IDENTIDAD Y CAMBIO SOCIAL EN UNA COMARCA DE CANTABRIA: EL CASO DE CAMPOO

IDENTIDAD Y CAMBIO SOCIAL EN UNA COMARCA DE CANTABRIA: EL CASO DE CAMPOO

Alfonso Muñoz Güemes (CV)

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5.    Espacios devocionales en Campoo.

      Las ermitas de La Virgen de Labra en la Hermandad de Campoo de Suso y la Ermita de la Virgen de las Nieves en Campoo de Yuso, operan como centros condensadores del ethos religioso1 y la práctica ritual devocional de los valles interiores de Campoo, a partir de la apropiación simbólica de la imagen/objeto sagrado que media en la construcción social de la territorialidad.
      Mientras que en Montesclaros se concentra la población devota de Valdeprado del Río, Valderredible, Valdeolea, Campoo de Yuso, Suso y Las Rozas, (y por supuesto de Palencia y Burgos), en los santuarios de la Virgen de Labra y la Virgen de las Nieves, se concentran en la práctica devocional los habitantes de Campoo de Suso, Yuso, Reinosa, Enmedio, y Cabuérniga. Este último valle, tiene una vinculación con la Hermandad de Campoo de Suso, por la Mancomunidad de Pastos, que los han vinculado desde la Baja Edad Media, y que les ha permitido compartir estilos socioculturales a lo largo de extensos períodos de tiempo.
      Por los datos de los informantes, en la conmemoración de la Virgen de las Nieves se concentran los habitantes de Las Rozas, Campoo de Yuso y San Miguel de Aguayo, que les vincula por los caminos ganaderos que atraviesan sus territorios y que con la construcción del Pantano del Ebro, cayeron en desuso.
      Se propone la definición de espacios geográficos socializados o espacios territorializados, para designar a las zonas comarcales que comprenden áreas sociales definidas en cuanto a su adscripción particular a un estilo sociocultural o segmento cultural significativo, diferenciado del resto de los otros espacios territoriales de la comarca. Estos espacios geográficos socializados o subregiones culturales, implican el reconocimiento de espacios diferenciales de usos sociales sancionados significativamente, a través de las prácticas devocionales en los distintos santuarios, por lo que conforman áreas territoriales de habitación de segmentos culturales significativos y reconocidos. Estas áreas sociales y culturales subcomarcales, denotan una identidad primaria asociada al valle de residencia y sancionada por la adscripción al culto devocional concreto de los grupos sociales que en ellas habitan; esta identidad básica: formulada socialmente a partir del área geográfica de residencia y nacimiento, que se sanciona por la participación en el culto mariano concreto, se complementa con la percepción social identitaria del agregado mayor genérico comarcal de Campoo: “Lo Campurriano”.
      Cuando se planteó el estudio de la identidad (o proceso de creación de fronteras simbólicas de grupo social), en la comarca de Campoo, lo que se hizo fue diseccionar metodológicamente a la comarca en espacios geográficos socializados o subregiones culturales, y a éstas en subgrupos sociales según actividad laboral, tipo de sector productivo ya fuera rural o urbano, y estudiar sus componentes institucionales, simbólico-culturales así como el sustrato socioeconómico que les es inherente.
      En definitiva, no sólo se centró el interés en el proceso de conformación histórica del santuario de Montesclaros como espacio ritual institucionalizado y “contenedor” de la identidad significativamente sancionada de la comarca; sino que se abordó la identidad social comarcal como proceso de múltiples segmentos culturales significativos, que localmente o subregionalmente, sancionan espacios y prácticas rituales, que a su vez, y de forma complementaria, se adscriben a un grupo identitario más amplio y menos fácil de aprehender en su definición y composición sectorial: el grupo comarcal o “grupo social campurriano”.
      Los distintos segmentos socioculturales, que habitan en las subregiones simbólicamente sancionadas como centros de uso social propio son: la subárea de los Valles Meridionales  compuesta por los municipios de Valderredible, Valdeprado del Río, Valdeolea y Las Rozas de Valdearroyo. La subárea central está formada por los municipios de: Campoo de Enmedio, Reinosa, Campoo de Suso y Campoo de Yuso. La subárea Septentrional está conformada por los Municipio de Santiurde de Reinosa, Pesquera y San Miguel de Aguayo.
      En apego a la definición de las prácticas rituales y de los santuarios como centros condensadores de esas prácticas, se propone la siguiente definición que servirá para la argumentación subsecuente:2
      Básicamente, un santuario se caracteriza como un centro de peregrinación al que se acude cíclicamente, a efectuar ritos devocionales y principalmente peticionales. Aunque existe una mediación de la jerarquía religiosa en la celebración de los actos litúrgicos, la parte simbólicamente más importante de la expresión de fe es efectuada por lo colectivos sociales que hacen las peregrinaciones: cofradías y familias que realizan peticiones concretas a la imagen sagrada; así como los habitantes de los núcleos de población rural que concurren organizadamente, para efectuar rogativas y/o agradecer favores ya recibidos, etc. Son las acciones rituales de rogativa hechas de forma colectiva: familia, cofradía, núcleo de población, lo que constituye el núcleo de la conmemoración de la imagen/objeto sagrado. En donde estas expresiones de fe, son escasamente mediadas por funcionarios eclesiales, y sí son más una forma de vinculación directa entre los colectivos que las realizan y la propia imagen sagrada. Siendo esta imagen la mediadora entre ellos y Dios.
      Como ya se ha señalado, la narración de origen fundacional del Santuario de Montesclaros, así como las narraciones de las ermitas de la Virgen de Labra y de la Virgen de Las Nieves, están representando hierofanías y kratofanías, en donde las primeras son las apariciones o manifestaciones de lo sagrado. Las apariciones marianas según las narraciones estudiadas aquí, tuvieron lugar en sitios como: cuevas3 y montes, siendo que estos sitios después son venerados, ya que dejan de ser lugares comunes en donde la naturaleza no es especial ni distinta, para ser sitios que contienen “la esencia” o kratofanía de lo sagrado, ya que es ahí en donde lo divino se manifestó.
      Se construyen así, un espacio y un tiempo sagrado, contrapuesto al espacio y tiempo cotidiano profano, en el que no existen manifestaciones divinas y el cual, está sancionado simbólicamente, por las percepciones significativas que el segmento cultural deriva de las enseñanzas contenidas de las manifestaciones de lo divino. Es decir, que la hagiografía vida y obra de los santos y vírgenes, sirve como ejemplo a partir del cual se construyen las sanciones sociales.
      Los santuarios se erigen como los centros sagrados por excelencia en la religión católica, a partir de las hierofanías y las kratofanías que les preceden, y a partir de las cuales, junto a la hagiografía, conforman el microcosmos simbólico y ritual de los grupos sociales que acuden a él, por el reconocimiento de la advocación local como patrona o mediadora con lo divino.
      El proceso de institucionalización de Nuestra Señora de Montesclaros data del año 1721. Año en que los procuradores la nombran patrona de la Merindad de Campoo. Es decir, que existe un reconocimiento público oficializado desde el gobierno local, que reconoce a la Virgen de Montesclaros como patrona; adjudicándole a la Virgen, el poder de mediación con lo divino, y sobre todo, reconociendo su carácter de protectora. Lo que interesa resaltar es que existe un proceso de territorialidad del radio de acción e influencia y protección de la Virgen, a partir de que los once ayuntamientos de la Merindad, se reconocieron bajo su tutela y mediación con lo divino.
      Al mismo tiempo que se reconocían bajo su protección quedando adscritos a un grupo sancionado por su práctica devocional, se adjudica al territorio administrativo de los once municipios involucrados, un derecho de propiedad y habitación, así como de usufructo de las riquezas naturales en él contenidas, ya es objetivado como un “don” que la Virgen les hace en reconocimiento.
      La amplitud del radio de influencia de la fe que enardece la Virgen de Montesclaros, no sólo abarca institucionalmente a los once municipios de la Merindad de Campoo, sino que se extiende hacia las provincias colindantes, lo cual es una de las características de los santuarios.
      El prestigio social de la imagen se evidencia en las manifestaciones de lo sagrado que se mencionan en la narración de origen, que precede a la fundación del monasterio. Los actos, milagros y poder de mediación y protección que se le atribuyen conforman su prestigio social: son proporcionales a su poder mediático con las fuerzas divinas. Este prestigio enunciado por su vida y obra, es lo que se constituye en estatus adjudicado por los grupos sociales, que le solicitan de forma personal, familiar o corporativa favores y milagros. Principalmente se le piden, tal y como confirmaron los frailes y los romeros entrevistados, favores relacionados con el ciclo agrícola y ganadero, sustento material, salud, buena fortuna, amor, etc. Siendo este tipo de petición vinculada a la cosmovisión agroganadera, una de las características de los santuarios. De esta forma se expresa por condensación, el ethos religioso de los colectivos sociales de la comarca.

