VIDA COTIDIANA, CULTURA Y POBLAMIENTO DEL CAMPUS CIUDAD UNIVERSITARIA DE LA UACJ 2010-2013

VIDA COTIDIANA, CULTURA Y POBLAMIENTO DEL CAMPUS CIUDAD UNIVERSITARIA DE LA UACJ 2010-2013

Alberto Díaz Mata (CV)
Universidad Autónoma de Ciudad Juárez

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9.2 Geo-política en CU

El poder político y simbólico se hermanan en la estructura organizacional y funcional del campus de CU. Ahí el jefe de la División Multidisciplinaria es la autoridad máxima, a la que se subordinan con diferente claridad e intensidad las instancias y agentes que participan en el campus. La unidad administrativa integrado por el personal de intendencia y de apoyo administrativo se encuentra en subordinación total y directa, mientras que la Coordinación Académica y Control escolar aun dependiendo de la jefatura del campus tienen que atender criterios y normas de la Dirección General de Servicios Académicos. Algo semejante sucede con la Unidad de teleinformática; mientras que la Unidad de Atención Médica Inicial -que da servicio a esta comunidad- depende del programa institucional  “Universidad Saludable”. Una relación -de mayor cercanía a las autoridades del campus- se vive en las oficinas de Vinculación y en la Coordinación de Orientación y Bienestar Estudiantil (COBE), dependientes ambas de instancias centrales. El caso más ambiguo de la organización en CU se presenta en las “Coordinaciones de enlace con los institutos”, ya que los responsables de esas oficinas -sui generis- dependen simultáneamente de un Director de instituto y del jefe de la División, sin poder desatender las indicaciones que les hagan los jefes de los departamentos académicos. Es decir mantienen dependencia de instancias de diferente rango. Algo semejante ocurre con los profesores  de tiempo completo y de medio tiempo que de acuerdo al Estatuto Académico dependen del  jefe del departamento académico al que están adscritos y a la vez a la jefatura de la División Multidisciplinaria, pero en este caso la subordinación se mantiene con instancias del mismo rango jerárquico lo que introduce una dosis de ambigüedad, aunque claramente la normatividad institucional confiere primacía a las competencias del Jefe de departamento sobre las atribuciones del Jefe de la división. Caso distinto es el de los profesores con contrato por servicios profesionales, con los cuales se tiene una relación regulada por las condiciones contractuales. Para ellos, que son la mayoría del profesorado del campus de CU, las condiciones son particularmente inciertas. El contrato temporal para ejercer la docencia universitaria en su disciplina o campo de especialidad es prácticamente idéntico a la de todos los profesores de su categoría y regulación laboral. La relación laboral no crea obligación alguna en la institución, más allá del pago de los servicios prestados. Pero la condición de lejanía lo distingue de sus colegas en la misma condición laboral, ya que debe concurrir por sus propios medios a un campus universitario ultraperiférico, o bien trasladarse en los horarios y desde los puntos de partida del transporte institucional en un trayecto que consume una hora de ida y otra hora de vuelta. El acceso, primero al indiobus y luego la creación de un servicio de traslado a los profesores reconoce que las condiciones laborales no son iguales. Este colectivo docente es muy vulnerable, porque debe cumplir las expectativas frecuentemente encontradas de la institución y de los estudiantes, entendiendo de antemano que la insatisfacción  manifiesta, de cualquiera las partes puede derivar en que no sea recontratado. Se trata de un profesorado que parece estar siempre a prueba y sujeto en amplios márgenes de discrecionalidad.
