Capítulo IV
LOS NÚCLEOS DE APRENDIZAJES PRIORITARIOS DE LENGUA PARA EL CICLO BÁSICO DE LA EDUCACIÓN SECUNDARIA
En un mundo con grandes problemas humanos (crecimiento demográfico explosivo en los países más pobres, diferencia económica y cultural crecientes entre las naciones, percepción casi exclusivamente economicista de la vida, narcisismo light, carencia de sentido, etc.), el proceso de educación no puede ceñirse a técnicas didácticas solamente: exige pensar los fines y los medios, al hombre y a la sociedad. De aquí la importancia de aprender no solo técnicas curriculares, sino la filosofía de las teorías curriculares que sostiene uno u otro paradigma curricular. (Daros, 2004:246).
IV.1.El Documento oficial NAP: contexto de producción y recepción
      Para  la selección del material de estudio se optó por una muestra que incluye el  Documento NAP correspondiente a los  tres primeros años del Ciclo Básico de la E.S. del Área  de Lengua, en el caso de aquellas jurisdicciones que optaron por la estructura  de seis años para el Nivel Medio. 
        Una de  las cuestiones más importantes de la reforma educativa argentina de mediados  del ‘90 es la que atañe a las modificaciones realizadas en los lineamientos  curriculares con nuevas corrientes teóricas que, en el caso específico del Área  de Lengua, dan por resultado cambios radicales en las concepciones acerca del  lenguaje: se pasa del estudio de la oración al texto, de la lengua como  sistema, relegada al plano puramente escolarizado, a la lengua en uso con  diversas finalidades según la práctica social en la que se inserte. Esto da  lugar a nuevas propuestas para el abordaje del objeto de estudio, desde  perspectivas diversas que nacen de la confluencia de las disciplinas inscriptas  en las llamadas Ciencias del Lenguaje.
        Como  parte del proceso antes descripto y frente a la necesidad de desagregar y, en  muchos casos, perfeccionar o completar los Contenidos Básicos Comunes (CBC, 1995) en el marco de una nueva Ley  de Educación Nacional 26206/06, que reemplaza y pretende subsanar los problemas  derivados de la Ley   Federal de Educación 24195/93 hasta entonces vigente, a  partir del 2006 comienzan a divulgarse en las distintas instituciones  educativas del país los NAP para el  Nivel Inicial, Primario (antes denominado Primer y Segundo Ciclos de EGB) y  Secundario (antes Tercer Ciclo de EGB y Polimodal)1. Al  respecto, en el Artículo 32 del Capítulo IV de la nueva Ley, correspondiente a la E. S., se establece que:
      El  Consejo Federal de Educación fijará las disposiciones necesarias para que las  distintas jurisdicciones garanticen: 
      Así,  entre un trasfondo político, económico y social que va marcando nuevas  agendas en materia educativa, nacen los NAP y con ellos un nuevo intento de hacer frente a las críticas, demandas y  sobrecargas que viene sorteando, las más de las veces sin éxito, la educación  argentina en los últimos tiempos. En  relación con lo expuesto, una serie de valores enunciados en la nueva Ley de  Educación inspira los procesos educativos e identifica la formación integral  con la idea de buena calidad educativa, tal como queda de manifiesto en estos  dos artículos:
      La educación brindará las oportunidades necesarias  para desarrollar y fortalecer la formación integral de las personas a lo largo  de toda la vida y promover en cada educando/a la capacidad de definir su  proyecto de vida, basado en los valores de libertad, paz, solidaridad,  igualdad, respeto a la diversidad, justicia, responsabilidad y bien común (art.  8).
      Garantizar una educación integral que desarrolle  todas las dimensiones de la persona y habilite tanto para el desempeño social y  laboral, como para el acceso a estudios superiores (art.11-b).
      Se  trata entonces de que efectivamente la educación pueda dar respuesta a las  necesidades cada vez más complejas y cambiantes de la sociedad actual, de modo  tal que la formación de las personas se oriente a un desempeño satisfactorio en  múltiples situaciones sociales.   
