VALORES ARQUITECTÓNICOS DE LA UPN AJUSCO. SU APROPIACIÓN POR LA COMUNIDAD ACADÉMICA

VALORES ARQUITECTÓNICOS DE LA UPN AJUSCO. SU APROPIACIÓN POR LA COMUNIDAD ACADÉMICA

Victorina María Reyes Salas (CV)

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Arquitectura educativa mexicana del Siglo XX

Las propuestas arquitectónicas son culturales e históricas. La  búsqueda de explicaciones y formas de identificar la arquitectura dio lugar a una tipología arquitectónica que dominó durante mucho tiempo la historia de la arquitectura y permitió el establecimiento de modelos que se podían generalizar en tiempo y espacio, y permite consignar estilos arquitectónicos. (Taki, 1985)
En México han predominado en el ámbito de la arquitectura claras tendencias en los estilos arquitectónicos, los cuales se han transmitido a la arquitectura educativa.
La arquitectura regional en México obedece a dos fuertes tendencias: la arquitectura tipo prehispánica y la arquitectura colonial,  de fuentes generacionales muy diferentes van a dar pie para definir una arquitectura nacional y van a filtrar elementos peculiares retomados y mezclados con materiales autóctonos y con materiales contemporáneos para dar un carácter mexicanista a nuevas corrientes que con el desarrollo de la arquitectura a nivel mundial van a influir en el desempeño de arquitectos mexicanos en su búsqueda de nuevas definiciones en su labor. Esta arquitectura van a proyectarla hacia el exterior; en el inter surge la corriente  del funcionalismo,  adosada en algunos casos de ese prehispanismo y en otros del neocolonialismo, también el estilo arquitectónico del Art-decó se nutrirá de ellas,  posterior al funcionalismo deviene el estilo internacional, junto a él algunas tendencias menores como la escuela tapatía,  la arquitectura de integración plástica o la arquitectura organicista. Cuando se describen estas corrientes y sus muestras de edificios construidos como obra oficial, se incluye la producción de centros escolares, de aquí se puede reconstruir la historia particular de la arquitectura educativa.
Para Fernando González Gortázar  (1996 pag.11) la arquitectura de este siglo ha sido “una de las manifestaciones más ricas y fascinantes de la cultura nacional”, para él la arquitectura  conforma “con mayor claridad uno de los rostros de determinado grupo humano y tiempo histórico, la que define con mayor contundencia la identidad del hogar colectivo” y en el caso de México considera que es un fiel espejo de nuestras pasiones y contradicciones. Esos grandes valores de la arquitectura en general y de la mexicana en particular también se han plasmado en la arquitectura educativa de las escuelas mexicanas.
La arquitectura escolar en México ha sido principalmente obra pública y es igualmente trascendente para reflejar lo que acontece a nivel general  y nacional con la arquitectura del siglo XX, similar a lo sucedido en otros sectores públicos, como el de la salud,  se abrieron debates, se fijaron políticas, se realizaron concursos, se asignaron estrategias y financiamiento, y estuvo sometida al mismo debacle nacional. La construcción de escuelas en México ha obedecido a la alta misión consignada a la formación de los ciudadanos para el desarrollo del país.
El estudio de la arquitectura educativa mexicana del siglo XX, se presenta en sus contextos de producción y de discusión arquitectónica, considerando los periodos, según su desenvolvimiento cronológico, de la manera como se expresan en la arquitectura educativa sin dejar de considerarlos partícipes de un movimiento más amplio. como antecedente se presenta el preámbulo de una arquitectura nacional que se discute durante el porfiriato, después de la revolución mexicana, pueden delinearse una tendencia inicial impulsada por Vasconcelos hacia  lo neocolonial,  tras esta corrientes la discusión arquitectónica estatal educativa se orienta hacia el funcionalismo,  en educación se pasa a una etapa propositiva de la integración plástica,  tras este periodo se afirma como tendencia la arquitectura educativa internacional y dentro de ella se reincorpora lo regional.
Pueden definirse con claridad estilos en la arquitectura educativa, porque es una arquitectura financiada por el gobierno mexicano y desde él se dictan y se discuten las orientaciones y los presupuestos para desarrollarla.