            Los profesores de tiempo completo tienen una mejor condición, aunque la distancia es la misma que para otros docentes, las condiciones no lo son. Para los nuevos PTC existe un periodo de dos años para que la institución decida en base a su desempeño y productividad ofrecerle o negarles (como ya sucedió en CU) un contrato por tiempo indefinido. Pero desde el inicio de labores, cuenta con prestaciones laborales (vacaciones, aguinaldo y servicio médico) y después de un año con acceso a los distintos programas de estímulos para el personal académico. Para los nuevos PTC la búsqueda de aceptación y  reconocimiento es  angustiosa porque deben:

  • mostrar sus competencias para la investigación incorporándose a un Cuerpos Académicos cuya sede se encuentra en los institutos;
  • cumplir las expectativas y cargas  docentes establecidas por el jefe de departamento y el enlace académico en CU;
  • participar en las academias y en programas institucionales de formación docente,
  • debe mostrar sus competencia y destrezas docentes a los estudiantes y,
  • por último estar atento a todos los requerimientos burocrático institucionales como llenado del formato Promep, registro de avances en el RUPI, solicitud de ingreso al SIN, actualización del currículum.  

            Una parte importante del profesorado de tiempo completo cuya sede laboral es exclusivamente CU es de reciente contratación, porque los profesores con alguna antigüedad no aceptaron el cambio de adscripción de su actividad docente, aunque semestre a semestre se incrementa la participación de profesores provenientes de los cuatro institutos ello ha requerido el ejercicio del poder simbólico mediante un proceso que va de la invitación participar en los programas educativos de CU, pero  llega hasta la asignación directa de materias en aquel campus para cubrir la carga docente obligatoria.
            Aunque todos los profesores de tiempo completo están afiliados en alguna de las tres asociaciones sindicales de personal académico, estas asociaciones poco interfieren en el quehacer de los académicos y centran su actividad en la negociación del contrato colectivo de trabajo y en obtener algunas prebendas para algunos de sus agremiados. Las asociaciones sindicales mantienen oficinas de atención a sus agremiados y brindan algún servicio de café para el profesorado miembro de su asociación, ese espacio permite la interlocución y conocer la percepción que tienen los profesores acerca de la institución como de las políticas y prácticas institucionales. Pero estos espacios y servicios no se extienden hasta el profesorado de CU. La impronta del poder centralizado se repite hasta en las representaciones sindicales.  El profesorado de CU recibe una atención mínima y no existe representación, ni siquiera simbólica de estas asociaciones, ahí el profesorado solo cuentan con la cohesión y el apoyo que hayan podido construir con sus pares y sus compañeros de cubículo. Los profesores de CU son prácticamente desconocidos por sus colegas de los institutos, salvo por los miembros del Cuerpo Académico que los apremia por obtener y evidenciar sus logros académicos y con ello contribuir en mejorar el nivel de reconocimiento alcanzado por ese cuerpo colegiado. En los procesos de elección de representantes del profesorado en los órganos de gobierno y de toma de decisiones como los Consejos Técnicos de los institutos,  y del Consejo Universitario, los profesores de CU solo emiten –casi a ciegas- su voto por los candidatos propuestos por el Instituto de adscripción correspondiente. El jefe de la División es el  único representante de la comunidad académica (estudiantes y profesores) en los órganos de gobierno universitarios y su representatividad emana de su cargo, pero no ha seguido ningún proceso de elección democrática.
            El profesor es en el aula el portador del mayor capital cultural en un área específica; pero también portael poder simbólico que emana de su posición y de la autorización conferido por el Estado a las instituciones universitarias para la formación profesional de sus ciudadanos. Autoridad que luego las instituciones delegan en cada docente para que cada uno, vele por el cumplimiento de los objetivos de aprendizaje y el desarrollo de las competencias  atendiendo al modelo educativo y a los criterios de evaluación documentados en las cartas descriptivas. Criterios en los que están implícitos la selección, clasificación y control de los estudiantes, mediante los registros de asistencia y participación objetivados en el otorgamiento de una calificación final. Así el profesor puede dentro de ciertos márgenes: omitir, atenuar o exacerbar criterios institucionales (asistencia, participación, respeto, puntualidad, valor de los exámenes, características de los trabajos, proyectos e investigaciones) quedando en manos del profesor, en su criterio y probidad una parte del destino (al menos académico) de los estudiantes.
