LA MUJER EN LA OBRA PERIODÍSTICA DE EVA CANEL EN EL DIARIO DE LA MARINA (1918 – 1922)

LA MUJER EN LA OBRA PERIODÍSTICA DE EVA CANEL EN EL DIARIO DE LA MARINA (1918 – 1922)

José Antonio Ramírez Jiménez (CV)
Sergio Salazar San Martín

Universidad de Cienfuegos

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Eva Canel, aproximación a su vida y obra.

El abordaje del tema feminista en los periódicos en una época tan temprana como 1918 realizados por una mujer. Que atendiendo a lo analizado sobre su vida no sufrió severamente los atropellos de una discriminación al sexo femenino que se asomaba por todas las aristas de la sociedad. Esto constituye una posición valiente, incluso valorando las características del periódico en el cual Eva Canel logró publicar gran parte de su obra. La forma en que escribe le atribuye una autenticidad a su obra a favor de la mujer, que provoca el acercamiento, el estudio y el desarrollo de la investigación.

El comienzo del siglo XX estuvo marcado por la lucha, por la emancipación de muchos pueblos y específicamente de distintos sectores de las sociedades a nivel universal, estas corrientes influyeron en los derroteros periodísticos de una mujer que al cabo de los 68 años, como una madre soltera de estos tiempos, enfrentó la crianza de ocho nietos apoyada en su talento y su coraje.

Origen de una periodista. Eva Canel

Agar Eva Infanzón Canel1 nació el 30 de enero de 1857, en La Caleya da Fonte, un barrio de Coaña, la cabecera del consejo homónimo del occidente asturiano, camino a Galicia. Su madre fue Epifanía Canel Uría y su padre el doctor Pedro Infanzón. 2 Luego de la inesperada muerte del doctor Infanzón en un naufragio a manos de piratas cantábricos la joven completó sus estudios de Letras en Madrid y se relacionó con el ambiente intelectual más cercano a la inminente Primera República. A influjo de sus nuevos amigos, se adhirió al feminismo activo, aunque nunca lo llamó de esa manera. Todavía no era adolescente cuando defendía con ardor el derecho de la mujer a tener las oportunidades que le permita su talento. A los quince años, trabajando en una compañía teatral, conoció al vallisoletano Eloy Perillán y Buxó, periodista, escritor y comediógrafo, director de la revista La Broma, muy popular entre masones y liberales. Se casó con él en 1873, encandilada por promesas de aventuras y desasosiegos.3

Eloy Perillán debió escapar de la capital hispana, tras publicar una sátira de Manuel Pavía, general golpista que el 3 de enero de 1874 disolvió las primeras Cortes republicanas. Pasó por La Paz y luego por Buenos Aires, antes de arribar a Montevideo, el 23 de febrero, con una carta de recomendación del depuesto presidente republicano Emilio Castelar a Julio Herrera y Obes, por entonces director de “El Siglo” en la ciudad de Montevideo. El 6 de marzo, el influyente periódico celebraba su contratación.

Los inicios de Eva Canel en el periodismo ocurren a muy temprana edad, ya que tras la partida su esposo de España, Eva se queda a cargo de la revista de corte satírico La Broma con el objetivo de mantenerse económicamente. Firmaba sus artículos con seudónimos muy distintos: Ibo Maza, Beata de Jaruco y Fray Jacobo. De su marido expresaba que: “tenía un nombre en la literatura en el periodismo y en la prensa latina en general”, 4 pero todo parece indicar que Eloy era su antítesis política, pues defendía a los autonomistas en la prensa española, sobre todo, a los puertorriqueños.5 Eloy Perillán fue un escritor muy prolífero no solo en América, sino también en España. En Madrid fungió como director y redactor del diario La Correspondencia Imparcial. Desde inicios de 1873 publicó en Barcelona artículos en El Tribuno, La Broma, El Jaleo y El Zurriago. Para el teatro escribió el melodrama El Maldito o Un río de oro, la comedia en un acto N.S.E y O, y la popular revista De Madrid a Barcelona, y estrenó el juguete De Juerga. También publicó un tomo de novelas y cuentos cortos titulado Bengalas. Colaboró entre el 15 de febrero de 1874 hasta su fallecimiento en El Siglo, La Vanguardia, La Ilustración Artística y El Noticiero Universal.

