NIVEL DE INFLUENCIA DE LOS METODOS DE ENSEÑANZA EN LA FORMACION PROFESIONAL DE LOS ALUMNOS DEL PROGRAMA ACADÉMICO DE CONTABILIDAD DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL DE SAN ANTONIO ABAD DEL CUSCO

NIVEL DE INFLUENCIA DE LOS METODOS DE ENSEÑANZA EN LA FORMACION PROFESIONAL DE LOS ALUMNOS DEL PROGRAMA ACADÉMICO DE CONTABILIDAD DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL DE SAN ANTONIO ABAD DEL CUSCO

Federico Holgado Abarca
Universidad San Pedro - Chimbote, Perú

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Calidad de la Formación Profesional

“La calidad de la enseñanza superior es un concepto pluridimensional que debería comprender todas sus funciones y actividades: enseñanza programas académicos, investigación y becas, personal, estudiantes, edificios, instalaciones, equipamiento y servicios a la comunidad y al mundo universitario. Una autoevaluación interna y un examen externo realizados con transparencia por expertos independientes, en lo posible especializados en lo internacional, son esenciales para la mejora de la calidad. Deberían crearse instancias nacionales independientes, y definirse normas comparativas de calidad, reconocidas en el plano internacional. Con miras a tener en cuenta la diversidad y evitar la uniformidad, debería prestarse la atención debida a las particularidades de los contextos institucionales, nacional y regional. Los protagonistas deben ser parte integrante del proceso de evaluación internacional”.
“La calidad requiere también que la enseñanza superior esté caracterizada por su dimensión internacional: el intercambio de conocimientos, la creación de sistemas interactivos, la movilidad de profesores y estudiantes y los proyectos de investigación internacionales, aun cuando se tengan debidamente en cuenta valores culturales y las situaciones nacionales”.

“Para lograr y mantener la calidad nacional, regional o internacional, ciertos elementos son especialmente importantes, principalmente la selección esmerada del personal y su perfeccionamiento constante, en particular mediante la promoción de planes de estudios adecuados para el perfeccionamiento del personal universitario, incluida la metodología del proceso pedagógico, y mediante la movilidad entre los países y los establecimientos de enseñanza superior y entre los establecimientos de enseñanza superior y el mundo del trabajo, así como la movilidad de los estudiantes en cada país y entre los distintos países. Las nuevas tecnologías de la información constituyen un instrumentos importante en este proceso debido a su impacto en la adquisición de conocimientos teóricos y prácticos” (artículo 11º Declaración Mundial sobre la Educación Superior en el Siglo XXI: Visión y Acción-UNESCO 1998). 1
 
a). Formación Profesional.

Cuando se utiliza el término “formación” acompañado del adjetivo “profesional” en una conversación o texto, en general se entiende que se está haciendo referencia a un tipo de formación que tiene por finalidad  principal el preparar a las personas para el trabajo. Esta es, seguramente, la definición más simple y más corrientemente utilizada de formación profesional.

Pero si deseamos ir un poco más allá, y entender que significa la formación profesional actualmente para quienes la imparten y para quienes la reciben, para quienes la gestionen y para quienes la ejecuten y, de modo general, para todos aquellos que se interesan por ella, es preciso responder a otras preguntas. Por ejemplo:

- ¿Estamos hablando de una formación para el empleo, tal como este último se ha entendido durante buena parte del siglo XX, es decir como una actividad laboral sujeta a un contrato, a un salario y a condiciones de trabajo claramente especificadas?¿O se trata de una formación para el trabajo en sentido amplio, incluyendo al trabajo asalariado pero también al trabajo no remunerado, al trabajo independiente o por cuenta propia?.

