Cada ser humano está dotado de una energía, que vigoriza sus acciones, acordes con el flujo cultural que recibe del medio circundante, lo cual le permite crear y recrear su cosmovisión del mundo, a partir de las entrañas esenciales de su existencia. Cada sujeto es exclusivamente único como ser, que no existe sino es por la existencia del otro.
De allí emerge la confianza en sí mismo para tener seguridad en el otro. En la medida que esta seguridad toma la mayor consistencia, la imagen de sí mismo se iría elevando y con ella aparece la fe como esa fuente de energía vital para el fortalecimiento auténticamente humano, por cuanto la animalidad quedará al margen de su existencia como un desecho al que no usará jamás.
Despojarse de la animalidad perturbadora de la espiritualidad, debe ser realmente la aproximación al camino trazado por Jesucristo con el ejercicio de sus enseñanzas. La fe concretada es la acción ya que: “La única actividad que recomienda Jesús en su predicación es la acción, y la única capacidad humana que acentúa es la de-realizar milagros” (Arendt ob., cit.p.335). Sí la predicción de Jesús es la acción, debe concebir al trabajo como la glorificación creativa de la acción, cuyo milagro sería alcanzar con éxito las metas propuestas, esto se entiende como la conjugación de la fe con la inteligencia -sensible racionalmente aplicada.
Si la educación parte de esta concepción, deja de lado la exclusión social, por cuanto su fundamento esencial sería la valoración del trabajo, y a quien lo realiza, porque toda actividad laboral es importante para la convivencia social, que al estar consciente cada sujeto, que la salvación está en la acción y no en las plegarias vacías de fe y huérfanas de hermandad solidariamente comprensiva de las necesidades de sus semejantes. Así se desplazaría la contemplación compasiva, sin acción productiva que resuelva las conflictividades humanas
La acción por si sola, queda como bestia desbocada, también es peligrosa, por cuanto promociona el individualismo egoísta, que ha sido la fuente del capitalismo calificado por el Papa Juan Pablo II como “capitalismo salvaje”. De manera que es imperativo establecer un modelo para una educación, sustentada en la religiosidad con ejercicio del pensamiento libre de dogmatismos castrantes de la creatividad.
Los Latinoamericanos y particularmente los venezolanos, pueden cambiar la noción de destino, deslastrándose de la herencia cultural infravalorativa, que por no reconocer la importancia del trabajo como fuente de bienestar y bien ser por cuanto la conjugación de ambas visiones armonizan la convivencia social, porque no se puede disfrutar el bien ser, sin el bien hacer- tener.
Es importante reconocer y valorar, que en Venezuela ha existido, y existe una plataforma moral, con personas que no solo forjan sus vidas sino que también que transmiten valores en función del crecimiento intelectual y espiritual a las nuevas generaciones. Aquí se cita como ejemplo, el caso de Picón, que al ser entrevistado por Viloria (2007), expresó:
…llevamos la pobreza con mucha dignidad, nunca dejábamos de comer, en los primeros meses después de muerto mi padre, el que era socio de mi papá, nos enviaba de la finca que todavía no habíamos vendido…, y ese señor nos mandaba un saco, recuerdo yo, de plátanos, o un saco de cacao, un saco de café (p.101).
De la experiencia narrada, se conciben dos (2) dimensiones nutricionales, a saber: el nutriente espiritual, extraído de la esencia humana, como lo es la dignidad, y el otro nutriente orgánico representado en los sacos de alimentos, además se interpreta, que por su cantidad-grupo familiar, eran limitados.
En un estudio profundo de esta realidad, acompañada de una eficaz acción educativa, puede estar una de las claves para romper las ataduras de la herencia sociocultural, cuyo paso de avanzada, sería el perdón de los errores del pasado, dejar de lado lo malo y reconstruir lo bueno, a partir del amor comprendido y compartido como respeto a la diversidad cultural, para no incurrir en el rechazo y las imposiciones al otro. Arendt (ob., cit.)
….a quien poco se le perdona, poco se le ama, y éste es el motivo de la convicción corriente de que sólo el amor tiene poder para perdonar. Porque el amor, aunque es uno de los hechos más raros en la vida humana, posee un inigualado poder de autorrevelación y una inigualada claridad de visión para descubrir el quién, debido precisamente a su desinterés, hasta el punto de total no-mundanidad, por lo que sea la persona amada (p.260).
Esta concepción de amor contextualizado en la convivencia social, es diametralmente opuesta a lo que se está presentando en Venezuela, en donde se está promoviendo el odio social y la venganza como modelo educativo, es por ello que “La libertad contenida en la doctrina de Jesús sobre el perdón es liberarse de la venganza” (Arendt ob., cit.p.160).
Es obvio que el régimen imperante en Venezuela está alejado de la doctrina de Jesús, y en consecuencia se irrespetan a quienes expresan ideas diferentes, al pensamiento único que se pretende imponer, para ello apelan a los errores del pasado para endosárselos a las generaciones presentes y futuras, sin que se tenga ningún tipo de culpabilidad por los hechos ocurridos en el pasado.
Así como también es importante reconocer que en el pasado a este régimen, quienes tuvieron la responsabilidad de conducir al país, lo hicieron alejados de los principios fundamentales de la convivencia social, por cuanto no se basaron en el respeto a la otredad, salvo algunas excesiones.
En Venezuela ha imperado la tiranía puesta de manifiesto en diversas ocasiones, las cuales son registradas en la historia del país, cuya arbitrariedades más recientes es la injusticia medidas de negarles los derechos constitucionales a quienes son registrados en listas de venezolanos, no identificados con las políticas del régimen “…no existe ninguna otra capacidad humana tan vulnerable, y de hecho es mucho más fácil actuar que pensar bajo un régimen tiránico. Como experiencia viva, siempre se ha supuesto –quizás erróneamente –que el pensamiento era patrimonio de unos pocos” (Arendt ob., cit.p.341).
Significa que las tiranías, permiten actuar como seres amaestrados, negando el pensamiento a las personas que produzcan ideas y en consecuencia actúen distinto al pensamiento único del tirano. Esta práctica política fractura la confianza en sí mismo.
Sin embargo, las personas con una sólida formación intrínseca de libertad y autónomas en su pensar – actuar fecunda en su alma el embrión de los cambios socioculturales “El homo faber es efectivamente señor y dueño, no sólo porque es el amo o se ha impuesto como talen toda la naturaleza, sino porque es dueño de sí mismo” (Arendt ob., cit.p.171). El hecho de ser dueño de sí mismo significa afianzar su confianza en lo que hace, mediante la autonomía creativa, fuera del alcance de la coacción dominante.
La confianza en sí mismo se configura en la consciencia del sujeto, para decidir y elegir, lo que mejor le conviene. Por ello”…: en la democracia, es la posibilidad de luchar por un sueño posible…Es increíble que continuemos votando a un candidato progresista para el ejecutivo y a un reaccionario para el legislativo simplemente porque un día nos ayudó utilizando su poder” (Freire 1996 p.22). El hecho de no tener confianza en sí mismo, hace vulnerable a la persona para elegir los gobernantes que una vez llegados al poder, revierten sus acciones en contra de quienes los eligieron de manera clientelar.