IDENTIDAD Y CAMBIO SOCIAL EN UNA COMARCA DE CANTABRIA: EL CASO DE CAMPOO

IDENTIDAD Y CAMBIO SOCIAL EN UNA COMARCA DE CANTABRIA: EL CASO DE CAMPOO

Alfonso Muñoz Güemes (CV)

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14.   La narración de origen de La Virgen de Labra. Análisis del texto.

      Una de las características de las narraciones legendarias, es que al ser patrimonio de la memoria oral de los grupos, pueden existir más de una versión de las mismas circulando simultáneamente entre los colectivos sociales. De esta forma, se recogieron cuatro versiones1 distintas de la narración de origen de La Virgen de Labra.
      Dado que ya se ha hecho un recuento histórico del proceso conformador de las narraciones de origen marianas, y dado que los componentes simbólicos de la estructura narrativa de estas narraciones y la de la Virgen de Montesclaros son muy similares, no se hará un análisis simbólico como en aquel caso. Pero sí en cambio, se presentan una serie de comentarios históricos y antropológicos derivados del trabajo de campo, que permiten comprender y situar en su dimensión histórica y cultural a estas cuatro narraciones. En concreto, se considera que por su estructura narrativa y por su contenido simbólico, estas narraciones presentan muchos elementos pertinentes para el análisis de la identidad sociocultural de Campoo y sus valles interiores.
      El análisis presentado a continuación tiende, como en el caso del santuario mariano de la Virgen de Montesclaros, a explicar el proceso histórico mediante el cual se socializa el espacio geográfico, a partir de usos humanos regulados y sancionados desde el reconocimiento de fronteras simbólicas de los grupos sociales. Así, la territorialidad, o uso compartido y sancionado del espacio geográfico habitado, es el transito entre el dominio de la naturaleza por el hombre, hacia la creación de percepciones simbólicas, jurídicas económicas y culturales, de la geografía. El territorio sancionado simbólicamente por el grupo social, se convierte en la base material de la identidad de grupo.
      Los documentos consultados en que aparece la narración de origen de la Virgen de Labra, hacen una serie de actualizaciones de hechos y narraciones de distintos siglos, pero casi todos, sistematizados por última vez el  siglo pasado. Los documentos más recientes son de 1963, año en que la Institución Teresiana de Reinosa, convocó a una celebración del Día de la Virgen en la Ermita de Labra. Esta fecha se toma entre los habitantes y clero de Campoo como el inicio de la celebración de la moderna romería de la Virgen, y no en Mayo, ya que competía con la Virgen de Montesclaros, sino el 5 de agosto, día de la Virgen de las Nieves. Esta fecha se ha mantenido desde hace más de 34 años.
      Lo importante de estos datos, es que muestran cómo se traslada la competencia entre valles por la demarcación de la frontera de grupo, hacia la territorialidad sancionada en los ritos litúrgicos. Es decir, que los habitantes de Campoo de Suso, al reconocer como su patrona a la Virgen de Labra, y al trasladar la fecha de su conmemoración a una fecha distinta a la de la Virgen de Montesclaros, lo que hacen es permitir que al no contraponerse los intereses humanos con los divinos, ya que no se superponen las fechas de los actos de ambas imágenes, sean los propios actores quienes con su participación sancionen la identidad en un orden progresivo entre la adscripción al valle (Virgen de Labra), y la adscripción a la Comarca (Virgen de Montesclaros).
      Por otra parte, como ya se ha señalado, con la construcción del Embalse del Ebro, el territorio del Municipio de Campoo de Yuso, en donde está el santuario de la Virgen de Las Nieves, quedó casi totalmente inundado, por lo que se despobló gran parte de ese Ayuntamiento. Este motivo, es el que explica que la ermita de Labra haya quedado como centro devocional contenedor del ethos religioso de los municipios de lo que hemos denominado la subárea cultural central de la Comarca (formada por Campoo de Suso, Yuso y Enmedio). De tal forma que si bien existe competencia por la participación de los habitantes en ambas romerías, la que ha ido consolidándose como más importante por el número de participantes, es la de Campoo de Suso.
      Actualmente las dos Vírgenes son festejadas el 5 de agosto, lo que provoca que se confunda a menudo la celebración de ambas advocaciones, siendo distintas. La fiesta de la Virgen de las Nieves se celebra en el Ayuntamiento de Campoo de Yuso, en la ermita construida en el alto de Villasuso, siendo que fue acogida como Patrona del Municipio de Campoo de Yuso el día 18 de septiembre de 1948, por pleno acuerdo de la Corporación. Con estos datos se hace patente la competencia que los humanos establecen por legitimar sus espacios sociales, a través de la conmemoración de sus espacios rituales fundacionales.
      Los radios de acción de una y otra ermita, corresponden a colectivos sociales reconocidos por su pertenencia a dos valles contiguos en los que:
<<A veces el oscurecimiento  de la importancia de un santuario en una población debe ser atribuido al apoyo institucional que ha recibido otro erigido después, pero más próximo a la ciudad en cuyo entorno se sitúa. Así los conflictos de apropiación se definen tanto a través  de procedimientos que se dejan entrever en los discursos históricos y que revelan una lógica de la acción cuya contradicción central a resolver es la pertenencia de un objeto cuya naturaleza es sagrada. El objeto-imagen es mucho más que un  simple objeto y la relación religiosa al formularse en realidad invierte la atribución de pertenencia. La contradicción podría enunciarse como el resultado de la superposición de dos tipos de relaciones (sociedad humana-objeto, sociedad humana-ser sagrado), sintetizada en la pertenencia de una imagen persona sagrada. Una contradicción que se revela históricamente constante.>>2
      Las versiones recogidas de la narración legendaria de la Virgen de Labra son complementarias y aportan datos unas, que en otras se omiten, por lo que se presentan las versiones intercaladas de forma tal, que se vayan complementando los textos. En todos los casos, se marcan los párrafos de cada versión, con el fin de que se establezca la diferencia y la procedencia quede asentada.3
            Versión 3:
<<La imagen de la Virgen es encontrada en la cumbre de la cuesta Labra, sobre la Sierra de Híjar o Higer, que de las dos maneras se denomina; quien la ve por primera vez fue un tal Justo Bazo, pastor de ovejas merinas procedente de Logroño que con sus ganados venían todos los años hasta estas tierras de Campoo, más o menos como lo vemos actualmente.
Fue el 22 de julio de 1615 cuando la Virgen se le apareció a Justo Bazo. Cuando se fundó la Cofradía de Nuestra Señora de Labra, además de los campurrianos, los pastores que en considerable número apacentaban rediles de ovejas merinas en los puertos colindantes, se inscribieron en la misma. Que el papa Urbano XVIII se dignó conceder gracias especiales a cuantos militasen en dicha asociación, según Bula o Breve Pontificio expedido en Roma en 1624>>.
      La mención de los pastores trashumantes de ovejas, es muy importante, ya que servirá para mostrar cómo precisamente, las diferencias en la actividad ganadera castellana tienden a diferenciar a estos, del grupo social ganadero de trashumancia vacuna de Campoo 4, que remarcará su adscripción a los valles interiores de Cantabria a partir de la sanción significativa de los territorios compartidos con Cabuérniga.
Versión 4:
Cuenta la tradición que era un día de 1615, el pastor se encontraba en los alto de las brañas de Cuesta Labra apacentando su ganado, como era muy religioso y para matar el tiempo se puso de rodillas y empezó a rezar el rosario, estando de esta guisa escuchó una música celestial, jamás oída que inundó todo su ser sin comprender claramente lo que allí sucedía. Pasados los primeros momentos  de sorpresa, se levantó, miró en torno suyo y su vista fue a dar en una pequeña imagen de la que salía un resplandor acompañado de la misma música celestial. El hombre maravillado, bajó al pueblo y contó lo sucedido a las autoridades, a Don Ezequiel, que era el párroco, a quien le quisiera escuchar. (Lo que no se sabe a que pueblo bajó, es de suponer que bajó a Mazandrero).
La noticia se extendió por todo el contorno motivando una gran discusión con los habitantes de Brañosera y los Redondos, quienes alegaban que por haber aparecido en la cumbre estaba ya dentro de sus tierras y por lo tanto les pertenecía, como la cuestión se enconaba las autoridades de estos y las de Campoo tomaron el acuerdo de celebrar un “Juicio de Dios”, con tal motivo colocaron una gran losa, muy abundantes en aquel contorno, con una raya de lado a lado representando a las dos comarcas en litigio, hicieron coincidir la raya con la línea divisoria y esperaron, ante la expectación de todos los lugareños, a que la primera gota de agua que llegase hasta la losa, al punto donde fuera a parar pasase a pertenecer la imagen aparecida, la gota al fin, vino cayendo en la parte de Campoo con lo que quedó solventado el pleito.

