VALORES ARQUITECTÓNICOS DE LA UPN AJUSCO. SU APROPIACIÓN POR LA COMUNIDAD ACADÉMICA

VALORES ARQUITECTÓNICOS DE LA UPN AJUSCO. SU APROPIACIÓN POR LA COMUNIDAD ACADÉMICA

Victorina María Reyes Salas (CV)

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Arquitectura Paisajista

El término “arquitectura del paisaje” fue utilizado por primera vez en Inglaterra y en Estados Unidos a mediados del siglo XX por Frederick Law Olmstead, para referirse a una manera de ver la relación entre edificio, ciudad y medio ambiente.
Para Mario Schjetnan G. y David Ramírez (colaborador) “la arquitectura de paisaje es el área de diseño arquitectónico que involucra el espacio abierto; sea en la adecuación de los edificios y estructuras entre sí y con su entorno, sea en la transformación y/o creación de ambientes y espacios exteriores”. (Schjetnan M. y., 1996, pág. 330)
El uso de los espacios abiertos es fundamental en la arquitectura de paisaje, al respecto en México existe una larga traición,  esta tendencia viene bien a la arquitectura  principalmente a la de carácter público. Por otra parte en México también hay una larga tradición tanto en el uso de enormes jardines como en la construcción de grandes espacios abiertos públicos.
En entrevista Pedro Ramírez Vásquez declara la existencia de una perspectiva de paisaje en los valores de la arquitectura prehispánica, donde existe un respeto por el paisaje y una concordancia con el entorno:
“…usted encontrará un valor permanente en nuestra arquitectura en el respeto al paisaje. Hay una indudable concordancia entre el paisaje natural de Teotihuacán: árido, triste, fuerte, dramático con la arquitectura teotihuacana: sobria, estable, seca, un poco agresiva. Hay la misma concordancia con el paisaje en la arquitectura maya: exuberante la arquitectura como exuberante la selva donde se ubica. Ese respeto al paisaje, respeto al medio ambiente, si nosotros lo conservamos en nuestra época estamos conservando un valor permanente, y posiblemente le estamos dando una semejanza a nuestras soluciones arquitectónicas con aquellas del pasado.” (Bayón, 1977, pág. 134)
Según Schjetnan y Ramírez (1996) en México existen tres tradiciones que influyen en la producción de espacios abiertos en el siglo XX; la unión entre arquitectura, paisaje y urbanismo es lograda mediante: tradición prehispánica, tradición  colonial unida a la  tradición mediterránea y la tradición de la arquitectura de paisaje francesa.
La producción armónica de amplios lugares proviene en primer término de raíces prehispánicas, “La gran belleza y sabiduría del espacio prehispánico es la concepción de ciudad como una gran celebración y una representación del cosmos. Los elementos del paisaje y la naturaleza eran sagrados…” tanto en las ciudades maya, como en la teotihuacana, totonaca y azteca, las zonas ceremoniales cuentan con pirámides de grandes plataformas, escultura exterior,  avenidas y plazas, por ejemplo el “cuadrángulo de las monjas”. (Schjetnan M. y., 1996, pág. 331)
El conocimiento astronómico, matemático y constructivo de las sociedades prehispánicas es reconocido científicamente por su precisión, les  permitió orientar y edificar considerando las perspectivas visuales del paisaje e integrándolas para apoyar la contemplación y el estudio del entorno y del cosmos, uniéndolas a los eventos ceremoniales y de orden sacro. Buena cuenta de ello la dan los estudios de arqueoastronomía en México.
