MEMORIA DEL XXI COLOQUIO MEXICANO DE ECONOMÍA MATEMÁTICA Y ECONOMETRÍA. TOMO II

MEMORIA DEL XXI COLOQUIO MEXICANO DE ECONOMÍA MATEMÁTICA Y ECONOMETRÍA. TOMO II

Eduardo Meza Ramos (CV)

Análisis del capital humano desde la perspectiva de género. Estudio de caso: Chacala, municipio de Compostela, Nayarit.

Selene Nadezhda Becerra Pérez
Dra. Lourdes Pacheco Ladrón de Guevara

Introducción
En las últimas cinco décadas en México la actividad turística se ha convertido en una de las principales fuentes de ingresos, además de ser referida como una fuerza conductora de desarrollo y crecimiento que ha permitido descentralizar la actividad económica, crear polos de desarrollo, generar empleos y mejorar el nivel socioeconómico y cultural de la población (Sifuentes y Arteaga, 2010).
Es a partir del año 2000 cuando el estado mexicano establece el turismo como rubro prioritario para el desarrollo del país y para el 2005 ésta industria sin chimeneas permitió la captación de 12,000 millones de dólares con un saldo positivo para México, ya que para el mismo año el gasto de mexicanos en el extranjero fue de casi 8,000 millones de dólares (Becerra, 2010).
Nayarit se integraría a los lineamientos de la política económica nacional a través del turismo como uno de los ejes estratégicos de desarrollo planteados en su Plan Estatal 2000-2005. En este documento se establece que la región costa sur tiende a asumir el liderazgo de las regiones, mientras que las regiones más afectadas por la crisis agropecuaria serán la región norte y la sur. Al mismo tiempo, en el diagnóstico se reconoce la ausencia de corredores industriales, comerciales, turísticos, etc., que caracterizan la economía de Nayarit lo que se traduce en regiones poco vinculadas entre sí y carencia de una infraestructura de comunicaciones y transportes en función de las necesidades (PED 2005-2011).
Así pues, al mismo tiempo que el sector servicios se ha visto favorecido y estimulado, el sector primario ha caído en una profunda crisis, aún cuando éste ha sido históricamente la base económica y social de una parte importante de la población nacional.
Los efectos no se han hecho esperar. Ahora en la zona Sur del estado, en los municipios de Bahía de Banderas, Compostela y San Blas se perciben cambios económicos, demográficos, sociales y ambientales importantes. Se observa un auge en los empleos en la construcción, el comercio y los servicios destinados a los turistas al mismo tiempo que los empleos del sector primario y secundario han perdido importancia; áreas que antes estaban destinadas al cultivo o zonas de pesca, ahora se han convertido en grandes desarrollos hoteleros, campos de golf o complejos urbanos (Sifuentes y Arteaga, 2010).
La nueva estrategia económica ha traído aparejada una creciente feminización de la fuerza de trabajo, ya que el sector servicios, el más dinámico en la generación de empleos, se ha caracterizado tradicionalmente por una importante presencia de mujeres. En cambio, las actividades caracterizadas por un fuerte predominio de la fuerza de trabajo masculina han visto mermada su capacidad de generar empleos al ser las más afectadas por la competencia externa y la reestructuración productiva, como es el caso de la agricultura, las industrias extractivas y una parte significativa de las industrias manufactureras orientadas al mercado interno.
El bajo nivel de los ingresos derivados del trabajo y la inestabilidad de los empleos han inducido a muchas familias a incorporar a la fuerza de trabajo a las mujeres casadas y a los jóvenes solteros de uno y otro sexo, antes dedicadas exclusivamente a los quehaceres del hogar o al estudio. La incorporación de las esposas a las actividades productivas o de distribución de mercancías es el cambio más importante en el perfil de la mano de obra familiar generado por las condiciones económicas, demográficas, sociales y  culturales, ya que la incorporación masiva de las mujeres al trabajo extradoméstico ha sido posible gracias al aumento de sus niveles de escolaridad y las modificaciones culturales que abren la posibilidad de que ellas trabajen fuera del hogar independientemente de su estado civil. Otro factor decisivo ha sido el uso de métodos anticonceptivos que ha conducido a un descenso de la fecundidad que, aunado al aumento de la edad al matrimonio ha propiciado que las mexicanas de hoy puedan dedicar menos años de sus vidas y menos horas diarias a la crianza de sus hijos que las mexicanas de las generaciones anteriores. Además, al aumentar la frecuencia de los divorcios y las separaciones conyugales, muchas mujeres se convierten en jefas de familia proveedoras del sustento de sus hijos e hijas (Rendón, 2004).
El objetivo del presente trabajo es identificar las condiciones en las que hombres y mujeres acceden al trabajo remunerado y el impacto de la terciarización en la comunidad de Chacala, municipio de Compostela. Así mismo, con los resultados de la encuesta se realizó un análisis de regresión para conocer con que exactitud la variable dependiente de ingresos por hora puede ser predicha por las variables de edad, experiencia, escolaridad y horas de trabajo, comparando los resultados entre hombres y mujeres.

