EL PROFESORADO UNIVERSITARIO. RUPTURAS Y CONTINUIDADES

EL PROFESORADO UNIVERSITARIO. RUPTURAS Y CONTINUIDADES

Lourdes C. Pacheco Ladrón de Guevara
Ma. del Refugio Navarro Hernández
Arturo Murillo Beltrán
Coordinadores

Universidad Autónoma de Nayarit

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Calidad  como  responsabilidad social en los procesos de formación de investigadores educativos

 

Martha Alicia González Bueno1
Antonio Saldaña Salazar2


Resumen
Uno de los elementos claves para reinsertarse favorablemente en una economía mundial abierta radica en el mejoramiento sustancial de la calidad la cual  implica conocimiento, tecnología, manejo de información, destrezas; significa elevar la calidad de los sistemas educativos y la preparación de los recursos humanos de alto nivel siendo fundamental la formación de investigadores capaces de generar nuevo conocimiento y transformar su realidad es decir incorporar el progreso técnico a la actividad productiva y de los servicios. El concepto de calidad en la educación superior puede analizarse de múltiples y variadas formas. Se constituye en el elemento central del proceso de gestión universitaria de estos tiempos. Debe contemplar: la formación del profesional, la educación posgraduada, la investigación científica y tecnológica, así como la extensión universitaria. Por otra parte no pueden dejar de considerarse en este proceso, la evaluación y acreditación institucionales. Es necesaria la conciliación de los componentes teórico-cognoscitivos y práctico-profesional con la formación de valores, en el ámbito de la pedagogía contemporánea, se privilegia el aprendizaje participativo, las técnicas de trabajo en grupos, y los procedimientos lúdicos de formación activa: aprender haciendo, resolviendo problemas profesionales, preparando al hombre para la vida. El documento  propone que la universidad tiene que redimensionarse desde un nuevo posicionamiento, que vincule su accionar interno (el diseño y organización curricular, sistema de evaluación, desarrollo profesoral, sistema de ingresos, entre otros), con su accionar externo, es decir se deben de diseñar estrategias que den soporte desde la administración central a los procesos  de mejora continua que  han realizado algunos docentes, mediante sus procesos de formación dentro de la  investigación educativa en su mayoría mediante la obtención del grado académico de Doctor, el cual se traduce en un mayor  compromiso, tanto institucional como con la sociedad, materializado en la integración con los servicios, la participación activa  tanto en la identificación de los problemas de la comunidad como en la solución de los mismos.
Introducción
Uno de los elementos claves para reinsertarse favorablemente en una economía mundial abierta radica en el mejoramiento sustancial de la calidad la cual  implica conocimiento, tecnología, manejo de información, destrezas; significa elevar la calidad de los sistemas educativos y la preparación de los recursos humanos de alto nivel siendo fundamental la formación de investigadores capaces de generar nuevo conocimiento y transformar su realidad es decir incorporar el progreso técnico a la actividad productiva y de los servicios. Hoy en día, como lo advierten los analistas, no sólo compiten los aparatos económicos sino también las condiciones sociales, los sistemas educativos y las políticas de desarrollo científico y tecnológico. En realidad es la sociedad en su conjunto, el país mismo, quien compite y no sólo el sector educativo
Pero la ciencia no nace por generación espontánea. Sus raíces se hunden en la existencia de un sistema educativo de alta calidad, cuyos métodos didácticos activos estimulen la innovación, la creatividad y el espíritu de indagación en todos aquellos sujetos que de una manera  u otra se encuentran vinculados a los procesos de formación y transformación, diseñando políticas de calidad que permitan delinear nuevos escenarios a partir del desarrollo de competencias que logren reposicionarnos  siendo capaces de hacerle frente a los nuevos retos. Por lo tanto se hace necesario fomentar los procesos de formación de investigadores educativos.
 Desarrollo

