FILOSOFÍA DE LA SUSTENTABILIDAD DE LA VIVIENDA TRADICIONAL: TRANSFORMANDO COMUNIDADES HACIA EL DESARROLLO LOCAL

FILOSOFÍA DE LA SUSTENTABILIDAD DE LA VIVIENDA TRADICIONAL: TRANSFORMANDO COMUNIDADES HACIA EL DESARROLLO LOCAL

Rigoberto Larraga Lara y Ramón Rivera Espinosa. Coordinadores
Universidad Autonoma de San Luis Potosí
Universidad Autónoma Chapingo
Universidad de Antioquia

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AUTONOMÍA, INDEPENDENCIA Y AUTOSUFICIENCIA: COMPONENTES DE LA SOSTENIBILIDAD DE LA VIVIENDA TRADICIONAL EN LA HUASTECA POTOSINA, MÉXICO

M. en Arq. Rigoberto Lárraga Lara. 1

Resumen
En la última década del siglo pasado culmino un largo proceso de casi 4 décadas desde Rudovsky hasta la consolidación de ICOMOS a través del comité internacional de arquitectura vernácula CIAV, en donde fueron firmados varios acuerdos internacionales que dieron definición a la arquitectura vernácula y le otorgaron la categoría de patrimonio, actualmente el reto en nuestra disciplina es encontrar los componentes que la hacen autónoma, independiente y autosuficiente, ya que ellos la hacen una actividad sostenible. El objetivo de esta investigación es evaluar la sostenibilidad de los componentes la vivienda tradicional en la Huasteca Potosina a través de 11 indicadores y plantear acciones para su fortalecimiento, de esta forma facilitar la conservación del patrimonio cultural. Metodología. Se trabajo con un universo de 607 viviendas de dos grupos étnicos (Nahua y Teenek) ubicadas en 10 localidades indígenas representativas de la Huasteca Potosina, aplicando de forma aleatoria 82 encuestas. En ellas se aplicaron indicadores adecuados de la metodología de Oktay & Hoskora (2009), y se analizaron los resultados por medio de los ordenadores de multivariables DECORANA y TWINSPAN. Resultados y discusión: en general se puede observar que los resultados analizados en DECORANA para la Huasteca Potosina asocian a los atributos: intercambio solidario de fuerza de trabajo; continuidad de técnicas de construcción; sostenibilidad económica; continuidad del paisaje arquitectónico; y autosuficiencia en la obtención de materiales del entorno inmediato. Twinspan nos describe como primera y gran división una tendencia fuerte entre la autosuficiencia de los recursos naturales insumo de la vivienda y la continuidad del paisaje arquitectónico, la asequibilidad de la vivienda, la continuidad de técnicas de construcción y el intercambio solidario de fuerza de trabajo estos atributos determinan el 78% de la muestra y dan claridad de las relaciones internas.
Palabras Clave: Vivienda tradicional, sostenibilidad, Huasteca Potosina