        La   Ley de Educación actual se instituye como un marco normativo  nacional de referencia general y básico para el ordenamiento del Sistema  Educativo. Como los puntos más destacables de esta Ley se desprenden la  extensión de la escolaridad obligatoria y la formulación de un documento que  estipula los núcleos de aprendizajes prioritarios (NAP) para los distintos niveles y áreas curriculares. Asimismo, los  cambios que trae consigo en el aparato educativo implican la revisión de la  noción de alfabetización y su alcance en el mundo actual, y en el caso del  documento NAP una actualización de  los saberes por ser enseñados y   aprendidos, ambos puntos considerados como fuertes principios de  política educativa. Al respecto, y de acuerdo con Muscará (2010: 5- T. 1), hay una serie de bases doctrinarias que  sustentan la política educativa en la actualidad, entre las que sobresalen:
   b) El  continuado servicio a la formación y al mantenimiento de la conciencia  nacional.
     c) La  capacitación práctico-técnica de todos y cada uno de los habitantes.
     d) La  conversión de todo el país en una inmensa escuela.
      El  apartado correspondiente al Sistema Educativo Nacional de la nueva Ley de  Educación consta de trece capítulos, de los cuales –y en relación con los  intereses de esta indagación– destina uno a la E. S. (IV) y otro a la Educación intercultural  bilingüe (XI). En el de E. S. consigna en su Artículo 30 una serie de objetivos  vinculados con la formación de usuarios de la lengua competentes, incluyendo  además cuestiones ligadas a la  competencia en nuevos lenguajes y al plano   artístico, lo que en ambos casos también atañe a un buen desempeño  comunicativo:
      d)  Desarrollar las competencias lingüísticas, orales y escritas de la lengua  española y comprender y expresarse en una lengua extranjera.
      f)  Desarrollar las capacidades necesarias para la comprensión y utilización  inteligente y crítica de los nuevos lenguajes producidos en el campo de las  tecnologías de la información y la comunicación.
      i) Estimular la creación artística, la libre  expresión, el placer estético y la comprensión de las distintas manifestaciones  de la cultura.
        En cuanto  a la Educación  intercultural bilingüe refiere a una modalidad del Sistema Educativo de Niveles  Inicial, Primario y Secundario que garantiza a los pueblos indígenas el derecho  asignado por la Constitución   Nacional a recibir una educación acorde con su realidad  sociocultural y lingüística. Aquí interesa destacar el Artículo 54 porque alude  a la promoción de un conocimiento sobre las diferentes culturas de los pueblos  originarios y la valoración de tal diversidad, lo que ya posibilita inferir la  importancia que deberían tener los contenidos ligados al campo de la Sociolingüística  en la educación actual: 
      El Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología,  en acuerdo con el Consejo Federal de Educación, definirá contenidos  curriculares comunes que promuevan el respeto por la multiculturalidad y el  conocimiento de las culturas originarias en todas las escuelas del país,  permitiendo a los/as alumnos/as valorar y comprender la diversidad cultural  como atributo positivo de nuestra sociedad.
        Ahora  bien y en el contexto arriba descripto, ¿cómo se gestan los NAP? Las agencias estatales encargadas  de los diseños curriculares recurren a los especialistas de cada Área de  conocimiento para que diseñen propuestas de contenidos socialmente válidas y  actualizadas, según las diferentes perspectivas en las que estos se inscriben,  de modo tal que la selección del conocimiento académico basado en el  conocimiento científico valida los lineamientos curriculares: 
      El Estado  se hace presente sólo a través de la prescripción de contenidos mínimos.  Instalados en un contexto de transformación educativa, la lógica de la academia  se presupone representada en el discurso curricular innovador que, para nuestro  caso, incorpora especialmente los nuevos lineamientos de la Lingüística y todas  sus especialidades (Monti, 2003: 100).
        En este  panorama, los libros escolares se hallan supeditados a los temas y enfoques  prescriptos por el currículum oficial; esto es, la selección y tratamiento de  los saberes obedece a la normativa ministerial que se constituye en uno de los  principales mecanismos de control de la educación por parte del Estado. Esto  haría presuponer que los contenidos de los libros deberían ser relativamente  homogéneos en tanto responden a las directivas del Ministerio de Educación. A  su vez, no se debe perder de vista que los contenidos del ámbito estatal no  solo ingresan en el circuito editorial sino que además dependen del recorte y  tratamiento derivados del contexto provincial e institucional y de la decisión  de cada docente en particular. 