- ¿Se refiere a una preparación exclusiva en aquellos aspectos o saberes de carácter técnico, necesarios para realizar  una tarea o un conjunto de ellas en un puesto de trabajo u oficio?¿O se trata de algo más amplio que busca lograr una comprensión más completa de los ambientes de trabajo y de otras aspectos que hacen a la vida no sólo laboral de las personas, sino también de cuestiones relativas a su desarrollo personal, cultural y político?.

La respuesta a la primera pregunta es que sí, efectivamente, la formación se orienta no sólo a la preparación para el empleo asalariado y bajo contrato, sino también a todas las otras formas de trabajo que es dable encontrar en las sociedades actuales.

En cuanto a la segunda cuestión, también es posible afirmar que la formación profesional debiera preparar no sólo para el trabajo en todas las formas y modalidades, sino también para la vida en comunidad, para comprender las relaciones sociales y de trabajo y actuar en forma transformadora. De forma resumida podemos entonces decir que la formación profesional es simultáneamente una formación para el trabajo y una formación para la ciudadanía.

Así se sostiene que una definición general e internacionalmente aceptada, por la cual la formación profesional es una actividad cuyo objeto es descubrir y desarrollar las aptitudes humanas para una vida activa, productiva y satisfactoria. En función de ello, quienes participan de actividades de formación profesional deberían poder comprender individual o colectivamente cuanto concierne a las condiciones de trabajo y al medio social, e influir sobre ellos.

Continuando con la misma línea de razonamiento, es posible afirmar que la formación profesional es simultáneamente tres cosas:

- Es una Actividad de tipo educativo, que se orienta a proporcionar los conocimientos, habilidades y destrezas necesarios para desempeñarse en el mercado de trabajo, sea en un puesto determinado, una ocupación o un área profesional. Actúa a su vez de forma complementaria a las otras formas de educación, formando a las personas no sólo como trabajadores sino también como ciudadanos.

- Es una actividad vinculada a los procesos de transferencia, innovación y desarrollo de tecnología. La propia transmisión de conocimientos, habilidades y destrezas implica de por sí un tipo de transferencia tecnológica a los trabajadores  y, a través de ellos, a las empresas. También, y en la medida que el conocimiento es la base fundamental de los procesos de innovación y desarrollo tecnológico, la formación profesional es una herramienta estratégica sin la cual aquellos procesos difícilmente podrían desarrollarse.

- La formación profesional es un hecho laboral y, como tal, posee un lugar indiscutible dentro de las relaciones de trabajo. Ella concita el interés creciente de gobiernos, empresarios y trabajadores, en la medida que se percibe cada vez con mayor claridad la importancia de su aporte a la distribución de las oportunidades de empleo y de trabajo en general, a la elevación de productividad y la mejora de la calidad y la competitividad, al logro de condiciones apropiadas y saludables de trabajo, así como en su potencial como espacio de diálogo social a diversos niveles.

La formación profesional posee un componente didáctico, al igual que otras formas de educación, pero con un énfasis más marcado en los aspectos técnicos y tecnológicos. Tiene una preocupación comparativamente mayor que otras formas de educación por los vínculos entre contenidos y métodos de dicha formación por un lado, y los cambios que se operan en el mundo de la producción y el trabajo, por otro.

De forma resumida, podríamos entonces decir que la formación profesional:
- Es una actividad educativa.
- Se orienta a proporcionar los conocimientos, habilidades y destrezas necesarios para un correcto desempeño profesional y laboral, pero también a permitir el ejercicio pleno de la ciudadanía por parte de los trabajadores.
- Posee componentes tanto teóricos como prácticos, pero con un mayor peso de los segundos en comparación con otras formas de educación.
- Tiene una fuerte dimensión tecnológica fundada en la necesidad de acompañar los cambios que en este mismo campo se observan en los procesos productivos.
- Conlleva un carácter marcadamente laboral, no sólo dado por sus contenidos técnicos, sino también porque prepara a las personas para insertarse dentro de determinadas relaciones de trabajo 2.

