde en muchas zonas ya se está presentando esta situación que se está agravando cada vez más y por lo tanto requiere de la intervención de todos los sectores involucrado para tratar de revertirla.

En el documento titulado “El Agua fuente de Vida, 2005-2015” una publicación de la Organización de las Naciones Unidas (ONU, 2010), se resalta la importancia de hacer una gestión sostenible, eficiente y equitativa de los recursos hídricos en las ciudades.
En la conferencia de Mar del Plata fueron elaboradas grandes líneas para la gestión del agua, que en síntesis serían: 1) La necesidad de que cada país tuviese un estatuto nacional sobre el uso, la gestión y conservación del agua para la implementación de una política y un plan de uso del agua; 2) Una institución responsable de la investigación, desarrollo y gestión de los recursos hídricos; 3) La elaboración y mantenimiento de una base legal de estructuras administrativas para la gestión y planificación; 4) Esfuerzos para que haya una participación efectiva de usuarios y autoridades en la toma de decisiones.
Los resultados de la Conferencia de Río (Eco-92), claramente apuntan a la necesidad de gestión de sistemas, no solamente de algunos de sus componentes. (Cit. Heathcote en Yhosinaga, 2000).
La gestión de este importante recurso debe ser un proceso multiparticipativo, donde en las decisiones de acción deben estar incluidos todos los interesados, la comunidad (ciudadanos, empresas, organizaciones no gubernamentales, etc.) y los tomadores de decisiones (órganos públicos municipales, estatales, federales).

2.2.5 El agua como elemento en el desarrollo sustentable

Uno de los elementos esenciales del desarrollo sustentable, es el recurso hídrico. La sustentabilidad de este, parte del principio de cubrir la demanda del recurso para los diversos usos con la oferta existente, sin llegar a la sobre-explotación de las fuentes o disminuir el gasto ecológico de los causes.
Como se  mencionó anteriormente el agua es un elemento esencial pero debido a muchos factores este importante recurso a disminuido su disponibilidad tanto en cantidad como en calidad considerablemente, convirtiéndose así la escasez de agua dulce en un factor limitante para el desarrollo regional, pudiendo ser de origen natural, donde las condiciones fisiográficas limitan la disponibilidad del recurso, o ser provocada por el hombre, por sus actividades y por la densidad poblacional. El deterioro de las aguas en ríos, arroyos, lagos y mantos freáticos tiene consecuencias directas sobre los ecosistemas y la salud humana. Esta situación constituye una tragedia humana indescriptible y un obstáculo importante para el desarrollo.
Con respecto a este tema  se celebró en  BOON (2001) una reunión cuyo tema fue el “Agua como clave del desarrollo sostenible”. En dicha reunión se consideró  el agua indispensable de este desarrollo en sus aspectos sociales, económicos y ambientales. El agua es vida, esencial para la salud humana. El agua es un bien económico y un bien social que debe distribuirse en primer lugar para satisfacer necesidades humanas básicas.  Muchos consideran que el acceso al agua potable y al saneamiento constituye un derecho humano. No hay nada que pueda sustituir el agua: sin ella perecen los seres humanos y otros organismos vivos, los agricultores no pueden cultivar los alimentos, las empresas no pueden funcionar. La seguridad del abastecimiento de agua es un aspecto clave de la reducción de la pobreza (Miguel, 2008).

Así mismo también se afirma que la seguridad del abastecimiento de agua para todos es un objetivo viable, que hay suficiente agua para todos en el mundo, pero sólo a condición de que cambiemos la forma de administrarla y haciendo conciencia que en nosotros recae la responsabilidad de actuar, en beneficio de las generaciones actuales y futuras.