        A  comienzos del 2006, el Ministerio de  Educación, Ciencia y Tecnología de la República Argentina,  en el marco del Proyecto de Ley de Educación Nacional, propone los NAP para las distintas áreas disciplinares  a través de una serie de documentos curriculares, supervisados por el Consejo  Federal de Cultura y Educación que está integrado por el Ministro de Educación,  Ciencia y Tecnología, los representantes de la conducción educativa de cada  jurisdicción y tres Consejeros de Universidades. Dicho Consejo, de acuerdo con  lo expresado en el Artículo 116 (Capítulo III) de la nueva Ley de Educación, se  crea como un “organismo interjurisdiccional, de carácter permanente, como  ámbito de concertación, acuerdo y coordinación de la política educativa  nacional, asegurando la unidad y articulación del Sistema Educativo Nacional”.  El hecho de que los NAP hayan sido  aprobados en la Asamblea  del Consejo les otorga validez para los diferentes lugares del país. Están destinados  al Nivel Inicial, a la Educación Primaria  y Secundaria, y, tal como su nombre lo indica, se trata de documentos que  compendian los contenidos escolares necesarios, pertinentes para cada etapa  educativa. 
        Según se  expresa en la presentación de los NAP,  estossurgen como un intento de  acompañar a las escuelas y docentes en la mejora de las condiciones de  enseñanza mediante la integración del Sistema Educativo Nacional, de acuerdo  con las particularidades de cada Jurisdicción, y de asegurar las mismas  posibilidades para todos los alumnos del país en lo que respecta al plano de  los saberes, incluyendo los valores. Al respecto, es posible establecer ciertas  similitudes con los CBC:
           Un núcleo de aprendizajes  prioritarios en la escuela refiere a un conjunto de saberes centrales,  relevantes y significativos, que incorporados como objetos de enseñanza,  contribuyan a desarrollar, construir y ampliar las posibilidades cognitivas,  expresivas y sociales que los niños ponen en juego y recrean cotidianamente en  su encuentro con la cultura, enriqueciendo de ese modo la experiencia personal  y social en sentido amplio (NAP,  2006: 12).
IV.2.El proceso de elaboración de los NAP
      Tal como  se ha adelantado en otros apartados, en función de la problemática planteada en  este estudio, se selecciona como parte del material empírico de análisis la  primera edición del Documento NAP del Ciclo Básico del Área de Lengua, correspondiente al 2006, que incluye los tres  primeros años del Nivel Medio en el caso de aquellas jurisdicciones que optaron  por seis años de E. S. Los criterios que priman para su abordaje se  sustentan en el hecho de que este registra las propuestas más recientes para la  enseñanza de la Lengua  en los primeros años del Ciclo Común del Nivel Medio y se envía a las escuelas  para su estudio e implementación como complemento de la Ley de Educación Nacional. 
        Para el  análisis del Documento se enfoca su gestación, los componentes organizativos y  los lineamientos teóricos y estrategias didácticas referentes al objeto de  estudio Lengua en general y las variaciones sociales de Lengua en particular.  Específicamente, se busca evaluar el tratamiento del contenido “variación  lingüística” en los presupuestos curriculares nacionales.
        Ahora bien, y tal como se advierte el  comienzo, primeramente se menciona  el proceso de elaboración de los NAP para, en los apartados siguientes, continuar con otros ejes de abordaje.
        Los NAP corresponden al primer nivel de concreción curricular y pueden  definirse como el marco regulatorio y normativo por medio del cual se  establecen los saberes relevantes, según las áreas, niveles y años, que deben  incluirse en todas las escuelas del país. A partir de estos contenidos, y en un  segundo nivel de concreción curricular, se elabora en cada jurisdicción el Diseño  Curricular Provincial que supone mayores especificaciones y adecuaciones,  de acuerdo con las características y necesidades propias de cada región, aunque  respeta criterios centrales con el fin de que los diseños sean compatibles en  las diversas jurisdicciones. En un tercer nivel cada institución educativa  propone un Proyecto Educativo Institucional –conocido como PEI–, entendido como el conjunto de prácticas  singulares propias de la gestión pedagógica de una determinada escuela. Estos  niveles formalizan el proceso de transmisión cultural que tiene lugar en la  escuela, a partir de la selección de los saberes considerados necesarios y  relevantes en un determinado marco político, histórico y sociocultural:
      El contenido de los currículos y el proceso  de toma de decisiones que lo rodea no puede ser el resultado de un simple acto  de dominio. El “capital cultural” declarado como conocimiento oficial, pues, es  fruto de compromisos; debe atravesar un complejo sistema de filtros y  decisiones antes de ser declarado legítimo. (…) En este sentido, el Estado  actúa como lo que Basil Bernstein llamaría un “agente recontextualizante” en el  proceso del control simbólico por el que se establecen consensos que  posibilitan la creación de “conocimiento para todos” (Apple, 1996: 87).