Eva partió al destierro montevideano en 1875 un par de meses antes de cumplir 18 años, con el objetivo de acompañar a su esposo. El matrimonio duró pocos días en la capital uruguaya. Las semblanzas mordaces del presidente candombero Pedro Varela, y las críticas a quien consideraban «el verdadero dictador», Lorenzo Latorre, provocaron una inevitable salida del país. Vivieron en Buenos Aires (Argentina), Santiago y Valparaíso (Chile), y se establecieron en estancias más largas, en Bolivia y Perú. Sus vidas en tierras americanas rayaron la aventura, cuestión que debió marcarla profundamente y le permitió escribir sus primeros libros 6. Regresaron a España en 1881.Cuatro años más tarde, salía Eloy Perillán Buxó en un viaje a Cuba del que no regresaría. Su marido no le dejó bien alguno por lo cual tuvo que vivir en Barcelona al amparo de su tío político, Saturnino Lacal Ramón.7

Al principio era republicana como su esposo, pero luego optó por la derecha, convirtiéndose en una conservadora monárquica convencida. Si decimos que fue conservadora y monárquica, esto nosignifica que militara dentro del partido conservador, Y es que para ella, la mujer no debía meterse en política, pues es el domi­nio exclusivo de los hombres. Afirma ella misma que “... yo soy mujer y entiendo poco de estas cosas hondas...”8 . Eva Canel no ocupó un puesto político, pero escribió mucho sobre la política de su país. La mayoría de sus artículos periodísticos tratan de temas políticos. Escribió una novela titulada Trapitos al sol que calificó de novela política.

Eva Canel no cree en la política, tampoco en los hombres políticos, por­que “el poder es fuerza sobre el fuerte; es sumisión del débil, adulación del rebajado; impetración del pobre...”9 . Según la autora de Por la justicia y por España, el sufragio universal es la causa de las confusiones sociales, de los males que aquejan a la sociedad y estorban la vida y el bienestar de los ciudadanos. Y conste que estos males sociales que denuncia Eva Canel tie­nen su origen en la revolución de septiembre, pues a partir de aquella revolución de 1868 se puso en práctica el sufragio universal10 . Los políticos liberales son, los que fustiga más en sus escritos. Y es que éstos son, según ella, los políticos más antipatrióticos, los responsables de todos los males que conoció España desde la revolución de septiembre.

Además de Narváez y O'Donnell, a quienes Eva Canel admiró mucho, el político conservador Cánovas del Castillo figura entre los grandes políticos ensalzados por ella. Le conocía particularmente y les unía estrecha amis­tad 11. Canel concede una importancia particular a la política de Antonio Maura. Según ella, éste resolvió los problemas de la pobreza, organizó el territorio español, resolvió el grave problema del caciquismo. Con todo, su obra constructiva fue innegable 12.En conjunto, Eva Canel desconfía de los políticos. Les reprocha su egoísmo, la búsqueda del interés personal y la sed de poder.

Eloy Perillán fallece en Cuba después de haber salido de España en 1884 con el firme propósito de volver a las andadas y conocer la parte de América que no había vivido: “Cuba, Puerto Rico, Méjico y Centro América. Allá voy como peregrino de la idea, sin más caudal que mis obras, ni más compañera que mi pluma, ¿Volveré?” 13La vida de Eva Canel, desde la muerte de su marido, la aproxima hacia una derecha nacionalista y monárquica, además revela un marcado deseo de imitar sus acciones. Escribe para el teatro, publica novelas, redacta en diversos periódicos, utiliza todos los espacios posibles para presentarse en público como conferencista u oradora.

De una u otra forma resulta evidente que la Canel logró su realización profesional a partir de la muerte de su marido, y que tal vez el temor a perder la independencia profesional que había obtenido, influyera en su decisión de no contraer matrimonio nuevamente. En 1891 le llega la primera oportunidad de vincular sus aficiones aventureras al periodismo. La tuvo cuando fue enviada como cronista de la Cámara de Comercio de La Habana a la Exposición de Chicago, como corresponsal de los periódicos “El Día” de Madrid y “La Ilustración Artística” de Barcelona. Desde donde remitía dos trabajos mensuales que se distribuían a decenas de periódicos. Sin embargo, basándonos en sus propias consideraciones, sus momentos cumbres fueron la excursión a la Trocha de Júcaro a Morón en 1898, y su viaje a la Tierra del Fuego en 1905. En Estados Unidos deja a su hijo, aún muy pequeño, al cuidado de buenas personas que consiguieron que se hiciera, con el tiempo, ingeniero y ciudadano norteamericano. Posteriormente Eva Canel  matricula a su hijo Eloy en la Military Schoolde Yonkers