I-La vivienda tradicional
La vivienda tradicional al igual que la vivienda vernácula, rural, popular autoconstruida, campesina, indígena, y natural, dan una respuesta a las necesidades de habitabilidad de los pueblos en una adecuación continua a su medio ambiente. Las anteriores comienzan a ser estudiadas desde mediado del siglo XX, como respuesta a la homogeneidad de las edificaciones que la arquitectura “moderna” proponía para cualquier parte del mundo.
Siguiendo a Maldonado (2009) entre los exponentes de esta arquitectura (sin arquitectos) se encuentran Moholy-Naguy (1954), Rapoport (1969), Rudofsky (1977) y Oliver (1978). Estos autores definen algunas de las características de estas construcciones como: singulares por su trabajo en comunidad, la importancia que tienen en el contexto natural y físico, por sus cualidades de durabilidad y versatilidad, así como por transmitir su conocimiento de generación a generación.
De acuerdo a Guaraldo y Schwarz (1981), existen las siguientes distinciones conceptuales: las nociones de vivienda rural y vivienda popular se refieren a universos de análisis mucho más amplios y genéricos, ya que la primera abarca cualquier tipo de casa presente fuera de la ciudad y la segunda comprende también a las viviendas de clases subalternas urbanas; la vivienda campesina está relacionada con las condiciones materiales de una clase social específica y excluye las viviendas de los grupos populares rurales que no se identifican con la producción agrícola; la vivienda natural parece hacer  referencia a menudo a elementos teóricos positivistas y románticos; la vivienda vernácula definición demasiado amplia y genérica al definirse como autogestora y artesanal, en general ausencia de arquitectos profesionales; por otro lado la noción de vivienda tradicional prescinde de cualquier denotación geográfica y de clase.
En este texto se utiliza las siguientes definiciones que acotan las características de la vivienda encontrada en la huasteca potosina y que nos permitirá hacer una distinción clara de sus componentes que la hacen sostenible.
La arquitectura tradicional: es el corpus de conocimiento empírico de los pueblos originarios acerca de técnicas y materiales de construcción, principalmente de uso habitacional, con las siguientes características: es didáctica y homogénea; mantiene una estrecha relación entre sociedad y el objeto arquitectónico; en su ejecución interviene el trabajo colectivo; utiliza los materiales disponibles en su medio natural y no intervienen especialistas para su construcción; la arquitectura tradicional respeta el contexto cultural y el medio ambiente; sus cualidades son de durabilidad y versatilidad y se reproduce a través de conceptos y valores trasmitidos de generación a generación. Además, la arquitectura tradicional es dinámica y flexible porque incorpora innovaciones que devienen nuevas tradiciones o componentes de ellas. Asimismo, mantiene viva o actualiza la tradición constructiva prehispánica.
A partir de la arquitectura tradicional se construyen tres tipos de viviendas: la vivienda tradicional primaria; la vivienda tradicional preindustrial o híbrida; y la vivienda vernácula “moderna”, o sustituida. A continuación se presenta una definición para este texto de cada una de estos tipos de viviendas.
La vivienda tradicional primaria (mencionada por Rapoport (1969) como “primitiva”), incluye a aquellas construcciones hechas principalmente por las sociedades indias, que utilizan modelos con pocas variaciones; la practican las comunidades originarias, en donde todos son capaces de construir su propia vivienda, y en el conjunto se logra la uniformidad en el paisaje cultural.
La vivienda tradicional preindustrial o híbrida -Moya (1982) la llama “evolucionada”- es un modelo más flexible que los utilizados en las construcciones primarias, pero conserva una gran parte de sus técnicas, funcionalidad y materiales vegetales y geológicos. A su vez, conserva el sistema de participación solidaria en su construcción, su topología, multifuncionalidad, escala y forma. Utiliza algunos materiales preindustriales pero los ha incorporado eficientemente a su habitabilidad cultural.
La vivienda vernácula “moderna”, o sustituida, está ejemplificada por las viviendas construidas en el ámbito rural con un empobrecido conocimiento tradicional de sus rasgos primarios, donde se utilizan materiales y técnicas exógenas, por voluntad propia o bien, por el uso de los subsidios gubernamentales, en forma de paquetes de materiales industriales.
