IDENTIDAD Y CAMBIO SOCIAL EN UNA COMARCA DE CANTABRIA: EL CASO DE CAMPOO

IDENTIDAD Y CAMBIO SOCIAL EN UNA COMARCA DE CANTABRIA: EL CASO DE CAMPOO

Alfonso Muñoz Güemes (CV)

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13.   El relato legendario de Nuestra Señora de Montesclaros. La conformación de modelos referenciales y la construcción de la identidad territorial. Análisis de contenidos 1.

      Para poder efectuar el desglose sistemático de los contenidos simbólicos que subyacen a la fundación territorial, significativamente sancionada de la Merindad de Campoo, se transcribe íntegramente la versión del relato legendario que proporcionaron los Frailes Dominicos del Santuario, y que en lo fundamental es muy similar a otros muchos relatos legendarios.
<<En este tiempo aproximado del año 1,000, según nos refiere la tradición, un pastor apacentaba su vacada en estos lugares, y advirtió que un torito se separaba del resto del ganado y, después de largo rato de ausencia, regresaba a la manada. Un buen día el pastor siguió los pasos del toro, queriendo adivinar el motivo de su separación y, he aquí, que lo encontró arrodillado delante de una escondida cueva. Pensando que estaría herido, al verlo en aquella extraña postura, se le acercó para socorrerlo, pero, cuando estaba a su lado, vio que en el hondo de la cueva había una hermosa imagen de la Virgen María con el Niño en su regazo. Arrodillóse el pastor, cautivado por la presencia de la Virgen, mientras el toro se levantaba e iba.
Después de encomendarse a la celestial Señora, se fue el dichoso pastor a Los Carabeos, a anunciarles el sagrado hallazgo. Sacerdotes y fieles acudieron al lugar señalado y allí fueron venerándola y encomendándose a su maternal protección, mientras la Celestial Señora a todos bendecía abundantemente.
Pero, pensando que en el templo parroquial más próximo se le honoraría más dignamente, la llevaron en procesión a Barruelo. Allí cantaron a la Virgen, recitaron algunas plegarias y celebraron solemnemente la misa. Al anochecer se ausentaron todos, dejando la imagen en la iglesia cerrada.
Pero, cual no fue su sorpresa cuando, a la mañana siguiente, se encontraron con que la dichosa imagen había desaparecido. Después de buscarla por todas partes, vinieron a encontrarla en la gruta donde se había aparecido.
Creyendo que sería más del agrado de la Señora ser honrada en alguno de los otros templos parroquiales de los Carabeos, llevaron la sagrada imagen sucesivamente y con las mismas ceremonias a El Arroyal y a San Andrés. De donde de igual modo se les ausentó milagrosamente, viniendo a refugiarse por segunda y tercera vez en su gruta predilecta.
Convencidos, por fin, de que la Virgen quería ser honrada donde se había aparecido, le construyeron una pequeña ermita y allí la colocaron. Junto a la misma edificaron una casita, para habitación del ermitaño, que debía custodiarla>> 2

