ESCENARIO INTERNACIONAL, VENTAJAS Y DESVENTAJAS PARA MÉXICO Y LAS EMPRESAS

ESCENARIO INTERNACIONAL, VENTAJAS Y DESVENTAJAS PARA MÉXICO Y LAS EMPRESAS

Mónica Teresa Espinosa Espíndola (CV)
Adolfo Maceda Méndez (CV)
Francisca Adriana Sánchez Meza (CV)
(Coordinadores)

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¿Ventajas competitivas o comparativas en BRIC?

Raúl Netzahualcoyotzi Luna1
Aurora Furlong y Zacaula2

Introducción
Las economías de Brasil, Rusia, India y China (BRIC), están cambiando sus ventajas comparativas por mayores ventajas competitivas ante las tendencias negativas de la economía internacional producto de la crisis global-y la recesión en las economías centrales- en lo que se refiere a recepción de flujos de capital e inversión productiva en los últimos años.
Vincular los procesos de globalización y buscar las ventas competitivas para el grupo BRIC es particularmente esencial. ¿Cómo se logran?, Estas se desarrollan mediante  un proceso de planeación o implícitamente en las actividades de sus departamentos funcionales, como señala Porter: “Toda empresa que compita en una industria tiene una estrategia competitiva ya se explícita o implícita” (1982, p. 9).
En los procesos de globalización que vivimos, son las empresas que explícitamente planifican por lo menos las políticas de los departamentos funcionales, para que sean coordinadas y canalizadas hacia un conjunto de metas las que triunfan y consiguen una posición óptima en el mercado.
Pero el mercado, al no ser un lugar estático ¿Cómo la empresa debe reaccionar con los distintos competidores y de qué manera asegura su posición a largo plazo? Lo fundamental al responder esta cuestión, es analizar la industria en su conjunto y predecir su evolución futura; entender a los competidores y su situación, traducir el análisis en una estrategia competitiva  de una compañía.
Es por esto que lo principal, es entender el modelo de las cinco fuerzas o factores de competencia que habitan en el sector industrial y sus posibles consecuencias, es decir un modelo para predecir la evolución de la industria. Al haber entendido lo anteriormente mencionado, sirve para diseñar la estrategia competitiva en algunos tipos importantes de ambientes industriales, indispensables, para determinar el contexto estratégico donde compite una compañía, las opciones disponibles y los errores estratégicos comunes lo que nos lleva al último punto, un examen sistémico de los tipos de decisiones estratégicas que encaran las empresa competidoras en una sola industria, dicho de manera simple, la aplicación de las herramientas analíticas (que serán mencionadas a continuación) más factibles, en la consideración administrativa de cómo dirigir y motivar la organización.
Porter nos menciona que la estrategia competitiva “consiste en tomar acciones defensivas u ofensivas para establecer una posición defendible en una industria para afrontar eficazmente las cinco fuerzas competitivas y con ello conseguir un excelente rendimiento sobre la inversión de la compañía” (Porter, 1982, p. 51).
Estas fuerzas, siendo las responsables de afectar a las compañías y sus distintas capacidades, puesto que de ellas decidirán el éxito o el fracaso y la fortaleza de éstas, determinan el nivel de la inversión e impulsa el rendimiento al nivel del libre mercado. Las cinco fuerzas competitivas son: la entrada de nuevos competidores, la rivalidad entre los competidores, la presión de los productos sustitutos, la negociación de los compradores, y el de los proveedores. ¿Qué países o grupo enfrento desde diversos aspectos desarrollar sus ventajas competitivas?

