ESCENARIO INTERNACIONAL, VENTAJAS Y DESVENTAJAS PARA MÉXICO Y LAS EMPRESAS

ESCENARIO INTERNACIONAL, VENTAJAS Y DESVENTAJAS PARA MÉXICO Y LAS EMPRESAS

Mónica Teresa Espinosa Espíndola (CV)
Adolfo Maceda Méndez (CV)
Francisca Adriana Sánchez Meza (CV)
(Coordinadores)

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China y México, perspectivas, desafíos y oportunidades

Dr. William Fernando Valdivia Altamirano 1
Dr. Yamil Díaz Bustos 2

Resumen
La República Popular China, RPCh, (en adelante nos referiremos a ella como China), ha crecido en los últimos treinta años a una tasa promedio anual de 10%, basado en un modelo con varios componentes, como la atracción de Inversión Extranjera Directa (IED), la producción hacia la exportación, reformas internas hacia una economía de mercado, mismas que le permitieron un rápido ascenso a nivel internacional (CEPAL 2010).  Actualmente es: el primer exportador mundial (10% del total mundial) desde el 2009, el segundo importador mundial (9%), es la segunda mayor economía desde el 2010, desplazando a Japón, actualmente es un factor de crecimiento y financiamiento mundial y de influencia en los asuntos internacionales. La recesión internacional, 2007-2012, casi no la ha afectado, pues ha continuado creciendo, aunque a tasas menores, pero mayores que el promedio mundial; las perspectivas para el siguiente decenio es que siga creciendo a un ritmo alto, alrededor del 7%. El ascenso de China  en lo económico, financiero y político abre interrogantes para México: ¿Las exportaciones chinas afectan y/o afectarán a las exportaciones mexicanas?, ¿Afectarán al mercado interno mexicano?, ¿Cómo está afectando la IED a México y Latinoamérica? En cuanto a las relaciones  internacionales, ¿qué consecuencias traerán para México?, ¿Qué podemos aprender para lograr un mejor desarrollo? Aunque la lista es más amplia, nos limitaremos a proponer respuestas a las cuestiones mencionadas.

Palabras clave: China, México, relaciones internacionales, comercio e inversión internacional, modelo de desarrollo.

1. China y México, algunos datos básicos
A continuación presentamos algunos datos básicos, que nos ayudarán a tener una perspectiva sobre los temas planteados.
China: población de 1340 millones de habitantes (la cuarta parte de la población mundial), un PIB per cápita de 4,380 usd, es la segunda economía del mundo, tiene el 12 % del PIB mundial, 2010, es el primer exportador mundial, con exportaciones de bienes por 1 millón 506 mil millones usd, 2010, desplazando a Alemania desde el 2009, ocupa el cuarto lugar en exportación de servicios, 2010. Captó 116 mil millones usd de Inversión Extranjera Directa, IED, 2010, es también un importante emisor de IED, 68 mil millones usd en el 2009, llegando ser el quinto a nivel mundial y primero entre los países en desarrollo, cuenta con ingentes reservas internacionales, y tendrá 100 millones de turistas para el 2015; es también el mayor productor mundial de automóviles.
México: población de 112 millones de habitantes, PIB per cápita de 10,600 usd, exportaciones por 376 mil millones usd, puesto 13 a nivel mundial, 2010, también es un importante emisor de IED, es una de las economías punteras en América Latina, tiene firmado 13 tratados de libre comercio o complementación económica, comprendiendo a 44 países, lo que aunado a su importante posición geoestratégica, la ha catapultado a ocupar el lugar 11 a nivel mundial (detrás de Italia).
Los extraordinarios logros económicos de China3 han mejorado su posición en cuanto al Índice de Desarrollo humano, IDH, pero no de modo concluyente, ocupa el lugar 101, de un total de 187 países, 2012. México ocupa el lugar 61 en IDH, lo que corrobora que crecimiento económico no es igual a desarrollo humano, éste es un objetivo al parecer más complicado de lograr.

