LA SOBERANÍA ALIMENTARIA DE SINALOA, MÉXICO Y LA APUESTA POR JATROPHA CURCAS

LA SOBERANÍA ALIMENTARIA DE SINALOA, MÉXICO Y LA APUESTA POR JATROPHA CURCAS

Rocío Esthela Urías Urías
Juan Manuel Mendoza Guerrero
Eduardo Meza Ramos
(CV)
Universidad Autónoma de Nayarit

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5.4 La soberanía alimentaria de Sinaloa a la luz de J. curcas: un cultivo lleno de incertidumbres

En medio de un sector agrícola repleto de contradicciones y de un cálculo elevado de costos ecológicos, sociales y económicos derivados de la implementación de políticas de corte neoliberal, es que se busca incursionar en la dinámica agro energética a partir del cultivo de J. curcas en Sinaloa. El proyecto de CONDESIN concluido en mayo del 2013 titulado “Desarrollo sustentable de la cadena agroindustrial de J. curcas, para el rescate de la zona serrana marginada del noroeste de México”, cuyos objetivos se sustentan hacia el diseño de sistemas de producción sostenibles de J. curcas para el desarrollo social, económico y ambiental de las comunidades localizadas en las zonas de pie de sierra de los estados de Sonora, Sinaloa y Nayarit, además de contribuir al desarrollo de los sectores agrícola, pecuario e industrial mediante el establecimiento de paquetes agronómicos, la optimización y estandarización de métodos a nivel laboratorio y piloto para la obtención de aceite, elaboración de biodiesel, bioturbosina, glicerina, harina para alimentos balanceados, pellets energéticos y ácidos húmicos como biofertilizantes (CODESIN, 2013).
El proyecto contempla que después de la maduración y cosecha de los frutos de J. curcas: “1) la cáscara deshidratada de la semilla sea utilizada para producir pellets energéticos, usados como sustitutos de carbón mineral; 2) que de la semilla producida se obtenga la almendra, de la cual se obtendrá el aceite, y posteriormente el biodiesel y glicerina; 3) de la almendra (después del proceso de extracción de aceite) se obtengan harina para producción de alimentos para aves, borregos, camarón y tilapia; 4) y finalmente, que de la testa de la semilla se obtenga un bio-mejorador de suelos, formado principalmente por ácidos húmicos para disminuir el uso de fertilizantes” (véase figura 18) (CODESIN, 2013).

Para conocer los rendimientos de la semilla de J. curcas en las distintas zonas del estado, se llevaron a cabo tres campos experimentales: uno en el norte del estado, en Sinaloa de Leyva; otro en el centro, en la Campana; y uno más en el sur, en estación Dimas, San Ignacio. Fueron utilizados ecotipos no tóxicos provenientes de Puebla, Morelos, Veracruz y Sinaloa. De manera general se describe enseguida el proyecto integral que se busca impulsar en la región noroeste de México:

