IDENTIDAD Y CAMBIO SOCIAL EN UNA COMARCA DE CANTABRIA: EL CASO DE CAMPOO

IDENTIDAD Y CAMBIO SOCIAL EN UNA COMARCA DE CANTABRIA: EL CASO DE CAMPOO

Alfonso Muñoz Güemes (CV)

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IV.   Identidad territorial1 y fronteras sociales en la comarca de Campoo.

      Los valles que configuran la geografía física de la comarca de Campoo, son unidades territoriales que se encuentran separadas por fronteras naturales en algunos casos 2, constituyendo espacios de uso social más pequeños que la comarca que abarcan a varios núcleos de población. La comarca cuenta con tres áreas o subregiones geográfico-sociales, sancionadas por las prácticas religiosas de las que se ha venido tratando, en donde existen para cada zona distintas actividades económicas: industria, ganadería, agricultura y servicios, con distinta composición social en cada caso. Los espacios sociales de la comarca de Campoo son:
      Zona I: Valles meridionales de Campoo, formados por los Ayuntamientos de Valderredible, Valdeprado del Río, Valdeolea, Las Rozas. Composición socioproductiva: ganaderos de vacuno, y lanar; agricultores productores de pasto para el ganado; agricultura de secano de cereales y patata; obreros emigrados a Reinosa, Mataporquera, Aguilar de Campoo; obreros mixtos que alternen entre la industria, la agricultura y la ganadería. Vinculación histórica fundamentalmente objetivada por las prácticas devocionales hacia Palencia y Burgos.
Zona II: Valles Centrales de Campoo, formada por los Municipios de: Hermandad de Campoo de Suso, Campoo de Yuso, Campoo de Enmedio y Reinosa. Composición social: obreros de la industria de bienes de equipo, obreros mixtos, jubilados, comerciantes y empleados de servicios y administración pública. Principales ámbitos urbanos de la comarca: Reinosa, Mataporquera, Matamorosa. Campoo de Suso mantiene una proximidad histórica con Cabuérniga por la práctica de la ganadería vacuna de trashumante.
Zona III: Vertiente septentrional de la comarca de Campoo. Formada por los Municipios de: Pesquera, Santiurde de Reinosa, San Miguel de Aguayo. Por su ubicación, la geografía de esta zona representa una frontera natural entre el final de la Mesta Castellana, y el inicio de los valles interiores de Cantabria. Su proximidad histórica se objetiva en las relaciones con los Valles de la comarca de Pas-Iguña. Las actividades fundamentales son: ganadería de vacuno para cría y venta; agricultura de secano para forraje; obreros mixtos que se desplazan entre Torrelavega y Reinosa.
Partiendo del presupuesto de que la territorialidad, es uno de los pilares sobre los cuales descansa la identidad sociocultural históricamente conformada en Campoo, podremos comprender la importancia de la regulación social y ritual de los usos de pastos naturales, ya que estos pastos son la base del sustento del ganado. Ganado que por su parte es el fundamento de la actividad económica y eje de la cosmovisión de los grupos rurales en Campoo.
Los sujetos rurales entrevistados en esta investigación, elaboran su discurso sobre lo que perciben como grupo al que se auto adscriben, a partir de situarse en un espacio social en el que interactúan dentro de relaciones sociales efectivas, laborales, vecinales, entre otras, que les permiten identificarse con un grupo de iguales, con los cuales mantienen una relación empática, o con quienes comparten lazos de parentesco sanguíneo y afinidad. Se refirieron en primer lugar, y como principal punto de referencia al “pueblo” o núcleo de población rural en donde nacieron y viven. Después, se refirieron al “valle”, visto como área delimitada por barreras geográficas naturales que contienen a varios núcleos de población rural; núcleos con los que mantienen una serie regular de relaciones vehiculadas por los usos de pastos naturales y por la reciprocidad ritual.
La identidad que fue percibida como más difusa por los actores, por ser más genérica, se encuentra relacionada con la comarca: la identidad “campurriana”. Los sujetos la concibieron como una identidad menos próxima a sí mismos, en cuanto al tipo de relaciones sociales en las que les implica, y por ser menos primarias las instituciones de las que se participa a nivel comarcal, siendo las agencias de socialización que los vinculan con otros colectivos de tipo secundario y formal3 , lo que convirtió la autoadscripción al grupo social campurriano en algo difícil de expresar para los actores. Las relaciones sociales más inmediatas les vinculan a grupos de referencia próximos al valle y el núcleo de población rural donde habitan, lo que hace que perciban la autoadscripción al grupo local de forma más consistente.
El discurso de los actores se fue construyendo desde aquello que les pareció más próximo, hasta lo menos aprehensible desde la lógica de la vinculación personal, de tal suerte, que se percibieron ante todo, como miembros de una familia, para lo cual el apellido paterno funciona como símbolo identificador de la procedencia del sujeto4 . Después se identificaron como parte del “pueblo”, luego como habitantes del valle y finitamente reconocieron de forma más difusa la identidad campurriana.
La identidad social o “ser campurriana/o”, fue lo que en menor medida pudo se elaborado por los sujetos entrevistados, y lo que se expresó constantemente de forma indirecta, en referencia a otros colectivos, o a través de la sinestesia 5.
Además de estos elementos, se hizo constante referencia al territorio: a la geografía convertida en espacio de uso social. Es decir, que a la geografía se le asocian distintos tipos de relaciones sociales, de forma tal que, mientras más próximo al lugar de nacimiento y residencia del sujeto, ese espacio geográfico será más representativo del concepto de espacio social o territorio al que se pertenece. Espacio social que contiene el conjunto de relaciones en las que se ve envuelto al sujeto. Esto explica al hecho de que para definir su identidad, los actores asocien sinestésicamente el espacio geográfico (casa, pueblo, valle, comarca), con el espacio social en que participan: es decir, se confunde la calidad y cantidad de relaciones sociales mantenidas en cas espacio geográfico, con las relaciones propias de cada ámbito.
Las diferencias básicas en la utilización de los gentilicios “campurriano” y “campurriana”, así como el término “lo campurriano” en referencia este último a lo que los sujetos consideren relativo, propio, singular o particular de Campoo, se resumen en los siguientes casos:

  • “Campurriano”: Los actores sociales de fuera de la comarca de Campoo, utilizaron ese término para designar algo que consideran como representativo, característico o inclusive definitorio del área geográfica administrativa de Campoo.
    Visto Campoo por los actores sociales de las comarcas cántabras aledañas, el referente al que se alude con más frecuencia para definir su peculiaridad, es la similitud paisajística, climática y orográfica, que tiene Castilla.

El elemento geográfico y territorial ha sido utilizado como eje en la construcción de fronteras simbólicas de grupo, ya que la referencia distintiva entre lo cántabro y lo no cántabro, ha pasado por la objetivación de la geografía, como si las particularidades de ésta contribuyeran a condicionar las características de los grupos sociales que las habitan.
Desde fuera de la comarca, los actores asocian las características socioculturales de todos los habitantes de la misma, con el paisaje de los municipios más meridionales, de tal suerte que quedan asociados paisaje meridional y habitantes de toda la comarca, como un todo indisoluble, en donde la identidad cultural es objetiva por la geografía propia de la estribación de la meseta castellana. De tal suerte que los habitantes de las comarca de Pas-Iguña, Polientes y Cabuérniga entrevistados, se refirieron a los habitantes de Campoo, como castellanos.

  • “Los/las campurrianos/as”: Los actores externos usaron estos gentilicios en todas las ocasiones que se refirieron a las personas nacidas o que habitaban en cualquiera de los valles de la comarca de Campoo. Este término fue usado tanto por informantes de Palencia, Aguilar de Campoo 6, Torrelavega, y Santander entre otros sitios, para referirse a los habitantes de esa demarcación administrativa y territorial, sin tomar en cuenta su lugar de procedencia dentro de la comarca de Campoo.