      Los datos contenidos en esta secuencia narrativa confirman la hipótesis presentada, en torno al hecho de que el territorio de Campoo de Suso es fundado a partir de la narración legendaria de la Virgen de Labra, creando un centro territorial distinto al del Monasterio de Montesclaros que vinculaba a los valles Meridionales de la Merindad de Campoo con la Meseta Castellana.
      Con la disputa solucionada por voluntad divina, y por el reconocimiento de la jerarquía eclesiástica del gremio medieval ganadero, se gesta un nuevo territorio Campoo de Suso, que gracias a las Behetrías se escinde de la vieja administración feudal castellana de la Merindad de Campoo, cuyo centro devocional era Montesclaros. Este territorio se erige como centro productor ganadero vacuno vinculado con los valles interiores de Santa Yllana del Mar, de la posterior Provincia de Santander, por los usos de pastos naturales.

Versión 3:
Se conservan algunas fotografías de cómo era esta imagen... la talla no era antigua, más bien se sitúa entre el siglo XV y el XVI... Se conservó hasta  el año 1936, época de la Guerra Civil Española, en que desapareció. Se cree que quemada por los milicianos que hicieron de la Ermita de San Miguel, en Somacelada, último sitio en que se veneró, un acuartelamiento.
Con motivo de la predisposición que mostró la Virgen  de venir a Campoo se montó una campaña para allegar fondos a fin de construir una ermita en el mismos lugar donde se la había encontrado, adquiriendo el compromiso el Ayuntamiento de la Hermandad  de Campoo de Suso, de subir todos los años en romería hasta aquellos altos para solemnizar los actos religiosos; posteriormente, todos los pueblos del valle se solidarizaron con esta postura y adquirieron, a su vez, el compromiso de ir una vez al año un representante de cada casa habitada del pueblo, con el sacerdote y autoridades del mismo para decir una misa de rogativas, teniendo obligación el Alcalde del pueblo de llevar dos velas y el desayuno para el sacerdote, llegando hasta sancionar a los que no iban; esta tradición llegó hasta mediados de 1960, época en la que se inició una corriente modernista entre el clero. 5
Posteriormente, pasados los años, después de muerto Justo Bazo que se quedó como ermitaño de la Virgen en aquellas alturas, quizás por lo costoso de la subida, el mal tiempo reinante muy de seguido en aquella zona o a algunos de los excesos de los romeros, aconsejó trasladar la imagen a media ladera, a un lugar llamado el Prado de Domingo y que hoy en día sólo se conoce con el nombre de “Prado de Labra”.