1 Tomás Mantecón, en el trabajo que venimos citando de él, sostiene una tesis similar a la nuestra, cuando afirma sobre su obra que <<El planteamiento de este trabajo permite abordar una problemática de carácter global cual es la de la penetración de la Contrarreforma en la sociedad rural del Antiguo Régimen en la concreción espacial de Cantabria.>> Es decir, que tanto él, desde la óptica del historiador, como nosotros desde el análisis antropológico, coincidimos en que las prácticas sociales derivadas de la religiosidad popular, han contribuido a la creación de las fronteras simbólicas de los grupos sociales que se adscriben a los distintos santuarios. Mantecón Movellán, Tomás A.: Op. Cit. pág. 48.

2 Muñoz Güemes, Alfonso: Etnicidad y música. Estudio de caso de una comunidad zapoteca de emigrantes en la ciudad de México. Tesis de Licenciatura, Escuela Nacional de Antropología e Historia, México, 1994. págs. 115-139.

3 Existen estudios concretos sobre el significado de las apariciones de la Virgen en cuevas: Limón Olvera, Silvia: Las cuevas y el mito de origen. Regiones. Consejo Nacional para la Cultura y las Artes. Dirección General de Publicaciones, México 1990.
En Oaxaca, en la Sierra Madre del Sur de México, en donde se ha efectuado extenso trabajo de campo, existe un santuario en el que las hierofanías marianas se manifestaron también en cuevas. Lo interesante del dato, es que ambos santuarios (el de Montesclaros y el de Oaxaca), fueron fundados por la Orden de los Dominicos. Op. Cit. Alfonso Muñoz Güemes (1994).