Uno  de los temas más recurrentes en la cultura local, es el que se refiere al  origen de los asentamientos y a la procedencia étnica y somática de sus  ancestros. Subyacen las percepciones de los actores sociales cuando se habla  del tema, una serie de referencias sobre el origen histórico del grupo. Esta  referencia se encontró en frases muy comunes, cuando se entrevistaba a los  actores sociales: <<...¿es que nos vas a estudiar porque crees que somos  moros?...>>, o <<...si aquí expulsamos a los moratas hace mucho,  aquí ya no queda ninguno!>> o frases como: <<...pero si no somos  judíos,  a ver si me vas a salir que  ahora no somos descendientes de los cántabros y que tenemos sangre  judía!...>>.
            Estas  elaboraciones sobre la identidad o adscripción étnica y religiosa, tiene que  ver con una de la sanciones presentes en el imaginario colectivo: los  historiadores 1 señalan en términos generales, que la reconquista comenzó en Asturias, o en  Covadonga, otros la sitúan en Castilla la Vieja, como sea, los actores sociales  en Campoo han elaborado una percepción cultural de los hechos históricos, en la  que se concibe que “desde ahí”, desde esa región y por sus antepasados se  realizó el proceso de repoblamiento cristiano de España, ya que se les  identifica con los grupos de “Cristianos Viejos” que se habían quedado  habitando en las montañas del norte durante los siglos de permanencia árabe.  Aunque las frases presentadas en el párrafo anterior son argumentos del sentido  común local, lo que nos importa resaltar es el hecho de que se ha tomado como  dato en la elaboración de la identidad social local, un proceso histórico que  implicó la permanencia o no en la Comarca de Campoo, de grupos sociales  diferenciales (musulmanes y sefardíes), que son sancionados desde el modelo  referencial religioso local (católico), como alteridades, es decir, como “los  otros”, en el sentido de las fronteras simbólicas de grupo.
            La  diferenciación social pasa en este caso, por desvincularse de grupos sociales  que habitaron en la región o en el territorio español, a los cuales se les dan  connotaciones sancionadoras específicas. Abundar en esto sería el tema de una  tesis doctoral sobre la percepción de las identidades cristiana, judía y  musulmana en el imaginario colectivo español. Lo que se quiere resaltar, es que  este es un elemento significativamente sancionado por el segmento sociocultural  comarcal, y que tiene correlativos simbólicos en la fundación misma del  Santuario de Montesclaros.
            Existe  un nexo muy importante entre el proceso de repoblamiento cristiano de la zona  geográfica de Campoo y la fundación del Monasterio de Montesclaros que se irá  explicando a continuación, con el fin de establecer las bases para el análisis  sistemático de la identidad sociocultural de los colectivos agropecuarios de la  Comarca. Para tal fin, se extraen las interpretaciones antropológicas  subsecuentes de los datos obtenidos durante los días que se permaneció  hospedado en el Monasterio de Montesclaros, en que se tuvo oportunidad de hablar  con los frailes sobre el tema. 
            Según  datos proporcionados por algunos frailes, la talla original que se usó en la  inauguración del convento en el Siglo XVII2 ,  es una talla fechada por ellos mismos entre los Siglo III y IV; según opinan  otros frailes, la talla original proviene de Andalucía, y estaría fechada en el  Siglo X. Como se verá enseguida, los datos que aportaron los Dominicos se  contradicen con sus textos y con otros estudios.
            Comunicaron  también que nobles de la región cuyos féretros permanecen expuestos en los  bajos de la iglesia del Monasterio, participaron en las luchas de reconquista3  llevándose desde Granada hasta la Merindad de Campoo, la talla que rescataron  de entre los musulmanes. Como ya se ha mencionado en otra parte, los nobles de  la Merindad de Campoo, estaban obligados a servir a la Corona en metálico y  prestándole sus servicios. Los datos consignados al respecto, señalan que los  servicios que se prestaron fueron precisamente los de ir a la Guerra de Granada  en el Siglo XV. Nos encontramos aquí, con que los frailes de la Orden dominica  han seguido en este caso, al igual que con el caso del fusilamiento de la  Virgen, un proceso de elaboración de una historia que justificase la  refundación del territorio por parte de los cristianos, a partir de tomar  símbolos, datos históricos y personajes, en una microhistoria usada en la  elaboración de la narración de origen de la advocación local. Esto no hace sino  corroborar la idea que se ha necesitado crear un relato legendario para fundar  el santuario.