Alimento para camarón utilizando pasta de J. curcas. Según Rodríguez (2013), el interés hacia la J. curcas para la producción de alimento para camarón, radica en que actualmente la harina de pescado usada para estos fines presenta varias desventajas. Dentro de ellas, su alto costo y un abastecimiento inestable, atribuido a variabilidades climáticas y a la sobreexplotación de los recursos pesqueros que regularmente causan colapsos  en las pesquerías orientadas a la fabricación de harina de pescado. De ahí, nace el interés hacia la generación de harinas alternativas para camarón, y a J. curcas se le atribuye el potencial para reemplazar gran parte de la demanda de harina de pescado, pues la pasta residual obtenida después de la extracción de aceite contiene entre 50 y 60% de proteína cruda, comparada con 45% de la harina de soya (Rodríguez, 2013).  
Alimento para tilapia utilizando pasta de J. curcas. Puello (2013), señala que la “idea de integrar harina de J. curcas en dietas para tilapias resulta altamente atractiva”, debido a que los piscicultores de tilapia en México se encuentran bajo alta presión a raíz de la importación a bajos costos de tilapias chinas. 
Alimento para codorniz y rumiantes utilizando pasta de J. curcas.  Estrada (2013) señala que el uso de pasta de J. curcas puede ser un alimento factible para los animales, principalmente por el contenido marginal en curcina y esteres de forbol1 que confieren su principal efecto tóxico.  El ecotipo no tóxico es altamente atractivo para la elaboración de dichas dietas balanceadas. El interés en su promoción parte del incremento en la producción de ovinos en el país. Sin embargo, estos tienden a demandar gran cantidad de harinas proteicas, principalmente la soya (materia prima de gran importación en México), seguido de la canola y la semilla de algodón.  Según investigadores, la pasta de J. curcas tiene un contenido calórico similar a la soya, además de que los costos de producción están por debajo que los de la soya, 7.5 pesos por kilogramo frente a 9.5 pesos de la soya.
Producción de biodiesel y glicerina a partir de J. curcas. A raíz de la promoción de energías más amigables con el ambiente, el biodiesel atrajo un fuerte interés, pues según su consumo reduce el nivel de emisiones de CO2  ya que  es derivado de aceites vegetales o grasas animales.  Por su alto contenido oleico y por no competir con aceites comestibles como el de soya, ricino y palma, la J. curcas representa una buena alternativa para su producción a partir de un proceso de transesterificación2 , obteniendo además como subproducto la glicerina (Contreras, 2013).
Producción de pellets energéticos con biomasa residual de J. curcas. Actualmente la biomasa atrae cada vez más la atención como una fuente de energía renovable y como alternativa a los combustibles fósiles. En muchos países, especialmente en los europeos, promocionan los pellets para sus sistemas de calefacción.  Según los resultados del proyecto en Sinaloa, la cáscara de J. curcas tiene un valor calórico de aproximadamente 2,651 kcal/kg, lo que la posiciona en alternativa viable para la producción de pellets energéticos (Angulo, 2013).
Producción de ácidos húmicos a partir de testa de J. curcas.  Según Contreras y Angulo (2013), el humus del suelo es reconocido como un importante constituyente de la tierra que ayuda a mejorar el crecimiento de las plantas incrementando la eficiencia de los fertilizantes aplicados al suelo. Por ello, el paquete tecnológico de J. curcas contempla la producción de ácidos húmicos a partir de su testa. 

5.4.1 Potenciales ingresos del cultivo de J. curcas

El análisis de rentabilidad a 10 años de la cadena agroindustrial de J. curcas realizado en el noroeste de México, contempla sus resultados a partir de tres modelos de negocio aplicables para la producción a pequeña escala (menos de 5 hectáreas), mediana escala (menos de 1,000 hectáreas) y grande escala (más de 1,000 hectáreas). 

El modelo a gran escala o llamado “Integral o global” contempla desde el uso del paquete agronómico de J. curcas hasta el procesamiento del fruto para la obtención de pellets, harina, biodiesel y glicerina. Su funcionamiento requiere de elevadas inversiones para la construcción de una planta industrial de biodiesel, así como para la obtención del equipo necesario para la generación de pellets y harina. La producción a mediana escala o mejor llamado como “modelo por paquetes tecnológicos” consiste en el establecimiento del cultivo en superficies que en total sumen 150 o 300 hectáreas. Se pretende que la cosecha se suministre a los paquetes tecnológicos de pellets energéticos, producción de aceite, harina, biodiesel y glicerina. El tercer modelo de negocio o denominado “por tecnologías desarrolladas”, permitirá plantaciones en un número menor de hectáreas en función de suministrar el fruto a micro-empresas de producción de pellets, aceite, harina, biodiesel y glicerina. Dicho modelo permite la participación y la unión de productores comunales y ejidales que al menos sumen 50 hectáreas por grupo. 