      Versión 1:
      El religioso informante en la entrevista que aportó la narración del Santuario de Labra, comentó que cuando era mozo solían subir un día del año, todos los jóvenes de los núcleos de población, a la Ermita. Comentó que la romería de Fresno del Río se hacía el día de San Juan, fecha en la que se celebra en los calendarios agrícolas la entrada del verano. En el relato de este informante, se alude explícitamente a la prohibición de subir ese día a la Ermita, ya que <<las mozas bajarían con la semilla que ya después a los nueve meses se vería>>. Es decir, que se hace alusión a una forma ritualizada de celebrar la entrada del verano, época en la que se recoge la hierba para el invierno, y mes en el que suben el ganado a los puertos de altura. En donde, se llevaba junto a la vacada un toro, que serviría de semental durante los meses de estancia en los puertos.
      En todo caso, es un remanente de ritos basados en los ciclos naturales anuales, que tenían y aún tienen como propósito, pedir a las fuerzas divinas que el ciclo natural que se inicia sea de abundancia y provecho para los productores y sus familias. Como en todas las culturas agrarias, existen ritos que se dirigen hacia la fertilidad, en donde la mujer “virgen” o que aún no ha tenido acceso a las relaciones sexuales, es quien al quedar embarazada propicia la fertilidad.
      Así, lo que nos indican tanto la narración de origen, como el dato que aportó el informante es que de alguna forma, se celebraba un rito de fertilidad y de abundancia, en el que los mozos y las mozas, al igual que el ganado en los puertos de altura, accedían al ciclo biológico reproductivo. De todas formas, lo que es cierto, es que la primer y segunda ermita de la Virgen de Labra, sirvió como punto de paso y como centro de acogida de peregrinos, quedando las versiones locales de la fertilidad de las mozas, como un correlato de las prácticas propiciatorias de la fertilidad, o como pretexto para desplazar la ermita hacia puntos más próximos al centro del valle.
<<Los centros de culto (tardo medievales como Montesclaros) estaban situados en lugares alejados de los núcleos de población por lo que exigían un desplazamiento pero dentro de los límites territoriales. Se generaron así o se potenciaron característicos desplazamientos...que se renombraron como “romerías”. A diferencia de las parroquias no estaban fundados sobre la posesión de reliquias...sino sobre la apropiación de imágenes constituidas en símbolos sagrados.
      Muchas de las parroquias establecidas en España tras la reconquista y repoblación estaban dedicadas a la Asunción de María o a alguna de sus advocaciones genéricas, estos nuevos centros suelen encontrarse situados en lugares agrestes o descampados a varias horas de camino de las poblaciones, como el caso de la primer ermita de la Virgen de Labra, las ermitas no sólo sirvieron para guardar el símbolo sagrado, sino para acoger a romeros y peregrinos. 6

Versión 3:
Allí se edificó una ermita mucho más espaciosa cuyos restos aún se pueden observar, con habitación para el ermitaño. En este lugar permaneció hasta 1834 que un rayo prendió fuego a toda la edificación quedando completamente destruida.

      Es muy interesante el proceso de paulatino movimiento de la ermita desde la original en la frontera con Castilla, hacia una campa en la que se queda unos años la imagen. Después, mediante otra mediación divina operada a través de un rayo que destruye el sitio sagrado, tiene que ser trasladada hacia otro sitio. La última ermita, que es la actual, queda situada justamente en el centro del Valle de Campoo de Suso. La narración de origen en este caso, señala cómo después de consolidada la frontera simbólica, mediante la decisión divina de que la Virgen perteneciera a Campoo, la imagen es trasladada hacia el centro geográfico del espacio social que funda, y que sanciona.
      Se consolida la territorialidad como proceso de apropiación simbólica de la geografía, convirtiendo la geografía en territorios que pertenecen a los grupos locales, ya que son espacios naturales socialmente utilizados. Así, los traslados son una forma de ir sancionando la territorialidad desde la frontera con Castilla, hasta la consolidación sociocultural en el centro de Campoo. De esta forma, se crea el espacio fundacional que sanciona la identidad local de estos valles.
Versión 3:
Cada pueblo nombraba una doncella como camarera de la Virgen y estas tenían la obligación de subir la tarde anterior a la festividad, tres de agosto, y permanecer allí toda la noche y el día siguiente; y que pasan el rato cantando villancicos en torno a hogueras que se prendían, luego ya degeneró en baile público.

      Nuevamente se alude a una celebración propiciatoria más que a una conmemoración litúrgica. Así, tanto en Montesclaros como en el caso de la Virgen de Labra, el contenido simbólico de los textos de las narraciones legendarias, remiten hacia centros devocionales muy anteriores a los santuarios fundados por las ordenes franciscana y dominica, que tenían como eje de la acción devocional, las prácticas peticionales de los colectivos de ganaderos trashumantes que subían por rutas distintas desde Castilla hacia el interior de Cantabria. Centros devocionales que se convierten en sitios condensadores de los cultos marianos, que a través de la rogativa por la intersección de la Virgen, aseguran la continuidad histórica del grupo. Se consolidan así tanto la noción de frontera simbólica de grupo adscrito al culto, como la de prácticas significativas socialmente sancionadas en cada uno de los santuarios.
      Esto es fundamental, ya que se aprecian con mucha mayor claridad los planteamientos vertidos en esta investigación, sobre la identidad de grupo a partir de la actividad económico productiva ganadera, en donde los ciclos biológicos de humanos y ganado se enlazan y quedan primero asociados por las prácticas propiciatorias, y posteriormente son sacralizados a través de la liturgia, en donde se convierten en prácticas devocionales.
      Subyacen a la fe mariana, una serie de ritos propiciatorios del grupo agroganadero, ya que re-orientan sus prácticas simbólicas, hacia formas de rogativas inscritas dentro de la liturgia cristiana; por otra parte, se re-orientan aquellas prácticas en el sentido de ratificar la propiedad del territorio y los usos sociales, por medio de la creación de límites simbólicos que se sancionan por la práctica devocional.
      Así, la Virgen de Labra es utilizada en la disputa entre grupos sociales que habitan valles distintos para que a través de su mediación divina, se reconozcan las fronteras territoriales: se sancionan los grupos sociales, y se consolidan los segmentos culturales que éstos representan por la sanción significativa del santuario a que se acude para las rogativas.