Este dato es relevante en la investigación, ya que como se ha venido planteando, en el interior de la comarca de Campoo los actores expresaron sentirse identificados con los grupos locales de los valles en que habitan, marcando aunque fuera indirectamente una percepción de distancia con respecto a los habitantes de otros valles de la comarca.

  • Los actores que con mayor frecuencia utilizaron el término “campurriano/a” como la forma de auto adscribirse o denominarse a si mismos, fueron los habitantes de los municipios de Campoo de Suso, Yuso, Enmedio y Reinosa. De esta forma, en sus narraciones se reafirmaron como detentores de los rasgos culturales propios o definitorios de lo campurriano. Los principales elementos expresados como definitorios de su identidad fueron: lugar de nacimiento y residencia, así como la actividad económica relacionada con la ganadería. En segundo término, mencionaron como definitorio a su cultura simbólica y material.

De esta manera, tanto los actores sociales de la comarca de Campoo, como los de las comarcas vecinas, utilizan de manera distinta los referentes, para definirse a sí mismos, para sancionar su adscripción de grupo o para definir a los grupos vecinos y a los sujetos sociales de las regiones culturales adyacentes a la suya7 . El proceso de construcción social de la identidad8 , es el resultado de la interacción de instituciones, actores, códigos y sentidos valorativos, prácticas y ritos, control cultural9 y ámbitos de producción y reproducción económicas, entre otras.
Hasta el momento, hemos definido tres aspectos componentes de la identidad sociocultural en Campoo: 1. La práctica de la fe mariana de los cultos de la Virgen de Montesclaros, y de la Virgen de Labra. 2. La construcción histórica de la cosmovisión a partir de la actividad ganadera. 3. La apropiación simbólica del territorio que pasa de ser espacio productivo agrícola y ganadero, a ser espacio social10 , de usos culturales. Espacio que es socializado a partir del mutuo reconocimiento de permanencia y usufructo de los colectivos que lo habitan, a través de los ritos marianos, de las sanciones consuetudinarias de los usos de pastos, del reconocimiento recíproco entre los veinticuatro pueblos de la Hermandad de Campoo de Suso para el usufructo de la riqueza natural, de la construcción territorial de los Valles meridionales de Campoo, a través de las prácticas litúrgicas y devocionales.
Cuando los actores se refieren a la identidad “campurriana”, esta identidad se hace menos definible o aprehensible fuera de la práctica del culto, fuera de las instituciones ganaderas, fuera de las interacciones entre colectivos de productores y en general se usa cuando se interactúa con habitantes de otras comarcas. La percepción de la identidad “campurriana/no”, se antepone como signo identificador en las relaciones sociales entre habitantes de distintas comarcas, regiones y entre habitantes de la comarca durante el procesos de autoafirmación en las interacciones con otros sujetos procedentes de otras áreas, en donde los habitantes de los valles meridionales no se definen a sí mismos como campurrianos, ni los sujetos que habitan en los valles centrales los perciben como tales, sino como “vallucos”. Conforme se avanzó en la investigación hacia la frontera meridional en el Municipio de Valderredible, los habitantes de ese valle percibían más proximidad social e histórica con los habitantes de los municipios colindantes de Burgos, que con los del resto de su comarca. En sentido inverso, los habitantes de los valles septentrionales, sentían más proximidad con los calles interiores de Pas-Iguña, que con los valles meridionales. Se identificaron más a sí mismos como campurrianos los habitantes de los municipios centrales de Campoo, que los habitantes de los valles meridionales.
Ahora bien, si la Virgen de Montesclaros es la patrona de Campoo y es la condensadora del ethos religiosos que reúne en torno suyo a las/los campurrianas/os. ¿Por qué en la comarca de Campoo no se reconocen todos sus habitantes como “campurrianos”, de forma homogénea?
Esto se debe a que la comarca de Campoo contiene distintos espacios sociales o espacios territoriales, que corresponden a distintas áreas geográficas o valles en las que habitan colectivos definidos: los vallucos, los campurrianos, los reinosanos, que se adscriben grupalmente por compartir usos de la tierra para la ganadería, por compartir prácticas litúrgicas y por reconocerse en una trayectoria histórica compartida. Estos espacios de interacción social, regulada y simbólicamente sancionada, representan segmentos culturales significativos reconocidos por la práctica litúrgica en sus respectivos santuarios 11. Ya sea el santuario de Montesclaros, el de la Virgen de Labra, o el de la Virgen de Las Nieves.
En la comarca los actores sociales perciben varios niveles de adscripción social y grupal por ende, como lo demuestra el caso del informante de Bolmir antes analizado, que reconoce su fe hacia la Virgen de Montesclaros con advocación protectora, pero participa de las prácticas litúrgicas de la Virgen de Labra con su grupo de  iguales, realizando su socialización primaria en esta área geográfica. Para platearlo de otra forma, el sujeto reconoce la primacía de la Virgen de Montesclaros como advocación protectora, pero socializa en un espacio social o territorial de adscripción distinto al del área social de Montesclaros; socializa en base al área territorial en donde se ubica su lugar de procedencia, representada ésta última por el territorio del valle central de Campoo. No participa de los ciclos litúrgicos colectivos de su núcleo de población rural, romerías y procesiones, propios de la advocación de ese Monasterio, y sólo se aproxima a él para hacer sus peticiones y ruegos familiares. Significa esto entonces, que la identidad no está sancionada únicamente por la práctica devocional del culto mariano de la patrona de la Merindad de Campoo.
A partir de este punto, planteamos la hipótesis de trabajo mediante la cual se abordará el proceso de construcción social de la identidad, desde el tercero de los factores antes señalados: la territorialización o apropiación simbólica de la geografía, para utilizarla social y culturalmente, en donde se desprende el proceso de consolidación de la conciencia histórica de pertenencia al territorio12 , así como la consciencia de propiedad de los recursos naturales y las riquezas contenidas en ese territorio. Lo cual se ha hecho en Campoo desde la Baja edad media a través de la utilización socialmente regulada de los recursos naturales, y por la conformación de espacios de uso social en núcleos de población, Hermandades de pueblos, villas y ciudades; así como por el procesos de sancionar los límites territoriales de aquellas entidades a partir de la adscripción de los distintos tipos de población a los cultos de las parroquias, santuarios y emitas.
La adscripción de los actores sociales a sus núcleos de población, como referentes de identidad o pertenencia, es una forma de asumir que los grupos de los que forman parte, o los espacios sociales con sus instituciones y estructuras simbólicas, tienen su objetivación física en áreas geográficas delimitadas por los términos de los núcleos de población; los actores se reconocen recíprocamente entre sí como iguales en derechos, en usos y costumbres, a partir de asumirse todos como miembros de los colectivos que socializan en los mismos espacios simbólicos y físicos. Por ellos, es tan importante la distinción entre habitantes de hecho y habitantes de derecho.
Dentro del conjunto de espacios sociales  rurales de Campoo, los sujetos participan de las asociaciones de productores ganaderos, de las juntas vecinales, de los grupos que se turnan las veces para cuidar al ganado de todos los vecinos de su poblado, además de participar del espacio social dedicado a la práctica de la liturgia. En este caso, encontramos constantes referencias a la existencia de hermandades y cofradías 13 que se encargaban del mantenimiento de la ermita y de la financiación del culto de la Virgen de Labra en el caso de Campoo de Suso; de aquí que, a apropiación simbólica de las imágenes/objetos sagrados, por parte de los colectivos rurales, se convierta en un elemento presente en el imaginario colectivo, que subyace en la construcción social del espacio o territorio compartido. La apropiación simbólica a la que nos referimos opera en el sentido antes señalado de la apropiación de la cultura hecha por el grupo social, mediante la cual la práctica de la religiosidad les permite cohesionarse y elaborar una conciencia colectiva de grupo. De esta forma, el patronazgo de la Virgen es asumido como bese de la conciencia religiosa en donde la imagen misma les representa y les distingue  de otros grupos con otras advocaciones, les vincula mediante la práctica del culto, y media por ellos en sus peticiones y ruegos.
Es decir, que se es del grupo, o del colectivo, en tanto se pertenece al conjunto de sujetos que además se socializar en las instituciones locales, se participa de la práctica devocional. Dado que las ermitas, las parroquias, los monasterio y los santuarios responden a procesos de ordenación territorial en torno a una práctica común, entonces, los miembros de las hermandades y de las cofradías, se reconocen como naturales de su parroquia, de su pueblo, de su valle o de su región, en tanto que ratifican positivamente su participación y se auto adscriben como parte del grupo, que sanciona esas prácticas. Las hermandades y cofradías sirvieron como instituciones que vehicularon tanto la práctica social de la devoción con el consiguiente proceso de autoadscripción al grupo de referencia por parte de los sujetos, como vehículos de reproducción de valores culturales, de pautas de referencia, y sobre todo como mecanismos de creación de referentes simbólicos para marcar las fronteras de grupo social, no sólo por la apropiación simbólicamente hecha sobre la imagen de devoción, sino por el hecho de marcar distancia social entre los miembros de la institución (nosotros) y los agentes “externos” a la misma (ellos).