5.4.1 Rendimientos, costos y precios de producción de J. curcas

Los costos de producción varían en función de la escala de producción y de la modalidad de siembra (riego y temporal).  Los tres modelos mantienen costos similares en el establecimiento y manejo del cultivo, sin embargo en los costos de cada subproducto tienden a haber variaciones. A medida que la producción se realiza a gran escala (como es el caso del modelo integral), los costos de producción se reducen.  Es decir, mientras que el modelo integral maneja costos para pellets de 1.18 ($/kg) en temporal y 1.52 ($/kg) en riego, para el modelo dos y tres, los costos se elevan alrededor de 3 ($/kg).  De manera similar sucede con los costos de aceite, harina, biodiesel y glicerina. Por ejemplo, el costo de biodiesel es de $9/l, y en el modelo dos y tres el costo se eleva a $12.4/l. En cuanto al costo de inversión en equipo, por lógica el modelo integral contempla el mayor monto ($4, 696,000), ya que para este caso se considera un paquete completo de equipo y maquinaria agroindustrial para la producción de biodiesel y demás subproductos.  Solo para el caso del modelo 2 y 3 se contemplan por separado los costos de equipo para producción. En el caso del modelo 2 se sugiere la compra de equipo para la producción de pellets y aceite ($3, 190,000) y otro para biodiesel y glicerina ($1, 626,000). Para el modelo 3, se sugiere la compra de equipo para pellets ($520,000) y otro más para aceite y harina ($1, 685,000)3 (véase tabla 11) (CODESIN, 2013).
Los precios considerados por subproducto en cada modelo de negocio varían acorde a la escala de producción.  En el caso del modelo 1, el precio del kilógramo de semilla de J. curcas sería una limitante, debido a que el precio pagado es de alrededor $2.00/kglo cual no es atractivo para los productores.  A diferencia del modelo 2 y 3 en el que precio oscila en $4.3/kg. El precio tomado para el aceite varía entre $6.50 y $8.4, siendo éste último el correspondiente al cultivo de temporal en el modelo 3 (CODESIN, 2013).  Cabe señalar que dichos precios varían acorde al precio de la semilla, tecnología utilizada y al volumen de producción. El valor del precio del biodiesel fue tomado acorde al reporte de SAGARPA del año 2012 ($1.22USD/litro).  Es importante mencionar que otra de las dificultades en la promoción al biodiesel es su precio, ya que este oscila en paralelo a los cambios en el precio del petróleo, de tal manera que una baja en su precio deja incompetente la producción y venta de biodiesel.
Según las estimaciones realizadas por los especialistas del proyecto, indican que de una hectárea sembrada en surcos de 3x2m con un total de 1,600 plantas, se obtiene aproximadamente 9.6 toneladas de fruto a partir del sexto año aproximadamente, del cual a su vez se extrae un 37% de cáscara y un 65% de semilla.  De la cáscara obtenida es posible obtener un 50% de biomasa para la producción de pellets, y de la semilla se logra extraer un 58% de almendra para la producción de harina y biodiesel, y un 42% de testa para la generación de biofertilizantes a partir de los ácidos húmicos obtenidos de la testa (véase figura 19).

