NATURALEZA, CULTURA Y DESARROLLO ENDÓGENO: UN NUEVO PARADIGMA DEL TURISMO SUSTENTABLE.

NATURALEZA, CULTURA Y DESARROLLO ENDÓGENO: UN NUEVO PARADIGMA DEL TURISMO SUSTENTABLE.

Salvador Luna Vargas (CV)

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Patrimonio de la localidad

Entre los teenek  de Aquismón y específicamente los de El Aguacate aún se conservan vivos conocimientos y saberes que han sido transferidos por generaciones, formando sus propias formas de expresión y definen su relación con el mundo en un vehículo cultural.
Parte de esos saberes, prácticas y conocimientos son a lo que se le conoce como patrimonio vivo de una cultura, pero además, a estos se les agrega la reconstitución y reinterpretación de elementos del pasado en términos contemporáneos, componiendo a los teenek actuales del municipio de Aquismón.
Las principales expresiones culturales de la localidad se manifiestan a través de la música, la indumentaria, la alimentación y las artesanías. Estas expresiones se agregan a los deberes que hombres y mujeres realizan cotidianamente. Tanto el sexo masculino como el femenino tienen tareas definidas, que crean una marcada división de género en las actividades a realizar por una y otra parte.

Música

En la Huasteca potosina existen elementos musicales que distinguen una región de otra y que le dan características únicas, siendo la música indígena en su mayoría, el contacto entre los hombres de la comunidad y las entidades sagradas.
Los elementos que conforman la música en los teenek son: los instrumentos, la utilería, la coreografía y los músicos; que dan forma y sentido a los ritos que identifican y dan cualidades a su cultura, estableciendo la comunicación entre lo sagrado y lo profano, creando un lazo entre hombre, naturaleza y deidad.  “Esa comunicación que el hombre establece con lo celeste, debe hacerse por medio de un lenguaje que no es propiamente humano, sino de los dioses. Y este lenguaje es precisamente la música; en esto reside su carácter sagrado” (Sánchez, 1990:6).
En la localidad del Aguacate se tocan sólo dos danzas; esas danzas son: “Tsacam Son” y “La Malinche”, esas danzas son ejecutadas con instrumentos de cuerda que armonizan las danzas. Los músicos se especializan en sólo una de las dos danzas, es decir, existen músicos especializados en tocar “La Malinche” y otros en el “Tsacam Son”.
Los principales hombres encargados de tocar “La Malinche” en El Aguacate son: Maurilio, Patricio, Hipólito y Benito. Esta danza es ejecutada con tres instrumentos de cuerda; esos son: el violín, la guitarra y la jarana.
El “Tsacam Son” para los teenek significa “Danza Chiquita”, y según José Atanasio1 se le adjudica este nombre a la danza, por ejecutarse con el rabel, un instrumento parecido al violín pero de menor tamaño y compuesto de tres cuerdas. Al ser tocado el son con este pequeño instrumento se le denomina Danza Chiquita, haciendo alusión a lo pequeño que es el instrumento y el agudo sonido que produce.
En la ejecución del “Tsacam Son” los principales músicos de la comunidad son Bernabé Valeriano, Alejo Celestino y José Atanasio. Los instrumentos  empleados en el “Tsacam Son” son: el arpa huasteca y el rabel2 . Estos instrumentos sin duda son evidencia de la conquista espiritual en México como lo menciona Robert Ricard:
La música fue uno de los vehículos privilegiados para la introducción del cristianismo. Retomando una antigua costumbre, que obligaba a acompañar las celebraciones con danzas e instrumentos sonoros, las primeras ceremonias católicas ingresaron al mundo indígena como eventos esencialmente musicales presididos generalmente por la música, acogían con los brazos abiertos a los cantores, multiplicaban los instrumentos y los ejecutantes (Ricard, 1986: 285, cit. en: CDI, 2012:44).
Los materiales de fabricación para cada instrumento son específicos, como lo describe José Atanasio, quien ha sido el arpero de uno de los grupos de músicos que ejecutan el “Tsacam Son” por más de 50 años en El Aguacate, y que además él ha construido su arpa y su rabel de acuerdo a las características físicas que tenían los instrumentos de su padre.
El arpa se construye de madera de cedro (Cedrela odorata) y consta de 29 cuerdas hechas de cola de caballo. Se toca usando una mano para la melodía y la otra para el acompañamiento, cada una por distinto lado.