La formación profesional consiste en hacer más dinámico el proceso pedagógico profesional, asignando al estudiante el papel activo, al considerarlo sujeto y no objeto de la educación, es decir, que la activación se logra cuando el profesor moviliza las fuerzas intelectuales , morales, volitivas y físicas de los alumnos a fin de alcanzar los objetivos concretos de la enseñanza y la educación, que en este caso se enmarcan en la preparación de un profesional altamente calificado, capaz no solamente de adaptarse rápidamente a los cambios que se produzcan en la esfera productiva o de servicios en la que posteriormente se desenvolverá, sino de transformarla, aplicando sus conocimientos actualizados, de manera creadora, en la solución de los diversos problemas que se le presenten. La activación del aprendizaje profesional rebasa los límites de la Universidad, ya que su logro presupone una adecuada vinculación entre la institución docente y la empresa productora o de servicios a fin de materializar la integración entre estas entidades, la cual contribuye a que la Universidad sea productiva y la Empresa se convierta en una gran Universidad. En este sentido, el trabajo conjunto debe orientarse a la aplicación de una pedagogía profesional que fomente la creatividad de manera tal que logre en los alumnos el ejercicio de sus facultades críticas y la comprensión de la realidad técnica. Se trata de que el alumno adquiera activamente el conocimiento profesional, cumpliendo un conjunto de exigencias que le posibiliten revelar y asimilar los elementos que necesita para apropiarse del contenido técnico esencial, integrarlo, generalizarlo y aplicarlo. Las actividades laborales en las empresas productoras, comerciales o de servicios deben constituir pequeñas investigaciones, que se lleven a cabo con todo rigor científico y que permita comprobar hipótesis previamente trazadas. Los resultados de las prácticas laborales han de posibilitar la ayuda, el planteamiento de recomendaciones  y posibles vías de solución a la empresa, lo que provoca a su vez satisfacción en el estudiante por el trabajo realizado. No obstante resulta complejo y difícil el proceso de transición hacia la aplicación de los criterios, las concepciones, los principios y los métodos activos de enseñanza profesional.

Entre los objetivos podemos indicar:

Enseñar habilidades para el estudio independiente

De esta manera preparar al futuro técnico para el autoaprendizaje, o sea, enseñar a aprender, a descubrir el conocimiento de la especialidad intercambiando con el objeto.

Perfeccionar la asimilación de los conocimientos técnicos

Mediante la participación activa y conciente del alumno en el proceso pedagógico profesional y la exigencia de razonar y aplicar los nuevos conocimientos  de manera creadora.

Poner de relieve la unidad entre la teoría y la práctica profesional

Mediante un sistema de acciones didácticas que la propicien, y la preocupación constante de qué se aprende, para qué se aprende, cómo lo aprende, dónde y cuándo lo aprende,

Dirigir adecuadamente el proceso pedagógico profesional

Mediante la comunicación acertada entre los sujetos que en este proceso intercambian; el profesor, el instructor y el alumno.

Desarrollar habilidades prácticas rectoras en los alumnos

Simulando en el local de enseñanza, el medio en el que se desempeñaran una vez graduados3 .

El Objetivo de la Formación profesional, es lograr profesionales competentes y una competencia es “una característica subyacente en una persona que está causalmente relacionada con el desempeño, referido a un criterio superior o efectivo en un trabajo o situación” (Spencer y Spencer, 1993).

En consecuencia, entendemosla competencia como un potencial de conductas adaptadas a una situación.

De acuerdo con esta definición, hablamos de característica subyacente porque la competencia es una parte profundamente arraigada en la personalidad del estudiante que puede predecir su comportamiento en una amplia variedad de situaciones académicas o profesionales; destacamos que está causalmente relacionada porque puede explicar o predecir su futuro desempeño profesional; mientras que referido a un criterio significa que la competencia predice la actuación buena o deficiente del estudiante utilizando un estándar de medida específico.