5.4.4 Análisis de rentabilidad por modelo de negocio

Según los resultados del proyecto, la rentabilidad de llevar a cabo un modelo de negocio integral (modelo 1) a gran escala en la región noreste de México lanzó resultados factibles. La Tasa Interna de Retorno (TIR) es del orden de 15% y 18% para cultivo de temporal y riego respectivamente, con un Valor Presente Neto (VPN) positivo para ambas modalidades.  El pay back es de 7 años para temporal y 6 años para riego (véase tabla 13). Las utilidades a 10 años para un total de 1000 hectáreas de cultivo son de alrededor de $75 millones de pesos. Mientras tanto, la utilidad por hectárea de producción oscila en $12,675 pesos con un precio de semilla de $1.2/kg en temporal a partir del séptimo año. Sin embargo, ante este precio, se tendrían que considerar los apoyos que ofrece CONAFOR para las plantaciones de J. curcas para que el cultivo sea financieramente atractivo para los pequeños agricultores.
La rentabilidad a 10 años del modelo por paquetes tecnológicos (modelo 2) es factible considerando conjuntos de siembra de hasta 300 hectáreas. Para la producción de pellets, aceite y harina se obtuvo una TIR del 41%, siendo menor la del paquete de producción de biodiesel y glicerina, que fue de 27%.  El VPN para ambas resultó positivo. El pay back es de 4 años para el paquete 1, lo que resulta atractivo financieramente teniendo un orden de ventas de $7.5 millones de dólares a 10 años.  Mientras que para el paquete 2 el pay back es de 5 años, y a mediano y largo plazo representaría una derrama económica de $176 millones de dólares con un uso de aproximadamente 3,000 hectáreas. Sin embargo, una de los obstáculos que reflejaría este modelo es el precio de venta del aceite debido a que este tendría que ser de alrededor de $400 dlls/ton para que logre ser competitivo frente al precio del diésel de petróleo, ya que actualmente su precio oscila en los $13.06 (PEMEX, 2014), mientras que el del biodiesel es de $15.25 (SAGARPA, 2012).
El modelo de negocio por tecnologías desarrolladas (modelo 3) implicó el análisis de rentabilidad por producción de semilla, otro por pellets y finalmente el de aceite y harina. Para el análisis de los dos primeros se consideró a un grupo de productores que en conjunto sumen un total de 50 hectáreas, mientras que para el análisis de la producción de aceite y harina se tomaron un total de 150 hectáreas.
Para la producción de semilla se obtuvo una TIR del 30% en temporal y 22% en riego, ambos con un VPN positivo a un precio de $6.5 y $5/kg para temporal y riego respectivamente. Ello indica que la venta de la semilla sería factible con un pay back de 6 años en temporal y 5 años en riego. Por tanto si se considera el precio de la semilla a $6.5/kg, la utilidad por hectárea rondaría en los $23,880 en riego y $14,528 pesos en temporal. Sin embargo, es importante señalar que el elevado precio de venta de la semilla podría elevar los costos de producción de biodiesel, y con ello quedar incompetente frente a los precios del diésel de petróleo.
Los resultados de la rentabilidad de producir pellets fueron factibles. Se obtuvo una TIR del 38% en temporal y 63% en riego, con un VPN positivo en ambas modalidades de cultivo. Sin embargo, el pay back en temporal fue de 5 años a comparación de 3 años en riego. La utilidad de obtener pellets por hectárea de producción en temporal sería de $17,148 pesos, mientras que en riego sería de $19,063.26 pesos.
En el análisis de rentabilidad del aceite y harina con un requerimiento de 150 hectáreas se tuvo una TIR del 21% en temporal y 24% en riego con VPN positivo para ambos. El pay back fue de 6 y 5 años para temporal y riego respectivamente, y las utilidades por hectárea serían de 7, 259.93 en temporal y 4,522.13 en riego.  La producción de aceite y harina tendrían mayores obstáculos debido al requerimiento de un precio de garantía del biodiesel de $400 dlls/ton.
En el modelo 1 y 3 las utilidades suelen ser ligeramente mayores en temporal debido a la reducción de costos en sistema de riego.  Sin embargo, es importante notar que en cada uno de los modelos de negocio se está considerando un rendimiento de producción de semilla de 6,500 kg/ha, tanto para el cultivo en temporal como en riego, de lo cual es posible el incumplimiento de tales expectativas debido a la incertidumbre del cultivo por ser una especie no domesticada aun, además de que las vulnerabilidades climáticas (sequías y heladas) causarían dispares rendimientos sobre el cultivo de temporal.

1 Ésta es la sustancia a la que se le atribuye la principal causa de envenenamiento en Jatropha.  Y en base a su concentración los ecotipos son clasificados como tóxicos o no tóxicos.

2 Proceso que combina aceites vegetales y/o grasas animales con alcohol (metanol o etanol) en presencia de un catalizador con el fin de formar ésteres grasos.

3 Para más detalles sobre costos ver el “Compendio de paquetes tecnológicos para el establecimiento de la cadena agroindustrial de Jatropha curcas en el noroeste de México”.