En el presente capítulo se presenta un esbozo sobre el surgimiento y la evolución histórica de las instituciones que constituyen la Seguridad Social, además se fundamentan los presupuestos teóricos y jurídicos para su aplicación en Cuba.
Con la evolución de las relaciones de trabajo en que ha incursionado la especie humana para satisfacer sus necesidades materiales y espirituales, se han institucionalizado distintos diseños y sistema de Seguridad y Asistencia Social, de acuerdo con el desarrollo de las relaciones de producción. Siguiendo este criterio, el investigador realiza un análisis de los principales aportes en los diferentes sistemas de Seguridad Social en Europa, Norteamérica, América Latina, hasta llegar a las especificidades de Cuba.
EUROPA.
Unos de los dos grandes antecedentes de lo que es la Seguridad Social en la actualidad, fueron instrumentados en Alemania en la primera mitad del siglo XIX, época en que el desarrollo industrial alemán recibe un fuerte impulso que alcanzó su auge en el año 1850. Este periodo se caracterizó por la emisión de políticas tendientes a favorecer el desarrollo industrial, generándose un acelerado aumento de la producción manufacturera, lo que permitió la unidad política, y se desarrolla a su vez, el sistema ferroviario que acrecentó la actividad económica y fortaleció el Sistema Aduanal. (Gutiérrez, Kerber, Santa Cruz y Salazar Santana, 1995 p.3)
En 1883 entró en vigor el Seguro Obligatorio de Enfermedad, que incluía prestaciones de enfermedad, maternidad y muerte, siguiéndole el Seguro de Accidente de Trabajo para Obreros y Empleados de la Industria en 1884 y por último en 1889 el Seguro de Invalidez y Vejez. Todos los patronos tenían obligación de asegurar a sus obreros. (Gutiérrez et al, 1995)
La expresión resumida del objetivo de la creación del Seguro Social obligatorio en Alemania por Bismark “el Canciller de Hierro” ilustra sobre su necesidad histórica:
“un hombre que tiene asegurados su porvenir, su vejez tranquila, el bienestar de sus familiares; no es un anarquista ni atenta contra la vida del Emperador; démosle ahora a los pobres aquello a lo que tienen derecho antes de que nos lo arrebaten por la fuerza.” (Bismarck, Otto, citado por Gutiérrez et al, 1995 p.5)
En el informe que elaboró Beveridge, se describe la propuesta para instrumentar el Plan para la Seguridad Social como parte de un amplio programa de reformas sociales encaminadas a resolver no solo el problema de la necesidad, sino que se ocupa también de los otros cuatros males gigantes: la Enfermedad, la Ignorancia, la Suciedad y la Ociosidad. Y define la Seguridad Social como “el mantenimiento de los ingresos necesarios para la subsistencia” (Beveridge, 1987 p.12) lo que provocó por un lado abarcar a la mayor cantidad de ciudadanos y no solo a los trabajadores asalariados; y por otro conceder nuevos beneficios monetarios para entierros, maternidad, educación, salud, cuidados médicos y post médicos, así como extender los beneficios en casos de desocupación e incapacidad. (Gutiérrez et al 1995 p.7)
NORTEAMERICA.
Para analizar la evolución histórica de la Seguridad Social en los Estados Unidos de Norteamérica es digno destacar que hacia fines de la Primera Guerra Mundial la sociedad, primordialmente agraria, se convertía en una sociedad urbana e industrializada. En la década de 1920 escenificó un desarrollo económico prácticamente ininterrumpido, resultado de inversiones masivas basadas en una acelerada expansión de los sectores de la Construcción, los servicios y una fuerte demanda de bienes de consumo duraderos, como aparatos eléctricos y automóviles. (Gutiérrez et al 1995 p.9)
En 1935, el presidente Franklin D. Roosevelt. Promulgó el Programa Federal de Aseguramiento Social, conocido simplemente como Seguridad Social (Social Security), el cual emergió como parte de la respuesta del gobierno federal a los problemas que aquejaban a la población selecta y desprotegida.
En 1937 el Consejo Consultivo de Seguridad Social, que fue el primero de muchos a estudiar y hacer recomendaciones, encontró fundamentalmente, una aprobación a la contribución para el aseguramiento de ancianos como una forma reducir la confianza puesta en los test de ayuda financiera.
El programa para ancianos fue el primer paso para proveer protección a los trabajadores de los Estados Unidos contra la pérdida de sus ganancias. El presidente Roosevelt, al firmar el proyecto de ley del Seguro Social, enfatizó:
“Esta ley, también, representa una piedra angular en una estructura que está siendo construida, pero de ninguna manera está completa.” (Roosevelt, 1987 p.12) reforzando la idea que había expresado con anterioridad, en el sentido de que no había razón para cada niño norteamericano no estuviera asegurado “de la cuna a la tumba”.
En 1958 se eliminaron los requisitos en curso para beneficio de incapacidad y los beneficios fueron extendidos a las esposas y los hijos de los trabajadores incapacitados.
El congreso en 1985 con sus proyecciones de largo plazo mostraron que el declive en la tasa de nacimiento y el incremento de la expectativa de vida tiene efectos negativos sobre la Seguridad Social porque los Estados Unidas experimentaron un período de espiral inflacionaria y alto desempleo, junto con una tasa de crecimiento baja, o francamente negativa; lo que creó una doble problemática en el corto plazo.
Destacable es la visión totalizadora de los problemas y las soluciones sociales que tuviera Simón Bolívar, quien en su gesta emancipadora de la América al Sur del río Bravo dedicó una parte de su pensamiento y sus tesis socio-políticas al problema del empleo en las insipientes sociedades capitalistas latinoamericanas, es, así que en la Segunda Proclama de 1808 se pronunció por el desarrollo de la Seguridad Social. En la trayectoria de la Seguridad Social es destacable el Sistema que surgió en México en 1910 con la Revolución Mexicana, personas con renombre internacional como José María Morelos y Pavón, Ricardo Flores Magón, Benito Juárez Maza, Francisco Ignacio Madero, Venustiano Carranza y Álvaro Obregón, son señalados como los precursores del Seguro Social. (García, 1987). La idea del Seguro Social ya estaba presente desde principios del siglo XX. En julio de 1907 el Dr. Eduardo Leciaga escribió un artículo donde menciona la importancia de la creación de un Seguro De Vida Y Enfermedad para todos los trabajadores. Posteriormente en 1911, Madero insistió en la expedición de leyes sobre pensiones e indemnizaciones por accidentes de trabajo, así como una toda lesgilación obrera. En ese mismo año se encuentran otros ejemplos como el Plan Político Social proclamado por los estados de Guerrero, Michoacán, Campeche, Puebla y el Distrito Federal.
Se puede sintetizar que la Seguridad Social en México surgió en una etapa de reestructuración de la economía, que pretendía dejar atrás las bases agrícolas existentes hasta principios del siglo XX y dar paso a un proceso industrializador que aceleraría el tránsito de la nación hacia una “economía moderna”, en ese momento existía una gran cantidad de trabajadores agrícolas desempleados, consecuencia del mismo proceso revolucionario, los que presionaban al Estado con el objeto de encontrar satisfacción a sus necesidades vitales y de mejorar sus condiciones materiales de existencia, como acceder a servicios de vivienda, agua, electricidad, drenaje, educación y salud. Esta es la situación que con matices diferentes, se reitera en cada uno de los países latinoamericanos.