IDENTIDAD Y CAMBIO SOCIAL EN UNA COMARCA DE CANTABRIA: EL CASO DE CAMPOO

IDENTIDAD Y CAMBIO SOCIAL EN UNA COMARCA DE CANTABRIA: EL CASO DE CAMPOO

Alfonso Muñoz Güemes (CV)

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V.    Familia y transformación social

      El proceso de transformación del matrimonio y la familia, que se observó en la comarca de Campoo, muestra que se siguen dos tipos básicos de organización familiar, que implican transformaciones en las relaciones matrimoniales. Ambas formas coexisten y aunque no implican una transformación tajante y definitiva de la sociedad, sí implican un cierto grado de desarticulación de la sociedad rural patriarcal,1 debido a la movilidad social hacia la ciudad, y sobre todo, por la necesidad de la mujer de acceder a trabajos remunerados fuera del hogar. Con lo cual se evidencia el proceso de transformación de las estructuras sociales, y los cambios en la percepción de la identidad social que los actores tienen sobre sí mismos.
      El reconocimiento social e institucional de las uniones de hecho ha contribuido a que se desacralicen las relaciones matrimoniales 2, hecho este, que se traduce en una primacía de la voluntad personal de mantener la unión dejando de lado los prejuicios sociales sobre la indisolubilidad de la unión matrimonial religiosa. La familia tradicional3 y la economía de autoabasto que Eloy Gómez Pellón4 analiza bajo  la conceptualización de casa de labranza, han sido el  fundamento de la estructura social rural de la comarca de Campoo, hasta antes del proceso de transformación de la sociedad, que venimos examinando.
      La estructura social de la España actual, ha permitido que las mujeres accedan a niveles educativos que en la organización familiar patriarcal tradicional no tenían, siendo éste, uno de los hitos que señalan la transformación de la sociedad española, y comarcal en concreto. De hecho, en el estudio de campo realizado, se muestra cómo las mujeres jóvenes en Campoo han accedido a formaciones educativas y técnico profesionales, que les han permitido insertarse en el mercado laboral, cosa que las mujeres de la generación de sus madres y/o abuelas no lograron. Los niveles educativos se reflejan en los datos aportados sobre la población del Municipio de Reinosa y la escolaridad según distintas series anuales. De esta forma, se aprecia cómo antes de la emigración masiva hacia la ciudad la mujer sólo completaba el ciclo escolar básico, mientras que los hombres pasaban en su mayoría a ingresar en las escuelas de formación técnica y profesional de las dos empresas locales.
      Con el pasar de los años, las mujeres se han ido insertando cada vez más en las ofertas educativas accediendo a formaciones técnicas y superiores a las que sus homólogos hombres no accedieron por estar en las Escuelas de Formación Profesional con miras a incorporarse en la industria. Estos datos sobre la transformación de la inserción de la mujer en la enseñanza media y superior, son indicativos de la transformación de la estructura económica y productiva de la sociedad de Campoo, ya que se generaron nuevos puestos de trabajo con la industrialización de Reinosa y Mataporquera, que han ido ocupando la fuerza laboral femenina: funcionariado, secretariado, empleadas en servicios comerciales urbanos, profesiones liberales, microempresas y sobre todo, servicios profesionales como autónomas.
      Los cambios en las percepciones y valoraciones sociales sobre la mujer y la familia permitieron en la sociedad española en su conjunto, y en la comarcal en particular, que el matrimonio sea una unión simétrica de iguales, y no una relación de poder del hombre sobre la mujer5 . Este dato se refleja en el hecho de que los individuos entre 18 y 55 años han nacido y vivido en su mayoría en el ámbito urbano comarcal, por lo que la vinculación con la propiedad familiar agraria se limita muchas veces a mantener una casa de verano que ha sido heredada. En otros casos, quienes tuvieron fincas en la zona rural las han vendido, o las arriendan a terceros, para su explotación privada.
      De esta forma, el sistema de transmisión de la herencia patrimonial por línea paterna6 hacia los hombres de la progenie se ha ido sustituyendo, quedando como remanente de ello, la propiedad de los caseríos utilizados sólo en el verano, o la propiedad urbana de un piso que es heredado a las parejas de recién casados que forman los núcleos de procreación neolocal. Por otra parte, como ya se ha señalado, el acceso de la mujer a la remuneración propia, la desliga de la dependencia económica hacia su marido, posibilitándole acceder a la propiedad de su patrimonio personal.
      Se observó una transición en dos tipos básicos de organización familiar en la comarca de Campoo:
      1. Mientras que en la familia patriarcal tradicional agroganadera de Campoo, hoy casi extinguida por las transformaciones socioeconómicas regionales, existen cargas laborales iguales tanto para el hombre como para la mujer, ya que ambos comparten labores agrícolas y ganaderas, la mujer además se encarga del trabajo doméstico y el cuidado de los hijos. Esta forma de trabajo no remunerado, circunscribe a la mujer7 al ámbito privado de la familia, dejándole pocos espacios de sociabilidad, aparte de los grupos de iguales femeninos como las sociedades de mozas.
      El hombre, en esta estructura familiar hace su vida social y laboral hacia el exterior de su hogar, ya que se encarga de la venta del ganado en las ferias ganaderas regionales; así como de las actividades de representación de su núcleo familiar ante el conjunto de vecinos; en otros casos, por la movilidad hacia la ciudad cuando es obrero mixto.
      2. En la sociedad industrial aparece la separación familia-trabajo colectivo, para dar paso a la venta de la fuerza de trabajo masculina en la industria y los servicios. De esta organización laboral masculina en el ámbito urbano, y de la actividad masculina rural hacia fuera del hogar, se conforma la división sexual del trabajo estereotipada, en la que se asignan roles a los géneros, viendo en ello funciones intrínsecas: la mujer en la casa a cargo de los hijos y el trabajo doméstico; mientras que los hombres permanecen fuera de casa en el trabajo asalariado, que será “el sustento de la familia”.
      3. En la actualidad, la mujer ha accedido a formaciones técnicas y profesionales a las que antes no tenía acceso, siendo su trabajo necesario para la economía doméstica ya que la estructura económico-productiva está reconvirtiendo la planta productiva con lo que los hombres que pueden trabajar son cada vez menos, ya que se jubilan antes de la edad correspondiente, y se cierran los puestos de trabajo. Por esta razón, el trabajo femenino en el sector terciario es a veces, el único ingreso de las familias de procreación que forman.
      En la comarca de Campoo, sucede que con la generación que emigró del campo a la ciudad en los años sesenta, y con la incorporación de los últimos grandes contingentes de obreros a la industria local entre 1972-1974, se termina el proceso desarrollista e industrializador que desplazó a las familias del campo a la ciudad.
      Termina con ello también la estructura económico laboral que permitía el transito de la organización rural familiar, a  la organización urbana familiar, en la que el hombre fungía como asalariado y único aportador de ingresos.
      En las condiciones estructurales actuales, el hombre joven y el ya empleado y casado, se enfrentan al paro estructural y al cierre de puestos de trabajo que les impiden acceder a la venta de su fuerza de trabajo como fuente única del ingreso familiar. Es en este momento en el que la mujer accede al trabajo remunerado fuera del hogar convirtiéndose en la aportadora de ingresos básicos.

