 
	
	Liz Ileana Rodríguez Gámez
Resumen: Este artículo es una aplicación de la regresión geográfica ponderada (GWR) y la econometría espacial para investigar sí el CBD continua atrayendo actividades económicas y cómo influye éste en su organización espacial. La distribución espacial del empleo total, así como para cada sector económico se analizó para el caso de Hermosillo, Sonora; estimándose funciones de densidad de empleo global y local para las 364 zonas urbanas de la ciudad en 2004 y 254 áreas en el año 1999, los cuales resultaron estadísticamente significativos indicando que la distancia al tradicional centro de negocios (CBD por sus siglas en inglés) gobierna la distribución del empleo. Multiplicadores de Lagrange (LM) se calcularon para determinar la forma de la dependencia espacial entre las observaciones, siendo el modelo de error espacial (SEM) el más adecuado, el cual se estimó utilizando el enfoque de máxima verosimilitud (Max Log-like) para la estimación de parámetros globales y, añadiendo el enfoque GWR, para la estimación de parámetros locales. Ambas estimaciones globales y locales confirman la “atractividad” del CBD y la caída en la densidad de empleo cuando uno se aleja del CBD, pero los parámetros globales enmascaran patrones geográficos y efectos repelentes que los estimadores locales ayudaron a descubrir.
Introducción 
  El modelado  de la densidad de empleo ha sido un tema popular en el campo de la economía urbana,  pero
  recientemente los estudios sobre el tema han aportado  interesantes contribuciones. De acuerdo con Griffith  y Wong (2007), tres cambios  conceptuales importantes han ocurrido desde el trabajo pionero de Clark (1951).  El primer cambio se centra en cómo se ha modelado de la densidad urbana  derivando para ello la mejor ecuación matemática (ver McDonald, 1989). El  segundo cambio es la re-conceptualización de la ciudad mono-céntrica a  poli-céntrica (ver Griffith, 1981; Griffith y Wong, 2007). El tercer cambio  ofrece una especificación de un modelo más complejo, considerando la presencia  de la autocorrelación espacial y la regresión  lineal ponderada (ver Páez et al, 2001; McMillen, 2001, 2004; McMillen  y Smith, 2003;  Guillain et al, 2006; Griffith y  Wong 2007; y Guillain Le Gallo, 2009). Estos estudios incorporan en su enfoque  el uso de métodos no paramétricos que ofrecen ventajas significativas sobre los simples procedimientos de  regresión lineal.
  Por ello la combinación de ambos efectos,  los espaciales y la regresión lineal ponderada, tiene  la ventaja de estudiar la relación entre la densidad  de empleo y la distancia  para cada lugar en específico; es decir, sí el empleo  cae uniformemente en todas las direcciones  cuando nos movemos del centro de la ciudad  a la  periferia. Existen pocas aplicaciones de este método que se han centrado  sobre todo en las grandes  áreas metropolitanas en los EE.UU. (véase, por ejemplo  McMillen, 2004; McMillen  y Lester, 2003) y en Europa  (véase por ejemplo  Guillain y Le Gallo,  2009 para Ile-de-France). La única aplicación para una ciudad  de tamaño medio  o pequeña es McMillen  (2001), que se centra en Milwaukee, WI.
El problema 
  Con frecuencia los datos espaciales exhiben patrones complejos  que son difíciles de capturar, representar, 
  y que no se puede explicar  con las estadísticas “globales” (Getis,  2007, Lloyd, 2007; Griffith,  2000; Anselin y Bera, 1998). Por ello, en los últimos años se  ha  visto un aumento en el uso de modelos de regresión ponderados por algún criterio geográfico (GWR por sus siglas en inglés) para integrar y analizar los efectos espaciales desde un  punto de vista “local”, como lo propuso  Brunsdon et al., (1996). Este método es útil para demostrar cómo un  fenómeno varía notablemente de un lugar a otro y cómo  las estimaciones globales pueden ocultar esta variación espacial. Sin embargo,  para resolver el problema de la presencia de la heterogeneidad en los datos espaciales, lo que implica  una mala especificación de la realidad,  Páez et al, (2002a, 2002b) desarrollo un marco general  para incorporar los efectos espaciales en el enfoque del GWR, incluyendo  los componentes de la asociación espacial, tales como: 1) GWR en un modelo con rezago espacial  o autorregresivo (GWR-SAM  por sus siglas en inglés)  y 
  2) GWR en un modelo con autocorrelación espacial en el termino de error (GWR-SEM por sus siglas en inglés).