IV.3.Los componentes organizativos de los NAP
      Los  NAP se publican en 2006, es decir, corresponden a la presidencia del Dr. Néstor  Kirchner y, según consta en su primera hoja, están avalados por las principales  autoridades nacionales del ámbito educativo, entre las que se destacan el  Ministro de Educación, Ciencia y Tecnología, Lic. Daniel Filmus. 
        El  Documento está encabezado por un Índice que adelanta su organización, alusivo a  la página que se corresponde con cada apartado y/o subapartado. Se divide en  cuatro grandes partes: Presentación, Introducción, Lengua, Cierre.
        En  la Presentación   Filmus dirige unas breves palabras a los lectores para la  promoción del nuevo material, entendido como una herramienta didáctica que  intenta acompañar las prácticas de enseñanza e integrar el Sistema Educativo Nacional con el fin de  revertir las injusticias propias de un Sistema hasta ahora heterogéneo y  fragmentario.
        Seguidamente, la Introducción se  subdivide a su vez en tres ítems: el primero funciona como una breve reseña  sobre el contexto del Documento, en tanto alude a la identificación de  aprendizajes prioritarios, esto es socialmente válidos, en el marco de un  acuerdo federal; el segundo, a manera de justificación, explicita el sentido  que adquiere el establecimiento de tales aprendizajes dado que se constituyen  en saberes claves que por su relevancia promueven desafíos cognitivos; el  tercero refiere el alcance de los núcleos, desde la concepción del aprendizaje  como un proceso y no como una posesión cerrada y acabada.
        En  cuanto al tercer apartado, en el caso del Documento seleccionado se titula  Lengua por ser justamente esta el Área de su incumbencia y atañe a séptimo,  octavo y  noveno años –hoy denominados primero, segundo y tercero  en las jurisdicciones que secundarizaron séptimo, optando por la estructura de seis años de E. S.–, cuyo desarrollo se presenta  por separado, esto es, en un apartado menor para cada año. Esta parte del  Documento, que constituye su eje central, será considerada con mayor detalle en  el siguiente punto de la tesis.
        Se  concluye con el título “A modo de cierre”, en el cual se hace hincapié en la idea de que los  núcleos propuestos no tienen validez por sí mismos, de forma aislada, sino que  suponen una adecuación a nivel jurisdiccional, un acompañamiento institucional  (equipos directivos y docentes), una atención a las motivaciones y necesidades  de los jóvenes, una apertura a la comunidad más próxima (familia) y a los  requerimientos sociales.
        Por  último, cabe hacer notar que no se especifican los nombres de los especialistas  que participaron en la elaboración de los NAP ni se consigna la bibliografía consultada y/o utilizada, lo cual dificulta la  tarea de búsqueda de fuentes de “primera mano”, a la vez que deja en cierta  forma en el anonimato a todos aquellos estudiosos que contribuyeron con las  perspectivas teóricas adoptadas e incluso a los responsables de la organización  y formulación de los núcleos de aprendizajes. 
IV.4.El abordaje de la Lengua en los NAP del Ciclo Básico
      Tal  como se refirió anteriormente, el capítulo de Lengua se constituye en la parte  central del Documento NAP; se  subdivide en tres apartados, según el año al que se refiere (primero, segundo o  tercero), precedidos por una serie de objetivos a largo plazo y de amplio  alcance que atañen a la enseñanza de la Lengua. Aquí se destaca la importancia que se  concede a los contenidos actitudinales, tales como la valoración de la lengua  oral y escrita en tanto vehículo de comunicación y representación, incluyendo  además, y en consonancia con la nueva Ley de Educación, la valoración de la  diversidad de lenguas. Otros objetivos apuntan a la participación en  situaciones de comunicación oral, la lectura de variedad de textos, la  escritura como actividad procesual, la sistematización y la reflexión cognitiva  y metacognitiva.