La calidad de la educación precisa de tres procesos: el desarrollo de una gestión académica eficaz y eficiente; la capacidad de autoevaluar permanentemente la calidad de la enseñanza impartida; se requiere del intercambio y la cooperación entre las universidades, tanto nacional como internacionalmente.
La calidad no debe ser planteada solamente en términos cognoscitivos, sino que debe medirse también en términos de respuestas a las necesidades de la sociedad en las que están inmersas las instituciones. La calidad no es sólo una resultante que se da bajo determinadas circunstancias, sino que debe considerarse válidamente, también, como un grado de desarrollo del proceso universitario.
El concepto de calidad en la educación superior puede analizarse de múltiples y variadas formas. Se constituye en el elemento central del proceso de gestión universitaria de estos tiempos. Debe contemplar: la formación del profesional, la educación posgraduada, la investigación científica y tecnológica, así como la extensión universitaria. Por otra parte no pueden dejar de considerarse en este proceso, la evaluación y acreditación institucionales. Es necesaria la conciliación de los componentes teórico-cognoscitivos y práctico-profesional con la formación de valores, en el ámbito de la pedagogía contemporánea, se privilegia el aprendizaje participativo, las técnicas de trabajo en grupos, así como los procedimientos lúdicos de formación activa: aprender haciendo, resolviendo problemas profesionales, preparando al hombre para la vida.
De ahí la importancia del  trabajo de R. Collins publicado en 1979, donde destaca que “la principal función de la escuela no es transmitir conocimientos o un ethos de progreso, lo que permitiría la extensión de la meritocracia, sino desarrollar una cultura del estatus, un conjunto de hábitos certificados permitiendo a la clase dirigente seleccionar individuos, de acuerdo con sus exigencias funcionales” (Dubet y Martuccelli, 2000).
Se deben hacer esfuerzos conjugados para evitar que se imponga la calidad como expediente retórico sin consideración alguna sobre su fundamentación real. Si a ésta se le define en términos de una labor educativa, debe consecuentemente cumplirse en  dos instancias, la de la enseñanza, de jerarquía profesoral, sustentada en su proceso de formación en la investigación, a través del cual el docente orienta y reorienta el desarrollo intelectual del educando y, la otra, la del aprendizaje, de categorización estudiantil, que facilita la motivación del joven y hace que éste crezca y se desarrolle personal y socialmente, mediante actitudes, destrezas, valores y conocimientos que lo conviertan en un ciudadano educado, útil y solidario.
El proceso educativo del educando como sujeto se asienta en momentos claves de su desarrollo expresados por el "aprender a aprender", "aprender a ser", "aprender a actuar y a hacer", "aprender a convivir", "aprender a cooperar y ser solidario", "aprender a emprender", etc. La calidad de la educación es en último término, el propio sujeto educativo, es la propia persona, es el propio ser humano con sus capacidades, convicciones, sentimientos y potencialidades desplegadas en razón de su vida y responsabilidades personales y sociales.
PARTE 2

Sustentación teórica y/o epistemológica de los planteamientos que se ponen en la mesa de discusión y que servirán de base para la elaboración de recomendaciones en la Parte 3.
La UNESCO (2005), en su Informe Mundial titulado Hacia las sociedades del conocimiento, refiere que el acceso a la educación y la calidad de ésta son necesidades y derechos interdependientes e inseparables; la educación debe preparar a los educandos para afrontar los desafíos del siglo XXI, fomentando en particular el desarrollo de la creatividad, de los valores de ciudadanía y democracia, y de las competencias imprescindibles para la vida diaria y profesional; así mismo, la inversión en educación debe apuntar a la mejora de los contextos.
"Las tendencias derivadas de recientes estudios como los del Programa PISA sugieren centrarse, de manera prioritaria en levantar el piso de calidad de las escuelas con mal desempeño, sin que ello signifique abandonar a las escuelas con más alto rendimiento, sino más bien aprovecharlas para apoyar a las primeras". (Hugo Díaz, 2006).
En este aspecto del acceso, la equidad y la igualdad de género, la UNESCO en la Conferencia Internacional de Educación en Ginebra (2004), enfatiza en los siguientes aspectos:
 La definición de una educación de calidad desde una perspectiva de los derechos humanos incluye una revisión sistemática de los factores que facilitan u obstaculizan los derechos de diversos grupos. La mejor manera de hacerlo es concentrándose en el estudiante como alguien con derecho a la educación, y revisando los factores relativos al acceso, a la asistencia, a la finalización de la escolarización y al logro de aprendizajes relevantes por parte de diferentes grupos de estudiantes.
Sin embargo existen características del ser humano que lo condicionan según La conclusión de Bernstein en relación de aquellas personas con código restringido tienen mayor dificultad para abordar las exigencias en la educación que aquellos que tienen un código elaborado, explicando así por qué quienes proceden de los sectores sociales más bajos tienen mayor dificultad de llevar una carrera educativa formal que aquellos de los sectores medios y altos (Giddens, 1992).
En este sentido se hace necesario definir el funcionamiento de la vida social. Según lo expresan Bustelo y Minujin, el aspecto social de este esquema se basa en una trilogía muy simple: crecer – educar – focalizar. El primer elemento que es crecer, constituye la base fundamental de la trilogía, ya que garantiza la acumulación, que a su vez habilita el financiamiento de la inversión social. La educación, desde esta perspectiva, es el elemento por el cual se produce movilidad social ascendente y corrige las desigualdades en la distribución de la riqueza y el ingreso. A mediano plazo, el crecer lleva a una filtración que en teoría tiene un efecto social positivo.
Equidad educativa y desigualdad social lleva a la inclusión de la mayoría de la población. El focalizar se refiere a dirigir el gasto público hacia los sectores más pobres, y eliminar a los sectores medios todo subsidio público directo o indirecto, de modo que puedan incorporarse directamente al mercado. De este modo, los servicios públicos universales –tales como la salud, la educación y los sistemas
de seguridad social– son ahora volcados al mercado, permitiendo una mercantilización de la política social (Bustelo y Minujin, 1998).