El concepto de género
Partiendo de la idea de que no es lo mismo sexo biológico que la identidad asignada o adquirida por las personas, se afirma que género, que se ha traducido de la expresión anglosajona “gender”, es una construcción socio- cultural a través de la cual las personas son conducidas a asumir ciertas actitudes y determinados comportamientos que se consideran propios de cada sexo. Aquí entonces es necesario diferenciar entre sexo y género, ya que son conceptos diferentes aunque complementarios. El sexo está compuesto por elementos biológicos y anatómicos, lo que nos define como hombres o como mujeres; el género en cambio es construido socialmente, son aquellas conductas que se consideran parte del ser femenino  o masculino y son diferentes en cada cultura y momento histórico. De esa manera, el “ser hombre” y “ser mujer” agrupa aspectos psicológicos, sociales y culturales que se le asigna a cada sexo. Realizamos construcciones sociales y culturales en torno a la diferencia biológica. Al establecer construcciones socio-culturales  sobre las diferencias biológicas, éstas se tornan en desigualdad social, que a su vez establecen relaciones de poder entre hombres y mujeres. (Maffia, 2004).

Ambiente público y privado
Garcia Gossio (2004) menciona que estas diferencias/desigualdades se viven en todos los espacios sociales, sin embargo, será el espacio doméstico, la institución Familia, donde se crea y recrea con mayor énfasis a través de los roles sexuales en la vida cotidiana. A la “niña-mujer” se le asociará con la naturaleza, el cuerpo y la biología, al “niño-hombre”, con la razón. A la “niña-mujer” entonces se le educará para el ambiente privado, dependiente de su ciclo biológico-reproductivo, el espacio doméstico en donde el poder de los afectos y el amor prevalecen. Los espacios públicos estarán reservados para el “niño-hombre”, en donde el trabajo y la productividad se relacionan con la remuneración económica y el prestigio, el poder racional y el poder económico (García Gossio, 2004).
Lamas (1995) afirma que la cultura marca a los seres humanos con el género y el género marca la percepción de todo lo demás: lo social, lo político, el trabajo, lo religioso, lo cotidiano. La lógica del género es una lógica de poder, de dominación. Lamas (1995) retoma a Bourdieu (1988) para afirmar que el orden social masculino está tan profundamente arraigado que no requiere justificación: se impone a sí mismo como autoevidente, y es tomado como “natural” gracias al acuerdo “casi perfecto e inmediato” (Bourdieu, 1992:171) que obtiene de las estructuras sociales como la organización social de espacio y tiempo y la división sexual del trabajo, así como de estructuras cognitivas que se inscriben mediante el mecanismo básico y universal de la oposición binaria. Así, las personas dominadas,  las mujeres, aplican a cada objeto natural y social esquemas inconscientes de pensamiento que son el producto de la encarnación de esta relación de poder en la forma de pares, y que las llevan a construir relaciones de dominación en las que se encuentran atrapadas desde el punto de vista del dominante como algo natural (Lamas,
1995).

División sexual del trabajo
De esta manera, el rol es concebido como algo adscrito a la categoría sexual, los roles de hombre y mujer aparecen como intrínsecamente distintos y antagónicos. La división genérica del trabajo está relacionada a través del género, la sexualidad, el control social y las relaciones de poder entre hombres y mujeres y entre mujeres (Pérez y Mummert, 1998).
En las sociedades contemporáneas la situación de desventaja de las mujeres respecto de los hombres en los distintos ámbitos de la vida social (jurídico, educativo, laboral, familiar, etcétera) es reconocida como una de las modalidades de desigualdad entre los seres humanos. En lo económico, esta desigualdad se expresa en la división del trabajo por sexos. Destaca de manera particular la desigual distribución del trabajo doméstico. Las mujeres siguen siendo las principales encargadas de la producción de bienes y servicios para el consumo directo de las familias, que representan una parte importante de la reproducción social, situación que limita sus posibilidades de participar en el trabajo remunerado y las obliga a depender económicamente de los varones. De esta manera, las actividades extradomésticas que realizan una gran parte de las mujeres sólo serán de tiempo parcial, ya que tienen que atender sus  responsabilidades en el hogar (Rendón, 2003).

