MEDICINA TRADICIONAL EN LA HUASTECA POTOSINA. GLOSARIO MÉDICO ESPAÑOL TENEK

MEDICINA TRADICIONAL EN LA HUASTECA POTOSINA. GLOSARIO MÉDICO ESPAÑOL TENEK

Alfonso Muñoz Güemes (CV)

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4. Antecedentes históricos de la cultura Huasteca

Lingüísticamente hablando los huastecos pertenecen al tronco de idiomas mayances o que se derivaron del maya, y se separaron de este hace unos 3500 años aproximadamente.

Los primeros datos de los asentamientos de habla huasteca en la región, se remontan a las primeras centurias de nuestra era; los poblados de la Huasteca se encontraban diseminados en pequeñas aldeas dispersas, formadas por unas cuantas casas que, en algunas ocasiones eran de planta oval, hechas de barro y varas. Posteriormente comenzaron a erigirlas sobre pequeñas elevaciones, o plataformas artificiales, con el propósito de protegerse de la humedad. Para los años 200-500 d.C. se empezaron a erigir templos y plataformas de pequeña elevación, con formas circulares, ovales o cualquier formación derivada del círculo esto con el fin de rendir tributo a sus antiguos dioses.

Durante los años 700-800 d.C. comenzaron a desarrollarse la agricultura y el comercio en la región gracias al desarrollo de las instituciones políticas, que a pesar de no ser de extraordinarias dimensiones en sus asentamientos -como estamos acostumbrados a ver alrededor de toda Mesoamérica-, sí eran grandes centros políticos y económicos que tenían el dominio de una buena extensión territorial.

Se tienen datos donde se marca que cada 20 días los antiguos huastecos efectuaban un día de comercio en las cabeceras de la provincia, si bien este pueblo estaba dividido por así llamarlo en estados independientes donde los antiguos gobernantes regían sus puestos desde el centro de estos estados, y a su vez estos podían tener compromisos políticos o no, sin importar que estuvieran emparentados con los gobernantes de otras provincias.  Las cabeceras de estas provincias eran Temapache, Tuxpan, Tzicóac, y Huejutla por mencionar solamente algunas.

De acuerdo con los lingüistas, el distanciamiento que actualmente existe entre el huasteco y el resto de los idiomas de origen mayense, no pudo haberse efectuado en menos de 2 500 años. Se supone que antes del año 500 a.C., los huastecos se hallaron unidos al bloque que forman los demás grupos hablantes de idiomas surgidos del maya.

Si etnográficamente tratamos de comprobar tal convivencia, encontramos que los huastecos y los mayas tienen el mismo sistema Omaha de parentesco: de 13 términos huastecos, 11 corresponden a los términos mayas. Otra prueba, aunque de tipo arqueológico, es la costumbre de construir casas elipsoidales sobre basamentos y de practicar entierros en los pisos de las casas. Ambas costumbres sobreviven todavía entre algunos grupos mayenses. A esta evidencias antropológicas y arqueológicas, hay que mencionar la costumbre de deformar los cráneos, típica de los huastecos, mayas y totonacos.

Los dientes limados e incrustados, han resultado ser un rasgo básicamente característico de los huastecos -o así era considerado por los grupos mexicas del siglo XVI- pero en si es un rasgo cuyo origen fue netamente del altiplano, aunque resulta de gran interés por su distribución en el tiempo y en el espacio mesoamericano.

Para poder hacer mención del contacto que hubo entre los pobladores prehispánicos y los antiguos colonizadores, tenemos que leer los fragmentos de los escritos de la segunda mitad del siglo XVI, ya que es en este periodo en donde los pobladores de los asentamientos prehispánicos  fueron encontrados; es en esta época en la que se empiezan a tener registro de cómo eran estos asentamientos y sus pobladores, en el territorio de lo que hoy conocemos como la huasteca.

Para poder darnos una idea de cómo eran en aquel entonces los pobladores de la Huasteca, tenemos que hacer referencia de Fray Bernardino de Sahagún quien nos dice:
“El nombre de todos estos tómase de la provincia que llaman Cuextlan, donde los que están poblados se llaman cuexteca, si son muchos, y si uno cuextécatl, y por otro nombre toueyome cuando son muchos, y cuando uno toueyo, el cual nombre quiere decir nuestro prójimo. A los mismos llamaban panteca, o panoteca, que quiere decir hombres del lugar pasadero, los cuales fueron así llamados por que viven en la provincia de Pánuco, que propiamente se llama Pantlan o Panotlan, quasi Panoayan, que quiere decir lugar por donde pasan, que es a orillas o riberas de la mar; y dicen que la causa porque le pusieron el nombre de Panoayan es que dizque los primeros pobladores que vinieron a poblar a esta tierra de México, que se llama ahora India Occidental, llegaron a aquel puerto con navíos con que pasaron aquella mar; y por llegar allí, y pasar de allí le pusieron nombre de Pantlan, y de antes le llamaban Panotlan, casi Panoayan, que quiere decir como ya está dicho lugar de donde pasan por la mar.