Ese marco implica  un modelo de “heterogeneidad local” o no estacionalidad en una zona geográfica específica 
  (punto focal o).
  Con base en este enfoque metodológico, los gradientes locales de empleo se pueden calcular con el fin de  comprobar si el CBD mantiene los atributos que tradicionalmente cualquier  centro de empleo posee, es decir,  atraer actividades económicas  e influir en su organización en torno a él, independientemente de si la ciudad es mono-céntrica o está experimentando un  proceso de sub-urbanización. En las áreas metropolitanas de los países  desarrollados, el CBD ha sido capaz de mantener su papel tradicional y su importancia  económica (ver Shearmur y Coffey, 2002; Coffey y Shearmur, 2001,  para ciudades canadienses, o Guillain et al., 2006, para la región  metropolitana de París, Francia).  En otros estudios  (ver McMillen y McDonald,  1998, para el área  metropolitana de Chicago), el crecimiento es compartido entre el CBD y las aglomeraciones suburbanas, mientras que en otros casos, el CBD está perdiendo  terreno frente a las ciudades de borde (ver Lang, 2003, en su estudio sobre la  dispersión en 13 áreas metropolitanas de EE.UU.; así como Gordon y Richardson,  1996, para el caso de Los Ángeles).
  En este estudio,  nos centraremos en la influencia del CBD en la configuración de la distribución del empleo en una ciudad de tamaño medio: Hermosillo, México. Teniendo en cuenta un trabajo anterior, sobre la base de la geo-estadística, Rodríguez-Gámez y Dall’erba (2010) señalaron la presencia de ambos tipos  de efectos espaciales en la ciudad: de asociación  espacial y de heterogeneidad espacial en la distribución de la densidad de  empleo en las zonas urbanas  o agebs (área geoestadística  básica). El estudio reveló la conformación de un gran CBD en la  ciudad, así como la aparición de nuevas áreas de alto empleo o sub-centros de  empleo al noroeste y sur del CBD, de acuerdo con los datos más recientes  (1999 y 2004) analizados por los autores.  A pesar de estos resultados es difícil  extraer conclusiones particulares acerca de la influencia del CBD de Hermosillo en la organización de las  actividades económicas dentro de la ciudad. Por lo tanto, se debe de descubrir  sí la influencia del CBD ha sido la  misma para todos los sectores  económicos y cuál ha sido la dirección  de los patrones de distribución de empleo en torno al  CBD.
El enfoque 
Aun cuando  una gran variedad  de modelos han sido desarrollados para caracterizar la densidad urbana 
(véase, por ejemplo  McDonald y Bowman,  1976; McDonald, 1989;  Smith, 1997; Anas, et al, 1998; y Glaeser  y Kahn, 2001, para un revisión de la literatura), los más utilizados es la función  densidad exponencial negativa (véase la ecuación 1) popularizado por Clark (1951), y la función  inversa de la potencia (véase la  ecuación 2) propuesto por Smeed (1963) (Torrens y Alberti, 2000; Chen, 2008).  Ambas funciones se basan en el supuesto  de que la densidad disminuye monótonamente (el cambio es el mismo en  todas direcciones) a una tasa de - g. Estas dos ecuaciones pueden ser descritas  como:
Di = DCBD e− ãui +ei
Di = DCBD u − ã +ei
Donde Di es la densidad de empleo de la observación i (área),  medida como el número de empleados por hectárea, DCBD es una constante de proporcionalidad, γ es el gradiente de densidad, que mide la tasa proporcional a la cual la densidad de  empleo cae con la distancia entre la zona i y el CBD), en la ecuación 1 el DCBD es la constante de la densidad  de empleo en el CBD, que es igual a la densidad  central (ui = 0), sin embargo, no tiene el  mismo significado que en la ecuación 2. El término  de error aleatorio, εi, se supone que sigue las propiedades habituales (iid). Las  distancias se miden en línea recta desde el centro de gravedad del CBD a los centroides de  cada área i. La intersección (DCBD) y el gradiente  de densidad (γ) caracterizan el patrón de la densidad urbana. Algunos autores argumentan que la forma más apropiada es la  función inversa de la potencia, contraria a las prácticas convencionales que se  basan principalmente en la función exponencial negativa (Batty y Kwang, 1992; Torrens y  Alberti, 2000; Chen, 2008).