Iniciativa Sur-Sur
Podemos señalar que en el siglo XXI  la relación de las nuevas economías emergentes marcara no sólo una relación horizontal Sur-Sur, sino un nuevo diseño para los países de nueva industrialización y de poder del nuevo orden mundial.
En este nuevo centro de poder se encuentra los países del grupo BRIC, donde China, India y Brasil, cobran valor primero por ser  densamente poblados y por ejemplo en la nueva demanda de hidrocarburos están entre los diez consumidores principales de energía en el mundo. Estas tres naciones albergan el 40% de la población mundial y en conjunto consumen más de la mitad de la demanda energética de los países en desarrollo. Antes del 2030, serán responsables del 42% del crecimiento de la demanda de energía del todo el mundo.
De ellos, la importancia de la región asiática comienza a ser relevante en el siglo XXI. Entre 1990 y 2008 el peso de Asia (sin contar Japón) en el producto bruto mundial (en paridad de poder adquisitivo) ha pasado del 13% al 25%. Particularmente hay que resaltar que China es ya la segunda economía del mundo (lugar que ocupaba Japón) y se convertirá en la primera potencia económica entre 2025 y 2030. En los años veinte, la India pasará a ser la cuarta mayor economía del mundo 3. Si miramos hacia el futuro, las previsiones de Goldman Sachs indican que el PIB de China duplicará al de EEUU hacia el 2050, fecha en que India conseguirá igualar al producto interno estadounidense (Bustelo, 2010),
En plena recesión global, el auge de estos países, se puede observar que es más una “re-emergencia” que otra cosa, ya que China e India van camino de recuperar el peso relativo que tuvieron hasta finales del siglo XIX.
China se ha especializado en la exportación de productos industriales. India no prevé una competencia en gran escala en las manufacturas, pero paulatinamente está cambiando sus ventajas comparativas por ventajas competitivas buscando nuevos nichos en servicios de tecnologías de la Información (STI), como software y servicios relacionados, actividades de Business Process Outsouring (BPO) como los call centers e incluso las de Knowledge Process Outsourcing (KPO) así como los análisis financieros, los diagnósticos médicos a distancia, etc.
Por otro lado hay complementariedad estructural en la atracción de inversión extranjera directa (92,400 millones de dólares para China y 45.600 para India solo en 2008), inversión en cartera de bonos y, seguramente también, en el acceso a los recursos energéticos, o el acceso a las materias primas no energéticas,  aunque se observen todavía nuevos panoramas.
China tiene una mayor integración en la economía mundial, mejor nivel en su infraestructura y una industria mucho más desarrollada que la India, que en cambio, presenta una población más joven (y, por lo tanto, va a tener hasta 2035 una “ventana de oportunidad” demográfica que en China está desapareciendo), y un sistema político más abierto, entre otra ventaja.
China estará en el centro de la geopolítica incluso si el camino de este país hacia el poder global no es necesariamente lineal: China ha tenido habitualmente tasas de crecimiento del PIB de más del 10% anual durante los últimos años como un elemento a observar para su alto crecimiento. La crisis global ha ido reduciendo este alto crecimiento, pero no comparable con muchos países de mayor desarrollo industrial.
En este trabajo se persigue analizar e identificar, los principales indicadores que en relación al impacto en la economía han sido vitales para el desarrollo de las cuatro economías pues son sustanciales para el desarrollo de políticas estratégicas de cualquier país en relación con el exterior y como se han expresado para sustituir paulatinamente sus ventajas comparativas basadas en trabajo intensivo para ir desarrollando sus nuevas ventajas competitivas en uso intensivo de capital.