Quedan enlazadas en un proceso conformador de la identidad que las vincula a lo largo de la historia: las prácticas sociales, la geografía de los valles, la ordenación territorial hecha por la iglesia desde la Edad Media, y las prácticas rituales, permitiendo que los núcleos de población de ciertos calles quedasen bajo la administración del culto de una parroquia, reconociendo los miembros de esos colectivos su devoción hacia esa imagen. Al lado de esto, nos encontramos con que los colectivos de ganaderos forman agrupaciones para financiar y contribuir al mantenimiento del culto de su parroquia, lo cual les confiere un rasgo más de pertenencia a un grupo; se traslada la protección de la advocación local hacia las prácticas económico productivas de esos colectivos, lo que explica que se vaya a bendecir a esas parroquias o ermitas al ganado, que se celebre a esas advocaciones como protectoras o patronas de la región. De esto último se desprende al mismo proceso inicial: aquellos colectivos que quedan bajo la administración del culto de la parroquia, ermita o monasterio, reconocen como practicantes de la devoción por la misma imagen.
La identidad territorial basada en la “apropiación” de áreas geográficas por parte de los grupos locales implica la existencia de una reglamentación, escrita o táctica, sea jurídica o consuetudinaria, hacha por los propios segmentos socioculturales, que se basa en normalizar la utilización del espacio físico en que se objetiva la identidad territorial, con la correctiva creación de la frontera <<jurídica>> física y social. Los valles son concebidos como territorios o espacios sociales “propiedad” de los grupos que los habitan. Esa objetivación del territorio-valle propio, permite construir la frontera simbólica de un “nosotros” frente a un “ellos”. Se crean los límites simbólicos de grupo contenedores de identidades sociales, que han pasado por el reconocimiento táctico y por la regulación jurídica.
La percepción de la pertenencia a un “grupo propio” o nosotros, que tiene como soporte físico un territorio propio (“mi casa”, “mi pueblo”, “mi valle” o “mi comarca”), se reactualiza y conmemora en los ritos fundacionales de veneración a las imágenes a que se adscriben. Imágenes que en el plano más abstracto y más simbólico les representan ante Dios y las fuerzas de la naturaleza que les dan la vida.
En el proceso de construcción simbólica del territorio como expresión socialmente validada de adscripción a un grupo y a un estilo cultural determinado opera en su aspecto de soporte físico objetivador, la geografía, tomándose socialmente como unidad de esa objetivación el núcleo de población rural de origen o de residencia. El sustento simbólico que permite esa cohesión social, se expresa liminalmente en la pertenencia al grupo local, por la práctica de la fe devocional compartida con familiares y vecinos, hacia una imagen/objeto sagrado particular, representada por la Virgen o el Santo que ejerce el patronazgo del núcleo rural.
En su aspecto territorial, la imagen patronal tiene adjudicado a su radio de acción protector, un espacio geográfico que abarca la zona comprendida por los núcleos de población o valles, que le rinden culto. Por otra parte, el proceso de construcción simbólica del espacio social, implica la existencia de ciertos límites sociales. Esto lo podemos enunciar de la siguiente forma: nosotros practicamos (empatía/adscripción) una fe devocional hacia una imagen en concreto, en donde esta imagen/objeto tiene un radio de atracción, que corresponde al límite geográfico del colectivo social que practica esa devoción (cohesión), o sea, los límites geográficos o territoriales de los grupos sociales. De tal forma, se produce entonces el procesos de creación de fronteras simbólicas e grupo: “Ahí en donde se encuentra situado el ultimo pueblo que cree en ella, es hasta donde llegamos los que somos”.
Ahora bien, las evidencias etnográficas nos muestran que no solamente asisten habitantes de Campoo a la conmemoración de la Virgen de Montesclaros, ya que vecinos de Palencia, Burgos, País Vasco y otras comarcas de Cantabria también lo hacen, lo cual se explicaría en gran medida por el hecho de que muchos de estos fieles son emigrantes que vuelven cada años a las conmemoraciones trasmitiendo de generación en generación la devoción. Por otra parte, las imágenes veneradas en cualquier santuario generan en torno suyo un prestigio que es evidenciado pro las peregrinaciones de fieles que acuden a pedir favores a aquellas imágenes que se consideran como “más milagrosas” o eficaces en sus intermediaciones antes Dios.
Como en el caso de la Virgen del Abra, y de la Virgen de Montesclaros, fueron estas tallas quieres decidieron14 tras un proceso de “prueba”, el sitio en el que habrían de quedarse. Ahí es donde eligieron permanecer, se fundaron los centros de administración del culto, que a partir del radio de atracción a su práctica devocional, marcan los límites del grupo social. O visto de otra forma: el radio de su acción devocional constituye el sustento simbólico que legitima la identidad social territorial.
En definitiva, lo que se deriva del análisis que venimos realizando, es que si bien los territorios como expresiones de la utilización regulada de la geografía por parte de grupos sociales específicos es anterior a la instauración de ciertos cultos, lo cierto es que a partir de la apropiación cultural antes adscrita sobre la práctica devocional, se terminan por construir las fronteras simbólicas de esos grupos. Es decir, existe un proceso históricamente conformado que vincula a ambos aspectos sociales formando parte ambos de la identidad sociocultural del grupo.
Entre los aspectos simbólicos más importantes, está el del “don”. Es decir, que al comunicar la imagen objeto su deseo de permanecer en un sitio, y siguiendo la lógica del “don” divido que ese acto significa, se reconoce que el territorio es parte de esa donación que la divinidad hace al colectivo.
Este mecanismo simbólico, legitima y así lo reitera la repetición cíclica del rito, que los grupos sociales o grupos de población rural que concurren y habitan en ese territorio culturalmente significativo, históricamente conformado y legitimado por el derecho consuetudinario, se perciban así mismos como poseedores y benefactores de los bienes naturales que se encuentran en dicho territorio.
Los recursos minerales, hidrográficos, forestales, y nichos ecológicos contenidos en ese territorio, son considerados como entregados en “don” a los pobladores de los núcleos adyacentes al santuario, y reconocidos en la práctica litúrgica ritual del mismo como propiedad de esos mismos grupos. Este proceso comprende a la vez que la noción de origen histórico común, que implica tanto la cohabitación desde épocas remotas en el mismo espacio, el derecho a permanecer y usufructuar los frutos y riqueza de la tierra.
Es decir, que está implícito el reconocimiento de un periodo de tiempo largo (histórico), ligado al origen mítico de la fundación territorial y del reconocimiento divino del grupo social. Esto es el vehículo de legitimación de la residencia en el territorio y su derecho al disfrute de los “dones en él contenidos”.
De esta forma, se construye la identidad espacial y temporal específica que subyace al colectivo comarcal de Campoo. Este mismo proceso es el que después permitirá el fraccionamiento reconocido del territorio en terrenos privados asignados a los núcleos de población. Lo que opera en este proceso de territorialización a nivel comarcal y subcomarcal en el Partido Judicial de Reinosa, opera también en la formación de la identidad territorial de los núcleos de población rural de la misma. Es decir, que hay una correlación entre ambos procesos conformadores tanto de la creación de los límites grupales adscritos a un centro fundacional, como lo hay respecto a la creación de los límites propiedad de cada valle y de cada núcleo de población rural.
Con esto se señala la importancia de la memoria histórica: ciclos narrativos que encierran los sentidos simbólicos y culturales transmitidos de generación en generación tanto oralmente, como en la tradición literaria local, que encierran las enseñanzas sobre la conducta y valoraciones sobre el bien y el mal, que se deben de aprehender y aprender para poder socializar y convivir armónicamente. En estos ciclos hay una constante referente a apariciones, milagros, dones en los que los elementos de la naturaleza, animales o vegetales o del tipo que sean, se objetivan y señalan la relación directa del grupo son su entorno ecológico. En otros casos, legitiman la permanencia del grupo en el territorio apropiado y su derecho a disfrutar de su riqueza natural.
A través del siguiente esquema, representamos el proceso de significación de la permanencia a distintos grupos sociales en los que los que participa un informante de Campoo de Suso (EGO), a lo largo de su vida.