Las características subyacentes a la competencia son de diferentes tipos. Así, podemos hablar de motivos, rasgos de la personalidad, autoconcepto, conocimientos y habilidades.

Los motivos son las cosas que un estudiante piensa de modo consistente o quiere como causa de determinada acción. Cuando un estudiante acude a clase, realiza una práctica en el laboratorio o prepara un examen lo hace para lograr metas tales como aprobar una materia, dominar determinadas habilidades o satisfacer una necesidad personal (reconocimiento, amistad, pertenencia a un grupo, etc.). De estos motivos el estudiante puede ser consciente en mayor o menor grado.

Los rasgos de la personalidad son características que se manifiestan físicamente y que suponen respuestas consistentes a situaciones o informaciones.

Así, los estudiantes muestran diferentes tiempos de reacción ante una pregunta o la situación planteada por un problema; de igual modo, presentan diferentes grados de iniciativa ante las sugerencias y demandas que le plantea el profesor o los compañeros.

El autoconcepto refleja las actitudes, los valores o la propia imagen del estudiante. Hay estudiantes que se consideran líderes mientras que otros prefieren pasar desapercibidos; hay estudiantes que anteponen una calificación a cualquier cosa, en tanto que otros valoran de un modo preferente el compañerismo o el reconocimiento del grupo; hay estudiantes que muestran una actitud apática ante determinadas materias o situaciones mientras que otros tienen una actitud de clara colaboración.

En este último caso, cabría hablar de una formación que contemple el desarrollo de grupos o clusters de competencias en los que sea posible establecer interacciones entre diferentes conocimientos, habilidades, motivos, actitudes o valores.

En consecuencia, para favorecer el desarrollo y el crecimiento del estudiante en las competencias consideradas en el perfil de la titulación deben tomarse las actuaciones profesionales como punto de partida, desarrollando la formación del estudiante como un todo en el que tienen cabida conocimientos, habilidades, actitudes y valores. Este hecho justifica que debe acudirse a diferentes modalidades y métodos de enseñanza.

Así, el aprendizaje de conocimientos y habilidades puede favorecerse desde el desempeño de una actividad docente sistemática apoyada en métodos como la lección, la resolución de problemas, el estudio de casos, el método de proyectos, el aprendizaje cooperativo. Etc. Estos métodos también favorecen el desarrollo de actitudes y los valores como también la acción tutorial del profesor.

En consecuencia con lo anteriormente expresado, puede decirse que las competencias se favorecen actuando tanto sobre aquellas características que constituyen la base de la personalidad de los estudiantes (motivos, rasgos de la personalidad, autoconcepto, actitudes y valores) sobre aquellas características más visibles de la competencia (conocimientos, habilidades o destrezas).

Los responsables del desarrollo de una titulación, desde la Universidad a los Departamentos, deben crear las condiciones que propicien una formación integral del estudiante; es decir, aquellas que no sólo instruyan al estudiante sino que además eduquen su carácter.

Para cumplir con esa finalidad educativa, los responsables universitarios pueden valerse de un elenco de actuaciones; algunas de ellas pueden tener una naturaleza informal mientras otras, adoptan la forma de métodos de enseñanza.

Establecido el marco general que determina la formación de una competencia, con fines exclusivamente didácticos se pueden establecer subcomponentes dentro de cada uno de estos tres grandes apartados que pueden ser útiles a la hora de la planificación docente.4

Pilar Verdejo, coordinadora del eje de competencias profesionales del organismo sobre aseguramiento de la calidad en la educación y el trabajo de México, define competencia profesional como la capacidad de un profesional de tomar decisiones, con base en los conocimientos, habilidades y actitudes asociadas a la profesión, para solucionar los problemas complejos que se presentan en el campo de su actividad profesional. Un aspecto clave para el comportamiento competente es la habilidad de coordinar las habilidades constituyentes de la competencia, y usar continuamente el conocimiento para recombinar las habilidades y actitudes de tal forma que sean más útiles para tratar con situaciones nuevas.