      En el plano de la historia o fábula narrada, se hizo una subdivisión en tres secuencias aisladas, que en conjunto forman la historia, pero que por separado, forman unidades de contenido relevante que permiten la obtención de subtextos simbólicos. Los tres segmentos que forman el conjunto narrativo son:
      I. Segmentos o microsecuencias narrativas:
      1) La aparición de la Virgen al pastor por mediación del toro:              Epifanía e hierofanía manifestadas al pastor.
      2) El aviso del pastor a los curas, y las procesiones de la                  Virgen a Barruelo, Arroyal y San Andrés, de donde desaparece           en todos los casos.
      3) Construcción de la ermita original y celebración de la fiesta          o acto fundacional.
      II.   En las tres parte constitutivas de la narración, aparecen       estos personajes:
      1) El pastor, el toro, la Virgen.
      2) El conjunto de los vecinos de los pueblos, los curas, el                  pastor, la Virgen.
      3) El conjunto de los vecinos de los pueblos, los curas, el                  pastor, la Virgen y el ermitaño.
      III.  En las microsecuencias aparecen sentimientos, atmósferas y situaciones significativas que junto a los datos, sirven para autentificar la veracidad de lo referido. Así, se traslada la narración “ficticia” (leyenda), hacia la realidad o relato. A esto, Barthes lo llamó “indicios e informaciones”.
      Este es un ejemplo del proceso de descomposición metodológica de una microsecuencia de la narración de Montesclaros:
      1ª microsecuencia del mito o 1er mitema:
<<Un buen día el pastor siguió los pasos del toro, queriendo adivinar el motivo de su separación y, he aquí, que lo encontró arrodillado delante de una escondida cueva. Pensando que estaría herido, al verlo en aquella extraña postura, se le acercó para socorrerlo, pero, cuando estaba a su lado, vio que en el hondo de la cueva había una hermosa imagen de la Virgen María con el Niño en su regazo.>>

      I.    Segmentos que forman el conjunto narrativo:
      La aparición de la Virgen al pastor por mediación del toro:           Epifanía y hierofanía manifestada al pastor.
      El toro es el vehículo animal, que media entre la fuerza divina y el hombre.
      II.   Personajes:
      El pastor, el toro, la Virgen.
      a. Los personajes centrales aparecen en la primer microsecuencia simbolizando así, el conjunto de factores (que ellos representan), que irán desarrollándose a lo largo de la narración.
      b. El pastor es un sujeto que conduce a un rebaño de animales. En el transcurso de la narración, se evidencia que el pastor o vaquero, también simboliza al “pastor” o clérigo que conduce a su rebaño. Conduce a hombres y mujeres por la senda del bien (sanción simbólica).
      La figura del pastor y las ovejas o corderos, hace clara alusión a que Jesús Cristo, fue llamado a conducir a los hombres simbolizados en el rebaño, por la senda del bien.
      El pastor, se convierte en el clérigo una vez anunciado o “iluminado” (a través de la hierofanía de la Virgen); este pastor/clérigo es el elegido para comunicar la buena nueva a los hombres.
      c. El toro es un ser no pensante que se guía por instinto. Ha de ser conducido por su pastor para encontrar la senda.
      d. La Virgen, representa por el proceso descrito en otra sección, a las fuerzas de lo divino. En tanto talla, es una advocación, pero lo que importa es el significado sobrenatural de la misma.
      III. Traslación de la narración “ficticia” (leyenda), hacia la realidad o relato:

<<Pensando que estaría herido, al verlo en aquella extraña postura, se le acercó para socorrerlo, pero, cuando estaba a su lado, vio que en el hondo de la cueva había una hermosa imagen de la Virgen María con el Niño en su regazo>>

      2ª microsecuencia:
<<Después de encomendarse a la celestial Señora, se fue el dichoso pastor a Los Carabeos, a anunciarles el sagrado hallazgo. Sacerdotes y fieles acudieron al lugar señalado y allí fueron venerándola y encomendándose a su maternal protección, mientras la Celestial Señora a todos bendecía abundantemente.
Pero, pensando que en el templo parroquial más próximo se le honoraría más dignamente, la llevaron en procesión a Barruelo. Allí cantaron a la Virgen, recitaron algunas plegarias y celebraron solemnemente la misa. Al anochecer se ausentaron todos, dejando la imagen en la iglesia cerrada.
Pero, cual no fue su sorpresa cuando, a la mañana siguiente, se encontraron con que la dichosa imagen había desaparecido. Después de buscarla por todas partes, vinieron a encontrarla en la gruta donde se había aparecido.
Creyendo que sería más del agrado de la Señora ser honrada en alguno de los otros templos parroquiales de los Carabeos, llevaron la sagrada imagen sucesivamente y con las mismas ceremonias a el Arroyal y a San Andrés. De donde de igual modo se les ausentó milagrosamente, viviendo a refugiarse por segunda y tercera vez en su gruta predilecta>>