  Arquitectura educativa porfirista

La educación  pública surge en 1786 con la fundación de escuelas municipales para niños, para Bolaños (Bolaños, R., Cardiel, R., Solana, F., 1981) se declara libre la enseñanza a partir de la legislación de octubre de 1833, expedida en el periodo presidencial de Gómez Farías, el Estado asume su competencia en materia educativa, se crea la  Dirección de Instrucción Pública para el Distrito y Territorios Federales,  y se procede a secularizar un conjunto de instituciones para dedicarlas  a una educación laica.  En 1842 mediante  la Compañía Lancasteriana, el gobierno de López Santana disemina la instrucción primaria. En este periodo no había un modelo de escuela y muchas de ellas eran casas habilitadas.
En México durante 1910 con motivo de los festejos del Centenario de la Independencia se inauguraron la Escuela Normal Primaria para Maestros construida por el ingeniero Porfirio Díaz hijo, y la Escuela Nacional Primaria para Niñas “La Corregidora de Querétaro”. Estas obras representan una cima alcanzada en relación a obras públicas del sector educativo básico desarrollado durante el porfirismo. Hablan de la modernidad porfirista.  Hay otras dos obras educativas inauguradas en estos festejos con una relevancia singular: la Escuela Nacional de Altos Estudios y la Universidad Nacional de México.  La Escuela Nacional de Altos Estudios se inaugura con la finalidad de coordinar la investigación realizada en las Escuelas Profesionales,  de ella se formarán la Facultad de Filosofía y Letras, la Facultad de Ciencias y las Inspecciones Generales de Monumentos Arqueológicos e Históricos.1
La Universidad Nacional de México, que más tarde adquiriría su autonomía convirtiéndose en la hoy UNAM,2   tras una larga historia de fundación y suspensión, ya que su origen podría remontarse  desde la Universidad Real de la Nueva España, luego Universidad Real y Pontificia de la Nueva España, fundada en el temprano siglo XVI, es suspendida por Benito Juárez  y es vuelta a unificar y significar, por el porfirismo,  a partir de su inauguración en el Centenario de la Independencia de México. La Universidad Nacional de México conjunta la actividad de escuelas superiores que actuaban de forma aislada. Al volverse a unificar van a tomar el carácter rector de la Educación Superior en México, al mando inicial de Justo Sierra.
Fausto Ramírez (2013) al reflexionar sobre la aparición de nuevos programas arquitectónicos en la arquitectura decimonónica, señala que la arquitectura decimonónica “vino a representar un nuevo espíritu ilustrado frente a la estancada tradición secular”, afirma” la necesidad de una orientación racionalista por los cauces modernos” (Ramírez, 2013, pág. 96)  cita como gran ejemplo a la Escuela de Minería de Manuel Tolsá, agrega que la importancia que tuvo la educación en el régimen porfirista se aprecia en otros ejemplos de” magníficas estructuras educativas”,  como las escuelas normales distribuidas en todo el país,  los edificios construidos para los institutos científicos, como el Instituto Científico y Literario de Toluca, el Instituto de Ciencias y Artes de la ciudad de Oaxaca (1899), el Antiguo Liceo de Niñas en Guadalajara y la Escuela Preparatoria de Jalapa.  Otro edificio porfiriano  notable inaugurado en septiembre de 1910 es la Escuela Superior para Señoritas, de Xalapa, Veracruz.
            Durante la época del porfiriato las construcciones escolares eran encargadas tanto a arquitectos como a ingenieros. Se distribuyeron por todo el país, teniendo una amplia infraestructura con edificios selectos según su nivel educativo. Hubo discusiones en torno a la orientación de la arquitectura, el o los estilos que debían desarrollarse como obra pública.
Según Ramón Vargas  Salguero (1996)  entre el cuerpo docente inicial de la Universidad Nacional de México se encontraban ocho arquitectos: “Antonio Rivas Mercado, quien a la sazón era director de la Escuela Nacional de Bellas Artes, Antonio Anza, Samuel Chávez, Carlos Herrera, Carlos Lazo, Nicolás Mariscal, Luis E. Ruiz y Antonio Torres Torija, que ya habían incursionado en la docencia de la arquitectura y en “la transformación de la práctica arquitectónica”. Nicolás Mariscal y Antonio Rivas Mercado van a tener un papel público relevante durante el porfiriato, influyendo en las directrices de la arquitectura, entre ellas una exploración hacia el prehispanismo, como lo demuestra el Pabellón Mexicano expuesto a nivel internacional, en 1922 ya hay una inclinación diferente hacia lo colonial como lo contrario a la tendencia del  porfiriato.
Al analizar los cambios ocurridos en la enseñanza de la arquitectura, donde se implementa la teoría arquitectónica, el papel del programa  y proyecto arquitectónico; la influencia de los maestros arquitectos franceses, Veiollet-le-Duc y Julien Guadet; y el papel iniciado por los materiales modernos como el acero y el concreto, se manifiesta que los arquitectos porfiristas “crearon las condiciones subjetivas para la revolución arquitectónica de México”, las condiciones objetivas se crean con la revolución mexicana. (Vargas, 1996)
Arquitectura escolar vasconcelista
Un arquitecto de principios a siglo  se opone al régimen porfiriano y va a generar discusiones en torno al carácter de la arquitectura en México, es el arquitecto Jesús T. Acevedo, él en 1907 concibe la idea de formar una Sociedad de Conferencias con un grupo de jóvenes literatos, músicos, pintores y filósofos,3 anteriormente habían fundado cenáculos donde se leían y comentaban libros y autores que se separaban del positivismo. El 24 de julio de ese año el arquitecto Acevedo sustentó la quinta conferencia de la primer serie, y su tema fue El porvenir de nuestra arquitectura. Con el éxito alcanzado con el primer ciclo, en 1908 el presidente de la Sociedad, Arq. Jesús, T. Acevedo organizó una segunda serie de conferencias-conciertos. (Hernández, 1962)
En octubre de 1909 Antonio Caso funda el Ateneo de la Juventud, se reunen en el Salón del Generalito, de la Preparatoria  y es un centro cultural de una nueva generación del amanecer de la revolución. El Ateneo integra a los miembros de la Sociedad de conferencias y se amplia, incluye a José Vasconcelos, a Alfonso Reyes, a Martín Luis Guzmán, a los pintores Diego Rivera y Roberto Montenegro, los músicos Manuel Ponce y Julián Carillo; continúa el arquitecto Acevedo y se le suma el arquitecto Federico Mariscal, “devoto de los prodigios arquitectónicos de la colonia, los cuales cataloga y estudia en libros admirables” (Hernández, 1962, págs. 16-17)
Las conferencias de los ateneístas,  patrocinadas por Justo Sierra y por Ezequiel Chávez, revelan su tendencia humanista,  y la búsqueda de  lo mexicano y lo hispanoamericano.  Cuando se derrumba la dictadura porfirista el Ateneo de la Juventud se incorpora con los maderistas  y nombran como líder a José Vasconcelos. El grupo funda en 1911 la Universidad Popular Mexicana. (Hernández, 1962)
Pedro Henríquez Ureña (1962) al señalar los avances culturales en la década 10-20 que se impulsa con los ateneístas, menciona respecto a la arquitectura:
“Con Jesús T. Acevedo y Federico Mariscal se abre, en 1913, el movimiento a favor del estudio de la tradición colonial mexicana; lo continúan artistas e historiadores como Manuel Romero de Terreros; diez años después, los barrios nuevos de la capital, entregados antes al culto del hotel afrancesado y del chalet suizo, están llenos de edificios en que la antigua arquitectura del país reaparece adaptándose a fines nuevos; edificios fáciles de reconocer, no sólo por el interesante barroquismo de sus líneas, sino por sus materiales mexicanos, el tezontle rojo oscuro y la chiluca gris, o a veces además el azulejo: ellos devuelven a la ciudad su carácter propio, sumándose a los suntuosos palacios de los barrios viejos.” (Henriquez, 1962, págs. 154-155)
Alfonso Reyes reconoce a Jesús Acevedo como un gran conferencista 4, que despertó el interés por el estilo arquitectónico colonial mexicano y “encauzó en este estudio a los que habían de propagarlo y hacerlo renacer  en nuestros estilos actuales” (Reyes, 1962, pág. 204)
El arquitecto Federico Mariscal va a heredar de Acevedo  la batuta para reorientar las tendencias arquitectónicas tras la desaparición del régimen porfirista. Cómo este régimen tuvo una inclinación hacia lo prehispánico, la postura adversa era el refugio hacia lo colonial y el rescate de la cultura universal y clásica, que es la postura vasconcelista.
En 1921 el presidente Obregón por decreto crea la Secretaría de Educación Pública y José Vasconcelos es nombrado el Secretario; en su  discurso de inauguración del edificio de la SEP, lo describe como un “elegante edificio construido con líneas neoclásicas, con murales pintados en las paredes de sus corredores, con estatuas de Platón, Buda, Las Casas y Quetzalcóatl dominando el patio central para simbolizar la herencia cultural de Grecia, Asia, España y América.”  Era el anuncio oficial de una nueva cultura y educación, centralizada y universalista. El edificio de la SEP asentado en el Centro histórico de la capital mexicana  se construye en un estilo neoclásico y en él participa como responsable de su construcción el ingeniero Federico Méndez Rivas, con intervenciones del propio Vasconcelos y con la participación mural del pintor Diego Rivera.  Para Vasconcelos, en materia educativa, era necesario “construir”, en un sentido metafórico y en un sentido literal de edificar, escuelas y bibliotecas. (Amuchástegui, 2013, pág. 409)
Orientado hacia una cultura de masas, la arquitectura permitió a Vasconcelos la posibilidad de ‘ilustrar’ su sistema filosófico y estético y darle además una base material directa con la tradición hispanoamericana,5  haciendo entrar  “la educación nacional en el periodo de la arquitectura”.  La dirección de la arquitectura escolar que propicia la Secretaría fue “neocolonial” y responde a la concepción de arquitectura adoptada del Secretario de Educación, en la cual interviene las influencias de  la Sociedad de Conferencias y la primera época del Ateneo de la Juventud. La Secretaría de Educación  tiene  el Departamento Escolar, para impartir instrucción; el Departamento de Bibliotecas y Archivos, para promover las bibliotecas y el Departamento de Bellas Artes, para difundir la cultura; procurando armonizar y transparentar la labor de las tres en la planta arquitectónica de las escuelas primarias, para las bibliotecas se estableció seguir siempre un estilo mexicano de arquitectura tipo poblano. (Amuchástegui, 2013)