En el concepto de competencia se entrelaza e integra lo afectivo, lo psicomotor y lo cognitivo en una nueva síntesis en el momento de llevar a cabo la acción, la evaluación y la reflexión sobre la acción.

La descripción de las competencias utilizando un enfoque funcional permite un acercamiento comprehensivo y holístico de las acciones que los individuos pueden llevar a cabo bajo condiciones determinadas y en diversos contextos. Este enfoque se ha aplicado tradicionalmente para la descripción de las competencias laborales que están dirigidas a los puestos de trabajo, sin embargo, es aplicable a cualquier tipo de competencias. Cuando se habla de competencias profesionales lo que se busca es partir de las funciones típicas o rol del profesional en la sociedad y de las situaciones típicas del campo profesional al que generalmente se incorporan los egresados, para identificar y describir las competencias profesionales en términos de las acciones, contexto o condiciones de realización para llevarlas a cabo y los criterios de calidad de su ejecución.

Comúnmente, bajo el enfoque de competencias, el perfil del egresado se entiende como un conjunto articulado de competencias profesionales que se supone permitirán un desempeño exitoso (pertinente, eficaz y eficiente) del egresado en la atención y resolución de los problemas más comunes en el campo de su profesión.

Desde esta perspectiva, la competencia se demuestra en la acción o ejecución.

Para poder evaluar el grado de dominio de la competencia es necesario contar con variables observables y criterios de valoración. En una expresión coloquial se puede decir que la competencia es la ejecución de la acción esperada, de forma rápida, bien hecha y de buen modo. Este sencillo acercamiento nos dice que hay que explicitar los criterios de valoración y que serán muy diferentes para cada profesión, lo que en el lenguaje académico equivale a hablar de la capacidad efectiva para realizar una actividad o tarea profesional determinada y de los criterios de ejecución y evidencias de realización.

El enfoque funcional busca cerrar la brecha entre la lógica académica y la lógica de la profesión a través de las competencias profesionales. Por un lado, la descripción de la competencia en términos de la acción que se lleva a cabo, las condiciones de realización y su criterio de ejecución refleja la realidad del ejercicio profesional, y por otro, con un análisis posterior de identificación de los conocimientos, habilidades y actitudes necesarios para desempeñar la función correctamente es posible desarrollar los procesos de enseñanza aprendizaje y el diseño curricular.
Las dos lógicas son complementarias, pues con esta información en el diseño curricular se pueden prever espacios para el desarrollo y la evaluación de las competencias así como del correspondiente conjunto de conocimientos, habilidades y actitudes. Durante la formación varía el énfasis que en diversos momentos se le da a los conocimientos, a las habilidades y a las actitudes dentro del desarrollo de las competencias.

Con el enfoque funcional se trata de explicitar las acciones, sus resultados y los criterios de ejecución para un ejercicio profesional competente para, posteriormente, realizar el análisis de los conocimientos, habilidades y actitudes que entran en juego para poder llevar a cabo las acciones. La calidad se refleja en los criterios de ejecución. Este enfoque permite una mejor aproximación a los productos y evidencias que demuestran la adquisición y se puede determinar con especialistas los elementos para calificar el grado de dominio de la competencia que puede mostrar un profesional.

Los procesos de formación en el área académica tradicionalmente se diseñan con base a una descripción analítica de áreas de conocimiento. Con la incorporación de la noción de competencia es necesario describir los conocimientos, habilidades y actitudes que son necesarios para llevar a cabo la acción que demuestra la competencia. Con estas descripciones es posible revisar las áreas de conocimiento del programa académico y diseñar los procesos de aprendizaje durante el programa de estudios y los procesos integradores para adquirir las competencias. Durante el proceso de enseñanza aprendizaje el énfasis que tienen los conocimientos, habilidades y actitudes varía de acuerdo al proceso de desarrollo de la competencia. 5

    • Conocimiento.