Versión 3:
Por estas circunstancias, la imagen fue trasladada a la ermita de San Miguel en Somacelada, en el término del pueblo de Villar, donde se le ha rendido culto hasta nuestros días. Esta ermita desde aquel 1834,  se transformó en lugar de peregrinaje de todos los campurrianos, ejerciendo siempre su patronazgo el Ayuntamiento de la Hermandad de Campoo de Suso.
El Ayuntamiento llegó a entregar todos los años lo recaudado por seis vacas gajucas (se llaman así las forasteras que vienen todos los años a pastar en estos puertos altos y que todavía pagan un canon por ello, el gajuco se llama a este impuesto), para el sostenimiento del culto>>.

      Este último dato del pago por el derecho de uso de pastos que tienen que realizar los ganaderos trashumantes es fundamental, y se asocia al dato del origen  de la veneración de la imagen de la Virgen de Labra con los pastores castellanos ovejeros, ya que es el referente que marca el tránsito de la sanción de la vinculación histórica con Castilla, hacia el reconocimiento y adscripción de grupo hacia los valles interiores de Cantabria.
      El grupo social del Valle de Campoo de Suso, crea su frontera simbólica de grupo, transitando desde la Cofradía de Ovejeros fundada en 1615, hacia la sanción social del territorio reconocida en la Mancomunidad de Pastos entre Campoo y Cabuérniga, que les vincula con otra área sociocultural, y con otra práctica económico productiva, enfocada a las necesidades del ganado vacuno.
      En el caso del Monasterio de Montesclaros, fueron los frailes dominicos quienes contribuyeron, en el siglo XVII, a la territorialización o administración de los asentamientos; en el caso de Campoo de Suso, la Orden Franciscana, crea los espacios sociales a través de las Cofradías de ganaderos de vacuno que se nuclean en torno a la advocación mariana de la Virgen de Labra.
      Según un dato de la narración legendaria de Montesclaros, la imagen se le apareció al pastor en torno al año 1,000 de nuestra era; mientras que el Monasterio Dominico se fundó en el siglo XVII, en el año de 1686. La Virgen de Montesclaros pasó de Patrona de la Merindad de Campoo a Alcaldesa de la misma en 1954, no siendo canonizada por el Vaticano hasta 1967.
      Por su parte, la narración de origen de la Virgen de Labra indica que la aparición fue hecha en 1615, siendo que el santuario franciscano se fundó en 1834. Es decir, que a pesar de que se nos informa en la narración que el Papa Urbano XVIII reconoció a la advocación de Labra en 1624, pasaron 210 años, desde la Bula Papal, para que se fundara el centro liminal del grupo social agroganadero de Campoo de Suso.
      Con respecto a la fundación dominica del Monasterio de Montesclaros, tuvieron que transcurrir 148 años 7, para que el grupo social agroganadero de Campoo de Suso, reconociera como centro de su espacio social simbólicamente sancionado, al representado por la advocación de la Virgen de Labra (la ermita y el culto mariano), que tiene bajo su patronazgo a la Hermandad de Campoo de Suso y que por su relación de Mancomunidad con Cabuérniga, le vincula simbólicamente con este último valle.
      Al desplazar o construir un nuevo centro de culto, se consigue casi ciento cincuenta años después, recentrar y refundar el espacio sagrado en el corazón mismo de Campoo. La Hermandad de Campoo se actualiza y legitima su territorialidad con la construcción de la ermita-santuario de La Virgen de Labra en la Campa de San Miguel.
<<El tipo de conflictos que se muestra a través de los relatos histórico-legendarios es también ilustrativo de los tipos de conflictos en torno al poder y de la importancia y centralidad de la pertenencia de lo sagrado. Apropiación tanto o más que definición exclusiva de territorio, significa en cuanto pertenencia de lo sagrado acceso diferencial, restringido y en todo caso preferente. Además, es el núcleo de los procesos de identidad...>>8
      La refundación de un espacio de culto, que condensara el ethos social en el centro del valle de Campoo de Suso, no solamente responde a procesos históricos distintos en el tiempo, sino que significa la consolidación de la administración del culto por parte de una jerarquía eclesiástica (la Orden Franciscana), que en todo caso, administra el culto en un territorio distintos al de la Orden Dominica.
      Esta ermita está construida justo en el centro del territorio de la Hermandad de Campoo de Suso: la campa de San Miguel está situada en el centro del valle. Se simboliza con el círculo formado por los veinticuatro menhires que representan los poblados de la Hermandad de Campoo de Suso, el espacio social y sagrado al que protege la imagen contenida en el espacio arquitectónico-sagrado. Si bien la talla-imagen es propiciatoria de la ordenación del caos primigenio, el espacio arquitectónico le da un contenido material que sirve de referente para situar el centro del espacio ritual, sagrado y sobre todo, se erigen como centro de contacto humano, como sitio privilegiado al que asistir a refrendar lazos de solidaridad, lazos de hermandad, y sobre todo, al que se asiste en aras de reproducir simbólica y materialmente al grupo al que se pertenece.
      Tomado como referente geográfico o centro geográfico, a partir del cual crear el territorio, la ermita de San Miguel reconstruye la geografía en espacio social: este espacio fundacional queda flanqueado al Noroeste por la cima de la cordillera: Alto Campoo, en donde se enclava el conjunto de núcleos de población conocido como La Joyanca. Situados en la cima de la cordillera nos encontramos en el “Pico Tres mares”. Desde este pico se observan viendo hacia la vertiente Oeste, los Picos de Europa, Peña Sagra y Peña Labra; viendo hacia el Norte se divisan El valle de Polaciones y el Valle de Cabuérniga. Conforme se baja hacia el sudoeste siguiendo la sierra Cordel, llegamos a los bosques de encino y robledal que circundan el paso ganadero para pasar desde Campoo de Suso, hacia Cabuérniga por el puerto de Palombera. Al sur de la ermita, tenemos la Cordillera de peña Labra, y  en una de sus cimas, se encuentra el paso ganadero carretero y comercial que sirvió de paso a los pastores merinos trashumantes que accedían por el Collado de Somahoz al interior de Campoo de Suso. En este sitio, o próximo a él, se encontró la talla de La Virgen de Labra, que se fue desplazando poco a poco hacia el centro del valle, hasta quedar en la campa actual.