Y en este lugar hacen grandísimos calores, y se dan muy bien todos los bastimentos y muchas frutas que por acá no se hallan, como es la que dicen quequexquic, y otras muchas frutas admirables, y las batatas. Hay también todo género de algodón, y árboles de flores o rosas por lo cual le llaman Tonacatlalpan, lugar de bastimentos, y por otro nombre Xochitlalpan, lugar de rosas.

La manera de su traje y la disposición de su cuerpo es, que son de la frente ancha y las cabezas chatas; y los cabellos traíanlos teñidos de diferentes colores, unos de amarillo, otros de colorado y otros de otros colores diferentes, y unos traían los cabellos largos en el colodrillo, y otros los diferenciaban.

Tienen los dientes todos agudos porque los aguzaban a posta; tenían por ornamento brazaletes de oro en los brazos, y en las piernas unas medias calzas de pluma, y en las muñecas de las manos unas muñecas de chalchihuites; y en la cabeza, junto a la oreja, poníanse plumajes hechos a manera de aventadoricos, y a las espaldas unos plumajes redondos a manera de grandes moscaderos de hojas de palmas, o de plumas coloradas, largas, puestas a manera de rueda, y en las espaldas unos aventaderos también de plumas coloradas.

También suelen traer arcos y flechas delgadas y pulidas, que en las puntas tenían unos casquillos de pedernal o de guijarros, o de piedras de navajas; y a cuantos tomaban en las guerras les cortaban las cabezas, y dejando los cuerpos se las llevaban y las ponían con sus cabellos en algún palo, puestas en orden, en señal de victoria.

Estos andan bien vestidos, y sus ropas y mantas muy pulidas y curiosas, con lindas labores, porque en su tierra hacen las mantas que llaman centzontílmatli; centzonquachtlí, que quiere decir, mantas de mil colores; de allá se traen las mantas que tienen unas cabezas de monstruos, pintadas, y las pintadas de remolinos de agua, ingeridas unas con otras, en las cuales y en otras muchas se esmeraban las tejedoras.

Tienen muchas joyas, esmeraldas y turquesas finas, y todo género de piedras preciosas; las mujeres se galanean mucho y pónense bien sus trajes, andan muy bien vestidas, traen sus trenzas en las cabezas, con que se tocan, de colores diferentes y retorcidos con pluma.

Los defectos de los cuextecas son, que los hombres no traen maxtles con que cubrir sus vergüenzas, aunque entre ellos hay gran cantidad de ropa; traen las narices aquietadas, y con hojas de palma las ensanchan, y en el agujero de ellas ponían un cañuto de oro y dentro de cañuto atravesaban un plumaje colorado, y aguzaban sus dientes a posta, y los teñían de negro y otros colores” 1.

Según Sahagún, aquí están tres de los antiguos nombres con los que eran conocidos estos pobladores, pero como se ha dicho, no todos los habitantes vivían en un mismo núcleo, sino que estaban divididos en estados o provincias, cada una de estas estaba dirigida por un indio, señor o cacique que gobernaba varias estancias, y es por eso que se les conocía con diferentes denominaciones, como si estas fueran utilizadas como gentilicios, exactamente lo que hacemos nosotros en la actualidad.

Durante los años y a lo largo de las investigaciones, varios autores han dado a conocer sus hipótesis, del porque los antiguos habitantes eran llamados huastecos siendo para este análisis la más importante, la expedida por Sahagún, sin dejar de mencionar la que otros autores marcan.

Por la división de estados o provincias, que existía en el antiguo pueblo huasteco, una confederación flexible de caciques locales capaces de aliarse para enfrentar amenazas externas, ya fueran de los guerreros aztecas o de los españoles, fue lo más aproximado a una solidaridad política que lograron tener los huastecos.

El nombre con el que actualmente se conoce a la zona y a las personas indígenas de esta región es tomado de los antiguos moradores, ya que en el pasado eran llamados Cuexteca si eran muchos, y cuextécatl si era uno, estos términos debieron de haberse sacado de lo que hoy conocemos como gentilicio ya que según Sahagún estos eran pobladores de la provincia de Cuextlan.

Otro dato interesante que nos deja conocer Sahagún, es que en esta parte de lo que antiguamente era llamada India Occidental ya era imperante el clima cálido característico de la zona, siendo propicia para las frutas y los bastimentos de los cuales hace mención solamente de dos que son el quequexquic y las batatas. Dentro de la flora característica menciona un árbol de flores rosas, lo que nos hace pensar que en la actualidad este árbol es el llamado palo de rosa que se encuentra a lo largo de toda la huasteca.