Es la información con que cuenta una persona sobre áreas más o menos específicas de contenido de un plan de estudios. Esos conocimientos pueden estar referidos a conceptos, hechos o procedimientos ligados a las materias que estudian.

En este sentido, un estudiante, que posee determinado conocimiento que ya ha realizado determinada actividad, hasta que no se enfrente a una situación académica o profesional determinada no revelará su nivel de competencia.

De lo anteriormente expuesto se deduce que para que se produzca un crecimiento del estudiante en las competencias establecidas en el perfil de una titulación, no basta con formarle en determinados conocimientos, habilidades y promover en él/ella determinadas actitudes o valores, es necesario además favorecer el crecimiento continuo de esas características subyacentes a sus competencias. Para ello, debe colocarse al estudiante ante diversas situaciones de estudio y trabajo similares a las que puede encontrar en la práctica de su profesión.

Podemos indicar que para lograr una formación profesional adecuada se   necesita de conocimientos:
- Generales para el aprendizaje
Observación, identificación y evaluación de situaciones y casos reales. Análisis, razonamiento y toma de decisiones.
- Académicos vinculados a una materia.
Interpretación de los casos desde la óptica del conocimiento específico de una materia, enmarcándolos en enfoques teóricos o en soluciones aplicadas. Generar nuevo conocimiento de la materia a partir del estudio de casos.
- Vinculados al mundo profesional.
Conocer, utilizar y adquirir habilidades y competencias de empleabilidad requeridas en un campo profesional Hacer juicios fundamentados sobre situaciones complejas del mundo profesional.
Conocimiento de usos, procesos, términos y contexto vinculados a competencias profesionales.

    • Habilidad y destreza.

La habilidad es la destreza o capacidad del estudiante para desarrollar una cierta actividad física o mental. Así, un estudiante de medicina puede examinar el ojo sin producir daños al paciente o el estudiante de ingeniería puede diseñar las operaciones de una planta industrial que afectan a una decena de procesos y subprocesos diferentes.

En una persona que probablemente persiga convertirse en un científico o en profesional de primer nivel, sus exigencias superan aquellas que están recogidas en los programas de las materias como requisitos para aprobar.

Para ello ha hecho uso de habilidades que le han ayudado a trazarse una meta, asumir determinadas responsabilidades y aprovechar la retroalimentación que le ofrecen los profesores; actúa con un riesgo calculado, de modo que aunque realiza actividades complementarias de ampliación no olvida los requisitos de la materia. El resultado contingente a su intención y acción supone un desempeño apoyado en la mejora continua y la innovación.

Los expertos pueden tener problemas cuando enseñan una destreza psicomotora porque la han interiorizado tanto y sus acciones se han hecho de una manera tan fácil, automática y eficiente que les resulta difícil dividirla en las partes que la componen. La capacidad de analizar de esta manera una destreza es esencial y una de las habilidades más importantes que ha de tener un facilitador para que  los principiantes la adquieran.

Los principios de aprendizaje de destrezas psicomotoras (George y Doto, 2001) son:

Conceptualización.
Hay que dedicar algún tiempo a los componentes cognitivos y actitudinales que deben comprender los alumnos antes de aprender una destreza práctica. Esto puede constituir un estimulo y fuente de motivación para lo que quizá sean actividades difíciles y desafiantes. El facilitador debe poner en contexto el aprendizaje de la destreza explicando porque tienen que aprender los participantes y las razones de su importancia, relevancia y utilidad. Los aprendices han de concienciarse del grado de dificultad de la destreza a grosso modo, del esfuerzo y practica necesarios para alcanzar un determinado nivel de competencia. Han de mencionarse las cuestiones relativas a la salud y seguridad, así como a la adopción de las precauciones adecuadas. En el caso de destrezas prácticas aplicadas a los pacientes hay que enfatizar los aspectos actitudinales, éticos y de comunicación.