INDIVIDUO/ESPACIO SOCIAL/TERRITORIALIZACIÓN

            Esquema # 1ª


RELACIONES INTERCOMARCALES (MERCADO REGIONAL, SINDICATOS, ADMINISTRACIÓN PÚBLICA, INSTITUCIONES)
COMUNIDAD AUTÓNOMA DE CANTABRIA


VALLE
O
ZONA

VIRGEN
DEL
ABRA
(CAMPOO DE
SUSO)

  



NUCLEO DE POBLA CION


EGO
FE


FAMILIA
práctica
Ritual
Devocional
familiar

 

PARRO-QUIA

LOCAL

                           PRACTI CA        COMPARTIDA

COMARCA DE CAMPOO:       PATRONA  DE  MON TES CLAROS

 

Elaboración propia. Fuente: Datos de Campoo propios
Para cada uno de los espacios de socialización representados por los distintos rectángulos, los sujetos ponen en práctica sus concepciones culturales aprehendidas en la formación primaria dentro del núcleo familiar primero, y vecinal después. Pautas culturales y sistemas referenciales que integran los repertorios de símbolos y códigos de valores necesarios para socializar en los distintos ámbitos de interacción: 1. familia; 2. vecindad en el pueblo; 3. conjuntos de vecinos de los pueblos vinculados por la práctica económica de la ganadería: valle o zona; 4. grupo social comarcal en el que las interacciones se determinan por su posición laboral (ganadero u obrero) y por la práctica asociada a esas posiciones: sindicato, barrio urbano, mercado ganadero, ferias y fiestas como San Mateo y Santiago; 5. finalmente, el nivel de interacción social que implica su posicionamiento o ubicación en relación a otros actores de áreas más distantes, dentro de la Comunidad Autónoma: relaciones intercomarcales mediatizadas por su posición de clase, actividad económica, pertenecía a grupos secundarios y a organizaciones formales15 .
Los distintos espacios de interacción en los que los sujetos se relacionan muestran que la identidad no es un esencia, ni un conjunto de rasgos culturales, ni una ideal político; es todo ello, además de un conjunto de procesos sociales concretos en los que median estructuras simbólicas y elaboraciones culturales que se activan en las relaciones sociales. Las identidades son complejas y variables porque también lo son estructuras de sentidos, las instituciones, las precepciones simbólicas y las elaboraciones culturales, a través de las cuales manifiestan, de forma que la identidad de grupo depende del colectivo de que se trate y de las condiciones tanto históricas como del tipo de interacciones en las que se produce. Esto se demuestra porque en el reemplazo generacional, las estructuras de sentidos, las instituciones, las percepciones simbólicas y las elaboraciones culturales no son siempre las mismas entre una generación y otra. Y porque quienes reactualizan todo esto, son individuos que van aprehendiendo las nuevas formas, y por tanto, las modifican.
A partir del esquema #1 derivado de la información de campo se propone la siguiente lectura:
El sujeto construye su discurso identitario, y por lo tanto su percepción de sí mismo, el “yo social”, en una progresiva complejización transitando de esta forma:

  • ego: desde donde piensa y construye su espacio social;
  • familia: consanguíneos y allegados, madre, padre, hermanos (os)esposa (o), progenie, tíos(as), primos(as);
  • núcleo de población: vecinos, grupo de familias con quienes se forman las instituciones de socialización primaria, grupos de iguales, grupos de interés y de prácticas devocionales a nivel local;
  • valle: conjunto de núcleos de población organizados territorialmente en valles naturales o en Hermandades, Municipios, colectivos formados para compartir la tenencia de la tierra comunalmente, para usufructuarla bajo regulaciones consuetudinarias y de derecho; grupos secundarios mediados por intereses y no por vinculaciones afectivas.
  • Comarca: Prácticas simbólicas y fe devocional compartida través de las sanciones significativas hechas en los Santuarios de Montesclaros y de la Virgen del Abra.