  Tradicionalmente los estudios de densidad urbana se habían  realizado con técnicas econométricas convencionales, pero recientemente se ha incorporado el enfoque de la regresión  geográficamente ponderada (GWR). Este es un método de regresión localmente  ponderada, lineal y no paramétrico dirigido a capturar, para cada área, la variación espacial de los coeficientes de regresión. Este enfoque funciona mediante la asignación de un peso a cada área en función de su distancia de un lugar geográfico determinado (punto focal). El enfoque se pone en práctica  a través de una función kernel para determinar el tamaño de la ventana  y producir las sub-muestras  de datos; además captura la heterogeneidad local de los errores (Páez et al., 2002a; 2002b). A este enfoque se le 
  agregarán componentes  de asociación espacial para el análisis local y de modelación espacial al mismo  tiempo.
  En el enfoque de la econometría espacial los modelos incorporan  operadores espaciales de retraso a través de una matriz de pesos, cuyo objetivo  es relacionar una variable en un punto en el espacio con otras unidades  espaciales en el sistema (Anselin, 1988). Por ejemplo, un retardo espacial o  modelo autorregresivo (SAM) incorpora una variable  espacialmente dependiente rezagada  (WY) en el lado derecho  del modelo de regresión  (ver ecuación 3), mientras que un modelo de autocorrelación espacial de errores  (SEM) se incorpora a través del término de error (We) como en la ecuación 4.
Y = ñWY+ Xâ + e (3)
Y = Xâ + e (4a)
e = ëWe + m
Donde Y es el vector de la variable dependiente (nx1), X es el vector de variables independientes (nxk), b es el vector de parámetros correspondientes a las variables explicativas K (KX1). El parámetro autorregresivo espacial es r que captura el grado de autocorrelación espacial entre las observaciones, mientras l captar el impacto de los errores (por ejemplo shocks externos) que tienen lugar en las zonas vecinas. W es una matriz de interacción (nxn), definida por algún criterio geográfico (no estocástico y estandarizado por filas). Finalmente e y m son términos de error, espacialmente autocorrelacionados e independiente [m i ~ N (0, W)], en contraste con la homogeneidad de varianza [m i ~ N (0, 2 I)], la estructura de covarianza general viene dado por los elementos de la diagonal (wii) en la matriz W que implica la heterogeneidad de la varianza. Para modelar la heterogeneidad de la varianza del error en la perspectiva local Páez et al., (2002a) propuso una interpretación geográfica concreta a través de GWR y modelar así la heterogeneidad de la localización que puede dar lugar a la variación paramétrica de los estimadores a través del espacio. El sub-índice locacional esta dado por o (o = 1 ... m), que se adopta para indicar que los parámetros son de una ubicación específica (m es el número de modelos locales que se estima). Los elementos de la diagonal de la matriz W o en un punto focal o (ver ecuación 5) está dada por w en la ecuación 6, donde d es la distancia entre un punto central y el área oi (i = 1 ... n). En este caso, la varianza es una función de dos parámetros,  ² y  llama ancho de banda de kernel, cuando  = 0, el modelo se reduce a un supuesto de varianza constante; de hecho, de acuerdo a Páez et al., (2002a, 2002b), las pruebas del multiplicador de Lagrange (LM) para la heterogeneidad local bajo calculadas con modelos de máxima verosimilitud constituyen una prueba de heteroscedasticidad para cada punto focal o.