            Como  ya se ha dicho, en el interior de la iglesia del Santuario se han realizado una  serie de excavaciones arqueológicas, fruto de las cuales, se muestran al  público en un recorrido por el subsuelo de la nave los restos materiales que se  han encontrado.
            En  el primer nivel del subsuelo, se encuentran los dos sarcófagos medievales ya  citados, esculpidos de una sola pieza en piedra. Ambos están profusamente  decorados con temas alusivos a las luchas de reconquista. Uno, sería el  sarcófago del noble feudal al que se referían los frailes; el otro es el de su  hijo. Ambos pertenecían según estos frailes a un linaje de godos <<que  quedaron habitando valles recónditos de la comarca>>. 
            El  símbolo distintivo de la participación de estos personajes en la reconquista es  el decorado que exhibe uno de los sarcófagos: una daga que se posiciona con la  punta hacia abajo, sobre una media luna. Este símbolo ha sido tomado como  argumento central en el proceso de creación de una historiografía local  (representada por las muestras arqueológicas). A su vez, la evidencia  arqueológica de los féretros ha servido como sustento de la versión cultural  sobre el caballero feudal que reconquista el territorio, siendo utilizado este  dato, como argumento sobre el cual basar el relato legendario de Montesclaros.  Proceso similar en forma al del fusilamiento ya analizado, ha servido para  crear los modelos referenciales entre un “ellos: judíos o musulmanes”, frente a  un “nosotros: cristianos”.
            Volvemos  a seguir a Honorio Velasco, como fuente referencial, para sistematizar los  datos de campo. Este autor nos comenta al respecto de esto que <<...la  mayoría de las leyendas e historias de las imágenes tienen como referencia otro  tipo muy distinto de iconoclasia, el atribuido a la otra religión en  confrontación directa con el cristianismo, el Islam.4 >>
      Nos cuentan  los frailes Dominicos que:
      <<La imagen de la Virgen de Montesclaros, según los más  aquilatados estudios e investigaciones, podría pertenecer a los Siglos VIII,  VII o VI,(en ese orden) y procede de Andalucía, donde varias poblaciones, según  la historia, tenían monedas con una espiga; detalle este que también tenía  nuestra imagen pintada entre las rodillas.
      Con ocasión de la invasión árabe en España y las terribles  persecuciones y destrucciones que llevaban a cabo contra todo lo que  significaba cristianismo, especialmente en tiempo de Abderramán III, todos los  que profesaban la religión de Cristo, huían con lo mejor que poseían y se  refugiaban en los montes asturianos, dice el historiador árabe Rasís. Este fue  el camino que sin duda, llevó la imagen de nuestra Madre de  Montesclaros.>>5 
            Uno  de los aspectos que se muestran en el proceso de construcción de la identidad  en Campoo a partir de la devoción, es que no hay un relato único: el de la aparición  de la imagen y el pastor, sino que tiene correlatos que se van construyendo en  distintas épocas y que se van asociando al relato central. Uno de los  correlatos, es el de estos héroes fundadores que lucharon en las gestas de  reconquista, para reconstituir el espacio social y territorial del grupo.
            En  este sentido, se evidencia el proceso descrito por Anthony Smith6 ,  sobre la construcción de una mitología fundacional, que sustenta la formación  de la gemeinshaft o comunidad origen.
            Finalmente  hay que señalar que las investigaciones sobre la difusión del culto mariano en  Europa, como la de Honorio Velasco, señalan que ésta responde a un proceso de  difusión de la fe cristiana que tuvo su nacimiento en el Vaticano, quedando  fechada en España entre los siglos XIV y XVII7 ,  por lo que la talla original del santuario de Montesclaros, no fue esculpida en  ninguna de las fechas que los frailes le asignan. 
1 Vilar, Pierre: Historia de España. Crítica, Grupo Grijalbo-Mondadori. Barcelona, 1994, pág. 24.
2 Lo que queda claro, como señala Eloy Gómez Pellón, es que a pesar de que la construcción del convento data del siglo XVII, el culto a la virgen en la zona, es muy anterior.
3 Pérez Bustamante, Rogelio & Ortíz Real, Javier: Los orígenes del territorio de Campoo y la historia de Reinosa. Ayuntamiento de Reinosa, 1987.
4 Honorio Velasco, Op. Cit. pág. 91.
5 La Virgen de Montesclaros. Op. Cit. pág. 7.
6  Smith, Anthony: Ethnic myths and  ethnic revivals. Archives europeennes de  Sociologie, XXIV: 319:355. 
          Smith,  Anthony: The ethnic origins of nations. Basil  Blackwell, London 1991.
7 Honorio Velasco, Op. Cit. pág. 91