Vasconcelos pugna por una educación laica sin dejar de asociarla a una función redentora y mística, por eso sus “misiones culturales” son de una vocación religiosa, misional por la dedicación de sus instructores. La cultura y la educación de Estado sustituyen a la religión en un sentido y en otro la recuperan en el uso de sus viejas formas a las que admira, es como la construcción de un templo sobre las ruinas de otro. (Amuchástegui, 2013, pág. 412)
Vasconcelos aparece como reivindicador de una arquitectura nacional denominada neocolonial, siguiendo la propuesta de los arquitectos  ateneístas Jesús T. Acevedo y Federico Mariscal. Una referencia directa al patrimonio de la Colonia y la necesidad de su estudio para formar un arte nacional, es sostenida  por Mariscal en 1900 durante la conferencia  “El desarrollo de la arquitectura en México”. (Amuchástegui, 2013)
Los arquitectos Mariscal6 , Piña y Acevedo,  reabren la posibilidad de hacer evolucionar la arquitectura colonial, recuperan como sus aspectos básicos el patio, como núcleo de una distribución armónica, y proponen incorporar, como lo nuevo, el uso del hierro y el cemento.  También proponen salvaguardar el patrimonio arquitectónico hispánico y el arqueológico. (Vargas, 1996)
Las construcciones  de carácter público y principalmente escolar  patrocinadas por Vasconcelos, siguen sus directivas estéticas en tanto Secretario de Educación Pública, son catorce, fueron edificadas de 1922 a 1924, entre ellas se encuentran  centros escolares, bibliotecas, facultades, escuelas primarias y la sede de la SEP.7
La selección de una arquitectura neocolonial se puede rastrear en la obra Ulises criollo,  ahí, al parecer de Vasconcelos, el verdadero mexicano se encuentra en los siglos XVII y XVIII, periodo en el que la cultura prehispánica y la española ya se han fusionado y han dado paso a un nuevo hombre. Es en lo colonial donde el mexicano ha nacido como tal, por lo que sus manifestaciones culturales han de ser rescatadas. 8  (Alva, 1996)
El estilo neocolonial, definido por Mariscal y por Acevedo,  tiende al uso de materiales propios del altiplano central, utiliza como recursos materiales el tezontle, el recinto, la chiluca, la cerámica de talavera y la cal en el interior,  todos ellos propios del altiplano central y están ligados a la tierra y a lo volcánico. En lo formal van a aparecer recursos del mundo hispano como  la espadaña, las columnas churriguerescas y salomónicas,  las cúpulas (ligadas a la imagen eclesial o templaria)  uno de los elementos espaciales esenciales es el patio, cuyo origen puede situarse tanto en lo prehispánico como en lo colombino. (Alva, 1996)
Las nociones ideológicas de Vasconcelos que van a ser adoptadas por arquitectos y desarrolladas para orientar y tipificar al centro educativo, son: la noción de biblioteca como templo del saber y la noción de la escuela como hacienda del saber.
Vasconcelos 9 bajo la idea de recuperar el genio creador con las nuevas  “catedrales laicas que son los edificios públicos y las construcciones escolares”  Las bibliotecas son los actuales “templos del saber”, una visión esotérica y mágica, mientras, extraída de las formas del campo, serán las formas de las haciendas, las escuelas serán las “haciendas que producirán el conocimiento en los escolares”. (Fell, 1989, pág. 458)
Las obras neocoloniales más representativas de la época y tendencia vasconcelista  que incluyen “un lenguaje arquitectónico en las obras del Estado”,  son la Biblioteca Cervantes (1923) y el Centro Escolar Benito Juárez (1923) proyectada por Carlos Obregón Santacilia.  (Alva, 1996, pág. 66)
Por su parte López Rangel considera entre  las obras escolares más significativas del neocolonial  a las siguientes: El Centro Escolar Benito Juárez diseño de Carlos Obregón Santacilia, 1929; la Escuela Belisario Domínguez diseñada por Edmundo Zamudio, la Escuela de San Cosme y Santo Tomás (1923), la Escuela Nacional de Ferrocarrileros (proyecto, 1923), e incluye a la Biblioteca Cervantes. (López R. , 1990) Son obras imponentes.
Carlos Obregón Santacilia elabora el Centro escolar Benito Juárez como proyecto para titularse en la carrera y es invitado por Vasconcelos para construirla10 , proceso que dura de 1923 a 1925. El proyecto cuenta con la colaboración del artista  Roberto Montenegro, quien es invitado para realizar los murales de la biblioteca.
El Centro Escolar Benito Juárez   reproduce en un “esquema claustral una tipología de hacienda”, Obregón Santacilia compuso los espacios simétricamente alrededor de dos grandes patios practicados en dos niveles. La fachada retranqueada sobre el alineamiento produce un escalonamiento para acentuar la verticalidad de los macizos y la separación de la zona de ventanas, las esquinas y los retranqueos.  Su semejanza con la hacienda hace pensar en la escuela como “una verdadera hacienda del saber” (Alva, 1996, págs. 67-68) 11
En este proyecto arquitectónico se introducen materiales modernos, el hormigón armado y el cemento (Cruz azul), con nuevas técnicas constructivas, para garantizar su protección contra el fuego y los temblores. Los elementos coloniales se insertan en la ornamentación, los espacios responden al plano ideológico de la noción de escuela como “hacienda”,  a la segregación de género, aún presente en ésa época, y a evocaciones religiosas por su biblioteca, construida con  planta de tres naves y cúpula, clara alusión a la estructura eclesiástica,  que traslada a la biblioteca su noción de “templo del saber” y de paz.
Ligada a la arquitectura eclesiástica se encuentran las imágenes y óleos de las iglesias, eso explica también el afán de introducir murales en las bibliotecas, para producir un impacto visual más contundente. En los edificios eclesiales se encuentran las impresiones más rotundas de la arquitectura colonial y estos efectos son los que Vasconcelos trata de llevar a su propuesta de arquitectura educativa.
La obra de Carlos Obregón se apega al programa arquitectónico de edificación de escuelas del neocolonial, dando vida a la vertiente historicista, es la culminación de una concepción arquitectónico-ideológica vasconcelista, es, desde la perspectiva teórica de Michel Foucault, un dispositivo visoespacial.  (Amuchástegui, 2013)
En este sentido el dispositivo visoespacial arquitectónico funciona como punto de partida de un movimiento de difusión artístico cultural, para favorecer a través del sentimiento estético una dimensión de transformación cultural dirigida  a la creación de la identidad mexicana.  Lo arquitectónico tiene una función cultural fundamental. (Amuchástegui, 2013)
La arquitectura escolar vasconcelista contribuyó a la creación de imponentes edificios escolares, limitados en cuanto a cantidad.
Funcionalismo en arquitectura de espacios educativos
Al periodo presidencial de Álvaro Obregón le secunda el de Plutarco Elías Calles (1924-1928),  en el Departamento de Construcciones de la Secretaría de Educación Pública trabajan como proyectistas José Villagrán García, Vicente Mendiola y Francisco Dávila al inicio continúan con la tendencia de la arquitectura neocolonial, empieza a declinar esta tendencia al encontrase cierta incompatibilidad entre las modalidades de vida vigentes tras la revolución y el tránsito a una política democrática liberal aunada al desarrollo de la teoría arquitectónica.  José Villagrán García va a destacar como ideólogo de una nueva tendencia. (Vargas, 1996)
Durante el sexenio de 1928 a 1934, y ante la necesidad de resolver los problemas sociales, no es posible sostener el estilo neocolonial, de alto costo.  Para las construcciones de los programas masivos dirigidos a los servicios de salud, vivienda y educación, Villagrán plantea  adoptar la arquitectura funcionalista, con la finalidad de obtener una imagen de modernidad, reducir los costos, aumentar la rapidez de realización y desarrollar la industria de la construcción.
Durante la campaña de Cárdenas la Sociedad Mexicana de Arquitectos es convocada para definir y unificar la ideología de los arquitectos, la orientación de la arquitectura en México, las preguntas centrales del debate giran en torno al funcionalismo, entre los defensores destacan Carlos González Lobo, Juan Legarreta, José Villagrán, Juan O ‘Gorman, entre los defensores del estilo neocolonial están Manuel Ortiz Monasterio, pierde la antigua tendencia.
Lázaro Cárdenas (1934-1940), con una fuerte política nacionalista y antiimperialista, pretende resolver las necesidades materiales por procedimientos científicos, los arquitectos se comprometen con el funcionalismo  como una modalidad del racionalismo. Del periodo de 1940 a 1964 sigue la industrialización y un proceso de modernización del país en el que encaja bien el funcionalismo.
De estos periodos destaca en la arquitectura  prehispanista para la infraestructura escolar, la obra del arquitecto Manuel Amabilis, quien construye el Centro Escolar Felipe Carrillo Puerto en Mérida, Ernesto Alva señala “en años posteriores y ya consolidado el movimiento funcionalista representado en México por la llamada Escuela Mexicana de Arquitectura, la búsqueda de una identidad apoyada en un lenguaje prehispánico vuelve a aparecer…como una síntesis formal contemporánea” (Alva, 1996, pág. 55)
En la tendencia neocolonial es memorable la Universidad de Guanajuato, construida  por Vicente Urquiaga, durante la presidencia de Ruiz Cortines (Alva, 1996)
Vargas Salguero (1996) habla de la necesidad de un nuevo paradigma teórico para transitar a una arquitectura moderna nacional  para agilizar los sistemas constructivos y  ajustarse a las nuevas modalidades de la vida cotidiana, a la demanda de los programas sociales para la edificación de hospitales, vivienda y educación. La necesidad social de una arquitectura más amplia y comprensiva, sin traicionar el aspecto social revolucionario. Las bases de reflexión las asentó el arquitecto Villagrán.