Eva Canel conoce y establece amistad con José Martí en la ciudad de New York en el año 1891 y pese al integrismo de esta mujer, Martí la ayuda en sus gestiones como periodista. Se desarrolla entre ambos una buena amistad. Sobre Martí escribió: “Fuimos amigos, muy amigos. Conservo algunas pruebas de aquella amistad dulce y noble (...). Jamás hablamos de política española en general, ni antillana en particular; pero si mucho de España, de literatura, de razas, de sociología de los hombres (...). Rehuía la conversación política (...) su principal y cariñoso objeto era hacerme conocer lo bueno y lo malo del carácter étnico del país en que nos encontrábamos (...) lo bueno aprovechémoslo, lo malo no permitamos que nos lo impongan” 14

Sus ideas reaccionarias quedaron en evidencia durante la guerra de 1895. Se incorpora con pasión a cuanto proyecto pudiera detener el movimiento independentista. Fue fundadora del Centro de Auxilio de La Habana, labor que no le era para nada ajena, ya que siempre manifestó voluntad para ayudar a los enfermos con sus labores de enfermera, así como de directora de la Cruz Roja.

Durante la guerra del 1895, Eva Canel defiende abiertamente la causa española. Diversos ejemplos así lo demuestran; como corresponsal de prensa realizó una visita a la trocha de Júcaro a Morón. La excursión fue patrocinada por Valeriano Weyler y protagonizada por los periodistas Nicolás de Gamboa, Antonio Porrúa, Fernández de Castro y Eva Canel. Se trataba de una maniobra propagandística, que buscaba transmitir la sensación de que cualquier tipo de insurrección en Cuba estaba controlada; al tiempo que se exhibían las medidas militares dispuestas para lograrlo. La figura de Eva Canel juega un papel relevante en el relato, al convertirse en la portadora de los valores de una maternidad heroica, al simbolizar a la “Madre Patria”, dispuesta a cuidar del soldado que lucha por ella. Por eso se la retrata ejerciendo de enfermera y cocinando para la tropa. Escribe un libro de carácter militar titulado Álbum de la Trocha, el cual es una reseña de la excursión de la escritora, fue publicado en La Habana en 1897, esbozándose como una defensa de las actividades militares españolas en Cuba. 15

Por sus servicios a Cuba, antes de 1898, Weyler solicitó para ella el título de marquesa de Rodas y la Gran Cruz del Mérito Militar con distintivo blanco; ya le habían entregado todas las condecoraciones de la Cruz Roja Española y una placa de honor. Tras la muerte de su hijo, la Canel reclamará reiteradamente los méritos prometidos, probablemente por la retribución económica que estos implicaban. 16

Al producirse la independencia de Cuba en 1898, regresa a España con los restos de su esposo para darle reposo definitivo en Coaña. Estaba totalmente convencida de sus convicciones integristas y debido a ellas sufrió la derrota en todas sus dimensiones, al terminar la guerra con resultados desfavorables para España. En su tierra natal solo permanece un año, vuelve a América en 1899, a la ciudad de Buenos Aires, y en el hemisferio sur americano continúa escribiendo. Es allí en donde inicia su apogeo literario 17, escribe tres novelas, imparte numerosas conferencias y colabora con diversos periódicos. Logra con su arduo trabajo abrirse un espacio en la vida económica de la sociedad de Buenos Aires. Colaboró con varias revistas y periódicos tanto latinoamericanos como españoles, entre los que se encontraban el Diario Español, Caras y Caretas, Correo de Galicias y La Tribuna de Buenos Aires. Además viaja con frecuencia por América impartiendo conferencias, en varias universidades y otros centros académicos.18

Continúa con el estreno de piezas teatrales y con la publicación de obras, no sólo de ficción, sino también de planteamientos polémicos como: El divorcio ante la familia y ante la sociedad, Las ambiciones de los sajones de América y la necesidad de unión entre los latinos del Nuevo Mundo, Por la justicia en España, entre otros, y así va pasando su vida, en un constante ir y venir de España a América, bien a la del Norte o a la del Sur, y viceversa. Obtiene la propiedad de una imprenta y funda las revistas Kosmos, en 1904 y Vida Española, en 1907,[] esta última, tuvo excelente acogida pero hubo de abandonarla por motivos de salud. La mujer fuerte que hasta entonces había sido, comienza a presentar problemas de salud.