Jesús Galindo Trejo ha estudiado la alineación de las estructuras arqueoastronómicas en la región maya y ha encontrado que los sacerdotes astrónomos mesoamericanos alcanzaron una evolucionada observación celeste considerada a la construcción de la arquitectura:
“El calendario alcanzó tal relevancia en toda Mesoamérica que inspiró un tipo de alineación arquitectónica donde el Sol señala, al alinearse al edificio, la llegada de ciertas fechas muy importantes que dividen el año solar en diversas proporciones que definen algunas características del sistema calendárico mesoamericano.” También ha encontrado orientaciones hacia la Vía Láctea que “poseen excepcional trascendencia en el pensamiento mítico de los mayas.” (Galindo, 2000, págs. 46-47)
            Belleza y sabiduría se vierten en una arquitectura de paisaje donde se conjunta astronomía, pintura, paisaje celeste y  diseño arquitectónico. 1
Es difícil que estas consideraciones astronómicas hayan formado parte de las invariantes formales de la arquitectura prehispánica recuperada en el siglo XX por ser  la arqueoastronomía  una subdisciplina de reciente existencia. Pero si justifican ampliamente el considerar arquitectura de paisaje a la arquitectura prehispánica.
La segunda tradición de la arquitectura mexicana de paisaje corresponde a la influencia hispano-árabe. Según Schjetnan y Ramírez. (1996) los elementos de esta tradición, se introducen a partir  de la conquista española, son derivados principalmente de la arquitectura religiosa conventual y son el gran atrio arbolado,  el huerto jardín, y el patio o claustro perimetral. El huerto jardín proviene  de la tradición mediterránea, por lo común se ubica en la parte posterior del convento y con un pozo al centro, rige el conjunto paisajístico.  Para Schjetnan y Ramírez (1996) el patio colonial es una constante e incluso algunas ciudades se pueden identificar como de patios y claustros.
La tercera tradición de influencia en la arquitectura mexicana de paisaje en el siglo XX procede de la arquitectura de paisaje francesa, la cual se inicia con las disposiciones constructivas de Maximiliano y se enraízan durante el porfiriato.
Los tres prototipos urbano paisajistas son la avenida-paseo 2, la alameda3 y el parque urbano 4.  Un parque urbano se caracteriza por su diseño, tiene caminos bien definidos,  puede tener además lagos seminaturales y orgánicos, zoológicos, macizos boscosos; el arquitecto cuida  las vistas y perspectivas naturales, las mezclas de lo ortogonal y el naturalismo controlado, puede construir s pabellones o pequeños edificios en el bosque. (Schjetnan y Ramírez, 1996)
Una de las influencia contemporáneas para la arquitectura del paisaje son las propuestas de Luis Barragán, de hecho Schjetnan y Ramírez (1996) lo consideran  como uno de los paisajistas de mayor trascendencia en el siglo XX  y presentan los elementos urbano-arquitectónico-paisajísticos redescubiertos por Barragán  e incorporados a su propia noción de arquitectura de paisaje: la puerta urbana, la plaza y la fuente, la calle y el muro con reja, la casa-patio,  el jardín y finalmente la torre-símbolo.
Las siguientes siete caracterizaciones  permiten categorizar a la UPN como una arquitectura de paisaje: Integración del medio natural como elemento estético,  uso de materiales de la región, respeto de la perspectiva visual, respeto de áreas naturales a través de su  integración a las zonas ajardinadas, aprovechamiento de los desniveles naturales; involucra  una gran extensión para el espacio abierto interno y circundante.
Integración del medio natural como elemento estético.
Los aspectos relevantes respecto a lo geológico es la integración estética de la piedra volcánica y en relación a lo ecológico, la conformación del mapa verde.

Integración estética de la roca volcánica en la UPN
La principal característica geológica de la zona geográfica donde se encuentra la UPN es el de una zona basáltica, cubierta con la derrama de lava del volcán Xictli.
Cuando se niveló el suelo para la construcción de la edificación de la UPN, se hizo por estratos,  se pudieron  haber eliminado en su totalidad los rastros de lava para efectos constructivos, sin embargo, como se ha narrado, hubo una incorporación de la lava al programa arquitectónico obteniéndose sus beneficios.
La piedra volcánica tiene un valor petrográfico importante y en su morfología se aprecian formas variadas y accidentadas con un perfil único y un atractivo visual. Cuando las zonas de lava están en su estado natural se evita caminar o sentarse en ellas por su carácter accidentado y filoso y su aspecto salvaje, esto mismo las protegió de su urbanización.