Las anteriores definiciones nos ayudarán a distinguir los rasgos más sobresalientes de la vivienda tradicional, sus relaciones, dimensiones, categorías de análisis y criterios. Los cuales, nos servirán para establecer los principios generales de la sostenibilidad de la vivienda tradicional.
II-Componentes de la sustentabilidad de vivienda tradicional
La vivienda tradicional demuestra contener ciertos elementos sociales, culturales, políticos, económicos y ambientales que le permiten su continuidad y vigencia a pesar de las distintas intervenciones exógenas del mundo hoy globalizado. Estos componentes de sostenibilidad pueden ser medidos estableciendo metas que permitan ver la distancia del “deber ser” con respecto al estado actual.
Aunque el vocablo sostenibilidad es ajeno al léxico indígena, sus referentes empíricos no lo son porque están presentes en la práctica arquitectónica tradicional, que, a nuestro juicio, contiene los elementos de sostenibilidad siguientes: i) continuidad en el uso ancestral de conocimientos constructivos; ii) continuidad en la conservación del conocimiento arquitectónico ancestral –parte del patrimonio cultural indígena de México-; iii) continuidad en el uso de diversos materiales locales extraídos del escenario mega-diverso de flora y fauna donde se inserta; iv) poca o nula dependencia externa de materiales y conocimientos constructivos, con lo cual se robustece la autosuficiencia y relativa independencia de las comunidades rurales; v) costos de construcción acordes con el contexto económico local caracterizado por baja liquidez y abundancia de fuerza de trabajo; vi) existencia de mecanismos de reciprocidad –como la “vuelta de mano”- que no sólo reducen los costos de construcción también contribuyen a la continuidad de prácticas solidarias tradicionales; vii) conservación del conocimiento in situ porque se trasmite de manera práctica de una generación a otra, de padres y abuelos a hijos y nietos;  viii) participación de la mayor parte de los integrantes adultos, hombres y mujeres, de cada familia en los proyectos de construcción; ix) la diversidad de soluciones arquitectónicas que satisface la mayor parte de sus necesidades de vivienda.
Hasta aquí, se resume el “deber ser” en las siguientes ideas: continuidad del conocimiento de técnicas y manejo de materiales locales; conservación de una identidad cultural, uniformidad del paisaje arquitectónico tradicional; autosuficiencia en la obtención de materiales, de preferencia renovables y de bajo o consumo energético; autonomía de los usuarios para tomar decisiones de gestión y diseño de las construcciones; continuidad del sistema de participación solidaria en la transmisión de conocimiento e intercambio de fuerza de trabajo; independencia de organismos e instituciones para la construcción y mejoramiento de su vivienda; continuidad en el desarrollo local de tecnología tradicional en su proceso de adaptación continua a su medio ambiente; continuidad en la diversidad de espacios y funciones necesarias para satisfacer la mayoría de sus necesidades de habitabilidad de las familias contemporáneas.
III-Estudio comparativo entre la sostenibilidad de la vivienda tradicional nahua y la teneek en la Huasteca Potosina
La Huasteca Potosina es una región tropical subhúmeda que cuenta con remanentes de selva mediana perennifolia, selva baja caducifolia, encinar tropical y palmar (Algara Siller et al., 2009).  La vegetación es de bosque tropical con la mayor exuberancia en la sierra y más escaso en la llanura costera donde predomina el bosque tropical espinoso. La vegetación de sabana se alterna con bosques formados por árboles corpulentos, arbustos y lianas (Algara Siller et al., 2009; Aguilar- Robledo, 2008).
En este contexto geográfico de selvas, bosques tropicales, manantiales, cascadas, pozas, lagunas de aguas turquesa, manantiales termales, flora y fauna diversas y abundantes, se establecieron los grupos humanos nahuas y teneeks que apropiándose de los materiales a su alrededor configuraron su vivienda.
Debido a que la vivienda tradicional se encuentra en toda la región huasteca con diversas variantes y en espacios geográficos de características diferentes, se reconocen como significativas para el presente estudio las viviendas localizadas en localidades indígenas de más de 75% de hablantes indígenas, identificándose un total de 431 localidades de las cuales se seleccionaron mediante un criterio de selección 10.
Localidades seleccionadas:

  1. La Lima, Cd. Valles (UTC 9-ULB-T19-11C-INALI/UAM)
  2. Puhuitze, Aquismón (UTC 10-ULB-T20-3C-INALI/UAM)
  3. Tanjajnec, San Antonio (UTC 12-ULB-T20-4G-INALI/UAM)
  4. Lanim, Aquismón (UTC 14-ULB-T20-5D-INALI/UAM)
  5. Atlamaxatl, Matlapa (UTC 16-ULB-T20-6E-INALI/UAM)
  6. Mayotla, Coxcatlan (UTC 2-ULB-N62-3J-INALI/UAM)
  7. Tlacuapa, Xilitla (UTC 3-ULB-N62-5J-INALI/UAM)
  8. Chiconamel, San Martin Chauchicuautla (UTC 6-ULB-N62-6N-INALI/UAM)
  9. Atlajque, Tamanzunchale (UTC 7-ULB-N62-9L-INALI/UAM)
  10. Zohualo, Tancanhuitz (UTC 17-ULB-T18-14D-INALI/UAM)

Siguiendo la metodología descriptiva de Moya (1984) definiremos las características de las viviendas estudiadas, de lo general a lo particular, en un comparativo de las características que tienen en común y a aquellas en las que divergen.
En las 10 localidades estudiadas se encuentran elementos en común todas ellas son comunidades de menos de 400 habitantes, donde más del 75% de los habitantes hablan lengua indígena, estas localidades están distribuidas desde Cd. Valles al norte hasta Tamazunchale al sur, - en la Huasteca norte las comunidades indígenas son escasas y el porcentaje de habla indígena es menor-. Otra característica común es la dispersión de las viviendas por lotes o parcelas mayores a 1000 m2, además contienen una función polinuclear donde varios núcleos familiares comparten no solo el lote  sino también servicios como la letrina, la cocina o bien el traspatio. La mayoría de las viviendas están en torno a la carretera o bien a caminos ejidales no muy distantes de ella.
En las 10 localidades se encuentran muestras de vivienda tradicional y especialistas en la construcción de éstas. También, en todas ellas se hallan  aún los materiales vegetales de forma accesible a una distancia menor de 15km -con excepción de las localidades nahuas del sur de la huasteca donde comienza escasear el zacate usado en su techumbre-. Las viviendas tradicionales carecen de ventanas y por lo regular ventilan a través de los vanos generados entre varas u otates de los muros.
Los elementos accesorios son distintivos en la viviendas como son el uso de los alerones para guardar madera seca en el exterior de la vivienda, o bien para guardar herramientas, la cocina por lo general de base circular y aún en viviendas hibridas o sustituidas la cocina sigue siendo de tipo tradicional.
Predominan los techos inclinados tanto en la vivienda tradicional como en la hibrida (la cual a pesar de utilizar lamina galvanizada conserva la inclinación y estructura de madera), los pocos casos de vivienda sustituida son techos de concreto planos y alturas 2.40m, en ninguna de las localidades se encuentran techos de concreto inclinados con los ángulos de las viviendas tradicionales.
Algunas viviendas tienen basamento para su desplante como los encontrados a la llegada de los españoles a estas tierras, pero la gran mayoría están desplantadas a nivel de tierra o bien a 20cm sobre tierra compactada.
Existe por lo general una ausencia de colores primarios, pues los dominantes son los colores terrosos, areniscos, o pajosos de los elementos vegetales como el zacate, la palma, el otate y la madera. Algunas viviendas al sur de la Huasteca están cubiertas con lodo y terminadas con cal, aunque cada vez son menos, pues la tendencia es a considerar la vivienda tradicional como una etapa previa e inconclusa antes de la vivienda final sustituida o de materiales industriales, al parecer, razón por la cual, no terminan por completo los acabados de la VT.
La planta arquitectónica de la vivienda corresponde en los general a una planta rectangular de medidas variables pero de promedio 4x6 con alturas de caballete de 4m, tanto las techumbres de zacate como la de palma mantienen cumbreras tejidas en el menor de los casos y cumbreras cubiertas con lamina (sustitución de técnica). Por otro lado las viviendas de planta circular (bohio) en la mayoría de los casos cocinas, rematan sus cumbreras con ollas de barro o bien su sustituto actual neumáticos o cubetas de plástico que coronan la techumbre.
En ninguna de las 10 localidades se encontraron viviendas tradicionales con divisiones interiores, sin embargo las viviendas sustituidas si presentaron por lo menos 2 divisiones para diferenciar una habitación de otra.
En las viviendas tradicionales estudiadas predomina la utilización de maderas duras como el chijol, el tamarindo, el quebracho, el palo de rosa, el mango, el otate, que se utilizan como horcones en esquinas ligados con travesaños con vigas de menor diámetro, generando una base para el caballete el cual lleva cintas en forma de tijeras a los cuatro lados. En la actualidad se esta remplazando las madera duras por otras de mayor rapidez de crecimiento y menor dureza, lo que trae como consecuencia mayores esfuerzos para su mantenimiento y menor tiempo de vida para su uso.
En un 85% de las viviendas estudiadas aún se amarran con elementos vegetales como el bejuco ya que este con el tiempo suele tener mayor resistencia y no deteriora la estructura de los otates o varas, cosa contraria sucede con el uso de clavos ya que con ellos se agrita la madera y termina aflojando la estructura, de aquí el termino coloquial de “amarrar la casa.”
El uso de letrina sigue siendo común, en sus versiones más o menos eficientes sigue localizándose a distancia fuera del núcleo principal de la vivienda. En la parte de Matlapa, Tancahuitz y Coxcatlán se han sustituido por otras más eficientes de materiales industrializados debido a los programas de combate a la pobreza y salud pública, donde organismos gubernamentales y no gubernamentales han impulsado su implementación.
En algunas viviendas ha sido sustituido el fogón tradicional por las estufas ecológicas que ha suministrado el gobierno del Estado y las ONG´s pero en la gran mayoría se utiliza aún la leña como combustible principal para preparar los alimentos.
Hemos mencionado de forma general las características que tienen en común las viviendas estudiadas, en adelante, de forma particular, nos referiremos aquellas características que las hacen diferentes en alguna medida.
En las localidades de la Lima, Puhitze, Tanjacnec, Lanim y Zohualo, de origen étnico Teenek se encontraron mayor número de viviendas tradicionales, y de las viviendas hibridas la mayoría conserva su estructura y muros a pesar de haber sustituido su techumbre por lámina, estas viviendas están ubicadas al norte de Matlapa a orillas de la sierra sobre planicies de cultivo de caña, donde los incendios han propagado la palma “sabal mexicano” y dicha abundancia de material se ve reflejado en las cubiertas.
Contrario a lo anterior, hacia el sur las localidades de Mayotla, Tlacuapa, Chiconamel, Atlajque y Atlamaxatl comunidades de origen Nahua se han dejado perder los remolinos de zacate y se ha descontinuado el recurso a manera de ser sustituido por laminas galvanizadas. En toda esta zona se ha diezmado la vivienda tradicional primaria del total de viviendas rurales donde son mayoría un 70% hibridas y un 20% sustituidas.
En muros se utiliza más el otate por los Teeneks en la parte norte y el carrizo por lo Nahuas en la parte sur de la Huasteca, aunque por su contacto cultural existen localidades como Mayotla y Zohualo donde se encuentran combinadas. La presencia más abundante de los de los ríos en los valles dan una explicación del uso del otate en la parte norte. Por otro lado, el uso del carrizo acompañado de un acabado de barro en los muros en el sur se explica por la altura y el microclima el cual es más frio que en las planicies del norte.
El sistema de intercambio solidario de fuerza de trabajo llamado “vuelta de mano”, medio por el cual se ha trasmitido de generación a generación las técnicas ancestrales de construcción de la vivienda tradicional esta presente en las 10 localidades, no obstante, una característica que hace diferencia al grupo Tennek del Nahua es el numero de especialistas que conserva el conocimiento pues en el sur quedan pocas personas a diferencia del norte con los Teenek.