Regresa a Cuba en el año 1914 y en su libro “Lo que ví en Cuba”, publicado en 1916 se aprecia que sus explicaciones sobre el retorno son diversas; expresa que el médico, durante una estadía en Panamá, le dijo que sufría “una sobreexcitación cerebral”, que el insomnio la extenuaba, por lo cual requería reposo y silencio; no obstante, ella consideraba —influenciada por Felicia, su segunda dama de compañía—, que lo que necesitaba realmente era volver atrás, ver a su hijo, a sus nietos, a sus compañeros más queridos. Entonces le escribió a su amigo y compadre Antonio Díaz Blanco, quien le propuso viajar a Cuba para descansar, en lugar de internarse en un solitario hospital.

¿Buscaba eso Eva cuando se decidió a escribir? ¿Cuál era el motivo de su depresión? Ella no tenía bienes de fortuna, vivía de su trabajo periodístico y editorial, ingresar en un hospital significaba un gasto considerable, en su correspondencia también se refleja la insolvencia del hijo.

Pensaba encontrar los remedios para sus males en Cuba. La correspondencia con Navas refleja que había salido de Buenos Aires cuando se decía que los norteamericanos harían pasar un buque por el Canal de Panamá con motivo del Cuarto Centenario del Descubrimiento del Pacífico, en septiembre de 1913, pero todo resultó ser falso; también expresa que la Primera Guerra Mundial había trastornado todos sus planes y la había obligado “contra todo deseo” a radicarse en Cuba, 19 a donde había regresado tras dieciséis años de ausencia.

Pese a sus ideas, por completo antagónicas a las de Martí, siempre se refirió sobre el gran cubano con mucho respeto. Al llegar a Santiago de Cuba en su viaje por la Isla en 1915 visitó la tumba de nuestro Apóstol. En 1916 publicó su libro de viajes Lo que vi en Cuba, donde relata toda la experiencia vivida en la Isla, como si fuera una especie de diario. Relata su amplio viaje por todo el país haciendo énfasis en las provincias orientales. Se refirió a cómo habían cambiado las cosas desde que los Estados Unidos tenía el poder en Cuba. Aquí continúa con su labor periodística y literaria hasta que en 1924 su estado de salud empeora y comienza a tener crisis nerviosas y la memoria se le deterioraba.

Tras haber pasado la mayor parte de su vida en Estados Unidos, su hijo Eloy tuvo ocho hijos. Para 1927 había muerto y Eva, con setenta años, se consideró responsable de sus ocho nietos. Ante la adversidad reaccionó con una energía desmesurada para sus años: intentó escenificar sus obras en Cuba y pretendió llevarlas al cine en los Estados Unidos. También manifiesta sobre la base de su furibundo españolismo y de su autosuficiencia, que puede ser una especie de embajadora del Rey en todo el continente; sólo ella sabría hacerlo, sólo ella podría, sólo ella actuaría adecuadamente, pero detrás de ese accionar sólo está una pobre mujer desesperada: “la muerte de mi hijo, señor, ha truncado mi vida moral y material [...], ha muerto en tan desgraciadas circunstancias que me fue necesario comenzar de nuevo a ganar la subsistencia, no mía, sino de ocho criaturas.” 20

Eva Canel se supo sobreponer a todas las pruebas que le puso la vida, pruebas estas que solo la hicieron más fuerte, que fueron causantes de cierta manera que escribiera con tanta fluidez y en disímiles países sobre los temas y realidades que tenían lugar frente a sus ojos, lo cual dio cabida a que vieran la luz innumerables obras de su puño y letra en gran parte de los países del continente americano, así como también de su querida España.

Mantiene activas campañas contra el divorcio y en defensa del reconocimiento del español en la sociedad cubana y latinoamericana, y sigue publicando, según ella misma decía, “por España antes que por mí”. Con los años le llegan los reconocimientos: la Cruz Pro Ecclesia et Pontifice, otorgada en 1921 por el papa Benedicto XV; el lazo de la Orden de Isabel la Católica, socia de honor de la Sociedad Colombina Onubense, miembro correspondiente de la Sociedad Geográfica de Madrid, y la medalla de oro de Ultramar. Fallece en La Habana en mayo de 1932 a los 75 años de edad de arterosclerosis. Su muerte constituyó una gran pérdida para la literatura y el periodismo hispanoamericano.

