SUJETOS SUBALTERNOS, POLÍTICA Y MEMORIA

SUJETOS SUBALTERNOS, POLÍTICA Y MEMORIA

Mariano Salomone (CV)

Tiempos de dictaduras

Lejos de pretender una reconstrucción histórica de las trayectorias ferroviarias y de su participación en las luchas del movimiento obrero, que nos alejaría del objetivo de este capítulo, lo crucial es advertir el anclaje histórico a partir del cual los ferroviarios han formulado sus demandas, cuestión que refiere tanto a la memoria de largas tradiciones familiares –“Yo me hice ferroviario por tradición, mi padre era ferroviario”-, como al mundo de las prácticas laborales y político-sindicales propias del conflicto capital/trabajo en el período de industrialización sustitutiva de importaciones y el Estado de Bienestar –“vos tenías un trabajo seguro”, “los derechos que tiene que tener alguien que trabaja” y a las filiaciones políticas que dieron sentido a dichos procesos –“Perón le dio a la clase trabajadora todo”-.
Ahora bien, las ideas sobre mundo del trabajo que habían sostenido las identificaciones ferroviarias durante largos años se fueron transformando como producto, primero de la imposición de dictaduras militares y luego de políticas neoliberales. Las modificaciones en el terreno de las prácticas sociales, las interrupciones en la vida política y el cercenamiento de los derechos de los trabajadores (las dictaduras de 1955, 1966 y 1976) expusieron a los ferroviarios a un importante y complejo proceso de reconfiguración subjetiva. En esto de pensar las trayectorias ferroviarias y las experiencias diferenciales de cada generación, puede ser productivo considerar el balance que hace Antonio (hijo) acerca de las continuidades y rupturas que observa entre su propio recorrido como ferroviario y el de su padre.
Y… diferencias… bueno, mi papá en cierto modo él era… dentro de lo que es el gremio, o sea, si bien era ferroviario también era, participaba en el gremio activamente. Bueno, yo no, yo nunca, jamás me gustó… o sea nunca tuve la idea esa de participar activamente (…) pasamos por los sectores en común, por ejemplo yo estuve en la reparaciones de motores diesel y él había sido el supervisor de ese sector, se fue de acá como supervisor, eso es lo que tenemos en común. Y después las diferencias bueno, que… el 100% de su paso por acá fue en la época del Estado y yo estuve un porcentaje pequeño, o sea, 10 años en Estado y 14 años en lo que es privada, dos experiencias diferentes y varios cambios. Él tuvo una sola experiencia en ese sentido y varios cambios porque pasó por dictaduras, por otras cosas que también son cosas que van… que modificaron acá un montón de cosas (Entrevista a Antonio hijo, 2008).

Las referencias en las entrevistas a los ferroviarios sobre las dictaduras son aisladas y fragmentarias, muchas de las veces aparecen en el relato a través de alguna anécdota corta que, al pasar, deja entrever los efectos sobre el ámbito laboral y las prácticas políticas del sector. Más bien, lo que ocurre es que son las privatizaciones las que han permanecido presentes en la memoria política de los trabajadores ocupando un lugar central en sus relatos, la época a la que prestan mayor atención y respecto de la cual expresan un mayor compromiso afectivo. Pocas veces establecen algún tipo de vinculación entre ambos procesos histórico-sociales. En efecto, los 80 y los 90, la experiencia de las privatizaciones, es decisiva en la vida de los ferroviarios y “eclipsa” en la memoria política, los recuerdos de otros momentos –organiza el sentido de la reconstrucción de la experiencia pasada-. Entre otras cosas, ello sucede porque una de las características de la dictadura fue la individualización de la represión, no se podía hablar e indudablemente, eso atentó contra las posibilidades de socialización y transmisión de la experiencia personal1 .
Cuando era personal obrero yo era delegado de mi sector. Y yo entré prácticamente con la dictadura militar, yo entré en el 75, así que yo ingresé en octubre y en marzo cayó el gobierno de Estela. A partir de ahí vivimos toda la dictadura, así que… no te digo que no hablábamos de… digamos, de sindicatos, pero era muy difícil, nosotros sabíamos que la gente desaparecía, o sea, si bien es cierto que no teníamos una idea cabal de la maquinaria brutal y represiva, sabíamos que había gente que se la llevaban y no aparecía nunca más (…)Y muchas veces la discusión con los compañeros, acá con algún compañero, sostienen que a ellos durante la dictadura no les pasó nada, pero no es por el hecho de que a ellos no les pasó nada, que no ocurrió nada (…) estábamos un poco en la clandestinidad (…) acá nos reuníamos en el baño, o sea, íbamos los delegados de sección y nos reuníamos en el baño y ahí organizamos algunas huelgas, en la última etapa de la dictadura. Me acuerdo el 30 de marzo del 82, antes de que… porque el 2 de abril fue las Malvinas, y el 30 de marzo mataron acá en Mendoza a Ortiz, lo mataron los gendarmes de un balazo, nosotros estábamos en esa movilización, era una huelga general con movilización para pedir por pan y trabajo, lo había convocado la CGT y estábamos nosotros ferroviarios, como uno de los gremios ahí presentes (Entrevista a Horacio, 2008).