2. Las relaciones internacionales mexicano-chino, perspectivas

Las tres últimas décadas ha registrado el ascenso de México y China en la escena internacional, así como las coincidencias que comparten como la orientación al mercado y el que buscan un mayor equilibrio en el ordenamiento internacional (esto es más acentuado en la posición china), lo que les ha llevado a coincidir y/o coordinar propuestas en, por ejemplo, las Naciones Unidas, APEC, en las negociaciones multilaterales de la Organización Mundial del Comercio, OMC; la búsqueda de un mayor equilibrio y la crisis económica actual permitió resultados como coordinar a nivel de los BRICs, y el ser considerados dentro del Grupo de los 20, G-20, una importante reordenación de la arquitectura internacional.
En cuanto a lo bilateral, México apoyó el ingreso de China a la OMC 4, hecho que ocurrió en el 2001, luego de un largo proceso de negociación a nivel internacional, el apoyo mexicano estuvo  condicionado a  ciertas restricciones de exportación, las que finalmente se levantaron en 2011. Hay importantes visitas bilaterales concertadas (presidenciales, secretarios de Relaciones Exteriores, de Comercio), se han establecido mecanismos de coordinación de alto nivel, a través de la Comisión Bilateral Permanente México-China (que funciona en base a comisiones mixtas en materia económica-comercial, educativa y cultural y técnico científico) y un buen número de acuerdos de cooperación (Cornejo 2010, María y Campos 2012). En febrero pasado se celebró el 40 aniversario del restablecimiento de relaciones México-China. El restablecimiento reflejaba que ambos países se valoraban y consideraban en su estrategia; el restablecimiento no fue fácil dado el contexto en que se dio.
 
3. Las exportaciones mexicanas y el mercado interno y China, los desafíos
¿Cómo afecta el ascenso de China a las exportaciones mexicanas, a la balanza comercial México-China?, ¿Cómo repercutirá en el mercado interno mexicano la inversión china en México?.
La estructura exportadora de China estuvo caracterizada por productos primarios y de nivel tecnológico bajo, que combinados con su  coste de mano de obra barato, les ha llevado a competir fuertemente en el mercado internacional, en particular con los productos mexicanos en EEUU, el principal mercado exterior de México, llegando a desplazar a México del segundo lugar como proveedor de EEUU desde el 2003. Aunque la situación no es homogénea, no es la misma en todos los productos y sectores (Dussel 2004, Rosales y Kuwayama 2007). Las exportaciones chinas compiten con las mexicanas en particular en los productos de los sectores automotriz,  autopartes, eléctricos, textiles (el retroceso ha sido pronunciado en la cadena de hilo-tejido-confección), juguetes, electrónica, instrumentos y aparatos de óptica y muebles. Otro estudio encuentra que la mayor competencia se dará en productos manufacturados de poco valor agregado, en los mercados de exportación de Latinoamérica, en particular para México y los centroamericanos, y en los mercados internos latinoamericanos (Blázquez-Lidoy, Rodríguez y Santiso, 2006). Las exportaciones chinas no compiten con las mexicanas de frutos comestibles, café, pescados, crustáceos, combustibles minerales y azúcares, legumbres y hortalizas.  Lo mencionado anteriormente se ha dado pese a que México ha tenido mejores condiciones (arancelarias y de otro tipo) que China, hasta el 2001, cuando esto comienza a cambiar. No hay signos de que el avance exportador chino en EEUU no lo siga haciendo a costa de las exportaciones mexicanas y de otros países. Más si consideramos que la estructura exportadora china está cambiando hacia productos de tecnología media e intermedia, adquiriendo más peso en sus exportaciones.  
El ascenso de las exportaciones chinas a EEUU y el desplazamiento de las exportaciones mexicanas a ese mercado, implican menor producción, empleo e ingresos internos en México, es decir, tiene un efecto directo, que es mayor pues cada producción tiene proveedores de bienes y servicios. Otro efecto es el desmantelamiento de los establecimientos maquiladores; algunos se están dirigiendo a China.
Por otro lado, China es hoy en día el segundo proveedor de México, con el que se registra un fuerte déficit comercial, en una proporción de 11 a 1 entre las importaciones y exportaciones bilaterales, 2011, 41000 millones de déficit para México, 2010; la mayor parte de las importaciones mexicanas son de bienes intermedios (77 % de las importaciones de China), no de bienes de consumo final (un 9%). Estas importaciones afectan al nivel de producción, al tejido productivo y a los ingresos.  
El patrón exportador mexicano hacia China se ha ido acercando al sudamericano, donde predominan las materias primas o productos relacionados con los recursos naturales, proceso que algunos analistas  denominan como “una reprimarización de la estructura exportadora”; en el 2000, un 86.5% de las exportaciones mexicanas a China estaban relacionados con la electrónica y el sector automotriz, en el 2009 representaban ya un 15.1%, y las exportaciones relacionadas con recursos naturales (cobre y otros), un 52,5%. Otros productos exportados son autopartes (relacionados con el gran desarrollo de la industria automotriz china), cemento, café, tortilla, pan. Es decir no se están aprovechando los cambios para modificar y mejorar la estructura productiva mexicana. 