      Siguiendo por la Sierra Cordel, bajamos al valle para llegar a Argüeso, cuna de la Behetría que da origen a la fundación de la Merindad de Campoo, el feudo que sirve para fundar la administración de la Comarca de Campoo. Este enclave está situado a unos 2 Kms. de Fontibre, lugar de nacimiento del Río Ebro.
      A unos 4 Kms. de la ermita de Labra, tenemos el sitio arqueológico que en su día fue el campamento Romano de la Legión IV: Julióbriga. Esta legión fue la avanzada antes de conquistar Portus Blendium, hoy Santander y sirvió de punto de paso entre otra ruta que unía la meseta castellana con el Mar Cantábrico, es decir, la ruta que une por Montesclaros vía Peña Amaya, a Castilla con la capital Romana de Portus Blendium.
      Finalmente, dentro del Valle de Campoo de Suso, nos encontramos con una serie de túmulos diseminados que corresponden a castros pre-romanos, que sitúan el origen de los asentamientos humanos en la zona en muchos siglos antes de la definitiva refundación cristiana de los Monasterios. Esto sin contar las innumerables iglesias románicas que como la iglesia de Villacantid, señalan rutas de paso trashumante, antiguos punto de venta y feria ganadera, así como centros de comunicación social que han ido desapareciendo para dejar paso a otros nuevos.
      Nos encontramos en el centro geográfico, histórico, arqueológico y legendario, de un grupo social históricamente conformado como tal; estamos rodeados de monumentos, de historia oral, de usos y costumbres que devienen en cosmovisión y en estilo cultural cuyo crisol podemos situar en la refundación ritualizada del espacio sagrado que sirve de sustento definitivo a esa identidad. Se crea la frontera simbólica de grupo que viene a dar cohesión y sentido a siglos de historia, sentando las bases para que esa formación histórico social, se recree y se reproduzca a través de las prácticas litúrgicas compartidas.
      Esta construcción simbólica que funda el espacio de socialización ritual, legitima  la presencia y continuidad histórica del grupo social agroganadero de Campoo, pasando a ser posteriormente el referente simbólico que les cohesiona en las prácticas. Se crean las hermandades y gremios ganaderos que sustentan el emblema de La Virgen de Labra como advocación protectora, generando a su vez relaciones sociales reguladas desde esas prácticas devocionales.
      Se plantea que se va gestando un paulatino proceso de apropiación simbólico y político del culto: son los grupos de ganaderos nucleados en las cofradías y hermandades, junto a las órdenes, quienes detentan el poder de organizar y controlar socialmente el espacio sagrado, son quienes detentan el poder simbólico, los frailes franciscanos, y quienes tienen el poder económico sobre el producto local, los gremios, cofradías y hermandades de ganaderos y productores, con lo cual se instrumentaliza el culto mariano de la Virgen  de Labra, dando lugar a la creación de símbolos de prestigio, de poder y de legitimación social, que terminan por afianzar la estructura simbólica e ideológica necesaria en la construcción de las fronteras de grupo.
<<...la situación relativa en el espacio religioso convierte a los santuarios en objetivos de apropiación por parte de grupos de poder e instituciones.>> 9
      Estos procesos de legitimación social a partir de la instrumentalización de las prácticas litúrgicas, de los saberes y de los sistemas de relaciones sociales de producción, distribución y consumo de los bienes materiales por ellos producidos, es común a todo proceso de formación de fronteras simbólicas, políticas y económicas de las formaciones históricos sociales que en un momento dado, afianzan y cristalizan en un proyecto identitario. Se fusionan así, la cultura simbólica que expresa los elementos de la cosmovisión, se afianzan las prácticas litúrgicas que como en este caso y el de Montesclaros sirven para crear administraciones territoriales, y se instrumentalizan por parte de la élites políticas, económicas y religiosas estos elementos, para consolidar el proceso de formación del grupo histórico social.
      Este proceso de conformación de un grupo histórico social con un estilo cultural propio, cristaliza en el caso de Campoo, en el siglo XIX, con la literatura costumbrista, que recoge los saberes, prácticas, creencias y estilos de vida, sintetizándolos en una narrativa que recrea, refunda y actualiza al grupo mismo.
      Mientras que las prácticas rituales en el Monasterio de Montesclaros nos señalan hacia la sanción histórica que vinculó a la Merindad de Campoo con Castilla en la Edad Media a través de la ganadería trashumante, la sanción simbólica de la frontera de grupo en el caso de la Virgen de Labra nos señala hacia la separación entre el grupo social que habita el Valle de la Hermandad y Castilla.
      Este hecho se pone de evidencia y es lo que subyace a la disputa divina, ya que la Virgen ha de decidir a quién protege entre Brañosera en Cantabria y Los Redondos en Palencia. En esta decisión, lo que se sanciona no es tanto la protección de la Virgen, sino la formación de fronteras simbólicas entre grupos sociales que refuerzan sus límites territoriales y socioculturales, a través del reconocimiento de la práctica de la fe. Práctica que implica de si, como ya se ha mostrado antes, la delimitación de un grupo social al que se protegerá, lo que equivale a la demarcación y creación de territorios.
      Es fundamental en todo este proceso, el papel que las instituciones sociales jugaron como agencias cohesionadoras/empáticas, a través de las cuales, los actores se adscribieron a los colectivos locales, formando así los grupo sociales que en los valles sancionaron el culto mariano a la Virgen10 , y que además compartían estilo de vida y actividades productivas. Tales  son los gremios de pastores trashumantes de lanar, así como las cofradías y hermandades que se formaban para proteger los intereses de artesanos y productores: que mancomunadamente poseían y explotaban los recursos naturales de sus territorios. Este tipo de institución es la que la Behetría11 , como forma de administración de transición (siglos XV y XVI), entre el feudalismo y la incipiente producción precapitalista permite, el surgimiento de colectivos nucleados por intereses económicos y reivindicativos, más que por adscripción familiar o vecinal.