Por lo tanto, los efectos de localización espacial y la heterogeneidad se pueden considerar al mismo tiempo. El modelo GWR con retardo espacial o estructura autorregresiva, etiquetado como GWR-SAM se describe en la ecuación 7, mientras que un modelo que incorpora GWR una estructura espacial del error, con la etiqueta GWR- SEM se describe en la ecuación 8. El GWR usa una ventana móvil (ponderado por la distancia geográfica en la ecuación 6) para producir sub-muestras de datos en torno a puntos específicos (punto focal o). La prueba LM puede ser fácilmente calculada para la evaluar la heterogeneidad local y comprobar si los parámetros del modelo dependen de la ubicación. La notación para el análisis local de la densidad de empleo se lleva a cabo tomando logaritmos en ambos lados de la ecuación 2 e incorporación los efectos espaciales (ecuaciones 3 y 4) quedando el modelo de la siguiente manera:
n 
      ln  Di    = ño ∑ Woj 
      j=i
ln(Di ) + DCBD − ã o ln(u i ) + e o (7)
ln Di = DCBD − ã o ln(u i ) + e o
e o = ë o ∑ Woj j=1 e j + m o
Donde  y l son parámetros espaciales o en cada punto de contacto y las áreas de la muestra (i = 1 ... j el número de observaciones para cada regresión) de acuerdo con el ancho de banda de kernel. Los términos de error y  en GWR-SAM y GWR SEM, respectivamente, tienen una estructura de varianza como en la ecuación 6. Tenga en cuenta que la matriz de distancias en el modelo de varianza-covarianza de los términos de error  y  es también una tabla de pesos pero obedece a un criterio diferente: esta es una matriz de pesos (mxn) de m distancias focales a n puntos de observación (ver ecuación 6). Al mismo tiempo, se necesita la especificación de una matriz geográficamente ponderada para modelar la dependencia espacial (véanse las ecuaciones 3 y 4); esta es una matriz de pesos (nxn) donde la interacción de la dependencia espacial del modelo se determina exógenamente y se define sobre la base de la configuración geográfica.
Datos y matriz de  pesos 
Los datos  para el estudio  provienen de los Censos Económicos publicados por el Instituto Nacional  de 
Estadística Geografía e Informática (INEGI).  La última información disponible, a nivel de ageb urbano, es de 
1999 y 2004. En ella se informa  cuántos y dónde trabajan los empleados en base a la información de cada empresa 
(INEGI, 2007). Esta base de datos se une con la cartografía más  reciente disponible de la ciudad, que la divide en 
364 zonas o agebs en 2004 y 254 en 1999. Se calculan densidad de  empleo por hectárea (Ha), mientras que las distancias se miden en kilómetros lineales entre cada ageb y el CBD. Además, para obtener una visión general de  la distribución del empleo en Hermosillo y una imagen más detallada  de algunos sectores clave, a partir de la desagregación sectorial de dos  dígitos (sub-sector) el análisis incluye: 1) silvicultura, pesca, caza y apoyo  a la actividad agrícola, 2) minería y la extracción de petróleo, 3) agua y  generación electricidad, 4) manufactura, 5) comercio minorista y mayoristas, y  6) actividades de servicios.
Finalmente, con el fin  de comprobar la presencia de dependencia espacial y aplicar el adecuado modelo  para el análisis econométrico espacial, la interacción espacial entre las áreas  necesitan ser modelada. La medida  general de la interacción potencial entre dos unidades espaciales se expresa en una matriz  de pesos espacialmente  estandarizada por filas. La  selección de la matriz de peso adecuada  en cualquier situación  sigue siendo una cuestión empírica. Sin embargo, en la mayoría de las aplicaciones de  la econometría espacial, la interacción se capta a través de criterios de contigüidad espacial  (Anselin, 2002). Para este estudio  la selección de la contigüidad binaria (Queen contiguity)  para medir la interacción proviene de la solidez de los resultados, cuando se  prueba la estructura apropiada de dependencia espacial.
Resultados globales 
    Como Griffith  y Wong (2007) señalan  la fiabilidad de las inferencias hechas usando las funciones de 
    densidad pueden ser afectadas por la presencia  de autocorrelación espacial.  En el caso de Hermosillo, en un trabajo anterior Rodríguez-Gámez y  Dall’erba (2010) sugieren que los errores están espacialmente autocorrelacionados.  Con el fin de detectar la forma apropiada  de autocorrelación espacial  se realizaron pruebas  en base al Multiplicador de Lagrange (LM), sugeridas  por Anselin y Florax (1995), para detectar la adecuada forma de captar los efectos  espaciales. Así, las pruebas de LM para el empleo  total, comercio y servicios sugieren  la presencia de autocorrelación  espacial en los errores en lugar de un retardo espacial, mientras que las  pruebas LM para el resto de los sectores no son concluyentes.