En las zonas ajardinadas de la UPN se pueden observar pequeñas áreas de rocas volcánicas dando una nota de paisaje natural. Francisco Fariello menciona:
“..las rocas se presentan casi siempre demasiado descarnadas para formar una vista interesante y delicada; pero si se entremezclan  con árboles majestuosos y si se cubren parcialmente con musgo y arbustos trepadores, aparecerán mitigadas en su aspereza, y resultarán todavía más notables en comparación con su estado de desnudez natural” (Fariello, 2004, pág. 258)
La manera como se integra la roca volcánica al espacio construido permite deducir la pérdida de su carácter salvaje natural y la adquisición de  un sentido escultórico y ajardinado.  La arquitectura ha jugado siempre para integrar la  lava tanto a elementos arquitectónicos duros como a los ajardinados.
En el caso de la UPN se han preservado zonas de lava, una observación cuidadosa permitir concluir su inclusión en el programa arquitectónico, su incorporación corresponde a una planeación detallada, a un estudio para su aprovechamiento como elemento estético,  de tipo ajardinado o escultórico,  esto puede apreciarse por su distribución y en su relación con los espacios adyacentes.
Recuperación suave ajardinada
De forma constante la roca volcánica en los exteriores de la UPN aparece ligada a vegetación  como un elemento de contraste permitiendo apreciar su atractivo visual, ya  sea rodeada de zonas suaves o por mezclarse con árboles. Inclusive dependiendo de su edad, brotan de la lava nuevos vegetales. 
Se proyecta la distribución de la roca volcánica en todos los espacios exteriores del  área ajardinada circundante, sin constituir un tropiezo o riesgo, pues no invaden las zonas marcadas de paso, su presencia eventualmente logra los efectos de fuerza y contraste.
Recuperación escultórica y asociación a elementos arquitectónicos duros.
Distribuida en la calle peatonal, en sus plazas, se localizan zonas donde permanecen expuestos tramos de lava, lucen articulando elementos arquitectónicos y vegetales. Generando una armonía visual entre formas orgánicas e inorgánicas.
El papel de la piedra volcánica en la Plaza de las Jacarandas es relevante como elemento arquitectónico por  formar parte integral de la plaza al constituirse en una de las paredes de cierre, la zona  es muy atractiva visualmente, este espacio es visitado con regularidad por jóvenes estudiantes para descanso, estudio o esparcimiento.
En el patio central aparece la asociación del elemento sólido de la construcción, la escalera y el adoquín con la roca y lo vegetal.  Una integración. A nivel del plano base.
Para evitar accidentes en la calle peatonal, se cuida la seguridad  mediante una adecuada distribución de la piedra volcánica, se procura su acceso  por un solo lado y desde abajo. En la siguiente ilustración se puede observar como la zona de lava descansa sobre la pared que deslinda el siguiente nivel, protegiendo el área de paso del pasillo superior, se esquivan posibles lesiones, en tanto la roca volcánica no puede ser utilizada como área de paso.
La unidad de conjunto  sugiere la presencia de lava en el patio y en el jardín abierto, emana de la aplicación de un criterio flexible de distribución y da continuidad al ornato natural, su ordenamiento  deriva de la sabia distribución de los edificios de acuerdo a la forma del terreno,  esta consideración es una característica de la arquitectura paisajista. 
Respecto al ciclo vital de la roca volcánica en la UPN, la siguiente imagen nos permite estimar el inicio de su estado de vejez: se ha desgastado, se cubrió parcialmente de sedimentos formando un nuevo suelo vegetal aprovechado por la planta de maguey e incluso tiene grafitis y está integrada a  la urbanización, solo la acción decidida de preservación evitará su muerte:
La vigencia del sentido arquitectónico de las áreas de lava se aprecia por la manera en que son habitadas por la comunidad universitaria, principalmente por los estudiantes.
Por  lo anterior puede concluirse que efectivamente hay una recuperación estética, paisajista de la roca volcánica en la arquitectura de la Universidad Pedagógica Nacional.
Integración arquitectónica del entorno natural
En relación a la integración estética del entorno natural, ya se ha explicado el mapa verde, donde se configura la planeación de un jardín clásico circundante y al interior, con efectos panópticos, lo cual es un gran logro paisajístico.