Vivienda tradicional teneek (VTT). Viviendas desplantadas sobre un firme de tierra con una estructura de horcones de Chijol enterrados y acuñados con piedras, amarrados en forma horizontal con vigas del mismo árbol generando marcos rígidos, principalmente de plantas rectangulares, de dimensiones promedio de 4x6 hasta 4x8, las cubiertas son inclinadas a 2 y 4 aguas con inclinaciones de 45% y altura de caballete de 4m, estabilizada en su  movimiento horizontal con tiras de madera en forma de tijeras, después encintada por tiras de madera a cada 30cm para la colocación de la palma “sabal mexicano” (3000 palmas o 300 manos para una cubierta de 4x6 de claro) los muros son de otate cortados en medias cañas, no cuentan con ventanas y en la mayoría de los casos no están enjarrados, este tipo de vivienda no tiene divisiones interiores, se utiliza la “vuelta de mano” en su construcción, subutiliza el traspatio y es polinuclear en el uso familiar del predio.
El remate de la cumbrera es un elemento característico de la conservación de la técnica tradicional ya que es el elemento de la cubierta en donde se interceptan dos planos inclinados y donde se termina el tejido de palmas en él se hace una costura que en la actualidad pocos indígenas manejan a la perfección, esto ha orillado a soluciones en sustitución como agregar una lamina galvanizada en el vértice de la cubierta.