En el contexto específico de la universidad se han identificado tres desafíos como los más importantes: viabilidad, equidad y excelencia. La viabilidad es el conjunto de los procesos económicos (gerenciales) que inciden directamente en la posibilidad de asumir plenamente las funciones y responsabilidades universitarias; es decir la posibilidad de controlar la complejidad de los procesos implicados en la vida universitaria, sobre la base de las propias políticas y planes de desarrollo. La equidad no es más que la posibilidad que deben tener todos los sectores de la población a acceder a la universidad, aunque siempre en correspondencia con sus capacidades y posibilidades reales, destacando que la educación es una de las pocas variables de intervención política que impacta simultáneamente sobre la competitividad económica, la equidad social y el desempeño ciudadano (Tedesco, 2000).

La educación reproduce y construye valores, conocimientos, habilidades profesionales y cultura, dando a la sociedad una dimensión histórica en correspondencia con la sociedad en que se desarrolla, no se puede pensar en calidad de la educación superior como un fin en sí, disociado de la inserción concreta de la institución universitaria en un determinado contexto social. Esa vinculación necesaria entre calidad y pertinencia es uno de los presupuestos fundamentales para el abordaje de esta temática, cuyo instrumento de afiliación para ambas dimensiones debe ser un proceso de evaluación institucional, orientado hacia un triple objetivo: mejorar la calidad de la educación superior, mejorar la gestión universitaria y rendir cuentas a la sociedad. Será pertinente si responde adecuada y creativamente a todos estos retos.

Tomando en cuenta que educar a los desposeídos de capital cultural (…) es una labor de tal magnitud y dificultad, que incluso los países más ricos, como Estados Unidos y Gran Bretaña, aún no logran llevarla adelante con éxito” (Brunner, 2004).
 De ahí la importancia del  trabajo de R. Collins publicado en 1979, donde destaca que “la principal función de la escuela no es transmitir conocimientos o un ethos de progreso, lo que permitiría la extensión de la meritocracia, sino desarrollar una cultura del estatus, un conjunto de hábitos certificados permitiendo a la clase dirigente seleccionar individuos, de acuerdo con sus exigencias funcionales” (Dubet y Martuccelli, 2000).

Por otra parte, el desarrollo científico y tecnológico contemporáneo enfrenta a otros desafíos; entre los cuales se tiene:

  • Rapidez en la obsolescencia de los conocimientos: El profesional al egresar de las aulas universitarias tendrá que renovar, durante su vida laboral, más de una vez su arsenal de conocimiento y habilidades.
  • Velocidad en la aparición de nuevos conocimientos y tecnologías:

Es necesario que el profesional haya aprendido a obtener nuevos conocimientos, y sea capaz de generar nuevas tecnologías.

  • Globalización: Por lo que se tiene que compatibilizar la visión local e internacional de los problemas a solucionar y desarrollar las metodologías que correspondan. Para enfrentarlos se requiere de: Información, intercambio y actividad investigativa. Hay que identificar a la investigación como un componente esencial de la calidad en la educación.
  • En consecuencia se hacen indispensables en la Educación Superior profundos cambios cualitativos para el logro de estos objetivos sociales de renovación estructural, flexible, democrática y funcional, fundamentados en:
  • Profundizar significativamente en el mejoramiento de la calidad y pertinencia de la currícula. Vincular su desarrollo al sistema científico y tecnológico y a las estrategias pedagógicas y comunicativas modernas.
  • Avanzar en la modernización de la universidad y mejorar su capacidad de gestión, promoviendo alianzas estratégicas con otras universidades a nivel nacional, regional y mundial.
  • Ampliar y diversificar la oferta educativa para atender un mayor número de usuarios en las modalidades presencial, semipresencial y la educación a distancia o desescolarizada.

Conclusión
La universidad tiene que redimensionarse desde un nuevo posicionamiento, que vincule su accionar interno (el diseño y organización curricular, sistema de evaluación, desarrollo profesoral, sistema de ingresos, entre otros), con su accionar externo, es decir se deben de diseñar estrategias que den soporte desde la administración central a los procesos  de mejora continua que  han realizado algunos docentes, mediante sus procesos de formación dentro de la  investigación educativa  en su mayoría mediante la obtención del grado académico de Doctor, el cual se traduce en un mayor  compromiso, tanto institucional como con la sociedad, materializado en la integración con los servicios, la participación activa  tanto en la identificación de los problemas de la comunidad como en la solución de los mismos.
Se propone, en primer orden del compromiso y la decisión de la administración central y sus dirigentes, así como una alta motivación y concientización de los objetivos comunes a alcanzar. En segundo lugar, es necesaria la creación de espacios comunes de interacción intra y extramuro, estudio-trabajo, que en este caso se materializan en la educación en el trabajo, eje y fundamento de todos los procesos educacionales. La calidad de los procesos educacionales posee cuatro dimensiones esenciales, estrechamente interrelacionados, que son:

  • Dimensión técnico-profesional, que se basa en la competencia y el desempeño profesional del profesorado
  • Dimensión interpersonal, fundamentada en la comunicación e interrelaciones de los integrantes del equipo básico de trabajo, que es la célula organizacional del servicio, que desarrolla y ejecuta las diferentes acciones, y que son la base del enfoque multiprofesional e interdisciplinario.
  • Dimensión ambiental, que comprende las facilidades, los recursos materiales y los aspectos gerenciales con que cuenta el servicio para desarrollar los procesos docentes, atencionales e investigativos.
  • Dimensión social, que comprende la interacción del grupo básico de trabajo con la población

. La calidad como responsabilidad social requiere del diálogo, la concertación y la negociación entre todos los factores comprometidos con la población y debe ser la universidad la institución catalizadora y promotora del proceso.
En consecuencia, y tal como lo señala Robert Castel, para entender la crisis  en la calidad educativa  que se extiende en todos los que participamos en la educación es fundamental dar cuenta de las nuevas formas de articulación en el mundo de  trabajo, y el final de la “sociedad asalariada” (Castel, 1997).
Concluyendo que la sociedad contemporánea requiere de cambios cualitativos en el sistema de educación, a fin de incrementar la satisfacción de las necesidades de la población y de la comunidad, mediante el empleo óptimo de los recursos humanos y materiales existentes. Ello plantea la necesidad de promover la formación de un nuevo profesional y especialista. Este nuevo profesional estará orientado a diseñar políticas que orienten la formación de investigadores educativos enfocados a los siguientes aspectos:

  • Promover saludables estilos de vida, al desarrollar sus habilidades comunicativas con los individuos y los grupos sociales.
  • Considerar en su accionar las necesidades y las expectativas de los individuos y la comunidad.
  • Brindar atención de calidad dirigida a satisfacer las necesidades del individuo, la familia y la comunidad.
  • Desarrollar nuevas prácticas que posibiliten su trabajo en equipos multiprofesionales y multidisciplinarios y asumir las tareas de gestión que le corresponden.
  • Garantizar la relación costo-efecto, al tomar decisiones que aseguren el empleo óptimo de los recursos y considerar las implicaciones éticas en beneficio del alumno.
  • Mejorar la preparación del personal docente.
  • Innovar en la enseñanza, la organización y el contenido de los programas de estudio y de los métodos de evaluación del desempeño de los estudiantes.
  • Aumentar la calidad de los establecimientos educacionales.
  • Perfeccionar los exámenes y los procedimientos de selección e ingreso.
  • Establecer sistemas de acreditación y de evaluación del desempeño profesional.
  • Aumentar la productividad y la calidad de la superación posgraduada.

 
Bibliografía
Bustelo, E. y Minujin, A., 1998. Todos entran. Propuesta para sociedades incluyentes.
Bustelo, Eduardo, 2000. De otra manera. Ensayos sobre Política Socialy Equidad. Santa Fe, Homo Sapiens ediciones.
Brunner, J. 2004. ¿Calidad o desigualdad?  Una mirada desde la perspectiva social.
Boelen C. 1994.  Los docentes de "primera línea" del futuro. Gestion Mundial.
Boelen C. 1992.  High education reforms: the need for global action.
Banco Mundial. La enseñanza superior. Las lecciones derivadas de la experiencia. Washington DC:Banco Mundial, 1995:1-16.
Castel, Robert, 1997. La metamorfosis de la cuestión social. Editorial Paidos
Dubet, F. y Martucelli, D., 2000. En la escuela. , Editorial Losada.
European Group of Research on Equity of the Educational Systems (2003).Equity of the European Educational Systems.A set of indicators.Bélgica, Universidad de Liège.
Guiddens, A. 1992. Sociología. España, Ed. Alianza.
Tedesco, Juan Carlos, 2000. Educar en la sociedad del conocimiento. Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica.
Kent R. Evaluación y acreditación en la educación superior latinoamericana.  Razones, logros, desafíos y propuestas. Documento de trabajo comisión 2. Conferencia regional sobre políticas y estrategias para la transformación de la educación superior en América Latina y el Caribe.:CRESALC, UNESCO, MES, 1996.
Kane MT.1992.The assesment of professional competence.

1 Docente Investigadora de la Unidad Académica de Turismo UAN

2 Docente Investigador de la Unidad Académica de Turismo UAN