SUJETOS SUBALTERNOS, POLÍTICA Y MEMORIA

SUJETOS SUBALTERNOS, POLÍTICA Y MEMORIA

Mariano Salomone (CV)

Capítulo III: El conflicto por los terrenos de la Estación

El escenario político construido en torno a la Estación, está atravesado por aquellas relaciones entre economía y política propias del capitalismo, de las que me he ocupado en las páginas anteriores. Incluso la historia de la Estación puede ser leída como materialización de esa particular relación entre economía y política.
Este capítulo tiene como objetivo exponer el conflicto alrededor de los terrenos de la Estación. Particularmente, intento presentar la manera como éste, su configuración, se apoya en las condiciones históricas heredadas en un momento determinado, cómo ese “escenario”, en tanto lugar donde se constituye el conflicto, forma parte de una construcción colectiva que lleva las marcas propias del capitalismo; más aún, se trata de advertir que ese conflicto por los terrenos de la Estación pone de manifiesto el proceso de territorialización que tiene lugar bajo las condiciones actuales del capitalismo tardío y el modo como opera el proceso de espacialización de la lucha de clases en tanto condición histórica de constitución de diversos sujetos políticos, que bajo esas condiciones no elegidas realizan sus prácticas y tejen, en ese espacio, relaciones entre sí.
La dinámica de la lucha tiene como “piso” el conjunto de circunstancias históricas “encontradas” por los sujetos: el cierre de los ferrocarriles, las privatizaciones, los terrenos abandonados y el deterioro de las instalaciones (sólo por mencionar las más evidentes). No obstante, se trata de una materialidad muda que se configura conflictiva a partir de las respuestas que asumen los colectivos sociales involucrados. Así, la conflictividad en juego, refiere tanto a condiciones no elegidas (“objetivas”), reales y desiguales, como también a procesos de subjetivación. El conflicto deriva en general de condiciones sentidas como determinadas situaciones de carencias, de necesidades insatisfechas. Ahora bien, aunque como veremos tienen su fundamento en diferentes cuestiones “vitales”, no se trata de necesidades naturales o inmutables, sino que están motivadas desde su inscripción histórica, esto es, nacen articuladas al pasado y se proyectan al futuro. Se trata de necesidades que han despertado a partir de la memoria histórica de los sujetos, que han sido abiertas por la rememoración de un cierto pasado que recuerda lo que de aquel quedó pendiente. A la vez, no solo del pasado se nutren las luchas sociales en el presente, interviene en ellas lo que podemos llamar una “memoria anticipada”, la creación de nuevas expectativas a futuro 1. En efecto, aquí el conflicto social no forma parte sólo de un problema “económico”, sino también de las tradiciones políticas y culturales de los sujetos que la protagonizan, de sus continuidades y rupturas (Thompson, 2002: 32-33).
Como pensaba Thompson, la protesta es un asunto de economía moral de la multitud. En Costumbres en común, el autor, realiza una dura crítica a lo que llama la “visión espasmódica de la historia popular”, en referencia a los análisis que explican la protesta social como simples respuestas de las personas a estímulos económicos, como por ejemplo, la miseria y el hambre. Este tipo de explicación no considera a los individuos como agentes históricos y termina eliminando, a partir de un reduccionismo “económico”, la complejidad de motivaciones, conductas y expectativas que podemos encontrar como sustento de las prácticas políticas y colectivas de los sujetos sociales. El autor opone a estas explicaciones el concepto de “legitimación”: si el alza en los precios del pan es considerado un agravio a partir del cual se organiza una revuelta social, es porque existe un consenso popular en cuanto a qué prácticas son legítimas y cuáles no lo son en relación a la comercialización del pan. En ese sentido, esa “economía moral”, no puede considerarse directamente política pero tampoco apolítica, puesto que supone nociones del bien público sostenidas y defendidas, categórica y apasionadamente, por los sujetos (Thompson, 2000: 213-217).
En lo que sigue, proporciono un relato de lo acontecido en la Estación del Ferrocarril General San Martín (FCGSM-Mendoza) entre 2006 y 2008, a la vez que hago algunos señalamientos relativos a la historia previa del lugar. Las fuentes utilizadas para esta reconstrucción han sido producidas y recolectadas a partir del trabajo de campo realizado entre 2006 y 2009. El mismo ha tenido dos actividades principales, por una parte, la realización de entrevistas etnográficas y observaciones participantes y no participantes en el terreno (llevadas a cabo principalmente entre 2006-2008)2 ; por la otra, el trabajo de archivo que implicó la revisión de diferente tipo de documentación: documentos públicos de los colectivos involucrados en el conflicto (panfletos, folletos, correos electrónicos, flayers publicitarios, etc.), fuentes periodísticas, sitios en Internet (por ejemplo, las páginas oficiales de las organizaciones –si las tuvieran-, pero también las de otros colectivos) y documentos audiovisuales. En cuanto a las fuentes periodísticas, he tomado principalmente el registro que ha hecho el diario Los Andes y, ocasionalmente, el Diario Uno o el Mendoza on line (Mdz), ambos diarios de tirada local3 . Cabe señalar que, para el seguimiento de la conflictividad social, han sido fundamentales los dispositivos que podríamos llamar de “contrainformación” -siguiendo la denominación propuesta por los propios sujetos-, como es el trabajo realizado a título personal por Rodolfo4 y la labor colectiva llevada a cabo por el Noticiero Popular5 .

