IDENTIDAD Y CAMBIO SOCIAL EN UNA COMARCA DE CANTABRIA: EL CASO DE CAMPOO

IDENTIDAD Y CAMBIO SOCIAL EN UNA COMARCA DE CANTABRIA: EL CASO DE CAMPOO

Alfonso Muñoz Güemes (CV)

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Dialéctica individuo sociedad: Identidad y espacio psicosocial.

      El concepto de identidad que se utiliza en antropología tiene sus raíces en la psicología social1 , habiendo sido trasladado desde aquella tanto hacia el ámbito de la antropología cultural2 , como hacia estudios 3 que abordan los procesos de empatía y cohesión que impelen a los sujetos a formar y permanecer en los grupos sociales4 . El concepto de identidad de grupo sirve para explicar los procesos empáticos y cohesionadores que operan en los sujetos que se adscriben a ciertos colectivos.5
      Estas precisiones son necesarias para comprender por qué las fronteras simbólicas de grupo, como en el caso de la matriz sociocultural agroganadera de Campoo, se pueden mantener y reproducir en el imaginario colectivo, a pesar de la transformación social efectuada por la emigración rural-urbana.
      La percepción de la identidad cultural que circula en el imaginario colectivo de la Comarca de Campoo, está construido a partir de la apropiación del pasado histórico, siendo que esta apropiación es la conexión imaginada del pasado con el presente, <<así se construye la identidad>>, nos dice Mairal Buil 6. Reinvención del pasado hecha en el ámbito urbano industrial, basándose en la matriz sociocultural rural. Esto nos ha permitido plantearnos la existencia de un proceso de traslación del sistema referencial y cultural rural de Campoo hacia el espacio social en el ámbito urbano, expresándose esto a través de los certámenes de canto, el rescate urbano del baile popular y del vestido, las justas literarias que operan como continuación de la recuperación de la memoria colectiva iniciada por los escritores costumbristas, los desfiles de carrozas del Día de Campoo, el rescate de los productos artesanos y el turismo rural, siendo estos últimos hechos para consumo urbano.
      Gaspar Mairal, estudiando el proceso de reconstrucción de la identidad durante las fiestas de un barrio urbano en una ciudad de Zaragoza, se refiere a que:
<<En el caso de Entremuro, podemos asistir a la reconstrucción simbólica de una identidad que cada año, con motivo de las fiestas patronales del barrio, realizan los vecinos. Para ello se visten con el atuendo que para ellos representa al labrador y desfilan portando antorchas y al son de la música por el centro de la ciudad. La mayoría de quienes desfilan, hombres y mujeres, no son efectivamente labradores, pero asumen simbólicamente esta condición que según ellos les representa... Ellos y ellas son quienes se visten de <<entremuranos>>, con atuendos campesinos.>>7
      El proceso descrito en la ciudad de Barbastro en Zaragoza es muy similar al que se produce en Reinosa el Día de Campoo, en cuanto a la forma de reconstrucción urbana de la identidad, apropiándose los colectivos de la ciudad del simbolismo cultural del mundo rural. Sobre esto Hobsbawn nos dice que:
<<La tradición inventada se aplica para significar una serie de prácticas, normalmente dirigidas por reglas conocidas y tácitamente aceptadas con una naturaleza simbólica o ritual, que pretenden inculcar valores y normas de conducta mediante la repetición e implica automáticamente continuidad con el pasado. De hecho y allí donde es posible, intentan normalmente establecer continuidad con un pasado histórico apropiado.>> 8
      Dentro de esta línea argumental, podemos comprender entonces, con mayor claridad, cómo no es la misma representación colectiva de un “nosotros” campurriano9 (aldeano, ganadero miembro de un núcleo familiar y vecinal), que la noción de un “nosotros” proveniente de un actor social emigrante rural-urbano (resocializado en el ámbito urbano industrial, procedente de cualquiera de las regiones comarcales), ya que la identidad que se reproduce en el ámbito urbano de Reinosa toma como referente al estereotipo cultural de habitante comarcal, el habitante de los valles centrales.
      El estereotipo usado en la reconstrucción de la memoria colectiva se basa en imágenes del pasado y no contempla el proceso de modernización tecnológica operado en el sector primario, por lo que las representaciones de las “estampas campurrianas” que se hacen en el desfile del Día de Campoo, reconstruyen un pasado que no se corresponde con el del sector social rural actual.
      En este sentido, volvemos a enunciar el presupuesto de que los actores sociales del ámbito urbano de Campoo, en concreto de Reinosa, han reconstruido su identidad a partir de lo que <<es una tradición inventada y nos muestra con claridad cómo se construye la identidad desde la memoria.>>10
      A partir del análisis de las manifestaciones socioculturales en Reinosa, hemos reconstruido por un lado, las correlaciones entre el imaginario colectivo que recrea un estereotipo o ideal cultural del pasado, que sirve de base en la construcción de la identidad desde la memoria, y, por otro lado, la <<realidad sociológica>> 11, que muestra una estructura social, económica y productiva, distinta a la representada en aquellas elaboraciones de la memoria.
      La constatación de que la realidad sociológica de la Comarca de Campoo es tal que los procesos sociales, estructurales e institucionales han posibilitado el  surgimiento de un estilo de vida distinto al representado en la reconstrucción histórica de la memoria, nos permite plantear entonces, que el proceso de reinvención de la tradición efectuado en el ámbito urbano comarcal es una forma de apropiación simbólica del pasado, para crear las fronteras simbólicas del grupo social urbano.