4. La IED de China y México
En las tres últimas décadas México ha atraído grandes cantidades de IED, fenómeno que se ralentizó en los últimos diez años, mientras que en Sudamérica el proceso fue ascendente, hasta nuestros días, en particular en los últimos 15 años. Hasta finales del siglo pasado, la relación con China de América Latina, fue más que todo comercial, a partir del cambio de siglo, es que aparece la IED china en el escenario internacional y en Latinoamérica. La IED se está constituyendo en una fuente ascendente de la IED a América Latina, que contrasta con el descenso de la IED de EEUU y Europa a la región, aunque la europea constituye la fuente más importante (Penfold y Curbelo 2013). Con respecto a Latinoamérica ésta se ha orientado hacia los recursos naturales (petróleo, minerales, alimentos) y en menor medida a “búsqueda de mercado”, el componente manufacturero ha sido marginal (Yue 2013). Destaca también que aproximadamente 80% de la IED a la región es de empresas multinacionales estatales, (centrales o locales), es decir, tienen un componente estratégico importante; éstas características implican que las agencias de atracción de IED latinoamericanas, deben conocer los rasgos de los agentes y sus objetivos, dentro de lo que cabe en una buena relación a nivel político (Dussel 2013). 
La actual recesión internacional y china, el cambio de modelo de desarrollo, implicará un menor flujo de IED china al exterior.
Por otro lado han llegado a México 40 empresas chinas relacionadas con la producción de aparatos de comunicación y telefonía; empresas petroleras chinas han participado en licitaciones de servicios y en exploración en el mercado petrolero mexicano. En el 2010 México recibió 5000 millones de dólares de inversión China, que contrasta con los 9500 millones de inversión china captados por Brasil.     

5. Las oportunidades
Aunque son varias, sólo consideraremos algunas:
a) China se está abriendo cada vez más, sus aranceles y requisitos están bajando y, dado su tamaño poblacional y económico, constituye una buena oportunidad para las exportaciones mexicanas.
b) El agudo proceso de industrialización y urbanización de la economía china (abarca aproximadamente a la mitad de su población, 2012), ha generado 300 millones de habitantes de ingresos medios y altos, demandantes de productos que bien pueden ser abastecidos (una parte) por productos mexicanos. Es uno de los mercados más grandes del mundo.
c) China continuará creciendo, por lo menos en los próximos diez a veinte años, a tasas altas, aunque algo menores que lo que registró, lo que puede significar mayores volúmenes de exportación de México y Latinoamérica en varios sectores (minería, agroindustria y energía, pero no sólo en ellos). Esto constituye una fuente de mejora de los volúmenes  y precios que puede aprovecharse para el crecimiento y desarrollo de México.
d) China va a cambiar su estructura productiva, busca producir productos más elaborados, con un mayor peso del software. Esto implicará una mayor demanda de productos básicos e intermedios, donde México puede seguir participando. 
e) Bilateral y multilateral, debe buscar mejorar la cooperación económica, científica, técnica y cultural y atraer  la Inversión Extranjera Directa china, pues se está constituyendo en un fuerte inversor.