      Ya en el año 1347, se registra en textos y fuentes históricas de la época, la existencia de una Mesta12 o corporación de ganaderos trashumantes en la Merindad de Campoo, que tenían ciertos privilegios en los usos de pastos y en el disfrute de sus ganancias. Privilegio propio de las Behetrías o benefactorías, en las que los habitantes de las comarcas cedidas por Real Decreto a los nobles de la región, podían usufructuar los pastos y disponer de la riqueza por ellos producida.
      La existencia de las mestas nos remite al origen de las ferias ganaderas que vinculó económica y socialmente al norte de Castilla que en aquel entonces era la Merindad de Campoo, con la antigua Merindad de Asturias de Santa Yllana (después provincia de Santander), creando así los vínculos históricos que más tarde configuraron las relaciones de ganadería trashumante entre la Hermandad de Campoo de Suso y Cabuérniga.
      Nos llegan noticias de distintas Ferias en siglo XV, como las de Medina de Rioseco, Valladolid o la de Villalón. Para ese entonces, Reinosa se conforma como centro en el que el Corregidor administra el comercio ultramarino de lanas de Castilla hacia Londres, Brujas y Nantes. Es en estos años, cuando se crea la Merindad de Campoo, que tiene su antecesora administrativa en las Hermandades.
      En entre los siglo XIII y XV se produjo el paulatino incremento de la ganadería trashumante de ganado lanar entre Castilla y Campoo, junto con la cría de ganado caballar, además se fomentó la cría de ganado de tiro para la agricultura castellana, la cual se vio substituida por la cría de mulas siglos más tarde.
      La cría de ganado mular y caballar llegó a constituir en Campoo de Yuso, una de las principales actividades económicas, lo que la convirtió en la zona productora de gran parte de esa ganadería que fuera utilizada en Castilla, desde el siglo XVI hasta las primeras dos décadas del siglo XX.
      Los productores ganaderos y agricultores de la Merindad de Campoo se agrupan en gremios en los mercados de la Villa de Reinosa, que posteriormente darán pie a la instauración de conmemoraciones religiosas enfocada básicamente a los santos cuya fecha onomástica coincidía con las fechas del ciclo anual de la ganadería: como Santiago, Santa Ana, San Juan, y San Mateo, que son las fechas de subida del ganado a los puertos de altura (antes inicio de las rutas de trashumancia), la bajada de los puertos de altura, el inicio de la siega de los pastos para el invierno, etc.
      Hoy en día, esas ferias siguen celebrándose en Campoo a pesar del declive de la ganadería, sigue quedando el rastro de la celebración comercial ganadera que se verifica en las campas de Reinosa para la Feria de San Mateo, así como en la campa de la Feria Ganadera de Espinilla el día de la Ascensión de la Virgen; queda vigente aún el rito de petición del ganadero en la celebración de Santa Ana en la campa de la ermita de Fresno del Río; así como la celebración de “la bajada con bien de las cabañas”, que se celebra en Abiada, conocida como el “Día de los Campanos” o la “Fiesta de los Campanos”, consistente en adornar al ganado que baja a los poblados para ser estabulado después de pasar el verano en los puertos de altura.
      Así pues, constan en los documentos históricos13 de la Merindad de Campoo las disposiciones del Corregimiento, los privilegios reales, y las ordenanzas del Concejo, que servían como regulación de la actividad ganadera en Campoo, y que han ido pasando en forma de tradición oral en el caso de unos, como usos y costumbres en otros, y que en conjunto, han sido la base de las modernas disposiciones de usos y regulaciones de pastos comunales que siguen vigentes.
      Las cofradías en Campoo mantenían unas cabezas de ganado y se cobraban gajes de otras, para sostener el culto. Algunas de esas cofradías se crearon para proteger los intereses de los productores de lino, lana, y sobre todo de los agricultores que producían granos.
      Las Hermandades de pueblos, son una forma de organización social Medieval común a toda Castilla, en concreto en los valles interiores de Campoo, estas instituciones permitieron agruparse a los colectivos de vecinos o núcleos de población, para defender sus derechos y para sancionar el culto mariano, al tiempo que la Behetría les aseguraba que quedaran exentos de ciertos pagos a la Corona14 , ya que el poseedor del derecho de Behetría, funciona como Señor local, a quién se le retribuye un mínimo diezmo en obra y producto. La Behetría, como forma de administración territorial, fue fundamental en la creación de las Hermandades de pueblos, gremios y congregaciones religiosas características de la Castilla Medieval. Estas Hermandades corresponden en cuanto a forma de organización política a la Gemeinschaft antes definida, ya que por medio de la asociación de sus miembros, se busca defender fueros y privilegios.
<<El tres de mayo de 1282 se funda en Valladolid una Hermandad en defensa de Don Sancho, y otra en la misma ciudad en defensa de Fernando IV y de María de Molina en 1295. En este mismo año construyeron una en Burgos los Concejos de Castilla, la que se renovó en 1315 para defenderse de los abusos de los tutores de Alfonso XI. En el tiempo de Juan II se fundó otra en Valladolid (1451), fundándose en que el rey no podía amparar a sus ciudades y villas; en 1465 se funda otra en Medina del Campo>>15
      De esta forma, se explica cómo las instituciones sociales medievales y, en concreto, desde la Mancomunidad de Pastos Medieval Campoo-Cabuérniga, hasta las leyes modernas reguladoras de esos usos, han sido fundamentales en todo este proceso, de construcción social del territorio reconocido como propio, y de la noción social de comunidad histórica, que les permite sancionar su identidad como grupo, a partir del culto.