En la subdivisión VTT se encuentran las viviendas que aún conservan la planta circular principalmente en cocinas o bien en algunas de las unidades de vivienda, utilizan el mismo sistema constructivo con diferencia de la planta arquitectónica la cual es de 5m de diámetro y esta encintada en forma horizontal con anillos de otate el cual al estar aún verde le permite su configuración curva. En este tipo de vivienda el remate de la cubierta esta resuelto con una olla de barro la cual protege el elemento final del tejido, en la actualidad se ha sustituido en algunos casos este elemento por neumáticos de automóvil o bien por cubetas de plástico.

Vivienda tradicional nahua (VTN). Viviendas desplantadas sobre un firme de tierra con una estructura de horcones de quebracho enterrados y acuñados con piedras, amarrados con vigas del mismo árbol generando marcos rígidos, principalmente de plantas rectangulares, y en alguna ocasiones con cabeceras ovales de dimensiones promedio de 4x6 hasta 4x8, las cubiertas son inclinadas a 2 y 4 aguas con inclinaciones de 45% y altura de caballete de 4m, estabilizada de manera diagonal su movimiento horizontal con tiras de madera en forma de tijeras, después encintada por tiras de madera a cada 30cm para la colocación de manojos de zacate, los muros son de carrizo o varas de madera con diámetros menores 10cm en la mayoría de las veces no cuentan con ventanas y muchas de las viviendas están enjarradas, este tipo de vivienda no tiene divisiones interiores, se utiliza cada vez menos la vuelta de mano en su construcción, subutiliza el traspatio y es polinuclear en el uso familiar del predio. El remate de la cumbrera es un elemento característico de la conservación de la técnica tradicional ya que es el elemento de la cubierta en donde se interceptan dos planos inclinados y donde se termina el tejido del zacate en él se hace una costura que en la actualidad pocos indígenas manejan eficazmente, esto ha orillado a soluciones en sustitución como agregar una lamina galvanizada en el vértice de la cubierta.

En la subdivisión VTN se encuentran las viviendas que aún conservan la planta circular principalmente en cocinas o bien en algunas de las unidades de vivienda, utilizan el mismo sistema constructivo con diferencia de la planta arquitectónica la cual es de 3 a 5m de diámetro y esta encintada en forma horizontal con anillos de varas de madera. En este tipo de vivienda el remate de la cubierta esta resuelto con una olla de barro la cual protege el elemento final del tejido, en la actualidad se ha sustituido en algunos casos este elemento por neumáticos de automóvil o bien por cubetas de plástico. 
En las 10 localidades estudiadas se analizaron 82 viviendas de las cuales solo 2 de ellas se encontraron utilizando una cubierta diferente material a las de su contexto, siendo un a localidad teenek donde las VT usan palma en su cubierta apareció una con zacate y viceversa en una VT nahua con una vivienda que utilizo palma en vez de zacate, las observaciones en la entrevista nos llevan a pensar que tres son los factores que determinan el uso del materia, uno de ellos es el conocimiento de su construcción y mantenimiento, el segundo es el gusto por el material y el tercero es el acceso al material. No obstante que la palma se encuentra en localidades nahuas estas prefieren el zacate por su durabilidad que en promedio es de 17 a 20 años a diferencia de la palma de 12-14 años.
La vivienda hibrida (VH) tiene diferentes variantes pero en general son viviendas con modificaciones menores principalmente de materiales, que en lo general conserva la estructura y muros de materiales vegetales, la cimentación, y el caballete de la cubierta con los horcones y vigas tradicionales, su planta arquitectónica rectangular con medidas promedio de 4x6, su innovación esta principalmente en la cubierta, esta es de lamina galvanizada. Algunas viviendas tan solo cambiaron su cubierta por lámina pero algunas otras tienen desde su estructura la preparación de vigas acerradas de dimensiones uniformes para la cubierta de lámina -esta modificación implica la utilización de herramienta especializada y de una dependencia mayor que la observada en las técnicas tradicionales donde las cintas son varas u otates sin ningún tratamiento adicional-. Este tipo de vivienda se encuentra en toda la Huasteca la diferencia étnica es que mientras en las localidades teneek la utilización de este tipo de vivienda es del 50% en las localidades nahuas es del casi del 80%.