    El siguiente paso consiste en estimar la densidad de empleo basado  en el modelo de error espacial (SEM) (véase ecuaciones 4a y 4b)  con la forma de la función inversa  de la potencia para la predecir la velocidad de la caída de la densidad  de empleo con la distancia. Los resultados espaciales globales se presentan en la tabla
    1 para los dos años y los seis sectores en estudio. Nuestra  variable de interés es el gradiente de densidad (γ), el cual se interpreta a partir de su primera  derivada. El gradiente de densidad  (γ) para el empleo  total es negativo y significativo, lo que confirma  el atractivo del CBD y de su influencia en la organización de la actividad económica a su alrededor. En 2004 el valor de γ indica que la densidad de empleo se reduce en un 62,1% (γ = -1.621 + 1 = 
    -62,1%) cuando la distancia de los cambios del CBD (es decir, en el 100%), mientras que la densidad  de empleo de 1999 disminuye en -82,5%, por lo que el CBD es atractivo (ver  tabla 1).
    Sin embargo, la “atractividad” del CBD depende  de la actividad económica en estudio. Por ejemplo, el 
    CBD siguen influyendo en la distribución del empleo del subsector   de comercio  minorista y mayorista  (-36,3% 
   en 1999 y -15,7% en 2004), y en el caso de servicios  (-54,8% en 1999 y -21,7% en 2004) en ambos años. En la manufactura, el nivel de significancia del gradiente de densidad mostró que el CBD sigue influyendo  en la distribución del empleo en esta actividad económica; sin embargo en 1999 la densidad de empleo del CBD registró un incremento (γ = -0.551 + 1 = +44,9%) en lugar de una disminución, lo que significa  que el CBD no es atractivo  para este subsector. La misma  tendencia se observó en 2004 (+31,3%). En el resto de los sectores económicos,  el CBD no es atractivo para el empleo,  aun cuando se rige por la distancia  de la CBD para ambos años. Por otro lado, el  coeficiente espacial l que mide la intensidad  de la dependencia espacial en los residuos,  es mayor en el empleo total, incluso si éste es menos  importante como en el 2004,  mientras que la manufactura registró  el mayor descenso en el valor de l. 
Resultados locales 
    La forma en que se captura la heterogeneidad y la dependencia  espacial en un área puede ser completamente  
    diferente a través  del espacio,  del sector  e incluso con el tiempo. Para  conocer estas irregularidades es necesario modelar la heterogeneidad espacial, cuando ésta se desconoce, como en el caso de Hermosillo,  las pruebas del Multiplicador de Lagrange (LM) nos ofrecieron evidencia estadística suficiente,  bajo  las especificaciones de Páez et al,. (2002a; 2002b), para determinar que el modelo de error espacial es el efecto dominante que tiene lugar en  la ciudad  en el  caso del  empleo total, así como  para la  manufactura, el comercio minorista y  mayorista, y los  servicios. También se calculo  una prueba LM para la  heterogeneidad local (LM- LH)  resultando  significativa, lo que indica que la varianza y por lo tanto todos los demás parámetros del  modelo depende de la ubicación.  Así, la densidad de empleo se estima sobre la base del modelo GWR-SEM  (ver ecuaciones 8a y 8b). 
    Nuestra variable de interés es el valor  de los gradientes locales (g), que indica  la atenuación de la densidad  a una tasa de g cuando uno se mueve desde el centro de la ciudad a la periferia. De ahí que los valores  esperados de la pendiente serán mayores en las zonas periféricas. Los resultados de los gradientes locales de la densidad de empleo  total (ver mapa 1), muestran  un gradiente negativo  y significativo al 95% para todos los agebs indicando que el  CBD es atractivo e influye  en la distribución del empleo en Hermosillo (es decir, la distancia  regula la densidad de empleo del CBD). Además el centro de la ciudad sigue siendo atractivo para las actividades económicas que  utilizan empleados de forma intensiva (es decir, los gradientes de densidad disminuyen progresivamente, pero no  de manera concéntrica). En 2004, los gradientes  locales de empleo son menos concéntricos y pronunciadas en el norte y a lo largo del corredor  norte-este del CBD (hacia la salida norte que conecta  a la ciudad con la carretera  internacional Nº 15). Por otra parte, los gradientes de densidad aumentar  más rápidamente hacia  el sur y oeste del 
    CBD, es decir, en dirección al aeropuerto de  Hermosillo.
