NATURALEZA, CULTURA Y DESARROLLO ENDÓGENO: UN NUEVO PARADIGMA DEL TURISMO SUSTENTABLE.

NATURALEZA, CULTURA Y DESARROLLO ENDÓGENO: UN NUEVO PARADIGMA DEL TURISMO SUSTENTABLE.

Salvador Luna Vargas (CV)

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Turismo Rural en América Latina

En la mayoría de los países de Latinoamérica aún no existe un desarrollo formal y establecido que permita tenerlos como punto de referencia del turismo rural, son escasos los lugares que ofrecen turismo rural, y que además sean administrados por los pobladores, ya que muchos de ellos son operados por empresas privadas y el habitante rural se convierte simplemente en empleado, alejándose así de la verdadera esencia del turismo rural.
Hay países como Uruguay que cuentan con iniciativas aisladas para el turismo rural en la que dos empresarios promovieron esta actividad después de haber tenido una experiencia en Europa de este tipo, fue así que en 1995 se consolidó la Sociedad Uruguaya de Turismo Rural (SUTUR), que en la actualidad cuenta con 42 socios que se clasifican en:

  • Hoteles de campo
  • Estancias turísticas
  • Granjas turísticas posadas de campo
  • Casas de campo

En el caso de Brasil, sus establecimientos turísticos rurales son en su mayoría inversiones de carácter hotelero que se realizan en establecimientos agropecuarios. Sus establecimientos son más grandes que los que hay en la Argentina y Uruguay, siendo el turismo interno el consumidor de estos pocos establecimientos turísticos rurales en manos de capital privado, y se localizan en los estados de Río Grande do Sul y Paraná.
Existe una asociación brasileña de nombre Associaçao Brasileira de Turismo Rural (ABTR), que categoriza en 14 clases al turismo rural:

  • Hotel fazenda
  • Pousada rural
  • Turismo equestre com hospedagem
  • Restaurantes rurais
  • Pesque pague
  • Camping rural
  • Hotel ecológico
  • SPA-rural
  • Día de campo en pousada rural
  • Fazendas históricas con día de campo
Argentina

Uno de los países con mayor actividad en el turismo rural es Argentina, y con mayor oferta turística rural, país en el que la gran mayoría de las tierras es privada, bajo la forma de personas físicas y sociedades, y su sistema de explotación desde la colonia es capitalista. Los establecimientos rurales en su mayoría están dedicados a la frutihorticultura y productos  regionales, como el tabaco, té, yerba mate, etc. Algo que hay que resaltar es que Argentina es un país con muy poca presencia de población indígena ya que fue diezmada considerablemente en la conquista por los españoles y más tarde la continuarían diezmando los criollos, por este motivo las áreas rurales agropecuarias pertenecen a criollos y mestizos principalmente, en la que la inmigración europea influye notablemente en la nueva cultura argentina, practicando numerosas costumbres y hábitos a la usanza europea, especialmente culinarios, razón por la cual es muy parecida la producción primaria a la de Europa.
Según el último censo agropecuario de la Argentina, hay 333 mil establecimientos agropecuarios, ocupando una superficie total de 170 millones hectáreas, haciendo un promedio de 510 hectáreas por unidad, en los que  más de 190,000 son ganaderos, su producción de ganado bovino se ha mantenido estable desde 1965 a la fecha, pero con un incremento en la población del 63%, teniendo que disminuir las exportaciones para abastecer a los habitantes argentinos.
El turismo rural en Argentina inicia en la década de 1980 –según Boullón (2008)- aunque ya existían establecimientos pioneros con disponibilidad de cama y lugares de estar. Los establecimientos que prestan el servicio turístico en localidades rurales se encuentran en prácticamente todas las provincias de la Argentina, siendo el turismo una actividad que generó en 2008 un 8% del producto interno bruto.
Argentina también ha creado asociaciones con el fin de aumentar la calidad de los servicios, los pobladores rurales han recibido fondos para equipamientos e infraestructura de los micro proyectos, como son sanitarios, asadores, ampliaciones de patios cubiertos para recibir a los visitantes, carteles indicadores en los accesos y acondicionamiento de habitaciones para alojar a los turistas. Esa red propuso cinco circuitos turísticos temáticos:

  • Viveros y naturaleza
  • Hierbas medicinales
  • Esencias
  • Vino colonial y de los licores
  • De a caballo, en carro o tractor

Argentina es uno de los dos únicos países que tienen políticas nacionales de turismo rural, como lo enuncia Boullón (2008), en Argentina está en marcha el Programa Argentino de Turismo Rural con la colaboración de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentos (SAGPyA) y la Secretaría de Turismo (Sectur).

Chile

Chile es también uno de los dos países que cuentan con políticas nacionales de turismo rural, a cargo del Instituto de Desarrollo Agropecuario (INDAP), organismo responsable de la asistencia técnica al campesinado y pequeños productores, teniendo como ejemplo a los proyectos de las comunidades mapuches, en el que se fijó como meta lograr que en todos los recursos regionales haya “eco museos” destinados a facilitar la comprensión de la cultura rural de cada región.

  • Este organismo ha trabajado en base al turismo rural y étnico, apoyando 11 proyectos. Se destacan iniciativas pioneras como:
  • Turismo étnico Kolongruka
  • Red de turismo Futaleufú
  • Red Manquelepi en la Araucania para el etnoturismo en el Sur de Chile

En la región novena (Chile se divide en 15 regiones), en Temuco, existe un proyecto llamado “Turismo Ranquilco”, lugar donde habitan varias comunidades indígenas, en donde el turista puede llegar y conocer cómo habita una familia nativa en una “ruca” (choza de paja) de más de 60 años de antigüedad, donde muestran su forma de vida y además ofrecen la oportunidad de cocinar, comer y convivir con ellos, siendo esta red pionera en el etnoturismo. Además existe otra red denominada Ecole, que es una opción de turismo ecológico, mezclando el turismo etnográfico con el turismo de aventura.
También hay alojamientos turísticos de tipo hacienda, como la Hacienda Rupanco, en la que se desarrolla el agroturismo, ubicada en la zona precordillera de la región de Los Lagos, en donde se programan excursiones que incluyen alojamiento en casas de campo y familiarización con las actividades agrarias, mediante las visitas para la ordeña y la crianza de terneros.
Una de las redes más importantes en la Araucania es Ruka Melief, que está ubicada en la comuna de Melipeuco, lugar donde los turistas pueden conocer a fondo la cultura mapuche, ya que se les invita a participar (si lo desean) en la cosecha de papa, trabajar en el huerto o chacra, preparar la comida del día, cuidar a los animales y ayudar a lavar la lana. Otra importante zona de turismo rural es la de la Asociación Mapuche-Lafkenche Libko, que se ubica en el lago Lleu-Lleu, en el que los visitantes cuentan con cabañas, camping y comidas caseras, además de poder realizar actividades como la pesca de salmón, trucha y pejerrey, paseos en bote y ordeñe de vacas.
Son estos dos países los que tienen un mejor manejo y una mayor proyección a nivel mundial a comparación de otros países de Latinoamérica. El caso de Chile puede ser un gran ejemplo a seguir por parte de México en cuanto al desarrollo de sus comunidades indígenas, ya que como se observó anteriormente, existen muchas opciones de turismo rural, en donde la mayoría de ellas son administradas por las asociaciones indígenas de ese país, además de que es una excelente idea el que se instalen etnomuseos en cada región étnica del país. Un caso similar ocurre en la Huasteca, en municipios como Tancanhuitz en la localidad de Tamaletón, en donde está instalado un museo comunitario  en el que se puede conocer un poco de la cultura teenek, y también las casas de cultura de Huichihuayán en el municipio de Huehuetlán y en el municipio de Tamazunchale.