Visualización.
Los alumnos deben ser capaces de ver cómo el experto ejecuta la destreza completa, de principio a fin, en el tiempo programado. En esta fase la persona que haga la demostración no tiene que dar explicaciones verbales de las acciones, de manera que la ejecución no se ralentice de ninguna manera. Esto permite al aprendiz comenzar a construir una representación mental interna de la acción prevista. Debe estar preparado todo el equipo y los participantes deben tener una visión clara de lo que vaya a hacerse.

Verbalización.
La destreza debe ejemplificarse y explicarse al mismo tiempo. Aquí la competencia del facilitador a la hora de dividir la destreza en sus componentes es esencial . El facilitador debe hacer todo lo posible para ponerse en el lugar del principiante y procurar tener presentes los problemas cognitivos y manipulativas a los que pueda enfrentarse. El facilitador no sólo debe explicar el procedimiento, sino también debe estimular a los participantes para que articulen y describan los procesos que estén desarrollándose. Sus aportaciones verbales se sumarán a la representación mental interna.

Práctica.
El principiante debe ser capaz de practicar la destreza. El facilitador debe juzgar si la destreza ha de practicarse en su totalidad o, en el caso de destrezas más complejas , hay que dividirla en alguno de sus componentes. La cantidad de práctica requerida variará según la complejidad de la destreza. No obstante al final, habrá que integrar todas las partes y este proceso ha de dirigirse de manera eficaz.

Retroinformación.
Este importantísimo componente de la enseñanza de la destreza psicomotora depende de la competencia del facilitador para ayudar y orientar a los participantes. De nuevo, es esencial la capacidad de empatizar con los alumnos y de ponerse en su lugar. La retroalimentación debe recompensar las acciones positivas.

Dominio de la habilidad.
Esta fase se produce después de haber practicado mucho y permite que el aprendiz demuestre al facilitador que ha alcanzado un determinado nivel de la competencia requerida.

Autonomía de la habilidad.
Esta fase configura la practica independiente  y significa que el aprendiz puede ejecutar la destreza de forma rutinaria y sin errores en los contextos de la vida real.

El protocolo de enseñanza de las destrezas psicomotoras en cinco pasos.
Con el marco de referencia anterior, es posible desarrollar un sistema básico que se aplique a la enseñanza de prácticamente cualquier destreza psicomotora (George y Doto,2001). A continuación lo resumimos:
Paso 1º Presente y contextualice la destreza que va a enseñar. Active los conocimientos y habilidades previas mediante preguntas. Explique las razones por las que hace falta la destreza y su relevancia y utilidad. Indique cuanto tiempo llevará aprender la destreza y cuanta práctica requerirá. Explique en pocas palabras qué se va a hacer a continuación.
Paso 2º Ejemplifique la destreza en tiempo real, tal y como ha de ejecutarse, sin comentarios verbales.
Paso 3º Repita la demostración, pero en esta ocasión, divídala en las partes oportunas, explicando lo que ocurre en cada momento. Anime a los estudiantes a que hagan preguntas y asegúrese de que comprenden lo que se está haciendo.
Paso 4º A continuación, pida a los estudiantes que guíen al facilitador mientras ejecuta la destreza, dándole instrucciones acerca de lo que hay que hacer en cada fase. El facilitador puede preguntar una vez más a los estudiantes y asegurarse de que entienden el proceso y dar instrucciones claras y oportunas.
Paso 5º A continuación, los estudiantes practican solos las destrezas mientras el facilitador les proporciona retroinformación sobre su progreso.