El mismo análisis se llevó a cabo a nivel sectorial con el fin de corroborar si la influencia del CBD y el atractivo difieren por actividad económica. El CBD influye en la organización espacial del empleo en la actividad comercial minorista y mayorista, donde el atractivo del CBD para el empleo en estas actividades es una característica observada en todos los agebs. La distribución geográfica de los gradientes locales de este sector es muy similar a la del empleo total y entre los años de estudio (véase el mapa 1 y 2). Sin embargo, el porcentaje de cambio en los gradientes locales de este subsector no se incrementa hacia el oeste tan rápido como el empleo total, pero la mayor disminución de la densidad de empleo para el empleo en comercio se localizó en la parte sur de la ciudad y en la zona del aeropuerto en 2004, contrariamente al registrado hacia la periferia del norponiente en 1999.
Comentarios similares se pueden hacer acerca de la influencia y los patrones concéntricos de los gradientes locales en el sector servicios en 1999 (ver mapa 3). La densidad de empleo en el CBD influye en la distribución espacial del empleo en los servicios y siguen un patrón concéntrico. Sin embargo, en 2004 algunas zonas del centro mostraron una falta de atractivo (gradiente local positivo), mientras que el atractivo del CBD mostró un patrón diferente hacia diferentes direcciones del CBD (ver mapa 3). La zona de influencia del CBD (en torno a un radio de 2 km) y en el corredor noreste de la misma, registraron gradientes locales positivos, lo que indica que la densidad de empleo en los servicios aumenta en lugar de disminuir: los cambios oscilan entre 0 y +40,6%. Este efecto repelente no se observó a través de los resultados globales.
La distribución geográfica de los gradientes de densidad para la manufactura revela también algunos resultados interesantes (ver mapa 4), indicando una débil influencia del CBD y la falta de atractivo (incluso cuando las pruebas LM-LH fueron muy significativas para todas las áreas). El CBD tiene una escasa influencia en la distribución del empleo en la manufactura, sólo el 38,2% del total de los gradientes locales (97 áreas) en el año 1999 fueron significativas, y en 2004 esta influencia casi desapareció. El signo positivo muestra que el CBD no es atractivo para el empleo industrial y la influencia del CBD no fue la misma en todas las direcciones (ver mapa 4). En este caso, los resultados globales enmascarado la dirección de la influencia del CBD, así como las diferencias que presentan cuando uno se mueven hacia el sur del CBD.
Comentarios finales 
La distribución del empleo en Hermosillo exhibe patrones complejos debido a que la densidad de 
empleo esta espacialmente condicionada, lo que significa que la densidad de empleo en un lugar especifico  se encuentra parcialmente afectada por la  densidad de empleo de las áreas vecinas. Los resultados globales  indican que el CBD sigue teniendo una influencia significativa y generalizada en la manera en que se organizan las actividades  económicas en Hermosillo (medida a través de la densidad  de empleo); sin embargo su influencia  varía a través del espacio, el sector económico  e incluso con el tiempo. Estos resultados  globales enmascaran patrones geográficos en la distribución del empleo, mismos que los gradientes locales si pueden  captar. Resultados interesantes  se muestran  no solo  en la  dirección e intensidad con la cual  desciende la densidad de empleo, sino  también los efectos repelentes que  se producen  en las  actividades de servicios y manufactura.
Estos resultados son importantes porque presentan la primera  evidencia detallada sobre el papel de los efectos espaciales locales en la  distribución de la densidad de empleo en una ciudad de tamaño medio. Nuestros  resultados deben ayudar a las autoridades públicas a tomar decisiones sobre la influencia y organización de la  descentralización de las actividades económicas en la ciudad.  Otro lado, se ha demostrado la influencia del centro  (CBD) en la distribución del empleo durante el período, pero no sabemos si esto es un proceso permanente, o si  se trata de una consecuencia de la crisis manufacturera estadounidense  (2000-2001) que tuvo fuertes impactos en términos de empleo en la ciudad.
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