        Por  último, se explicitan, en nota al pie, los criterios para la secuenciación de  los contenidos del Área que se consideran de forma interrelacionada y  espiralada, en un orden de complejidad creciente: nivel de autonomía, inclusión  progresiva de géneros discursivos y tipos textuales, características de los  objetos tratados, hincapié en alguna cuestión, entre otros.
        Seguidamente,  se presenta un cuadro que ilustra la composición de los NAP de Lengua (2006: 19-46) distribuidos para los distintos años  del Ciclo Básico y se añade el contenido previsto a nivel jurisdiccional que  puede articularse con cada NAP según  corresponda. 
        Vale aclarar que en este caso se considera el Diseño Curricular de la provincia de  San Luis por ser la región en la que se desempeña como docente la autora de  esta tesis, pero bien podría intentarse una articulación con cualquier otro  Diseño provincial. Asimismo, en ambas columnas se destacan con negrita los contenidos relacionados  con las variedades de lengua por ser el tema de interés de este estudio. 
        Por  último, cabe subrayar a partir de la lectura del cuadro que los contenidos  básicamente no difieren de año a año, pero al ser incorporados con un criterio  de secuenciación espiralada se entiende que deben abordarse progresivamente, es  decir, con mayor complejidad y profundidad a medida que se avanza en cada etapa  educativa. Asimismo, el Diseño curricular provincial muestra cierta correspondencia con los prescripto en los NAP.
IV.5.La temática variación lingüística en los NAP
      Lo expuesto en  el apartado anterior da cuenta de que el  desarrollo disciplinar de los NAP presenta una serie de objetivos generales que funcionan como un marco  introductorio de los aprendizajes propuestos para cada año según cuatro ejes  rectores: comprensión y producción oral; lectura y producción escrita;  literatura; reflexión sobre la lengua y los textos”. 
        Así, de acuerdo con los intereses de esta  indagación, en los objetivos subyace a través de un contenido actitudinal el  presupuesto regente de la   Sociolingüística acerca de que la lengua varía y, por ende,  de que no hay homogeneidad en el sistema lingüístico (v.  supra, III.1): “La valoración de la diversidad lingüística como una  de las expresiones de la riqueza cultural de la región y del país” (NAP, 2006: 16). A dicho presupuesto se  añade el aporte que brindan las variedades de lengua a nivel cultural.
        Respecto  de la inclusión de la temática sobre variación lingüística, esta se aborda en  el primer punto del apartado referido a “la reflexión sobre la lengua  y los textos” que incluye en su título el  vocablo “uso” por lo que da cuenta del estudio de la lengua en situaciones de  comunicación concretas, reales, lo que ya adelanta que la perspectiva adoptada  pondrá énfasis en la   Sociolingüística. En el caso de 7º y 8º años presenta la  misma propuesta aunque, y tal como ya se ha expuesto, debe entenderse un  abordaje espiralado, esto es, en un nivel de amplitud creciente (v. supra,  IV.4): 
           El reconocimiento y la valoración de las lenguas y  variedades lingüísticas presentes en 
      la comunidad, en los textos escritos y en los medios  de comunicación audiovisuales para, con la orientación del docente, comprender  las nociones de dialecto (geográfico y 
      social) y registro y reflexionar sobre algunos usos  locales, indagando las razones del prestigio o desprestigio de los dialectos y  las lenguas (NAP: 25, 34).
       En este planteo se incluyen contenidos conceptuales y actitudinales, estrechamente relacionados, ya que la  existencia de una variedad de lenguas supone evaluaciones por parte de los  hablantes respecto de tales variedades: recuérdese que la lengua legítima,  estándar, es aquella que ha alcanzado el mayor prestigio social. Con el término  “reconocimiento” se alude a conocer, identificar y distinguir, en tanto que  “valoración” se emplea en el sentido positivo de estimar, dejando de lado  prejuicios o evaluaciones discriminatorias, para lo cual se agrega la idea de  “indagar”, esto es, buscar la base de las actitudes lingüísticas, siempre,  según se enuncia, desde la comprensión y la reflexión. Aquí subyacen ciertos  lineamientos teóricos de la   Sociolingüística acerca de que el valor  simbólico de las lenguas refleja la idea que los hablantes se hacen de ellas a  través de connotaciones carentes de valor científico que desencadenan en  actitudes lingüísticas negativas (v. supra, III.1).