Villagrán plantea en primer término la función social de la arquitectura y por ende a un arquitecto comprometido con el pueblo, dotar de más espacios habitables; en segundo lugar propone articular lo nacional con  lo moderno; en su revisión histórica, al proyectar un conglomerado en un tiempo y en un lugar dado, por sus aspectos analógicos el localismo, regionalismo y nacionalismo tendrían un peso arquitectónico, mientras tanto la modernidad era consustancial. A partir del análisis, para Villagrán 12 el eje debía ser el programa arquitectónico como  “el principio de composición”, tanto en el sentido de inicio, norma y determinación. El programa como vínculo entre arquitecto y sociedad, con reconocimiento de las prioridades concretas y negando un formalismo a priori, encontrando soluciones mexicanas sobre la base no de una estética sino de una ética, el arquitecto debía conocer a fondo el problema y sobre eso proponer en el programa la solución. Bajo esas orientaciones se crea la Escuela Mexicana de Arquitectura. (Vargas, 1996)
Ramón Vargas Salguero (1996) en torno a la polémica del funcionalismo señala que en 1931 en la Primera Asamblea de la Sociedad de Arquitectos Mexicanos se dieron las bases de la reglamentación del ejercicio de la profesión de arquitecto, la educación profesional, la creación de concursos y las perspectivas de planificación donde se estableció la manzana como unidad urbana mínima.
Escuela Mexicana de Arquitectura (EMA)
La EMA hizo sus propuestas en la salud, la educación y la vivienda13 .  En educación, Narciso Bassols, entonces Secretario de Educación Pública y socialista, convencido de la necesidad de atender la carencia de escuelas padecida la población mexicana, formula un programa general en el cual estipula la necesidad de “supeditar la posible suntuosidad y la llamada belleza de los edificios a los precarios e inciertos recursos del Estado” con ello comulga con las bases de una “arquitectura escolar funcionalista” definida como “los lugares en los que no se desperdicia ni un metro de terreno, ni el valor de un peso,  ni un rayo de sol”. (Vargas, 1996, págs. 176-177)
Uno de los arquitectos más destacados en este periodo es Juan O’Gorman, discípulo de Villagrán,  O’Gorman  al ser entrevistado declara que en 1932 lo llama a colaborar Narciso Bassols, ministro de Educación, revela que en aquel momento la SEP solo contaba con trescientos mil pesos, que obviamente era un presupuesto muy limitado, y que Bassols consigue del Departamento Central del Distrito Federal  un subsidio de un millón de pesos para la construcción  y reparación de 35 escuelas.  Durante tres años, se hicieron las nuevas escuelas,  O’Gorman fue el proyectista, estas escuelas fueron muy importantes, ya que por primera vez se aplicó la tendencia funcional en la arquitectura escolar, sin embargo el propio O’Gorman no la refiere como arquitectura sino como ingeniería de edificios, ya que  en el proyecto y en la ejecución su preocupación era obtener el mínimo de gastos con el máximo de eficiencia, a fin de proporcionar el mayor número posible de aulas a los escolares mexicanos, se prefirió lo útil sobre lo bello, desplazando la creación artística. (Rodriguez, 1983)  
Las 35 escuelas de primaria y la Escuela Técnica Industrial  son prototípicas de los lineamientos funcionalistas, de una arquitectura técnica socialista,  que dio lugar a un modelo generalizable, precursor del modelo de CAPFCE, en ellas:
“Se dispusieron las crujías de tal modo que las aulas contaran con orientación uniforme; se modularon los partidos y se especificaron materiales modestos pero atingentes a cada actividad, procurando acentuar el carácter “funcional” del proyecto, ello no obstante los juegos de vanos y macizos así como la presencia de murales pintados por el propio arquitecto, complementando con el contraste entre distintos tipos de ventanas y ventilas,  hicieron de estas escuelas un hito insoslayable de la Escuela Mexicana.” (Vargas, 1996, pág. 104)
Comprometido con sus posturas, O’Gorman 14 crea junto con el Ingeniero José Luis Cuevas la escuela para ingenieros arquitectos, que depende del Instituto Politécnico Nacional (IPN), y sigue esa tendencia racional y funcionalista en sus planes de estudio. O’Gorman va a considerar como una contradicción difícil de resolver  la relación entre el concepto estético subjetivo y la necesidad utilitaria objetiva apremiante ésta última para solucionar problemas de explosión demográfica.
A instancias de José Luis Cuevas, el Secretario de Educación Pública, Jaime Torres Bodet, crea el Comité Administrador del Programa Federal de Construcción de Escuelas (CAPFCE) en 1944 con una clara finalidad de planeación en la proyección de la infraestructura escolar del país, con el tiempo se convierte en la institución de construcción de escuelas, más importante del país, que perdura por varias décadas, aunque la planeación pasa a ser función de la Subsecretaría de Planeación Educativa. (Vargas, 1996)
De 1945 a 1947 Hannes Meyer15 viene a México en calidad de urbanista y planificador, y coordina el CAPFCE. En su primer etapa el CAPFCE obtuvo fructíferos resultados, a corto plazo se construyeron las escuelas Costa Rica (Villagrán, 1945), la Normal Superior (Yañez, 1946), la Normal de Maestros (Pani, 1945) y el Conservatorio Nacional de Música (Pani, 1946). Entre los arquitectos  destacan el “funcionalista” Agustín Yañez y el “formalista” Pani, obras, que Vargas señala como “sin referentes formales explícitos”, también el CAPFCE construye escuelas en Manzanillo, Guanajuato, Tabasco y el Distrito Federal. Después bajo la dirección de Luis G. Rivadeneyra (1952-1958) se  construye con materiales tradicionales, de manera llana, para Vargas esto también constituye un hito de la arquitectura de la revolución mexicana (Vargas, 1996,  págs.98-99).
El segundo periodo inicia con la nueva gerencia del CAPCFE. El proyecto de escuela funcionalista de O´Gorman lo va a retomar el arquitecto Pedro Ramírez Vásquez al dirigir  el CAPFCE. En sus escritos Juan O’Gorman (Rodriguez, 1983) lo menciona muy especialmente como único caso de prefabricación de edificios realizados en México con éxito, en aquella época, se trató de pequeñas escuelas rurales fabricadas en la ciudad de México y armadas en su lugar de destino, el terminado se lleva a cabo con un sistema artesanal,  con este proyecto el arquitecto Pedro Ramírez  recibió el Gran Premio de la XII Trienal de Milán.
El arquitecto Pedro Ramírez Vázquez con el exitoso sistema de aula-casa-rural alcanza a construir 18 000 aulas durante los seis años de su gestión, además este sistema se extiende  a una gran cantidad de construcciones similares 16 en el país y en el extranjero. En nuestro país se construye así el Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad de Guadalajara y la Escuela Normal de Ciudad Guzmán en Jalisco (Vargas, 1996, p.99)
Entre las aportaciones de arquitectos mexicanos notables a las escuelas  funcionalistas de este periodo y estilo cabe destacar a Juan Legarreta 17 y a Juan Segura18 .
Movimiento de integración plástica
Artistas plásticos de la Escuela Mexicana de Pintura de la primera generación y principalmente los integrantes de la segunda generación y algunos arquitectos como Rosell, Carrasco, Raúl Cacho y Juan O’Gorman van a insistir en la conveniencia de retomar la integración de las artes a la arquitectura. Los antecedentes están en la obra del muralismo mexicano.
Como antecedentes del movimiento de la integración plástica en el área educativa, se hallan los murales pintados en el interior de las escuelas y bibliotecas por artistas reconocidos, actividad que se encomendó desde principios de este siglo. El hoy museo universitario ubicado en el Antiguo Colegio de San Ildefonso, estaba consagrado a la educación media superior a finales del siglo XIX, en él Juan Cordero19 crea El triunfo de la ciencia y la industria sobre la envidia y la ignorancia, una obra encargada para la Escuela Nacional  Preparatoriapor su director, Gabino Barreda, 20, siguiendo una directriz comptiana.
Los primeros trabajos de la corriente muralista mexicana, acontecen en el sector educativo, por comisión de Vasconcelos (1923-1924): en el Anfiteatro de la Escuela Preparatoria se autoriza a Diego Rivera la obra mural La creación. En la Escuela Nacional Preparatoria, José Clemente Orozco pinta los murales al fresco  en dos periodos: Inicia en julio de 1923  un conjunto denominado Los dones que recibe el hombre de la naturaleza,  que incluía Los elementos, La maternidad, entre otros. En 1926  restaura los frescos dañados  y agrega los murales más ligados a los acontecimientos e ideología de la revolución mexicana, que a la fecha se pueden apreciar. Además de este movimiento muralista escolar está el ya mencionado Centro Escolar Benito Juárez, por las obras de Montenegro.
En 1947 Clemente Orozco para realizar el primer mural externo escolar en el teatro libre de la nueva escuela Normal: la obra Alegoría Nacional, pintada directamente sobre el paño, con aplicaciones metálicas.
Juan O’Gorman define la integración plástica:
“A este primer paso de la decoración mural al exterior de los edificios, se le ha dado el nombre de integración plástica, para significar con esto la tendencia que lleva hacia un arte en el que la arquitectura, la pintura y la escultura se realicen en armonioso conjunto, tanto de carácter como de estilo” (O´Gorman, 1983)
La mejor oportunidad para el movimiento arquitectónico de integración plástica se ofrece con la construcción de la ciudad universitaria, para Vargas(1996)  esto significa un reto para los arquitectos, al considerar diferentes aspectos no contemplados anteriormente, sobre todo las  perspectivas;  y para los muralistas es un reto, pues antes sólo habían pintado en interiores, implica recurrir a materiales capaces de resistir a la intemperie , además deben tomar en cuenta la presencia de observadores en movimiento, Siqueiros propone pensar en transeúntes a 60 km por hora, también deben considerar las variaciones de la luz, por  el transcurso del día, por las estaciones del año y observar las afectaciones del clima.