      I. Segmentos que forman el conjunto narrativo:
El aviso del pastor a los curas, y las procesiones de la     Virgen a Barruelo, El Arroyal y San Andrés, de donde desaparece    en todos los casos.
      II. Personajes:
      El conjunto de los vecinos de los pueblos, los curas, el           pastor, la Virgen y el ermitaño.
      III. Traslación de la narración “ficticia” (leyenda), hacia la       realidad o relato:
      a. Creyendo que sería más del agrado de la Señora...
      b. se les ausentó milagrosamente, viniendo a refugiarse por         segunda y tercera vez en su gruta predilecta
3º Microsecuencia:
<<Creyendo que sería más del agrado de la Señora ser honrada en alguno de los otros templos parroquiales de los Carabeos, llevaron la sagrada imagen sucesivamente y con las mismas ceremonias a el Arroyal y a San Andrés. De donde de igual modo se les ausentó milagrosamente, viniendo a refugiarse por segunda y tercera vez en su gruta predilecta.
Convencidos, por fin, de que la Virgen quería ser honrada donde se había aparecido, le construyeron una pequeña ermita y allí la colocaron. Junto a la misma edificaron una casita, para habitación del ermitaño, que debía custodiarla>>.
      I. Segmentos que forman el conjunto narrativo:
Construcción de la ermita original y celebración de la fiesta o acto fundacional.

      II. Personajes:
      El conjunto de los vecinos de los pueblos, los curas, el           pastor, la Virgen y el ermitaño.
      III. Traslación de la narración “ficticia” (leyenda), hacia la       realidad o relato:
      a. ...la Virgen quería ser honrada donde se había aparecido...
      b. ... Junto a la misma edificaron una casita, para habitación     del ermitaño, que debía custodiarla.
      De esta última secuencia narrativa interesa destacar el hecho de que la Virgen, aun siendo llevada a la Cabecera Municipal, no accedió a quedarse ni allí, ni en ninguno de los núcleos ya existentes. De esto se deriva, la intencionalidad de fundar un espacio condensador nuevo: en un sitio apartado en donde no existían asentamientos humanos vigentes.
      El primer espacio fundacional se construye como ermita, pero conforme se va acrecentando el prestigio social de la imagen, se va creando la necesidad de consolidar el espacio devocional como Santuario: sitio de peregrinación y condensación de la devoción.
      En el subtexto que nos remite a los símbolos se encuentra presente el dato de que la voluntad divina debe ser cumplida por los hombres. El carácter sobrenatural de la talla, su proximidad a la divinidad, quedan de manifiesto en sus actos y en su voluntad.
      Así, lo fieles del culto, verán en esa talla no solo a la representación icónica de la Virgen María con el Niño Jesús, sino que verán a una fuerza divina que mediará y les protegerá.
      La simbología de los elementos no humanos, el toro, el rebaño y la cueva son comunes a muchos de los relatos legendarios marianos3 , y generalmente al igual que el resto del relato, está basado en cuanto a su simbología, en las sagradas escrituras. Es decir, que no tanto la narración en sí, sino los contenidos implícitos en ellas, derivan de los textos contenedores de la fe, la devoción, y los modelos referenciales que sancionan la conducta humana.
      Así, tanto el relato legendario, como la hagiografía de la imagen venerada, devienen en símbolos contenedores de los sistemas sancionadores que regirán la vida de los fieles agrupados en su credo.
      El único humano (y el que menos ser social es), que permanece cerca de la Virgen es el ermitaño. Su alejamiento del reino terrenal, le acerca más a una posición ascética, en la que no puede haber sospechas de mala conducta, desviación ni de ninguno de los pecados capitales; por eso, le es permitido esa residencia próxima. Es humano, pero vive fuera del mundo y de sus leyes terrenales.
      Así, a través de las metáforas, los símbolos y los significados, expresados en la narración de origen, se expresa todo un conjunto de saberes que operan en el imaginario colectivo de los devotos que se reconocen en esta fe, permitiendo su cohesión y reconocimiento recíproco.
      La hierofanía de la Virgen  y la posterior fundación del espacio sagrado, tienen un sentido organizador del caos4 :
<<...la revelación de un espacio sagrado permite obtener un <punto fijo>, orientarse en la homogeneidad caótica, <fundar el mundo> y vivir realmente. Por el contrario, la experiencia profana mantiene la homogeneidad y, por consiguiente, la relatividad del espacio. Toda orientación verdadera desaparece pues el <punto fijo> no goza ya de un estatuto ontológico único: aparece y desaparece según las necesidades cotidianas>>
      De esta manera, uno de los datos de las historias de vida fundamentales que se obtuvieron es el del eterno retorno del emigrante a su localidad de origen para las fiestas del verano. Este retorno al lugar de origen es perfectamente explicado desde esta óptica de la reconstitución del “ser” (social e individual), que se vehicula por la reproducción simbólica cíclica a través del rito peticional y de la fe devocional.
      La importancia de la “fiesta del pueblo” y de la conmemoración, residen precisamente, en que operan en el imaginario colectivo, como vehículos de la cohesión grupal: se produce la empatía de grupo, que asegura tanto la reproducción simbólica, como material del grupo.
      El grupo se reproduce “materialmente”, ya que la petición, y el “don” cumplido, aseguran la posibilidad de que las “condiciones naturales” sean propicias para asegurar la continuidad histórica o reproducción material del grupo.
      Simbólicamente se reproduce el grupo ya que, la participación: o cohesión individuo, familia, grupo local, comarca, se actualizan volviendo a expresarse los lazos de vinculación afectiva, de empatía, que se manifiestan a través de la petición y la rogativa colectiva: las romerías, las peregrinaciones o la celebración del culto, son expresiones de ello.
      Por ello, la ordenación territorial de la geografía y la naturaleza ejercida desde el aparato o agencia de culto y devoción, tiene ese doble significado de administración de los recursos del territorio, y de administración y ordenación de la fe y las relaciones sociales, a través de las prácticas sancionadas, <<...los santuarios sirven para condensar periódicamente el ethos religioso popular, caracterizado por la búsqueda de seguridad y protección. Además, ellos son el principal factor de socialización de la piedad popular>>5 , entendiendo aquí, por piedad popular, el  conjunto de creencias e ideas religiosas del grupo social.