            …porque hablé con los profesores, les expliqué mi problema y me dieron chanza de        faltar, solo me dijeron que no fallara con los trabajos. JL. EDU
            Saque ocho siete, pero hable con la doctora y le dije  si  ¿Me podía encargar otro           trabajo?, o que me permitiera corregir el trabajo final. Que me diera una       oportunidad de mejorar un poco mi calificación porque necesitaba un nueve para   alcanzar el promedio, porque si no, iba a perder la beca. Y me dijo…       Mg.PSI
            Pero fuera del aula el poder del profesor cesa y se desvanece, depende ahora de una estructura burocrática que demandará de él diversas formas participación, colegiación y actualización docente. La presencia de los profesores fuera del aula no intimida ni constriñe las actuaciones de los estudiantes. Al ingresar a los lugares y territorios de la comunidad su autoridad desaparece y los estudiantes no parecen dispuestos a aceptar su intromisión en espacios comunes y compartidos por los distintos estamentos como el lobby, los corredores y las cafeterías.  Fuera del aula la única prerrogativa con la que cuentan es el acceso a una zona asfaltada para dejar su automóvil y según su condición laboral un área común para docentes o un cubículo compartido.
            La profesora o profesor sabe,  que ese poder aparentemente omnímodo que posee en el aula, no es tal, que él o ella serán evaluados por sus superiores en la estructura universitaria, por sus pares en los procesos colegiados y por los estudiantes de sus grupos de clase. Cada una de las evaluaciones tendrá su peso particular, pero la evaluación que realizan los estudiantes es central, porque si se trata de un profesor con contrato por servicios profesionales, la evaluación de los estudiantes resulta determinante para poder ser recontratado en el siguiente periodo. Así lo deja entrever la solicitud pública hecha a los estudiantes por la jefatura del campus para que evalúen a los profesores.
            Estamos integrando la planta de profesores del próximo semestre, evalúa a tus   profesores, tu opinión es importante.
            Para los profesores de tiempo completo que complementan sus ingresos con la beca del Programa de Estímulos al desempeño docente, las cosas no son mejores, dos periodos consecutivos obteniendo evaluaciones poco favorables de parte de los estudiantes lo dejaran fuera de ese programa de estímulos. Los profesores lo saben y los estudiantes  si no lo saben lo anticipan o sospechan. El instrumento de evaluación de los docentes enfatiza que el docente consulte, discuta y acuerde con los estudiantes todas las etapas y contenidos del procesos formativo, así se abre el camino a la negociación. En algunos casos el profesor es capaz de escuchar a los estudiantes y luego persuadirlos de la importancia de contenido, de la conveniencia de las actividades de aprendizaje y de la objetividad de los mecanismos de evaluación propuestos y entonces se alcanzan  acuerdados y se construye un adecuado ambiente de trabajo. En otros casos el docente cede o los desacuerdos entorpecen los encuentros académicos en el día a día; incluso los estudiantes llegan a  rechazar al profesor, sabotear las actividades de clase, socavar la integridad del profesor en las redes sociales o intentan establecer colusiones evaluativas  quid pro quo.
            Se han estado burlando por meses en faceboock de los profesores, y así como corrieron a una maestra ahora tiene una lista de profesores que quieren correr… P.P
            En ocasiones se siente la presión de los estudiantes que quieren una     calificación que             no merecen, “… porque si baja el promedio, pierde la beca”, pero también como grupo      hacen presión por los exámenes, los trabajos, las lecturas… continuamente está la           presión para hacer menos y que se les   exija poco. E.S
            En algunos casos las desavenencias entre estudiantes y algún profesor tienen su origen: -según los estudiantes- en un nivel de exigencia excesivo por parte del profesor; en la falta de competencias docentes, o en el insuficiente dominio de la asignatura.