Sin embargo es factible agregar algunas consideraciones entre la relación arquitectura –mapa verde, ya no en la caracterización de la zona vegetal sino en términos globales sobre sus asociaciones por área.
Elemento arquitectónico del jardín: la asociación pórtico- paseo/pórtico-plaza
Fariello  al describir las características de jardín romano menciona: “Un elemento predilecto en la arquitectura del jardín era el pórtico, adaptado y empleado de varias formas…esta predilección se explica por el intento manifiesto  de establecer un vínculo entre el espacio interior y el exterior…Del emparejamiento pórtico-jardín derivan varias formas:…y el gimnasio de forma alargada con dos pórticos paralelos…” (Fariello, 2004, pág. 40)
El interés en la relación espacio interior-exterior como una transición la expresa el arquitecto Teodoro González en diversas ocasiones,  permanece manifiesta en la asociación pórtico jardín. También nos ayuda a entender el origen de los dos grandes pórticos paralelos de la calle central de la UPN, aunque aquí tiene una linealidad de zigzag.
Según Fariello los paseos y los senderos evidencian la intervención del hombre y su función principal  “…es conducir al visitante a través de los diversos escenarios hasta llegar a los puntos de vista más notables y, en su conjunto deben presentarse como algo armónico”. La forma regular y rectilínea del paseo en el jardín clásico debe modificarse en el estilo paisajista para “expresar y favorecer el movimiento humano-que tiene tendencia a seguir los recorridos más cómodos”. (Fariello, 2004, págs. 239-240)
Es menester recordar el paseo como una de las formas ajardinadas del paisajismo en México, la avenida-paseo es señalada por Schjetnan como influencia francesa del siglo XX. En la UPN la hilera de grandes árboles de jacaranda se liga al pórtico y a la avenida interna formando un paseo.
Es atrayente descubrir cómo los árboles de jacaranda están asociados a los dos pórticos de la “calle interna” o explanada, como si una zona saludara y la otra se usara para despedir,  tal parece si retuviera o  agradeciera la salida con una zona de esparcimiento. Es decir colaborando al vínculo del espacio interior y el exterior.
El paseo de las jacarandas está junto a la entrada principal, bajo el pórtico con el letrero dorado  de la UPN, de ahí se desprende una calzada asociada a la esquina izquierda y se caracteriza por una zona de césped y grandes árboles de jacaranda alineados. Este paseo tiene un efecto pictórico de bienvenida, por temporadas forman un paisaje verde, uno azuloso, uno violáceo y al final parecen tejer una alfombra violeta para amortiguar el paso de los visitantes distinguidos.
En las ilustraciones anteriores se puede apreciar como el paseo de las jacarandas inicia antes del pórtico y continúa después, de esta manera se cumple perfectamente la indicación de continuidad entre lo interno y lo externo, no sobra decir su papel de invitar al visitante a un recorrido inicial.
La plaza de las jacarandas, ya citada, se localiza en la zona de salida del pórtico posterior, enfrente del departamento de reprografía.  Es una plaza hundida, diseñada sobre una depresión topográfica, una de las paredes se constituye por una región de lava, se cubren los otros tres extremos  mediante escalinatas libres, configurando el lugar en forma cuadrangular, Grandes jardineras redondas están sembradas con árboles de jacaranda  circundando la plaza. Se hace notoria la incorporación de la jacaranda a elementos materiales inmóviles, las jardineras redondas, así la imagen de la plaza adquiere estabilidad.
Al observar la plaza y el monumental pórtico posterior, se percibe cómo la plaza por un lado se suma a la relación pórtico-jardín y por otro forma un atractivo visual natural antes de salir del recinto. Las siguientes imágenes presentan los cambios estacionales de las jacarandas, a través de estas mutaciones el estudiante puede hacerse consciente del paso del tiempo, del calendario escolar y del crecimiento o maduración.