      Es decir, que desde el espacio social urbano, se parte de la reconstrucción ideal del pasado común, presente en la memoria colectiva, para crear un referente simbólico y cultural, que permita crear las fronteras del grupo; pero ésta identidad no es la propia de los colectivos rurales de cada valle, sino la del cuerpo social urbano que, tomando como referente un estilo de vida idealizado, lo toma como propio. El estereotipo del campurriano (habitante de los valles centrales), es tomado como referente de la identidad sociocultural de toda la Comarca.
      Para comprender la distancia que media entre la estereotipación del estilo de vida agroganadero de los valles centrales de Campoo, que se produce por la reinvención de la tradición, y la formación social rural pecuaria contemporánea en estos valles, se presentan una serie de datos que nos ilustran al respecto.
       Hoy en día, los núcleos de población rural de los valles centrales y del resto de la Comarca de Campoo están prácticamente deshabitados, y los productores que aún viven en ellos han reorientado la lógica de producción, pasando desde lo que Eloy Gómez Pellón 12 define como <<casa de labranza>>, o estructura productiva de la familia rural orientada al autoabasto y en menor medida al mercado local, hacia una lógica productiva de explotación comercial, en la que los productores orientan su trabajo, no hacia la autosubsistencia, sino hacia la venta de productos en los mercados locales y regionales.
      Refiriéndonos a la forma de producción rural de la casa de labranza previa a la industrialización comarcal, podemos decir que hasta antes de la transformación estructural comarcal:
a) no existía la lógica de acumulación por la venta de productos por encima de su valor de uso;
b) se producían bienes primarios y procesados, destinados al consumo directo de la misma familia: leche y queso de cabra, mantequilla de leche de vaca en menor medida, frutos del huerto, aves de corral, cereales y legumbres, carne de cerdo y sus derivados, etc.;
c) los productos agrícolas eran vendidos para su uso en la alimentación del ganado (forrajes), o para ser procesados en los molinos harineros de la zona. Sin embargo, el tipo de agricultura de secano que se sigue practicando hasta la fecha, no ha significado la industrialización o explotación a gran escala a pesar de la mecanización de las explotaciones familiares, por lo que se sigue manteniendo una baja tasa de rentabilidad comercial, aún en aquellas explotaciones reconvertidas a la producción de monocultivos destinados al mercado.
Lo que ha cambiado en la lógica de producción antes señalada, es que ahora sólo se produce para la venta en el mercado, mientras que los bienes necesarios para la reproducción del grupo doméstico se adquieren en los comercios ya que no son producidos por las familias.
d) La venta de productos agrícolas en el mercado local, permitía a los pequeños productores adquirir productos exógenos que les eran necesario: aceite, arroz, vino, ropa, medicinas, etc. productos manufacturados y pareos de labranza.
e) Existen evidencias de que se practicó el trueque: intercambio de productos primarios, muchas veces silvestres y endémicos de áreas fuera de la Comarca, que se intercambiaban por otros propios de la Merindad de Campoo: patatas de Valderredible por nueces de Polaciones, por ejemplo.
      La transformación de la matriz sociocultural rural de Campoo se efectuó a partir de la transformación estructural de la comarca, de donde lo que se idealiza o reconstruye desde el imaginario colectivo, es esa matriz sociocultural que ha sido transformada como resultado del proceso de cambio estructural, que entre otras cosas, se manifiesta no sólo por el abandono de las viejas tecnologías productivas, como por la emigración rural-urbana, que ha traído aparejada la transformación de la lógica de producción de las unidades domésticas, que ahora ya no producen para el autoabasto, sino que producen para satisfacer la demanda comarcal, además de la transformación por la introducción de nuevas tecnologías que hacen que las relaciones sociales, familiares y vecinales para la producción pasen de ser momentos y espacios de socialización primaria, a convertirse en labores que se realizan por uno o dos operarios que manejan maquinaria.
      Al efectuar la movilidad horizontal, los contingentes de actores sociales que pasaron de la matriz sociocultural rural hacia el ámbito urbano, vehicularon la transformación sociocultural de la Comarca, lo que con el tiempo permitió la reconstrucción del pasado histórico en la memoria colectiva, tomándose como acto fundacional de la nueva identidad, de la identidad urbana construida desde la reinvención del pasado, el desfile del Día de Campoo, en el que los habitantes del núcleo urbano, se visten de labradores campurrianos y desfilan acompañando a las carrozas que representan los fragmentos recuperados de ese pasado.
      Al insertarse en el entorno urbano, cada uno de los actores sociales se resocializa aprehendiendo nuevos sistemas de valores al cambiar su entorno social. Cambian las instituciones sociales, cambian los valores de referencia, cambian los sentidos y los significados: se pasa de la institución familiar como eje vertebrador de relaciones sociales primarias en el núcleo de población, hacia la progresiva separación de los miembros del núcleo familiar en el espacio urbano, por su incorporación a nuevos ámbitos de socialización estructurados según grupo de edad, sexo, actividades laborales, que les van vinculando a grupos de interés y alejándoles de los grupos de iguales del espacio rural y de la familia como principales agencias de socialización.