Aristas en la obra literaria de Eva Canel

Los comienzos de Eva Canel como escritora se remontan a los primeros años de relación con su esposo Eloy Perillán Buxó. En el período redactaba pequeños artículos para las publicaciones periódicas en las que estaba inmersa. Una de las vertientes periodísticas de Eva Canel fue la satírica, que comienza a desarrollar en la revista “La Broma” dirigida por su esposo. Lo cual continuó ocurriendo hasta que en el año 1889 escribe su primer libro titulado Cosas del otro mundo. Viajes historias y cuentos.

El resultado es una posición equilibrada entre la herencia europea y la recién adquirida americana, que permite mostrar los problemas del indígena y el mestizo, de la clase baja y de la clase media, respectivamente. Como las viajeras que la preceden, los relatos de viaje de Eva Canel ofrecen una imagen del contexto histórico, social e incluso político de Latinoamérica desde una perspectiva femenina. Pero no se trata únicamente de una descripción del lugar, sino del protagonismo de las gentes que habitan y experimentan la cultura que es fuente de leyendas, cuentos y tradiciones.

“De América: viajes, tradiciones y novelitas cortas” se escribe en una época de madurez personal de la autora, cuando cuenta con cuarenta y dos años, tras haberse quedado viuda y haber atravesado en varias ocasiones el Atlántico. La obra comienza con su traslado de Lima a Callao por razones personales (por motivos políticos su marido se ve obligado a esconderse de la guerra entre Chile, Perú y Bolivia).

Ya el título de la obra anuncia la diversidad de su contenido. Se trata de doce relatos de temática independiente datados entre 1885 y 1892 que no siguen un orden cronológico en su disposición, con excepción de dos, el primero: “Caballería de Marina” (1889) y el séptimo: “El Beaterio de Huanuco” (1891). Esta independencia es obviamente debido a la publicación en prensa de algunos de esos relatos de viaje, con anterioridad a la confección del libro.

El resto de los relatos muestran recuerdos de la autora como “De la Araucaria”. “El Parlamento de Hipinco”, donde aparece la guerra entre araucanos y españoles, leyendas como “Elisa Bravo, Leyenda Chilena” (1892) sobre una española prisionera y mujer de un jefe del pueblo araucano o “Los amores de San Antonio” (1891), basado en una leyenda peruana, y cuentos tradicionales como “La Candombera” (1890) de Montevideo. El contenido de los relatos de viaje coinciden con la temática de su obra narrativa y dramática en la que se reflejan el amor y la conquista como en “La Chamicadora” (Perú) y “La Hija del Pongo” (Bolivia); las relaciones amorosas o el matrimonio entre iguales o entre españoles e indígenas o mulatos como en “Elisa Bravo, leyenda chilena”, “La Candombera” y “Los amores de San Antonio”; las clases sociales como en “El mantón de la Condesa” (Chile) y “La Garza Porteña” (Argentina) y la política e historia del país como en “Zamacueca y Votos” (Chile).

Con su trabajo titulado “Manolín”, escrito en 1891, muestra su visión acerca de ciertos problemas que acarreaban las sociedades bajo la dominación española. Con la novela decide tratar el tema de conocimiento público, pero que había sido escabroso siempre, y es el tema de los hijos ilegítimos y el incesto. Su publicación trajo consigo un gran éxito, debido a que aborda el tema de una forma muy real y sin contemplaciones y se convirtió casi de manera instantánea en otra forma de criticar los valores de las sociedades españolas.

Como se fue haciendo costumbre para Eva Canel, siguió con su línea de crítica social y develando los males que aquejan a la sociedad. Debido a esto, su próxima novela de título “Oremus” (1893), trataba acerca del adulterio y como el cual se había transformado en una acción común entre la mayoría de los hombres de la época. Mostraba que había ido aumentando la pérdida del decoro y el respeto por esa sagrada institución que es el matrimonio. Las mayores afectadas en el asunto eran las mujeres, las cuales no estaban siendo tratadas de las formas más correctas.

En ese mismo año de 1893 escribe otra novela, esta vez dejando a un lado la crítica a la sociedad e incursionando en el romanticismo, ahora con una novela a la que tituló “La Pola” que trata sobre el amor frustrado. Dicha novela narraba la vida romántica de una pareja que desafortunadamente por los golpes de la vida, así como también las creencias de la sociedad no pueden ver culminado su amor. Es una obra que desprende un singular y casi perfecto uso de la escritura en toda la extensión de la palabra romántica. Y se puede apreciar el alto nivel de madurez profesional como escritora que alcanza Eva Canel.