Elemento arquitectónico: edificio de gobierno-jardín de ornato
El jardín frontal junto al lindero con la carretera al Ajusco, ofrece al transeúnte un aspecto de ornato, de control total de la naturaleza salvaje, aunque incluye algunas figuras de vegetación nativa como árboles tepozanes sueltos. Está ligado precisamente al edificio de gobierno. Es decir cumple la función de adornar y servir al gobierno universitario. De presentar una  faceta bonita de la naturaleza, asociada  por lo común a funciones elegantes, amables.
Elemento arquitectónico fachada piramidal-jardín de agaves
La intervención arquitectónica en la  fachada externa de la biblioteca asociada con el jardín de agaves, en forma aparente se reduce a la presencia de pasillos de adoquín y escalinatas, en función de las condiciones de la pendiente y los estratos del suelo, mientras a ambos lados del camino los magueyes aparecen en una disposición rústica como si fuera su estado natural.
Declara Francesco Fariello  respecto del jardín paisajista: “El artista escogerá los objetos naturales más atractivos y con ellos compondrá un nuevo conjunto, adecuado a los rasgos y a la situación del lugar, pero de manera que todo parezca dispuesto por la propia naturaleza” (Fariello, 2004, pág. 251)
La zona de agaves destaca por su extensión, cubre una fachada lateral hacia el norte y su especialización en agaves, pero lo más sorprendente es asociarse a una estructura de connotaciones piramidales, tipo prehispánico, esta asociación no es casual. El maguey es rescatado en su significación de planta prehispánica y es de manera intencionada asociada con los elementos arquitectónicos  básicos de la pirámide prehispánica, dándose mutuamente realce y acentuando su significación prehispánica.  
Para Fariello al jardín se le exige un “significado que trascienda su aspecto puramente formal y que pretenda excitar la imaginación mediante una cadena de emociones y de sensaciones… el arte consiste en emplear aquellos medios, ya sean naturales o artificiales, que mejor puedan actuar en ese sentido, y de manera que su eficacia se acreciente mutuamente” (Fariello, 2004, pág. 251)
La asociación es inevitable de manera consciente e inconsciente para cualquier mexicano que transite por el jardín de agaves. El nopal se encuentra en el escudo nacional, pero después de él, otra xerófila destacada es el agave por sus asociaciones a las bebidas típicas de aguardiente y el tequila5 , además de sus posibles usos curativos  y los propios de la gastronomía mexicana, la espina del maguey se asocia a rituales de la cultura prehispánica, mientras  en la actualidad la penca puede ligarse a un “grafiti rural”. No es cualquier xerófila sino una con sentido cultural,  nativo. La articulación arquitectónica del jardín de los agaves es de reminiscencia prehispánica.
Elemento arquitectónico facha externa posterior/ bosquete
La disposición arquitectónica del bosquete de  encino, fresno y tepozanes tiene una semejanza con el bosquete al descubierto con compartimentos que describe Fariello (2004)6   los árboles también son de hoja perenne y se acompañan con superficies de césped, a diferencia del bosquete francés, en la UPN, los espacios al descubierto no se disponen simétricamente ni se dividen en forma geométrica, sino que llegan a compartir espacio con los matorrales de la zona baja, dando un aspecto más natural o paisajista, sin ser algo rústico ni real porque tienen césped.
El simbolismo asociado a la relación fachada-bosque es similar a la  del convento inmerso en el bosque, en México, por ejemplo los carmelitas descalzos buscaron el Desierto de los Leones y el bosque de Tenancingo, como lugares propicios para el retiro mundano y la reflexión espiritual. El bosque se encuentra resguardado en la parte alta del asentamiento, de acceso principalmente a la comunidad académica, ya que por la altura de los edificios no alcanza a adivinarse desde el exterior de la carretera. Más allá del simbolismo, el bosque confiere un clima de paz, tranquilidad, amortigua los ruidos, puede decirse que da serenidad para todas las aulas que tienen esa vista.
Los matorrales están insertos en el bosquete, sin asociación peculiar a elemento arquitectónico.
La zona nativa representa la naturaleza salvaje, se encontraba en la zona periférica, visible únicamente desde los pisos superiores.