      MATRÍZ SOCIOCULTURAL RURAL AGROGANADERA DE CAMPOO:

            Esquema # 2


Pertenencia al grupo local:
Adscripción-empatía que vinculan al sujeto a su grupo local por los   
referentes:
solidaridad, vínculos afectivos, lazos de parentesco, participación de grupo, reproducción material del grupo por medio del trabajo ganadero.

 

 

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Práctica ritual colectiva:
sanciones significativas de las prácticas litúrgicas.
Reproducción simbólica del grupo por la práctica ritual cíclica compartida.

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ë (individuo)familia ìí    grupo de vecinos î

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Territorialidad:
territorio de usos compartidos por los núcleos de población agrupados en subáreas.
Comunidad de Pastos Campoo-Cabuérniga.
Hermandad de Campoo de Suso.
reconocimiento recíproco del derecho de utilizar la riqueza natural. Reconocimiento del derecho compartido por medio de la conciencia de comunidad de origen.

 

 

 

 

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Cosmovisión:
aprehensión del mudo.
Referentes simbólicos para interactuar a nivel de grupo por subáreas y comarcal.
Producción de cultura material y simbólica: marzas, natas, rabel, pandereta y voz, pito y tambor; narrativa oral;

Elaboración propia. Fuente: datos de campo propios.
      Cambios que se perciben por los sujetos cuando, por ejemplo, el cabeza de familia, que era el dueño de las tierras de labranza y del ganado, representante de su núcleo de procreación ante la Junta Vecinal y el Concejo, pasa a formar parte en el ámbito urbano del contingente de obreros que venden su fuerza de trabajo por un salario, participando de grupos secundarios como sindicatos, e ingresando en grupos de interés que le vinculan a actividades que en el espacio rural no existían (peñas y asociaciones urbanas de consumidores, grupos de deporte o grupos socioculturales, entre otros), que los desterritorializan al desvincularlos productivamente de las tierras de su propiedad y de la posesión de la casa en el núcleo rural. En este proceso de cambios, se reconstruye la identidad a partir de resimbolizar su adscripción a nuevos grupos en el espacio de residencia al que llegan, en donde el barrio, comporta la relación de proximidad social que antes tenía el pueblo. Se substituye el Concejo,  la ronda de mozos y la sociedad de mozas, por las peñas, los sindicatos y las asociaciones de vecinos.
      El sistema referencial de la matriz sociocultural rural que  permitía la vinculación familiar a la cosmovisión agroganadera basada en dualidades sagrado/profano, bien/mal, petición/don, transformándose en el espacio urbano por el transito de las prácticas hacia otro tipo de relaciones con la advocación elegida. En donde había practicas devocionales conjuntas para que la advocación mediara en el logro de buenas cosechas o en que no hubiesen epidemias que afectaran al ganado, hoy en día se concurre familiar o individualmente para bendecir los coches nuevos, para pedir a la advocación que los equipos deportivos triunfen, para pedir favores que tienen que ver con el ascenso económico y social de los sujetos, de tal forma que el sentido colectivo y sobre todo el tipo de favores se han transformado desde una cosmovisión hacia otra.