Aunque pueda parecer que este procedimiento está muy formalizado, siguiéndolo, los alumnos comprenderán mucho mejor lo que se espera de ellos cuando tengan que practicar la destreza. Es muy posible que esto reduzca la cantidad de retroinformación necesaria. 6    

Las habilidades y destrezas requeridas podemos resumirlos en:
- Intelectuales.
Habilidad para generar, diseñar e implementar conocimiento aplicado e instrumental que se ajuste a las necesidades de los casos y del mundo real.
- De comunicación.
Habilidades de comunicación de ideas, argumentación y elaboración de conclusiones de forma efectiva para diferentes situaciones y audiencias.
- Interpersonales.
Habilidad de escuchar, respetar las ideas de otros, dialogar, etc.
- Organización/gestión personal.
Habilidades para resolver, gestionar técnicas, procedimientos, recursos o acercamientos que contribuyan al desarrollo exitoso de casos.
Saber distribuir tareas en función de criterios de competencias dentro de un grupo profesional.
Reconocer momentos claves en la planificación y ejecución de un caso, prediciendo tiempos, medios y recursos.

b.- Plan de Estudios 2005 del Programa Académico de Contabilidad de la UNSAAC.

El Plan de Estudios 2005 del Programa Académico de Contabilidad de la UNSAAC, establece que la formación profesional del estudiante, debe estar orientado a lograr:

  • Contar con una sólida formación en gestión y administración de empresas y del proceso de toma de decisiones. Sin estos requisitos no será posible la comprensión de la problemática de una compañía, así como la generación de información necesaria para la toma de decisiones o la formulación de recomendaciones para mejorar la eficiencia administrativa de una compañía.
  • Formación en asuntos de importancia como inflación y sus efectos en la toma de decisiones, consolidaciones y fusiones. Asimismo, debe estar informado sobre las tendencias y prácticas internacionales de la profesión.
  • Poseer conocimientos de computación y diseño de sistemas de información (no necesariamente computarizados) para estar en condiciones de preparar sistemas de información para empresas de distinta envergadura.
  • Contar con adecuados conocimientos que le permitan pronosticar las condiciones del entorno en que se desenvuelve la empresa, para poder prever el impacto de dicho entorno sobre ésta y tomar las medidas apropiadas.
  • Ser capaz de enfrentarse a situaciones nuevas e imprevistas con los conocimientos y medios que dispone utilizando su mejor criterio profesional.
Sin embargo, consideramos que no sólo debemos buscar a aquel contador que reúna las características arriba indicadas sino que cuente también con una formación integral. Consideramos que sin esa formación tenemos un profesional incompleto. No sólo es necesario poner énfasis en los conocimientos técnicos sino también en el aspecto humano, pues debe contar con sólidos valores éticos y ser un ente creativo y pensante más que un ente operativo. El contador público deberá hacer frente a un entorno cada vez más competitivo y complejo y los nuevos retos requerirán que los contadores estén a la altura de las circunstancias actuales y futuras.

1 CONSEJO DE EVALUACIÓN, ACREDITACIÓN Y CERTIFICACIÓN DE LA CALIDAD DE LA EDUCACIÓN SUPERIOR UNIVERSITARIA- CONEAU-(2008): Modelo de Calidad para la Acreditación de Carreras Profesionales Universitarias, pág 9 y 10.

2 www.cinterfor.org.uy/public/spanich/region/ampro/cinterfor/public/sind_for/pdf/ques.pdf.

3 alex@isp.holguin.inf.cu

4  http://www.uniovi.es/publicaciones
MODALIDADES DE ENSEÑANZA CENTRADAS EN EL DESARROLLO DE COMPETENCIAS- ORIENTACIONES PARA PROMOVER EL CAMBIO METODOLÓGICO EN EL ESPACIO EUROPEO DE EDUCACIÓN SUPERIOR- UNIVERSIDAD DE OVIEDO pág. 22 a 26- 2005.

5 http://www.6x4vealc.org/site2008/p01/11.pdf

6 EXLEY, Kate y DENNICK, Reg, (2007): Enseñanza en pequeños grupos en Educación Superior, Madrid, Editorial Narcea, pág. 122-123 y 124.