IDENTIDAD Y CAMBIO SOCIAL EN UNA COMARCA DE CANTABRIA: EL CASO DE CAMPOO

IDENTIDAD Y CAMBIO SOCIAL EN UNA COMARCA DE CANTABRIA: EL CASO DE CAMPOO

Alfonso Muñoz Güemes (CV)

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  Lengua, literatura e identidad.

La percepción emic, de la diferencia grupal, a partir del reconocimiento de las características propias, que es elaborada como frontera de grupo, se percibe entre los habitantes de los Valles Meridionales, y los habitantes de Alto Campoo (de La Joyanca), por el contraste de los rasgos culturales externos: forma de hablar (vocalización de la o final, así como construcciones gramaticales), por la vestimenta, y por la proximidad social con otras regiones culturales. Todos estos factores, son contrastados en el proceso de las interacciones cotidianas en el mercado de Reinosa, en las ferias ganaderas y en las conmemoraciones; siendo esto lo que, en rigor, constituye en proceso de identificación y diferenciación entre los sujetos. Este fenómeno de contrastación forma parte de la construcción de las fronteras de grupo.
Los inmigrantes de Reinosa, reconstruyen la identidad cultural del ganadero “tradicional”, para elaborar su propia identidad urbana.
<<Un ejemplo exponencial de diferenciación lo ofrecería el caso de los idiomas (“creados” como en Campoo con el intento de elaborar una variante lingüística del castellano local) étnicos, que en ocasiones son asumidos como lengua exclusiva de la comunidad, tratando de enfatizar las diferencias dialectales con las comunidades de vecinos, para afirmar el hecho de ser los verdaderos o mejores hablantes de la lengua (originaria) común.
Otro indicador explícito lo constituye la indumentaria étnica, cuyas modificaciones estilísticas respecto a un modelo generalizado permite evidenciar la específica filiación comunal>>1
La cita anterior es de especial relevancia ya que permite contextualizar el proceso de “construcción de rasgos culturales propios”, según las premisas que se han venido exponiendo.
Se analizará un libro2 que se escribió de forma colectiva por un grupo de obreros que participaron directamente de las movilizaciones sindicales de Reinosa en 1987. El objetivo de este epígrafe es elucidar, precisamente, como en el ámbito urbano de la Comarca de Campoo de han elaborado una serie de obras, en las que los propios actores sociales narran, cómo el proceso de ajuste económico que significó la reducción de la producción de aceros de la empresa SIDENOR 3 les afectó en forma de recorte de plantilla.
El recorte de empleados de cuello azul, obedeció a las políticas sectoriales derivadas de la reconversión de la industria siderúrgica ya que eran excedentarios, tomando en cuenta las cuotas a las que se ajustaría la empresa. El reajuste de SIDENOR, se debió a las políticas de la Unión Europea, sobre cuotas comunitarias productivas por sectores.