      El proceso de resocialización en el espacio urbano, sienta las bases para que la mediación sujeto/familia/grupo local con la divinidad o advocación, se sustituya en mayor o en menor medida, por el contrato social individuo-sociedad, en el que el sistema jurídico, vincula a los sujetos progresivamente conforme se insertan en la sociedad urbana con las instituciones y la administración pública, con las que en el espacio rural no mantenían relaciones tan estrechas. De forma que si antes el conjunto de actores pedía a través de la rogativa a la advocación protectora que el grupo se pudiese mantener y reproducir en el nuevo ciclo natural, ahora, las vinculaciones de los sujetos con las instituciones, los gremios y la administración pública, concentran los esfuerzos de los individuos para conseguir sus fines.
      A partir de la resocialización, la percepción de los actores de las relaciones sujeto-institución, son modificadas. En donde percibían distancia social, expresada subjetivamente como “desconfianza”, “temor a lo desconocido”, o  “aislamiento”, ya que las relaciones entre sujeto y funcionario no son afectivas, ahora perciben una progresiva y a veces hasta necesaria vinculación con “la sociedad” mediada por su contacto con la administración pública; de forma que se reconocen así mismos en sus nuevas relaciones sujeto-institución, y a través de las distintas agencias de socialización en que comienzan a participar (sindicatos, y asociaciones gremiales); se produce lo que Barth define como <<la característica de autoadscripción y adscripción por otros>>13 , que es el proceso de reconocimiento del sujeto en su nuevo entorno, que le permite identificarse con el yo generalizado y participar empáticamente de los grupos de interés; por su parte, en ese proceso, la sociedad anónima y amorfa se objetiva en forma de colectivos concretos que permiten al sujeto obtener recompensas, afectivas o materiales, de status y prestigio, por desempeñar los roles que el grupo le asigna, se produce la cohesión, o atracción de grupo que le adscribe, es decir, los otros del grupo le reconocen como miembro a  él también.
      Los distintos grupos en los que participan los inmigrantes, comportan una serie de valores o referentes que son reconocidos por el sujeto, y esto es posible gracias a que a pesar de la transformación estructural de la comarca, quienes forman el cuerpo social urbano de Reinosa no son otros que inmigrantes que se han ido reagrupando en el nuevo entorno.

POBLACIÓN EN REINOSA ENTRE 1900 Y 195014

     
Tabla  # 43


AÑO

No. Habs.

1990

2.979

1910

2.924

1920

4.180

1930

8.606

1940

8.481

1950

9.450

Elaboración propia. Fuente: Memorias
del Ayuntamiento de Reinosa.

 

 

 

ESTADÍSTICAS DE INMIGRACIÓN Y EMIGRACIÓN
EN REINOSA ENTRE 1969 Y 199415

Tabla  # 44


AÑO

INMIGRACIÓN

EMIGRACIÓN

1969

246

104

1970

231

 90

1975

188

104

1984

128

153

1994

128

153

Elaboración propia. Fuente: Memorias del
Ayuntamiento de Reinosa.

 

 

      Los actores se autoadscriben en nuevas agencias, pero la matriz referencial básica permanece aún con el cambio de residencia y de actividad laboral, de esta forma la identidad, aquello que permite la creación de la frontera de grupo, se mantiene latente y se reproduce en el nuevo espacio social, partiendo, como hemos visto, de la reconstrucción del pasado a través de la recuperación de la memoria.
     