            No es un mal maestro, y si sabe su materia, pero nos ahoga, trabajo tras trabajo.            Encarga muchas lecturas, como si la suya fuera la única materia que llevamos… Est.pP
            …en  Estadística no aprendimos nada, hasta el profesor se confundía con los     problemas, y le dijimos muchas veces a JL (responsable) que nos lo quitara, pero como             era hermano de SC (alto funcionario universitario) nunca nos hizo caso. Est. TS
            La respuesta de las autoridades ante los casos de confrontación varía en cada caso, así se ha resuelto cambiar maestros, o no recontratarlos para evitar conflictos, pero en otro momento se decidió mantener (temporalmente)  al profesor en su asignatura “ para no sentar el precedente” de que son ellos (Los estudiantes) quienes deciden cuáles profesores se quedan y cuáles se van.
            Nosotros logramos que nos quitaran un maestro y era de tiempo completo, la verdad es que enseñaba muy poco, y luego nosotros somos los que vamos a batallar en las siguientes materias. Hablamos con Reyes [coordinador de enlace] muchas veces, hasta que lo cansamos y nos lo cambio- EQB.
            Pero los profesores también expresan sus quejas sobre los estudiantes y sobre los procesos de selección  y admisión de la universidad. Una parte del profesorado entiende que es necesario establecer algunos mecanismos compensatorios o de normalización para los estudiantes que cuentan con menores capitales económicos; para ellos existen entre otras la beca socio-económica. Pero expresan la necesidad de contar con mecanismos de normalización académica para los estudiantes admitidos, que poseen menores capitales culturales y menores habilidades académicas.
            Deberían darles cursos remediales o como hacen otras universidades poner        materias de semestre cero, de matemáticas, de ortografía, de química, de lo que haga falta, para que los grupos estén más parejos. CP.Ing.
            No sé cuál es el contenido del examen de admisión, pero al menos debería tener un        apartado con preguntas del área a la que quieren ingresar, no me explico que entren        estudiantes a llevar materias del área médica y no conozcan ni las partes de la célula.        (Opinión de un docente en la junta de profesores semestre Agosto-dic.2013)
            Otro sector del profesorado parece no haberse percatado que la universidad pública dejó de ser un ente formador de elites, de la nobleza de Estado (Bourdieu, 2001). Ellos demandan mayor rigor, menor cantidad de admitidos y mayores niveles de desempeño. Exigen mantener los criterios aristocráticos de educación universitaria solo para los mejores. Y son ellos quienes al encontrarse con estudiantes con capitales culturales menores a los esperados expresan su rechazo.
            El profesor de contabilidad nos dijo “En treinta años trabajando en la universidad nunca   había tenido un grupo de estudiantes tan malo como este.” Primero generaliza, nos           compara y luego nos etiqueta. Así con que ganas va a             estudiar uno durante el semestre, sabiendo que ya fue clasificado como lo peor en treinta años. Est. C. E.
            Una profesora le expresó directa y personalmente al responsable del campus
            …es que están recibiendo pura basura, puro desecho, estudiantes que no sé cómo         pueden estar en la universidad.
            Los estudiantes del campus CU se han constituido en una comunidad, su nivel de cohesión es posiblemente mayor que en los campi académicos urbanos, porque comparte de manera más clara las condiciones ventajosas y desventajosas del Campus académico de CU. Esto parece haber contribuido en que los estudiantes busque apoyarse unos a otros tanto en las acciones de venta de alimentos, en construir en las redes sociales un ambiente muy permisivo que lo mismo les permite intercambiar información, organizar una fiesta, expresar sus opiniones políticas, de género, sus prejuicios, sus aspiraciones o exponer sus preferencias afectivas o sexuales, pero también para  denostar y organizar  ataques en contra de: profesores, al hacinamiento y horarios del indiobus, a la oferta y asignación de materias; o a la cafetería por sus altos precios. En todos  los casos resulta evidente que los estudiantes exploran el potencial político y el efecto de la presión que pueden ejercer en las redes frente al poder institucional y del profesorado.