6. Las reformas chinas a partir de los setentas
El exitoso desempeño chino en lo económico ha llamado la atención de los gobiernos  y los analistas, entre otros. Algunas de las causas que se han propuesto para explicar esto se encuentran el modelo económico seguido, que no está desligado de lo que se dio en casos precedentes que, salvando las diferencias nacionales, podríamos llamar “modelo asiático”, como el que se dio en Japón, Corea del Sur, Taiwán, Hong Kong, Singapur, además que ocurrió en una región de alto crecimiento. A continuación revisamos algunos rasgos del modelo de desarrollo chino de las últimas tres décadas. 
En el período maoísta (1949 -1976) se adopta un régimen de gobierno con eminente orientación socialista, inicialmente se adopta la ideología marxista leninista, pero  a partir de 1963, año en que se rompe con la Unión Soviética, Mao Tse  Tung (ahora Zedong) propone  una Revolución  adaptada a las condiciones de esta nación. Se instaura el maoísmo que perdura hasta la muerte de Mao en 1976. Fue una época de marcado protagonismo del estado y el aislamiento internacional.
A partir de la llegada de Den Xiao Ping al poder, en 1977, se abre un panorama de acercamiento de la República Popular China con Occidente (Moreno, 1994: 46), pero no se trata de un simple acercamiento económico de apertura comercial, sino más bien,  de un conjunto de acciones orientadas hacia la incorporación de una economía de mercado (en una economía con férreo control estatal y sin las  bases de las democracias liberales). Además, la estrategia no prevista por ningún país capitalista desarrollado, era que China quedara posicionada como uno de los países de mayor relevancia económica y política en el plano internacional. De acuerdo con lo anterior, lo que hoy se ve como una estrategia agresiva, no es más que el resultado de los programas de transformación que comenzaron a instrumentarse desde fines de los setenta  del siglo pasado.
En ellos no hay que olvidar el papel relevante del Estado, su intervención para impulsar   los cambios deseados y la generación de instituciones necesarias para la permanencia de los cambios. Entre los factores que intervinieron para el éxito de las políticas institucionalizantes podemos mencionar las que Negre (2007) advierte:  “1- un Poder que controla todos los resortes del Estado; 2- Tampoco se permite la competencia política, las organizaciones opositoras, la existencia de sindicatos; 3- No existen medios de comunicación que no pertenezcan al Estado; 4- No tiene un líder carismático, sino que los dirigentes cambian periódicamente; 5- Es un poder que también representa a los sectores emergentes del gran desarrollo económico; 6- Es un Poder con la idea de crear una nación poderosa, próspera y tecnológicamente avanzada; 7- Tiene la capacidad de llevar adelante planes de muy largo plazo, dado que siempre los miembros del gobierno provienen del mismo partido; 8- Es un Poder en el que existen políticas de Estado; 9- Es un Poder que acepta las desigualdades de ingresos y la legitimidad de la plusvalía de la inversión privada; 10- Es un Poder que integra el monopolio político con el capitalismo privado, el Estado totalitario con la economía de mercado, y que se viene abriendo al mundo sin perder su esencia de profundo nacionalismo económico”.
No obstante este poder hegemónico,  no se plantearon cambios cualitativos y cuantitativos de forma  inmediata, sino que se pensó en un escenario de transformación gradual. Para 1978: “En la práctica las medidas reformistas de esta primera etapa se concretaron en dos direcciones: las Cuatro Modernizaciones y la política de puertas abiertas. Se denominó las Cuatro Modernizaciones a un conjunto de medidas liberalizadoras en el campo de la agricultura, la industria, el ejército, y la ciencia y tecnología” (Salvador, 2008).
Estas reformas, que afectaron inicialmente al sector agrícola, se centraron en incorporar parcialmente al mercado en este sector. No obstante la descolectivización, el Estado no perdió la propiedad de la tierra, como tampoco dejó a las libres fuerzas de mercado que sobredeterminaran a la planeación estatal en este sector; por ejemplo, se establecieron  precios duales, unos determinados por el mercado en tanto que otros por el Estado.
Otra reforma significativa fue la industrial que comienza a partir de 1984, esta reforma tal vez no pudiese ser apreciada en toda su extensión, si no se toman en cuenta las políticas asociadas a la apertura hacia el exterior, la atracción de la inversión extranjera directa (IED) y los procesos de urbanización asociados a las políticas precedentes.
Por una parte, se establecen  medidas que permiten la convivencia de diferentes tipos de propiedad y de organizaciones de carácter mercantil para diferentes regiones Chinas. Por otra parte, las decisiones de las empresas estatales son realizadas con un relativo carácter autónomo y obedeciendo más a una orientación de mercado.
La política de puertas abiertas permitió la  importación de insumos procedentes del extranjero,  lo que fortaleció el desarrollo industrial. Fue complementada con la atracción de la IED y el nuevo papel del sector financiero Chino, que ha pasado de una estructura monopólica estatal, en la década de los ochenta, a cierta apertura para la primera década de este siglo. Asimismo, el desarrollo industrial Chino se ha visto favorecido por una clara vocación hacia el desarrollo del  sector exportador, aunque sin las profundas asimetrías que han caracterizado a otros países, como el caso de México, cuya apertura hacia el exterior ha  coincidido con un fuerte aumento de las desigualdades sociales y de la pobreza.
El gradualismo Chino llevó en los ochentas a la creación de zonas geográficas específicas, tales como zonas económicas especiales  (ZEE), con orientación hacia el libre mercado y la exportación; zonas de desarrollo económico y tecnológico (ZDET) para el desarrollo de industrias de tecnología de punta; zonas libres de derechos aduaneros (ZLDA), entre otras.
Para el siglo XXI, se continúa con las medidas de liberación y desregulación de los mercados, combinados con presencia estatal y cambios institucionales, normativos, que profundizan las reformas. El 12 plan quinquenal de China, 2011-2015, en buena medida es continuación del anterior, profundiza el objetivo de cambio de estrategia, de pasar de uno basado en las exportaciones a otro con un mayor peso del consumo interno, que había estado disminuyendo, buscando un desarrollo más equilibrado (entre campo y ciudad, entre la costa y el interior, entre regiones, sostenible social y ambientalmente ), con mayor calidad e innovación, uno de los requisitos para fomentar el consumo es el control de la inflación, el plan se gesta en un período de aguda recesión internacional, en particular en EEUU y Europa, es decir, una menor demanda para su productos. 
De lo expuesto en este apartado, se observa como explicativos del crecimiento chino a la planificación, el señalamiento de objetivos, la capacidad para alcanzarlos y de reflexión, lo que ha implicado el ir ampliando, mejorando y complementando los logros alcanzados.