Con la intervención del movimiento de integración plástica en la construcción de la Ciudad Universitaria que compone obra de pintores mexicanos sobre sus muros, se da mayor distinción y dignidad a lo construido y se gana en interés  para el público en general. Aun con sus defectos, O Gorman considera mejores sus propuestas de integración plástica sobre la “aburrida repetición de cajones de vidrio y muro liso”21  (O´Gorman, 1983, pág. 121)
La ciudad universitaria es una “obra de frontera”, que sintetiza principios suscritos por la EMA y por el estilo internacional. (Vargas, 1996, pag.111)
En este contexto Ernesto Alva (1996) ubica a la ciudad universitaria, como un parteaguas del funcionalismo en nuestro país y como la obra más importante de la arquitectura contemporánea mexicana; su juicio se justifica por las dimensiones de la ciudad universitaria, por el número de arquitectos participantes  y principalmente  por la calidad arquitectónica del conjunto.
Integración plástica en ciudad universitaria
Con el proyecto de construcción de ciudad universitaria, se asegura la inclusión de obras murales en los proyectos arquitectónicos. Para Jorge Alberto Manrique la teoría arquitectónica histórica daba un pequeño giro con la “integración plástica”…“Se podía montar la arquitectura en el carro del nacionalismo cultural del tiempo”. (Manrique, 1996, págs. 200-201)
La  UNAM  adquiere el prestigio de los grandes muralistas mexicanos de la primera generación, más el de los muralistas de la segunda generación. Autores obras y edificios intervenidos son: Diego Ribera, en el costado oriental del Estadio Olímpico Universitario, diseña el mural La universidad, la familia mexicana, la paz y la juventud deportista. (Pumas, 2013) David Alfaro Siqueiros22 elabora El pueblo a la universidad y la universidad al pueblo, en una sección del edificio de Rectoría.  José Chávez Morado, contribuye con el mural La conquista de la energía, que realiza en 1952 23 ;  Francisco Eppens, en la facultad de medicina de la UNAM,  integra: La vida y la muerte, el mestizaje, los cuatro elementos y Juan O’Gorman, con el mural Representación histórica de la cultura   considerado hasta ahora como uno de los  murales más grandes del mundo24 . El extenso mural de colores (4 000 metros cuadrados) cubre la superficie de la Biblioteca Central, de manera similar a un códice, es emblemático de este movimiento, esta obra mural y arquitectónica, se considera un tesoro artístico y es uno de los edificios  que distinguen a México a nivel internacional,  también es uno de los edificios mexicanos más fotografiados.  Se construye de 1950 a 1951.
La integración plástica incluye esculturas, en la ciudad universitaria se invita inicialmente a Juan Asúnsolo  y a Rodrigo Arenas Betancourt,  del primero la extinta escultura de Miguel Alemán y del segundo Prometeo, frente a la Torre de Ciencias.
La caracterización previa de los murales es múltiple: en exteriores, con materiales capaces de resistir la intemperie y con temáticas de referencias históricas, concepciones de la realidad mexicana o elementos de origen prehispánico. (Manrique, 1996). Los murales confieren al esquema de composición universitaria un sentido plástico y cultural  extraordinario por la riqueza de contenidos simbólicos.
Para algunos críticos el propósito de integración total entre arquitectura y arte  no se alcanza realmente pues en el diseño arquitectónico no participan los artistas, quienes únicamente añaden obra a una superficie asignada.
La ciudad universitaria
En 1943 se publica una Ley de Fundación y Construcción de la Ciudad Universitaria 25 ; está edificada sobre terrenos del Pedregal de San Ángel,  sobre una superficie aproximada “de 2 millones de metros cuadrados, de un total de 6 millones que comprendió el decreto de expropiación”  de los antiguos asentamientos humanos de Copilco y Cuicuilco, la piedra volcánica en su forma natural o rostreada pasó a formar parte de los materiales de construcción. También la vegetación nativa se pudo aprovechar en algunos jardines. (Manrique, 1996, p.211-212)  La ciudad universitaria tuvo al término de su construcción 306 240 metros cuadrados, en la actualidad  alberga 100 000 estudiantes, la dimensión de una auténtica ciudad. En 1956 durante el sexenio de López Mateos  se concluye y se dedica.
La Comisión convoca a un concurso para el proyecto general, la Escuela de Arquitectura hace su propia convocatoria interna, en ella participan maestros de composición y grupos de estudiantes, el proyecto que fue considerado finalmente el mejor, fue el presentado por el grupo de estudiantes compuestos por Teodoro González de León26 , Armando Franco y Enrique Molinar.  (Manrique, 1996, p. 210)
La experiencia de participación del arquitecto Teodoro González en el proyecto ganador, fue un antecedente fundamental de su propuesta para recinto universitario de la UPN, en cual define con claridad un eje principal y zonas asignadas por funciones.
El proyecto ganador establece una división por zonas.27 Del Plan Maestro final se enriquece con la inclusión de las escuelas de Medicina, Odontología y Veterinaria, la adopción del sistema Harrey, para el tránsito vehicular, con circuitos unidos, sin cruces y adaptables a los desniveles para responder a las condiciones topográficas y circundando por la parte de atrás de los edificios; la plaza central se convierte en espacio peatonal. (Manrique, 1996, p. 210)
La riqueza formal ofrecida por la ciudad universitaria también se debe a la cantidad de arquitectos que intervinieron bajo la coordinación del plan maestro. Participaron 150 de los mejores arquitectos del país.
El eje de composición  sitúa el acceso principal por la avenida Insurgentes, y conduce a la zona central compuesta  por una plaza alta con acceso de honor hacia la Rectoría, sede de la autoridad; plazas bajas para los accesos a la Biblioteca Central, sede de la sabiduría: plaza baja de acceso  al Museo Universitario de Arte Contemporáneo (MUCA), sede del arte; del lado poniente de la avenida Insurgentes, con forma de cráter, se encuentra el Estadio Olímpico, la sede del deporte; la zona escolar, sede académica o de la enseñanza, se emplaza hacia el este y la forman las áreas de Humanidades, Ciencias y Ciencias biológicas. El esquema de composición universitario, a partir de la plaza, es presidido por las sedes de la autoridad y la sabiduría, donde la presencia mural de la biblioteca central  le otorga un sentido plástico a todo el conjunto. Los valores simbólicos son claros. (Álvarez, 1999)
En el conjunto universitario el concepto de escala subraya sus aspectos arquitectónicos y plásticos, es una constante en las superficies abiertas, en las perspectivas y en los remates a corta distancia. En la apreciación de la escala intervienen el manejo de los volúmenes que sirven de guía visual e intervienen en las sensaciones, al igual intervienen las formas como se generan los tránsitos a través de escalinata o desniveles o rampas. Gracias a la solidez arquitectónica se mantiene la perdurabilidad de los conceptos del proyecto. (Álvarez J. , 1999)
Para Álvarez Noguera la perspectiva de los volúmenes de la Ciudad universitaria es  resultado de la integración de una vasta sucesión de edificios y espacios, “la organización del espacio a partir de un eje principal, de la propuesta de múltiples ambientes y, desde luego, de la aparición ordenada de varios tipos de soluciones a las condiciones topográficas, es quizá el valor fundamental del proyecto de conjunto”.  (Moral, 1979, pág. 128)
Estilo internacional
Después de la segunda guerra mundial se da a nivel internacional un desarrollo de la industria y el capital, que vienen acompañados del crecimiento de las ciudades, de la aparición del urbanismo, la aceleración de la vida social demanda la construcción de espacios destinados a las actividades industriales, a las administrativas, a las comerciales y a las sociales, entre ellas las educativas, generando un auge para la industria de la construcción y para la arquitectura.
La industria de la construcción va a aportar el uso del acero, del concreto, del hormigón armado, de los paneles prefabricados, el uso masivo del vidrio y cristal, así como nuevos sistemas constructivos, herramientas y maquinarias, como grúas y trascabos,  que van a dimensionar y facilitar las posibilidades de composición arquitectónica.
Desde el funcionalismo el arquitecto Paul Jeanneret mejor conocido como  Le Corbusier anuncia la apertura nuevos elementos para el diseño, entre los rasgos del funcionalismo que se van a integrar al estilo internacional están: el énfasis en lo ortogonal, el cambio o sustitución de la masa por el volumen, la implementación de grandes superficies lisas, la carencia de ornamento que aboga por un purismo arquitectónico, a estos elementos se le agregan la planta libre, la continuidad de las fachadas, el cambio de la simetría por la regularidad. 28
Todo el siglo XX responde en obras arquitectónicas al modernismo, para Elizabeth Smith en él existen obras particulares incluidas en un canon y consideradas extraordinarias y originales,  han funcionado como pivotes del desarrollo de la historia de la arquitectura y poseen un estatus icónico bien conocido entre los profesionales del campo arquitectónico, responden a innovaciones tecnológicas o al prestigio de sus creadores, por ejemplo el pabellón de Barcelona, de Mies van der Rohe, el Museo Guggenheim. Smith también plantea que algunos edificios son reconocidos por un público en todo el mundo, porque sus rasgos distintivos como imagen poseen una presencia social, de modo tal, las marcas de identidad emblemáticas de tendencias, movimientos y directrices dan forma a la cultura arquitectónica del siglo XX. (Koshalek, 1999)
Las primeras obras del estilo internacional en México son el centro Operativo Bancomer, el edificio de Transportación Marítima Mexicana, Centros Comerciales como el Jacarandas. Perisur y  el ahora World Trade Center, gran cantidad de edificios de grandes elevaciones, llamados por ello torres, como la Torre de Mexicana de Aviación, construcciones de firmas reconocidas internacionalmente como los edificios Norten. 