El Rabel también está elaborado con madera de cedro y consta de tres cuerdas y tres clavijas laterales, tapa de madera con dos orificios; uno en forma de luna creciente y otro de luna menguante, además de cuatro pequeños orificios circulares en las cuatro esquinas del instrumento. La caja y el mástil están elaborados en dos piezas. El instrumento cuenta con un arco con cerdas para frotar las cuerdas y crear el sonido. Este tipo de rabel no cuenta con trastes.
Dentro de los elementos que conforman las danzas en los teenek además de los ya descritos cordófonos, se agrega un instrumento idiófono usado por los danzantes, que danzan al compás de la música. Ese instrumento es el chin chín, que son sonajas hechas de un fruto seco llamado guaje (Lagenaria siceraria), con semillas dentro, las cuales dan el sonido característico de una sonaja. El chin chín trae pegadas unas plumas3 de guajolote pintadas de color rosa y cuatro listones de distintos colores4 , verde (representación del monte), rojo (representación de la sangre), amarillo (representación del sol) y azul (representación del cielo). Probablemente el nombre de chin chín tenga su origen de la palabra huasteca ts’itsin, que significa pájaro. El chin chín es un instrumento idiófono antiguo, y que más tarde se le añadirían como complemento los instrumentos de cuerda introducidos por los europeos, como el arpa y el rabel.
El trato con los instrumentos es de sumo cuidado y tiene rasgos sacros, ya que para los músicos indígenas, la música tiene también un don curativo, y para eso se llevan a cabo ciertos rituales con los instrumentos, como lo describe Tiadje y Camacho:
Los instrumentos se guardan cuidadosamente en el altar de la casa y se tratan con sumo respeto, como si fueran ancianos de la comunidad. Antes de utilizarlos, los músicos suelen ofrecer bebidas a sus instrumentos, vertiendo un poco de aguardiente en el arpa, el rabel o cantonal. Dado que estos instrumentos se identifican con animales 5 o figuras humanas, en ocasiones se vierte la bebida en la “boca” armónica del arpa, o bien se introduce el “pico” del rabel en la copa del licor, “imitando la manera en que las aves beben agua” (Tiadje y Camacho, 2005: 142, cit. en: CDI, 2012: 59).
Los ejecutantes de los instrumentos para hacer música en la localidad son sólo adultos mayores, ya que no hay jóvenes que hayan aprendido el arte de tocar los instrumentos aún. Sólo hay músicos jóvenes en la localidad de Tanute
Existe un grupo de danzantes de aproximadamente cuarenta personas que danzan “Tsacam Son” en la localidad, además de existir un nuevo grupo de alumnos de la primaria de la localidad que aprenden la danza de “Tsacam Son”. La danza se realiza principalmente en las fiestas patronales de Aquismón y sus localidades, como lo es la de San Antonio Abad, patrono de El Aguacate el 17 de Enero, y de San Miguel Arcángel, patrono de Aquismón, los días 28 y 29 de septiembre. También se realizan danzas cuando otras localidades aledañas hacen la invitación al grupo de danza y música o en días feriados como Sanctorum, el 1 y 2 de noviembre, día de la Virgen de Guadalupe el 12 de diciembre y en año nuevo. Además de esos días, la gente de la comunidad también solicita la participación del grupo de danza y música en fiestas como la primera comunión y  la inauguración de una casa. El pago de los solicitantes al grupo de danza y música por su participación es por medio de comida, cigarros y aguardiente.
Las danzas son realizadas por el grupo de danzantes durante una noche entera, hasta el amanecer (en el caso de ser ritual), mientras los hombres beben aguardiente y las mujeres portan sus respectivos atavíos tradicionales que serán descritos más adelante.
El 22 de noviembre, día de Santa Cecilia es considerado la fecha más sagrada por los músicos, y por ese motivo se ofrenda a la patrona de la música y a los propios instrumentos.
La música teenek es producto del dinamismo y de los fenómenos y necesidades culturales que le dan vida a los sones huastecos, y que de no haberse adaptado a los cambios e imposiciones históricas, no existiría el “Tsacam Son” ni la “Malinche” en la actualidad. 