7. Conclusiones
En cuanto a las relaciones mexicano-chino, la perspectiva es que se sigan desarrollando positivamente. Condicionados al ascenso chino como actor global y a la situación estratégica de México en América del Norte, hay algunas cuestiones importantes a resaltar.
Una, desde la perspectiva mexicana y latinoamericana, es que con lo actual no se logrará revertir la situación, las tendencias, ni aprovechar las oportunidades que China y el nuevo reordenamiento internacional presenta. La segunda, relacionada con la anterior es que las grandes cuestiones motivadas por el ascenso de China, y reflexionando sobre su ejemplo, muestran que es necesario construir  una visión, estrategia de mediano y largo plazo (no sólo con relación a China), dotándolos de instrumentos y programas; buscando la participación del sector público, privado y la sociedad civil. Tarea ni pequeña ni fácil, y que puede que el día a día se imponga y/o que la concertación se logre en el tiempo. En la perspectiva anotada, merece mencionarse que el modelo actual de desarrollo económico e inserción internacional, aunque con logros, no es suficiente, se debe reformar, completar.
Algo que puede ayudar en relación a lo planteado en el párrafo anterior, es buscar las causas del extraordinario desarrollo chino. Una es el modelo que han seguido, emparentado con el “modelo asiático”, de combinar estado con mercado, la orientación de mercado y a las exportaciones, ingentes inversiones en infraestructura y educación,  atracción de IED, combinando gradualismo, apertura, flexibilidad y pragmatismo, que contrastan con el modelo latinoamericano, de los años 80 a la fecha, de predomino de mercado y un estado mayormente regulador, minimizado, promotor del librecambismo, que linda en ocasiones  con lo dogmático; los resultados de ambos modelos no dejan duda de cuál ha logrado mejores resultados. Es también cierto que no podemos trasladar mecánicamente el “modelo asiático” a la realidad latinoamericana, si ésa fuese la elección. Y por lo que plantean en sus dos últimos planes de desarrollo, que el modelo chino tenía limitaciones, que era necesario uno más completo, con desarrollo del mercado interno.
De cara a la estrategia es importante determinar los sectores con futuro, con mercados dinámicos, de modo de integrar programas que los potencien, como elevar el nivel educativo de la fuerza de trabajo, desarrollar las TICs y nuevas tecnologías para estas necesidades, preparar profesionales hacia esos sectores, contar con programas de capacitación, entre otros. Diversificar los mercados, productos; aumentar el valor agregado.
México debe tratar de aprovechar las oportunidades del mercado chino y los avanzados, para modificar su estructura económica y exportadora, hacia productos de mayor valor agregado, avanzados tecnológicamente. Esto contribuirá a mejorar la Balanza de Cuenta corriente con China y otras áreas, buscando, por ejemplo, proyectos conjuntos en nuevas actividades, alianzas, no sólo productivas de bienes y servicios, sino también en innovación, ambiental y social. Y desarrollar las potencialidades en productos tradicionales de exportación.
Respecto a la IED china es probable que atraiga parte de ella, pero con perfil manufacturero en mayor medida que en la región latinoamericana, dado el tamaño de su mercado y la pertenencia a América del Norte. La actual recesión internacional ha limitado este desarrollo.
Por otro lado, México tiene la proximidad con Estados Unidos y Canadá, y la existencia del TLCAN, que debe potenciar con innovación, calidad, mejores carreteras, infraestructura, logística y seguridad.

Referencias
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1 Profesor de la Universidad Politécnica Metropolitana de Hidalgo, correo electrónico: wvaldivia@upmh.edu.mx

2 Profesor de la UNAM FES Aragón, correo electrónico: yamil@buzon.uaem.mx

3 En paralelo al ascenso chino se ha dado una disminución de la importancia económica de EEUU y europea, (Bustelo 2010). 

4 China reingresó a la ONU en octubre de 1971.