Dilemas del crecimiento
Hubo dos caminos para la inserción internacional para las economías en desarrollo. Por un lado el que eligieron en el grupo de Brasil, Rusia, India y China (BRIC), de reformas primero con apertura y alto crecimiento, buscando ventajas competitivas. En el segundo grupo  los países que  siguieron los patrones de desarrollo marcados por las estrategias diseñadas desde el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial en el marco de los procesos de globalización y que mantienen sus bases de crecimiento en las ventajas comparativas tradicionales.
La mayor parte de las economías en desarrollo transitaron por los parámetros de apertura- paralelas a las privatizaciones de sectores estratégicos- y privilegiando el vinculo con los mercados internacionales, sin protección de las empresas y su entorno de competitividad internacional. Mantienen solo sus ventajas comparativas y exportaciones tradicionales, dependiendo del continente y su principal fuente de ingresos vinculados a sus mercados externos.
El dogma del mercado se convirtió en el principal objetivo de la globalización: abrir fronteras en todas las ramas económicas en el entorno de las reformas “estructurales”, como ha sido el caso de México:  se pretendió dar continuidad al paradigma del modelo neoliberal con la estabilización macroeconómica (reformas jurídicas tributarias y jurídicas) para lograr el equilibrio presupuestal, sin embargo los resultados solo están marcados por un crecimiento de las exportaciones en menor medida que las importaciones de bienes intermedios y lo único que se generó es mayor dependencia del exterior, particularmente con economías desarrollas de Estados Unidos, Europa, Japón y China.
Cabe tener presente que nuestro país es exportador de materias primas- el petróleo como generador de un tercio de la base presupuestaria- lo que nos coloca en un perfil de vulnerabilidad mayor. Ante la falta de apertura – del factor trabajo- en la frontera norte, dentro del marco del mayor Tratado comercial del mundo (NAFTA, por sus siglas en inglés) en la década pasada y por la diferencia cambiaria (doce pesos por un dólar en diez años),  migraron más de 11 millones de mexicanos que con grandes esfuerzos por su situación indocumentada envían parte de sus ingresos como remesas, siendo el segundo ingreso nacional del país.
El deterioro de la economía mexicana, pese al discurso oficial de que los resultados serán promisorios con los once Tratados comerciales, con ínfimos resultados en materia de comercio, dieron como resultado mayor importación de granos básicos del consumo nacional así como (frijol, maíz y azúcar) la anulación de aranceles desde 2008 para estos productos, provocando el éxodo de migrantes que se incremento desde la firma del TLCAN principalmente, orillando a vivir en la pobreza a la población en general.