            La historia nos muestra que en la universidades medievales los estudiantes fueron el componente más importante en la creación de esta nueva institución, que la universita  o gremio de estudiantesconcentró la mayor parte del poder interior y los puestos de rector de la universidad o de los colegios mayores, que luego se pasó a un una estructura bicéfala de dos rectores uno de estudiantes y otro del profesorado, para que finalmente consolidarse la universita magistrorum en la que los profesorescon base en la práctica de exámenes, se hiciera con el poder en las aulas universitarias. Luego con la consolidación de los Estados modernos el poder de gestión paso a depender de una simbiosis o colusión entre el poder público y al menos una de las tribus académicas dominantes (Bourdieu, 2008). Mientras que el poder de los estudiantes se repartía primero en las “Naciones”, luego en las fraternidades y sociedades de alumnos hasta quedar pulverizado. Estas relaciones poco han cambiado. En las universidades públicas estatales la representación paritaria entre profesores y estudiantes en los órganos colegiados de gobierno universitario anuncia que ambos colectivos  detentan un poder  equiparable -al menos en el papel- en la toma de decisiones institucionales, la realidad evidencia, que el poder simbólico no se distribuye, sino por el contrario se centraliza hasta hacerse unipersonal. En los órganos colegiados, el capital cultural de los profesores, la autoridad que emana de las posiciones directivas y el poder simbólico del rector terminan por avasallar a la representación estudiantil, e incluso constriñe las voces de la representación docente. En ese contexto de asimetrías del poder, los estudiantes de CU son parias, no cuentan con organización alguna, tampoco disponen de representación en los órganos universitarios colegiados; ellos no tienen voz y tampoco voto. Desconocen la organización institucional y las formas de participación, además parece interesarles poco todo lo que pueda asociarse con política. Lo que si saben es que los representantes estudiantiles por los que han de votar se encuentran en los institutos, de ahí viene a CU, solo a colocar propaganda, una manta, un par de carteles y nada más, nunca vuelven, no tienen una sede o un despacho en  donde se les puedan encontrar, para darles a  conocer las necesidades de los estudiantes que pueblan este campus académico. Los estudiantes de CU sienten que en muchos sentidos no son parte de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, que están solos, pero al menos cuentan con la comunidad de campus. El poder que a los estudiantes realmente  importa, es el poder que afecta su vida cotidiana y sus posibilidades de éxito escolar, el poder colectivo que posibilita el ambiente  de libertad  que viven en campus; el poder que ejercen a través las redes sociales, redes por las que también fluye su mundo afectivo. Con ejercer esas formas de poder, por el momento parece serles suficiente. Los derechos de los estudiantes de los cursos más avanzados o las concesiones de género no se encuentran entre las prácticas de esta comunidad, ni tienen significado alguno. Ocupar inicialmente un espacio o la cantidad de miembros del grupo, define sin confrontaciones, sin violencia física o verbal, la apropiación de un territorio en  los espacios comunes, en este sentido la comunidad universitaria se rige muy claramente bajo las normas del poder simbólico.
            Los intendentes y conserjes que en un inicio fueron parte importante del apoyo que se brindaba a los nuevos pobladores, y a quienes los primeros estudiantes reconocían por su nombre, han ido perdiendo su influencia y cada vez son más los estudiantes que desatienden sus pedidos y crece el número de estudiantes que llegan a confrontarlos.
            Le llame la atención a unos estudiantes que después de comer aventaron el papel          aluminio a la basura, algunos le atinaron y otros no. Yo les dije que recogieran los       papeles que habían tirado y uno de ellos se me enfrentó.
            No, no los vamos a recoger, para eso estas tú, para eso te pagan, para que limpies. Int. Ed A (2)            .