El estilo internacional posee ciertos rasgos versátiles que le permiten extenderse a diferentes centros urbanos. Sin abandonar los lineamientos formales de este estilo, las obras tardías poseen una apariencia moderna diferenciada por el empleo abundante del vidrio cristal, incluyendo fachadas completamente recubiertas de cristal  y la inclinación de los paramentos verticales o de cubierta, manteniendo los mismos criterios en cuanto la distribución del espacio interior con base en apoyos independientes y particiones flexibles. (Vargas, 1996)
Una característica distintiva de la arquitectura del siglo XX es que se trasciende el entendimiento regional al compartirse una manera global de construir, en esta creencia la noción de región es anterior y opuesta al internacionalismo. Para el arquitecto Yatzuka la dicotomía local/internacional se da desde el siglo XIX dentro de los opuestos imperialismo/nacionalismo, tanto en su sentido económico político como en el arquitectónico, y está en las luchas contra el colonialismo y el neocolonialismo del siglo XX, en arquitectura hay un diálogo continuo entre internacionalismo y regionalismo. (Yatzuka, 1999)
Hajime Yatzuka (1999) plantea el caso de arquitectos japoneses y como resuelven estas cuestiones, en particular el caso de Kenzo Tange el cual va a proponer un nuevo estilo japonés como una nueva forma de definir el espacio,  facilitar el ingreso de las nuevas obras japonesas a la comunidad arquitectónica internacional y la búsqueda de una identidad cultural que se exprese en la imagen urbana.
Le Corbusier con la Carta de Atenas  declara la necesidad de preservar la historia arquitectónica bajo ciertas condiciones, textualmente:
“Los valores arquitectónicos deben ser salvaguardados (edificios aislados o conjuntos urbanos).Esos testimonios preciosos del pasado serán respetados, en primer lugar, por su valor histórico o sentimental; también porque algunos de ellos contienen en sí una virtud plástica en la que se ha incorporado el genio del hombre en el más alto grado de intensidad. Forman parte del patrimonio humano, y quienes los detentan o están encargados de su protección tienen la responsabilidad y la obligación de hacer cuanto sea lícito para transmitir intacta esa noble herencia a los siglos venideros”. (Corbusier, 2013, pág. 66)
Más adelante pareciera que está en contra del regionalismo:
“La utilización de los estilos del pasado, con pretextos estéticos en las nuevas construcciones alzadas en las zonas históricas tiene consecuencias nefastas. El mantenimiento de semejantes usos o la introducción de tales iniciativas no será tolerado en forma alguna. … Estos métodos son contrarios a la gran lección de la historia. Copiar servilmente el pasado es condenarse a sí mismo a la mentira… sólo a una recomposición ficticia, apenas capaz de desacreditar los testimonios auténticos que tan vivamente se deseaba preservar.” (Corbusier, 2013, pág. 70)
Una lectura cuidadosa revela que no está en contra del regionalismo, sino de la falta de creatividad, de una copia falsa a manera de pastiches. Realmente pide  un verdadero respeto a las formas arquitectónicas del pasado histórico.
    Los setentas son un periodo posterior a la Carta de Atenas (2013)de Le Corbusier 29 y de los debates internacionales entre el estilo abstracto y universalista con el uso de tecnología y nuevos materiales con la polémica del regionalismo; el movimiento internacionalista ha pasado a una segunda generación de arquitectos que se decantan en algunos casos por integrar el regionalismo, o la transfiguración del internacionalismo, como los ya citados casos del arquitecto  Alvar Aalto, de Frampto, de los  japoneses Yoshida, Horiguchi y sobre todo Kenzo Tange.
Estilo Internacional – regional en la arquitectura educativa mexicana
En el área educativa se presenta el estilo internacional en algunos edificios de la ciudad universitaria. Aparece con más claridad en la Unidad Profesional del  Instituto Politécnico Nacional.
Cuando en México ha quedado atrás el movimiento de la integración plástica y de los primeros funcionalistas, surge una nueva generación de arquitectos ligados a las obras gubernamentales, entre ellos se encuentran Francisco Serrano y Agustín Hernández quienes se han pronunciado por un internacionalismo regionalista que incorpora elementos prehispanistas.
En la otra vertiente del estilo internacional, impulsada por Pani, se manifiesta también una renovación generacional de arquitectos, entre los cuales se cuentan Reynaldo Pérez Rayón, Julio de la Peña, Francisco Artigas, Alejandro Prieto, Pedro Ramírez Vázquez, Jorge González Reyna, David Muñoz, Ramón Torres, Guillermo Rossell, Héctor Velázquez y Abraham Zabludovsky. (Zerecero, 2013)
La incorporación de la identidad arquitectónica regional dentro del desarrollo del estilo internacional puede encontrar la integración de elementos arquitectónicos que añaden de una manera sutil un simbolismo prehispánico, dando en cierto sentido continuidad a la tendencia del prehispanismo en la arquitectura, de igual manera se llegan a incorporar elementos neocoloniales, incluso en la misma obra.
En la arquitectura educativa  algunas obras del arquitecto Agustín Hernández recurren al simbolismo como elemento básico de expresión de los pueblos prehispánicos, el propio Agustín Hernández dicta en 1983 una conferencia sobre “Arquitectura y simbolismo prehispánico”, y con estas ideas,   proyecta, en 1969, la Escuela de Música del Ballet Folclórico de México y el Heroico Colegio Militar. (Alva, 1996)
El distinguido Ballet Folklórico de México 30(BFM) es una institución cultural que representa a nivel internacional principalmente la cultura dancística mexicana e incluye un amplio repertorio de elementos prehispánicos,  se crea en 1969 una escuela de músicos con la misma orientación cultural,  la concepción de su arquitectura debía obedecer a un programa para satisfacer las condiciones de enseñanza de la música y dar una ambientación de lo mexicano; el arquitecto Hernández retoma en la concepción global y en gran cantidad de detalles exteriores e interiores principalmente elementos de tipo prehispanista, dándoles su propia interpretación y articulándolos a principios de la arquitectura funcionalista, por eso pueden apreciarse cortes ortogonales, manejo de volúmenes, manejo de escalinatas, continuidad de fachadas y el uso de planos inclinados. Estas características aunadas al manejo de grandes espacios o patios abiertos y líneas más sobrias, son utilizadas en la construcción por Hernández de otro edificio escolar emblemático, el Heroico Colegio Militar31 . Recupera la necesidad de acentuar la mexicanidad, la disciplina y la elegancia que debe denotar un ejército mexicano imponente. 32
El Colegio Militar evoca un sitio arqueológico mesoamericano principalmente por el efecto panorámico de sus formas piramidales , Hernández 33 se inspiró en  varios centros ceremoniales por ciertos rasgos: Teotihuacán por su índole urbano espacial, el Tajín por su espacio hundido y el sitio de Monte Albán por su disposición asimétrica.  Detalles contemporáneos del Heroico Colegio Militar como  los muros en talud,  o los megaornamentos de la fachada, a la manera del mascarón del dios maya Chaac, tienen como fin conservar las raíces culturales mexicanas. Mientras el arquitecto Hernández  opta por soluciones espaciales y su interpretación histórica,  el arquitecto Pedro Ramírez Vázquez recoge elementos aislados de la arquitectura mesoamericana y los estiliza para integrarlos. (Krieger, 2006)
Es importante dilucidar  los efectos de las analogías formales con la herencia arquitectónica del pasado,  en el esquema cultural  y la generación de identidades actuales.  La crítica marxista al respecto señala: “La búsqueda de identidad a través del uso abstracto del fondo de estilos del pasado termina en la producción de lo que Marx —en otro contexto— llamó “máscaras de carácter”, en productos socioculturales que prometen inconfundibilidad a cambio de trivialización.” (Krieger, 2006, p. 215)
El arquitecto Pedro Ramírez Vázquez, juega un papel relevante en la arquitectura escolar en  CAPFCE, en un estilo funcionalista;  en colaboración con otros arquitectos diseña en 1952 la Facultad de Medicina34 de la UNAM, en un estilo de integración plástica y en 1976 también colabora en el diseño del Liceo Mexicano-Japonés, en un estilo internacional. Su arquitectura de índole cultural y pública de estilo internacional  se amplía al considerar otras obras como el Museo Nacional de Antropología e Historia y el Museo de Arte Moderno, los pabellones mexicanos.
El arquitecto José Villagrán ejerce una influencia trascendental en la dirección de la escuela mexicana de arquitectura y en la planeación y renovación del género escolar. Después de su fecunda iniciativa para desarrollar el género nosocomial, Ramírez Vázquez menciona que cuando Villagrán dirige como presidente la Comisión Técnica del CAPFCE con José Luis Cuevas,  Pietrasanta, Enrique Yáñez y Mario Pani (p. 52-53), designa a un arquitecto para la planeación de cada una de los Estados, con la finalidad de que se realizaran los estudios necesarios para sustentar la planeación de escuelas, el resultado fue excelente en términos de cantidad de edificaciones, tamaño, tipo y carácter, y sobre todo porque propició una arquitectura regional, actualizada y moderna. El trabajo de Villagrán contribuye a dar a luz una arquitectura nacional y moderna que pugna por un país más justo y más “arquitectónicamente habitable” (González, 2001, p. 54)
En conclusión la historia de la arquitectura educativa en México, desde el siglo XX permite observar, desde la perspectiva historicista, una continuidad histórica estilística de la arquitectura  mexicanaen general, y en particular  se crea un género arquitectónico educativo o escolar que corre de la misma manera su estilística. Este análisis histórico y el marco generacional  donde pertenecen los arquitectos Teodoro González de León y Abraham Zabludovsky  permite relacionarlos con la  continuidad de la historia arquitectónica educativa; les corresponde el estilo internacional  bien en términos de abstracción local o asociado a la búsqueda regionalista que rescata para la arquitectura educativa el elemento prehispanista o el colonial, solo el análisis formal permitirá aseverar si responden a la demanda de su tiempo y en cual orientación alinean su obra.