Dentro del origen humano de la vida según los huastecos del sur de San Luis Potosí cabe decir que tenían la idea de la dualidad original del mundo con el espíritu supremo bisexual, hombre y mujer, que vive en la cima del cielo. También está la idea muy difundida según la cual los hombres más antiguos vivían como salvajes nómadas chichimecos, de la pesca, de la caza y de la recolección. 2
En la época prehispánica, los puntos cardinales eran en México de suma importancia religiosa y ritual y en los huastecos no fue la excepción; los huastecos consideran que el mundo era originalmente un caos; con el transcurrir de las eras, tendió paulatinamente hacia una organización cosmológica armónica. Para empezar ocurrió una diferenciación en un sentido vertical, que dio lugar a tres planos superpuestos: el cenit, el nadir y el plano medio. Más tarde, con el nacimiento del sol, se llevó a cabo en el plano horizontal medio la diferenciación de los cuatro puntos cardinales propiamente dichos y del centro. El este, de donde viene el sol, es la dirección favorable por excelencia. Por el contrario, el sur especialmente nefasto. El centro, sometido a las influencias provenientes de todas partes, es supuestamente la única región que permite una vida normal para los hombres. Las leyendas huastecas atribuyen a cada uno de los puntos cardinales una configuración geográfica y moradores míticos que a menudo corresponden de manera bastante cabal a las características reales de las regiones vecinas. Así se considera que el norte es una región de llanuras sin árboles, atravesada por indios bárbaros y por torbellinos de viento; se trata de una descripción  bastante fiel de las estepas que caracterizaban antaño a Texas y Tamaulipas.
Los huastecos no consideran las diferentes regiones del espacio como entidades aisladas e independientes entre sí. Por el contrario, establecen entre ellas una red de correspondencias y oposiciones, de simpatías y antipatías. Así la ruta del sol une el oriente al occidente, regiones de luz, mientras que la ruta del viento enlaza al norte con el sur, regiones de tinieblas. Cenit y nadir se hallan en el cruce de ambos caminos. Por otra parte, el este y el norte, regiones fecundas, de donde proviene la luz del día y el viento de la vida, se oponen al oeste y al sur, regiones de muerte y de esterilidad, que exigen sin cesar nuevas víctimas. Finalmente, el sur lleva a menudo el mismo nombre que el mundo subterráneo del nadir, mientras que el este es más o menos asimilado al cenit.
Existen aún vestigios de un sistema de clasificación que asocia las diferentes regiones del espacio a ciertos animales, a ciertas plantas, a ciertos hombres, a ciertas estrellas, a ciertos colores, a ciertos números mágicos, a ciertos dioses y a ciertos periodos temporales por ejemplo el zopilote pertenece al sur, al igual que los demonios de la muerte, por lo que los años nefastos son conocidos como años del zopilote o años del sur.
En su estado actual, dicho sistema presenta bastantes lagunas y zonas oscuras. Desafortunadamente, los datos relativos a la división del tiempo son demasiado escasos como para confirmar con toda certeza la hipótesis según la cual los huastecos de la época prehispánica disponían de un calendario ritual análogo al de los demás pueblos del centro de México.
Los puntos cardinales ocupan un sitio fundamental en el proceso ritual de todas las ceremonias. Se les ofrenda aguardiente, agua humo de copal. Los danzantes se postran en las cuatro direcciones. Antaño, el líder de” la danza del volador” efectuaba una ofrenda simbólica a “las cuatro puertas del mundo.” Un momento importante de la parte oral del ritual consiste en nombrar sucesivamente las cuatro o cinco regiones del plano medio, recordando para cada una los dioses, los animales o los rasgos geográficos específicos asociados a ellas. Hay ciertos rituales y ceremonias en los que se invoca de manera específica una o varias regiones del espacio. El volador, por ejemplo era una danza del cenit y sobre todo del oeste. El ritual para embrujar a alguien empieza con una denuncia de culpabilidad ante los dioses benefactores del este y del norte, seguida por un llamado a los dioses-arqueros de esas mismas direcciones, para terminar ofrendando la vida de la víctima a las deidades del oeste y del sur. Hay también una ceremonia especialmente dedicada cada año. En efecto, la casa- y sobre todo la casa redonda- es considerada como una imagen del mundo.
El sistema de las representaciones del espacio tiene pues primordial importancia en la religión de los huastecos; de no tomarlo en cuenta, resulta imposible alcanzar una visión sintética del conjunto de las deidades. En efecto, estas son polimorfas, pues o bien tienen apariencias diferentes en cada región del mundo, o bien recorren sucesivamente esas diversas regiones, adoptando en cada una de ellas un aspecto distinto. Combinar los sistemas de representación del espacio y del tiempo permite por ende conciliar la unidad fundamental con la diversidad aparente, gracias a la noción de movimiento cíclico. Según la concepción del mundo de los huastecos, resulta muy claro que nada es estático. La mayoría de las deidades huastecas atraviesan, al igual que el sol, etapas sucesivas de juventud, vejez, muerte y resurrección. 3

1 Fray Bernardino de Sahagún: Historia General de las cosas de Nueva España, tomo 11, libro X; numeración, anotaciones y apéndices de Ángel María Garibay, Editorial Porrúa, México, 1969.

2 STRESSER PÉAN, Guy. Viaje a la Huasteca con Guy Stresser-Péan; coordinación de Guilhem Olivier; pról. de Miguel León Portilla; México: FCE, CEMCA, 2008 539p. pág.62

3 STRESSER PÉAN, Guy. Viaje a la Huasteca con Guy Stresser-Péan; coordinación de Guilhem Olivier; pról. de Miguel León Portilla; México: FCE, CEMCA, 2008 539p. pág.71-74