Para cada uno de los espacios sociales existen sanciones institucionales diferentes pero complementarias:
Familia: grupo de orientación primaria, parentesco, relaciones afectivas, relaciones económico-productivas de la casa de labranza, prácticas rituales compartidas.
Vecindario / núcleo de población: en este nivel de socialización, el sujeto aprehende los códigos y normas del sistema referencial contenedor de los valores más importantes en la construcción del universo simbólico del grupo social. Para decirlo de otra manera, es en donde se construye la noción primaria de pertenencia social: el grupo local. Comporta el sustento humano y físico a través del núcleo de población y sus habitantes, del segmento cultural significativamente sancionado por la advocación local.
Este universo social comprende la vecindad y las relaciones de solidaridad; trabajo colectivo en la actividad fundamental sustento del grupo, la ganadería y la agricultura necesaria para completar el ciclo productivo de aquella; vecerías y guardería de montones; Concejo Vecinal; participación en la administración local, cargos públicos, Alcalde Pedáneo, Síndicos, Secretarios; prácticas rituales, organización de las conmemoraciones y celebraciones litúrgicas, fiesta del Patrón/na local; peregrinaciones a Montesclaros; romerías en la Ermita de La Virgen del Abra. Antes existieron en la zona cofradías y hermandades, que hoy en día ya no existen16 ; grupos de iguales, rondas de mozos y sociedades de mozas; grupos secundarios para las vecerías y el trabajo de mano vuelta; ritos de paso, primera comunión, ingreso a la ronda de mozos.
Valle o zona: Relaciones de pastoreo ganadero en los valles de la comarca de Campoo, compartidas por lo grupos de vecinos de los núcleos de población, que se regulan17 , norman y sancionan por las ordenanzas de la Mancomunidad de Pastos Campoo-Cabuérniga; Hermandad de Campoo de Suso; Hermandad de Campoo de Yuso; Hermandad de Valdeprado del Río.
Estas relaciones institucionalizadas permiten la creación de territorios compartidos regidos por leyes, dando paso a la conciencia de identidad grupal que se expresa en la pertenencia al valle, antes que a una unidad mayor menos cercana y menos homogénea socioculturalmente: la comarca.
Estos datos muestran que el valle mimetiza su configuración geográfica con una construcción simbólica: la apropiación social del territorio. Así, la geografía pierde el sentido físico de las barreras o fronteras geográficas, para transformarse en el imaginario colectivo en límites simbólicos socialmente construidos, en base a las relaciones e instituciones que se han venido analizando.
Los procesos de interacción de los individuos a nivel valle o zona se producen en un entorno vasco y complejo: grupos de socialización secundaria y grupos formales como sindicatos, colectivos gremiales, peñas y clubes. La forma de organización político-administrativa de este nivel es el Municipio.
Comarca: Relaciones comerciales, mercantiles y productivas. Los ganaderos venden su producción en el mercado ganadero de Torrelavega, desde donde vuelve la carne en canal para su venta en las carnicerías comarcales; los productores lácteos venden a las empresas locales materias primas para su transformación; los productores de hierba venden a los ganaderos de la comarca pasto para alimentar al ganado en invierno. Se establece la vinculación entre los núcleos de población y la administración pública mediante las instancias de gobierno de la cabecera comarcal; la forma de organización político administrativa es a través del Partido Judicial; se produce la emigración rural-urbana.
La vinculación del individuo se vuelve difusa ya que su relación con los habitantes y colectivos del resto de la comarca es, o bien a través de la administración pública, con el funcionariado con quienes únicamente median contactos impersonales, causales y funcionales. Sus interacciones se realizan con funcionarios de instituciones sanitarias, con funcionarios de organismos públicos, del INEM, con profesores de la Escuela Taller; así como con empleados de instituciones de crédito y comercios.

 

INDIVIDUO/ESPACIO SOCIAL/TERRITORIALIZACIÓN

Esquema #1b


COMARCA: RELACIONES COMERCIALES, LABORALES
INSTITUCIONALES, PRÁCTICA LITÚRGICA EN EL MONASTERIO DE
MONTESCLAROS

 

USOS DE

VALLE: GRUPOS DE INTERÉS (PRÁCTICA DEVOCIONAL EN LA

PASTOS

ERMITA DE LABRA EN EL CASO DE CAMPOO DE SUSO).

REGLAMENTADOS

NUCLEOS DE POBLACIÓN:

 

