SUJETOS SUBALTERNOS, POLÍTICA Y MEMORIA

SUJETOS SUBALTERNOS, POLÍTICA Y MEMORIA

Mariano Salomone (CV)

La(s) memoria(s) de la Estación: temporalidad(es) del conflicto

En este capítulo he propuesto analizar el proceso a través del cual se fue configurando el conflicto en torno de los terrenos de la Estación del ferrocarril en Mendoza. En tal sentido, me ha parecido importante atender a una cuestión central que determinará esa dinámica: los procesos de rememoración. El lugar que ocupan los recuerdos en el volver-conflictivas las circunstancias con que se encontraron los sujetos en un determinado momento, la inscripción de la conflictividad en su memoria política, que implica la formación de unas necesidades y no otras, la relación con el pasado en la constitución de los sujetos colectivos involucrados. No obstante, es importante advertir que la cuestión de la memoria ocupa un lugar ambivalente en esa conflictividad, en el hacer-conflictivo, pues si bien cada uno de los colectivos se compromete en la lucha por la recuperación de ese espacio a partir del valor que la Estación tiene como lugar de la memoria colectiva, ésta remite a diferentes vínculos con la Estación que, en cada sujeto, han ido configurando a su vez temporalidades particulares. Es decir, se trata de una memoria política vinculada a prácticas efectivas, que refieren a momentos históricos diferentes en los que les “ha tocado” vivir a cada uno su relación con la Estación, punto en el cual lo generacional, entre otros determinantes, resulta crucial. Estas temporalidades particulares, como decía al comienzo, llevaron a cada colectivo a involucrarse en el conflicto en diferentes momentos de la experiencia de lucha y a partir de una politicidad propia, a la vez que lo hicieron motivados por necesidades que tenían origen en distintas “cuestiones vitales”, que tendrán expresión en disímiles expectativas sobre el destino de la Estación.
Lo que interesa es poder dar cuenta de la manera como fue posible esa configuración determinada del conflicto descripta en el capítulo anterior, sus condiciones históricas. La cuestión central, por lo tanto, es intentar pensar qué elementos se pusieron en juego en ese proceso que se abría a mediados de 2007, el ciclo de reuniones organizado entre los distintos colectivos, que puede ser interpretado como el inicio de un proceso de constitución de un nosotros más amplio, capaz de abarcar a las organizaciones sociales particulares. Específicamente, he propuesto analizar dicho proceso en relación al pasado, a la manera como interviene la memoria de los sujetos en la creación de tales posibilidades, a la vez que impone “límites y presiones” propias. En tal sentido, he aspirado a señalar una de las tensiones principales encontradas en la experiencia político-organizativa analizada, las tensiones entre una temporalidad común y las particulares. De alguna manera, la identidad colectiva se asienta en la conciencia que tienen los miembros de un grupo de compartir un pasado, un nosotros: el grupo es lo que le ha ocurrido, su historia muestra su identidad y es a la vez su identidad (volveré más adelante sobre la relación entre memoria e identidad colectiva).
En efecto, los colectivos que se involucran en la lucha por la recuperación de la Estación como espacio público, lo hacen convocados por las significaciones históricas que esa Estación tiene como lugar de la memoria. Ahora bien, esta se inscribe en una temporalidad común que remite a cierta memoria nacional y provincial, en donde la imagen de la Estación se vincula, entre otras significaciones, a la unidad nacional, la integración y el crecimiento económico del país (industrialización). Un relato de la historia nacional que tiene consecuencias, entre otras cosas, sobre las concepciones que estos sujetos tendrán de lo público y su formas de construcción. Sin embargo, los colectivos también participan de memorias particulares (generacional, de clase, de género.), la singular forma de haber vivido ese pasado. Estas trayectorias particulares, como decía, se expresan tanto en las motivaciones y expectativas que tienen sobre el futuro de la Estación, como en las prácticas políticas que ensayan procurando su realización. En efecto, una de las cuestiones a señalar, es esa ambivalencia del recuerdo: por una parte, el recuerdo puede estar en función de la cohesión social, la configuración de un nosotros a partir de la conciencia de un pasado común; por el otro lado, el recuerdo puede favorecer la reinscripción de ese pasado a la luz de las diferentes condiciones (reales y desiguales) sobre las que cada sujeto lo ha vivenciado.
Aquel ciclo de reuniones estará signado por esta tensión (en la tercera parte de la tesis, describo cómo se presentaron esas tensiones en la experiencia de cada uno de los colectivos). ¿Cuándo la cuestión de la memoria se convierte en un asunto relevante en orden a explicar las experiencias políticas de los sectores subalternos? La pregunta coloca en el centro de la cuestión el papel de la memoria en la construcción de las identidades políticas de los/las subalternos/as y sus articulaciones con la praxis.