      José Calderón Escalada 16 aporta una narración legendaria de la Virgen de Labra, en la que presenta una serie de datos históricos muy relevantes para el análisis de lo que se ha venido planteando a lo largo de estas últimas páginas. Sobre todo, nos aclara la influencia de la Orden de San Francisco como gestora de la administración local. Influencia que se evidencia en las procesiones vigentes hasta la década de los años cincuenta de éste siglo, que eran efectuadas en verano en Montesclaros y el Labra por los miembros de los núcleos de población rural una vez que se habían recogido las cosechas, y una vez que los ciclos biológicos reproductivos del ganado se habían culminado.
      En el caso de Campoo de Suso y Reinosa la orden organizó las distintas cofradías que aglutinaron tanto a los gremios de artesanos urbanos, como a los productores agroganaderos, que se nuclearon en torno a estas instituciones para practicar la fe devocional mariana.
      Se presenta una cita sobre los estatutos de la cofradía franciscana en Entrambasaguas, Alto Campoo:
<<...los Franciscanos de Reinosa...fundaron cofradías. Sírvanos de modelo la de Entrambasaguas, cuyos estatutos dicen así: “ en 1787... 1) Que sean examinados los que han de ser recibidos en la Orden. 2) Que prometan guardar los diez mandamientos y que restituyan lo ajeno. 3) Que no coman ni cenen sin decir primero un Paternoster y otro con el Deogracias después de comer y cenar. 4) Que confiesen y comulguen tres veces al año. 5) Que no traigan armas ofensivas sin muy grande necesidad. 6) Que por, el Oficio divino recen cincuenta Padrenuestros con Gloria, etc. y dos credos. 7) Que guarden paz con los hermanos y aun con los extraños. 8) Que oigan misa todos los días si buenamente pudieren. 9) Que visiten a los hermanos enfermos; y si murieren, que recen cincuenta Padrenuestros, Avemarías y Glorias. 10) Que cada uno cumpla su oficio con humildad. 11) Que sean expelidos de la Orden los incorregibles”>>. 17
      Con respecto a la cofradía de Santa Ana nos dice el mismo autor que:
<<El clero secular, fundó en Reinosa la cofradía de Santa Ana, cuyos estatutos, entre otras cosas, dicen:
”Primeramente ordenamos y mandamos haya y se elija en esta cofradía un Abad, quien deba regir, presidir y gobernar en todas las juntas y funciones de ella, y a quien como Abad y cabeza estén sujetos y con sumisión todos los hermanos. 2) Ordenamos y mandamos; que todos los que hayan de entrar en esta cofradía, sean precisamente sacerdotes, beneficiados, capellanes en propiedad de los lugares siguientes: Como son Reinosa, Salces, Fontibre, Camino, La Miña, Fontecha, Aradillos, Morancas, Aldueso, Requejo, Bolmir, Retortillo y Matamorosa de que se compone esta cofradía....>>18
      Se transcribe a continuación la narración legendaria que el autor citado recopiló, ya que aporta datos sobre la organización social que el culto mariano de la Virgen de Labra implicaba:
            Versión 4:
<<De acuerdo con los regidores de los pueblos y del pastor de merinas Justo Bazo, que halló la Virgen en lo más alto de Cuesta el Abra, se fundó la cofradía de esta Virgen en la ermita de su nombre, que al principio estuvo en la cima de la montaña, más tarde en el prado de Domingo, a media ladera de dicha cuesta, y actualmente en la ermita de San Miguel de Somacelada, en términos de Villar. Con los estatutos de esta cofradía y sus libros de cuentas y de asiento de cofrades, se guardaba hasta hace poco una Bula pontificia de la época concediendo indulgencia a los cofrades y fijando el día de su fiesta el 5 de agosto, Sta. María ad nives. En esta misma ermita de San Miguel de Somacelada, trono desde el siglo pasado de la Virgen de Labra, fundó el clero secular del valle de Campoo de Suso una cofradía por el estilo de las ánimas existentes en todas las parroquias... no se puede obligar bajo pena de multa pecunaria, a que todos los cofrades, al menos uno de cada casa, asista a la misa de “hoy se saca ánima”, que solía celebrarse el lunes de cada semana.
{De las limosnas}... y de mantener una oveja cada cofrade, más el aditamento que aportaban los mozos del sobrante de la cena de marzas, que nunca era mucho, vivía la cofradía. Aportaban también los mozos para la cofradía del Stmo. Sacramento, comprando la cera necesaria para el alumbrado del monumento del Jueves Santo, y la que las camareras o mayordomas de la Virgen habían de necesitar para el adorno de los altares.
La auténtica imagen fue encontrada hace ya bastantes siglos en la misma línea divisoria de las Provincias de Palencia y Santander, en la cumbre de la sierra de Híjar. Seguramente fue escondida allí al huir los cristianos ante el empuje de los árabes. Hay testimonios históricos que acreditan  cómo ésta región quedó totalmente desolada hasta el año 750, que fue  repoblada de nuevo por el rey Alfonso Y de Asturias. Hermano del rey Fruela el que mató el oso. cuenta la tradición que los vecinos de los Redondos, ayuntamiento de Palencia que linda con “nosotros”, y los de Campo. Como no se ponían de acuerdo a que sitio iban a llevar la imagen, decidieron un procedimiento muy ingenioso: colocaron una losa (laja), muy pulimentada, con una  raya en el centro, sobre la línea divisoria; una vez perfectamente nivelada la losa, echaron una gota de agua sobre la raya que representaba la divisoria. El acuerdo era: sobre el lado que se incline el agua, será el que se lleve la imagen. Es de suponer la expectación que dicho acto tuvo, lo que sudarían en aquellos breves momentos en que la gota indecisa no sabía para que lado marcharse, hasta que poco a poco fue derivando para Campoo. La Virgen se convirtió en campurriana y no hubo más que hablar.
Se construyó una ermita cuyos restos todavía perduran bastante cerca del lugar de la aparición, en plena falda de la montaña y rodeada de un amplio campo que todavía se conoce con el nombre del “Prau de Labra”.
El pueblo y sus seguidores tomaron el acuerdo de que todos los años, el cuarto domingo de abril los sacerdotes del valle dirían una misa solemne, a la que debían asistir la Corporación en pleno, todas las Juntas Vecinales, los veinticuatro y el vecindario. Terminada la fiesta religiosa convida el clero a las autoridades a una copa de vino blanco con galletas, sorteando a continuación los días en que cada pueblo debe decir una misa votiva. Pasados los veinticuatro días de misas, se vuelve a realizar una peregrinación>>19 .

