EL SECTOR COOPERATIVO EN EL MERCOSUR DURANTE LA PRIMERA DÉCADA DEL SIGLO XXI

EL SECTOR COOPERATIVO EN EL MERCOSUR DURANTE LA PRIMERA DÉCADA DEL SIGLO XXI

Sandra Colombo (CV)
Paula Oxoby


3.2. Medidas de fomento para el  sector cooperativo

En relación al tratamiento impositivo, las cooperativas gozan de las exenciones tributarias de conformidad al Art. 113 de la Ley 438/94, en observancia a:
a) Todo impuesto que grave su constitución, reconocimiento y registro, incluyendo los actos de transferencia de bienes en concepto de capital;
b) El impuesto a los Actos y Documentos que graven los actos de los socios con su cooperativa;
c) El impuesto al Valor Agregado que grave los actos de los socios con su cooperativa, con exclusión de las adquisiciones y enajenaciones realizadas por la cooperativa con terceros;
d) El impuesto a la renta sobre los excedentes de las entidades cooperativas.
e) Aranceles aduaneros, adicionales y recargos por la importación de bienes de capital destinados al cumplimiento del objeto social, los que no podrán ser transferidos sino después de cinco años de ingresados al país (INCOOP, 2005:13).
Por su parte, la asistencia técnica de agencias estatales al sector cooperativo no es muy relevante. El país no tiene políticas de asistencia que prioricen este tipo de acciones a las cooperativas (INCOOP, 2005:15).
De hecho, Portillo y Borgado (2007:126) afirman que las políticas públicas de fomento al cooperativismo “se limitan a determinadas exenciones tributarias y a un sistema de supervisión autónomo por parte del Instituto Nacional de Cooperativismo”. Lo antedicho se debe -entre otras razones- a que si bien originalmente este Instituto tenía como una de sus funciones principales “el fomento del cooperativismo y la asistencia técnica para la constitución de este tipo de entidades”, a partir de la entrada en vigencia de la Ley 2157, el rol fundamental del Instituto fue el de ser “órgano de control y supervisión del sector,” con lo que esta función queda, definitivamente apartada del ámbito del Banco Central del Paraguay (Portillo y Borgado, 2007: 126).
En relación a la educación en temas cooperativos, se han implementado algunos programas en escuelas públicas de educación escolar básica. Estos programas se basan principalmente en la organización de cooperativas entre los escolares, y en la transmisión de los valores de la cooperación, la solidaridad y el trabajo en equipo como vía para el mejoramiento de las condiciones de vida en forma autogestionada.
Sin embargo, no existen políticas públicas estructuradas para canalizar recursos a actividades de educación y capacitación en materias cooperativas o para la implementación de este tipo de actividades por las cooperativas mismas.
El movimiento cooperativo, por su parte se ha demostrado proactivo en este ámbito, ya que en consonancia con la ley 438/94 ha reservado una parte de su excedente para el impulso de actividades educativas. Este es el caso de algunas cooperativas de producción, que cuentan con sus propios institutos de formación técnica a nivel medio, llenando de esta manera un gran vacío en cuanto a la capacitación de los recursos laborales (Portillo y Borgado, 2007: 126).
Por último, no existen condiciones especiales de acceso a créditos a largo plazo para las cooperativas paraguayas, ya que las leyes y entidades financieras no las diferencian con respecto a empresas de otro tipo  (Portillo y Borgado, 2007:). En consecuencia, se presenta para las cooperativas un escenario que varía de acuerdo a su nivel de posicionamiento y consolidación en cuanto la posibilidad de obtener acceso a líneas de crédito. Así, las más establecidas cuentan con más ventajas que las pequeñas, restringiendo de esta manera su crecimiento. Las características propias del régimen general de créditos que otorga montos muy pequeños, erige a las cooperativas de ahorro y crédito en uno de los principales canales de financiamiento de las micro y medianas empresas (Portillo y Borgado, 2007).
A su vez, en cuanto a la participación de las cooperativas en la formulación de políticas públicas, Portillo y Borgado (2007) concluyen que la presencia del sector cooperativo se ha fortalecido en los últimos años, siendo la Confederación Paraguaya de Cooperativas (CONPACOOP) un referente fundamental. Entre los logros más importantes, el INCOOP destaca: 1) La defensa de las exenciones tributarias; 2) La exclusión de las cooperativas del ámbito de supervisión y control de la Superintendencia de Bancos del Banco Central del Paraguay; y 3) La  conformación del Consejo Directivo del Instituto Nacional de Cooperativismo, en la que 4 de sus 5 miembros provienen del sector (Portillo y Borgado, 2007:127).