La emigración rural urbana, y la posterior resocialización de los sujetos en el nuevo entorno, producen las transformaciones socioculturales en el espacio social. Estas transformaciones se producen, entre otras causas, por la reagrupación de los individuos en agencias de socialización distintas a las existentes en su espacio social anterior, de forma tal que se resocializan en colectivos nucleados por intereses gremiales, de clase, en grupos con clausura social a los cuales sólo se accede por posiciones diferenciales de status, nivel socio económico o por su vinculación a las esferas de control del poder político.
      Los inmigrantes que provienen del ámbito rural y comparten la aprehensión de la realidad a partir de la matriz sociocultural rural en la que fueron socializados por vez primera, una vez en el entorno de llegada se reagrupan por lugar de precedencia, o bien siguiendo redes sociales de parientes y amigos que les ayudan a encontrar trabajo y un lugar para vivir, posibilitando la reproducción simbólica de la matriz originaria en el nuevo espacio. Al cabo de varias generaciones, las relaciones de reciprocidad e intercambio entre los espacios rurales y urbanos, más dinámicos y cambiantes éstos últimos, permiten la emergencia de una cultura urbana que reconstruye en el imaginario colectivo el pasado que les sirve de sustento para la conformación de su identidad.
      La trayectoria de vida de los actores que tiene que ver con las pautas colectivas de movilidad social, y con la transformación sociocultural de la Comarca ya que, estas trayectorias de vida implican necesariamente, un cambio en la actividad laboral, un cambio en la posición social derivada de los ascensos y promociones laborales; así como cambios en la adquisición de status y prestigio social, que en el ámbito rural, no existían. El acceso de los emigrantes a grupos restringidos, con clausura social y su inserción en la sociedad de consumo, son resultado de la transformación estructural de la comarca, a la que tuvieron acceso no pocos de estos sujetos, que llegaron a Reinosa durante los años de expansión económica que atrajo a los contingentes de obreros y empleados que desertificaron la zona rural de Campoo.
      Las trayectorias de vida expresadas en las narraciones de los informantes, han permitido establecer un correlativo entre las transformaciones sociales efectuadas por su movilidad horizontal y su resocialización en el nuevo entorno, y las transformaciones económicas de la Comarca de Campoo.
      Los roles sociales, y las instituciones en las que participa el sujeto no son las mismas en la zona rural que en el ámbito urbano, por lo que la resocialización es denotadora del proceso transformatorio de la comarca. Este proceso de transformación bidireccional de mutua determinación sociedad-individuo y rural-urbano, se puede resumir, tomando prestada la voz de Berger y Luckman cuando afirman que: <<Las sociedades tienen historias en cuyo curso emergen identidades específicas, pero son historias hechas por hombres que poseen identidades específicas>>.16
      El actor es todo y es cada una de las cosas por separado, lo que ha vivido, lo que ha experimentado, lo que ha acumulado de saberes profesionales, de capital y de riqueza, de experiencias, es como la sociedad en la que vive. Es el reflejo y el creador de ésta sociedad cambiante en donde encontramos correlativos entre las vidas particulares de los actores concretos y la historia local. Podemos extender la reflexión anterior hacia la interpretación de este proceso como el de una dialéctica que interacciona entre el individuo y la sociedad de la que forma parte. Como resultado de dicha interacción se va configurando lo que Erikson denomina <<identidad psicosocial>> 17.

      En donde la identidad psicosocial presupone la existencia de una comunidad de personas, cuyos valores tradicionales sean significativos para todo individuo que crezca  en el seno de la misma, y que a la vez, el crecimiento, socialización y participación de todos y cada uno de los individuos sea significativo para ésta comunidad.
      El paso de una sociedad agroganadera a una urbano industrial, el cambio de orientación de los referentes inmediatos, de la sacralidad hacia la laicización, y las valoraciones de status económico, poder adquisitivo, entre otros factores, generan cambios en los individuos que las experimentan por lo que en algunos casos, se pueden manifestar procesos desadaptativos o anómicos, en los que no es posible el ajuste gestáltico o psíquico al nuevo entorno. De ahí la incesante necesidad de recuperar el pasado por parte de algunos de los informantes con quienes se trabajo durante la investigación. En los casos en que esto ocurre, los individuos se transforman aunque su personalidad no se modifique. Cambian el entorno y sus relaciones sociales junto al devenir histórico del que forma parte y del cual es actor.
<<La identidad psicosocial de los grupos (sociales) es entonces resultante de un proceso histórico de configuración que en la actualidad se expresa como una totalidad gestáltica: por ello toda aproximación a dicha resultante implica necesariamente un ejercicio de destotalización. En este sentido la propuesta de “deconstruir” la identidad busca, como la ha sugerido J.M. Benoist, romper la superficie del concepto para hacer emerger los mecanismos constitutivos y generativos que le subyacen. La legitimidad de esta empresa radica precisamente en que sólo a partir de la destotalización podremos efectuar una retotalización, lo que nos permitirá una más clara comprensión de los avatares por los que ha atravesado el ser y la conciencia social de estas colectividades humanas. Esto es: el ser como resultante de su acontecer>>.18

1 Insko, C., Wilson, M.: “Interpersonal attraction as a function of social interaction”, en Journal of Personality and Social Psichology, 35,1977, 903-11.
Blanchard, F., A. Adelman, L. Cook, S.W.: “Effect of group success and failure upon interpersonal attraction in cooperating interracial groups”, en Journal of Personality and Social Psichology, 31, 1975, 1020-30.