1 Ver el capítulo siguiente sobre la Estación como lugar de la memoria y su configuración como territorio de lucha política.

2 Algunas notas sobre el trabajo de campo realizado y los problemas teórico-metodológicos que implicó son presentados al comienzo de la tercera parte de la tesis, dedicada a la experiencia de los sujetos (ferroviarios, OSA y Casa Amérika).

3 El objetivo del trabajo de archivo que he propuesto es rastrear la aparición de la conflictividad social en los diarios locales como instancia de su visibilidad en el espacio público, para realizar un recuento de las protestas y determinar los sujetos de la práctica, sus demandas y formas de organización, etc. En tal sentido, la dificultad con el diario Uno, deriva del hecho de que su mayor accionista es el Grupo Vila, uno de los principales involucrados en algunos de estos conflictos que intento reseñar, tal como es el intento de apropiación de los terrenos de la UNC, el levantamiento de la señal del Canal Público, o el mismo conflicto en torno del destino de la Estación de trenes.

4 Rodolfo es un militante social cuya trayectoria política se remonta a la experiencia partidaria de la década del 70. Actualmente, es miembro de las Organizaciones Sociales Autoconvocadas, uno de los colectivos analizados en este trabajo. Desde octubre de 2005, aproximadamente, viene realizando una actividad de contrainformación a través de Internet: organiza un correo electrónico con la agenda político-cultural de toda la semana, difundiendo actividades político-sociales (marchas, reuniones, foros, etc), documentos de organizaciones, denuncias de situaciones conflictivas, etc. En efecto, ha sido de gran utilidad para realizar un seguimiento de la conflictividad en la provincia. Paulatinamente, su correo se ha ido en cierta medida “masificando”.

5 “El Noticiero Popular es un espacio de comunicación que tiene como objetivo difundir y participar en las acciones y procesos de lucha que llevan adelante las organizaciones y movimientos populares de Mendoza, buscando fomentar conciencia sobre las mismas. Se usa el audiovisual como disparador del diálogo, donde participen representantes de las organizaciones sociales, con el objeto de enriquecer y debatir la temática en cuestión, con sus propios protagonistas, y buscando una toma de posición y acción frente a las problemáticas que se transmiten, propiciando la articulación de fuerzas y saberes. En la realización de los informes audiovisuales se busca la participación directa y activa de los miembros de las organizaciones que filmamos, para enriquecer así, no sólo el contenido del documental, sino también para que se apropien las organizaciones de esta herramienta y técnica comunicacional. Es muy importante difundir este material y espacio para impulsar nuevos espacios de comunicación y contra información teniendo así un efecto multiplicador de fuerzas en las organizaciones y conciencia de las Luchas que se llevan adelante” (Fuente: http://noticieropopular.tk/).