Indumentaria

La indumentaria teenek tiene un estilo particular que identifica claramente su cultura, debido a los colores brillantes que se usan en los bordados de las prendas femeninas. Cada región tiene diferencias en cuanto a los colores y las figuras del bordado, que pueden variar entre figuras de animales, plantas, seres humanos y dioses.
A esta prenda de origen prehispánico se le conoce en nahua como quechquemitl6 , que viene de quechtli, cuello y quemitl, vestido. En lengua teenek se denomina thayemlaab, que quiere decir sencillamente vestido (Rocha, 2010:3).
En la Huasteca, lo que las mujeres indígenas reflejan en los textiles que realizan está relacionado con lo que ellas llaman k’ij en teenek o tonalli en náhuatl, “destino” (Rocha, 2010: 3).
Tanto en El Aguacate como en otras localidades de la Huasteca potosina se perdió la práctica de sembrar el algodón, hilar el hilo y tejerlo en el telar de cintura. En la actualidad se usa la tela industrializada, generalmente cuadrillé blanco de algodón, comercializada en los mercados,  que significa menor costo y ahorro de tiempo en su elaboración, ya que es más sencillo colocar el bordado en puntadas cruzadas o punto de cruz en las amplias retículas del cuadrillé.
Los hilos que se utilizan para elaborar los bordados son en su mayoría estambres, hilo cristal o hilaza, todos de origen sintético. En algunos casos, bajo pedido, pueden usarse hilos de algodón, los cuales también se adquieren fácilmente aunque a un costo más elevado. Algunas de las mujeres que bordan prefieren los colores brillantes que ofrece el acrilán, ya que los de algodón se ven más opacos y se destiñen (Rocha, 2010:5).
El atuendo de la mujer teenek de El Aguacate, además del quechquemitl o thayemlaab, está conformado por el lacbe o lakab, que es la falda o enredo, que tradicionalmente la usan en color negro, pero hay mujeres que usan faldas floreadas de colores, la blusa o blusón de manga corta con encaje y holanes. Las blusas normalmente son de color rosa, con tonalidades que van del rosa pastel al rosa mexicano, y en algunos casos se observan blusas floreadas de variados colores que van debajo del quechquemitl, acompañado de accesorios como los collares de bolitas de colores verde y rojo (entre cinco y seis) y aretes. Además llevan un tocado o petob -que significa rodete o ruedo- de estambre en colores rosa, verde y naranja en la cabeza, que va entrelazado al cabello.
Los quechquemitl en las mujeres teenek y nahuas de la región de la huasteca potosina siempre llevan un símbolo en la parte delantera y trasera con forma de flor de ocho picos, y en algunos casos se repiten varias veces, “esta figura de acuerdo con algunos pobladores teenek representa a Dhipaak, y/o Cintectli para los nahuas. De acuerdo con un sistema mitológico similar, la figura simboliza al Dios maíz, una de las deidades más importantes que dieron origen y sustento a estos pueblos. Se les representa en forma de estrella o flor de ocho puntas. A veces muestra un ave en cada una de éstas” (Rocha, 2010:9).
De acuerdo con un mito teenek, el thayemlaab es usado por mujeres casadas y debe llevar tres bordados fundamentales, que son el Mamlaab o símbolo de Dios, wajudh (“el árbol de la vida”) y Miim-Tsabaal o “la madre tierra”. La franja bordada de segmentos de color sobre la diagonal que une a los dos rectángulos que lo conforman, recibe el nombre de belil an thiplab, “el camino 7 de Dhipaak” (Suárez, 2008:19, en Rocha 2010:10).
En el hombre de El Aguacate no se distingue ningún atuendo tradicional que lo identifique como teenek, ya que cambiaron el calzón y la camisa de manta por ropa de manufactura que compran en la plaza de la cabecera municipal de Aquismón. Comúnmente utilizan pantalón de gabardina o de mezclilla, camisas o playeras de diferentes telas, botas o huaraches y algunos usan sombrero o gorra, dependiendo del ingreso económico de cada individuo.
La indumentaria tradicional de los teenek de El Aguacate como de las numerosas localidades de la Huasteca potosina ha ido desapareciendo a un paso acelerado. Se puede observar en cualquiera de las localidades de los municipios huastecos el abandono de ésta práctica. Normalmente son los jóvenes de ambos sexos los que han dejado de usar los atuendos tradicionales sustituyéndolos por ropa de manufactura de la sociedad globalizada. En El Aguacate sólo se observa con traje tradicional a las mujeres mayores de 40 años, siendo este el indicio de la probable extinción del uso de la indumentaria tradicional teenek en las próximas décadas.

