LA DESFOCALIZACIÓN DEL CENTRO DEÍCTICO A TRAVÉS DE LA SEGUNDA PERSONA DEL SINGULAR

LA DESFOCALIZACIÓN DEL CENTRO DEÍCTICO A TRAVÉS DE LA SEGUNDA PERSONA DEL SINGULAR

Hyagna Cabello Peña (CV)
Hermes Infante Miguel
(CV)
Universidad de Oriente

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CONCLUSIONES

El estudio de la desfocalización del centro deíctico personal a través del indefinido uno, el genérico se y la segunda persona del singular nos permitió  comprobar, en primer lugar, su utilización en la ciudad de Puerto Padre, así como contrastar los tres usos en situaciones contextuales homogéneas y demostrar la preferencia de empleo de la segunda persona del singular.
Se apreció una alta frecuencia de uso de la segunda persona del singular desfocalizadora, sobre todo en los hombres (con una mínima diferencia con respecto a las mujeres), en el tercer grupo etario y en el nivel bajo, lo cual demuestra que en la frecuencia de aparición de dicho uso lingüístico no inciden las variables extralingüísticas, sino las características contextuales que forman parte del condicionamiento situacional idóneo para la desfocalización.
Todos los informantes emplearon la forma de confianza tanto para el uso referencial como para la expresión desfocalizadora (sólo 3 personas alternan en el empleo indefinido). Esto indica la correspondencia existente entre la forma de tratamiento asumida por el hablante y su expresión desfocalizadora en un marco no referencial.
En los tres casos de alternancia dentro del uso no referencial, la forma de respeto usted irrumpe después de haberse empleado la informal. Dicha aparición viene acompañada de una entonación especial, una enfatización, que responden a la intención del hablante de subrayar lo enunciado, de forma tal que se dota de mayor verosimilitud el planteamiento, impregnándose así más fuerza a la aserción.
Se advierte una tendencia a alternar dentro de un mismo enunciado la expresión y omisión del pronombre personal sujeto desfocalizador, pero de manera general existe una preferencia por la omisión.
En cuanto a las otras marcas pronominales, se observa una preponderancia del complementario te- en ambos sexos, en todos los grupos etarios y niveles de instrucción. Le siguen en el orden porcentual el pronombre posesivo y luego ti y contigo – no fueron utilizados por todos los entrevistados – con una distancia numérica considerable.
Se advierte la primacía del copretérito de indicativo – debido a la  cantidad de temáticas relativas al pasado –, aunque la variación temporal de las formas verbales abarca los tres modos y un gran número de tiempos, todos en contextos de evidente lectura desfocalizadora. En este sentido influyó el nivel de instrucción, pues los representantes de los niveles medio y superior, gracias a su mayor competencia lingüística, fueron los que mayores posibilidades combinatorias presentaron.
Según la clase semántica, se observa una preferencia por el verbo ir – conjugado en distintos modos y tiempos -  debido a su dinamismo, además de ser la forma verbal auxiliar de la perífrasis de futuro, que tuvo gran utilización. Otros verbos de reiterada aparición son los modales poder y querer, como los más propiciadores de la lectura indefinida; tener, empleado como auxiliar en las perífrasis obligativas y como verbo dinámico; y ver, por estar relacionado con la vista como órgano sensorial, lo cual permite involucrar más al interlocutor en la situación enunciada.
El uso desfocalizador de la segunda persona del singular no puede ser percibido en la oración, sino en el enunciado, pues para que la lectura indefinida sea perceptible debe tenerse en cuenta su contexto (lingüístico y extralingüístico) de aparición.
En este uso lingüístico intervienen las relaciones sociales que se establecen entre los enunciadores: tonalidad predicativa y tonalidad intencional. La primera se advierte en la manera como el locutor se asume en términos de enunciador, en una voz pedagoga y de autoridad (se complementa con la búsqueda de un aliado). La tonalidad intencional no sólo se manifiesta en la búsqueda de apoyo, de entendimiento y en el propósito del hablante de demostrar su certidumbre de que lo que dice corresponde a un estado de cosas real; en ocasiones, el emisor se propone convencer a su oyente, lo cual ocurre en el marco de un acto argumentativo dentro de la aserción.
Dentro de las características contextuales que integran el condicionamiento situacional, resulta relevante el grado de conocimiento del tema. Mientras mayor conocimiento posea el hablante y más experiencias vividas tenga sobre la temática abordada, mayores serán su desenvolvimiento expresivo y la fuerza de la aserción. Por ende, habrá mayores posibilidades de desfocalización.
Aunque el condicionamiento situacional es importante para la ocurrencia de la desfocalización a través de uno, se, y la segunda persona del singular, resulta prescindible cuando el enunciado se produce espontáneamente como producto de una reacción psicológica del hablante ante un hecho determinado, lo cual puede ocurrir incluso sin la presencia de un interlocutor. Por consiguiente, la segunda persona del singular desfocalizadora puede ser empleada fuera de la interacción verbal, aunque siempre dentro de una dimensión dialógica.