Elemento arquitectónico: circulación vehicular y paseo de los colorines
La circulación vehicular da la vuelta a la universidad en un circuito exterior, flanqueado de ambos lados y en medio por hileras de colorines. Es un auténtico toque de color destacado entre los grises del edificio y los marrones del bosquete. Los colorines son de color rojo, color asociado al “alto”, inconscientemente pudieran influir en una circulación más lenta, propia del estacionamiento.
Recordando a Fariello (2004) un paseo sirve para indicar al transeúnte por donde debe transitar, esa función está claramente establecida con el paseo de los colorines por su disposición y por su ubicación. Su introducción obedece a una aforestación intencionada para fines decorativos.
Por su disposición los colorines forman hileras establecidas en forma regular y rectilínea, van cercando el perímetro posterior a la UPN inicia en uno de los accesos de automóviles y se sigue hasta a alcanzar  la zona posterior,  acompañan al visitante a pie o corriendo para dar un rodeo por la universidad, van guiando  principalmente  la conducción de automóviles desde las áreas de acceso externo a las áreas de estacionamiento. También funcionan como vínculo del exterior con el estacionamiento como zona de transición.
Además con los colorines la UPN está rodeada de vegetales de origen y uso prehispánico, que antiguamente tenían una función alimentaria y ritual,  en la época contemporánea su principal uso es ornamental y se le podría agregar una función didáctica.
Elemento arquitectónico y de jardinería: terrazas y jardineras
Terrazas y jardines colgantes
En el diseño arquitectónico de la UPN sobresalen zonas edificadas muy poco aprovechadas en su intencionalidad ajardinada. Se trata de las terrazas que bien podrían dar lugar para la composición de jardines o incluso vistosos jardines colgantes, no son simples cubiertas, por su disposición y acceso visual es muy probable un destino de jardín, el cual es  una concepción derivada de  planteamientos funcionalistas de Le Corbusier, quien fuera una de las influencias más fuertes en la formación del arquitecto Teodoro González de León. 
Para W. Boesiger y H. Girsberger (Boesiger, 1988) los techos-jardín o terrazas,  son uno de los cinco puntos fundamentales de la arquitectura funcionalista propuesta por Le Corbusier. En la propuesta de los techos –jardín  Le Corbusier plantea razones económicas, de confort y sentimentales para la adopción del terrado como cubierta7 . Como medida de protección de la cubierta de hormigón armado Le Corbusier sugiere colocar arena recubierta de gruesas losas de hormigón, con juntas separadas, inicialmente se siembra césped. Arena y raíces solo dejan filtrar el agua lentamente. Los terrados-jardín adquieren opulencia: flores, arbustos, árboles y césped.
A partir de la situación técnica resuelta Le Corbusier avanza en su propuesta de terrados jardín hasta la recuperación o desarrollo del concepto de jardines colgantes.
En la UPN lo mejor aprovechado son las jardineras de patio sembradas desde el inicio, las terrazas no tuvieron esa suerte.
Dos terrazas de la calle peatonal sobresalen, son el área saliente del auditorio Lauro Aguirre y la terraza de la fachada de biblioteca hacia la calle interior.  Además se cuenta con las zonas de terrazas de la fachada lateral externa del edificio de gobierno sobre una estructura tipo piramidal prehispánico, de los elementos clásicos de talud, tablero y plataforma fueron aprovechadas las plataformas para dejarlas libres y permitir su acceso desde el interior del edificio, de esta forma podrían ser utilizadas como zonas ajardinadas, confiriendo un aspecto paisajista y elegante a una zona edificada para albergar al gobierno de la universidad: la Rectoría. Esta zona en la actualidad solo contiene algunas macetas y su uso ha sido discrecional para eventos sociales de convivencia al “aire libre”.
Otras terrazas son de  menor dimensión y se encuentran en la parte superior del espacio destinado a comedor, su acceso es más fácil porque dan al primer piso del edificio longitudinal. Si contienen plantas.
Los arquitectos González y Zabludovsky se sirven de las dimensiones de la UPN y de un ámbito vegetal propicio para incorporar y distribuir en la calle peatonal jardineras con esa nota verde y de vida que contrasta y suaviza la dureza de la piedra moderna, el adocreto.