1 Antecedentes del INAH y de la escuela ENA, relacionadas con el Museo de Arqueología y Bellas Artes hoy Museo Nacional de Antropología e Historia.

2 Esta razón  explica por qué en el 2010 la UNAM festeja su Centenario, a sabiendas de que proviene de la antigua Universidad Real de la Nueva España, fundada desde el siglo XVI.

3 Entre los miembros de esta Sociedad se encontraban personalidades como Alfonso Cravioto, Antonio Caso, Pedro Henriquez Ureña, Rubén Valenti e Isidro Favela. En “vísperas de celebrarse el primer centenario de nuestra Independencia Nacional, este grupo de jóvenes, inquieto por doctrinas ajenas al positivismo, había madurado un estilo propio de pensamiento”. (Hernández, 1962, págs. 12-14)

4 Vicente Lombardo Toledano recuerda que tanto una revolución como cualquier gran conmoción histórica “es siempre la exaltación de los valores espirituales”, y para sustentar su propuesta, cita la influencia cultural del Ateneo, con las conferencias “se expresan en toda su plenitud el pensamiento de los hombres de México que con su palabra cierran la historia del siglo XX en nuestro país”… y a manera de “pórtico del pensamiento nuevo, cita unas líneas de la plática de Jesús Acevedo titulada “La Arquitectura Colonial en México” (Lombardo, 1962, págs. 167-185)

5 Que consta de cinco valores: Latinoamérica como síntesis humana. / El concepto de hispanidad contrapuesto al de raza anglosajona. /Un hombre mexicano capaz de bastarse a sí mismo y emplear su energía en el bien de los demás. / El industrialismo al servicio del espíritu./ La mexicanización de la ciencia y del saber.

6 Federico Mariscal defiende el arte arquitectónico existente como un componente de la noción de patria en el sentido de “nuestra casa” como expresión de vida, costumbres y concordancia con el paisaje. Edificios que revelen la vida mexicana. (Vargas, 1996, p. 30-32)

7 1. Remodelación del Convento de la Encarnación para la sede de la Secretaría de Educación Pública. 2. Acondicionamiento de la ex-iglesia de San Pedro y San Pablo en Sala de Discusiones Libres y del ex-colegio mayor de San Pedro y San Pablo, en Anexo de la Preparatoria. 3. Biblioteca Cervantes. 4. Centro escolar Belisario Domínguez. 5. Pabellones de la Facultad de Ciencias Químicas. 6. Concurso para el proyecto de la Facultad de Medicina. 7. Centro Escolar Morelos. 8. Ampliaciones a la Escuela Primaria Industrial Corregidora de Querétaro. 9. Escuela Técnica de Orizaba. 10. Escuela en la ciudad de Veracruz. 11. Escuela Gabriela Mistral. 12. Escuela Normal para Maestros. 13. Instituto Técnico Industrial. 14. Centro Escolar Benito Juárez. 15. Estadio Nacional. Y 16. Acondicionamiento de la nave de la ex-iglesia de la Encarnación para la Biblioteca Panamericana. (Amuchástegui, 2013, pág. 412)

8  América es el sitio donde dará a luz el hombre nuevo, la raza americana  será la síntesis de las otra, la convergencia de tradiciones,  América será la responsable de llevar a término un fin mítico. (Alva, 1996)

9 Sin dejar de considerar a México como una nación de fervor religioso, y reconsiderando al clero en su papel misionero y transmisor de cultura

10 El centro escolar se edificó en terrenos del Panteón Civil de la Calzada de la Piedad, antes ex convento de la Encarnación, Vasconcelos lo recupera para sus proyectos educativos.