2 Linton, Ralph: Cultura y personalidad. Fondo de Cultura Económica, Breviarios, México, 1983.

3 Elías, Norbert: La sociedad de los individuos. Ed. Península, Barcelona 1990.

4 Anzieu, Didier: El grupo y el inconsciente: lo imaginario grupal. Madrid, 1986.

5 Barriga, Silverio: Psicología del grupo y cambio social. Hora Ed., Barcelona, 1983.
Anderson, A.B.: “Combined effects of interpersonal attraction and goalpath clarity on the cohesiveness of task oriented groups”, en Journal of Personality and Social Psichology, 1975, 31, 68-75.

6 Hobsbawn, E. & Ranger T.,: The Invention of Tradition. Cambridge University Press. 1983.
Mairal Buil, Gaspar: La Identidad de Los Aragoneses. Egido Editorial. Col. Narrativa y Ensayo. Huesca. 1996.

7 Mairal Buil, Gaspar: Op. Cit. pág. 30.

8 Hobsbawn, E. & Ranger T.,: Op. Cit. pág. 1. Citados por Mairal Buil, pág. 31.

9 Usamos el término “campurriano” en el sentido que le dan los actores sociales, para denominar a los habitantes del área rural de los valles centrales de la Comarca.

10 Mairal Buil, Gaspar: Op. Cit. pág. 30.

11 Berger, P., y Lukman, T.: La construcción social de la realidad. Amorrortu, Buenos Aires, 1981.

12 Gómez Pellón, Eloy: “La casa de labranza en Cantabria. Estructura y cambio”. En Montesino González, Antonio (Ed.): Estudios sobre la sociedad tradicional cántabra. Continuidades y procesos adaptativos. Universidad de Cantabria, Asamblea Regional de Cantabria, Santander 1995.

13 Barth, Fredrik (Comp.): Los grupos étnicos y sus fronteras. Fondo de Cultura Económica, México, 1976. pág. 15.

14 Es interesante notar que en la década de la  construcción de las industrias en Reinosa entre 1920 y 1930, es cuando se duplica la población de hecho en la capital comarcal. Es significativo el hecho de que muchos de los obreros que construyeron y trabajaron en esas factorías, permanecieron viviendo en los núcleos rurales (obreros mixtos), por lo que no se contabilizan como inmigrantes a Reinosa.

15 Existe una distinción entre habitantes de hecho y de derecho, por lo que no todos los empadronados en un sitio, residen en él. Esto explica que muchos de los obreros que viven y trabajan en Reinosa aún hoy en día, permanezcan empadronados en los núcleos rurales circunvecinos; lo que hace muy difícil calcular la verdadera magnitud de la movilidad social horizontal. Por otra parte, como se ve en las dos últimas cifras proporcionadas por el Ayuntamiento, no se han hecho cálculos al respecto, ya que los datos coinciden en las memorias de varios años desde 1984. Sin embargo, las estadísticas de población aportadas por SIDENOR, que se presentan en otro apartado, así como los censos de población indican un gran crecimiento de la población coincidiendo con los años de la construcción de la industria (1920-1930), con los años del desarrollismo (1950-1960), y con el último auge de crecimiento de las industrias SIDENOR y CENEMESA (1973-1974); las cifras de población vuelven a descender drásticamente entre 1985 y 1996 debido a la reconversión industrial.

16 Berger, P. y Luckman T.: La construcción social de la realidad. Amorrortu Editores. Buenos Aires, 1976. pág. 216.

17 Erikson, Erik: Identidad, en Enciclopedia internacional de las ciencias sociales. Vol. VIII. Edit. Aguilar, Madrid, 1976. pág. 253.

18 Benoist, Jean Marie: “Facetas de la identidad y conclusiones”, en La identidad, Claude Levi-Strauss (Comp.). Edit. Petrel, Barcelona, 1981. pág. 356. Benoist, es citado y analizado por: Bartolomé, Miguel Alberto: Op. Cit. pág. 254.