No es casual que sea un ferroviario con una amplia trayectoria organizativa y militancia política y gremial –condiciones que hacen a una mayor posibilidad de compartir experiencias y de lograr una perspectiva de totalidad en la comprensión de los procesos políticos- quien más se haya referido, durante la entrevista, a la última dictadura militar. Ello no se debe únicamente a que “conserve” recuerdos, sino que éstos le resulten significativos al contar con herramientas para articularlos en una perspectiva histórica, es decir, en un relato que logra ubicar a la dictadura como resultado de luchas anteriores (un cierto pasado). De ahí que registre sus tensiones y marque las fracturas y discontinuidades histórico-sociales que produjo a posteriori.
Lo que quedó después de eso, la experiencia política se perdió toda, toda la experiencia política que tenían los que habían militado en los setenta, ¿no es cierto? o venían quebrados o venían con… ya no se pensaba ni siquiera la palabra revolución, es una cosa que había quedado en otro planeta, digamos… o sea, era conquistar más o menos un espacio democrático para poder tener un gobierno medianamente que nos sacara de la crisis económica, la deuda externa… (Entrevista a Horacio, 2008).

La implementación de las políticas neoliberales transformó el mundo social que había sostenido el conjunto de las identificaciones de los trabajadores ferroviarios, en el terreno de las prácticas sociales. Las nuevas condiciones históricas del capitalismo tardío, la totalización del mercado y las transformaciones del Estado (las mutaciones de sus tareas y funciones que pusieron fin al Estado de Bienestar) (Fleury, 1997), impusieron la “desregulación” del mercado de trabajo, las privatizaciones de los bienes y servicios públicos y la flexibilización de las condiciones laborales como parte de un continuo desfondamiento de las condiciones materiales, políticas y simbólicas que hasta el momento habían garantizado los derechos de los trabajadores.
Nosotros en la línea San Martín éramos 5 mil en la época del Estado y nos redujeron en mil, en la época de Pescarmona, o sea, que hubo 4 mil compañeros que quedaron en pampa y la vía (…) porque además toda la gente al no saber de otra cosa, el trabajador, es difícil emprender negocios para una persona que ha trabajado toda su vida, es muy difícil, no tiene ni la visión, no tiene los conocimientos y no tiene, que se yo, la velocidad mental para hacer negocios. Entonces todos pusieron kioscos, se fundieron todos (…) y la gente quedó muy mal, muy mal (…) El mundo ha cambiado mucho, ha cambiado muchísimo, o sea, hoy en día y mas adelante también, la migración de un trabajo a otro va a ser una cosa totalmente natural, va a haber muchísima movilidad, va a haber muchísimos cambios de trabajo, bueno, esta es una de las consecuencias de la globalización y toda esa historia, ¿no? (Entrevista a Horacio, 2008).

El conjunto de esas transformaciones, al modificar las prácticas sociales, enfrentó a los trabajadores a la pérdida del mundo que había dado sentido a sus identificaciones, incluidas sus adscripciones políticas:
Para mi el peronismo es una cosa que no te puedo definir porque nadie lo puede definir al peronismo, sobre todo después de Menem, es más, yo tuve una etapa después de Menem que digo… yo no soy peronista, si Menem es peronista yo no tengo nada que ver con él, ¿viste? Entonces hasta la identidad política te la hacía tambalear porque todo lo que hacía Menem era… estaba todo en contra de lo que yo pensaba y lo que yo creía, entonces cuando vos te ponés a ver que el tipo gana elecciones y sigue con la camiseta, vos decís, ¿qué mierda es esto? (…) Mirá, yo te digo que para mi los noventa fueron de despolitización, ¿no? Porque… con la parte ya de Alfonsín fue bastante jodido rehacer un esquema político porque… desde lo personal, ¿no? Porque creo que quedamos muchos al margen debido a que hubo una nueva camada de políticos con ideas que no tenían nada que ver con las ideas que nosotros traíamos, digamos, que veníamos sosteniendo desde los setenta (Entrevista a Horacio, 2008).

1 Recordemos lo sostenido en el capítulo IV acerca de la problemática de la memoria, ella se apoya en el diálogo y el encuentro con los Otros/as. Siguiendo el núcleo del pensamiento de Halbwachs, se trata de una memoria colectiva y social.