1 La versiones recogidas son: 1. La que narró el cura que atiende la parroquia de la Hermandad de Campoo de Suso, que ya se ha venido trabajando en epígrafes anteriores. 2. La versión que recoge José Calderón Escalada en su libro: Campoo. Panorama histórico y etnográfico de un Valle. Instituto de Etnografía y Folklore “Hoyos Sainz”, Institución cultural de Cantabria. Diputación Provincial de Santander, 1971. pp. 55. 3. La tercera versión es la que se presenta de forma extensa aquí, y corresponde a un documento histórico que obra en poder del Ayuntamiento de Campoo de Suso. En este documento se recoge la narración extensa de la fundación del santuario mariano de Labra. 4. La cuarta y última versión, está recogida en documentos de la Institución Teresiana de Reinosa de 1963.

2 Velasco, M., Honorio: “La apropiación de los símbolos sagrados. Historias y leyendas de imágenes y Santuarios (siglos XV-XVIII)”, en Revista de Antropología Social. No. 5, Servicio de Publicaciones Universidad Complutense de Madrid, 1996. pp. 83-114. pág. 90.

3 Se transcribe el texto literalmente, respetando el estilo y la redacción.

4 Es necesario recalcar que, a pesar de que la Comunidad Autónoma de Cantabria se conforma como tal en 1980, la dinámica cultural tiene un proceso muy distinto al administrativo, por lo que se refuerza una vez más la tesis de que las fronteras administrativas no coinciden con las fronteras simbólicas de grupo.

5 En esta narración se hacen una serie de salto temporales que hacen que la narración sea poco clara. Así, de 1615 se pasa a la Guerra Civil, y luego los años sesenta de este siglo; después se vuelve al siglo XVII.

6 Velasco, M., Honorio: Op. Cit. págs. 104-105.

7 Si restamos a la fecha de creación del santuario franciscano de Labra, los años transcurridos desde la fundación del Monasterio Dominico de Montesclaros, nos queda una distancia de 148 años, entre ambas fundaciones (Montesclaros: 1686 - ermita de Labra: 1834).

8 Velasco, M., Honorio: Op. Cit. pág. 101.

9 Velasco, M., Honorio: Op. Cit. págs. 103-104.

10 Mantecón M., Tomás: Contrarreforma y religiosidad popular en Cantabria. Universidad de Cantabria. Asamblea Regional de Cantabria, Santander, 1990.

11 Peña Bocos, Esther: La Atribución Social del Espacio en la Castilla Altomedieval. Universidad de Cantabria. Asamblea Regional de Cantabria. 1995.
Casado Soto, J.L.: Cantabria en los Siglos XVI y XVII. Eds. Tantin. Santander 1986.
Fernández, F.: Copia del becerro de las Behetrías de Castilla. Santander 1866.

12 Mesta: Remonta su origen a la Edad Media. Es una institución económica de Castilla, en la que se agrupaban los dueños de los grandes rebaños trashumantes. Sánchez Albornoz, Claudio: Estudios sobre las instituciones medievales españolas. UNAM, Instituto de Investigaciones Históricas, México. D.F. 1965. Seguimos a lo largo de este breve panorama histórico de las Behetrías y de la Merindad de Campoo, al autor citado.

13 Peña Bocos, Esther: Op. Cit.
Pérez Bustamante, R.: Sociedad, economía, fiscalidad y Gobierno en la Asturias de Santillana. siglo XIII-XIV. Librería Estudio. Santander 1974.
Casado Soto, J.L.: Op. Cit.
Fernández, F.: Op. Cit.
Palacio Atard, V.: El comercio de Castillas y el puerto de Santander en el siglo XVIII. C.S.I.C. Madrid. 1960.

14 Sánchez Albornoz, Claudio: Op. Cit.

15 V.A.: Enciclopedia Universal Ilustrada. pág. 869.

16 Calderón Escalada, José: Op. Cit. pp. 53-55.

17 Ibíd. pág. 54.

18 Ibíd. pág. 54.

19 Ibíd. pág. 55 y ss.