De acuerdo a Rendón (2003), en el ámbito productivo para el mercado la desigualdad entre hombres y mujeres se manifiesta en dos aspectos:
a)  existe una marcada división del trabajo por sexos: hombres y mujeres se encuentran distribuidos de diferente manera entre las distintas ramas de actividad y ocupaciones
b)  en promedio, las mujeres reciben por su trabajo remuneraciones menores que los varones.
Es claro que estas diferencias en la división del trabajo son de carácter social y no natural. Es decir, producto del sistema sexo-género, como una construcción social creada a partir de las diferencias de sexo, que distingue culturalmente a las mujeres de los hombres y les atribuye características (habilidades y actitudes) distintas (Rendón,
2003).
Guzmán, Rodríguez y González (2008) afirman que la posición desventajosa de las mujeres en el mercado del trabajo se debe al patriarcado, a la posición subordinada de las mujeres en la sociedad y a las responsabilidades que asumen con las tareas domésticas y el cuidado de los hijos, establecidas por el sistema sexo-género. Los estereotipos sociales establecen las supuestas capacidades de las mujeres (propensión “natural” a prestar cuidados, mayor “destreza” manual) y se corresponden estrechamente con las características de las típicas ocupaciones “femeninas” (por ejemplo, enfermera y niñera, costurera y mecanógrafa, cajera, contadora, etc.). De forma similar, los estereotipos negativos que la sociedad aplica a las mujeres (tales como menor fuerza física, supuesto desinterés por supervisar a otros, etc.) se corresponden estrechamente con aquellas ocupaciones de las que las mujeres tienden a estar ausentes (por ejemplo, trabajadores de la construcción, del transporte, directivos, supervisores, etc.) (Guzmán, Rodríguez y González, 2008).
El estudio de la reproducción de la fuerza de trabajo debe considerar la división de tareas por sexos, ya que resulta un elemento central para entender muchos de los cambios que están ocurriendo en las sociedades contemporáneas. La tradicional división sexual del trabajo que asigna a la mujer el papel de esposa y madre y la convierte en la encargada de las actividades domésticas, la confina al ámbito del hogar, la margina de otros espacios de la vida social, la coloca en una situación de dependencia económica y subordinación respecto del hombre. Esta misma división sexual del trabajo asigna al hombre la responsabilidad de proveer el ingreso requerido para el sustento familiar y por tanto, es necesario que participe en la producción de mercancías como trabajador asalariado o por cuenta propia (Rendón, 2003).

Función de capital humano
El capital humano es un concepto que diferencia la inversión de recursos para aumentar el capital constante de una empresa, con la inversión realizada para aumentar la productividad del trabajo, debido al efecto de la educación o el entrenamiento de la fuerza de trabajo como un medio alternativo para lograr el objetivo general de aumentar la productividad en el trabajo. El capital humano se asume como el aumento en la capacidad de los trabajadores. Becker (1981) concluye que en las sociedades del conocimiento la principal fortaleza proviene del capital humano que poseen, en la forma de conocimientos o habilidades, la salud de las personas y la calidad en sus hábitos de trabajo. De acuerdo a Urciaga y Almendarez (2006), la educación sigue siendo la principal fuente para mejorar los ingresos. De manera que se realizará un análisis de regresión ponderado con el factor para realizar las estimaciones del logaritmo natural del ingreso por hora de la población ocupada en Chacala, como variable dependiente.
De acuerdo a los supuestos clásicos de la estimación de mínimos cuadrados ordinarios y las â son  los parámetros a estimar. La edad se calcula lineal a los ingresos y la experiencia se considera elevando la variable edad al cuadrado.
La función general de capital humano se determina de la siguiente manera:

En donde In yi   es el logaritmo natural de los ingresos laborales por hora, s es la escolaridad, x la experiencia, z factores individuales y ε el error estocástico. La ecuación se amplia para considerar algunos atributos socioeconómicos, como el sexo o las horas dedicadas a actividades remuneradas.