Grupo BRIC
Es fundamental, afirma Amorin, distinguir entre utilizar el término o acrónimo “BRIC” en singular, como referencia al grupo en que interactúan Brasil, Rusia, India y China, y emplear el plural “BRICs”, cuando se remite a la noción de cuatro países emergentes que, siguiendo sus propios cursos de desarrollo, deben desempeñar un papel creciente en la economía mundial de acuerdo con estudios realizados por el sector privado4
El concepto surgió en 2001 en un informe elaborado por Jim O´Neill, economista jefe del banco de inversión Goldman Sachs, titulado Building Better Global Economy BRICS.  El estudio analizaba las perspectivas de crecimiento económico de Brasil, Rusia, India y China en los 10 años siguientes y concluía que se produciría una modificación profunda del panorama financiero internacional en un futuro no distante y, por tanto, los formuladores de política económica deberían estar atentos a ese cambio.
EL asunto se retomó en 2003 en el estudio Dreaming with BRICS: The Path to 2050, en que se efectúan proyecciones económicas hasta 2050, a partir de dos elementos: el ritmo de crecimiento económico y la población de cada país. Se constataba que los BRICs destacan por sus dimensiones territoriales y poblaciones, así como por sus medidas históricas de crecimiento, que les garantizan un potencial de avance económico sostenido de largo plazo. El informe pronosticaba que los BRICs tendrían un lugar definitivamente establecido entre las mayores economías del mundo (Amorin, 2010: 24)
La consolidación del concepto se dio en función del hecho de que el desempeño económico de los BRICs, a lo largo de los años siguientes al informe, en realidad supero sus proyecciones iniciales, confiriendo todavía mayor credibilidad a la tesis que defendía. Eso condujo a la elaboración de un nuevo informe de Goldman Sachs: BRICs and Beyond, que aborda el crecimiento de los BRICs, así como de un grupo de 11 países que pasaron a conocerse como Next Eleven o N-11: Bangladesh, Corea del Sur, Egipto, Filipinas, Indonesia, Irán, México, Nigeria, Pakistán, Turquía y Vietnam.
Desde el punto de vista político-diplomático, el BRIC representa algo diferente, pero no desvinculado de sus orígenes. Así, como en otras áreas, la idea BRICs se propagó en los medios gubernamentales, entre los formuladores de políticas, y ciertamente atrajo la atención particular en los cuatro países de la sigla. El BRIC comienza entonces a existir como mecanismo. Su creciente consolidación se dio por encuentro entre autoridades de los cuatro países, y se inició con reuniones ministeriales en paralelo a las últimas sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas.
Los BRICs son países emergentes, de enorme extensión territorial (Rusia, con 17 millones de Km2; China, con 9,3 millones; Brasil, con 8.8 millones; e India, con 3,2 millones), una elevada población (sólo China representa cerca de un quinto de la población mundial, seguida de cerca por India (15%) y, bastante más lejos de Brasil (2,9%) y Rusia (2,2%), cuyo número de habitantes no deja de ser significativo, unos recursos naturales y energéticos considerables, un rápido crecimiento económico y un importante desarrollo tecnológico. 
El comercio entre los cuatro se ha desarrollado de manera significativa y con gran complementariedad. Tomando a Brasil como ejemplo, cabe destacar que entre 2003 y 2008 el comercio Brasil-Rusia aumentó de 2 000 millones de dólares a 8 000 millones; el comercio Brasil-India pasó de 1 000 millones de dólares a 4 000 millones; y el comercio Brasil-China, de 6,700 millones a 36,400 millones. Sumando los datos, se puede comprobar que el comercio de Brasil con los demás miembros del BRIC creció de 9,800 millones de dólares en 2003 a 49,000 millones de dólares en 2008, un aumento del 500%.
De cualquier modo, cualquier otro índice o dato económico que se tome en cuenta-demanda agregada, consumo y producción de commmodities, inversión extranjera directa, reservas internacionales- revelan que el grupo tiene un peso significativo y margen para aumentar sus relaciones económicas. (Amorin, 2010: 26)
Algunos rasgos esenciales de la posible alianza económica y con mayor proyección que un listado de problemas comunes de los países BRIC se sustentan en que China e India, serán los grandes proveedores mundiales de tecnología y servicios. En el otro lado, Brasil ocupará una posición de liderazgo en biodiversidad, minerales de hierro, etanol y alimentos mientras que Rusia lo hará en la industria del armamento y como proveedor de petróleo y gas natural. 5
Entre los temas que han estado en la agenda de la II Cumbre del Grupo, destacan la crisis económica mundial, la reforma de la Organización de Naciones Unidas, un nuevo enfoque del comercio mundial, la búsqueda de una moneda alternativa al dólar como moneda de referencia en el comercio internacional6 o reglas más transparentes y cambios en las instituciones financieras internacionales, para dar mayor participación de los países del Sur Global.
A inicios  del presente siglo, el PIB de cuatro países, señala el autor del acrónimo del BRIC: Brasil, Rusia, India y China, que representaban el 8 por ciento del PIB mundial por aquel entonces, verían cómo su peso en la economía mundial aumentaría significativamente en la próxima década. Observó que el PIB de China ya era mayor que el de Italia, un miembro bien afianzado del grupo de las superpotencias económicas del G-7 y que, durante la década siguiente, empezaría a superar a algunos de los otros miembros del G-7. Predijo que si se daba una serie de condiciones altamente favorables, cuando por entonces parecían bastante improbables, Brasil podría aumentar en 2011 su PIB hasta <<alcanzar a Italia>> en 2010, lo que la convirtió en la séptima economía más importante del mundo, con un PIB cercano a los 2.1 billones de dólares. El PIB total de esos países casi se ha cuadruplicado desde 2001, pasando de estar cerca de tres billones de dólares  a una cifra entre once y doce billones. La economía mundial ha doblado su tamaño desde 2001, y un tercio de este crecimiento corresponde a los BRIC. El aumento de sus PIB combinados fue más del doble del PIB de Estados Unidos y el equivalente a la creación de otro nuevo Japón más una Alemania o cinco Reinos Unidos, en una sola década 7
Hay que tomar en cuenta otras opiniones-no tan optimistas- sobre un balance de poder desde la relación Sur-Sur, como apunta Daniel W. Drezner quien: analiza los cambios en la distribución del poder económico y nos advierte sobre los peligros de exagerarlos. No podemos concluir que el mundo ya es otro porque el G20 ha desplazado al G8, ha surgido el grupo BRIC, China ha desbocado a Japón como la segunda mayor economía del mundo y amenaza con alcanzar a Estados Unidos en menos de tres lustros. Hay que distinguir, asegura Drezner, entre el poder estructural (la capacidad de modificar el entorno económico y político, es decir, los mercados de capital, las estructuras de gobernanza, la sociedad civil, las ideologías) y el poder relacionado (la capacidad de ejercer influencia entre otros). Tampoco es igual el poder de disuasión (que permite eludir las presiones de otros), que el poder para obligar o compeler a otros. Si se consideran estas distintas formas de poder, los cambios en la distribución del poder económico no son lo que parecen8 .
El eje fundamental de la convergencia es la visión de la necesidad de un ordenamiento multipolar, más ecuánime y equilibrado.