Pasarían 6 años hasta su próxima publicación novelesca a la cual daría como título “El agua turbia”, que ve la luz en 1899. Novela que tendrá un gran significado por varias razones, ya que va a tocar de manera muy especial el sentimiento patriótico de la escritora. En la misma Eva Canel va a reflejar su posición patriótica frente a las colonias españolas. Todo esto se debe a que se percata de que la situación en las colonias ha empeorado en cuanto al odio generado hacia la metrópolis. Los procesos independentistas avanzan radical y peligrosamente, en especial la situación en Cuba. Situación de la que ella había sido testigo dos años atrás en la Isla cuando escribía su “Álbum de la Trocha”.

Aparte de sus novelas también fue capaz de escribir obras de teatro entre las que podemos contar “La mulata” y “El indiano” ambas con un carácter defensor y a favor de las clases oprimidas. La primera expone la situación a la que se ve expuesta una mujer esclava y reivindica la igualdad de derechos de la mujer negra. Muestra también como al pertenecer a un estatus social enteramente distinto se veían afectados sus derechos como ser humano. Expone las vicisitudes a las que es sometida la mujer antes de terminar con su existencia y critica abiertamente el trato al que se ven sometidas todas las personas de color en las sociedades de la época.

Con su obra “El indiano” plantea un caso similar, solo que no es una persona de color negro, sino un aborigen nativo del continente americano. Refleja en su obra teatral las tradiciones y leyendas tan bellamente conservadas de los pueblos nativos. Mencionando también el trato a que eran sometidos sus individuos, que muchas veces era peor que el aplicado con los negros. Sus obras fueron posibles gracias a la enorme cantidad de tiempo invertida en sus viajes por el continente americano. Gracias a ellos fue capaz de conocer gran cantidad de aspectos del interior de las colonias que eran desconocidos para la mayoría de las personas de la sociedad española.

Con el estreno de las antes mencionadas obras teatrales, Eva Canel es capaz de dar a conocer esas leyendas y tradiciones que ella había ido observando a través de sus viajes al resto de las personas en las sociedades españolizadas. En todos sus escritos se puede apreciar que la escritora asturiana Eva Canel tenía una visión nueva acerca del papel que debía jugar la mujer en la sociedad moderna. También se pone de manifiesto su ardua labor de apoyo y sustento en favor de los emigrados en las diferentes colonias españolas del continente.

1 Ver anexo 6.

2 Simón Palmer, María del Carmen. “Biografía de Eva Canel (1857-1932) Madrid, Castalia: s. n: s.n.

3 Ibídem.

4 Canel, Eva: El divorcio ante la familia y la sociedad, Buenos Aires, 1903, pág. 30.

5 Entre sus obras, algunas publicadas después de su muerte, se encuentran Pelos y señales.

6 Ver anexo 4.

7 Canel: Lo que vi en Cuba. A través de la Isla, Imprenta La Universal, La Habana, 1896, pág. 11.

8 Eva Canel, Por la justi­cia y por España, Estable­cimiento gráfico de Robles y Cía., Buenos Aires, 1909, p.30.

9 Eva Canel, «Cosmora-ma», Kosmos, n° 68 del 15/ 2/1907, p. 97.

10 Eva Canel, «Cosmora-ma», Kosmos n° 73 del 1/5/ 1907.

11 Eva Canel «Aclaración necesaria" en El regiona­lismo de los catalanes..., conf. cit., p. V.

12 Eva Canel, Por la justi­cia y por España, op. cit., p. 23.

13 Carta de Perillán Buxó en Archivo Nacional de Cuba, Fondo Academia de la Historia, Caja 211, nº 811.

14Canel, Eva: Lo que vi en Cuba. A través de la Isla, Imprenta La Universal, La Habana, 1896 pp.203-204

15 Kenmogne Jean, “La Obra Narrativa De Eva Canel (1857-1932).”

16 BPR, “Carta de Eva Canel al marqués de Navas, 8 de julio de 1929”.

17 Ver anexo 5.

18 Simón Palmer, María del Carmen. “Biografía de Eva Canel (1857-1932)

19 Ibídem, pág. 4.

20 “Carta de Eva Canel al marqués de Navas, 27 de enero de 1927”.