11 De hecho, la primera impresión evocada por este centro escolar es realmente la imagen de una hacienda, su estructura se apoya en un eje central ligado a un patio distribuidor, del cual se puede partir hacia la administración, la biblioteca, la sala de conferencias, el salón de música y hacia dos circulaciones verticales: las secciones de niñas y la de niños, compuestas por dos grandes patios que alrededor contienen las aulas respectivas y al fondo los servicios sanitarios. El eje central al final conduce a un área de juegos, gimnasios, graderías para ver representaciones al aire libre y al final en la parte posterior hay una alberca.
En relación a las fachadas, la frontal marca la zona de ingreso al centro mediante una menor altura y una cubierta inclinada que deja entrever atrás la biblioteca con sus contrafuertes, a sus costados se encuentran los cuerpos de sus aulas. En cada fachada lateral se aprecia una bóveda de media naranja. Y en la fachada posterior un lago duplica el impacto mediante el reflejo del edificio.  Complementa la imagen del conjunto, el ritmo de las ventanas, agrupadas en series de tres, en la planta baja son de proporción rectangular y en el piso superior de medio punto. El pórtico de ingreso se enfatiza con un arco festonado. Los corredores tienen arcos de medio punto. Es una magnifico centro escolar.

12 José Villagrán García construye en 1945 el Centro Universitario México (CUM), aledaño a la ciudad universitaria.  Y posteriormente en la ciudad universitaria construye la facultad de arquitectura.

13 En la salud, los arquitectos prestaron atención especial a las actividades específicas de las actividades a desarrollar en cada espacio del proyecto encomendado. Organizaron un Seminario de Estudios Hospitalarios. El impacto de esta orientación fue notorio al grado que según Vargas la arquitectura nosocomial se convirtió en un paradigma. Fue el área más intervenida por Villagrán En vivienda la EMA se aboca sobre todo a la vivienda popular, que con el paso da lugar a la creación del INFONAVIT en 1972.

14 Juan O’Gorman transita por tres periodos, el primero es este periodo funcionalista, el segundo es de transición, es el periodo de la integración plástica y el tercero es el organicista.

15 Meyer se hizo cargo de la primer Exposición sobre la Construcción de Escuelas, en el Palacio de Bellas Artes, donde se exhibieron planos de 700 escuelas construidas en 26 Estados de la República. Meyer elaboró una fototeca de “Ciencias y técnicas de la construcción de escuelas” con más de 5 000 fotos sobre estandarización de edificios escolares. Meyer organizó la documentación y archivos del CAPFCE, se le encarga la publicación de la primer Memoria CAPFCE. 1944—1946 y la publicación de una revista: “Construyamos escuelas”

16 La construcción de galerías y museos entra en auge a partir de los años sesenta y opera bajo orientaciones  funcionalistas flexibles.

17 El arquitecto Juan Legarreta uno de los jóvenes teóricos del funcionalismo radical en México, en su corta vida, construye en 1931 la Escuela de Telegrafistas , la cual incluye una fachada moderna vinculada con  el contexto de los perfiles y cornisas aledaños.

18 Juan Segura fue jefe de zona del CAPFCE en Nayarit y Sinaloa, ahí construye varios conjuntos escolares, donde da un cuidado especial a la adaptación al clima, Antonio Toca refiere que se trata de “un clima excepcionalmente cálido y húmedo” y  Segura da una solución formal creativa que  consistió en una planta de “simetría refleja. En las alas de aulas orientadas hacia el norte, utilizó un novedoso sistema de ventilación forzada abriendo troneras circulares en la parte superior de las paredes.”

19 Juan Cordero fue un artista formado en la Academia de San Carlos y en Europa, artista controvertido, reconocido por su calidad en Europa y en México, esta obra fue muy admirada por el joven estudiante Vasconcelos.

20 El Doctor Gabino Barreda, discípulo de Comte, es integrante del Gabinete  del Presidente Benito Juárez, quienes deseaban llevar al país a lo moderno,  y al ámbito científico positivista, Barreda es corresponsable del proyecto educativo, enmarcado en una gran reforma educativa. 

21 O’Gorman describe dos tendencias de la “élite culta”, una rechaza toda forma de decoración en la arquitectura y otra pugna “por una arquitectura de carácter y estilo propios, enraizada en la tradición de América, con base en el funcionalismo, para que resulte útil y eficaz y sea a la vez expresiva en el sentido más objetivo posible” , señala O’ Gorman que desde las culturas más arcaicas de América, hasta la época de Don Porfirio Díaz, la arquitectura siempre se acompañó de la pintura y de la escultura, integralmente o como decoración adherida. (O´Gorman, 1983, pág. 121)

22 José Clemente Orozco ya había fallecido.

23 Con posterioridad en C.U. , también es autor de otros dos murales: Regreso de Quetzalcóatl y La ciencia y el trabajo.  El artista Carlos Mérida no participó al inicio pero tiempos después uno de sus murales fue donado a la UNAM, e instalado sobre Insurgentes Sur.

24 -El mural más grande del mundo es del arquitecto mexicano Juan O´Gorman  ”Titular de la Sección “Buenas noticias” del  Periódico El Universal 02 de enero de 2003

25 En abril de 1946 se forma una Comisión Constructora de la Ciudad Universitaria, que incluye al rector  Salvador Zurbirán a Enrique del Moral (director de la Escuela de Arquitectura), y a los Secretarios de Educación Pública (Fernando Orozco), de Hacienda (Emigdio Martínez), al Departamento del Distrito Federal (DDF)(Carlos Obregón Santacilia) y al de Salubridad (José Villagrán).

26 Gracias a su participación en este proyecto y al apoyo del arquitecto Villagrán, Teodoro González de León  consiguió una beca para estudiar en Francia en el despacho del arquitecto Le Corbusier.

27 Las grandes zonas fundamentales son: escolar, habitaciones de estudiantes y práctica de deportes, estadio de exhibición y Servicios comunes.

28 En la revista Arqhys (2010), un artículo anónimo sobre el estilo internacional señala que se “causaba un aspecto ligero, con lo que fue posible también utilizar construcciones en voladizo, lo cual fue una innovación en dicha temporada. Los espacios interiores eran más amplios que lo acostumbrado, pues la utilización de técnicas y materiales nuevos como el hormigón armado, eran característicos de este estilo.”

29    La Carta de Atenas de Le Corbusier es un manifiesto urbanístico redactado en el IV Congreso Internacional de Arquitectura Moderna (CIAM) celebrado a bordo del Patris II en 1933 en la ruta Marsella-Atenas-Marsella (el congreso no había podido celebrarse en Moscú por problemas con los organizadores soviéticos) siendo publicado en 1942

30 “La cohesión de elementos sueltos, antiguos y modernos, se ilustra en el edificio de la Escuela del Ballet Folklórico de México, un diseño de 1965, clasificado por Noelle como una “escultura habitable”, donde “el movimiento de inspiración prehispánica fue el condicionante del diseño” Precisamente según la evaluación de Beatriz de la Fuente, sólo detalles, como el cambio de las celosías con los muros lisos, que recuerda el estilo Ph’uc; las molduras parecidas a las encontradas en Monte Albán; las alfardas, como en un templo del Posclásico tardío, y tal vez los lineamientos y contrastes de luz, evocan el pasado de México antes de la aculturación española.” (Alva, 1996, pág. 22)

31 Ubicado en la periferia, en la autopista hacia Cuernavaca

32 Desde la calzada que permite su acceso serán apostados a lo largo del camino pequeñas estatuillas de la cabeza estilizada de un águila jóven, la “calzada de los aguiluchos” anuncia ya el carácter formativo del espacio arquitectónico.

33 Peter Krieger opina que el arquitecto Agustín Hernández adquirió su conocimiento de la arquitectura mesoamericana explorando de manera directa, personal e introspectiva, los sitios arqueológicos.

34 En colaboración con Roberto Álvarez Espinoza, Ramón Torres Martínez y Héctor Velázquez, y el Liceo con  Manuel Rosen y Rafael Espinoza.