En resumen las caracterizaciones de arquitectura de paisaje fueron resueltas: 1) el uso de materiales de la región, se responde con la piedra volcánica en el proceso constructivo, 2) el respeto de áreas naturales es a través de su  integración a las zonas ajardinadas, principalmente por ese respeto al bosquete, matorrales y zonas nativas; 3)el aprovechamiento de los desniveles naturales, quedó indicado desde la planeación: el eje axial siguió un zigzag y las plataformas se apegaron a los desniveles naturales; 4) involucrar  una gran extensión para el espacio abierto interno: queda demostrado con la calle peatonal, sus plazas, sus plataformas, escalinatas y rampas, más todo el jardín circundante y área de estacionamiento.
Otra característica es 5) el respeto a las perspectivas visuales, el panorama ha cambiado a partir de nuevas y altas construcciones en el contexto urbano cercano a la UPN, pero además de favorecer las perspectivas en fuga al interior, y de los efectos panópticos que permiten ver siempre un punto vegetal desde cualquier espacio o ventana. La UPN tiene  realmente siete niveles, y su altura es monumental, por estar bien ubicada en el terreno y respetar las alturas en relación a la carretera, la UPN no interfiere con las perspectivas de ningún otro edificio, además la UPN tiene una magnifica vista hacia la zona ecológica y desde ciertos puntos se alcanza a ver el pico del Águila de la serranía del Ajusco. Tiene desde el interior de los salones perspectivas hacia el bosque y zona aledaña.
Además de cubrir los criterios de una arquitectura de paisaje, una  rica connotación simbólica es que la estructura del jardín universitario UPN permite una contemplación histórica de diferente índole según el punto de observación, desde remontarse a la época postvolcánica con un agreste pedregal, a la época prehispánica con la zona de magueyes y los árboles rituales del colorín, hasta la moderna terraza lecourbouisiana. Transita desde el bosque al jardín de ornato, el gusto personal tiene de donde asirse para escoger el estado de la naturaleza que mejor acompañe. Tras la sencilla presencia de la naturaleza vegetal se esconde un genio creador de un valor estético y contemplativo a cada espacio del mapa verde de la UPN.

1 Otro ejemplo que Galindo presenta del edificio de las pinturas en Bonampack, la fecha inscrita en el Cuarto 2 “coincide con el momento del paso cenital del Sol en Bonampack y de la conjunción inferior de Venus, la gran banda celeste de tenue brillo que conocemos como la Vía Láctea se extendía a lo largo del eje de simetría del edificio” (Galindo, 2000, p. 47)

2 El mejor ejemplo de avenida paseo es el Paseo de la Reforma, es una gran avenida ancha y ajardinada “de trazos ortogonales, con elementos secuenciales tales como las glorietas y los monumentos.” Schjetnan y Ramírez (1996, p. 335)

3 Además dela Alameda central de la ciudad de México, otro ejemplo es la plaza central de Oaxaca, es una plaza ajardinada y forestada, con trazos geométricos, posee además un kiosco, esculturas, bancas y fuentes. (Schjetnan M. , 1996)

4 Como el Parque Hundido o el de la Casa del Lago en Chapultepec

5 El agave azul permite la denominación de origen del tequila.

6 En el bosquete al descubierto del jardín francés las especies típicas utilizadas son el ciprés, el pino, el abeto, el encino y el laurel, que so de hoja siempre verde (Fariello, 2004, p. 176)

7 El origen de la propuesta de los terrados-jardín es que la transformación del tejado tradicional con una pendiente por una cubierta homogénea y horizontal de hormigón armado, conlleva la necesidad de resolver el problema del desagüe y el problema del agrietado que ocasiona una contracción posterior a una dilatación, procesos físicos comunes en el hormigón,  y la mejor manera de realizarlo es tratando de mantener una humedad constante en el hormigón de la terraza y una temperatura regular en el hormigón armado. W. Boesiger y H. Girsberger (1988, p. 44)