Ubicación geográfica de Chacala
Chacala es una localidad ubicada en la costa occidental del Pacífico Mexicano en el Estado de Nayarit, a 9 km de la localidad de Las Varas, municipio de Compostela. Se encuentra a 79 km de Tepic, capital del Estado de Nayarit y a la misma distancia de Puerto Vallarta, Jalisco. Se conecta por la carretera 200 a 45 Km de la cabecera municipal Compostela y a 245 km de la ciudad de Guadalajara, Jalisco.

La comunidad de Chacala tiene una importante presencia histórica en la entidad y es reconocida en 1992 como uno de los sitios arqueológicos más importantes de México, ya que en ese año la arqueóloga Gabriela Zepeda reporta el sitio “La Poza de los Tepalcates”. En el 2002, el día 7 de noviembre, se declara que el histórico Puerto de Chacala como parte del Estado de Nayarit queda integrado al macro proyecto turístico federal del FONATUR “Escalera Náutica del Mar de Cortés”, junto con los estados de Baja California, Baja California Sur, Sinaloa y Sonora. En el 2005, el 20 de julio, la UNESCO reunida en Durban, Sudáfrica, declara a la costa de Chacala –en tanto parte de todo el Golfo de California- como “Patrimonio de la Humanidad” (Inda y Jalomo.1994).
La comunidad de Chacala cuenta con un solo acceso por tierra desde la carretera internacional 200. Además, la mancha de la población está limitada de manera natural por el mar y por una cantidad importante de cerros y vegetación.

Perfil socioeconómico
La comunidad de Chacala de acuerdo a los datos del Censo de Población y Vivienda 2010 realizado por el INEGI cuenta con 319 habitantes, de los cuales178 son hombres y 141 son mujeres, que corresponden al 56% y el 44% respectivo.
Es importante señalar que respecto a la relación hombre-mujer, para el 2010, la comunidad muestra una relación de 126.24%, por arriba del municipio y de la entidad, que corresponden a 101.22% y 99.45%.

El 43% de la población no cuenta con derechohabiencia a servicios de salud. El 4% de la población de 15 años y mas es analfabeta aunque cuentan en general con un grado promedio de escolaridad de 7.78 años, por debajo del promedio estatal que es de 8.61 años.
Para el 2010 se cuantificaron un total de 94 hogares con un 84% de ellos con jefatura masculina y solo un 16% con jefatura femenina.

Como se puede observar en el cuadro anterior, el porcentaje de las viviendas particulares habitadas en la localidad que cuentan con los servicios básicos de piso de material diferente de tierra, que disponen de excusado o sanitario, agua entubada dentro de las viviendas, las que cuentan con drenaje y energía eléctrica superan los promedios en el municipio y en la entidad.

Condiciones de trabajo en Chacala
En los meses de enero y febrero del presente año, se realizó una encuesta a las personas que viven en Chacala mayores de 12 años. Se lograron encuestar a un total de 137, de los cuales 69 son mujeres y 68 son hombres, con una distribución porcentual del 50.40 y 49.6 correspondientes.
La edad promedio es de 39.93 años, con una desviación de 19.13 puntos.
Respecto al lugar de nacimiento, el 55% de los encuestados son del Estado de Nayarit, solo el 11% dice que nació en la localidad de Chacala, el 31% afirman que nacieron en otros estados, en donde destacan los que nacieron en Jalisco con un 9%, en el Distrito Federal con un 5% y Sinaloa con un 4% del total. El 2% de los encuestados nacieron en Estados Unidos.

Respecto al tiempo que tienen viviendo en Chacala, los encuestados tienen una media de 25.08 años, con una desviación de 17.73 puntos.

El 32% de los hombres y el 33% de las mujeres encuestadas son casados, el 31% de los hombres y el 35% de las mujeres viven en unión libre. El 34% de los hombres encuestados son solteros y el 23% de las mujeres están en esa condición de conyugalidad. Respecto a las personas viudas, el 3% de los hombres y el 9% de las mujeres encuestadas se encuentran en esa condición.
La media aritmética para el número de hijos considerando solo a las mujeres es de 2.32, con una desviación de 2.22 puntos. En relación a la escolaridad de los encuestados, se encontró que la media es de 7.66 años, con una desviación de 4.56 puntos. Para los hombres, este promedio es de 6.71 años con una desviación típica de 4.61 puntos. En las mujeres, el promedio de años de escolaridad es de 8.59 años con una desviación típica de 4.34 puntos. Como se puede observar, ellas tienen un promedio mayor de años de escolaridad con una mayor concentración alrededor de la media.