Se advierten además dos grados de desfocalización de la segunda persona del singular: media y absoluta. La primera ocurre en aquellos actos asertivos donde se explican procesos y en los cuales se responde a una pregunta directa hecha por el interlocutor; en este caso no existe una desfocalización total, pues aun cuando resulta posible la lectura indefinida, la identidad del oyente no llega a desdibujarse completamente. La desfocalización absoluta, en cambio, implica la despersonalización total de los participantes del coloquio y su aparición está sujeta a la espontaneidad con que se produce el enunciado y a la subjetividad del hablante.
La segunda persona del singular desfocalizadora absoluta puede emplearse con distintos referentes deícticos: referencias a la tercera y a la primera personas del plural. Con ello apunta a las indefiniciones existencial y totalizadora, respectivamente. Teniendo en cuenta que la desfocalización absoluta en la mayoría de los casos registrados implicó una generalización y que, por tanto, se emparenta con la indefinición genérica o universal, podemos afirmar que la desfocalización del centro deíctico personal a través de la segunda persona del singular puede moverse por las tres direcciones de la indefinición eventual.
Se apreció, de manera general, la preferencia por la expresión de la segunda persona del singular desfocalizadora sobre el indefinido uno y el genérico se, sobre todo en los hombres, el primer grupo etario y en el nivel medio, y una conciencia lingüística de su uso. En esto último inciden las variables extralingüísticas pues, en casi su totalidad, los informantes que negaron valerse de este uso pertenecen al nivel bajo y al tercer grupo etario. Estas características les impidieron despegarse, subjetivamente, de los cánones lingüísticos.
A pesar de que existe una preferencia por la segunda persona del singular desfocalizadora, no hay conciencia lingüística de la misma. Sin embargo, los hablantes reconocen la preferencia ajena, lo cual apunta a la preponderancia real de este uso lingüístico con respecto a las variables dependientes restantes.
Sobre esta base se dio respuesta al problema científico. Esto fue posible con la confirmación de la Hipótesis de trabajo, a partir de la explicación del porqué de la falta de conciencia de la preferencia de empleo de la segunda persona del singular como desfocalizadora del centro deíctico.
Las razones que justifican la inexistencia de conciencia lingüística con respecto a dicha preferencia están relacionadas, fundamentalmente, con el desconocimiento, por parte de los usuarios de la lengua, de las características del uso. Este factor se manifiesta a través del desconocimiento del uso en toda su magnitud, o sea, de las posibilidades referenciales y de indefinición eventual que ofrece, así como de las situaciones específicas en que se produce dentro de la aserción; y del desconocimiento de las dimensiones que ha tomado en el comportamiento lingüístico de cada uno, lo cual se aprecia en el hecho de que los hablantes no están conscientes de la alta frecuencia con que lo utilizan ni de las variadas situaciones comunicativas en que lo emplean.
Resultan incidentes, además, la falta de conciencia lingüística de algunos informantes; el prestigio del indefinido uno y el genérico se con respecto a la segunda persona del singular desfocalizadora y la inseguridad lingüística existente en cuanto al uso, en lo cual influye la actitud negativa hacia el mismo. Dicha actitud estuvo dirigida a la informalidad que representa la forma de confianza (tú); a la consideración “agramatical” de la segunda persona del singular con valor indefinido; y a la desfocalización propiamente dicha, pues implica indefinición.
Debido a esta actitud, los hablantes reconocen la preferencia ajena como un “problema” de los demás, salvaguardando así su imagen. De esta manera, la segunda persona del singular desfocalizadora queda catalogada – de acuerdo con la creencia y subjetividad de los hablantes – como una forma no prestigiosa, lo cual conduce a la no revelación de su preferencia.
Con esta investigación ofrecemos una aproximación pragmática y sociolingüística al habla coloquial de la ciudad de Puerto Padre, la cual se toma como centro para la profundización de un uso lingüístico propio de cualquier usuario de nuestra lengua en toda su diversidad diacrónica, diatópico y diafásica. Los aportes alcanzados pueden resumirse en:

  • La descripción gramatical del uso de la segunda persona del singular como desfocalizadora del centro deíctico personal en la ciudad de Puerto Padre y la explicación pragmática del mismo a partir de la teoría de la enunciación.
  • Las observaciones concernientes a la relatividad de la necesidad de un condicionamiento situacional para la aparición del uso lingüístico.
  • La distinción de dos grados de desfocalización a través de la segunda persona del singular, de las posibilidades referenciales que puede ofrecer, y de la relación que guarda con la  indefinición eventual.
  • La demostración de la existencia de preferencia de uso por la segunda persona del singular como desfocalizadora del centro deíctico en la ciudad de Puerto Padre.
  • La determinación de la existencia de una conciencia lingüística del uso de la segunda persona del singular como desfocalizadora.
  • La explicación de las razones por las cuales no existe conciencia lingüística de la preferencia por este uso lingüístico.

Los elementos anteriormente mencionados demuestran la novedad y actualidad del tema de esta tesis, el cual aún presenta áreas abiertas a futuras investigaciones.