      El sentido fundacional tanto del espacio simbólico como del geográfico, quedan delimitados por las áreas de influencia de los cultos marianos de Campoo: el de Montesclaros y el de la Virgen de Labra, y son objetivados en los grupos sociales que quedan en su interior. Se vinculan inexorablemente, desde nuestro punto de vista, la identidad social de grupo: por su práctica simbólicamente sancionada, con la identidad territorial que los identifica en la perspectiva emic, como miembros autoadscritos del colectivo comarcal que practica la devoción mariana particular.

1 En el desglose de contenidos relevantes del subtexto del relato legendario de la fundación de Montesclaros, se siguieron los planteamientos de Roland Barthes del análisis estructural que proponen la descomposición del texto en niveles en los que se separa la fábula o historia, de los personajes, y de la narración o estructura formal del discurso en sentido estricto.

2 La Virgen de Montesclaros: Op. Cit. pp.5-7.

3 Pallés, J.: Año de María o Colección de Noticias Históricas, Leyendas, ejemplos, meditaciones, exhortaciones y oraciones para honrar a la Virgen santísima en todos los días del año. Barcelona, Imprenta del Heredero de D. Pablo Rivera. 6 Vols., 1875.

4 Eliade, Mircea: Lo sagrado y lo profano. (Hamburgo, 1957), Labor/Punto Omega, Barcelona, 1985. pág. 27.

5 Giménez, Gilberto: Cultura popular y religión en el Anahuac. Centro de Estudios Ecuménicos, A.C., México, 1978. pág. 14.