Tiempo de trabajo e ingresos
Para poder definir cuantas personas realizan alguna actividad remunerada, se tuvo que hacer una selección muy detallada, lográndose definir con la variable del lugar de trabajo, el hecho de que 29 personas que representan el 21% del total son económicamente inactivas, mientras que 108 personas que representan el 79% del total realizan alguna actividad remunerada.
Respecto a las horas de trabajo diarias, los datos generales tienen una media de 7.70 horas, con una desviación de 3.87. Los hombres tienen una media de 7.01 horas con una desviación de 3.20 puntos, mientras que las mujeres tienen un promedio de horas de trabajo de 8.56 horas con una desviación de 4.47 puntos.

Respecto a los sueldos por día, se obtuvo una media aritmética general de 210 pesos, con una desviación de 217 puntos. Los hombres obtuvieron una media de 257 pesos con una desviación de 269 puntos mientras que las mujeres obtuvieron una media por día de 144 pesos, muy por debajo de los hombres, con una desviación de 78 puntos, lo que significa que los sueldos diarios de las mujeres tienen una mayor concentración alrededor de la
media.

Se debe destacar la temporalidad de las actividades que la población ocupada realiza en Chacala, ya que han tenido la necesidad de realizar varias actividades en diferentes horarios y en diferentes temporadas, ya sea por que se tienen que adaptar al trabajo que de manera cíclica se genera a partir de las actividades turísticas o debido a que se dedican a actividades relacionadas a la pesca. Esta es una característica fundamental de las actividades informales, ya que la población se ve obligada a realizar actividades con sus propios recursos y por periodos de tiempo cortos.

Análisis de Regresión lineal de la función de capital humano
Respecto al análisis de regresión del modelo de capital humano, en donde se considera la variable dependiente logaritmo natural de los ingresos por hora, explicada por las variables independientes de edad, experiencia, escolaridad y horas de trabajo, en el análisis general se obtuvo una R cuadrada corregida de .2230, lo que significa que el modelo explica el comportamiento de la variable dependiente en un 22.30%. Sin embargo, solo la t de la constante con un valor positivo de 5.0680 y de la edad con un valor de 2.6510, son estadísticamente significativas ya que es prácticamente imposible que las betas sean cero.
También se obtuvieron con valores negativos la t de la experiencia con -2.3070 y las horas de trabajo diarias con una t de -5.0920, que son estadísticamente significativos ya que sus betas no son ceros, sin embargo tienen una tendencia negativa, lo que indica que hay una relación inversa entre los ingresos por hora y los años de experiencia y las horas trabajadas.

Respecto al modelo considerando solo la información para los hombres, se obtuvo una R cuadrada corregida de .2170, lo que explica solo el 21.70% del comportamiento de la variable dependiente, más bajo que el general aunque aceptable. La  t de la constante es de 2.3590, la t de la edad es de 2.9200 y la t de la escolaridad es de 1.9240, valores que son estadísticamente significativos ya que es prácticamente imposible que las betas sean cero.
Es importante mencionar que para los hombres, el comportamiento de la t de la experiencia con un valor de -2.5280 y de las horas de trabajo diarias con -3.4910 son estadísticamente significativos, ya que sus betas no son cero, sin embargo, existe una relación inversa de estas variables con las horas de trabajo diarias.
Para el caso de la información de las mujeres, la R cuadrada corregida aumenta y alcanza a explicar el 37.70% del comportamiento de la variable dependiente, sin embargo solo la t de la constante alcanza un valor muy por encima de lo aceptable, lo que significa que los datos no alcanzan a explicar en su totalidad el comportamiento de la variable dependiente.
Respecto a la variable de las horas de trabajo, se obtuvo una t de -5.1450, lo que significa que existe una relación estadísticamente significativa con una tendencia negativa, lo que podría significar que los ingresos no dependen de las horas trabajadas, al menos con la información utilizada.
Así pues, se tienen que buscar otras variables para explicar el comportamiento de los ingresos por hora en la localidad de Chacala.