        Asimismo al hablar de las lenguas, por un  lado, y de las variedades lingüísticas, por otro, se entiende que se contempla  el estudio de situaciones de bilingüismo que en el país se registran  fundamentalmente en zonas fronterizas –con Chile, Bolivia, Paraguay y Brasil– o  bien en aquellas regiones que presentan comunidades indígenas fuertemente  organizadas, tales como la población Quom en Formosa o el pueblo Ranquel en San  Luis por citar solo algunos ejemplos.
        Además, para el tratamiento de las  variedades lingüísticas en este punto de los NAP se contemplan situaciones de uso social que incluyen la  oralidad, la escritura y los medios audiovisuales y se consideran otras  nociones inherentes a la variación: dialecto (geográfico y social) y registro,  en donde se entiende que el término dialecto social equivale a sociolecto.  
        En los NAP del último año del Ciclo Básico se introduce una tarea que implica un  esfuerzo cognitivo mayor, ligado a lo crítico, a través del término  “contrastar”, a lo que se suma la profundización e integración conceptual por  tratarse justamente de la finalización de un Ciclo. Sigue presente en este caso  la actividad, ya enunciada en los años anteriores, de indagación ligada a la  evaluación de las lenguas según actitudes de los hablantes:
           Contrastar  usos lingüísticos (orales y escritos) propios de distintos registros y  dialectos 
      (geográficos y sociales) para, con orientación del  docente, sistematizar las nociones de dialecto y registro e indagar las razones  del prestigio o desprestigio de los dialectos y las lenguas (NAP: 45).
        Finalmente,  interesa destacar en esta propuesta de los NAP una serie de contenidos procedimentales que, con apoyo del basamento teórico,  atienden a la posibilidad de detenerse en la impronta sociocultural del  lenguaje y sus implicancias, según un enfoque propiamente sociolingüístico (v.  supra, III.1) que confluye en una tarea de integración y síntesis conceptual.  Por otra parte, se involucra al docente como mediador del proceso de  enseñanza-aprendizaje, lo cual no resulta redundante sino más bien  esclarecedor, en el sentido de que se opta por un enfoque constructivista sin  por ello dejar al alumno solo frente al objeto de conocimiento, situación esta  última que se ha venido constatando en las prácticas áulicas de los últimos  años y ha obstaculizado seriamente la labor de los alumnos y aun de los propios  docentes. Esto supone el hecho de que ambos intervienen en la construcción del  conocimiento entendido como un proceso autónomo que requiere para su efectiva  concreción de la orientación, intervención, del docente (v. supra, II.2).
IV.6.Reflexiones finales
     Tal como  se afirma en el cierre de los NAP,  esta propuesta se constituye en una primera  instancia y requiere para completarse del aporte institucional y de la  comunidad en general. Por lo expuesto se entiende que su formulación es meramente  orientadora e ilustrativa y, por ende, su aplicación no es unívoca ni sigue  pautas rígidas, sino que está sujeta a las peculiaridades y requerimientos de  las distintas jurisdicciones del país.
        Asimismo,  la implementación de los núcleos de aprendizajes en el marco de una nueva  política educativa se complementa con un mercado editorial que acompaña a los  documentos de divulgación oficial y en muchos casos compite con ellos.  Particularmente, y por ser objeto del presente estudio, aunque en los libros  escolares de Lengua se evidencia una preocupación por incluir los nuevos  lineamientos curriculares, tal como es el caso del contenido por indagar, la  variación lingüística, la articulación teórico-práctica adolece en muchos casos  de una consistencia adecuada y se generan en consecuencia tergiversaciones o  bien banalizaciones que atentan contra la naturaleza del saber que se intenta  transmitir. 
        En  función de este panorama, la problemática afín a la trasposición didáctica y  sus efectos, que da sustento a esta investigación, se desarrolla en el capítulo  siguiente a través de apartados que versan sobre el análisis de un repertorio  de libros escolares de Lengua con el objeto de evaluar su legibilidad.