TERRITORIO COMPARTIDO

EGO <-> FAMILIA      <->       VECINOS

GRUPOS PRIMARIOS

Elaboración Propia. Fuente: datos de campo Propios.
En el esquema #2 se representa el proceso mediante el cual se van ampliando las redes de relaciones sociales de los individuos, según sean sus distintas interacciones hacia fuera del grupo primario local, ya sea dentro del valle con los colectivos pecuarios y agrícolas, ya sea hacia el ámbito urbano; o con la administración pública que representa difusamente el espacio social comarcal y Autónomo.
En la comarca de Campoo existe una interdependencia muy marcada entre campo y ciudad, lo cual se evidencia por la cantidad de veces que tiene que ir un individuo a la capital comarcal, para hacer gestiones, trámites, compras, asistir a servicios médicos, a centros de enseñanza, a centros recreativos y deportivos; los sujetos rurales que van hacia los núcleos urbanos interactúan en base a códigos y sistemas de comunicación distintos de los rurales. La interdependencia se expresa en sentido campo -> ciudad18 , por el hecho de que el primero aporta los productos básicos para satisfacer la demanda urbana, además de ser el proveedor de los contingentes de trabajadores que se insertan en los sectores secundario y terciario urbanos.
Los sujetos que habitan y trabajan en los núcleos rurales van hacia Reinosa, Matamorosa, Torrelavega y Santander en un proceso que definimos aquí como: movilidad circunstancial núcleo rural -> zona urbana. En donde la zona urbana representa para los sujetos distintos tipos de socialización, según sea el motivo de su desplazamiento:
* Cuando el sujeto va de su núcleo de población a Reinosa, es un desplazamiento hacia la Capital comarcal: campo-ciudad intercomarcal.
* Cuando el actor va de su núcleo rural hacia Torrelavega al mercado ganadero de los miércoles es un desplazamiento campo-ciudad extra comercial.
* Cuando el actor va de su núcleo de población hacia Santander es un desplazamiento marcado por la necesidad de ir a trabajar, de hacer gestiones, compras que no puede realizar en la Capital comarcal; este es el desplazamiento más largo que se hace habitualmente ya que se atraviesan varias comarcas hasta llegar al destino.
Este tipo de desplazamientos, y las consiguientes relaciones que entabla el actor son cada vez más vagas e impersonales, estando mediatizadas por intereses concretos que crean en el sujeto rural de Campoo una percepción de progresivo distanciamiento social, que se subjetiviza y se expresa en frases como: <<no me siento a gusto, es como no sé, como que da desconfianza, no conoces a nadie...>> Es decir, que se rompen los lazos consanguíneos, filiales y solidarios que  priman en las relaciones cotidianas más comunes que venimos explicando.
Las relaciones dejan de ser afectivas y movilizadoras de los compromisos de reciprocidad propios de la familia y el <<pueblo>>, pasando a ser cada vez más, relaciones desprovistas de contenidos afectivos y movilizadores en las que van mediando transacciones económicas; compra venta de servicios, enseres y despensa, en las  que no media el individuo como tal, sino su capacidad de compra, el sujeto se cosifica por el dinero que media sus relaciones con sujetos impersonales que representan a firmas, marcas, empresas o a la misma administración pública.
Dentro de las relaciones campo-ciudad más habituales que encontramos en los relatos registrados, se distinguen las gestiones realizadas ante el INEM, con el fin de actualizar el status de desempleado; o en la Escuela Taller para asistir a cursos de formación; después vienen las gestiones en las instituciones de crédito,  a las cuales van forzosamente para modificar su estatus económico; destacan las relaciones que establecen con la administración pública para asuntos que en general califican negativamente (pago de impuestos, trámites para obtener permisos y licencias de explotación pecuaria); finalmente, están las relaciones contractuales de compraventa de servicios.
Cuando los sujetos rurales realizan el desplazamiento a Reinosa o Matamorosa, habitualmente se encuentran con vecinos de su núcleo rural, de núcleos cercanos al suyo, o conocidos de actividades sociales, por lo que constantemente mientras se acompañaba a los sujetos rurales en sus desplazamientos, se escuchaban frases como: <<mira, si ahí viene “fulano”, el de Abiada!>>, o <<estuve tomando un “chato” con “perengano”, el de la carnicería, que es de mi pueblo. >>
Nos interesa resaltar el hecho de que la referencia de la adscripción personal, y sobre todo de la identidad que se asigna a los demás, se hace en función del pueblo de procedencia. Ese referente es el que sirve en la interacción social cotidiana para referirse a uno mismo, o a los otros como pertenecientes a “un pueblo concreto”, “un barrio” o “un valle”.
A pesar del conocimiento recíproco entre los sujetos de los núcleos rurales que se encuentran con vecinos o conocidos en sus desplazamientos hacia las zonas urbanas de Campoo, existe una distancia social mediada por las distintas actividades socioeconómicas de los actores, que implican áreas de residencia distantes y diversas, y por tanto, las percepciones de lo diferente, aun siendo nativos del mismo núcleo rural, o habitantes del mismo valle, se van haciendo cada vez más evidentes. Así, uno de los aspectos que determinan en mayor medida la distancia y/o la proximidad social entre los actores de la comarca, es el que se evidencia con el tipo de empleo o actividad económica que desempeñan.
La percepción de la distancia social, en las relaciones entre sujetos de la comarca de Campoo, se explica a través del análisis detallado de las actividades productivas en las distintas áreas de la comarca, lo que explica que a pesar de que exista una cierta relación de proximidad entre sujetos, las diferencias producidas por el lugar de residencia y por la actividad, son fundamentales a la hora de concebir la adscripción grupal. En este proceso, la ordenación territorial y paisajística 19 que perciben los sujetos en cada área comarcal, sirve como elemento para elaborar fronteras de grupo que en este caso se usan para remarcar las diferencias, más que para reconocer su proximidad social.
De la Puente discute el valor de la interpretación del <<paisaje>> del espacio agrario, como factor de explicación tanto de las relaciones sociales de producción, como de su grado de complejidad. Aunque coincidimos plenamente con su propuesta, usamos aquí el concepto de ordenación territorial y paisajística en tanto que permite plantear el problema sobre la percepción de la diferenciación sociocultural entre los distintos valles de la comarca de Campoo, a partir de la sinestesia que hace coincidir las percepciones de identidad sociocultural, asociando éstas a las similitudes o diferencias con el paisaje. Diferenciación que se manifiesta a través de la ordenación paisajística rural, ya que los grupos utilizan el territorio de forma distinta, según su trayectoria histórica y según su organización social para explotar sus recursos naturales; de ahí que, se haga evidente que el paisaje organizado para la producción sea distinto entre los valles septentrionales y meridionales de Campoo.
Tanto en el Ayuntamiento de Pesquera, como en el de San Miguel de Aguayo, así como en Campoo de Suso y Yuso, se han dado las condiciones estructurales necesarias para que la ganadería de vacuno ya no sea la actividad económica visible más importante. Cuando nos referimos a la “visibilidad” nos estamos refiriendo a la ordenación territorial: a los usos de suelos y a la explotación de la riqueza natural, y por lo tanto, a la construcción del paisaje.
En los municipios septentrionales no existe agricultura extensiva ya que los usos del suelo se han destinado al pasto natural y al forraje de secano para el ganado, en fincas pequeñas. Las cantidades de cada uno de los tipos de ganado, así como las fechas en que usan colectivamente los pastos comunales, están regulados como en toda la comarca, por las distintas ordenanzas municipales para ese respecto. Esto constriñe las actividades laborales de los productores pecuarios a ciertas épocas del año, ya que el ciclo natural de uso y recogida de los pastos se hace a partir de la necesidad del ganado de ir a los puertos de altura, o a las zonas costeras para pasar el invierno. Así el ciclo agrícola es importante en cuanto que es el sustento de la principal fuente de ingresos de los colectivos rurales: el ganado.
La ordenación paisajística y territorial en Campoo de Enmedio tiene la característica de compartir núcleos rurales como Fresno del Río y Fontecha, con áreas semiurbanas como Matamorosa, en las que coexisten pequeñas y medianas empresas junto a áreas de pastos de ganado caballar. El municipio de Enmedio está ordenado en base a usos mixtos entre los sectores primario y secundario; sin embargo, existe una amplia movilidad laboral entre éste municipio y Reinosa, desplazándose el grueso de la población laboral activa hacia Reinosa, en donde trabajan en la industria y los servicios.
Matamorosa, cabeza del municipio de Enmedio, se convierte por su proximidad territorial en un área conurbada de Reinosa, sirviendo de anexo urbano o “ciudad” dormitorio, desde el cual se desplaza cotidianamente la población hacia el otro municipio a sus centros de trabajo.
Los ayuntamientos meridionales de Campoo que limitan con Castilla tienen una diferencia considerable por su ordenación paisajística, con relación a Campoo de Suso, Yuso y Enmedio, y todavía aún más, con el paisaje de los Ayuntamientos más septentrionales de Campoo, que colindan con Pas-Iguña.
Los Ayuntamientos meridionales de la comarca de Campoo tienen una proximidad geográfica más cercana a la castellano leonesa, y por su ubicación guardan más relaciones culturales e históricas con la Provincia de Palencia y con Burgos, que con los valles interiores de Cantabria. La misma configuración orográfica, aproxima más a estos ayuntamientos meridionales de Cantabria. Con las grandes extensiones territoriales castellanas, lo que ha contribuido a generar las percepciones culturales en las que se contrasta la configuración geográfica de los valles interiores de Cantabria, frente a la extensión de la meseta, sirviendo estas variaciones geográficas, como puntos de referencia a la hora de crear las distinciones de grupo. La composición orográfica más próxima a la meseta Castellana, así como su ubicación geográfica distante con respecto a los valles interiores de Cantabria, su proximidad cultural e histórica hacia Castilla, y su especialización económica en la agricultura y no en la ganadería, son los factores que determinan las percepciones recíprocas de distancia social entre ambos colectivos. Es decir, media una elaboración de “nosotros” y “ellos”, que se utiliza para diferenciarse mutuamente.
Hasta aquí, se ha analizado el proceso por el cual el sujeto se adscribe a los grupos mediante los cuales elabora su identidad, yendo desde la familia hacia el grupo local, pasando por el valle, llegando hasta la percepción de la sociedad comarcal.
La transición entre la ordenación territorial basada en las leyes feudales de posesión y explotación de la tierra, en las que se extrae la riqueza natural a partir del trabajo de los siervos, hacia una ordenación territorial pos feudal de hombres libres, marca la transformación social, económica y cultural del Antiguo al Nuevo Régimen. De donde, la ordenación territorial y las relaciones sociales derivadas de ésta, son el telón de fondo que marca el inicio de la formación histórico social agroganadera que existió en Campoo hasta la primera industrialización de finales del siglo XIX. Esta formación histórico social, es la que fundamenta la creación de un estereotipo cultural del habitante comarcal, que se plasma en la literatura costumbrista 20 de la época sirviendo de sustento en la inversión de la tradición.
A partir de que la literatura costumbrista local estereotipara los diacríticos socioculturales del colectivo ganadero de los valles centrales, se ha elaborado en el imaginario colectivo una versión cultural de la identidad a partir de estas características como contenedoras o definitorias de la identidad del conjunto de habitantes de todos los valles de la comarca; lo que genera confusión, ya que cada grupo detenta su propia peculiaridad grupal.
Escritores costumbristas del siglo XIX, como José María Pereda21 , Demetrio duque y Merino22 , José Calderón Escalada 23, y Rodrigo de Reinosa24 entre otros, tomaron como referente para el estereotipo cultural que crearon, al habitante rural de los valles centrales de la comarca. Posteriormente, con el establecimiento de la celebración del Día de Campoo en 1895, se tomó como referente a éste colectivo agroganadero, más próximo a la Capital Administrativa de la comarca, quedando así grabado en el imaginario colectivo que el campurriano y lo campurriano es todo aquello detentado, como diacrítico cultural externo, por el colectivo social rural de Campoo de Suso, Yuso y Enmedio.
Lo más relevante para comprender el proceso de construcción de la memoria histórica por parte de los habitantes de Campoo, puede ser el mecanismo mediante el cual se consolidan las áreas de asentamiento humano, ya sean núcleos de población rural con la iglesia en el centro del núcleo de población, ya sean grupos de poblados en los valles, o comarcas enteras, estructurados en torno a centros sagrados, monasterios y santuarios, en los que la colectividad crea y recrea los sentidos constructores de su universo simbólico; universo que en el plano de la territorialidad les otorga el derecho fundacional a permanecer allí, de ahí la construcción de la aldea y la dotación de tierras de labor que le pertenecen, y sin las cuales el grupo no sobreviviría. Reconocer el derecho de otros a habitar y explotar los recursos territoriales implica que los otros reconozcan en uno, el mismo derecho.