Alimentación

Los teenek de El Aguacate tienen como principal sustento alimenticio lo cosechado en sus parcelas, siendo las mujeres las que se encargan de elaborar los alimentos cotidianamente, y los hombres los que cultivan y cosechan la tierra para el autoconsumo.
Los productos de la dieta básica de los teenek son calabaza, frijol, chile, café y  maíz.8 La comunidad siembra y cosecha tres variedades de maíz. Los condimentos indispensables en la comida teenek son la sal de grano, orégano, clavo y pimienta.
Los pobladores suelen tomar un desayuno en las mañanas antes de realizar sus labores cotidianas. El desayuno generalmente es una taza de café negro o café con leche y pan. En la mayoría de los casos, el hombre al terminar la faena en la parcela regresa a casa a comer, ya con las labores domésticas concluidas por parte de las mujeres, las cuales preparan un platillo de acuerdo a los ingredientes disponibles y a la temporada. Normalmente se prepara calabaza, chayote o nopales en caldo de chile y jitomate, con frijoles y tortillas de maíz. Con menos frecuencia se come arroz, sopa, chorizo y huevo con chile verde o rojo. En fechas especiales o de abundancia se incorpora la carne de pollo gasto o de patio (proveniente de la misma vivienda) o de guajolote. En raras ocasiones se compra carne de res y puerco para preparar. Ignacio Betancourt (2001) cita las investigaciones hechas por Margarita Ávila y un grupo de investigadores que analizaron la cultura alimenticia de los teenek de Aquismón obteniendo resultados muy semejantes a los descritos en esta investigación.
A lo largo del año [la población] obtiene de su entorno más de cien plantas alimenticias con las que complementa su dieta básica cotidiana (tortillas de maíz nixtamalizado, frijoles hervidos, salsa de chile y café). (…) Las familias huastecas consumen pocas proteínas de origen animal debido a la situación económica precaria que padecen, de tal forma que el huevo de gallina lo comen una o dos veces por semana, la carne de pollo una vez cada mes o dos meses, la carne de cerdo tres o cuatro veces al año, en época de ceremonia o fiesta, y la carne de res una vez al año (Betancourt, 2001:22).
En velaciones o fiestas religiosas siempre se prepara café y tamales, ya sea para velar o festejar. Los tamales son de chilpan. El chilpan es una salsa derivada de una combinación de distintas especies de chiles que dan un sabor característico. El tamal se envuelve en hoja de plátano y son rellenados con carne de pollo o cerdo, y si los recursos económicos son insuficientes se aprovechan los pemoches (Erythrina coralloides) como relleno, siempre y cuando sea temporada.
La gastronomía teenek también se incluye en los rituales sagrados de los habitantes. El platillo que se considera como sagrado para los teenek es el bolim9 ; comida ritual que se elabora en celebraciones y peticiones.
El bolim se prepara con grano de maíz, chile de color, hoja de plátano y un pollo entero (algunas veces también se incorporan frijoles al bolim). Los granos de maíz son sometidos a un proceso de nixtamalización, el cual es hervido en agua con cal para quitarle la cascara. Ya nixtamalizado se muele para hacer la masa que formará al tamal. A la masa se le sazona con sal y manteca. Al chile de color se le quita la semilla y se pone a tostar para después ponerlo en agua caliente alrededor de diez minutos. Posteriormente se muele el chile en un molino con agua y sal para hacer la salsa. Ya preparada la masa y la salsa se ponen sobre la hoja de plátano la masa y la salsa de chile de color, se envuelve el pollo entero sin tripas y sin cabeza con la masa, la salsa y la hoja de plátano. Ya con forma de tamal se amarra con un izote para que no se deshaga. Ya envuelto el bolim, se mete en una olla  con agua para que se cueza durante tres horas. De la manera en que ritualizan el bolim se abarcará más adelante.

