MEDICINA TRADICIONAL EN LA HUASTECA POTOSINA. GLOSARIO MÉDICO ESPAÑOL TENEK

MEDICINA TRADICIONAL EN LA HUASTECA POTOSINA. GLOSARIO MÉDICO ESPAÑOL TENEK

Alfonso Muñoz Güemes (CV)

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3. La creación del concepto “indio” o “indígena”

Es importante aclarar el inicio y el porqué de la denominación que se le dio a todas las culturas mesoamericanas ante la llegada de los europeos al territorio de lo que actualmente es México, ya que de acuerdo a nuestra Carta Magna, debemos de utilizar los gentilicios derivados del nombre de sus idiomas para referirnos a cada grupo originario de Mesoamérica: nahuas a los hablantes del idioma náhuatl; zapotecos a los hablantes de ese idioma; tenek a los hablantes de ese idioma, etc., etc.
En este sentido, los términos “indio” o “indígena”, deberán de dejar de usarse para referirnos a la población hablante de alguno de esos idiomas. Por otra parte, a reserva de que lo aclaremos más adelante, en México se reconoce como idiomas oficiales a los 63 diferentes sistemas lingüísticos con sus más de trescientas variantes, por lo que en lo sucesivo debemos de hablar de los idiomas originales de Mesoamérica y no de lenguas indígenas.
Antes de la colonización europea en el área Mesoamericana, cada uno de los pueblos que ocupaban el territorio que hoy es México tenía una identidad social y cultural (étnica) particular y claramente definida. Ni siquiera durante las últimas décadas de la expansión mexica existió la concepción de los pueblos sometidos como una categoría humana inferior o intrínsecamente diferente. Se reconocía la distinción con los nómadas del norte, llamados genéricamente chichimecas, término de innegable contenido peyorativo; sin embargo aún en este caso, el hecho de que los propios aztecas tuvieran origen nómada difícilmente admitía que se conceptualizara a esos pueblos como naturalmente inferiores.
El indio como denotativo de un sector social, es producto de la instauración del régimen colonial en América. Específicamente en La Nueva España, que fue una sociedad caracterizada por una fuerte estratificación social basada en los rasgos fisiológicos de la población.
En la actualidad, la antropología física nos ha demostrado que las características de los rasgos fisionómicos de las personas de un determinado grupo étnico se denominan como rasgos o características fenotípicas: es decir, el color del cabello, si este es lacio o rizado, el color de los ojos, etc. Mientras que los rasgos genotípicos corresponden a la información genética que no es visible, pero que si determinan otro tipo de características de la población, tales como su propensión a contraer enfermedades genéticamente determinadas en los marcadores, tales como la diabetes, entre otras. Sin embargo, a pesar de las diferencias genéticas y fenotípicas, las especie humana comparte un 99.99% de rasgos comunes entre todos los seres de esta especie. Lo que nos lleva a considerar por otra parte, que el término “raza humana”, debe ser abolido y sustituido por el de especie humana.

El tema de los grupos sanguíneos no lo discutimos a fondo, sin embargo esta característica nos habla más de la distribución geográfica de ciertos grupos humanos a lo largo de miles de años en toda la geografía del planeta, sin que sea un elemento que permita hablar de “razas”, término que aplica a las especies inferiores nada más.

Antes de la invasión no había indios, sino pueblos particularmente identificados. La sociedad colonial, en cambio, descansó en una división tajante que oponía y distinguía dos polos irreductibles: los españoles (colonizadores) y los indios (colonizados). En ese esquema, las particularidades de cada uno de los pueblos sometidos pasan a un segundo término y es la que hace de todos ellos "los “otros”, es decir, los no españoles.
Durante los primeros tiempos de la colonia se concibió a la Nueva España como una sociedad compuesta por dos repúblicas: la de indios y la de españoles: cada una de ellas quedó sujeta a ordenamientos diferentes que establecieron y codificaron lo que debió ser su vida interna y las formas en que se relacionaron una con la otra. La relación, por supuesto, no fue entre dos repúblicas iguales, sino entre una sociedad dominante que se pensó a sí misma como superior en todos los órdenes y otra, la republica de indios, que fue definida consecuentemente como inferior. 1
Antes de continuar con nuestro recorrido histórico y socio cultural en torno a los tenek, debemos aclarar que al igual que muchos otros grupos étnicos del país, como los nahuas, zapotecos, mayas y huicholes, viven en diferentes estados de la Federación, por lo que su ubicación geográfica a lo largo del tiempo, más que a una pertenencia a una entidad en particular, obedece a una organización social previa a la llegada incluso de los colonizadores españoles y a posteriores reubicaciones en el proceso de poblamiento reciente del país, por lo que en la actualidad viven en Veracruz, San Luí Potosí, Tamaulipas y en menor medida en Hidalgo y Querétaro.
Es importante señalar esto ya que, como veremos más adelante, los diferentes idiomas que se hablan en México tienen diversas variedades dialectales o lingüísticas, de forma tal que no siempre coinciden los términos de un lugar a otro aunque sea el mismo idioma.
Centraremos nuestra atención en este trabajo en los tenek de la región huasteca de San Luís Potosí, y en concreto en la variante lingüística del huasteco del municipio de Ciudad Valles.

1 BONFIL BATALLA, Guillermo. México Profundo. Una civilización negada. México: litográfica Ingramex S.A de C.V, 2011, P.250