<<Los territorios (grupales) no son ámbitos inmutables sino construcciones humanas, resultantes de los intercambios transaccionales – materiales e ideológicos -, que una población realiza con su espacio. Por lo tanto están sometidos a los mismos principios de historicidad que regulan otros aspectos de la vida colectiva. Cuando la misma vida debió ser replanteada, las nociones de territorialidad también tuvieron que ser redefinidas y relegitimadas con nuevas significaciones>>. 25
Lo que interesa resaltar aquí es que, por un lado, ha existido efectivamente una continuidad de los asentamientos humanos en la región a lo largo de más de dos mil años y, por otro lado, este hecho ha sido retomado en el imaginario colectivo y en algunas elaboraciones regionalistas, con el fin de crear un discurso político legitimador de los mitos de origen que los grupos humanos elaboran para simbolizarse y ritualizar así la utilización de áreas geográficas concretas. Se elabora el cuerpo de los mitos de origen y de destino de los grupos humanos, que después sirven para elaborar las fronteras sociales.
La división político-administrativa del Estado español ha fragmentado áreas culturales, creando territorios administrativos en lugar de áreas culturales. Pero ello no ha sido óbice para que los grupos sociales reactualicen sus contactos intergrupales, volviéndolos a significar. En este sentido, las fiestas que se realizan entre poblaciones del sur de Cantabria y el Norte de Castilla, no son sino una forma de celebrar y marcar la proximidad sociocultural.
En la comarca de Campoo, el proceso de consolidación de la conciencia histórica y social no ha llegado a cristalizar en un discurso político regionalista o nacionalista, aunque existe el Partido Regionalista de Cantabria (PRC), el cual no ha elaborado un proyecto de movilización nacionalista diferencial a nivel de Comunidad Autónoma, como ocurre con los partidos políticos en el caso vasco, gallego o catalán.26
A lo largo de este proceso histórico, se sientan las bases jurídico administrativas, sobre las cuales se legitimará la construcción sociocultural de la territorialidad.
El agregado social comarcal en conjunto, cimienta su percepción de “comunidad histórica de destino”, sobre las sucesivas ocupaciones del territorio, pero sobre todo, por el reconocimiento de los usos y costumbres sobre los pastos en los que se sustenta su forma de vida: la ganadería trashumante vacuna. Ya sea siendo unos ganaderos, ya sean otros productores de pastos y forraje. La utilización de pastos y montes históricamente legislada es el sustento sancionador utilizado desde la perspectiva emic, para legitimar y percibirse como segmento cultural significativo.
El planteamiento central que derivamos del examen del proceso efectuado por el agregado comarcal para apropiarse al territorio o espacio geográfico, convirtiéndolo en territorio de uso social regulado, es que esto conduce a la conciencia tanto de pertenencia al territorio como a la conciencia de propiedad del mismo, que substancian la construcción de la comunidad histórica de destino.
Los procesos sociales implicados en la autoadscripción de los sujetos, en la conformación de los grupos y en la elaboración colectiva de la consciencia de grupo histórico de que venimos hablando son:

  • Identidad/autoadscripción: ejercida por los sujetos particulares a través de su participación empática en las instituciones sociales, que les permiten compartir y reproducir contenidos y sentidos simbólicos.
  • Identidad/frontera de grupo: es un proceso que implica a conjuntos de sujetos agrupados (cohesionados), en agencias de socialización primaria y secundaria, básicamente las primarias, que movilizan fronteras simbólicas en las que el grupo elabora imágenes de sí mismo, a partir de la territorialidad, la solidaridad, la actividad económica básica, y la organización social.

1 Se toma como referencia en la construcción de la identidad comarcal el ámbito rural, ya que se considera que es la matriz socio cultural, a partir de la cual se construye la identidad en el espacio social urbano.

2 En otros casos, donde la geografía no delimita los valles con precisión, como en el caso Campoo de Yuso, las hermandades de pueblos crean las fronteras grupales señalando el conjunto de núcleos rurales que se adscriben.

3 Se utilizan las siguientes definiciones sobre grupos de socialización. Grupo primario: se refiere a una pequeña asociación de personas vinculadas por lazos de naturaleza emocional envolvente: familia, grupo de amigos. Grupo secundario: lo constituye cierto número de personas que se conoce regularmente, pero cuyas relaciones son impersonales. No existen lazos íntimos recíprocos y se reúnen para propósitos prácticos específicos: comités o clubes sociales. Organizaciones formales: una organización formal es una gran asociación de personas regidas según líneas impersonales, establecida para conseguir objetivos específicos. Se reúne en edificios espacialmente construidos para asistir a resolver o gestionar lo que es su objetivo. Giddens, Anthony: Sociología. Alianza Universal, Madrid, 1993.

4 Algunos informantes mencionaron al respecto, que según en núcleo rural de procedencia, se tienen unos u otros apellidos, por lo que antes de la emigración masiva que se verificó entre 1965 y 1974, los apellidos no se habían diversificado tanto, eran menos y menos dispersos. De esta forma, los informantes de más edad, recuerdan a los sujetos por su apellido relacionándolo con el lugar de procedencia.

5 La sinestesia es una forma retórica que consiste en asociar propiedades físicas, naturales o biológicas a sensacionales, a estados de ánimo, de forma tal que por medio de analogías, se da a entender algo. Cf. Un actor intentó definir la identidad sociocultural de la siguiente forma: <<Los campurrianos somos fríos, bravos…>>, en donde asignó por medio de la sinestesia, propiedades de otros órdenes a un proceso social.

6 Con respecto a la forma que tienen de percibirse los actores sociales de Aguilar de Campoo, estos no se consideran campurrianos, ya que a pesar de que la Merindad de Campoo vinculó a ésta demarcación con la de la Comarca de Campoo, la creación de las fronteras simbólicas entre los grupos sociales de ambas zonas, les ha alejado históricamente y culturalmente.

7 Barth, Fredrick (Comp.): Los grupos étnicos y sus fronteras. Fondo de Cultura Económica, México, 1976.

8 Lévi-Strauss, Claude (Comp.): La identidad. Ediciones Petrel, Seminario, Barcelona, 1981.

9 Por la categoría de control cultural entendemos: <<... la capacidad social de decisión sobre los elementos culturales. Los elementos culturales son todos los recursos de una cultura que resulta necesario poner en juego para formular y realizar un propósito social. Cabe clasificarlos en las siguientes grandes categorías: a) materiales, b) de organización, c) de conocimiento, d) simbólicos y e) emotivos. Estos elementos sirven para poder diferenciar entre la cultura autónoma y cultura apropiada, siendo la diferencia que en la autónoma los grupos tienen capacidad para decidir sobre los usos de los distintos elementos, además de que los pueden producir y reproducir; mientras que en las apropiadas solamente es posible su utilización.>> Bonfil Batalla, Guillermo: Ponencia presentada en el Primer Coloquio Sobre Culturas Populares y Política Cultural, Museo Nacional de Culturas Populares, SEP, México 1982. pág. 15.

10 El primer punto se analiza en el capítulo III; el segundo punto se expone y analiza en el capítulo II; y el tercer punto se desarrolla entre los capítulos III y en este.

