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       Para  iniciar existe una gran confusión en el ámbito empresarial en nuestra región,  ya que en forma indistinta al desconocer los términos correctamente, se le  llama asesor o consultor de una manera indistinta, a formas distintas de  intervenir en las organizaciones, y no existe una adecuada claridad de los  diferentes roles que una personas externa o interna a la organización, puede  ayudar y contribuir, a resolver los problemas a resolver en una organización,  interviniendo de distintas maneras, como lo hemos explicado en el marco teórico.
       En  general la forma mecánica de hacer las cosas, producto de la influenza cultural  promovida en nuestro país por las principales firmas de consultoría  estadounidenses principalmente, en la que el enfoque principal había sido hasta  hace algunos años la clásica relación “estímulo- respuesta” de una manera casi  mecánica, esto es, planteamiento de un problema y la propuesta de solución, para  después cobrar el servicio, y si se tiene algún problema posterior, pues se  vuelve a solicitar los servicios del “asesor” o “consultor”.
       Es  justo mencionar que en la actualidad y de acuerdo a la literatura investigada,  el enfoque ha cambiado o está cambiando, no hay que olvidar la fuerte cultura  individualista que nos ha sido transmitida.
       El  trabajar de una manera participativa, colaborativa, cooperativa, en equipo no  es fácil en nuestra región-, pero repito están cambiando los enfoques al  entender que en otras partes del mundo (Asia, Europa), las ventajas que aporta  el trabajo fructífero en equipo, y si se trabaja para lograr tener organizaciones  inteligentes, que utilizan estos métodos modernos de intervención.
       Si  agregamos a ello que las personas que trabajan en la organización y colaboran  alrededor de un proyecto, pues es más fácil lograr los objetivos propuestos.
       El  problema son los dueños de empresa o los directores de las organizaciones y de  muchas personas que trabajan en ellas, que o no tienen la formación o no tienen  el conocimiento o al menos la información de lo que se puede lograr, entonces  emerge de una manera clara lo complejo que también es el proceso de  consultoría.
       Sobre  todo, al entender que cuando el consultor es externo, su intervención es  temporal y está de paso –aunque su intervención fuera por un lapso  relativamente prolongado, si el proyecto lo ameritara-; y que cualquier cosa  que sepa o crea pueda servir, quizá de poco, a otra persona.
       Por  tanto puedo decir que he aprendido que lo mejor es ser prudente; acercarse a la  organización con respetuosa ignorancia y humildad; armar espacios para que las  ideas fluyan, surjan, se discutan, y se aterricen en proyectos.
       También  que el acompañamiento como consultor, puede ir de la mano de alguna derrota y  con muchos riesgos, sobre todo al contar con información nueva en culturas  organizacionales tradicionales o clásicas en contextos y acciones cómodamente  mecánicas, y que siempre es importante realizar una autoevaluación crítica de  lo realizado.
      En  donde:
No  podemos dejar pasar por alto comentar que las relaciones que se establecen  entre la consultoría organizacional y la investigación en nuestro campo, en  nuestra región, actualmente está cambiando, lentamente su forma de atender a  las organizaciones, antes el consultor hacia énfasis en su experiencia, muchas  veces sin fundamentos teóricos, y a su vez por parte de la mayoría de los  académicos sin contar con una falta de objetivos prácticos -en la actualidad  muchos de ellos siguen sosteniendo esa perspectiva o son teóricos o son  prácticos- como si fuera la panacea del éxito como consultor descuidando que la  complejidad del entorno para ejercer la profesión de consultor ha cambiado  exigiendo una mayor preparación, conocimiento y visión, por tanto se está  comprobando que en realidad la investigación y la consultoría tienen mucho en  común y pueden ser complementarios.
       Al  plantear y abordar los problemas que se dan en la práctica, en el mundo real de  las empresas u organizaciones, los consultores deben y tienen, en primer lugar,  que conocer los resultados de las investigaciones más recientes en el campo  para tener una fundamentación en su trabajo, es por ello que las principales  firmas consultoras en el mundo están impulsando a sus integrantes a no estar  únicamente informados de los conocimientos generados por la investigación en el  mundo empresarial u organizacional, sino a conocer también los proyectos de  investigación que están en proceso esto es los temas de vanguardia que están  siendo estudiados, así como los principales investigadores u autores de tales  proyectos.
       Por  otra parte es importante entender que la consultoría contribuye a la  investigación ya que aporta datos tomados en las organizaciones-cliente del  consultor que pueden y son útiles para realizar proyectos de investigación más  amplios, claro está que dentro del marco del sigilo y confidencialidad  profesional que esto requiere dentro de la ética profesional que debe de  existir.
       De  esta forma los datos de varias organizaciones que aportan a proyectos más  amplios de investigación permiten realizar, hasta cierto punto,  generalizaciones que ayudarán tanto a consultores como a investigadores.
       Es  por ello que los principales centros educativos en el mundo de los negocios  están más interesados en poner a prueba y divulgar los resultados de sus  investigaciones por medio de tareas de consultoría. (Kinsey, 1993).
       Por último, si agregamos a lo anteriormente  explicado, la necesidad existente de contar en nuestro medio de  consultores-académicos quien al contar con las competencias y experiencia  requerida y exigida por los retos que plantean las organizaciones, así como, de  contar con el perfil idóneo para ejercer la función de consultoría, que además  tiene la fortaleza de trabajar en red con otros profesionales y disciplinas,  conformando grupos inter y multidisciplaniarios que constituyen grupos  importantes de trabajo. 
Conclusión del capítulo.
En  el presente capitulo hemos presentado, reflexionado, contrastado, debatido los  hallazgos realizados a la luz de los aprendizajes y desaprendizajes que se  obtuvieron con las entrevistas y observaciones realizadas al HdA, así como con  integrantes de la red formado de consultores con los egresados del Diplomado  Internacional en Gestión Hospitales.
       De  ahí hemos extraído los principales conocimientos para determinar los  principales impulsores en el aprendizaje, y entender que es tener mejor un  esquema constructivista al observar los impulsores de esos aprendizajes  individuales que provocaran los cambios requeridos en el seno de las  organizaciones hospitalarias en nuestro entorno, los elementos internos y  externos que son necesarios tomar en cuenta para impulsarlos, así como la  experiencia vivida como consultor.
      Con  la información ya procesada en este capítulo estamos entonces en condiciones de  poder proponer y/o sugerir y/o recomendar los principales elementos que hay que  tomar en cuenta en forma general, así como la propuesta de un modelo de  intervención como consultor y las recomendaciones necesarias para actuar como  tal a la luz de la experiencia vivida en el HdA., información que presentaremos  en el siguiente capítulo.