  • Reunión, al menos anual, de ministros de Asuntos Exteriores que, si no se celebrara en otro contexto, queda fijada cuando tengan lugar las asambleas generales de la ONU.
  • Encuentros de ministros de Finanzas y presidentes de los bancos centrales en paralelo a las reuniones del G-20 financiero, del FMI y BM.
  • Diálogo sobre temas de seguridad.
  • Discusiones sobre cuestiones de agricultura y seguridad alimentaria.
  • Cooperación entre cortes supremas.
  • Consultas respecto a cuestiones de energía.
  • Promoción de encuentros empresariales.
  • Colaboración entre bancos de desarrollo.
  • Celebración de conferencias anuales entre instituciones de investigación y think-thanks.
  • Análisis de las posibilidades de ampliación del campo de cooperación, para incluir áreas como ciencia y tecnología y organizaciones no gubernamentales.

Se puede afirmar que el BRIC se inserta en el ámbito de los mecanismos interregionales, de carácter informal y multilateral (o minilateral, si se prefiere). De la misma naturaleza que el BRIC, o de naturaleza similar, son el Foro de Diálogo India, Brasil y Suráfrica (IBSA), la Cumbre América del Sur –Países Árabes (ASPA), el Foro de Cooperación Asia Oriental-América Latina (Focalal), la Cumbre América del Sur-África (ASA), por citar algunos de los foros que Brasil integra; o el G-8, las cumbres China-África e India-África y la Conferencia de Tokio sobre Desarrollo de África (Ticad, en sus siglas en inglés).
El surgimiento de esos grupos refleja al mismo tiempo una nueva realidad del escenario internacional y el anacronismo de algunas estructuras del sistema multilateral. La nueva realidad se refiere, sobre todo, a la creciente relevancia de un número también creciente de países en desarrollo. Aunque manteniendo claramente sus características, estos países dan muestras de que dejan de ser periféricos y adquieren relevancia como actores en el sistema internacional.
Ciertamente India, cuyas exportaciones de software rebasaron los 17.000 millones de dólares en 2004 – comparada con los 2.800 millones de las exportaciones chinas – aspira a conseguir un pedazo del mercado chino de servicios informáticos. Así, hasta ahora, las actividades de las empresas de software indias en China se han centrado en servir a las filiales de las multinacionales con las que ya trabajan en otros mercados. (Arias, 2006: 88)
En esta nueva relación, China exporta a India componentes y productos industriales de mayor valor añadido, como maquinaria eléctrica y máquina-herramienta que, en 2005, representaron el 40,4 por cien de sus exportaciones al mercado indio, que alcanzaron 8.935 millones de dólares.
Aunque la fuerte demanda china de materias primas, que ha contribuido a elevar su cotización hasta máximos históricos, beneficia a corto plazo los términos de intercambio indios, a largo plazo la volatilidad de los precios de bienes primarios y la dependencia india en las exportaciones de un solo material juega en su contra.
A la escasa diversificación hay que añadir la asimetría de la estructura comercial: India representa el dos por cien de las exportaciones totales chinas, mientras que China representa más del siete por cien del total de las exportaciones indias. (Arias, 2006: 91).
Una nueva faceta en las relaciones bilaterales es la creciente rivalidad entre ambos vecinos por adquirir yacimientos petrolíferos en terceros países. Tanto India como China dependen de las importaciones de crudo para paliar sus necesidades energéticas. Posición diferente la de Rusia, que es proveedor para Eurasia
Brasil está en una situación intermedia con China e India, tanto en su posición estratégica, ya que se encuentra en la esfera latinoamericana, así como ser parte de los nuevos países emergentes, con vasto territorio y grandes recursos naturales, entre ellos hidrocarburos, vitales en el mediano plazo, para que en conjunto (BRICs) se conviertan en los  promotores de una nueva economía mundial.