            Se trata de comportamientos poco solidarios de algunos estudiantes, particularmente desagradable si se considera que en estamento de intendencia se encuentran laborando padres y madres de estudiantes de CU. Incluso un intendente es simultáneamente estudiante en  el campus ICSA.
            En los espacios comunes o en los territorios ocupados por estudiantes, los docentes permanecen al margen, ya que solo unos pocos logran que sus llamadas de atención reciban la respuesta esperada. Se trata más de una práctica de resistencia que de un desafío,  porque parecen más receptivos cuando el mensaje o la solicitud proviene de los profesores más antiguos y conocidos, o de los miembros del equipo de gestión, como el coordinador académico, la responsable de COBE y los enlaces académicos porque ante ellos los estudiantes deben presentar solicitudes o trámites diversos y, siempre es mejor mantener la relación con la autoridad burocrática en buenos términos. Aunque tampoco hay mayor esmero en la atención porque los estudiantes van descubriendo que no basta con la comprensión y buena disposición de estos gestores, que siempre hay una autoridad central o de los institutos en la que recae el poder de autorizar o rechazar una petición.
            Estuvimos pidiendo el cambio primero con el coordinador y con el Maestro          Escudero, también fuimos –varias veces-  hasta académicos para hablar con el        director y nunca nos hicieron caso. Hasta que fue el papá de mi compañera que -es        profesor- y habló con el de Académicos, entonces ya le autorizaron el     cambio, pero     solo a ella. Nor.Psi
            También atienden -y cuando les es posible eluden- al responsable del campus, que si bien no todos identifican, el tono de la comunicación y el uso de saco que porta como vestimenta cotidiana, anuncian que se trata de alguien con alguna autoridad dentro del campus. Quienes mejor lo identifican son los estudiantes  “vendedores furtivos” a quienes ya ha advertido de las consecuencias de un comportamiento reiterado en la venta de alimentos.
            Por lo demás este campus universitario como cualquier otro, está territorializado por estamentos cada uno dispone de un espacio, con el mobiliario, equipamiento y apoyos adecuados a su función, actividad y posición en la jerarquía institucional.

  • Estrecho, precario y compartido para los intendentes, al lado de los enseres de limpieza.
  •  más amplio y luminoso para los administrativos, en planta baja, con escritorio, silla secretarial, equipo de cómputo y extensión telefónica,
  • espacio personal, semiprivado, pero compartido con otros PTC en primeras y segundas plantas, amueblado con escritorio, silla secretarial y equipo de cómputo. Algunos cuentan con estudiantes en ayudantía docente.
  •  espacio común y compartido para  docentes de dedicación parcial dotados de una gran mesa y sillas,
  •  espacios personales, semiabiertos pero acotados por medios muros, en planta baja para los enlaces académicos. Amueblados con  escritorio, silla secretarial o ejecutiva, computadora, impresora, archivero, librero, extensión telefónica y apoyo de asistentes becarios 
  • espacios privados para el responsable y para el administrador del campus, dotados de escritorio, sillón ejecutivo, computadora de alto desempeño, librero, extensión telefónica y asistente.
  • Estacionamiento exclusivo, personalizado y próximo al área de trabajo para el responsable del área, y el cuerpo de gestión, vehículos oficiales y discapacitados.
  • Estacionamiento asfaltado, compartido –hasta donde quepan- para el personal docente.
  • Estacionamiento de tierra y sello asfaltado, compartido por todos los miembros de la comunidad de CU,
  • espacios y servicios de biblioteca, cómputo, acceso a internet, baños, bebederos y cafeterías, comunes y compartidos por todos los pobladores de esta comunidad, pero con claro predominio de los estudiantes.
  • Espacios áulicos y de docencia, compartidos por estudiantes y profesores. 

            En estos espacios que constituyen el hábitat de CU, cada uno de los pobladores, según su estamento y posición, regula sus actuaciones e interacciones, dentro de los tonos, intensidades y márgenes de libertad que cada ámbito y momento institucional tolera o que el anonimato posibilita.