Existe más variantes de la vivienda hibrida por ejemplo aquella que cambio sus muros por muros de block de concreto como fue el caso de las 100 viviendas subsidiadas por el Pte. Carlos Salinas de Gortari en “La Lima”, Cd. Valles. En ellas la estructura de madera se conservo y aún la cubierta la cual es de tipo tradicional con palma, este tipo de vivienda se ha repetido en varias partes de la Huasteca con la diferencia en la sustitución de la cubierta la cual en otros lados se ha cambiado por lámina galvanizada. En las localidades más cercanas a la cabecera municipal es más común este tipo de viviendas hibridas y entre más cercanas estén su disposición y hacinamiento sobre el paño de la carretera o calle es mayor, así como el dimensionamiento de su predio, el cual, es menor.

Una característica de la vivienda hibrida es que su funcionamiento, su relación con el traspatio, y morfología en general son muy semejantes a la vivienda tradicional y aun revertir su innovación no es muy lejana pues tienen grandes lazos que las conectan, en una de las entrevistas un informante nos dijo que el estaba dispuesto a cambiar su cubierta de lamina por una de zacate pues no se acostumbraba a ella a pesar de tener ya 10 años con la nueva se le pregunto que cual era el impedimento para tal cambio y nos dijo que el precio y escases del zacate en la zona argumentando que en la actualidad se utiliza el zacate para techumbres de restaurantes y palapas en las ciudades y esto lo había encarecido. Se le preguntó que porque no lo cultivaba y dijo que desde hace 14 años se habían perdido en la zona los últimos remolinos ya que estos si no se trabajan de llenan de plantas y se pierden, la disminución de mano de obra en el campo y el desprecio por las técnicas ancestrales llevaron a ir perdiendo el cuidado del cultivo del zacate en algunas comunidades.

La vivienda sustituida VS también tiene variantes pero en general es aquella que ha cambiado su cimentación por una de piedra de entre 0.60 y 1.20m de profundidad pegada con mortero, rematadas con una cadena de concreto armada con acero con firmes de concreto con acabado liso, muros de block de concreto, son muy pocos los casos de viviendas de muro de ladrillo, o adobe pues hay una ausencia de barro y conocimiento de las técnicas para ello, además transportarlos de otros lados encarece mucho la construcción, algunos muros son de piedra pero son raros los casos, de forma anecdótica y aislada se encuentra una vivienda en Atlacque Tamazunchale de concreto ciclópeo en muros, esta vivienda esta enclavada en la parte alta de la sierra tiene tres cuartos sin ventanas y su usuario la construyo así por que estuvo trabajando en la construcción del camino ejidal y le “sobro material”, pero es un caso aislado, por lo general son vivienda de block de concreto y algunas pocas tienen algún acabado.
Estas viviendas si cuentan con ventanas, las cuales son de madera o herrería, con abatimiento hacia afuera. La estructura es de marco rígido conformada por los block en muro pero estabilizada por castillos de concreto armado, la cubierta por lo general son planas con volados de 40cm, sin pretiles con pequeñas inclinaciones del 5% sin trabajo de enladrillado en azotea, y en ocasiones sin impermeabilización. No observamos casos de viviendas con cubierta de concreto a dos aguas con inclinaciones similares al a vivienda tradicional, pero si encontramos una firme intención de continuar creciendo en una segunda planta por lo cual en muchas ocasiones se ben las puntas de las varillas de los castillos en dirección al cielo dando esperanza de un segundo piso.
En las diez localidades solo encontramos 2 viviendas sustituidas de doble planta que fue el caso de un ex-comisariado ejidal y actual Juez de la Lima, y el Juez de Coxcatlan quienes coronan su posición de autoridad con su casota de dos o tres niveles, fuera de estos caso es más común ver las viviendas sustituidas en cuanto más cercana este la cabecera municipal, a diferencia de la VT y la VH esta tiene subdivisiones en el interior, integran la cocina y el baño como elemento internos a la vivienda, añade la escalera como elemento de circulación vertical, añaden un volado para hacer sombra en reminiscencia de los alerones tradicionales o pórticos arábigos, las puertas dan hacia la fachada principal independientemente de la orientación de esta.