1 En el caso de la familia rural, se ha tomado como modelo analítico el propuesto por Salustiano del Campo, y que también Karl Kautski define en su especificidad. Para Del Campo, la familia tradicional rural es:<<Por familia tradicional se entiende, en rigor, la patriarcal, que caracterizó a la Europa preindustrial y que se basaba en la explotación agraria, donde trabajaban todos sus miembros, o bien en el trabajo gremial dirigido por los maestros artesanos, a cuyas órdenes estaban oficiales y aprendices en el ámbito urbano, ya que la familia tradicional no se circunscribió exclusivamente al ámbito rural.>> Del Campo, Salustiano: La nueva familia española. EUDEMA, Madrid, 1991. pág. 15.
Por su parte, para Karl Kautski: <<La familia campesina medieval era una comunidad económica total o casi totalmente autosuficiente, no sólo productora de sus propios medios de subsistencia sino también constructora de su casa, muebles, y demás utensilios caseros, que fabricaba el lino y la lana, hacía sus vestidos, etc. El campesino iba al mercado, pero no vendía más que el sobrante de su producción>> Kautski, Karl: La cuestión agraria. Ruedo Ibérico, Madrid, 1970. pág. 13.

2 Del Campo, Salustiano: Óp. Cit. pp. 15 y ss.

3 La familia tradicional o institucional: <<Tiene como finalidad asegurar la supervivencia de los individuos a través del apoyo de las generaciones, primero de los padres a los hijos y más tarde de los hijos a los padres, siendo fruto importantísimo suyo, la transmisión del patrimonio, tanto material como simbólico, y la garantía del orden social. En el seno de esta familia los criterios fundamentales para la división del trabajo son el sexo y la edad, y la autoridad última corresponde inapelablemente al patriarca. La relación conyugal se concibe como indisoluble y sólo se extingue por la muerte.>> Del Campo, Salustiano: Óp. Cit. pág. 17.

4 Gómez Pellón, Eloy: “La casa de Labranza en Cantabria. Estructura y Cambio”, en Montesino G. (Ed.): Estudios sobre La Sociedad Tradicional Cántabra. Continuidades, Cambios y Procesos Adaptativos. Biblioteca Básica. Universidad de Cantabria. Asamblea Regional de Cantabria. 1995.
Gómez Pellón, Eloy: Vida tradicional y proceso de cambio en un valle del oriente asturiano. Diputación Provincial de    Asturias. 1994.

5 Nisbet, Robert: “Estado y familia”, en Robert Nisbet, Thomas S. Kuhn & Lynn White: Cambio social. Alianza Universidad, Madrid, 1993. pp.182-200.

6 Chacón Jiménez, Francisco & Hernández Franco, Juan (Eds.): Poder, familia y consanguinidad en la España del Antiguo Régimen. Anthropos Editorial, Barcelona, 1992.

7 González de Chávez, Mª. Asunción: Familia, maternidad y paternidad. Dirección General de la Mujer, Ayuntamiento de Alcalá de Henares, Madrid, 1996.  pág. 7.