Los obreros afectados escribieron un libro en el que se ponen de manifiesto las razones y los motivos que les llevaron a realizar una movilización sindical. Lo que nos interesa resaltar, es que el grupo de obreros que se encargó de la edición del libro, se erigió de un núcleo intelectual como los que en otros espacios culturales de la comarca han escrito libros sobre historia local. La cohesión de grupo pasa en este caso, por la ocupación profesional y por las reivindicaciones laborales que le dieron al grupo de obreros, un sentido de pertenencia grupal: dejaron de ser los antiguos vecinos de los pueblos que emigraron a trabajar en la fábrica, para convertirse en un grupo social vinculado por intereses sociales gremiales.
Lo que ocurre en este proceso es que los compañeros de trabajo pasan de concebirse como vecinos del núcleo de población rural emigrados a la ciudad, para concebirse como miembros de un grupo cohesionado por un interés específico: el mantenimiento de los puestos de trabajo. Esta conciencia de grupo convierte al colectivo, en un grupo social organizado, que, deja de socializar en torno a instituciones primarias como las rondas de mozos, y los grupos de iguales que forman las rondas corales, para relacionarse en una agencia social de “clase” como lo es el sindicato, en la que la participación de los individuos pasa no por la proximidad afectiva, sino por los intereses que se buscan. Es decir, de forma individual los obreros no podían conseguir que sus puestos de trabajo se mantuvieran, por lo que, haciendo una movilización en las fábricas de la comarca ejercieron la presión necesaria para mantener sus empleos.
Esta coyuntura marcó la consolidación de un proceso de transformación social, en la que los habitantes de Reinosa se nuclearon como conjunto social, cuando salieron a la calle, no para celebrar el origen rural común de todos, ni para reconstruir su memoria colectiva; salieron a la calle con el fin de proteger los empleos y se reconocieron en un nuevo espacio simbólico: el de la cohesión social urbana, que la actividad laboral en la industria les confiere.
Los relatos de este libro escrito por los obreros de Reinosa marca un hito, o un límite simbólico con el cual el colectivo social se reconocer como portador de unos intereses compartidos, que a fin de cuentas son los que determinan su razón de estar ahí: su inmigración para trabajar en la industria local.
Las movilizaciones sociales colectivas hechas no sólo por el grupo de empleados de cuello azul de las empresas de Reinosa y Matamorosa, sino por los empleados de los servicios 4 y todos los familiares de éstos y aquéllos, son las formas de reagrupación social que conviven junto con la conmemoración de la memoria histórica rural colectiva. En donde la convivencia de o la dualidad de identidades rurales y urbanas se realizan no de forma contrapuesta ni excluyente, sino representando en conjunto la complejidad de la sociedad Comarcal.
En Reinosa se conmemora y sanciona el origen histórico y sociocultural a través de la memoria colectiva que se condensa el Día de Campoo con el desfile de carrozas; mientras que por otra parte, se moviliza la sociedad urbana que vive de la industria, para proteger sus puestos de trabajo, y sobre todo para asegurar la continuidad histórica del grupo social.
De esta forma, mientras que la autoadscripción simbólicamente sancionada se hace con respecto al grupo rural agroganadero comarcal; la cohesión social, y la vinculación de los sujetos hacia el colectivo urbano se realiza a través de las movilizaciones laborales. Entendiendo a éstas como las formas de actuación conjunta organizada por parte de los obreros y empleados por mantener sus puestos de trabajo, y asegurar el mantenimiento de sus familias.
Para explicar brevemente el origen y sentido de ese trabajo seguiremos a Phillipe Lejeune en su trabajo: “El pacto autobiográfico y otros estudios” 5, ya que apunta una serie de observaciones muy interesantes respecto de éste tipo de obras.
Cuando en secciones anteriores se hablada de los tres obreros con quienes se trabajó como informantes, de los cuales solamente se continuó con dos de ellos, se omitió intencionalmente decir el por qué. Bien, ello se debe a que el tercero de ellos participó en la elaboración colectiva del libro testimonial producto de la lucha sindical del 1987.
Esto lo hacía ser un actor menos neutro, más condicionado ideológicamente en su discursividad pero, sobre todo, portador de una consciencia del poder de la palabra escrita, que lo convirtió en una especie de erudito, líder sindical e intelectual local.
En este sentido, consideramos a este individuo, como representativo del proceso que Lejeune describe como:

“A partir del momento en que el medio campesino y obrero accedan a la práctica de la escritura (y en particular al relato de la vida), lo harán a partir de imágenes de sí mismos ya formadas que encontrarán en su camino. Por otro lado, el hecho de tomar las riendas de su propio relato de vida (y eventualmente de intentar publicarlo) será más o menos voluntariamente un acto de ascensión social y de
asimilación a la cultura dominante, aunque se sitúe dentro
del marco de una lucha militante destinada a suscitar una conciencia de clase.” 6
El proceso seguido por este individuo en concreto, ha sido el de experimentar una movilidad de status frente a sus compañeros, construyéndose en una especie de portavoz intelectual del movimiento sindical.
Aunque el libro está escrito de manera colectiva, de tal suerte que son varios los narradores que van intercalando sus “voces”, este individuo se ha consolidado como un “intelectual de la clase obrera”. Es interesante señalar, que este libro ha sido escrito no sólo de forma colectiva, sino que además, es siempre plural, lo que hace aparecer la narración con un tono de colectividad o solidaridad. Solidaridad concebida como motor del movimiento obrero, y que es un concepto, además, fundamental en la elaboración del discurso identitario de los obreros entrevistados. La narración colectiva y en plural, hace que los narradores cedan su individualidad en beneficio de una identidad de clase colectiva.
Interesa resaltar que los líderes sindicales que asumen la autoría del libro, ceden la palabra a otros actores sociales, entrevistándoles, y por ello se sitúan en un nivel de distancia con respecto de sus compañeros de lucha y con respecto de sí mismos.
“Testimonios, podíamos haber titulado este libro, porque de eso se trata. Los autores lo somos sólo de la palabra
escrita. Hemos dado a la imprenta una parte de los que el
pueblo de Reinosa vivió en la calle, en las fábricas, en
sus casas, a lo largo de varios meses difíciles.
Durante muchas horas, hemos escuchado de labios de sus protagonistas las razones que les movieron a pelear, y con
ellos hemos sentido la esperanza, el dolor y la rabia.”7
Al inicio del libro se encuentra un texto, en el que se evidencia la mediación literaria de los autores, sobre los testimonios orales de informantes:
“Recuerdo cómo contaban mis padres que allá por el mil novecientos mucha gente tuvo que emigrar, a ver si en otros sitios la cosa estaba mejor que aquí. Fue buenísimo que se hiciese la fábrica de Reinosa, ya que con el mal clima que
hay, y con el campo solamente mal se podía vivir. Al menos, conseguías un jornal…
Las palabras lentas y cálidas de José, un viejo reinosano,
nos remiten a otro momento en la historia de localidad.”8

1 Rubén, Guillermo R.: “Teoría da identidade: uma crítica”, en Anuario Antropológico No. 86, Universidade do Brasilia, Brasil, 1986.

2 VV.AA.: Reinosa. Contra el miedo. Editorial Revolución. Col. Nuestra
Lucha No. 12. Madrid 1988. Además de éste libro, existen otros que recogen extensamente tanto la crónica de los sucesos y su repercusión a nivel nacional, como otros en los que se hace un recuento histórico de la empresa siderúrgica de Reinosa y su impacto en la población y cultura comarcal. El libro de la crónica de los sucesos es de autor anónimo y recoge notas hemerográficas de Cantabria y España: Reinosa, un polvorín: Historia de un crisis. 1974. El libro de historia de la siderurgia es, Alcalá Zamora, José: Historia de una empresa siderúrgica española: los altos horno de Reinosa. Santander, 1974.

3 Existe otra obra que fue escrita desde la posición empresarial dentro del conflicto que generó la reconversión industrial, en la que se exponen los puntos de vista y opiniones de SIDENOR: Amorós, José: Reinosa crisol de la gran forja en España. SIDENOR. Santander 1994.

4 Los comerciantes, empleados y el conjunto de actores que laboran en el sector terciario, se unieron a las reivindicaciones de los obreros por el hecho de que al peligrar los puestos de trabajo de estos, sus empresas también entran en declive por la falta de poder adquisitivo de un número creciente de familias.

5 Lejeune, Phillipe: El pacto autobiográfico y otros estudios. Megazul-Endymion, Madrid, 1994.

6 Op. Cit. Pág. 341

7 VV.AA.: Op. Cit. Reinosa. Contra el miedo. pág. 5

8 Ibíd. pág. 7.