CONCLUSIONES
México ha experimentado profundas transformaciones económicas y sociales, traducidos en cambios en el mercado de trabajo por sexos y edades y en la organización de la vida familiar. La incorporación masiva de las mujeres al trabajo extradoméstico es ahora una necesaria realidad.
Sifuentes y Arteaga (2010) afirman que en los últimos cincuenta años en México la actividad turística se ha convertido en una de las fuentes principales de ingresos, la refieren como una fuerza conductora de desarrollo y crecimiento que ha permitido descentralizar la actividad económica, crear polos de desarrollo, generar empleos y mejorar el nivel socioeconómico y cultural de la población. Con un atraso de cinco años, Nayarit se incorpora a los lineamientos de la política económica nacional a través del turismo como uno de los ejes estratégicos de desarrollo. A partir del impulso del sector servicios a través de las actividades turísticas y el abandono de las actividades primarias y secundarias, surgen en las comunidades empleos relacionados con los servicios, la construcción y el comercio, que buscan satisfacer las necesidades de los visitantes. Se percibe una profunda transformación productiva ya que la participación de la población se concentra en el sector terciario, en donde la participación de las mujeres es importante.
Es aquí donde surge la interrogante respecto a las condiciones en las que hombres y mujeres participan en las actividades remuneradas, ya que de acuerdo a Maffia (2004) se han establecido construcciones socio-culturales en base a las diferencias biológicas, ya que los hombres han sido educados para participar en los espacios públicos, en donde el trabajo y la productividad se relacionan con la remuneración económica y el prestigio, el poder racional y el poder económico, mientras que las mujeres han sido educadas para el ambiente privado, dependiente de su ciclo biológico-reproductivo, el espacio doméstico en donde el poder de los afectos y el amor prevalecen, haciendo de su función biológica una opresión social (García, 2004).
Es aquí donde surge la interrogante respecto a las condiciones en las que hombres y mujeres participan en las actividades remuneradas, ya que de acuerdo a Maffia (2004) se han establecido construcciones socio-culturales en base a las diferencias biológicas, ya que los hombres han sido educados para participar en los espacios públicos, en donde el trabajo y la productividad se relacionan con la remuneración económica y el prestigio, el poder racional y el poder económico, mientras que las mujeres han sido educadas para el ambiente privado, dependiente de su ciclo biológico-reproductivo, el espacio doméstico en donde el poder de los afectos y el amor prevalecen, haciendo de su función biológica una opresión social (García, 2004).
En los últimos cuarenta años la población económicamente activa de Chacala ha vivido un proceso de terciarización, ya que las personas ocupadas en las actividades del comercio y los servicios relacionados al sector turismo se han incrementado de manera importante, al mismo tiempo que aquellas personas que se dedican al sector primario han tenido un decrecimiento significativo. De esta manera, los hombres están abandonando o complementado las actividades de la pesca con las actividad que se consideran propias de lo masculino, a través de los roles y estereotipos de género, en los servicios, mientras que las mujeres han hecho extensivas al trabajo remunerado las actividades que ya venían realizando en el hogar. Ellos entonces se concentran en las actividades de la pesca y trabajos de limpieza y mantenimiento de las instalaciones y jardines en restaurantes y servicios de alojamiento, así como en las casas particulares. Ellas limpian casas, cocinan o cuidan niños.
Una de las cuestiones más importantes es explicar por qué en Chacala, si las mujeres tienen en promedio más años de escolaridad que los hombres y trabajan en promedio más horas que ellos, ganan en promedio mucho menos que ellos diariamente. El modelo de capital humano, que explica los ingresos a partir de la experiencia y la escolaridad no alcanza a revelar por qué las mujeres en Chacala tienen ingresos inferiores a los hombres, ya que la experiencia y las horas de trabajo tienen una relación negativa con el logaritmo natural de los ingresos, en otras palabras, para ganar más, no se ocupa la experiencia las personas realizan mas horas de trabajo no para ganar más que los otros, sino para completar los recursos para su sobrevivencia. En Chacala no hay trabajos que requieran un alto grado de instrucción, más bien, se relacionan con la capacidad física y algunas cuestiones culturales que vale la pena discutir.
Seguramente, la explicación es mucho más compleja que un análisis econométrico ya que se tiene que complementar con un profundo análisis social. La explicación tendría que incluir que ellas realizan actividades remuneradas que tienen un menor prestigio social y que son una extensión de las labores que ellas realizan en el hogar. También tendría que explicar que realizan sus actividades remuneradas en los tiempos en que sus actividades domésticas y de reproducción en la sociedad se los permite, así entonces, buscan realizar actividades remuneradas en sus propios hogares, sin salir de la comunidad, actividades donde las que aún tienen niños se los puedan llevar con ellas o al menos estar al pendiente de ellos, o incluso esperar a que los hijos crezcan para poder incorporarse a alguna actividad productiva. Estas circunstancias sin duda garantizan que ellas se enfrenten al mercado laboral en condiciones distintas a los hombres.

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