Conclusiones
La inserción del grupo BRIC a los escenarios internacionales, tendría que enfrentar varios obstáculos, particularmente el proyecto global de Estados Unidos en áreas donde existe cierta influencia económica, por varias décadas. Por otro lado hay que valorar las iniciativas de otros países, su peso en la economía mundial y el entorno geopolítico: Brasil en América- su papel en Mercosur-, Rusia en el continente euroasiático, India en el sur de Asia y China como principal actor internacional.
 Para cada unos de los países en un periodo de transición por la crisis global que es incierta,   sin salida inmediata, pero que están cubriendo varios aspectos relevantes:

  • Grupo del mayor dinamismo y se convertirá en las próximas décadas en el mayor crecimiento mundial. China como taller industrial del mundo.
  • Nuevo actor internacional en la geopolítica mundial. Resurgimiento de Rusia
  • Generará nuevas ventajas competitivas como la India en sectores estratégicos

Referencias
Amorin, Celso, (2010), ¿Existe realmente el BRIC?, Economía Exterior, Nùm.52 Primavera
2010, pp. 22-28. Madrid.
Arias, Julio, (2006),  India y China: miradas cruzadas, en Política Exterior, vol. XX, núm.
112, julio/agosto. pp. 85-98, Madrid.
Michael E., P. (1982). Estrategia competitiva técnicas para el análisis de los sectores
industriales y de la competencia. CECSA, México.

Netzahualcoyotzi L. Raúl y Furlong Aurora, (2011) Política Energética en los BRIC. Crisis
y efectos en la política económica de México, Fomento Editorial BUAP.
Morales, G. Isaac y Toro, María Celia, (2012) Capacidades y opciones estratégicas de las
potencias emergentes en el siglo XXI, Revista mexicana de Política Exterior, No. 94 febrero.

1 Profesor de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, correo electrónico: raul.netza@correo.buap.mx

2 Profesora de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, correo electrónico:zfurauro@yahoo.com.mx

3 Chindia: economías complementarias y la cada vez más convergencia en su política exterior  y sus intereses estratégicos, término utilizado por el político indio Jairam Ramesh, quien publicó en 2005, siendo parlamentario del Partido del Congreso, un libro titulado Making Sense of Chindia

4 Celso Amorin es Ministro de Relaciones Exteriores de Brasil, en base a la referencia de O´Neill

5 Calduch, 2011, Brasil, Rusia, India China: Realidad Geopolítica Singular, p.8

6 Entre los objetivos es llegar a un acuerdo para utilizar sus propias monedas en su intercambio comercial- de hecho, ya lo están haciendo Brasil y China- a fin de abandonar progresivamente el uso del dólar como moneda de referencia. Ya en la I Cumbre BRIC, se terminó con una declaración reclamando: <<Un sistema de divisas estable, predecible y más diversificado>>

7 O´Neill, 2011, El mapa del crecimientop.12

8 Citado en Morales-Toro, 2012, p.13