11 Rivas Rivas, Ana María: Antropología Social de Cantabria. Universidad de Cantabria. Asamblea Regional de Cantabria. Madrid, 1991. “El valle frente a la región”. pág. 504. Refiriéndose a Cantabria dice: >>Toda la región está dividida en pequeños valles, segmentos culturales significativos sancionados simbólicamente, por sus respectivos santuarios>>.

12 Se retoma los planteamientos hechos por Guillermo Bartolomé respeto a la identidad residencial, como elemento en la definición de las fronteras simbólicas de grupo. Bartolomé, Miguel Alberto: “La identidad residencial en Mesoamérica: fronteras étnicas y fronteras comunales”, en América Indígena, Vol. LIII, No. 1-12, ene-jun 1992. México.

13 Nos interesan especialmente los planteamientos de Tomás Antonio Mantecón Movellán, en el sentido de que son ilustrativos del papel de las hermandades y cofradías en el proceso de construcción de la cohesión social, y como instituciones en las que cristalizó la práctica de la religiosidad popular que expresa las prácticas identitarias de grupo. Se utiliza la noción de religiosidad popular en el mismo sentido en que este autor lo hace. Mantecón Movellán, Tomás Antonio: Contrarreforma y religiosidad popular en Cantabria. Universidad de Cantabria. Asamblea Regional de Cantabria. Santander, 1990.

14 Siguiendo la lógica argumental de las narraciones de origen que conforman el sistema referencial local.

15 Entendemos por organizaciones formales a las instituciones que asocian a gran número de sujetos bajo relaciones impersonales que se vinculan para conseguir objetivos específicos sin mediar ningún tipo de vinculación efectiva. Se reúnen en edificios espacialmente construidos para asistir a resolver y gestionar sus objetivos: sindicatos, corporaciones de ganaderos, entre otras.

17 Mantecón Movellán, Tomás Antonio: Op. Cit.

17 Como producto de las pesquisas realizadas en los archivos del Ayuntamiento de Campoo de Yuso, se obtuvo el documento que se presenta en otra sección de esta investigación, el cual da cuenta de los acuerdos tomados el 27 de abril de 1919, en los que se establece el número de cabezas de ganado lanar, que cada vecino podía subir a los pastos de los puertos de altura mancomunados; número que era fijado en relación a la cantidad de cabezas de ganado vacuno que se hubiesen llevado antes a la derrota por cada vecino. Estos acuerdos municipales, constituyen las Ordenanzas de usos de pastos en el Valle de Campoo de Yuso, por lo que se incluyen como parte de las regulaciones a que se hace mención.
Los frailes de la Orden Dominica de Montesclaros, mencionaron tener noticia de documentos antiguos en los que se citan las regulaciones de usos de pastos y las rutas de ganadería trashumante entre Castilla y la Merindad de Campoo, sin embargo no se tuvo acceso a estos.
Ángel de los Ríos y Ríos: Memoria sobre las antiguas y modernas comunidades de pastos entre los valles de Campoo de Suso, Cabuérniga y otros, de la Provincia de Santander. Imprenta y litografía de J.M. Martínez, Santander 1878.
Gobierno Civil de Santander: Reglamento para régimen y gobierno interior de la asociación y comunidad Campoo-Cabuérniga. Santander, 1902.
Ayuntamiento de Campoo de Suso: Hermandad de Campoo de Suso. Ordenanzas regulando el aprovechamiento de pastos en los montones propiedad de dicho Ayuntamiento. Reinosa, 1947.
Ayuntamiento de la Hermandad de Campoo de Suso: Anteproyecto de ordenanza Municipal de Pastos en los Puertos de Híjar o Yger, Palombera-Fuentes y Comunidad de Campoo-Cabuérniga. Boletín, Oficial de Cantabria No. 151, julio, Santander, 1986.
Ayuntamiento de Reinosa: Ordenanzas Municipales de la Villa de Reinosa. (Aprobadas en sesión de 6 de junio de 1874). Imprenta, litografía y encuadernación de R.G. arce, Santander, 1908.
Rodríguez Fdez., A.: Los Carabeos. Historia, economía y sociedad en un concejo rural de La Merindad de Campoo. Centro de Estudios Montañeses, Institución cultural de Cantabria. Diputación Regional, Santander, 1979.

18 En las grandes capitales Autonómicas y ciudades mayores de cincuenta mil habitantes, los productos agrícolas que se consumen provienen de entornos rurales muy alejados e inclusive de otros países; sin embargo, en las llamadas ciudades medias, de entre diez mil y cincuenta mil habitantes, la vinculación con el entorno rural es mucho mayor ya que el abastecimiento de productos básicos es más inmediato por las pequeñas y medianas empresas locales que cubren estas demandas.

19 De la Puente Fernández, Leonor: Transformaciones agrarias en Cantabria. 1860-1930: Especialización vacuna y construcción del espacio agrario. Universidad de Cantabria. Asamblea Regional de Cantabria, Bilbao, 1992. pp. 15 y ss.

20 García Castañeda, Salvador: Antología de escritores costumbristas Campurrianos. Ediciones Tantin. Santander 1987.
Correa Calderón, Costumbristas españoles, “Introducción al estudio del costumbrismo español”. Institución Cultural de Cantabria. 1973.
Ucelay Da Cal, Margarita: Los españoles pintados por sí mismos (1843-1844).
Estudio de un género costumbrista. Fondo de Cultura Económica. México 1951.
Montesinos, José F.: Costumbrismo y novela. Ensayo sobre el redescubrimiento de la realidad española. Berkeley University of California Press, at Los Ángeles. USA. 1960.
Menéndez Pelayo, Marcelino: Estudio sobre escritores montañeses. Institución Cultural de Cantabria. Santander, 1973.

21 Pereda, José María: “Peñas Arriba”.

22 Demetrio duque y Merino (1844-1903), fundó y dirigió el periódico El Ebro, de su obra literaria destacan: “El último carretero” (1887), “Una-romería” (1888), y “Contando cuentos y asando castañas” (1897). Salvador García Castañeda en su libro: Antología de escritores costumbristas campurrianos, Ediciones Tantin, Santander 1987 pp. 16-17, nos dice: <<… Duque y Merino es el iniciador de la mayoría de los temas más característicos del costumbrismo campurriano, como son: a) El de la carretería, que origina el tipo del carretero, así como las descripciones, escenas y anécdotas referentes a bueyes, carros y caminos. El progreso, en forma de ferrocarril a Altar acaba con el tráfico carreteril de las harinas y, al tiempo con los carreteros y su mundo tradicional; b) La construcción del ferrocarril atrae trabajadores forasteros cuyas ideas y modo de vivir chocan con las tradicionales de los aldeanos; c) Los rigores de un clima con grandes borrascas y temporales de nieve llegan a protagonizar algunas narraciones… f) Reinosa, con sus ferias y su mercado, resulta metrópoli, fuente de riqueza y de experiencias para quienes llegan de las aldeas.>>

23 José Calderón Escalda (1899-1972), entre sus obras destacan, “Estampas campurrianas” y “Por los senderos de mi valle”

24 Rodrigo de Reinosa vivió y escribió entre finales del siglo XV y principios del XVI, entre sus obras destacan: “Romance del Duque de Gandía”, “Coplas de las comadres”, “Coplas de un huevo”, “El pater Noster trovado” y “Copias de un ventero y un escudero”.

25 Bartolomé, miguel Alberto: Op. Cit. pág. 261.

26 Ramírez Goicoechea, Eugenia: De jóvenes y sus identidades. Socio antropología de la Etnicidad en Euskadi. CIS. Madrid, 1991.
Laraña Enrique y Gusfield, Joseph (Eds.): Los Nuevos Movimientos Sociales. De la ideología a la Identidad. CIS. Colección Académica. Madrid 1994.