1 Sr. José Atanacio, músico ejecutante del “Tsacam Son”, en entrevista realizada por este investigador el día 19 de marzo de 2013 en el Barrio El Aguacate.

2La denominación del instrumento como rabel proviene seguramente de la transformación del término  árabe rabâbo rebâb que significa resonar. En castellano se lo denominó arrabé o rabé. En escritos del siglo XIII el instrumento aparecía traducido al latín con el nombre de rebeca y rebecum. La clasificación de los instrumentos musicales de Kurt Sachs y Hornbostel, coloca el rabel en la familia de los laudes. El rabel medieval surgido en Europa seguramente fue tocado con arco desde los inicios dado que en el momento de su aparición los instrumentos de los cuales deriva ya se ejecutaban de este modo. Véase Sánchez (2004).

3 Guy Stresser Péan describe a las plumas pegadas a las sonajas huastecas como representación de garras de aves rapaces. Véase Stresser (2008).

4 Entre los totonacos también existe la utilización de estos colores, que representan los cuatro truenos principales, encargados de los cuatro puntos cardinales o de cada uno de los cuadrantes del cielo. El trueno rojo al Este, el trueno amarillo al Norte, el trueno azul al Oeste y el trueno verde al Sur. Estos colores podrían tener relación entre teenek y totonacos. Véase Sánchez (1990).

5 González del Ángel describe dentro de las características de diseño del arpa con una cabeza de gato montés y del rabel con una cabeza de cotorra en la voluta. Véase Gónzález del Ángel (2000).

6 Antaño, las mujeres vestían durante los quehaceres domésticos una simple falda negra, y llevaban el torso desnudo. Enrollaban su cabellera en torno a un rodete hecho de estambre, de listones o de materias vegetales. El traje de fiesta incluía una falda blanca, bordada o no, así como un quechquemitl para cubrir el pecho. Según parece, los adornos conferían al traje un simbolismo cosmológico, ya que la mujer que lo lucía era la imagen del mismo mundo (Stresser, 2008:128).

7 En la comunidad del Aguacate, en el municipio de Aquismón, las mujeres llaman a este mismo bordado in belil an dhanits, “camino de la hormiga” (Rocha, 2010:10).

8 Según los pobladores de El Aguacate, el maíz se siembra en mayo y junio para cosecharlo en los meses de septiembre y octubre. El tiempo de maduración del maíz es de aproximadamente cinco meses, siendo el maíz blanco el que emplea mayor tiempo en la maduración.

9 Llamado bolim entre los tének y patlach entre los nahuas de San Luis Potosí, este tamal el protagonista en el caso de los tlahpalolli o visitas en los cerros sagrados para pedir por la salud de algún enfermo, y se lleva al cementerio durante Xantolo (día de muertos) para convivir con los muertitos. También se prepara en rituales agrícolas como cuando se siembra la milpa, y se usa en otros rituales diversos, como por ejemplo cuando se organiza una celebración para propiciar el trabajo en la construcción de una casa o carretera (Hooft, 2011:13).