Notas finales
Esta investigación tuvo como propósito identificar y evaluar los componentes de sostenibilidad de la vivienda tradicional en un comparativo entre dos etnias. Sobre todo, se examino, cuáles son aquellos componentes de la vivienda que describen su capacidad de ser autónoma, independiente, autosuficiente, asequible y culturalmente diversa, características que le han permitido adecuase en las distintas épocas conservando técnicas, formas y funciones de origen ancestral, a pesar de las distintas intervenciones exógenas.
De los resultados obtenidos en esta investigación, se puede deducir que la experimentación, adecuación e innovación de la vivienda con materiales industrializados en las últimas 4 décadas parece ser bastante común en la muestra estudiada. La exposición a eventos asociados a: desastres naturales; políticas federales de erradicación de la pobreza; implementación de programas de salud; intervenciones académicas y de ONG`s; escases de recursos insumo para la construcción de la vivienda; un cambio en la concepción de modernidad por parte de los que han migrado; se reportan como los eventos más comunes a los cuales se ha expuesto la muestra. Altas exposiciones a estos eventos eran de esperarse, dadas las condiciones económicas y sociales que prevalecen en la Región Huasteca.
Por otro lado, de estos datos se puede concluir que a pesar de los agentes de cambio, la vivienda tradicional conserva componentes que permiten su continuidad, resolviendo las necesidades de habitabilidad de los pueblos de manera equitativa, permitiendo que existan los recursos –naturales, políticos, económicos, culturales y sociales- para que las siguientes generaciones tengan acceso a las mismas oportunidades. Por ejemplo, el uso del intercambio solidario de fuerza de trabajo como instrumento para transmitir conocimiento y abaratar los costos de la vivienda. Sin embargo, modificaciones en las costumbres o en el medio ambiente han permitido que en el sur de la Huasteca haya escases de zacate, y con ello se ha ido perdiendo la técnica de techar con zacate a pesar la presencia de la “vuelta de mano” en la localidad.
El hecho de que, al momento del estudio, aproximadamente una decima parte de los encuestados al sur de la Huasteca conserven zacate en sus techumbres es indicativo de que ciertos eventos fueron capaces de generar un cambio en el uso de técnicas y materiales en la solución de sus techumbres, condición suficiente como para afectar adversamente su sostenibilidad. Asociado a esto, aproximadamente el 20 % reportó un uso completo de su traspatio y un 70% un uso parcial de éste, lo que marca una tendencia a su deterioro y con éste una dependencia alimentaria, lo cual sugiere que la presencia de algunos programas federales han afectado negativamente a largo plazo a los participantes, especialmente en el ámbito de su autosuficiencia.
De los datos obtenidos, se puede concluir que los principales factores de deterioro de la sostenibilidad de la vivienda tradicional en este estudio son: la pérdida de autosuficiencia en la obtención de materiales los cuales son traídos de distancias mayores a 15km y por lo tanto encarecen su obtención, siendo el caso del zacate sustituido por lamina galvanizada en el sur de la huasteca; la disminución de la autosuficiencia alimentaria en una tendencia al abandono del uso eficiente traspatio; la eliminación de los desechos sólidos domésticos que filtran sus contaminantes a los mantos friáticos o bien los dispersan al aire libre; derroche energético al cambiar los alerones y planos inclinados de las techumbres tradicionales por losas de concreto planas o bien laminas galvanizadas que hace necesaria energía adicional para enfriar o calentar los espacios internos; la sustitución de la vuelta de mano por contratación de especialistas para la construcción de sus viviendas, sobretodo en localidades donde los migrantes mandan recursos y no pueden participar directamente en la construcción pagando a otros para lograr sus objetivos; interrupción del paisaje arquitectónico tradicional al modificarse la tipología ancestral a una en sustitución con características antagónicas al contexto sociocultural y geográfico. Además, se pueden observar viviendas tradicionales inconclusas o deterioradas por falta de mantenimiento argumentado por sus usuarios que su vivienda es provisional ya que algún día la tendrán de materiales industrializados.
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1 M. en Arq. Rigoberto Lárraga Lara, Licenciatura y Maestría en Arquitectura en la Facultad del Hábitat, UASLP; alumno del Doctorado en Ciencias Ambientales del PMPCA de la UASLP, correo: rigobertolarraga@gmail.com